Oct
18
LA Relatividad especial, y, sus paradojas.
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Física Relativista ~ Comments (3)
Este ejemplo es cotidiano y se coge la velocidad como protagonista de la demostración de lo que es la teoría de la relatividad especial. En el ejemplo del muón (que se podría extrapolar a una persona que viajara en una nave espacial a velocidades cercanas a la de la luz), el protagonista es el Tiempo, que como consecuencia de una alta velocidad se detiene para transcurrir más lento en función de la velocidad a la que se esté viajando, es el efecto predicho por la teoría de Einstein y demostrados experimentalmente. Los tiempos son relativos al movimiento de los observadores. El reloj viajero es más lento en un factor de .
En otras ocasiones, comentando esto mismo, hice referencia al conocido, o más bien conocida paradoja de los gemelos. Uno, astronauta que parte para Alfa Centauro, y el otro, profesor que le despide. Ambos tienen 38 años. La nave parte hacia la estrella vecina y hace el viaje de ida y vuelta a la velocidad de la luz, descansando un día para estudiar de cerca la estrella. Al regreso, el hermano gemelo del astronauta va a recibirlo y cuando éste desciende de la nave, tiene la edad de 46’6 años, mientras que él ya está prejubilado y con el cabello blanco, tiene mucha más edad.
Resulta exactamente lo mismo que en el experimento del múón, el tiempo del gemelo astronauta que viajó muy rápido, pasó mucho más lento que el tiempo del gemelo profesor que siguió en la Tierra a un ritmo muchísimo más lento. Así la ecuación es inversa:
Movimiento rápido = Tiempo más lento
Tiempo más rápido = Movimiento más lento
Pero la ecuación no debe equivocarnos; el gemelo de la Tierra, el que ahora es más viejo, en realidad ha vivido mucho más que el otro, ha vivido toda una vida con todo lo que eso conlleva, mientras que el otro hermano, el viajero, sólo ha vivido un viaje; sí, algo largo (8’6 años luz), pero en dicho espacio de tiempo, al ser muy lento, sólo cabían las incidencias de un viaje en una nave espacial, mientras que el otro hermano ha comprimido el tiempo en cuanto a los muchos hechos que ha podido meter dentro, así que para él pasó mucho más rápido.
En realidad no es que el astronauta viviera más tiempo, sino que su tiempo pasaba mucho más lentamente porque él estaba corriendo más que su hermano, y corriendo tanto no da tiempo para hacer muchas cosas, sin embargo corriendo menos nos dará tiempo para todo.
¡Qué locura!
Sí, es algo complicado, más de lo que pueda parecer, y sin embargo muy real.
El astronauta vivió ese periodo de tiempo a cámara lenta, por eso su tiempo fue más largo o se tardó más tiempo para medirlo por el hecho de que transcurría lento. El fenómeno desapareció en el momento de tomar tierra, donde el tiempo era de nuevo el mismo para los dos hermanos.
Así que durante la vida de 800 años al que antes aludíamos, en realidad podríamos hacer exactamente las mismas cosas que en la vida de 80 años, sólo que más lentamente.
Así que después de todo esto llegamos a la conclusión del principio, la relatividad del movimiento es, por una parte, la clave para comprender la teoría de Einstein, y al mismo tiempo (repito) una fuente de confusión; hay que centrarse muy profundamente en el problema para llegar a verlo, de manera clara, en tu cabeza. A mí, al principio, no me entraba la idea. Después de un tiempo de ahondar en la relatividad especial, por fin se hizo la luz, y efectivamente el tiempo va más despacio para quien se mueva muy rápido.
En la vida cotidiana, donde las velocidades son pequeñas, las diferencias entre alguien que corre y otro que está parado, puede ser tan insignificante que, en realidad, es despreciable.
Otra curiosidad de la relatividad especial es que el objeto que se mueva a la velocidad de la luz se acorta a lo largo de la dirección del movimiento. Por ejemplo, las ecuaciones de la relatividad especial demuestran que un objeto que se mueva aproximadamente al 98 por ciento de la velocidad de la luz, será medido por un observador inmóvil como un 80% más corto que cuando estaba parado, es lo que se conoce como la “Contracción de Lorentz”, que también es totalmente cierta. Pero además, a estas velocidades* ocurre otra curiosidad: la masa del objeto aumenta considerablemente, ya que como el universo limita la velocidad que podemos alcanzar a la de la luz, cuando nos estamos acercando a ella, la energía que se traducía antes en velocidad, a partir de cierto punto se convierte en masa. No podemos olvidar que E = mc2, nos dice que la masa es energía y la energía es masa, son dos aspectos de la misma cosa.
Einstein, en un principio, denominó a su teoría no como de la relatividad, la llamó teoría de la invariabilidad, para reflejar el carácter invariable de la velocidad de la luz. La obra de Einstein demostró que conceptos tales como espacio y tiempo, que anteriormente parecían estar separados y ser absolutos e inamovibles, en realidad están entrelazados y son relativos. Einstein demostró además que otras propiedades físicas del universo, sorprendentemente también están interrelacionadas. Arriba de esta misma página se reseña su famosa fórmula como uno de los ejemplos más importantes que afirma (y quedó más que demostrado) que E (energía) de un objeto y m (su masa) no están separados y se puede determinar la energía a través de la masa del objeto (multiplicando esta dos veces por la velocidad de la luz, o sea por c2).
Volvamos a un muón que se desplaza a un 99’999 por ciento de la velocidad de la luz, y su masa se multiplica por 224; a un 99’999 por ciento de la velocidad de la luz se multiplica por un factor que es más de 70.000. Como la masa del muón aumenta sin límite a medida que su velocidad se aproxima a la de la luz, sería necesario un impulso dado con una cantidad infinita de energía para alcanzar o superar la barrera de la velocidad de la luz. Como una cantidad infinita de energía no existe, de nuevo aparece el límite que el universo impone a la velocidad, nada podrá superar la velocidad de la luz. Al menos en este universo que conocemos donde las constantes universales, como la masa del electrón, la constante de estructura fina, o la velocidad de la luz, son como son para que el universo sea como lo conocemos y para que nosotros podamos estar aquí.
Una mínima variación en alguna de estas constantes universales (ver mi libreta penúltima, anterior a la del 09/09/06), seguramente habría impedido que nosotros surgiéramos a la vida en el planeta Tierra.
De esta lectura podemos sacar la conclusión de que nuestra intuición se equivoca: la información que nos transmite se limita al movimiento habitual que es extremadamente lento en comparación con la velocidad de la luz, y estas velocidades tan pequeñas oscurecen el verdadero carácter del espacio y el tiempo que sí revela la relatividad especial en su auténtica naturaleza y demuestra que difieren radicalmente de cualquier concepción previa. Sin embargo, entenderlo no era fácil; nosotros no nos movemos a la velocidad de la luz, así que lo que percibe nuestros sentidos está adecuado a lo que ven. Einstein pronto se percató de esto y también se dio cuenta de que entre las numerosas repercusiones derivadas de la revelación de la relatividad especial, una era especialmente profunda: la afirmación de que nada podía sobrepasar la velocidad de la luz que, por otra parte, resultaba incompatible con la reverenciada teoría de la gravitación universal de Newton. Así la relatividad especial, mientras resolvía un conflicto, hacía surgir otro.
Después de una década de intenso trabajo y profundos y penosos estudios y, digámoslo, con la ayuda del tensor métrico de Riemann, Einstein resolvió el dilema mediante su teoría de la relatividad general. En esta teoría, Einstein una vez más, revolucionaba nuestro modo de comprender el espacio y el tiempo y demostró que éstos se distorsionan y se curvan para transmitir la fuerza de gravedad creada por la presencia de grandes masas como planetas o estrellas y galaxias.
Einstein ganó el premio Nobel de Física por su trabajo sobre el efecto fotoeléctrico que le inspiró el trabajo de Max Planck de 1900, sobre la radiación de energía de cuerpo negro, emitida por paquetes discretos a los que llamó “cuantos”.
En realidad, le tendrían que haber concedido otro Nobel por su teoría de la relatividad especial, tal es su importancia.
Y, desde luego, otro tercer Nobel por su relatividad general; los tres trabajos son de tal profundidad e importancia y tuvieron tanta trascendencia para el mundo de la física y la cosmología que, podemos decir sin temor a equivocarnos, que los tres trabajos cambiaron el transcurso del mundo.
emilio silvera
el 19 de octubre del 2010 a las 18:50
100% de acuerdo en los tres Nóbeles que se debieron conceder al Genio.
Y es que esto de las paradojas es de lo más curioso. Si no salimos de las habituales surgen más y más. Por ejemplo se me ocurre la paradoja de los trillizos, me explico: Supongamos trillizos de 20 años cada uno, uno se queda en la Tierra, los otros dos parten en una nave lo suficientemente grande como para albergar en su interior una nave más pequeña. Aceleran progresivamente y pongamos tardan un año terrestre en alcanzar el 98% de la velocidad de la luz (respecto el punto de partida, ojo!)
Una vez han alcanzado esta velocidad de crucero hacia Vega (25 años luz) por ejemplo, se puede decir que se encuentran en un sistema inercial y se cumplen todas las leyes conocidad y tal. Realmente están en reposo consigo mismo aunque se muevan a esa velocidad respecto el punto de partida y el de retorno (Vega). Pues bien, en cierto punto del trayecto el tercer trillizo se coge la nave pequeña y sale disparado hacia Vega dejando a la principal atrás. Pero no lo hace con tranquilidad, sus reactores de fusión con combustible adecuado le permiten acelerar rápidamente y alcanzar una velocidad del 98% de la luz respecto de la nave nodriza.
La relatividad nos dice que esas velocidades son relativas y aunque sea 98% respecto nave 1 y nave 1 98% de c respecto el planeta, la velocidad de nave 2 respecto La Tierra podría ser (no he hecho cálculos, se los dejamos a Minskoski) del 99% o poco más, qué curioso! no va al doble que la otra respecto la Tierra!!
Pero qué pasa con el tiempo???? esa es mi duda, si al final del viaje cuando todos se juntan el trillizo A (terrestre) por ejemplo puede tener 60 años, el trillizo B por ejemplo 25, pero ¿qué edad tendría el trillizo C??? porque su reloj va mucho más lento que el A y que el B, pero no va el doble de lento respecto uno que del otro. No se si me explico… es decir, aisladamente si comparamos C con A y C con B deben salir resultados dispares, pero si los tenemos a los tres juntos? sólo se me ocurre una solución, y es la contracción de longitudes y por tanto contracción del recorrido que hacen (no se si esta es la explicación) entonces hablamos que el viaje de ambos respecto A de ambos es largo pero el viaje de C respecto B es corto…
Si alguien lo entiende y lo puede explicar mejor se lo agradecería
Seguro que la formulación de la teoría tiene respuesta válida y ajustada a Ley de Relatividad para el caso, y paradojica en todo caso 🙂
el 19 de octubre del 2010 a las 19:35
Ah! y si en vez de salir hacia delante sale en dirección contraria (es decir haia la Tierra) desde la nave 1 la Tierra “se aleja” al 98% de c entonces la nave 2 que tb se aleja al 98% de c en dirección Tierra de nave 1 ¿está parada respecto Tierra y con los motores a tope?? me da que no 🙂
el 20 de octubre del 2010 a las 11:53
Amigo Zephyros, entiendo perfectamento lo que dices pero, si nos introducimos en el galimatias de las paradojas…la cosa se puede complicar, y, muy mucho.