Ene
7
En el futuro sabremos comprender la Materia
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Física Cuántica ~
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En estos momento, aunque muchos han sido los avances y los misterios que hemos podido descubrir sobre la materia y sus propiedades según en qué estado se pueda encontrar, en realidad nos falta mucho por saber y descubrir. Sabemos de los elementos naturales que la conforman, y, hemos descubierto otros artificiales que podemos fabricar en el Laboratorio. Sin embargo, muchos son los secretos que la materia nos esconde y que, cuando podamos desvelarlos, nos llevaremos muchas sorpresas. La materia es siempre la misma, en ésta Galaxia nuestra o en esa otra que, a miles de millones de años-luz, nos envía su luz para que sea captada por el Hubble y la podamos admirar.
Lo único que puede diferir, es la forma en que se utilice, el tratamiento que se le pueda dar, pero, la materia, es la misma en todo el vasto Universo, y, para poder obtener de ella todo lo que en realidad nos puede dar, es, sobre todo, el poseer el conocimiento y la tecnología necesarios para poder obtener, el máximo resultado de las propiedades que dicha materia encierra. Porque, en última instancia ¿es en verdad inerte la materia?
Tiene y encierra tantos misterios la materia que estamos aún y años-luz de saber y conocer sobre su verdadera naturaleza.
Nos podríamos preguntar miles de cosas que no sabríamos contestar. Nos maravillan y asombran fenómenos naturales que ocurren ante nuestros ojos pero que tampoco sabemos, en realidad, a que son debidos. Si, sabemos ponerles etiquetas como, por ejemplo, la fuerza nuclear débil, la fisión espontánea que tiene lugar en algunos elementos como el protactinio o el torio y, con mayor frecuencia, en los elementos que conocemos como transuránidos.
A medida que los núcleos se hacen más grandes, la probabilidad de una fisión espontánea aumenta. En los elementos más pesados de todos (einstenio, fermio y mendelevio), esto se convierte en el método más importante de ruptura, sobre pasando a la emisión de partículas alfa.
¡Parece que la materia está viva!
Ene
7
¡La materia! ¡La luz! Esas maravillas
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Física ~
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Los físicos se vieron durante mucho tiempo turbados por el hecho de que a menudo, la partícula beta emitida en una desintegración del núcleo no alberga energía suficiente para compensar la masa perdida por el núcleo. En realidad, los electrones no eran igualmente deficitarios. Emergían con un amplio espectro de energías, y el máximo (conseguido por muy pocos electrones), era casi correcto, pero todos los demás no llegaban a alcanzarlo en mayor o menor grado. Las partículas alfa emitidas por un nucleido particular poseían iguales energías en cantidades inesperadas. En ese caso, ¿qué era errónea en la emisión de partículas beta? ¿Qué había sucedido con la energía perdida?
En 1922, Lise Maitner se hizo por primera vez esta pregunta, y, hacia 1930, Niels Bohr estaba dispuesto a abandonar el gran principio de conservación de la energía, al menos en lo concerniente a partículas subatómicas. En 1931, Wolfgang Pauli sugirió una solución para el enigma de la energía desaparecida.
Tal solución era muy simple: junto con la partícula beta del núcleo se desprendía otra, que se llevaba la energía desaparecida. Esa misteriosa segunda partícula tenía propiedades bastante extrañas. No poseía carga ni masa. Lo único que llevaba mientras se movía a la velocidad de la luz era cierta cantidad de energía. A decir verdad, aquello parecía un cuerpo ficticio creado exclusivamente para equilibrar el contraste de energías.
Sin embargo, tan pronto como se propuso la posibilidad de su existencia, los físicos creyeron en ella ciegamente. Y esta certeza se incrementó al descubrirse el neutrón y al saberse que se desintegraba en un protón y se liberaba un electrón, que, como en la decadencia beta, portaba insuficientes cantidades de energía. Enrico Fermi dio a esta partícula putativa el nombre de “neutrino”, palabra italiana que significa “pequeño neutro”.
Ene
5
El Universo…nosotros…la vida
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Astronomía y Astrofísica ~
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Dicen que al principio de todo, cuando la temperatura reinante era inmensa, sólo existía una sola fuerza y la simetría era perfecta. Sin embargo, a medida que el Universo se enfrío, la simetría quedó rota y la fuerza que regía la Naturaleza se dividió en cuatro, es decir, el Electromagnetismo, las fuerzas nucleares débil y fuerte, y, la Gravedad. Estas fuerzas, desde aquellos primeros momentos son las que han regido los mecanismos del Universo y, posteriormente, se unieron a ellas, como sus ayudantes, esas otras figuras que llamamos constantes universales que, como la velocidad de la luz, c, o la constante de Planck, h, son las responsables de la invariancia que podemos observar a nuestro alrededor y hace posible que el mundo sea tal como lo observamos. Una pequeña variación en alguna de estas constantes, impedirían que las estrellas brillaran en el cielo, que nosotros estuviéramos aquí, o que, el Universo se comporte en la forma que lo hace.
Nuestro cuarteto de fuerzas que aseguran la estructura de la Naturaleza se completa con información sobre la manera en que se desprenden los productos de las leyes de la Naturaleza. Una sutileza profunda del mundo es la forma en que el Universo gobernado por un pequeño número de leyes simples puede dar lugar a la plétora de estados y estructuras complicados que vemos a nuestro alrededor, y de la cual nosotros mismos somos ejemplos dignos a destacar. Las leyes de la Naturaleza se basan en la existencia de una pauta que liga un estado de cosas con otro, y donde hay pauta hay simetría.
No obstante, a pesar del énfasis que hacemos en ellas, no somos testigos de las leyes de la Naturaleza. Sólo vemos los productos de dichas leyes. Más aún, las simetrías que las leyes consagran están rotas en estos productos.
Casi todos los físicos esperan que, en última instancia, se encontrará que las cuatro fuerzas naturales sean manifestaciones diferentes de una “súper fuerza” básica, que manifiesta su unidad sólo a temperaturas muy altas. De hecho, tal unificación, ya ha sido confirmada experimentalmente para dos fuerzas: la fuerza electromagnética y la fuerza nuclear fuerte que se unifican mediante la Teoría electrodébil que nos habla de un pasado unificado, y, resulta intrigante saber que, la simplicidad del mundo depende de la temperatura del entorno.
Ene
5
¿Es la materia oscura la que expande el Universo?
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Astronomía y Astrofísica ~
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“Un estudio de 200.000 galaxias a lo largo de cinco años ha dado lugar a una de las mejores confirmaciones de que la energía oscura está impulsando nuestro universo a acelerarse“. El estudio utilizó datos de la nave espacial de la NASA Galaxy Evolution Explorer y del Telescopio Anglo-Australiano de Siding Spring Mountain.
Los resultados ofrecen un nuevo soporte para la teoría a favor de que la energía oscura funciona como una fuerza constante, uniforme, que afecta al universo y propulsa su expansión fuera de control. Sin embargo, están en contradicción con una teoría alternativa, donde la gravedad, no la energía oscura, es la fuerza que empuja a la separación en el espacio.
Ene
4
¿Cuándo podrán unirse la Gravedad y la Mecánica cuántica?
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Física ~
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Entre los teóricos, el casamiento de la relatividad general y la teoría cuántica es el problema central de la física moderna. A los esfuerzos teóricos que se realizan con ese propósito se les llama “supergravedad”, “súpersimetría”, “supercuerdas” “teoría M” o, en último caso, “teoría de todo o gran teoría unificada”.
Ahí tenemos unas matemáticas exóticas que ponen de punta hasta los pelos de las cejas de algunos de los mejores matemáticos del mundo (¿y Perelman? ¿Por qué nos se ha implicado?). Hablan de 10, 11 y 26 dimensiones, siempre, todas ellas espaciales menos una que es la temporal. Vivimos en cuatro: tres de espacio (este-oeste, norte-sur y arriba-abajo) y una temporal. No podemos, ni sabemos o no es posible instruir, en nuestro cerebro (también tridimensional), ver más dimensiones. Pero llegaron Kaluza y Klein y compactaron, en la longitud de Planck las dimensiones que no podíamos ver. ¡Problema solucionado!
¿Quién puede ir a la longitud de Planck para verlas?
La puerta de las dimensiones más altas quedó abierta y, a los teóricos, se les regaló una herramienta maravillosa. En el Hiperespacio, todo es posible. Hasta el matrimonio de la relatividad general y la mecánica cuántica, allí si es posible encontrar esa soñada teoría de la Gravedad cuántica.
Así que, los teóricos, se han embarcado a la búsqueda de un objetivo audaz: buscan una teoría que describa la simplicidad primigenia que reinaba en el intenso calor del universo en sus primeros tiempos, una teoría carente de parámetros, donde estén presentes todas las respuestas. Todo debe ser contestado a partir de una ecuación básica.
¿Dónde radica el problema?