lunes, 04 de noviembre del 2024 Fecha
Ir a la página principal Ir al blog

IMPRESIÓN NO PERMITIDA - TEXTO SUJETO A DERECHOS DE AUTOR




El divagar de la mente

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en La Mente - Filosofía    ~    Comentarios Comments (9)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

Los procesos científicos que comentamos en este lugar, los fenómenos del Universo que hemos debatido y, también,  los misterios y secretos que el inmenso Cosmos nos oculta han contribuido, aunque inadvertidamente, a comprometer e involucrar a nuestra especie en la vastedad del universo. La astronomía al destrozar las esferas cristalinas que, según se decía, aislaban la Tierra de los ámbitos etéreos que se hallan por encima de la Luna, nos puso en el universo. La Física cuántica  destruyó la metafórica hoja de cristal que supuestamente separaba al observador distante del mundo observado; descubrimos que estamos inevitablemente enredados en aquello que estudiamos.

La Astrofísica, al demostrar que la materia es la misma en todas partes y que en todas partes obedece a las mismas leyes, reveló una unidad cósmica que se extiende desde la fusión nuclear en las estrellas hasta la química de la vida que allí se produce a lo largo de todo el Universo. La evolución darwiniana, al destacar que todas las especies de la vida terrestre están relacionadas y que todas surgieron de la materia ordinaria, puso de manifiesto que no hay ninguna muralla que nos separe de las otras criaturas de la Tierra, o del planeta que nos dio la vida: que estamos hechos del mismo material del que están hechos los mundos.

La convicción de que, en cierto sentido, formamos una unidad con el universo, por supuesto, ha sido afirmada antes muchas veces, en otras esferas de pensamiento. Hahvé creó a Adán del polvo; el griego Heráclito escribió que “todas las cosas son una sola”; Lao-tse, en China, describió al hombre y la naturaleza como gobernados por un solo principio (“lo llamó el Tao”); y la creencia en la unidad de la Humanidad con el cosmos estaba difundida entre los pueblos anteriores a la escritura, como lo puso de relieve el jefe indio suquamish Seattle, quien declaró en su lecho de muerte que, “todas las cosas están conectadas, como la sangre que une a una misma familia. Todo es como una misma familia, os lo digo”.

Pero hay algo sorprendente en el hecho de que la misma concepción general ha surgido de ciencias que se enorgullecen de su lúcida búsqueda de hechos objetivos, empíricos. Desde los mapas de cromosomas y los registros fósiles que representan las interconexiones de todos los seres vivos de la Tierra, hasta la semejanza de las proporciones químicas cósmicas con las de las especies vivas terrestres, nos muestran que realmente formamos parte del universo en su conjunto.

La verificación científica de nuestra participación en las acciones del cosmos tiene, desde luego, muchas implicaciones. Una de ellas es, si la vida inteligente ha evolucionado en este planeta, también puede haberlo hecho en otras partes. La Teoría de la evolución de Darwin, aunque no explica el antiguo enigma de por qué existe la vida, deja claro que la vida puede surgir de la materia ordinaria y evolucionar hasta una forma “inteligente”, al menos en un planeta como la Tierra que gira alredeedor de una estrella como el Sol (más de dioez mil millones en la Vía Láctea solamente) y, presumiblemente, más que unos pocos planetas semejantes a la Tierra, podemos especular que no somos la única especie que ha estudiado el universo y se ha preguntado sobre su papel en él.

Nuestra comprensión de la relación entre la Mente el el Universo puede depender de que podamos tomar contacto con otra especie inteligente con la cual compararnos. Raramente la ciencia ha obtenido buenos resultados al estudiar fenómenos de los que sólo tenía un ejemplo: Las leyes de Newton y Einstein habrían sido mucho más difíciles -quizá imposibles- de fortmular si sólo hubiese habido un planeta para someterlas a prueba, y a menudo se dice que el problema de la cosmología es que sólo tenemos un universo para examinar. (El descubrimiento de la evolucoión cósmica reduce un poco esta dificultad al ofrecer a nuestra consideración el estado muy diferente del universo en los primeros momentos de la evolución cósmica.) La cuestión de la vida estraterrestre, pues, va más allá de problemas  como el de si estamos solos en el universo, o si podemos esperar tener compañia cósmica o si debemos temer invasiones exteriores; también es un modo de examinarnos a nosotros mismos y nuestra relación con el resto de la Naturaleza.

Aunque mucho de esto es nuevo, el interés reciente por la vida estraterrestre puede considerarse como un resultasdo del último vuelco en la fortuna del materialismo, la doctrina filosófica según la cual es posible explicar los sucesos exclusivamente en términos de interacciones materiales, sin recurrir a conceptos insustanciales tales como el espíritu. El darwinismo engendró una nueva actitud de respeto hacia las potencialidades de la materia ordinaria: un montón de barro en un charco de agua de lluvia empieza a parecer mágico, si se piensa que sus iguales de antaño lograron elevarse hasta dar origen a todo el conjunto de la vida terrestre, inclusive la del individuo que contempla el barro. Una persona reflexiva, recordando que su ascendencia se remonta, a través de los mamíferos, hasta los peces, los aminoácidos, los azúcares de la materia prebiótica, no puede estar de acuerdo con Martín Lutero en que la Tierra es “sucia” y “nociva”, o aceptar el veredicto de la Christia Sciencie de que “no hay vida, verdad, sustancia ni inteligencia en la materia”.

Históricamente, los materialistas se han inclinado a pensarque hay vida en otros mundos. El atomista Metrodoro escribió en el siglo IV a. de C. que “considerar la Tierra como el único mundo poblado en el espacio infinito es tan absurdo como afirmar que en todo un campo sembrado de mijo sólo un grano crecerá”. Cinco siglos más tarde, el epicuréo Lucrecio sostuvo que “hay infinitos mundos iguales y diferentes de este mundo nuestro”. La Iglesia católica romana, convencida de que los seres humanos son esencialmente espíritus inmateriales, se sintió amenazada por el punto de vista materialista: cuando Giordiano Bruno, el decano renacentista del misticismo popular, afirmaba que la materia “es en verdad toda la naturaleza y la madre de todo lo vivo, y declaró que Dios “es glorificado, no en uno, sino en incontables soles; no es una sola Tierra, sino en mil, que digo, en infinidad de mundos”, fue atado a una estaca de hierro y quemado vivo, el 19 de febrero de 1600, en la Piazza Campo dei Fiori de Roma.

Sin embargo, cuando la ciencia creció también lo hizo el materialismo, y con él la creencia de una pluralidad de mundos. Podríamos seguir por este camino y filosofar sobre lo que fue, lo que es y, lo que probablemente será pero, el tiempo se me acaba y, desde luego, no quisiera cerrar este trabajo sin dejar una falsa sensación.

La Ciencia está muy bien, el materialismo viene a poner nuestros pies en el suelo y hacer que no fijemos en las cosas tal como son o, al menos, tal como creemos que son. Sin embargo, una cuestión me tiene desconcertado: ¿Cómo podemos sentir en la forma que sentimos? ¿De donde vienen esos sentimientos? ¿Será quizá una muestra suprema de la evolución del mundo material? ¿Tendrá memoria la materia?

Por si acaso, yo dejaría aquí un gran signo de interrogación, ya que, hemos alcanzado una pequeña cota de la altísima montaña que nos hemos propuesta escalar, y, desde luego, no sabemos lo que nos podremos encontrar cuando lleguemos a cotas más elevadas, ya que, pensar en llegar al final…no parece nada fácil.

emilio silvera

 

  1. 1
    Crusellas
    el 3 de abril del 2010 a las 13:00

    Querido Emilio, una vez más sólo puedo emitir encendidos elogios sobre tus artículos. También manifestar mi total acuerdo con todo lo que dices. Incluso con esa interrogante final que dejas abierta como perfecto colofón, porque tambén hay cosas que no acaban de cuadrarme cuando hablamos de “estricto” materialismo (partiendo de que primero habríamos de establecer una correcta definición de materia, lo cuál me barrunto no va a ser empresa fácil). Pero estoy contigo que este cerebro capaz de desentrañar principios físicos y matemáticos, de hilar conclusiones imposibles pero ciertas, de razonar en niveles complejísimos en cantidad y calidad, de amar, de sentir la belleza, de crearla, de reír de llorar, de filosfar, de tantas y tantas cosas… que a veces me da por pensar: “Por supuesto que Dios existe, ¡Yo soy Dios!”. Y cuando digo “YO”, digo el Homo Sapiens,  y cuando digo Dios, digo que parece que todo el Universo se ha confabulado para concentrarse y estallar en nuestro cerebro, como un nuevo Big-bang en escala infinitesimal. Pareciera que, desde el lejano Bigbang, toda la evolución de partículas, fuerzas, constantes, energías y materias, estuviera destinada a que surgiera la vida y por fin la inteligencia, para que el Universo pudiera “comprenderse” a sí mismo. Sería una formar de burlar el teorema de incompletitud de Gödel (curioso y genial tipo, por cierto), seríamos la primera forma de existencia capaz de salir fuera de nosotros mismos, para poder comprendernos.
    No sé si me estoy yendo por los cerros de Úbeda, pero es lo que tiene dejar divagar a la mente.
    Para terminar sólo dos aportes:
    1.- Que el Judaísmo (y sus religiones heterodoxas, Cristianismo e Islam), en realidad desvincula entre sí los tres elementos básicos de la realidad: Creador, Universo y Hombre. Pues Yahveh crea el Universo de la nada (no evoluciona a partir de Él); y aunque el ser humano es creado con barro (materia) sin embargo recibe un hálito divino que lo hace diferente del resto de la realidad cósmica. No así el resto de religiones, donde remontándose hacia atrás, siempre se da con un principio universal que, al evolucionar, es el origen de todo.
    2.- Esto es una travesura: dándole vueltas al “137”, nuestro número mágico por antonomasia, ¿te has dado cuenta que la edad del Universo en años  es de 137  multiplicado por 10 exp. 8 (o sea 137 seguido de ocho ceros)?
    Bueno, dicha la broma, te deseo a ti y al resto de lectores de este impagable blog un buen fin de semana y que estén disfrutando de unas maravillosas vacaciones.
    Un abrazo y ya espero impaciente el próximo artículo.

    Responder
  2. 2
    emilio silvera
    el 3 de abril del 2010 a las 16:07

    Amigo Crusellas, el dichoso 137, esa incognita por descubrir, parece tener vida propia y, ahora vienes tú y nos lo traes recordándonos la edad del Universo, es verdaderamente notable lo que este número puro y adimensional tiene escondido. ¡Bonita diablura!

    Por lo demás, ¿qué sería de nosotros si no pudiéramos divagar dejando volar la imaginación? A veces, el dar una vueltecita por nuestros escondidos recuerdos de esos años de lectura y estudio, nos hace sentirnos bien y hasta creo que mejores.

    Un abrazo estimado amigo. 

    Responder
  3. 3
    nelson
    el 3 de abril del 2010 a las 16:40

    Hola queridos muchachos.
    Quiero abusar amablemente de vuestra generosidad y de vuestra calificación, para reiterar una interrogante que manifesté en en el post 30 de “¿Hay vida en Marte?” (cat. “Debates”) el día 17 de marzo. Creo que encaja en la incitación al “divague” que se propone,  que nos permite disfrutar del saber y la elocuencia de los contertulios que, en esta página sin par, invitan a pensar y a soñar.
    Saludos cordiales.
     

    Responder
  4. 4
    Abdel Majluf
    el 3 de abril del 2010 a las 20:54

    Se me ocurre, que al recordar a todos esos hombres visionarios que han existido durante nuestra historia, muchos han lanzado sus ideas sobre nuestra existencia, sobre nuestro universo y de allí en adelante hemos ido cada uno divagando y masticando esas ideas, llevándolas algunos al campo de la ciencia, la comprobación de todas esas tesis, que deben ser miles, pero que todas coinciden en un punto común, El origen del universo, pues, esta a de ser la piedra base a todo lo que siguió, la vida, nosotros los seres de este mundo, joven, pequeño, alejado, pero sin lugar a dudas el único mundo que conocemos.
    Mas cuantas interrogantes se me entremezclan en este momento sobre el Big bang, ese momento especifico catalogado por muchos como el inicio del todo, pero señores, ¿ del todo de que?, tal vez de lo conocido, de lo palpable, de lo transcurrido en tiempo medible por nosotros y nuestra rudimentaria tecnología. Pero al pensar en ese momento del como, el cuando y el porqué, me viene siempre una respuesta a esa interrogante, Un colapso de materia ultra concentrada
    En escala infinitesimal, que se encontraba en extremo estado de saturación gravitacional de de acumulación de masas que al sobrepasar el nivel máximo de compresión universal, ha de haber explotado por todos lados, expeliendo hacia todos lados material bariónico, esa materia que forma todo lo que nos rodea y podemos ver, incluidos nosotros mismos y que esta compuesta por bariones y leptones……Pero si tal vez en eso estamos muchos de acuerdo, en lo que no estamos muchos de acuerdo, es en donde se produjo ese evento. Para mi no ha de haber otro lugar, La Materia Oscura.  Si observamos los diferentes periodos de la historia del Universo veremos que se coinciden con acumulaciones de halos de materia oscura de masas muy similares, lo que sugiere que es necesario un mínimo de cantidad de materia oscura para que se formen galaxias y se unan en cúmulos. Con esto podemos comprender de mayor forma el modo en que la materia oscura contribuyó a moldear el Universo a lo largo de su evolución.
    Y claro esta, que si el Universo esta en expansión a de ser porque existe donde expandir la masa barionica, así también como en los agujeros negros es el lugar donde se comprime esta misma masa.
    según mi hipótesis, todo nace de agujeros blancos y esto tendería a ratificar la función de los conocidos agujeros negros, que según apuesto yo, no son mas que el termino de un proceso cíclico, en donde y como es conocido algunas estrellas terminar su vida convertidas en estos temibles carroñeros capaces de devorarse galaxias enteras y sin dejar rastro alguno solo absorben y desintegran la materia, tal vez volviéndola a su inicial estado, es decir un nuevo salto cuantico hacia un estado incompatible con los valores mediales por el ser humano.
    Amigos,…..metafóricamente hablando, si miramos un pasillo largo y al fondo una puerta cerrada, lo mas probable es que lo real y conocido para nosotros sea lo que esta en ese pasillo, pues detrás de la puerta no sabemos lo que hay, de igual manera al mirar al cosmos veremos un millar de estrellas pero un fondo profundo oscuro igualmente vacío.
    La vida a de ser producto de caldo primordial, un elixir que nuestro planeta a probado y quizás cuantos mas, pero de seguro y a pesar de las leyes físicas, si el universo tiene un comienzo, la materia oscura no, esta a de ser eterna, una zona mayor en donde cada cierto tiempo se generan estos halos de materia, por cuanto sería muy probable que no solo existiera un universo, sino mas bien varios, pero en diferentes lugares dentro de esta materia.
    Quizás acierte quizás me equivoque, pero la mente a de pensar y pareciera ser que dentro de este pequeño casi infinito espacio pensante que poseemos, los pensamientos y las ideas han de generarse al igual que en nuestro universo, se generan miles y miles de procesos.

    Responder
    • 4.1
      nelson
      el 4 de abril del 2010 a las 0:49

      Hola querido amigo, compatriota de nuestra Grannación:
      No estoy en condiciones de evaluar la rigurosidad de tus argumentos, pero me encanta la audacia con que te atreves a elaborar estas hipótesis, llevado por tus conocimientos, pero fundamentalmente por la enorme pasión que pones en ello. Gracias por compartir generosamente con nosotros.
      Saludos cordiales.
       

      Responder
      • 4.1.1
        Abdel Majluf
        el 4 de abril del 2010 a las 2:10

        Amigo Nelson, primero déjame agradecer como siempre tus palabras tan elocuentes para con mi persona, pero solo digo lo que siento.

        Bueno mas arriba haces una consulta sobre si hay vida en Marte, y tratare de respondértela de la mejor forma que pueda, Marte forma parte de los planetas rocosos que mas posibilidades tenemos de alcanzar y que podría contener algún tipo de vida, pero la verdad es que es mas factible que en tiempos pasados pueda haber existido algún tipo de vida mas compleja, hoy creo que sin lugar a dudas vamos a encontrar algún tipo vida en su interior pero creo lo mas parecido a microorganismos, como hongos o bacterias, capaces de adaptarse a cualquier hábitat por muy agreste que este parezca, pues esta claro que si  en su pasado este planeta tuvo agua, pues debe haber albergado algún tipo de vidas, al ir  secándose sus mares, deben haber ido desapareciendo los sistemas de vida mas complejos que necesitan de hábitat mas estables, pero los microorganismos son capaces de ir adaptándose. Pero hoy mas que los planetas del sistema solar, debemos preocuparnos de sus satélites, hoy tenemos mas de 90 mundos dentro de nuestro sistema solar por investigar, de Marte a su lado tenemos fobos, deimos, mas allá tenemos Triton, Encelado, Io y por supuesto Europa, de seguro mundos por descubrir, pues cuando iniciamos nuestra búsqueda y exploración de nuestros planetas vecinos, sin lugar a dudas, nos comenzamos a impresionar de sus vecinos, los satélites, los hay tan grandes como mercurio y en algunos podríamos encontrar oceános mucho mas grandes que todos nuestros oceános juntos, ya la nasa prepara una nave, un helicóptero y un hidroavión, que llegara a Europa, perforara su capa de hielo y luego cuando llegue al océano interior podrá investigar su composición en busca de formas de vida alejados de la radiación gracias a su escudo helado.
        De seguro amigo Nelson, Marte podrá contener algo de vida casi inicua en su interior, habrá que excavar mucho, pero nada mas alejado de lo que alguna vez pensó  Percival Lowell, sin lugar a dudas los microorganismos son capaces de desarrollarse en cualquier lugar, incluso en las nubes de Venus, recuerda, ya con la sonda india  Chandrayaan-1, recogieron signos de materia orgánica en partes de la superficie de la Luna. La materia orgánica consta de componentes orgánicos, los cuales están formados de carbono (C), la piedra angular de la vida. Su presencia puede indicar la formación de vida o la degradación de materia viva antigua. Y si esto  lo unes a los hielos en sus polos y el descubrimiento reciente de agua por La Nasa, mediante el impacto de las dos sondas espaciales, viene a manifestar, que los caldos primordiales para la generación de la vida están presentes en mas lugares de los que imaginamos, no importa el ambiente, sea frio, hielo, caliente, bajo volcanes, siempre habrá algún microorganismo capaz de convivir en ese hábitat. Hoy el ser humano se pone barreras, desde hace poco se conoce el término Biosfera, que es el límite hasta donde se puede producir vida, pero recuerda cada vez debemos abrir mas nuestras fronteras de lo permitido, porque lo que estamos viendo allá afuera, nos esta mostrando lo poco que sabemos.

        Responder
        • 4.1.1.1
          nelson
          el 4 de abril del 2010 a las 20:50

          Hola Amigo de allende los Andes.
          Espero que estés bien, con tu familia, en estas Pascuas.
          Gracias por esta como siempre interesante respuesta sobre la posibilidad de vida en Marte y en otros mundos de nuestro vecindario, con la invitación a abrir nuestras mentes para prepararnos ante los descubrimientos prodigiosos que seguramente no tardarán, y harán añicos muchos de nuestros preconceptos.
          Te digo ahora que esa no era la pregunta. Trataré de repetirla, para tod@s, tal como la formulé el 17 de marzo:                                                                                                                                                               Reflexionando sobre la peculiaridad, la singularidad de “la molécula más bella del Universo”, preguntaba:
          ¿Cuántos átomos contiene una molécula de ADN?
          ¿Se ha calculado cuántas formaciones moleculares a partir de esa gigantesca cantidad de átomos de carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo, ha debido “probar” la naturaleza antes y después de la aparición de las primeras moléculas prebióticas, hasta llegar a las imponentes macromoléculas de las formas de vida más desarrolladas que conocemos?
          ¿Cuáles eran las posibilidades matemáticas de esos elementos disociados en el océano primitivo, de llegar a constituir estas “megaconstrucciones?
          Esta interrogante debe tener una respuesta pero no logro encontrarla. Sólo alcanzo a presumir que la magnitud de la cifra debe ser sorprendente.
          Gracias por la paciencia.Un abrazo para tí y para tod@s desde Montevideo.

  5. 5
    Ramon Marquès
    el 4 de abril del 2010 a las 18:56

    Estimado Emilio, feliz Pascua para ti y para todos los contertulios, que todos formamos una unidad con el Universo, y que por muchos años puedas explicarlo tan bien. Un abrazo, Ramon Marquès

    Responder
    • 5.1
      nelson
      el 4 de abril del 2010 a las 19:21

      Gracias Ramón; felices Pascuas para tí y para tod@s l@s compañer@s.
      Saludos sureños.
       

      Responder

Deja un comentario



Comentario:

XHTML

Subscribe without commenting