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La Astronomía del Islam
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Rumores del Saber ~ Comments (5)
Poco después de la muerte del profeta Mahoma en el año 632, los musulmanes establecieron una especie de commanwealth o comunidad de naciones desde España h
asta Asia Central. Llevaron a todas las tierras conquistadas una astronomía popular árabe que era una mezcla de la hindú, persa y griega que se unificaba con la local de cada lugar de conquista, y, hasta el siglo X no adquirió las características distintivas propias. A partir de entonces y hasta el siglo XV los expertos musulmanes fueron inigualables en sus conocimientos de astronomía que, en sus fundamentos más profundos estaba presente el legado de la antigua Mesopotamia.
En sus formas más tardías los zijs llegaron a ser unos documentos formados por varios cientos de páginas de textos y tablas. Algunos aspectos de la astronomía matemática que se podía encontrar en un zij típico incluían: trigonometría; astronomía esférica; ecuaciones solares, lunares y planetarias; latitudes lunares y planetarias; posiciones planetarias; paralajes; visibilidad solar y planetaria; geografía matemática (lista de ciudades con sus coordenadas geográficas correspondientes) con lo que se determina la dirección de la Meca; uranometría (tablas de estrellas fijas con sus coordenadas), y, no en menor proporción, astrología matemática.
En uno de estos zij, el famoso astrónomo egipcio Ibn Yunus describe cuarenta conjunciones planetarias y treinta eclipses lunares. Aplicando lo que sabemos actualmente sobre las posiciones de los planetas, se llega a la conclusión de que los resultados de Yunus son absolutamente correctos.
Aunque la religión no fue la única fuerza impulsora que espoleó el crecimiento de la astronomía en el mundo islámico –el hecho de ser una sociedad tolerante, multirracial y de una gran erudición, con una lengua predominante, el árabe, también fomentó este crecimiento-, las cuestiones sacras desempeñaron asimismo un importante papel.
El Islam necesitaba resolver de algún modo el problema de orientar exactamente hacia La Meca todas sus estructuras sagradas, así como a las personas que realizaban los cultos diarios. La cartografía de los cielos surgió de esta necesidad de fijar las coordenadas de los lugares santos y la dirección correcta, o gibla, de la orientación hacia la Cava, el altar de La Meca hacia el cual se vuelven los musulmanes cinco veces al día para rezar sus oraciones.
Pero ¿hacia donde está La Meca? Probablemente en los primeros tiempos las autoridades religiosas determinaron la gibla observando ciertos cuerpos celestes, tales como la estrella de Belén, que estaban en la dirección que en general tomaban los peregrinos cuando caminaban hacia La Meca. La propia Cava está alineada con unas direcciones específicas; su eje principal (meridional) se sitúa hacia el punto por donde sale la estrella Canope; su eje secundario, el de las fachadas este u oeste. Se alinea con el punto por donde el Sol sale el solsticio de verano y se pone en el solsticio de invierno. Un experto situado en un altar distante tenía que idear algún procedimiento para orientarse hacia el segmento de la Cava correspondiente a su ubicación, como si realmente se encontrara frente a ese segmento del perímetro de la Cava.
Al llegar el siglo IX, los astrónomos ya utilizaban instrumentos de cálculo trigonométrico y de otros tipos para determinar la gibla a partir de coordenadas geográficas. El enigma se convirtió muy pronto en un problema de astronomía esférica que utilizaba el cenit de la localidad en cuestión. En el tratado de geografía matemática de al-Biruni, por ejemplo, el objetivo era determinar la gibla correspondiente a Ghazni, Afganistán.
En el siglo IX, el gran mecenas de la ciencia el califa abasí al-Mamun, reunió a varios astrónomos en Bagdad para crear la casa de la Sabiduría (Bait al-Hikmah). Allí los astrónomos llevaron a cabo observaciones del Sol y de la Luna, con el fin de determina la latitud y la longitud locales para fijar la gibla. Recopilaron algunos de los mejores resultados de un zij titulado “Lo Comprobado” (al-Mumtahan).
Al-Biruni desarrolló técnicas para medir la Tierra y las distancias sobre ella utilizando la triangulación. Descubrió que el radio de la Tierra era 6.339,6 Kilómetros, un valor que no se obtuvo en Occidente hasta el siglo XVI. Uno de sus zijs contiene una tabla que da las coordenadas de seiscientos lugares, casi todos conocidos por él directamente.
Sin embargo, no todas las mediciones fueron hechas por el propio Biruni, sino que algunas las tomó de una tabla similar realizada por al-Jwarizmi (Parece ser que al-Biruni se dio cuenta de que, por lo que respecta a los lugares medidos tanto por al-Jwarismi como por Tolomeo, los valores obtenidos por al-Jwarismi eran los más precisos. Este personaje realizó también mediciones sobre la velocidad de la luz y constató que ésta, era inmensa si la comparaba con la del sonido.
La fascinación árabe por los aparatos mecánicos fomentó el desarrollo de la primera colección importante de instrumentos astronómicos diseñados para conseguir datos precisos sobre el tiempo, así como sobre el movimiento y la posición de los cuerpos celestes.
Lo dejo aquí, ya que, hablar de la Astronomía del Islam requeriría todo un tratado y una lista interminable de personajes que, como Thabit ibn Qurrah que realizó observaciones en la fundación de al-Mamun en Bagdad y en el siglo XI Ibn Yunus dirigió un equipo de observadores en El Cairo. En un Observatorio palaciego de Ghazni, en Afganistán, al Biruni consiguió y suministró unos datos que formaron la base sobre la que se realizaron los zijs más importantes de la astronomía islámica.
Tycho Brahe siempre ha sido presentado ante los estudiantes occidentales como el maestro de la creación y utilización de instrumentos anteriores al telescopio. La realidad es que al-Mamun construyó en el año 829 un esplendido observatorio y lo equipó con un sextante de piedra cuyo radio media unos 17 metros y con un cuadrante de 6 metros de radio. Este cuadrante era mayor que el famoso instrumento construido por Tycho Brahe siete siglos más tarde. Los sextantes de Beg llegaban a tener un radio de hasta 55 metros y se decía que el margen de error de sus instrumentos era tan aceptable, o más, que el de los instrumentos de Tycho Brahe construido un siglo más tarde. La obra teórica de los árabes fue también superior. Tycho Brahe llegó a la conclusión de que la Tierra no hacía movimiento de rotación alguno, haciendo así que la astronomía retrocediera varios siglos.
La contribución de los árabes a la Astronomía no ha sido debidamente reconocida y, sus matemáticas tampoco. Escuchando las noticias de la Telivisión sobre estos pueblos, recibimos un mensaje negativo que no en todos los casos es fiel reflejo de la verdad, y, no estaría demás el profundizar en ese pueblo y saber quienes fueron, qué hicieron y, el motivo del por qué se ha llegado a la situación actual.
¡Con lo que llegó a ser Bagdad! ¿En qué la hemos convertido?
emilio silvera
el 16 de noviembre del 2010 a las 11:34
leo su blog con deleite casi todos los dias , me asombra su capacidad para diseccionar tantos temas apasionantes de la fisica, y espero que siga escrbiendo y yo leyendo por mucho “tiempo” mas, sea lo que sea el tiempo!. Pero politicamente si que discrepo con usted, decir que los arabes eran “multiraciales y tolerantes” es un barbaridad historica, multiraciales me imagino que se refiere a sus millones de esclavos secuestrados en africa desde el siglo VIII, creando las vergonzosas rutas de esclavos que mas tarde se amplian a partir del siglo XVI para vender esclavos a los europeos. Y por tolerante quizas se refiera a las palabras del coran que dicen que todos los que no sean musulmanes son perros que hay que matar. Y asi podemos seguir muchas horas, un cordial saludo!
el 16 de noviembre del 2010 a las 13:34
Estimado lector:
Me congratula que con periodicidad se pase por aquí y leo los escritos que aquí se exponen. Por otra parte, creo que no ha comprendido el sentido de lo que he querido transmitir (seguramente no me he sabido explicar bien) pero, no entro en nada político y ninguna otra cuestión que no sea la puramente científica.
Los árabes hicieron una labor en Astronomía muy encomiable y, en la fabricación de artilugios para mirar y saber de las cosas del cielo, eran bastante adelantados. Por ahí van mis intereses, y, podríamos hablar de la Casa de la Sabiduría, del primer Hospital moderno que se construyó y de muchas otras cuestiones.
No entro en nada de lo demás, esas historias nefastas que, por desgracia, tienen casi todos los pueblos que han formado la Humanidad. Al fin y al cabo, somos animales “racionales” que estamos inmersos en el proceso de humanización que, por desgracia, aún no ha finalizado.
Un saludo cordial.
el 21 de noviembre del 2010 a las 2:36
Hola muchach@s.
Al menos debemos tener la delicadeza de “no arrojar la primera piedra”, pues nuestra “civilización”, “occidental y cristiana”, ha destruído civilizaciones enteras, en muchos aspectos superiores, (y lo sigue intentando). Veamos con humildad “la viga en nuestro propio ojo”, pues la expansión musulmana en el “Mar Interior” y la península ibérica, lejos de una guerra de exterminio, influyó positivamente en el desarrollo de las artes, de la filosofía y de las ciencias, y hasta del lenguaje, con no poca incidencia en la síntesis del Renacimiento. ¿En cuántos casos podemos decir lo mismo?…
Saludos cordiales a tod@s.
el 21 de noviembre del 2010 a las 10:30
Amigo Nelson, no pocas veces lanzamos juicios que no están bien fundamentados y nos dejamos llevar por una parte negativa (¿dónde no la hay?) en lugar de profundizar en la grandeza y en las cosas positivas.
La historia del mundo árabe va mucho más allá de escaramuzas y luchas que, en la superficie de las historias, pueden llamar más la atención que el hecho cierto de que, desde la costa atlántica del norte de África hasta el Golfo Pérsico es, el árabe, la quinta lengua vernácula en cuanto al número de hablantes y sigue siendo la lengua sagrada de más de 400 millones de musulmanes en todos los continentes.
Mucho antes de que existiera una lengua inglesa, alemana, francesa, española o italiana, y mucho menos una literatura, existía ya una prolífica literatura secular en árabe, con obras de valor eterno en el campo de la poesía, la historia, la medicina, la astronomía y las matemáticas.
El papel, elemento sine qua non de la imprenta moderna, como ya sabemos, llegó a Europa por mediación de los árabes. En el año 793 se fabricaba en Bagdad, durante el reinado del califa Harum Al-Rashid de Las mil y una noches, y entró en Italia, Francia y Alemania a través de la España musulmana. Aquí mismo, en mi ciudad y sus pueblos limítrofes se pueden oir los nombres de muchas cosas que tienen su fuente en el lenguaje árabe y lo mismo podemos decir de muchas estrellas del cielo.
Hablar de este pueblo a la ligera, y, emitir un juicio precipitado, nos podría llevar, de manera injusta, a olvidar su grandeza en tantos campos del saber que abrieron el camino moderno a la Civilización de hoy.
En fin, no es aquí el lugar idóneo para un debate de este tipo y, como esto es una página dedicada a la Cienca en general y a la Astronomía y la Física en particular, no quiero ahondar más en temas que, como se puede ver en un comentario anterior, puede herir la sensibilidad de algunas personas y, no es ese el cometido que se busca aquí.
Un saludo amigo.
el 21 de noviembre del 2010 a las 13:49
Estimado amigo, tenés, como siempre, mucha razón.
Disculpá; un abrazo.