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Contestando a una pregunta

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Astronomía y Astrofísica    ~    Comentarios Comments (12)

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Fue ayer mismo, estando esperaqndo a mi esposa para ir juntos a casa después de la jornada de trabajo, se me acercó un amigo de Huelva, Abogado de prestigio él y que en tiempos ocupó cargos de cierta relevancia en la Provincia de Huelva. Amablemente me abordó para contarme que, días pasados, junto a su mujer, habían contemplados extasiados una puesta de Sol en la Playa de La Antilla (Huelva), y, ambos, sentados cómodamente en su Chalet, habían disfrutado de aquel Sol que todo lo teñia de rojo pintando un paisaje de singular belleza.

Me expresó la curiosidad de su señora esposa por ese color rojo en la puesta de Sol, y, como no podía ser menos, le prometí (ya que allí en medio de la calle no era el lugar) que le haría una breve reseña del fenómeno en mi página donde podía saciar su curiosidad.

En cualquier parte puedes encontrar que la luz rojiza del atardecer se debe a que, de las longitudes de onda que componen la luz blanca, la correspondiente al rojo es la última en desaparecer cuando el Sol se oculta. Como ocurre en el amanecer, el efecto se intensifica cuando la atmósfera tiene humedad y polvo en suspensión.

Los rayos del Sol llegan casi paralelos a la superficie. Cada rayo tiene que atravesar una capa espesa de gases atmosféricos. Estos filtran la radiación solar, y solo dejan pasar la luz roja. El color rojo del cielo se intensifica si hay mucha humedad en el aire o si se avecinan lluvias.

¿Quién no se ha quedado alguna veza fascinado por los colores que podía observar, mientras veía atardecer, o mientras veía los rojos anaranjados de un crepúsculo. Sea cual sea la parte de la Tierra en la que vivimos, montaña, mar…en el cielo se nos presentan a veces colores que van desdee el azul marino ultramar hasta colores rosados. Los pinceles del Universo pueden componer para nosotros, una sinfonía de colores en la que, la variabilidad de la Imagen es tan grande que nunca se reproduce de manera exacta, cada escena, por sí misma, tiene sus encantos y misterios.

De todas las maneras, la luz del cielo no es más que el resultado de la interacción de la luz del Sol con la atmósfera. Una cantidad de humedad relativamente pequeña, acompañada de partículas de polvo y ceniza es suficiente para provocar en el cielo las múltiples manifestaciones de color. Aquí se me ha preguntado por el que probablemente sea el fenómeno óptico más frecuente en la atmósfera (y no por ello menos espectacular): los colores del atardecer y el Sol en el horizonte.

Habría que comenzar analizando que es lo que ocurre cuando la luz llega a la atmósfera, qué es lo que se observa, y, después pasaríamos a la luz en el atardecer. Sin embargo, como esto es sólo una respuesta aclaratoria a una pregunta concreta, pasaremos de manera directa a la luz del atardecer.

El Color del Cielo en el Atardecer, si el Horizonte es amplio (como es el caso que nos ha presentado el amigo Madruga, sobre el atardecer contemplando el Sol que desaparece en el Horizonte del Océano Atlántico), los efectos se multiplican y el espectáculo es digno de verse.

Si estudiamos a fondo la difusión, nos daríamos cuenta de que, es éste fenómeno el que elimina la luz azul del haz directo con más efectividad que la roja originando el color rojo del Sol y del cielo circundante en el crepúsculo.

Al atardecer, el camino que la luz solar recorre dentro de la atmósfera es más largo, los rebotes sucesivos en unas partículas y otras hacen crecer la probabilidad de que la luz acabe chocando con una partícula absorbente y desaparezca, de manera que incluso la parte amarilla es afectada y difundida y sólo los rayos rojos, los más direccionales, siguen un camino casi rectilineo.

Los colores que nos muestra el cielo en estos casos, se originan también, como ya he mencionado por ahí arriba, gracias a la intervención de las moléculas existentes en el aire y de las partículas que éste tiene en suspensión, que constituyen el llamado “aerosol atmosférico”, que dispnensan y desdoblan la luz solar de múltiples maneras.

Ya antes de que el Sol se hunda en el horizonte, vemos cómo el colorido del cielo se vuelve más intenso, más saturado. Mientras la luz que aparece en los alrededores del disco solar se mueve hacia el amarillo-rojizo y en el horizonte resulta verde-amarillenta, el azul del cielo se vuelve más intenso en el cenit.

Cuando el Sol se halla a una distancia angular del horizonte de 1º ó 2º, la luz crepuscular derrama sobre el borde del cielo su mágica luminosidad. Poco a poco, el resplandor amarillo se transforma en luz rojo-anaranjada, y, finalmente, en una luminosidad centelleante color fuego, que, algunas veces, llega a presentar el rojo color de la sangre que nos da la vida. Cuando ya el astro diurno ha desaparecido bajo el horizonte, se observa en el oeste del cielo un resplandor purpúreo, que alcanza su máxima intensidad cuando el Sol ha descendido unos 5º por debajo del horizonte. Encima del lugar donde se ha puesto el Sol, separado del horizonte por una franja rojo-parda, suele verse un semicírculo cuyo color varía entre el púrpura y el rosa. Esta coloración se debe en esencia a la refracción de la luz solar en las partículas que enturbian el aire situado entre 10 y 20 km. de altura, y desaparece cuando ya el Sol a llegado a los 7º por debajo del horizonte.

Cuando existe una cantidad anormalmente elevada de polvo atmósférico, la luz del amanecer y del atardecer es especialmente roja. Sucede generalmente cuando exiten presiones atmósféricas elevadas (anticiclón) ya que la concentración de partículas de polvo en el aire es mayor a altas presiones.

Está claro que este cotidiano fenómeno que ha fascinado a mis amigos (y también a tantas personas a lp largo de la historia de la Humanidad), es uno más de los muchos y misteriosos acontecimientos que el Universo nos ofrece. Pensar en el fascinante nacimiento de una estrella en una Nebulosa estelar de Gas y Polvo que es el remanente que ha dejado una explosión supernova de una estrella masiva, seguir su vida y muerte hasta que, una vez agostado su combustible neclear se convierta en enana blanca (como nuestro Sol) formando una Nebulosa Planetaria, en una estrella de Neutrones o en un exótico Agujero Negro (todo depende de la masa de la estrella primigenia), son acontecimientos que nos hablan de la mecánica de nuestro Universo, siempre activo y que, mediante la destrucción y el Caos (aparente), nos trae nuevas estrellas nuevas que con su inmensa energía de emisión ultravioleta ioniza el gas hidrógeno circundante formando arabescas y hermosas figuras que nos hacen soñar, y, de esas nubes estelares, nacerán nuevos mundos que, como en el nuestro, podría surgir la vida si tienen la suerte de caer en la zona habitable en relación a su estrella.

Todo lo grande está hecho de cosas pequeñas y, nosotros, humildes humanos que hemos tenido la suerte de llegar a ser conscientes de SER, hemos podido también tener conciencia de que, nuestro saber es limitado y nuestra ignorancia infinita, así que, sigamos cominando y, poco a poco, podremos llegar a poder responder a esas muchas preguntas que nos hacemos y que nadie sabe contestar. De momento, sólo hemos llegado a “saber” sobre la superficie de las cosas.

Existe un enorme vacío sobre los origenes del Universo y, para poder hablar de ello, nos inventamos teorías y formulamos hipótesis y conjeturas que, algunas veces, hasta llegan a ser ciertas como ocurrió con la Relatividad Especial y General de Einstein y el cuanto de acción de Planck que nos llevó hasta la Mecánica cuántica. Los dos mundos, el del macrocosmos y el de lo infinitesimal, se unen para describir el Universo que aún no hemos llegado a comprender.

Queriendo saber sobre el Universo hemos llegado a descubrir cuestiones sobre nosotros mismos, y, hemos podido comprobar que, nosotros, como las demás especies que pueblan el planeta Tierra, estamos hechos de materiales complejos que sólo pueden ser fabricados en los hornos nucleares de las estrellas y en esas explosiones de supernovas que surgen al final de sus vidas. Esos materiales son diseminados por el espacio interestelar para formar nuevas estrellas y nuevos mundos y, en uno de ellos surgimos nosotros para ser observadores del Universo…Pero, esa es otra historia que contaré otro día.

Un saludo cordial amigos

 

  1. 1
    jaime madruga
    el 10 de noviembre del 2010 a las 14:08

    Muchas gracias, Emilio.
    Muy interesante, como los demás que vamos leyendo.
    Saludos cordiales.
    Jaime Madruga

    Responder
    • 1.1
      emilio silvera
      el 10 de noviembre del 2010 a las 14:24

      Estimado amigo:

      Divulgar la Ciencia es una pasión que ocupa mis horas de ocio desde hace muchos años.

      Ha sido un placer.

      Responder
    • 1.2
      Fabián
      el 10 de noviembre del 2010 a las 21:45

      Querido Jaime,
      “El que Madruga, el tiempo lo ayuda”…
      Saludos cordiales.

      Responder
  2. 2
    Fabián
    el 10 de noviembre del 2010 a las 15:48

    Se devuelve el saludo cordial estimado Emilio…
    Sus artículos son cada vez más interesantes y, para este humilde lector, son de gran ayuda la divulgación de la ciencia que usted realiza de una manera muy especial, la que solo usted sabe confeccionar…
    Muchos éxitos en sus escritos, un abrazo!.

    Responder
    • 2.1
      emilio silvera
      el 11 de noviembre del 2010 a las 11:54

      Gracias amigo.

      Responder
  3. 3
    vera
    el 10 de noviembre del 2010 a las 16:57

    Pero verdaderamente Don Emilio, es usted un poeta.

    Responder
    • 3.1
      emilio silvera
      el 11 de noviembre del 2010 a las 11:54

      Amiga mía, le agradezco el calificativo pero, lo mío es simplemente amor por la Ciencia y los muchos secretos que nos esconde que, incansables, tratamos de desvelar. Ahí tenemos todas las respuestas, en la Naturaleza.

      Un cariñoso saludo.

      Responder
  4. 4
    José López Boza
    el 10 de noviembre del 2010 a las 17:10

    He quedado fascinado. Literalmente. Una explicación maravillosa. Como el universo mismo. Me avisó Jaime y prometo seguir estos comentarios. Encantado.Muchas gracias.

    Responder
    • 4.1
      emilio silvera
      el 11 de noviembre del 2010 a las 11:38

      Si es amigo de jaime, por fuerza, tiene que ser una buena persona. Es para mi un honor que se pase por aquí y, sobre todo, que le gustara el breve comentario sobre la puesta de Sol y el fenómeno que se produce en el suceso.

      Aquí, en este humilde lugar, dejamos la reseña de algunos pensamientos y la huella de lo poco que podemos saber sobre los fascinantes misterios de la Naturaleza. Si la Humanidad observara más lo que ocurre a su alrededor y supiera valorar lo que tenemos…Todo iría mejor.

      En fin amigo, encantado de que me visite y espero, que no sea esta la última vez. Y, por otra parte, espero que tengamos la oportunidad de charlar tomando un café.

      Un cordial saludo.

      Responder
  5. 5
    Francisco García Alfonso
    el 10 de noviembre del 2010 a las 22:57

    Jaime Madruga me indicó que pinchara este blog.
    Me he quedado con la boca abierta.
    Gracias por la preciosa forma de describir un fenómeno tan complejo; tan didáctica, que hasta un panturrano la entiende y disfruta leyéndola

    Responder
    • 5.1
      emilio silvera
      el 11 de noviembre del 2010 a las 11:44

      Estimado señor:

      Es para mí un honor su visita por esta página que, de manera sencilla trata de explicar algunos temas de Ciencia que, relacionados con la Astronomía y la Física (otras disciplinas también), puedan llegar a cuantas más personas mejor.

      Si le ha gustado lo que ha leido, el objetivo está cumplido pero, le rogaría que diera una vuelta más amplia por los muchos comentarios que aquí puede encontrar y, de seguro, que disfrutará con lo que encontrará.

      Espero tener la oportunidad de saludarle algúna vez, ya que, no todos los días puede uno relacionarse con un personaje cercano a las Ciencias Naturales.

      Un saludo cordial.

      Responder
  6. 6
    VICKY
    el 11 de noviembre del 2010 a las 19:02

    Hola, desde México.
    Que interesante conocer estos fenomenos, mis abuelos y mi madre, cuando yo era chica y conste que ya no lo soy tanto, nos decían que cuando el cielo estab muy rojo que tuvieramos cuidado ya que o posiblemente temblaría o que haría mucho frio.   
    Evidentemente no tenian esta información, pero tambien resultaban interesantes estas historias.
    Gracias por la información
     

    Responder

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