domingo, 22 de diciembre del 2024 Fecha
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El Universo Evoluciona. Pero, ¿Y nosotros?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Astronomía y Astrofísica    ~    Comentarios Comments (0)

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La evolución del Universo: La fuente del origen de la vida.

Desde los tiempos más remotos, nuestra especie, ha tratado de comprender el Universo, y, sin entender aún los fenómenos que ante sus ojos podían contemplar en el cielo, llenos de temor, nuestros ancestros se preguntaban sobre aquellos asombros acontecimientos y, sobre las maravillas que, como el Sol y la Luna les traía el día y la noche.

Claro que, el tiempo pasó y, como nada es estático, a base de observar lo que ocurría a nuestro alrededor, poco a poco, aquellos seres, fueron capaces de ir comprendiendo algunas de las cosas que sucedían tanto en la tierra como en el cielo.

Avanzamos durante milenios y, llegamos a instalarnos en un mundo científico que podía explicarlo “casi” todo. Para comprender el Universo y ayudados por aparatos de distinta índole, acudimos al estudio y a la observación que, nos llevó a saber sobre la componente clásica de este Universo nuestro que, se significa por un inmenso espacio-tiempo en expansión donde la materia juega un papel esencial para suministrar los objetos y la energía transformadora de la dinámica del Cosmos, siempre cambiante para que nada cambie.

Decimos que, esa materia que podemos contemplar y detectar y la energía que la acompaña (E = mc2), que está presente en forma de estrellas, galaxias y planetas o seres vivos (unas ¿inertes?, y otras vivientes) sólo supone el 5% de la materia que, en realidad, puede estar presente en nuestro Universo. Y, “suponemos”, así lo aconsejan las observaciones del Cosmos, que debe existir otra clase de materia y energía, a las que hemos dado en llamar “oscura” y a la que hemos puesto la etiqueta de material exótico.

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La Imagen de hoy: Cúmulo abierto JOYERO

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Astronomía y Astrofísica    ~    Comentarios Comments (0)

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Esta bonita Imagen que Shalafi (el amigo Juanma), nos ha puesto hoy a la derecha de la pantalla, es de magnitud 4 y está situada en Crux, cerca de la Nebulosa oscura Saco de Carbón, también conocido como NGC 4755 o Cúmulo de Kappa Crucis. La mayoria de las estrellas brillantes del cúmulo son de color blanco azulado, incluyendo la propia Kappa Crucis, una supergigante de magnitud 5,9, aunque cerca del centro se encuentra una supergigante roja de magnitud 8.

El Cúmulo se halla a 7 600 años-luz. Fue llamado así por J.F.W. Herschel, quien lo comparó a una colección de joyas. El nombre de Joyero es en ocasiones también aplicado a M6 en Scorpius, más conocido como cúmulo de la mariposa.

Los cúmulos de estrellas son colecciones de éstas que se han formado juntas a partir de la misma nube de gas y están unidas por su atracción gravitatoria mutua. Existen dos tipos principales de cúmulos de estrellas. Los cúmulos globulares que contienen entre decenas y miles de millones de estrellas viejas empaquetadas en una bola casi esférica, y se encuentran en los halos de las galaxias. Los cúmulos abiertos (como el que nos muestran hoy) tienen muchas menos estrellas y presentan formas más irregulares, consisten (por lo general) en unos pocos cientos de estrellas relativamente jóvenes, azuladas y muy energéticas que emiten radiación ultravioleta ionizando el material circundante. Casi siempre, están situadas en los brazos espirales de las galaxias. Si el grupo está demasiado abierto, pasa a ser denominado como “agrupación estelar”

Los cúmulos abiertos, al estar situados en los brazos de las galaxias, son denominados en ocasiones como cúmulos galácticos. Estos cúmulos abarcan (por media) unos 50 a.l. de extensión. Las Pléyades y las Hyades son dos ejemplos famosos de cúmulos abiertos. En los cúmulos abiertos existe una densidad de estrellas 10 000 veces mayor que la existente en la vecindad del Sol. Se conocen más de mil y todos situados en el disco galáctico.

Sus edades varian entre unos pocos millones hasta varios miles de millones de años, y los más jóvenes están todavía rodeados de trazas de la Nebulosa a partir de la cual se formaron. Los menos densos de ellos, son gradualmente disgregados por la interacción gravitacional con el resto de la galaxia y, sus componentes, terminan siendo estrellas dispersas y solitarias.

emilio silvera