jueves, 21 de noviembre del 2024 Fecha
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Comprender el Universo, ese es nuestro futuro.

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Astronomía y Astrofísica    ~    Comentarios Comments (2)

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Todos los avances de la Humanidad han estado siempre cogidos de la mano de las matemáticas y de la física. Gracias a estas dos disciplinas del saber podemos vivir cómodamente en ciudades iluminadas en confortables viviendas. Sin Einstein, pongamos por ejemplo, no tendríamos láseres o máseres, pantallas de ordenadores y de TV, y estaríamos en la ignorancia sobre la curvatura del espaciotiempo o sobre la posibilidad de ralentizar el tiempo si viajamos a gran velocidad; también estaríamos en la más completa ignorancia sobre el hecho cierto y demostrado de que masa y energía (E = mc2), son la misma cosa.

Como ese ejemplo podríamos aportar miles y miles. Es necesario continuar avanzando en el conocimiento de las cosas para hacer posible que, algún día, dominemos las energías de las estrellas, de los agujeros negros y de las galaxias. Ese dominio será el único camino para que la Humanidad que habita el planeta Tierra, pueda algún día, lejano en el futuro, escapar hacia las estrellas para instalarse en otros mundos lejanos. Ese es nuestro inevitable destino. Llegará ese irremediable suceso que convertirá nuestro Sol en una gigante roja, cuya órbita sobrepasará Mercurio, Venus y posiblemente el planeta Tierra. Pero antes, en el proceso, las temperaturas se incrementarán y los mares y océanos del planeta se reconvertirán en vapor. Toda la vida sobre el planeta será eliminada y para entonces, si queremos sobrevivir y preservar la especie, estaremos ya muy lejos, buscando nuevos mundos habitables en algunos casos, o instalados como colonizadores de otros planetas. Mientras tanto, el Sol habrá explotado en nova y se convertirá en una estrella enana blanca. Sus capas exteriores serán lanzadas al espacio estelar y el resto de la masa del Sol se contraerá sobre sí misma. La fuerza de gravedad reducirá más y más su diámetro, hasta dejarlo en unos pocos kilómetros, como una gran pelota de enorme densidad que poco a poco se enfriará.  Un cadáver estelar.

Ese es el destino del Sol que ahora hace posible la vida en nuestro planeta, enviándonos su luz y su calor, sin los cuales, no podríamos sobrevivir.

Para cuando eso llegue (faltan 4.000 millones de años), la Humanidad tendrá que contar con medios tan avanzados que ahora sólo podríamos imaginar. Las dificultades que habrá que vencer son muchas y, sobre todo, increíblemente difíciles de superar.

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Culturas antiguas

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Rumores del Saber    ~    Comentarios Comments (1)

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Las culturas antiguas eran a menudo más realistas en su relación con los cielos. Durante las últimas décadas hemos llegado a reconocer la sofisticación astronómica de las culturas antiguas no occidentales. El libro de Otto Neugebauer, titulado The Exact Sciences in Antiquity y publicado en 1957, se convirtió en un texto fundamental y estimuló el nacimiento de un nuevo campo multidisciplinario: la astronomía arqueológica.

Anthony Aveni, profesor de astronomía y antropología de la Colgate University, define la astronomía arqueológica como el estudio de la práctica y la utilización de la astronomía en las culturas antiguas de todo el mundo, tomando en consideración todo tipo de evidencias, tanto escritas como no escritas. Aunque la astronomía arqueológica sólo existe desde principios de la década de 1970, ha tenido ya un éxito considerable como instrumento para interpretar los avances astronómicos de las culturas prerrenacentistas.

Esta disciplina se ha expandido finalmente hasta abarcar culturas de todos los lugares del planeta, después de la revitalización que le aportaron las interpretaciones del astrónomo de la Smithsonian Institution Gerald Hawskins relativas a los alineamientos de Stonehenge, basándose en trabajos anteriores de sir Norman Lockyer realizados entre finales del siglo XIX y principios del XX.

En la mayoría de las culturas antiguas en las que tuvo importancia observar el cielo los astrónomos actuaban como sacerdotes. Aunque los templos y juegos de pelota de los mayas y los aztecas, cuidadosamente orientados, tenían una doble función como observatorios astronómicos, fueron también templos y construcciones dedicados a la práctica de rituales civiles y religiosos. Con el uso de los templos-observatorios, los pueblos antiguos de México y de los Andes establecían un vínculo entre los astros y sus propias vidas a través de augurios y profecías. Aunque este maridaje entre la astrología y la astronomía, que era común a todas las culturas más antiguas no occidentales, ha desacreditado sus esfuerzos a los ojos de algunos expertos, los logros alcanzados han perdurado hasta nuestro días.

La astrología fue tenida en gran estima durante muchos años en Occidente. Johannes Kepler, el fundador de la astronomía planetaria, al mismo tiempo se ganaba el sustento en parte haciendo horóscopos, igual que su mentor, el aristócrata danés Tycho Brahe, que a veces ha sido considerado como el primer gran observador astronómico europeo.

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Un largo recorrido

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en General    ~    Comentarios Comments (2)

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Nadie ha podido explicar nunca como llegan esos fogonazos de luz del conocimiento a unas pocas mentes elegidas.

El cerebro se cuenta entre los objetos más complicados del universo y es sin duda una de las estructuras más notables que haya producido la evolución. Hace mucho tiempo, cuando aún no se conocía la neurociencia, se sabía ya que el cerebro es necesario para la percepción, los sentimientos y los pensamientos.

En tanto que es objeto y sistema, el cerebro humano es muy especial: su conectividad, su dinámica, su forma de funcionamiento, su relación con el cuerpo y con el mundo… no se parece a nada que la conciencia conozca.  Su carácter único hace que el ofrecer una imagen del cerebro se convierta en un reto extraordinario. Aunque todavía estamos lejos de ofrecer una imagen completa del cerebro, sí podemos ofrecer retazos y datos parciales de algunos de sus complicados mecanismos. Sin embargo, carecemos de información para generar una teoría satisfactoria de la conciencia.

Estamos tratando de algo que pesa poco más de 1 Kg – aproximadamente – y que contiene unos cien mil millones de células nerviosas o neuronas, generando continuamente emociones, etc.

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Un largo recorrido II

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en General    ~    Comentarios Comments (0)

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La evolución pudo haber optado por otras soluciones, por ejemplo la de incrementar la cantidad total de energía en forma de alimento, permitiendo así la existencia de energía necesaria para un gran cerebro y un gran aparato digestivo, lo cual sería al menos chocante, ya que lo racional es que tengamos que alimentarnos para vivir y no que vivamos para alimentarnos.

Los ladrillos del cerebro: Es evidente que el estímulo para la expansión evolutiva del cerebro obedeció a diversas necesidades de adaptación como puede ser el incremento de la complejidad social de los grupos de homínidos y de sus relaciones interpersonales, así como la necesidad de pensar para buscar soluciones a problemas surgidos por la implantación de sociedades más modernas cada vez. Estas y otras muchas razones fueron las claves para que la selección natural incrementara ese prodigioso universo que es el cerebro humano.

Claro que para levantar cualquier edificio, además de un estímulo para hacerlo se necesitan los ladrillos específicos con las que construirlo y la energía con la que mantenerlo funcionando.

La evolución rápida del cerebro no sólo requirió alimentos de una elevada densidad energética y abundantes proteínas, vitaminas y minerales; el crecimiento del cerebro necesitó de otro elemento fundamental:

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