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El Universo Evoluciona. Pero, ¿Y nosotros?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Astronomía y Astrofísica ~ Comments (0)
La evolución del Universo: La fuente del origen de la vida.
Desde los tiempos más remotos, nuestra especie, ha tratado de comprender el Universo, y, sin entender aún los fenómenos que ante sus ojos podían contemplar en el cielo, llenos de temor, nuestros ancestros se preguntaban sobre aquellos asombros acontecimientos y, sobre las maravillas que, como el Sol y la Luna les traía el día y la noche.
Claro que, el tiempo pasó y, como nada es estático, a base de observar lo que ocurría a nuestro alrededor, poco a poco, aquellos seres, fueron capaces de ir comprendiendo algunas de las cosas que sucedían tanto en la tierra como en el cielo.
Avanzamos durante milenios y, llegamos a instalarnos en un mundo científico que podía explicarlo “casi” todo. Para comprender el Universo y ayudados por aparatos de distinta índole, acudimos al estudio y a la observación que, nos llevó a saber sobre la componente clásica de este Universo nuestro que, se significa por un inmenso espacio-tiempo en expansión donde la materia juega un papel esencial para suministrar los objetos y la energía transformadora de la dinámica del Cosmos, siempre cambiante para que nada cambie.
Decimos que, esa materia que podemos contemplar y detectar y la energía que la acompaña (E = mc2), que está presente en forma de estrellas, galaxias y planetas o seres vivos (unas ¿inertes?, y otras vivientes) sólo supone el 5% de la materia que, en realidad, puede estar presente en nuestro Universo. Y, “suponemos”, así lo aconsejan las observaciones del Cosmos, que debe existir otra clase de materia y energía, a las que hemos dado en llamar “oscura” y a la que hemos puesto la etiqueta de material exótico.
Las leyes de la Física aplicable, que podemos aplicar a la materia y a la energía, nos deben llevar, finalmente, a comprender este vasto Universo que nos acoge y, como la Ciencia avanza sin cesar, no en pocas ocasiones se han tenido que asociar, varias disciplinas, para poder comprender el todo de un problema o enigma que teníamos que desvelar.
Así, amigos míos, llegamos a la Astrofísica que, en los últimos tiempos, ha tenido un desarrollo importante. Sin olvidar que el Universo es muy grande, y que las densidades medias son muy bajas y que la materia se encuentra, por regla general, en estructuras muy simples, en forma de átomos y partículas individuales que, con ayuda de la fuerza de la Gravedad, se reconstruyen en formas más grandes para componer enormes objetos que, como las estrellas y las Galaxias, nos brindan la posibilidad de estudiar pequeños universos y la actividad que en ellos tiene lugar a través de ingentes explosiones de energía en todos los espectros de la radiación que conocemos y, todo ello, da lugar a transformaciones químicas de la materia que, han sido procesos muy importantes para conocer la evolución del Universo, y, a partir de ahí, comenzamos a utilizar el término astroquímica para explicar algunas cuestiones que, de otra manera, sería difícil de entender.
Las moléculas complejas son algo más raras y, desde luego, los organismos vivos, mucho más. El apartado Biológico del Universo que conocemos está recluido en nuestro pequeño planeta. Sin embargo, dado el conocimiento que del Universo hemos logrado tener, es raro el científico en estas materias que, al ser preguntado, niegue la posibilidad real de la existencia de vida en otros mundos, en otros lugares que, lejos de éste nuestro, haya podido desarrollar de la misma o diferente manera, formas de vida que, inteligentes o no, sean un amplio y diverso muestrario de lo que la ¡vida! Significa en un Universo muy evolucionado que ha sido capaz, a partir de la materia inerte, de lograr una transición de fase que esta magnitud hasta conseguir, un “objeto” pensante y “consciente” de SER para que, sus sentidos, le permitan ser calificado como OBSERVADOR del Universo que hizo posible su presencia.
El hecho de ser conscientes y poder comprender la maravilla que nuestra presencia aquí supone, es lo que nos empuja a querer conocer, si en realidad somos los únicos o estamos solos. Que nuestra presencia en un pequeño planeta sea única, es bastante dudosa y, creerlo así por nuestra parte, sería concedernos una importancia que, desde luego, no tenemos.
En nuestra incansable búsqueda de una respuesta, lo hemos intentado todo (no siempre de manera afortunada), y, ciertamente, porque los humanos pertenecemos a esta extraña componente que llamamos vida y que incluso hemos tratado de reproducir en el Laboratorio (con resultado negativo) para lograr el paso de la química a la biología y, nos hemos dado cuenta que, sólo en el contexto del Universo y su evolución, pueden ser analizados los límites y las condiciones necesarias para que la vida, emerja, en cualquier sitio o lugar del Universo que, rigiéndose por las mismas leyes y constantes a todo lo largo y lo ancho del Cosmos, no puede ser de otra manera.
La Ciencia, que nos ha traído la Astronomía, la Biología, la Física, la Química, la Geología y otras disciplinas cuyo objetivo final está encaminado a conocer el Universo real que nos acoge y, desde luego, como fue posible el surgir de la vida, es decir, comprender, el papel de la componente biológica que la hizo posible en éste universo “nuestro” que, desde siempre, tratamos de comprender. Esa componente biológica del Universo, conectada a la Astrofísica y a la Astroquímica y seguido por la biología nos llevará algún día a saber sobre el origen de la vida y quiénes somos y el por qué llegamos aquí, y, sobre todo, qué pasos pudimos dar para conseguir los procesos biológicos que mediante los procesos químicos prebióticos nos hicieron pasar a los mecanismos bioquímicos hasta la biología propiamente dicha.
Está claro, en Astrobiología, los científicos se plantean muchas preguntas fundamentales, como la propia definición de lo que se entiende por Vida, cómo y cuando pudo surgir aquí, en la Tierra, su existencia actual o en el pasado en otros lugares o si es un hecho fortuito o una consecuencia ineludible de la evolución del Universo, es decir, si la Vida pudo ser una consecuencia de las leyes de la Física. Siempre nos hemos formulado preguntas así o parecidas.
La vida es un proceso de emergencia del orden a partir del caos que puede entenderse en medios no aislados y, por tanto libres de la restricción de la segunda ley de la termodinámica, como un proceso complejo. Todo estos procesos, sujetos a la utilización del método científico y por tanto a la observación y experimentación que junto con la discusión y la confrontación abierta de las ideas, el intercambio de datos y el sometimiento de los resultados al arbitraje científico, finalmente, nos darán las claves de lo que buscamos.
La conexión entre instrumentos y el espacio han convertido a la Astrobiología en un ejemplo magnifico de las virtudes y logros que se pueden conseguir uniendo los conocimientos de varias disciplinas para conseguir objetivos propuestos en estos nuevos campos que requieren estudiar y unir conceptos de física y astronomía con otros de química y biología para poder contemplar un panorama completo de lo que estamos buscando y que, utilizando sólo una de las ramas, nunca podríamos hallar.
Todos conocemos de los trabajos que se han realizado y se continúan realizando para el estudio de la evolución y características de ambientes habitables en nuestro mismo Sistema solar para tratar de despejar las dudas y conocer los procesos planetarios fundamentales para producir cuerpos habitables. El estudio incluye el análisis de ambientes extremos y análogos de Marte en nuestro propio planeta, como resulta ser la cuenca del Río Tinto aquí en mi región de Huelva, así como la exploración de otros cuerpos del Sistema Solar como Europa, Titan, Encelado, Ganímedes o Calisto, la luna de Júpiter con más volcanes de nuestro entorno cercano, entre otros.
Claro que, a todo esto, y, hablando de la vida, podríamos buscarla por todo el Universo con todos los medios científicos a nuestro alcance pero, sería una gran torpeza dedicar tiempo y presupuestos a tales investigaciones y dejar de lado, la seguridad de la única vida que, de momento, conocemos, la que está presente en nuestro planeta.
El conjunto de problemas que nos acucia está creando una auténtica situación de emergencia planetaria a la que se debería prestar mucha más atención, ya que, se caracterizan en su conjunto, por anomalías artificiales producidas por el hombre en su actividad diaria y que, estrechamente vinculados logran unirse para potenciar, de manera negativa, los efectos dañinos sobre la noble Tierra que nos da cobijo.
– Contaminación sin fronteras fruto de nuestra forma de vivir y que afecta ya a la totalidad de los ecosistemas del planeta.
– El cambio climático de origen antrópico, cuyos graves efectos comienzan ya a ser muy perceptibles.
– El agotamiento de los recursos, incluidos algunos tan vitales como la masa forestal o la capa fértil de los suelos y la misma agua dulce, supuestamente renovable.
– La degradación de los ecosistemas y pérdida de diversidad biológica, que amenaza con una sexta extinción.
– Se acelera la desertización.
– La pobreza extrema de miles de millones de seres, que se traduce en hambre literal, falta de condiciones higiénicas, de atención médica, educación…
– Los conflictos y la violencia que podemos contemplar todos los días en las noticias del mundo, las descriminaciones de origen étnico, social o la de género y la pérdida de diversidad cultural.
– El crecimiento económico guiado por intereses particulares a corto plazo y absolutamente insostenible en un planeta de recursos finitos, ya que, para que las cuentas generales cuadren, en alguna parte tiene que estar el problema generado: en los más débiles.
– El exceso de consumo de una quinta parte de la humanidad, estimulado por una publicidad agresiva, creadora de necesidades inexistentes, que impulsa al “usar y desechar”, un índice de contaminación importante, ya que, se impulsan productos sin atender a su impacto ecológico e incluso reduce expresamente la durabilidad favoreciendo modas efímeras.
– No olvidemos la explosión demográfica, que ha sobrepasado ya la capacidad de carga del planeta.
– Los profundos e insostenibles desequilibrios entre grupos humanos, con una quinta parte que vive en la pobreza extrema, y los conflictos y violencias asociados al mantenimiento de dichos desequilibrios son, a comienzos del siglo XXI, de una seriedad que, debería sonrojar a muchos que, tienen moral acomodaticia y, miran para otro lado para no querer ver fea la realidad.
Así que, todos estamos de acuerdo en que, investigar, seguir procurando la conquista del espacio, conocer mejor las estrellas y tratar de conocer mejor los cuerpos estelares de planetas y lunas de nuestro entorno y otros más lejanos, es necesario, ya que, saber que el Universo entero está poblado por seres que, como nosotros, puede pensar y ser conscientes, es una necesidad. Sin embargo, aquí en nuestra pequeña parcela, no deberíamos dejar de lado los problemas antes enumerados que, no son antagonistas de la Investigación y el desarrollo. Esa lacra que sobre nuestras conciencias llevamos y que afecta a millones de hermanos nuestros, se tiene que eliminar e tratar de igualar (dentro de lo posible), que todos los seres de la Tierra, tengan, al menos, lo necesario para vivir de manera que no nos cause vergüenza.
emilio silvera