domingo, 22 de diciembre del 2024 Fecha
Ir a la página principal Ir al blog

IMPRESIÓN NO PERMITIDA - TEXTO SUJETO A DERECHOS DE AUTOR




Culturas antiguas

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Rumores del Saber    ~    Comentarios Comments (1)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

Las culturas antiguas eran a menudo más realistas en su relación con los cielos. Durante las últimas décadas hemos llegado a reconocer la sofisticación astronómica de las culturas antiguas no occidentales. El libro de Otto Neugebauer, titulado The Exact Sciences in Antiquity y publicado en 1957, se convirtió en un texto fundamental y estimuló el nacimiento de un nuevo campo multidisciplinario: la astronomía arqueológica.

Anthony Aveni, profesor de astronomía y antropología de la Colgate University, define la astronomía arqueológica como el estudio de la práctica y la utilización de la astronomía en las culturas antiguas de todo el mundo, tomando en consideración todo tipo de evidencias, tanto escritas como no escritas. Aunque la astronomía arqueológica sólo existe desde principios de la década de 1970, ha tenido ya un éxito considerable como instrumento para interpretar los avances astronómicos de las culturas prerrenacentistas.

Esta disciplina se ha expandido finalmente hasta abarcar culturas de todos los lugares del planeta, después de la revitalización que le aportaron las interpretaciones del astrónomo de la Smithsonian Institution Gerald Hawskins relativas a los alineamientos de Stonehenge, basándose en trabajos anteriores de sir Norman Lockyer realizados entre finales del siglo XIX y principios del XX.

En la mayoría de las culturas antiguas en las que tuvo importancia observar el cielo los astrónomos actuaban como sacerdotes. Aunque los templos y juegos de pelota de los mayas y los aztecas, cuidadosamente orientados, tenían una doble función como observatorios astronómicos, fueron también templos y construcciones dedicados a la práctica de rituales civiles y religiosos. Con el uso de los templos-observatorios, los pueblos antiguos de México y de los Andes establecían un vínculo entre los astros y sus propias vidas a través de augurios y profecías. Aunque este maridaje entre la astrología y la astronomía, que era común a todas las culturas más antiguas no occidentales, ha desacreditado sus esfuerzos a los ojos de algunos expertos, los logros alcanzados han perdurado hasta nuestro días.

La astrología fue tenida en gran estima durante muchos años en Occidente. Johannes Kepler, el fundador de la astronomía planetaria, al mismo tiempo se ganaba el sustento en parte haciendo horóscopos, igual que su mentor, el aristócrata danés Tycho Brahe, que a veces ha sido considerado como el primer gran observador astronómico europeo.

Fue un eclipse de Sol pronosticado para el 21 de agosto de 1560 lo que hizo que Tycho Brahe, a los catorce años de edad, se interesara inicialmente por la astronomía y la astrología. Le impresionó el hecho de que los seres humanos pudieran comprender los movimientos de las estrellas y los planetas con tanta precisión que fueran capaces de predecir que el cometa Halley atravesará nuestros cielos cada sesenta y cinco años, ¿ es tan inverosímil que Brahe, Kepler y Galileo consideraran la posibilidad de que las vidas humanas pudieran pronosticarse con una regularidad similar ?. De hecho, hasta el siglo XVI ” astrología ” fue el término correcto utilizado para referirse a la ciencia que estudiaba los planetas y las estrellas. Se denominaba astronomía a la práctica de nombrar e identificar estrellas y constelaciones, una ciencia menor dedicada a la clasificación y asociada a la astrología casi del mismo modo que la taxonomía está asociada con la biología. ( El sufijo -nomía significa ” ordenar “. )

Una advertencia. Aveni nos llama la atención sobre la posibilidad de que, cuando miraban al cielo, los antiguos tuvieran in mente otras cosas diferentes de las que tenemos nosotros.  “Todos, dice Aveni, ” occidentales y no occidentales, hasta la Ilustración tuvieron tendencia a plantearse el cielo de maneras diferentes “. Este astrónomo llevó a cabo un estudio sobre los eclipses aztecas y descubrió que los eclipses que los éstos eligieron para sus registros y para que pasaran a la historia eran aquellos que se producían en los ” momentos oportunos “, es decir, los que seguían ciclos de cincuenta y dos años y, por lo tanto, encajaban con su calendario. No eran necesariamente los eclipses más espectaculares, como los que atraen la atención actualmente. ” Nosotros nunca pensaríamos en relacionar una erupción volcánica con la muerte de un presidente, pero ellos si lo habrían hecho “.

¿Qué era lo que buscaban los pueblos antiguos? Aveni afirma: “Creo que buscaban acontecimientos que corroboraran su sistema de creencias o, en ocasiones, que hicieran que sus sistemas de creencias fueran modificados”. Si los astrónomos estaban entre las elites gobernantes, como sucedía en Babilonia y en las antiguas civilizaciones maya y azteca, estarían buscando en el cosmos señales que dieran validez a sus iniciativas: hacer la guerra, desencadenar una batalla, establecer una alianza matrimonial, realizar una fusión de Estados, y así sucesivamente. ” Habitualmente interpretamos esto de una manera simplista y decimos, por ejemplo: Bueno, eran como una especie de Hitler, que lo único que hacía era embaucar a las masas. Hemos de entender que se trataba de una creencia profundamente asumida que les inducía a mirar al cosmos buscando unas señales de los dioses que les indicaran cómo debían actuar y qué camino tomar, casi del mismo modo en que un presidente recurre a su gabinete.”

La astronomía antigua y medieval no occidental es anterior al telescopio, una astronomía a simple vista. Sin embargo, incluso sin telescopios, los antiguos hindúes, mucho antes que Copérnico, supieron que la Tierra giraba alrededor del Sol y, mil años antes que Kepler, supieron que las órbitas de los planetas eran elípticas; los árabes inventaron el observatorio y dieron nombre a la mayoría de las estrellas que nos resultan más conocidas; los chinos cartografiaron el cielo; y los amerindios anotaron importantes acontecimientos astronómicos con dagas de luz o serpientes ópticas que aún nos impresionan hoy en día.

Tengo hecho un estudio de lo que fueron las culturas antiguas en Astronomía y otras disciplinas y lo que nos dejaron, empecé el trabajo con el Nuevo Mundo. En su mayoría, las culturas del Nuevo Mundo carecían de un lenguaje escrito ( excepción hecha de los mayas, los aztecas y posiblemente los incas), pero dejaron como herencia un rico patrimonio astronómico.

En realidad, el trabajo es una pequeña historia de la ciencia que, referidas a las matemáticas, la astronomía, Cosmología, Física, Geología, Química y Tecnología nos dejaron aquellos pueblos que, como Egipto, Mesopotamia, la India, China, el Islam, Mesoamérica, Oceanía, la Mesoamérica maya, Oriente Medio: Persia, y tantas culturas que nos dejaron su huella del saber para que, nosotros, cinco mil años más tarde, pudiéramos comenzar no partiendo de cero y con unos conocimientos del mundo que nos rodea que se elevaban al cielo y a los objetos que lo pueblan.

Escribir sobre todo esto, sobre todo me obligó a buscar y rebuscar datos, a tomar notas y, sobre todo, me sirvió para aprender muchas cosas que desconocía y logros de aquellos personajes que  se ganaron mi admiración.

emilio silvera

 

  1. 1
    Abdel Majluf
    el 20 de abril del 2010 a las 6:28

    Amigo, la arqueoastronomía, algo escribí una vez al respecto, aca les dejo algo de mi escrito, que por lo demás fue una charla que dicte varias veces, espero les guste.
    ……….En todo caso esta en mi blog, para el que quiera verlo con imagenes.
    La Arqueoastronomía una ciencia del pasado con los ojos del hoy.

    Observatorio Maya “El caracol” en Cichen Itza

    La Astronomía en la Prehistoria
    Desde la más profunda antigüedad, el hombre ha contemplado los cielos y se ha maravillado con su aspecto. No podemos imaginarnos cuales fueron las explicaciones que construyó en su mente al contemplar al Sol, la Luna y las estrellas.
    Con un cerebro en proceso de formación, los primeros homínidos debieron encontrarse a merced de las inclemencias del medio ambiente. Los fenómenos naturales como la lluvia, la sequía, el frío o el calor, el día y la noche, todo esto debió sembrar en sus mentes miedos y temores por lo desconocido, y todo esto veían que provenía del cielo.
    Todo lo anterior llevo al ser humano, al ya evolucionado Sapiens a admirar el cielo y a tratar de interpretar sus conductas.

    El Cielo Como Guía.

    Pocos saben que, igual que sucede con las pirámides de Egipto, muchos de los enclaves arqueológicos más destacados de nuestro país se construyeron teniendo el cielo como guía.

    El prestigioso arqueoastrónomo Edwin C. Krupp, director del Observatorio Griffith de Los Ángeles (EE.UU..), define la arqueoastronomía como “el estudio interdisciplinario a nivel global de la Astronomía prehistórica, antigua y tradicional en el marco de su contexto cultural”. Es decir, consiste en el análisis del sentido y la utilidad que las culturas del pasado daban a los astros, que abarca la investigación de las fuentes escritas, los calendarios, los mitos celestes, las representaciones simbólicas de eventos, la orientación astronómica de los edificios, etc.

    Para deducir el conocimiento astronómico que tenían nuestros ancestros, los actuales arqueoastrónomos parten de dos escuelas Arqueoastronomicas muy diferentes:

    Una escuela, que se podría llamar “Arqueoastronomía Orientacionista”, considera como único objetivo a estudiar por esta disciplina, las orientaciones en días determinados del año: en los solsticios o en los equinoccios, con el sol, o con la luna, o con las constelaciones, o con los planetas de los edificios arcaicos, o de los pasillos, o de las puertas de las construcciones sagradas.

    Mientras que la escuela de la “Arqueoastronomía Global”, considera como objetivo de esta ciencia, tanto el estudio de las obras de arte prehistóricas (esculturas, pinturas, grabados, geoglifos, tumbas, edificios y otras manifestaciones artísticas….), como el estudio de los mitos, así como los nombres de constelaciones y los rituales celebrados por diversos pueblos históricos heredados de la más remota antigüedad, en los que nuestros ancestros han dejado la huella de sus conocimientos astronómicos.

    Stonehenge es un monumento ritual prehistórico situado en Wiltshire, en la llanura de Salisbury, al suroeste de Inglaterra, fechado entre los últimos periodos del neolítico (finales de la edad de piedra) y los primeros de la edad del bronce. Es el más famoso de los monumentos megalíticos de Inglaterra y la estructura prehistórica más importante de Europa. Es muy probable que hubiera sido un lugar de reunión tribal o un centro religioso relacionado con la observación astronómica. Las piedras están alineadas siguiendo patrones astronómicos. Señala las direcciones de salida y puesta de sol en determinados días del año, así como las posiciones de la luna, y sirve para determinar el inicio del verano. Fue construido en varias fases a lo largo de unos seiscientos años, entre 2200 y 1600 a.C., y la mayoría de sus grandes piedras están colocadas en relación con la Luna y el Sol, y no con las posiciones de las estrellas. Se adoptó ese plan probablemente ya que las declinaciones del Sol y de la Luna tienen ciclos predecibles.

    Líneas de Nazca

    Las misteriosas líneas se extienden en un perímetro de 50 kilómetros de longitud y 15 kilómetros de ancho. El suelo de la región, que es una de las más secas y desérticas del mundo, es de color marrón, pero bajo esta primera capa se esconde otra de color amarillo. Cuando se camina, una pisada deja una duradera mancha blanca. Nazca es una ciudad del Perú, situada en el departamento de Ica, bañada por el río Nazca. Es mundialmente famosa por haber acogido en su territorio a la cultura Nazca, una cultura preincaica cuyo máximo apogeo se produjo entre los siglos II a.C. y VI d.C. Esta cultura destacó por su cerámica de figuras simbólicas y estilizadas, en la que el colorido domina al dibujo. Las líneas de Nazca sólo son apreciables desde el aire. La matemática alemana Maria Reiche fue la más persistente investigadora de estos enormes dibujos. Durante más de medio siglo investigó las figuras de Nazca, y lejos de hipótesis sobre civilizaciones extraterrestres, la investigadora afirmó que las líneas de Nazca son un gigantesco calendario sobre los movimientos del sol, la luna y las constelaciones.

    Chichén Itzá una de las grandes ciudades de la cultura maya, situada en el norte de la península del Yucatán. El nombre, que significa ‘La boca de los Cenotes de Itzá’, deriva de la tribu itzá que ocupaba el territorio y de los dos pozos o cenotes naturales que suministraban agua a la ciudad y en torno a los cuales estaba centrada la vida religiosa y cultural. Los Mayas son famosos por sus brillantes y avanzados conocimientos astronómicos. Chichén Itzá fue fundada a inicios del siglo VI d.C. por la presencia de numerosas peregrinaciones al gran Cenote Sagrado, donde se ofrecían sacrificios al dios de la lluvia Chac, y abandonada hacia el año 670. Reconstruida unos trescientos años más tarde, cuando los itzaes regresaron a la región, se convirtió en la ciudad más importante de todo el norte de Yucatán y en el centro de la cultura maya. En torno al año 1200 la ciudad fue conquistada por los toltecas, invasores procedentes del norte de México, quienes promovieron su desarrollo aún más. Fue abandonada un siglo antes de la llegada de los españoles. La civilización maya sigue siendo un misterio. Durante la conquista, los evangelizadores prácticamente acabaron con todo el conocimiento escrito de este pueblo. El pueblo maya tenía códices o libros que lamentablemente fueron quemados.

    Piedra del Sol
    También llamada Calendario Azteca porque sus relieves son alusivos a los cultos solares y conocimientos astronómicos de los aztecas. Este gigante monolito es el resultado de siglos de observación astronómica de nuestros antepasados. La Piedra del Sol es, probablemente, el monolito más antiguo que se conserva de la cultura prehispánica, cuya fecha de construcción fue alrededor del año 1479. Los motivos escultóricos que cubren su superficie parecen ser un resumen de la compleja cosmogonía azteca. Este monumento está labrado en bajo relieve en un monolito basaltico. Tiene un diámetro de 3.60 metros y pesa 25 toneladas. En la Plaza Mayor de la Gran Tenochtitlán, ocupaba un destacado lugar colocado sobre uno de los templos llamado Quauhxicalco. Fue derribado al consumarse la conquista española, permaneció enterrado 270 años hasta ser descubierto el 17 de diciembre de 1790. Actualmente preside la sala Mexica del Museo Nacional de Antropología e Historia en Chapultepec.

    EL FIRMAMENTO DEL EGIPTO ANTIGUO: Durante el año 2001 se ha completado el mapa de los cielos del antiguo Egipto mediante el análisis de los decanos y de los relojes estelares encontrados en los techos de las tumbas de algunos faraones de la XX Dinastía (todos ellos llamados Ramsés). Se han identificado las posibles equivalencias entre más de una veintena de “constelaciones” o estrellas individuales mencionadas en los textos jeroglíficos y ciertos asterismos o estrellas del propio firmamento (Belmonte 2001a, b, c y j.)

    ARQUEOASTRONOMIA Y ARQUEOTOPOGRAFÍA EN PETRA: En trabajo de campo realizado en la ciudad nabatea de Petra (Jordania) se ha demostrado que la mayoría de los edificios más importantes de la ciudad están orientados astronómica o topográficamente a cuerpos celestes asociados a la mitología nabatea o a elementos singulares del paisaje (Belmonte 1997c y e.)

    La arqueoastronomía en América del Sur

    Partiremos diciendo que existe un gran reconocimiento mundial por las antiguas culturas que habitaron Oriente, Europa, Asia, América del norte y América central y esto basado en la gran cantidad de construcciones Neolíticas existentes, pero además a la gran cantidad de pintura rupestre que se ha encontrado en cuevas y cavernas. Todo esto a hecho corroborar a los científicos sobre la influencia que tenía el cielo para los antiguos habitantes en la tierra

    Pero América del sur no estuvo ajena a esto, y contamos con una de las culturas que mas han aportado a los estudios de esta ciencia a nivel mundial, me refiero a los INCAS.

    Machu Picchu es el más famoso bastión inca en los Andes, situado a unos 130 km al noroeste de Cuzco, en Perú. Está emplazado a gran altitud en una cima entre dos picos, a 600 m aproximadamente sobre el río Urubamba, a unos 2.045 m de altitud. Los restos de la ciudad cubren unos 13 kilómetros cuadrados de terrazas construidas en torno a una plaza central y conectadas entre sí mediante numerosas escaleras. La mayoría de los edificios, se calcula un total de más de 150 viviendas, son casas de una sola habitación (en la actualidad sin su correspondiente techo), dispuestas en torno a patios interiores. Algunas de las estructuras más grandes fueron utilizadas para ceremonias religiosas. Dos de los edificios más destacados son la Casa de la Ñusta, que pudo ser una zona de baños y de la que se conservan varias puertas trapezoidales con enormes dinteles; por otro lado, es famoso el intihuatana, u observatorio astronómico que se levantó en uno de los lugares más estratégicos, desde donde los incas pudieron estudiar los movimientos del Sol.

    Las torres de Chankillo nos proporcionan una prueba de las primeras observaciones solares y de la existencia de avanzados cultos al Sol, los cuales precedieron casi 2.000 años a los del Cuzco incaico”, afirman los arqueólogos.
    Principales hallazgos arqueo astronómicos
    dé los Incas
     
    1) Los muros de los Templos, plazas y caminos del Santuario señalan hacia las posiciones, en el horizonte, que alcanzan el Sol, la Luna y algunas estrellas en momentos importantes para la organización de las actividades sociales, rituales y agrícolas a lo largo de las cuatro estaciones del año.

    2) El territorio donde se asienta el santuario presenta accidentes geográficos útiles para observaciones astronómicas de: La Vía Láctea con La Cruz del Sur, el Solsticio de invierno y el Sur geográfico. Estas son complementarias a las orientaciones de los templos en el Santuario.

    3) Los Incas de Pachacuti no Solarizan el Santuario: Templos preincas ya señalan al Sol, y el Punchaukancha (Templo del Sol) solo tiene un muro solar, exterior, parece ser preinca. Este es de acceso y uso popular (de carácter político). Los muros interiores Incas del Templo del Sol señalan hacia la constelación del Amaru (Scorpio): la gran Serpiente Celestial. Estos son de uso y de acceso restringido, (de carácter mítico).

    4) Los Incas si Lunanizan el Santuario: Construyen el Aqllawasi y la plaza de la Luna, mal llamada “peregrinos”. Éstas son edificaciones que enfatizan el culto a la Luna, y la educación e importancia de la mujer.

    El astrónomo Inca con la vara bifurcada, en una mano, y su equipo de datos en la otra.

    EL CALENDARIO SOLAR “DA PEDRA DE INGA en Brasil

    la piedra de Ingá es un “limbo graduado”, que permite medir la posición del Sol en el momento del orto, durante casi todo el año, y por consiguiente además, medir el tiempo del año en sus fracciones naturales, que son los días. O sea, ¡es un instrumento Astronómico.

    Rapa Nui

    La foto de M. Sanz de Lara, muestra la puesta de las estrellas de Orión en la dirección hacia la cual miran los moai del Ahu Akivi.
    “Tautoru, los Tres Bellos, que fueron identificados con el cúmulo estelar de las Pléyades (en la constelación de Tauro) y las tres estrellas del cinturón de Orión, respectivamente” Los siete moai de Ahu Akivi (los únicos que miran al mar en la isla de pascua) orientados hacia la puesta eliaca de Tautoru (el cinturón de Orión) a principio del año Rapa Nui. Este es uno de los ejemplos mas significativos de orientación astronómica que se pueden explicar de forma razonable mediante el uso de informaciones etnográficas pertinentes.

    Antecedentes Arqueoastronómicos de la zona norte de Chile.
    Los Petroglifos:
    Piedras talladas donde encontramos
    Dibujos de hombres, hombres pájaros, el sol, la luna.
    Cultura Atacameña 800 aC. – 500dC

    La Aldea de Tulor ubicada a 6 Kms. al poniente del poblado de San Pedro de Atacama, fue cubierta en la antigüedad por el arenal y actualmente se encuentra intacta, faltándole solo los techos, enterrada bajo las arenas del desierto de Atacama. Este sitio excavado parcialmente por la arqueóloga Ana María Barón (1986 X Congreso Nacional de Arqueología), presenta viviendas circulares de adobe, flanqueadas por un muro perimetral al sur poniente.
    En un estudio reciente se ha encontrado que el recinto rectangular ubicado al oriente del conjunto presenta las características de un observatorio astronómico, como muestra la figura, mediante las líneas rojas sobre el plano.


    La composición fotográfica, muestra la relación de los amaneceres en solsticios y equinoccios con los muros del recinto rectangular. Arriba izquierda, primer rayo de sol el 21 de junio, solsticio de invierno.

    Responder

Deja un comentario



Comentario:

XHTML

Subscribe without commenting