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¿Transmitir los pensamientos? No siempre resulta fácil

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Física Cuántica    ~    Comentarios Comments (4)

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El lector de ciencia no iniciado, no quiere complejidades que, por muy perfectas que puedan resultar técnicamente hablando, siempre les resultaran aburridas, tediosas y lo que es peor, incomprensibles.

Los buenos escritores-divulgadores de la ciencia, deben contar los fenómenos naturales revistiéndolos de un atractivo y misterioso halo mágico que se desvela ante sus ojos produciéndoles asombro y sorpresa ante tales maravillas.

Si contamos la historia de una estrella, desde que nace a partir del gas y el polvo interestelar y el proceso que sigue hasta convertirse en otro objeto estelar diferente, al oyente le resultará atractivo o pesado, interesante o incomprensible, según quien y como lo cuente.

Me preocupa, cuando escribo, que lo que estoy contando pueda aburrir al posible lector.  En mi caso, que no superviso de manera previa mis pensamientos y tal como nacen los escribo, es posible que, en alguna ocasión pueda aburrir.  Pido perdón por ello.

Rememorando los avances que la Humanidad logró en los últimos tiempos, caigo en la cuenta de que, poco a poco hemos sido capaces de identificar una colección de números mágicos y misteriosos arraigados en la regularidad de la experiencia.

¡Son las constantes de la Naturaleza!

Dan al Universo su carácter distintivo y lo hace singular, distinto a otros que podría, nuestra imaginación, inventar.

Estos números misteriosos, a la vez que dejan al descubierto nuestros conocimientos, también dejan al desnudo nuestra enorme ignorancia sobre el Universo que nos acoge y las constantes universales.  Pues, las medimos con una precisión cada vez mayor y modelamos nuestros patrones fundamentales de masa y tiempo alrededor de su invariancia, pero no podemos explicar sus valores.

Nunca nadie ha explicado el valor numérico de ninguna de las constantes de la Naturaleza. ¿Os acordáis del 137? Ese número puro, adimensional que guarda los secretos del electrón (e) de la luz (c) y del cuanto de Planck (h).

Hemos descubierto otras nuevas, hemos relacionado las viejas y hemos entendido su papel crucial para hacer que las cosas sean como son, pero la razón de sus valores sigue siendo un secreto profundamente escondido.

Buscar esos secretos ocultos, implica que, necesitamos desentrañar la teoría más profunda de todas y la más fundamental de las leyes de la Naturaleza: Averiguar si las constantes que las definen están determinadas y conformadas por alguna consistencia lógica superior o si, por el contrario, sigue existiendo un papel para el azar.

Si estudiamos atenta y profundamente las constantes de la Naturaleza, nos encontramos con una situación muy peculiar.  Mientras parece que ciertas constantes estuvieran fijadas, otras tienen espacio para ser distintas de las que son y algunas no parecen afectadas por ninguna otra cosa del o en el Universo.

¿ Llegaron estos valores al azar?

¿ Podrían ser realmente distintos?

¿Cuán diferentes podrían ser para seguir albergando la existencia de seres vivos en el Universo?

En 1986, el libro The Anthropic Cosmológicas Principle, exploraba las diez maneras conocidas en que la vida en el Universo era sensible a los valores de las Constantes Universales.  Universos con constantes ligeramente alteradas nacerían muertos, privados del potencial para desarrollar y sostener la complejidad que llamamos vida.

En la literatura científica puede encontrarse todo tipo de coincidencias numéricas que involucran a los valores de las constantes de la Naturaleza.

He aquí algunas de las formulas propuestas (ninguna tomada en serio) para la constante de estructura fina.

Valor experimental: 1/α = 137,035989561….

En primer lugar, ha habido intentos de “demostrar” que 1/α es igual a las siguientes expresiones que utilizan una extensión especulativa de física conocida:

  • Lewis y Adams……. 1/α = 8p(8p5/15)1/3 = 137, 384
  • Eddington………….. 1/α = (162– 16)/2+16-1 = 137
  • Wiler………………….. 1/α = (8p4/9)(245!/p5)¼ = 137,036082
  • Aspden y Eagles…. 1/α = 108p(8/1.843)1/6 = 137,035915

Por supuesto, si la teoría M da al fin con una determinación del valor de 1/α podría parecerse perfectamente a una de estas fórmulas especulativas.  Sin embargo, ofrecería un amplio y constante edificio teórico del que seguiría la predicción.

También tendría que hacer algunas predicciones de cosas que todavía no hemos medido; por ejemplo, las siguientes cifras decimales de 1/α, que los futuros experimentadores podrían buscar y comprobar con medios más adelantados que las que ahora tenemos, a todas luces, insuficientes en tecnología y potencia.

Todos estos ejercicios de juegos mentales numéricos, se acercan de manera impresionante al valor obtenido experimentalmente pero el premio para el ingenio persistente le corresponde a Gary Adamson, cuya muestra de 137-logía se dieron a conocer en numerosas publicaciones.

Estos ejemplos tienen al menos la virtud de surgir de algún intento de formular una teoría de electromagnetismo y partículas.  Pero hay también matemáticos “puros” que buscan cualquier combinación de potencias de números pequeños y constantes matemáticas importantes, como Π que se aproxime al requerido 137,035989561……   He aquí algún ejemplo de este tipo:

  • Robertson………….  1/α = 2-19/4310/3517/4p-2 = 137,03594
  • Burger………………..  1/α = (1372+p2)1/2 = 137, 0360157

Ni siquiera el gran físico teórico Werner Heisenberg pudo resistirse a la ironía o irónica sospecha de que:

“En cuanto al valor numérico supongo que 1/α = 24 33/Π”

Arthur Eddington, uno de los más grandes astrofísicos del siglo xx, y una notable combinación de lo profundo y lo fantástico, más que cualquier figura moderna, fue el responsable impulsor de poner en marcha los inacabables intentos de explicar las constantes de la Naturaleza mediante auténticas proezas de numerología pura.  Él también advirtió un aspecto nuevo y espectacular de las constantes de la Naturaleza.

Hay que prestar atención a las coincidencias.  Uno de los aspectos más sorprendentes en el estudio del Universo astronómico durante el siglo XX ha sido el papel desempeñado por la coincidencia: que existiera, que fuera despreciada y que fuera reconocida: Cuándo los físicos empezaron a apreciar el papel de los constantes en el dominio cuántico y a explorar y explotar la nueva teoría de la Relatividad General de la Gravedad de Einstein para describir el Universo en su conjunto, las circunstancias eran las adecuadas para que alguien tratara de unirlas.

Entró en escena Arthur Eddington: un extraordinario científico que había sido el primero en descubrir cómo se alimentaban las estrellas a partir de reacciones nucleares.  También hizo importantes contribuciones a nuestra comprensión de la galaxia, escribió la primera exposición sistemática de la teoría de la relatividad general de Einstein y fue el responsable de ratificar, en una prueba decisiva, durante un eclipse de Sol, la veracidad de la teoría de Einstein en cuanto a que el campo gravitatorio del Sol debería desviar la luz estelar que venía hacia la Tierra en aproximadamente 1,75 segundos de arco cuando pasaba cerca de la superficie solar, y así resulto.

Albert Einstein y Arthur Stanley Eddington, se conocieron y se hicieron amigos.  Se conservan fotos de los dos juntos conversando sentados en un banco del jardín de Eddington en el año 1.939, donde fueron fotografiados por la hermana del dueño de la casa.

Aunque Eddington era un hombre tímido con pocas dotes para hablar en público, sabía escribir de forma muy bella, y sus metáforas y analogías aún las utilizan los astrónomos que buscan explicaciones gráficas a ideas complicadas.  Nunca se casó y vivió en el Observatorio en Cambridge, donde su hermana cuidaba de él y de su anciana madre.

Eddington creía que a partir del pensamiento puro sería posible deducir leyes y constantes de la Naturaleza y predecir la existencia en el Universo de cosas como estrellas y Galaxias.

¡ Se está saliendo con la suya !

Entre los números de Eddington que él consideraba importante y que se denomino “numero de Eddington”, que es igual al número de protones del Universo visible.  Eddington calculó (a mano) este número enorme y de enorme precisión en un crucero trasatlántico (ya lo he contado otras veces), concluyendo con esta memorable afirmación:

“Creo que en el Universo hay 15.747.724.136.275.002.577.605.653.968.181.555.468.044.717.914.527.116.709.366.231.425.
.076.185.631.031.296 protones y el mismo número de electrones.”

Este número enorme, normalmente escrito NEdd, es aproximadamente igual a 1080.  Lo que atrajo la atención de Eddington hacia él era el hecho de que debe ser un número entero, y por eso en principio puede ser calculado exactamente.

Durante la década de 1.920, cuándo Eddington empezó su búsqueda para explicar las constantes de la Naturaleza, no se conocían  bien las fuerzas débil y fuerte de la Naturaleza, y las únicas constantes dimensionales de la física que sí se conocían e interpretaban con confianza eran las que definían la Gravedad y las fuerzas electromagnéticas ( Einstein y Maxwell ).

Eddington las dispuso en tres grupos o tres números puros adimensionales.  Utilizando los valores experimentales de la época, tomó la razón entre las masas del protón y electrón:

mpr/me 1040,

la inversa de la constante de estructura fina

2phc/e2≈ 137

Y la razón entre la fuerza gravitatoria y la fuerza electromagnética entre un electrón y un protón,

22/Gmpr me 1040

A estas unió o añadió su número cosmológico, N Edd ≈ 1080.

A estos cuatro números los llamó “las constantes últimas”, y la explicación de sus valores era el mayor desafió de la ciencia teórica:

¿Son estas cuatro constantes irreducibles, o una unificación posterior de la Física demostrará que alguna o todas ellas pueden ser prescindibles ?

¿Podrían haber sido diferentes de lo que realmente son?

De momento con certeza, nadie ha podido contestar a estas dos preguntas que, como tantas otras, están a la espera de esa Gran teoría Unificada del Todo que, por fín, nos brinde las respuestas tan esperadas y buscadas por todos los grandes físicos del mundo

¡Es todo tan complejo!

emilio silvera

 

  1. 1
    carmen de luis romero
    el 11 de abril del 2010 a las 17:15

    Te doy las gracias por todos estos pensamientos que escribes en tu Blog.  Por desgracia, mis conocimientos en Física Cuántica son muy limitados y hay conceptos que se me escapan, pero como tú, expresas  esos conocimientos de forma  asequible, estoy totalmente enganchada a tus comentarios y elucubraciones.Es una forma de hacernos pensar sobre tus puntos de vista,  las diversas teorías que rondan por ahí y que tratan de explicar qué hacemos aquí y del futuro que nos espera.           Gracias

    Responder
  2. 2
    nelson
    el 12 de abril del 2010 a las 0:37

    Hola muchachada.                                                                                                                                                                              Hola estimado amigo Emilio:
    Si será difícil trasmitir el pensamiento…sobre todo si la imaginación supera largamente la intrucción recibida. Incluso para preguntar hay que saber expresar con precisión los conceptos, de forma que el mensaje sea correctamente interpretado por el (los) interlocutor(es).
    Este magnífico artículo sobre estos gigantes de la Física y de las Matemáticas y las magnitudes colosales de las constantes que has mencionado, me incitan a reiterar (por tercera vez) una pregunta de la que no puedo obtener respuesta, aunque presumo que debe haberla. El amigo Abdel, siempre atento, intentó amablemente contestármela, pero confundió la pregunta. Decía yo el 17 de marzo (respecto al ADN):
    “...Este recuerdo me lleva a pensar en la singularidad de “la molécula más bella del Universo”. Porque…¿cuántos átomos contiene?¿Se ha calculado cuántas diferentes formaciones moleculares a partir de esa gigantesca cantidad de átomos de carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo, ha debido “probar” la naturaleza antes y después de la aparición de las primeras moléculas prebióticas, hasta alcanzar las imponentes macromoléculas de las formas más desarrolladas de vida que hoy conocemos?
    ¿ Cuáles eran las posibilidades matemáticas de esos elementos disociados en el océano primitivo, de llegar a constituir estas “megaconstrucciones?…”
    Me intriga la magnitud de la cifra resultante y tengo curiosidad de compararla con el descomunal “NEdd”.
    Un saludo afectuoso para tí y para tod@s desde Montevideo.
     
     
     

    Responder
    • 2.1
      Abdel Majluf
      el 12 de abril del 2010 a las 2:56

      Amigo Nelson, cual dificil resulta tu pregunta, esta encierra, tal vez una de las mayores incognitas aun sin descifrar por nuestros inmaduros cerebros, por física ha de haber un numero casi infinito de probabilidades, por microbiologia genética a de estar aun en discución, pero lo cierto es que aun no nos apróximamos a descifrar a ciencia cierta esa interrogante que nos planteas, recuerda que recien estamos probando los aceleradores de electrones, los cuales de seguro entregarán una respuesta, pero por el momento son solo ecuaciones con cifras que mas que entregarnos trazas realistas, mas nos llevan a un sofismo platonico poco recomendado.

      pero de acuerdo a tu pregunta te adjunto un pequeño pensamiento, quizas encuentres pequeñas trazas de la respuesta

      ¿Por qué estamos aquí?
      Esta es sin dudas una de las mayores interrogantes del ser humano, el porque del origen de nuestra existencia a sido por siempre un verdadero ensalzado poco digerible para nuestro inmaduro razonamiento. Así y todo desde tiempos remotos el hombre ha tratado de desentrañar la respuesta, esa piedra angular que ha poco de asomar se nos vuelve a esconder, ya en la antigüedad se entrelazaban grupos proponiendo sus teorías sobre el porque y el por como, basados en gran parte en el sofismo de Platón y vociferando a los cuatro vientos cual retórica versada a los coloquiales.
      De estas me surgen algunas a la memoria, Generación espontánea, como apostaba Aristóteles, este sostenía que los pollos nacen de huevos, los animales de sus madres, pero algunas formas de vida, como los gusanos y los renacuajos, se originaban en el barro calentado por el sol, mientras que las moscas nacían en la carne descompuesta de las carroñas de animales, pero a poco andar, lamentablemente su teoría fue errada, ya que las larvas de moscas nacen en la carne siempre que moscas vivas hayan puesto sus huevos allí, Digamos de paso que Pasteur terminó de derribar su teoría y de paso descubrió el principio de la esterilización, la llamada pasteurización, pero fue su celebre frase “ Toda vida es de otra vida”, la que llevo a francisco Redi a elaborar una nueva tesis, la biogénesis, la cual postulaba que, todo ser vivo proviene de otro ser vivo, de esta, Un segundo significado fue dado por el sacerdote jesuita, científico y filósofo francés Pierre Teilhard de Chardin, para este, no sólo la vida, sino la materia y el pensamiento están también involucrados en el proceso de la evolución. Pero todo esto nos lleva indiscutiblemente a la teoría Darwiniana de la evolución. Por otro lado surgió la panspermia como decía Anaxágoras, según este, las Bacterias o la esencia de la vida prevalecen diseminadas por todo el universo y que la vida comenzó en la Tierra gracias a la llegada de tales semillas a nuestro planeta, algo que nos resuelve en cierta manera este cuestionamiento, esta incluso ha sido apoyada  por un Químico ganador de un premio Nóbel, de acuerdo a esto sería la manera en que podríamos aceptar la posibilidad de la vida en todo el Universo, pues, poseería una base bioquímica similar y por tanto la posibilidad de la vida es algo natural y posible, pero lamentablemente esta teoría no resuelve nuestro problema de cómo surgió la vida, solo nos dice como llegó, hoy en día algunos aun defienden esta teoría, pero no fue sino a mediados del siglo pasado que surgió una nueva hipótesis y que ha tomado mucha fuerza, Fue desarrollada por el bioquímico ruso Alexander Oparin y Según este, la atmósfera de la primitiva Tierra se encontraba formada en su mayoría por metano, amoniaco y vapor de agua. La falta de oxígeno en la atmósfera hacía que no existiera ninguna pantalla protectora para la parte más activa de las radiaciones solares, por lo que el amoniaco, metano y vapor de agua reaccionaron entre sí debido a las radiaciones ultravioletas y surgieron así las primeras moléculas orgánicas de las cuales se derivarían después todos los organismos vivos. Tal vez esta nos soluciona en parte del como fuimos creados, pero no del porqué, he de entonces buscar otra respuesta, tal vez en el campo de la pseudociencia, la cual sostiene el Creacionismo, que nos dice que este es el conjunto de creencias, inspirada en doctrinas religiosas, según la cual la Tierra y cada ser vivo que existe actualmente proviene de un acto de creación por uno o varios seres divinos, cuyo acto de creación fue llevado a cabo de acuerdo con un propósito divino. Filosóficamente hablando, esta me entrega una mayor tranquilidad a mi interrogante, pero no puedo dejar de pensar en lo científico y esta se contrapone completamente a ello, pues, a de ser basado en la fe y no en las comprobaciones.
      Luego de machacar un poco todas estas respuestas, que por lo demás han de ser las mas respetables, mi mente comienza a divagar, como por una eclíptica cósmica buscando la razón del porqué de mi ser, y mientras mas avanzo, mas me pierdo, tal vez, porque me adentro mas a lo cognitivo, aquello perteneciente o relativo al conocimiento, esto es, al conjunto de informaciones almacenadas mediante la experiencia o aprendizaje, pero inexorablemente ello me devuelve a todo lo anterior.
      Pues habrá que dejar de lado toda influencia para poder quizás, lograr encontrar esa cada vez mas esquiva respuesta, y siendo así, comenzare tal vez en forma lúdica a cuestionarme mi existencia, pues tal vez hoy estoy acá, pero mañana ya no estaré y antes tampoco estuve, pues claro todos somos aves de paso por este océano cósmico, que ya apaga casi 15 mil millones de velitas y aun así a de considerarse joven. Increíblemente ahora el termino casualidad me suena casi científico, pero no, ha de haber algo mas allá, y pues ya creo comprender, el universo ha de ser una maquina increíble, en donde existen las leyes universales, todo nace, crece y muere, estrellas, galaxias, nebulosas e incluso nosotros mismos, entonces, vaya pues, la casualidad no ha de caber en esto, solo algo fuera de lo real, sería capaz de generar tanta maravilla junta en tan casi infinito espacio, a de ser alguien pues, aquí hay procesos, tiempos, composiciones, evolución y un gran recuerdo que desde hace mas de 20 siglos nos ha indicado que existe un Dios, un creador, un ser capaz de crear toda esta maravilla, esta maquina llamada universo y nosotros pues,  somos sus invitados aunque sin tarjeta alguna, pero recibidos amablemente para conocer y por algún tiempo probar esta experiencia que es la vida, el caminar por este mundo, el nacer, crecer, formar una familia y después, marcharnos, quizás a donde, pero si, dejando una huella imborrable en este lugar, nuestros hijos, y los hijos de los hijos de los hijos. A de ser esa la respuesta, estamos aquí, porque el ha querido que estemos para cultivar y preservar la vida, algo que pareciera, es muy importante para el. No ha de sentirse solo, pero ha de tener importancia para el nuestra existencia.
      Dios si estas allí, porqué no os escucháis nuestras suplicas y ya de una gran vez, nos vienes a visitar.
       

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      • 2.1.1
        nelson
        el 12 de abril del 2010 a las 19:00

        Hola amigo y compatriota  Abdel.
        Gracias por tu deferencia, por tu jugada respuesta, que incursiona en la metafísica.
        Pero a mí me cuesta creer que, si Jean Perrin  ¡en 1908!, pudo calcular con exactitud el número de Avogadro (cantidad de moléculas contenidas en un mol de gas a temperatura y presión ambiente); si Sir Arthur Eddington pudo calcular, como nos cuenta Emilio, A MANO, a bordo de un transatlántico, la cantidad de protones del Universo dejándonos el imponente NEdd; ¿cual es el obstáculo hoy, con el apoyo de la moderna tecnología y los modernos procesadores, para calcular, no ya el número exacto, sino la magnitud de la cantidad de combinaciones posibles previas entre los elementos que conforman el ADN, hasta llegar a configurar su estructura?
        Un abrazo para tí y para tod@s
         

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