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¿Sabremos algún día, cual es, nuestra realidad?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en La Mente - Filosofía ~ Comments (1)
La pregunta del título está relacionada con el conocimiento de la Naturaleza y, la realidad que nuestras mentes imaginan como un hecho cierto, como la forma en la que vivímos y el entorno en el cual nos movemos pero, vuelvo a preguntar ¿es cierto lo que creemos? ¿no estarán equivocadas nuestras percepciones del mundo?
¿Desde cuendo estamos tratando de crear una imagen completa del mundo? Ya nuestros antepasados, hace miles de años, trataban de pintar un mundo en que el, dioses y demonios influían en sus pensamientos, toda vez que, de ninguna manera podían pretender explicar lo que observaban por medio de la ciencia que no conocían. Así, ellos tenían una percepción del mundo muy distinta de la que ahora, conocedores de muchos misterios del Universo, nosotros podemos tener. Claro que, aquella antigua visión y ésta visión moderna, simplemente difieren en los datos que ellos y nosotros podían y podemos manejar. En realidad, los problemas son los mismos, ayer que hoy: Comocer y “comprender” la realidad en la que vivímos.
Nosotros sabemos situarnos, viajando mentalmente hacia atrás en el tiempo, en aquellas sociedades primitivas y, gracias a los conocimientos que de ellas podemos tener, podemos comprender sus pensamientos, su manera de pensar, sus temores y, sus muchas dudas e incomprensiones de las muchas maravillas y fenómenos que, pudiéndolos contemplar, no podían ser explicados de una manera racional y, el único camino que tenían para ello, eran las divinidades que, con sus poderes mágicos, podían conseguir que todo aquello pudiera suceder.
Hoy, en realidad, no todos estamos pendientes ni preocupados por saber en qué lugar nos encontramos y cómo es, en realidad el mundo. Los dioses han quedado relegados a un segundo plano, y, lo que antes eran buscar el alimento diario mediante la caza y soltear peligros, hoy se ha traducido en una atroz competencia, una serie cargas que no siempre son necesarias soportar (Vender más que los demás, hacer más beneficios, tener un coche mejor o tres casas en lugar de una, el mejor reloj, la cuenta bancaria más seculenta, y, eso sí, sin horario limitado, una agenda muy cargada y, la familia, pasa a un segundo plano como si hubiera cosas más importantes.
Esa es la realidad de muchos. Realidad simple, equivocada y que, alejada de la verdadera verdad del mundo y del Universo, transcurre triste y, sin que nada de lo que pueda ocurrir, valga la pena: Fiestas cuyos comensales hacen un juego de hipocresía que distorsiona la autenticidad. Allí la mentira prevalece y, la mayoría de las veces, los presentes van, a ver como pueden hacer este o aquel negocio.
Otros, los más, se pasan la vida de una manera que nunca (o pocas veces) alcanzaran la recompensa. Asisten a la Escuela Primaria en los primeros años y, casi ninguno finaliza ni el Bachillerato. Se ponen a trabajar, a ganar un sueldo. Ahí continúan años y años. Llegan a conseguir un puesto de Oficial 1º, se casan con una chica hacendosa y con una abultada hipoteca que los mantiene atados durante casi toda la vida. Pero, eso sí, los domingos tienen el Futbol para poder gritarle a los arbitros y jalear a sus ídolos que, la mayoría de las veces ni saben leer. En realidad, ellos saben que, esos ídolos, son de los de ellos, de su misma clase que, supieron buscar un camino para salir de la medicridad en la que están inmersos sin solución.
Un mundo así, no es justo. Hace muchos años, existían los latifundios (muchas tierras en manos de unos pocos). Hoy día, es igual, nada ha cambiado: Mucho dinero en manos de unos pocos que, en lo que pueden y sin dar la cara, fastidian a los demás para conseguir sus objetivos.
Pero, dejemos estos temas y procuremos seguir con la idea principal que aconsejó el comienzo de este escrito y que, de ninguna manera tenía relación con lo anteriormente escrito (no pocas veces la imaginación te juega malas pasadas y, sin tú pretenderlo, te lleva por caminos que no pensabas recorrer). Decíamos de la realidad del mundo en el que vivímos, y, no podemos negar que existen muchas cosas que no vemos, sin embargo, creemos y sabemos que existen, por ejemplo los átomos son un buen ejemplo de ello, y, los electrones y Quarks, a pesar de su pequeñe, sabemos que conforman toda la materia que vemos en el Universo.
Mucha gente (respetemos sus creencias) creen en Ángeles y Dioses, sus vidas necesitan del apoyo que trales creencias les dan, y, en lugar de mirar hacia la Ciencia y preguntar el por qué ocurren las cosas, se encomiendan a dios, el SER todopoderoso al que le imputan todo lo que ocurra en los Cielos y en la Tierra (no puedo llegar a comprender, como puede, con tanta carga). Pero claro, en la mayoría de las ocasiones, sólo “vemos” lo que estamos buscando, lo que queremos ver.
La realidad del mundo es otra, muy diferente, todo se rige por leyes que no dictó el hombre (el último que llegó a este mundo), el Universo dispone de lo que los científicos llaman la mecánica celeste que, está regida por leyes fundamentales de la Naturaleza que son las que marcan el signo de todas las cosas. No son causas divinas las que hacen que explote una estrella supermasiva en Supernova, deje sembrada una enorme extensión del espacio interestelar de materiales más o menos complejos para formar nuevos objetos, y, la estrella principal, efectúe una transición de fase hacia un objeto diferente de lo que en un principio representaba.
Nasa en el Universo permance estático, la imagen que vemos arriba, comenzó como nos muestra la imagen de abajo. Una estrella que, no pudiendo soportar por más tiempo la presión de la gravedad y sin ninguna fuerza que la contrarretre, explota en supernova.
Hoy, habiendo pasado mucho tiempo desde aquella época remota en que nuestros antepasados miraban con temar al cielo, y se encogían, hacinados y medio desnudos en húmedas cuevas, para resguardarse de fenómenos que no podían comprender, como los rayos y truenos que atronaban sobre sus cabezas. Ahora, los humanos modernos, tenemos una concepción de la realidad que está totalmente creada por la ciencia. Sin embargo, una concepción de la realidad absolutamente científica, es imposble, toda vez que, la Ciencia, como tosdo en el Universo desde la relatividad, también está enmarcada en el ámbito de la teoría de Einstein. Sí, eso es así (de momento) pero, mañana puede ser diferente. Y, por otra parte, en nosotros los humanos, juegan, además de la razón y de la lógica, otros factores que pueden llegar a distorsionar a los primeros, como son la intuición, la imaginación y los sentimientos que, de alguna manera, inciden en nosotros y pueden llegar a interferir en lo “racional” o de “sentrido común” que no, necesariamente, tiene que ser lo cierto.
El hombre, siempre ha tenido una idea o concepción de la realidad que ha ido mucho más allá de la Ciencia, y, cuando la ignorancia que transportamos nos lleva hacia espacios vacíos, tendemos a rellenarlos con inventos que, no siempre describen lo que la Naturaleza es, y, con esas hipótesis tratamos de “engañarnos” para hacernos creer a nosotros mismos que, tenenemos las respuestas que pueden explicar esos espacios “vacios” como, por ejemplo, los de la Materia Oscura, la Gravedad Cuántica, las Fluctuaciones de vacío, y otros muchos enigmas que, no hemos llegado a comprender.
Nuestras mentes son creadoras, muy ricas en imaginar, de una fuerza que va mucho más allá de lo racional y nos puede transportar a mundos, sino imposibles, si muy alejados de éste nuestro. Allí, se puede crear todo lo que aquí no existe. Sin embargo, negar que esos mundos intuidos no puedan existir en elguna parte, sería negar la inmensidad y la variedad del Universo. Creo que todo, absolutamente todo lo que podamos pensar, tiene una probabilidad de existir.
Todas las teorías que manejamos y las leyes que describen los fenómenos que observamos en la Naturaleza han sido creadas por la mente humana, son imágenes de la realidad que percibimos y que, necesariamente, no tiene porque ser la realidad misma. Una cosa es la realidad de la Naturaleza y otra, muy distinta, es la realidad que nuestras mentes han deducido de lo que obserbamos en ella, y, como no podemos estar seguros de que, nuestros sentidos nos comuniquen de manera fiel lo que la Naturaleza es, nos formamos un modelo, una imagen que, es lo que entendemos por realidad, aunque en verdad, es “nuestra realidad” pero no, la realidad misma.
¿Cómo podemos estar seguros de que, nuestra concepción de la Realidad es la auténtica?
Nuestra realidad se deriva, feneralmente, por el conocimiento que de las cosas podamos tener, de los pensamientos que seámos capaces de generar, de las experiencias vivídas, y, ¿por qué no? de los sentimientos. Si eso es así, tendremos que convenir que la realidad de Pedro, será muy distinta de la Juan. Las circunstancias particulares de ambos les dictará creer en una realidad diferente.
En verdad, parece que vivímos en un mundo de ilusiones y no lo sabemos, estamos ajeno a ello. Sin embargo, aquí se hace cierto aquello que alguien dijo: “la ignorancia es su felicidad” y, tan ricamente, pasamos la vida inmersos en ese mundo de ilusiones que, tan lejos está de lo que podríamos llamar “lo real”. Sin embargo, nosotros percibimos la realidad dependiendo de unos marcos de referencias dentro de los cuales pensamos, sentimos y actuamos. Además, estamos anclados en una serie de Teorías y Leyes que nos atan, nos cierran el camino hacia pensamientos nuevos, otras teorías y otras leyes que nos pudieran dar la libertad total, el saber sobre el mundo sin restricciones. Claro que, nuestras mentes, no están preparadas para ese salto mortal, tendremos que esperar a una evolución pausada y por tiempos que, después de algunos miles de millones de años, nos lleve al lugar adecuado, al que podemos llamar la “Ciudad de la comprensión, del saber, de la sabiduría”. Sin embargo, ¡está tan lejos!
No pocas veces, nuestro concepto de realidad depende de dónde esté nuestra consciencia. ¡La consciencia! Una palabra grandilocuente para nombrar algo que no hemos llegado a comprender. El nombre expresa bien lo que quiere significar pero, en realidad, somos nosotros los que no hemos llegado a comprender lo que la consciencia es. Para comprender la verdad ¿tendremos que liberarnos de lo conocido? Mientras estemos atados a lo que conocemos, será más difícil llegar a lo desconocido, y, es allí, dónde residen las nuevas respuestas. Todos sabemos que el efecto existe en la causa y, aunque nuestra mente es versátil, divide y puede vivir en planos diferentes, en realidad, es sólo una con diferentes capacidades que, según porece, son grados diferentes de la misma realidad.
Es nuestra consciencia del día a día común, a la que llamamos consciencia racional, es el único estado de consciencia que conocemos. Es la consciencia objetiva, la que nos hace conscientes de los objetos y del mundo que nos rodea tal como lo percibimos y, sin embargo, hay en nosotros otra clase de consciencia que nada tiene que ver con aquella otra, es la que ve más lejos y, de vez en cuando, deberíamos prestar atención a lo que nos dice que ve y que, no en pocas ocasiones, por temor al ridículo, callamos y no decimos al mundo lo que hemos podido ver.
Hablar de la “Mente” y del “Cerebro” es querer ir mucho más allá de nuestros conocimientos. Una Galaxia como la Vía Láctea tiene más de 100 000 millones de estrellas, y, un cerebro humano, tiene aún más neuronas y conexiones. Así que, nos encontramos ante un complejo dilema: La verdad no puede ser experimentada de la misma forma que podemos experimentar con los objetos que están fuera, separados de nosotros y que podemos ver y observar, estudiar sus mecanismos y funciones pero, eso que llamamos “La Mente” es algo más, mucho más que una simple galaxia que “sólo” tiene Estrellas, Nebulosas y Mundos, una Mente, amigos míos, tiene dentro mucho más. Tánto es lo que tiene que, no hemos podido llegar a comprenderla, siendo algo tan cercano a nosotros y que creemos que está dentro de nosotros mismos, y, sin embargo, no sabemos lo que es, como funciona, y, hasta dónde puede llegar.
Hay un velo invisible, tupido y casi transparente que, nos deja vislumbrar lo que la Mente puede ser. Sin emabrgo, no es lo bastante translucido como para dejarnos contemplar todo lo que, en realidad, quisiéramos “ver”. Si ese velo, algún día llega a desaparecer, o, aprendemos a retirarlo un poco, quizá pudiéramos ver que, la Verdad, está más allá del Tiempo. Nosotros vivímos dentro del Tiempo y del Espacio, y, si la verdad está más allá, será imposible que alguna vez la podamos alcanzar.
Así, podríamos comprender la lucha estéril que desde el comienzo de los tiempos del “entendimiento” llevaron a los filósofos a querer llegar al centro de esa verdad imposible de alcanzar. ¿No será eso que llamamos “verdad” o “realidad” una meta imposible de alcanzar?
No pocas veces, en nuestra enorme ignorancia, nos creemos que podemos coger el cerebro con nuestra fuerte mano, esprimirlo y obtener de él, todo aquello que necesitamos saber. Claro que, tal pretensión es un imposible y los caminos del conocimiento nunca llegaron por la fuerza. Es el entendimiento a través del estudio el único que nos podrá llevar hacia ese mundo soñado, ese futuro en el que, la sabiduría, sea una moneda común que nos iguale a todos. Un mundo donde las distancias de cualquier tipo, no existan. Al principio exponíamos las diferencias que hoy existen entre los iguales. Hemos olvidado que “Toda la Humanidad es una”, es decir, que todos somos uno, que venimos del mismo lugar, que nuestro origen es común. Y, las diferencias que aquí hemos llegado a plasmar, en este modelos imperfecto de Sociedad, sólo es una muestra de la denigración a la que, nuestra especie, ha podido llegar al prevalecer sus más bajos instintos de supervivencia, dejando de lado y bien escondidos esos otros que, estándo ahí, no han sabido sobreponerse para hacer un mundo mejor.
Nuestra concepción de la vida depende de cuán desarrollada esté nuestras consciencias que, es la única manera de que, se atisben aquellos conceptos que, como el de moralidad, ética, honradez y, humildad, nos llevará hacia el camino deseado de una realidad acorde, o, más acorde, con lo que en “realidad parece que somos”, o, podríamos ser.
Núcleos motores
Núcleos sensitivos
Llegar a conocer la Sabiduría que hemos tratado de conocer por medio de la razón y de la intuición para llegar a conceptos teóricos que nos lleven a la verdadera Ciencia a través del experimento y la observación, puede que un día, muy lejano aún en el futuro, nos abra la puerta de esa “REALIDAD” tan deseada y que, esperemos que no llegue a decepcionarnos, si algún día, la pudiéramos alcanzar. Claro que, si esa realidad, es verdad que reside mucho más allá del espacio y del teimpo donde residemos, será inalcanzable para nosotros que, nunca podremos ir más allá de ésta realidad física que nos aprisiona.
¿Podemos presentir el futuro? ¿Cuando soñamos podemos imaginar y ver, lo que sería la verdadera realidad? Está claro que en la actualidad estamos inmersos en una negación moderna de la naturaleza humana. Sin embargo, lo imposible lo podemos hacer realidad a través de la imaginación y los suelos, único camino de la auténtica libertad que hemos podido encontrar en este mundo nuestro.
¿Quién no ha soñado alguna vez con personajes y escenas que no son de este mundo?
Es verdad que, por mucho que nos parezca imposible, todo lo que podamos imaginar, seguramente, podrá estar en alguna parte.
Ahora no recuerdo si, en realidad, fue un sueño. Volaba en un pequeño Vumpar, una especie de aparato volador muy aerodinámico y de fácil desplazamiento y maniobrabilidad. El mundo era Donter y orbitaba una estrella blanca-azulada que mantenía el planeta a una temperatura media alta que tenía inmensos bosques de bruscas ramas de espinos, en la mayoría de los casos.
Salí de la Colonia en vuelo rutinario de comprobaciób, y, sobrevola aquel bosque de extraños árboles de enrevesadas raíces, cuando, de pronto, algo llamó mi atención. En aquella, cada vez más espesa y emponzoñada espesura, alguien parecía tener probelmas para continuar su viaje. Puse la nave en el estado de anti-gravedad y, baje hasta la superficie para tratar de ayudar a la persona que parecíatener problemas.
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En verdad, cuando la ví, me quedé sorprendido, nunca me parecería normal las costumbres de los habitantes de aquel extraño lugar, y, aquella hermosa chica desnuda, parada ante unos de aquellos espejos que surgían, sin saber de donde y, cortaban los caminos, me desconcertó.
Cuando me sobrepuse y me dirigí a ella para preguntarle si necesitaba ayuda…algo pasó, aquel escenario desapareció y, sin saber cómo, me encontraba en mi escritorio, con un papel medio emborronado encima de la mesa y mi mano, sostenía un bolígrafo. Estaba aturdido, y, sólo leí el folio que medio escrito, tenía ante mis ojos. Aquella lectura me hizo comprender. Nada había sido una realidad, mis pensamientos tratándo de llevar al papel una historia inventada, me llevó a una especie de sueño en el que, sin proponermelo, me había transportado hasta ese mundo “soñado” en el que nunca estuve.
¿Qué no será capaz de imaginar nuestra mente? Si como antes decía, nuestras más de cien mil millones de neurones entrelazando múltiples conexiones eléctricas, pueden Transportar los pensamientos más inconcebibles que imaginar podamos. Nada se puede resistir a nuestros pensamientos, ahí radica nuestra única libertad.
No creo que nunca podamos llegar a conocer la naturaleza de eso que nos ha dado en llamar el “Alma” Humana, el “espíritu”, o, lo que en realidad, creo que es, la sabiduría, la escasa cuota de saber que hemos podido alcanzar hasta el momento presente y que, no siempre se ve agrandada por el estudio, la experiencia o la observación, sino que, ese algo que no sabemos explicar pero, que llevamos dentro, nos induce a intuir o presentir que existen cosas más allá de las cosas que podemos ver y de las que hemos podido comprobar y no vemos, y, en esas otras cosas ocultas, seguramente reside la realidad que perseguimos.
Todo lo que buscamos, todo lo que deseamos saber, todo lo que necesitamos conocer, todo, está en la Naturaleza. El Universo encierra todas las respuestas a las preguntas que hemos planteado y nadie sabe contestar y, también, las respuestas de esas otras preguntas que, ni hemos llegado a formular, para hacerlo, necesitaríamos el conocimiento del que carecemos.
¿Será verdad, como nos dice Gerar ´t Hooft, que todo es un sueño, o, un Holograma?
¡Quién sabe! Yo desde luego no.
emilio silvera
el 9 de marzo del 2011 a las 12:56
Curiosas reflexiones. Parece que hubieras visto la pelicula Matrix jj.
No estamos preparados para entender todo lo que nos rodea y que, ademas, lo percibimos con nuetros sentidos que no son de los mas desarrollados de la naturaleza.
No se porqué mi capacidad mental solo me permite entender una parte de lo que veo, leo, etc.
No falta mucho para derrumbar el muro que nos impide saber las respuestas a las eternas preguntas: ¿de donde venimos, a donde vamos…? Probablemente no las tengamos nunca.
Ufff, estoy como el dia de nublado jj