lunes, 23 de diciembre del 2024 Fecha
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Nuestra Mente y la Física

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Física    ~    Comentarios Comments (0)

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En mecánica cuántica es corriente trabajar con la constante de Planck racionalizada,  (ħ = h/2p = 1’054589×10-34 Julios/segundo), con su ley de radiación (Iv = 2hc-2v3/[exp(hv/KT)-1]), con la longitud de Planck, (long_planck), con la masa de Planck denotada masa_planck.

Todo lo anterior son herramientas de la mecánica cuántica que en su conjunto son conocidas como unidades de Planck, que como su mismo nombre indica son un conjunto de unidades, usado principalmente en teorías cuánticas de la gravedad, en que longitud, masa y tiempo son expresadas en múltiplos de la longitud, masa y tiempo de Planck, respectivamente. Esto es equivalente a fijar la constante gravitacional (G), como la velocidad de la luz (c), y la constante de Planck racionalizada (ħ) iguales todas a la unidad.  Todas las cantidades que tienen dimensiones de longitud, masa y tiempo se vuelven adimensionales en unidades de Planck. Debido a que en el contexto donde las unidades de Planck son usadas es normal emplear unidades gaussianas o unidades de Heaviside-Lorentz para las cantidades electromagnéticas, éstas también se vuelven adimensionales, lo que por otra parte ocurre con todas las unidades naturales. Un ejemplo de esta curiosidad de adimiensionalidad, está presente en la constante de estructura fina (2pe2/hc) de valor 137 (número adimensional) y cuyo símbolo es la letra griega a (alfa).

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Nosotros, la física y el Universo

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en General    ~    Comentarios Comments (20)

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Cada ser humano es una consecuencia, cambiante en el tiempo, de la interacción entre una dotación genética única y una serie de experiencias, también única, en el mundo. Y es por ello que el hombre no viene predeterminado al mundo. Y es de esta manera además que en alguna medida, el hombre puede soñar en una libertad que le permite hacerse a sí mismo. A ello, que no es nuevo, hay que añadir hoy otra dimensión de trascendencia no imaginable.

Somos frágiles, estamos marcados por genes que nos pueden traer enfermedades complejas de todo tipo que ponen en peligro nuestras vidas. Cierto que el ser humano puede nacer con genes mutados, y de hecho es el caso, que predisponen a padecer enfermedades. Pero esto no es suficiente, en absoluto, para que haya aparición clínica de estas enfermedades que llamamos complejas y que son las más como las poligénicas como la esquizofrenia, el alzheimer o el parkinson, una arteriosclerosis, hipertensión, algún tipo de diabetes o de cáncer y junto a todas estas, una larga lista de enfermedades.

Sin embargo, podemos tener el gen y éste quedar dormido para siempre, si no lo despertamos. Para que tal cosa ocurra es necesario que esos genes mutados, en su acción e interacción entre ellos y con otros genes, interaccionen a su vez con el medio ambiente que rodea al individuo y sus estilos de vida y haga que la enfermedad se exprese. De ello, y como corolario, se deduce una idea realmente revolucionaria, y esta es que el ser humano podría vivir sin enfermedades, al menos sin las más importantes que nos acechan, si conociésemos esos determinantes ambientales, decisorios y al que se ha puesto el nombre de “ambioma”.

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