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¡Esos pueblos del mundo!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Rumores del Saber    ~    Comentarios Comments (13)

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Me maravilla la riqueza que atesoramos y la experiencia que la Humanidad ha podido tener a lo largo y a lo ancho de sus milenarias vivencias sobre este planeta. Civilizaciones que fueron nos dejaron la huella de su paso por el mundo y, de ellos, de sus comportamientos y formas de vivir, hemos podido saber como evolucionó la especie humana a lo largo y ancho de los los tiempos.

Mi debilidad está en leer y enterarme de las cosas, sin límite de cuestiones a tratar, aunque sí con preferencias. Lo he tocado todo de manera más o menos profunda, y una vez pude leer (no recuerdo ahora dónde) que la mitología y los escritos antiguos nos hacen saber que el último día de la Atlántida se vio marcado por una inmensa catástrofe. Olas tan altas como montañas, huracanes, explosiones volcánicas… sacudieron el planeta entero. La civilización sufrió un retroceso y la Humanidad superviviente quedó reducida a un estado de barbarie.

Las tablas sumerias de Gilgamés hablan de Utnapichtiun, primer antepasado de la Humanidad actual, que fue, con su familia, el único superviviente de un inmenso diluvio. Encontró refugio en un arca para sus parientes, para animales y pájaros. El relato bíblico del Arca de Noé parece ser una versión tardía de esa misma historia.

El Zend-Avesta iranio nos proporciona otro relato de la misma leyenda del diluvio. El dios Ahuramazda ordenó a Yima, patriarca persa, que se preparara para el diluvio. Yima abrió una cueva, donde durante la inundación, fueron encerrados los animales y las plantas necesarias para los hombres. Así fue como pudo renacer la civilización después de las destrucciones ocasionadas por el diluvio.

El Mahabharata de los hindúes cuenta cómo Brahma apareció bajo la forma de un pez ante Manú, padre de la raza humana, para prevenirle de la inminencia del diluvio. Le aconsejó construir una nave y embarcar en ella “a los siete Rishis” (sabios) y todas las distintas semillas enumeradas por los brahamanes más antiguos y conservarlas cuidadosamente.

Manú ejecutó las órdenes de Brahma y el buque, que le llevó con los siete sabios y con las semillas destinadas al avituallamiento de los supervivientes, navegó durante años sobre las agitadas aguas antes de atracar en el Himalaya.

La tradición hindú designa a Manali, la ciudad de Manú, en el valle de Kulu, como el lugar posible en el que se vio desembarcar a Manú. La región es generalmente conocida por el nombre de Aryavarta, país de los ríos.

La semejanza del relato de Noé y el de Manú no parece deberse a una simple coincidencia. Es un hecho conocido que en todas las evocaciones del gran diluvio, se atribuye a ciertos personajes elegidos un conocimiento previo de la proximidad de la catástrofe mundial (en este punto, algunos han apuntado la posibilidad de que seres extraterrestres intervinieron para impedir la extinción de la Humanidad en aquel momento trágico).

Según algunos estudiosos, la salida del país condenado de la Atlántida fue realizada en barco y por los aires. De apariencia fantástica, esta teoría se apoya en numerosas tradiciones históricas.

Existe entre los esquimales una curiosa leyenda, según la cual habrían sido transportados al norte glacial por gigantescos pájaros metálicos. ¿No es pasa pensar en la existencia de una especie de aviones en aquella época prehistórica? ¡Qué locura!

Los aborígenes del territorio septentrional de Australia tienen también una leyenda del diluvio y de los hombres-pájaro. Karan, jefe de la tribu, dio alas a Waark y a Weirk cuando “el agua invadió los brazos del mar, cuando el mar ascendió y recubrió el país entero, las colinas, los árboles, en una palabra, todo”. Entonces, el propio Karan levantó el vuelo y se instaló a lo largo de la Luna, observado por los hombres-pájaro.

El canto épico de Gilgamés nos da un cuadro dramático del desastre planetario:

“Una nube negra se elevó de los confines del cielo.

Todo lo que era claro se volvió oscuro.

El hermano no ve a su hermano.

Los habitantes del cielo no se reconocen.

Los dioses temían al diluvio.

Huyeron y ascendieron al cielo de Anu.”

¿Quiénes eran esos habitantes del cielo? ¿Quiénes eran los dioses que temían al diluvio y se refugiaron en los cielos? Si hubieran sido seres etéreos no se habrían sentido aterrorizados por el furor de los elementos. Cabe suponer que estos habitantes no eran otros que los jefes atlantes que tenían ingenios voladores, o incluso astronaves, a su disposición. ¡Una locura!

Según la religión sumeria, el cielo de Anu era la sede de Anu, padre de los dioses. Su significado estaba asociado con las palabras “grandes alturas” y “profundidades”, lo que hoy llamamos “el espacio”. Los hombres del cielo partieron al espacio; tal es nuestra interpretación hoy de este desconcertante pasaje del canto épico.

El libro de Dzyan, recibido hace más de cien años por Hélène Blavatsky en un ermita del Himalaya, podría ser una página perdida de la historia de la Humanidad:

“Sobrevinieron las primeras grandes aguas y devoraron las siete grandes islas. Todo lo que era santo fue salvado; todo lo que era impuro fue aniquilado.”

Un antiguo comentario de este libro explica con perfecta claridad el modo en que se produjo el éxodo de la Atlántida.

En previsión de la catástrofe inevitable, el Gran Rey, “de rostro deslumbrante”, jefe de los hombres esclarecidos de la Atlántida, envió sus navíos del aire a los jefes, sus hermanos, con el mensaje siguiente: Levantaos y preparaos, hombres de la Buena Ley, y atravesad la Tierra mientras todavía está seca.

La ejecución de este plan debió mantenerse secreta a los poderosos y malvados jefes del imperio. Entonces, durante una noche oscura, mientras el pueblo de la Buena Ley se hallaba ya a salvo del peligro de la inundación, el Gran Rey reunió a sus vasallos, escondió su “rostro deslumbrante” y lloró. Cuando sonó la hora, los príncipes embarcaron en vimanas (naves aéreas) y siguieron a sus tribus a los países del este y del norte, a África y a Europa. Entretanto, gran número de meteoritos cayeron en masa, como bolas de fuego, sobre el reino de la Atlántida, donde dormían los “impuros”.

Si bien que, la posibilidad de un éxodo de la Atlántida por vía aérea no debe ser necesariamente aceptada, merece, no obstante, ser objeto de examen profundo y científico.

Es curioso constatar que en la Enciclopedia de los viajes interplanetarios, publicada en la URSS por el profesor N. A. Rynin, una ilustración en la misma refleja a los grandes sacerdotes atlantes elevándose en avión, mientras al fondo, la Atlántida se hunde en los mares.

Los babilonios han conservado el recuerdo de astronautas o de aviadores prehistóricos en la persona de Etana, el hombre volador. El museo de Berlín posee un sello cilíndrico en el que aparece atravesando los aires a lomos de un águila, entre el Sol y la Luna.

En Palenque, Méjico, puede verse el curioso dibujo de un sarcófago extraído de una pirámide descubierta por el arqueólogo Ruz-Lhuillier. Representa, en estilo maya, un hombre sentado sobre una máquina semejante a un cohete que despide llamaradas por un tubo de escape. El hombre está inclinado hacia delante: sus manos reposan sobre una barras. El cono del proyectil contiene gran número de misteriosos objetos que podrían ser parte de su mecanismo. Después de haber analizado numerosos códices mayas, los franceses Tarade y Millou han llegado a la conclusión de que se trata de un astronauta a bordo de una nave espacial, tal como la concebía este pueblo.

Los jeroglíficos existentes en el borde significan el Sol, la Luna y la Estrella Polar, lo que vendría a apoyar la interpretación cósmica. Mas, por otra parte, las dos flechas marcadas sobre la tumba (603 y 663 d. C.) no dejan de generar dudas. Sin embargo, en el caso de que el sacerdote enterrado en la tumba no fuera simplemente un sacerdote astronauta, sino un guardián de la tradición de los “dioses astrales” de la América central, el ornamento podría explicarse como una evocación de viajes espaciales del pasado.

Todo indica que los atlantes llegaron a tener una sociedad de nivel muy elevado.

Si nos sumergimos en historias perdidas en textos muy antiguos, la sorpresa y el asombro están asegurados. Para mi caso también incluyo la fascinación, aunque con cierta reserva. Todas estas historias tienen un origen real que se pasó de generación a generación y, aunque nos puedan llegar alteradas, en los entresijos de esas historias subyace la verdad donde tienen su origen.

Hace muchos años, el doctor Lao-Tsin publicó en un periódico de la ciudad de Shangai un artículo dedicado a su viaje a una extraña región de Asia central. En su pintoresco relato, que prefiguró Horizontes perdidos (James Hilton), este médico describe la peligrosa caminata que realizó por las alturas del Tíbet en compañía de un yogui oriundo de Nepal. En una región desolada, en el fondo de las montañas, los dos peregrinos llegaron a un valle escondido, protegido de los vientos septentrionales y gozante de un clima mucho más cálido que el del territorio circundante.

Este doctor evoca en su relato “la torre de Shambhala” y los laboratorios que provocaron su asombro. Allí, amablemente, además de darles hospitalidad, por su condición de doctor le pusieron al tanto de grandes resultados científicos obtenidos en el valle. También fue testigo, según contaba, de experiencias telepáticas efectuadas a grandes distancias. Decía conocer muchas otras cosas que, haciendo honor a la palabra dada, no podía contar.

La tradición actual cuenta que en Shambhala ocurrieron en el pasado remoto cosas extraordinarias y grandes acontecimientos.

Los mahatmas (grandes sacerdotes de estas comunidades secretas) no quieren ser molestados en su contemplación, y cuando consienten en recibir a visitantes muy especiales es bajo la firme promesa de no revelar lo que allí se les muestre.

Un mahatma en una carta, para definir sus actividades, escribió:

“Durante generaciones innumerables, el adepto ha construido un templo con rocas imperecederas, una torre gigantesca del pensamiento infinito, convertida en morada de un titán que permanecerá en ella solo, si es necesario, y únicamente saldrá al final de cada ciclo para invitar a los elegidos de la Humanidad a cooperar con él y contribuir, a su vez, a la ilustración de los hombres supersticiosos.”

El texto fue escrito por el mahatma Koot Humi en julio de 1881.

El origen de estas comunidades desconocidas se pierde en el origen de los tiempos. Según toda probabilidad, son nuestros predecesores en el saber de la evolución humana que ordenaron la salida de la Atlántida a los hombres de la Buena Ley.

Es posible que estas colonias secretas conserven todos los documentos y todos los resultados de orden espiritual de la Atlántida, tal como fue en sus días de esplendor, y aunque esa pequeña sociedad no esté representada en las Naciones Unidas, podría ser el único Estado permanente del planeta y el custodio de una ciencia tan vieja como las rocas. Los espíritus escépticos no deben olvidar que los mensajes de los mahatmas se conservan hasta nuestros días en los archivos de ciertos gobiernos.

Todos los rincones y pueblos de nuestro mundo tienen encerrados en sus folklores misterios del pasado que apenas dejan asomar una pequeña parte de lo que en el pasado ocurrió. Pensemos por ejemplo en la cantidad de montañas sagradas y de ciudades perdidas que existen en el ancho mundo nuestro.

En la India le atribuyen un carácter divino a las Nanda Davi, Kailas, Kanchenjunga y a otras muchas cumbres que, según ellos, sirven de residencia a los dioses.

Se afirma que Siva tiene su sede en el monte Kailas (Kang Rimpoche). Se cuenta también de él que descendió sobre el Kanchenjunga, mientras que la diosa Lakshmi, por el contrario, se elevó hacia los cielos desde la cumbre.

Analizando estos mitos se llega a la conclusión de que por aquellas épocas remotas en que los dioses se mezclaban con los humanos, se producía un tráfico en los dos sentidos a través del espacio.

A partir del momento en que se encaminó desde el salvajismo a los rudimentos de la civilización, la Humanidad creyó en la existencia de dioses poderosos y bienhechores. De alguna manera debían buscar el equilibrio y la fuerza necesaria para sobrevivir en aquellos peligrosos tiempos; creer en algo.

En la antigua Grecia se consideraban el Parnaso y el Olimpo como los lugares en que moraban los dioses.

Podría continuar hablando de estos temas de los que en su momento profundicé bastante, pero como el presente trabajo es aleatorio y sin un rumbo fijo, no es cosa de hacer ningún tratado de un tema concreto, así que dejémoslo aquí como una curiosidad muy interesante (con un fondo – siempre – de verdad).

¡Me falta tiempo! Quisiera hacer tantas cosas, quisiera aprender tantas cosas, quisiera arreglar tantas cosas, quisiera, quisiera, quisiera… mucho trabajo para uno solo.

Algún día, cuando me sienta con ánimo, os hablaré de los muchos mundos que existen dentro de este mundo nuestro.

Os contaré cómo fue la primera batalla de la historia y os podré hablar del Jardín de las Hespérides. En más profundidad de la Atlántida y de cómo se formó el Estrecho de Gibraltar, de los gigantes y los ligures, de Lug y Lusina, de la Espiral del Dios Lug, de nuestra civilización y de la Civilización, la Diáspora que nos cuenta que, como todas las cosas, las civilizaciones son mortales. Hablaré de Isoré, cuyo nombre subsiste en estado puro en un solo lugar: un castillo cerca de la confluencia del Vienne y del Loire en Francia. Podré hablaros de la leyenda de Osiris… o de lo que le ocurrió al labrador Fradin en 1924 en Bourbonnais (la aldea de Glozel, no lejos de Vichy). En ese mismo trabajo que tengo más que pensado, incluiré lo que sé sobre los dólmenes y los druidas (muy sabios), todo ellos enlazado con Liguria y las invasiones célticas, allá por el 1700 a. de C.

Estas historias me fascinaron y sobre ellas escribí hace muchos años, cuando aún vivía en casa de mis padres. No sé dónde fueron a parar tantos folios emborronados con mi imaginación; ahora me gustaría conservarlos. Nadie los leyó nunca; mi pudor a descubrir mis pensamientos esa muy elevado en mi corta edad (tendría entonces 20 – 22 años). Así que, si algún día me armo de valor, os lo contaré todo.

Cultura mesopotámica

Lo que sí debemos tener claro es que, nunca, nunca debemos dejar de mirar hacia atrás en el tiempo pasado, allí están muchas de las respuestas a problemas que hoy mismo se nos plantean y que, por desconocer la Historia, no sabemos resolver. Además, el conocimiento del pasado nos facilitará el poder evitar que aparezca de nuevo, otra “Torre de Babel” que, algunas veces, parece que en el mundo actual, la tenemos ante nuestros porpios ojos dado el grado de falta de entendimiento que existe entre las naciones del mundo.

¿Acaso el conocimiento, los sentimientos, y, eso que llamamos “Humanidad”, no son más importantes qiue el maldito dinero?

 

  1. 1
    Ramon Marquès
    el 20 de noviembre del 2009 a las 21:02

    Hola amigo Emilio:
    Las historias que cuentas son fascinantes y dan que pensar.
    Me viene al recuerdo Colón, que parece muy seguro que era catalán de la familia Colomb, en Sevilla se consrvan los originales de varias cartas escritas en correcto catalán según me confirma un amigo que va ha escribir sobre ello. Parece ser que era catalán y judío, dos cosas mal vistas en aquel tiempo en el reino de Castilla. Por otra parte tampoco fué Colón el primero en pisar la tierra del Nuevo Continente, según muchos indicios los vikingos viajaban por este Nuevo Continente como por su casa.
    Es que las historias que cuentas dan que pensar en que la Historia de los libros no son dogma de fe, bueno es que los dogms de fe no son de fiar por principio. Un abrazo. Ramon Marquès

    Responder
  2. 2
    Alex
    el 20 de noviembre del 2009 a las 22:11

    Queridos amigos Ramón y Emilio:

    Colón era judío y familiar del papa Inocencio VIII ( Juan Bautista Cibo) de Génova. Hago esta afirmación en base a la similitud de ambos en diferentes grabados. Además, existe una teoría en la que se afirma que el nombre de Cuba proviene de “Cibo”.

    Es cierto que no fue el primero.  Señor Marqués, usted hace referencia al mapa de Vinlandia según el cual los vikingos estuvieron por Terranova. Otro dato importante es el mapa de Piri Reis: un mapa mundi perfectamente elaborado en el que se muestra con exactitud los cursos fluviales de Groenlandia, hecho ratificado tras la llegada, en 1947, del hombre a Groenlandia por primera vez; debo añadir que el almirante Piri Reis se basó en datos que se remontaban unos 6000 años atrás.

    Un saludo, os recomiendo “La ruta prohibida” de Javier Sierra y “Secretos Medievales”  de Jesús Callejo

    Responder
  3. 3
    emilio silvera
    el 21 de noviembre del 2009 a las 9:33

    Estimados amigos Ramón y Alex.

    Efectivamente, lo que dice Ramón es cierto y existen esas cartas en Sevilla. También hay varias versiones sobre el origen de Colón. En lo referente al Descubrimiento, según todos los indicios, como bien decís, él sólo (re)descubrió América.

    Como el amigo Alex nos comenta, el viaje de Colón, de alguna manera, está relacionado con ese mapa mundi que menciona de Piri Reis del que, en tiempos, escribí un extenso comentario por la curiosidad del tema y, desde luego, sus datos estaban basados en otros de épocas muy remotas. Si tengo un rato buscaré el comentario y lo pondré aquí por ser interesante.

    También es acertado el comentar que, “la historia de los libros no son dogmas de fe”, ya sabemos que, todas estas historias que nos llegan desde el remoto pasado, están distorsionadas por el paso del tiempo al haber sido contadas una y otra vez de unos a otros y, cada cual, le daba el toque personal que su imaginación le dictaba pero, en el fondo de todas ellas subyace la verdad. En estos casos cada cual le dará el valor que le dicte sus conocimientos y si puede separar la paja del trigo…habrá comprendido el mensaje.

    Un abrazo amigos.

    Responder
  4. 4
    Javier
    el 13 de julio del 2010 a las 18:44

    Estimado Emilio;
    Es la segunda entrada suya que leo en la que al terminar nos promete reflotar aquellos escritos de su adolescencia. Tengo que decirle que estoy a la espera de que ello suceda. Porque si bien es cierto que al final del camino, siempre termino siendo uno de esos escépticos que ud menciona, no menos cierto es que mientras lo transito lo hago con la mas alegre credulidad.   

    Responder
  5. 5
    darker
    el 13 de julio del 2010 a las 20:20

     
    hola que tal
    antes de nada decir que para mi y para mucha gente el descubrimiento lo hicieron los pobladores de aquellas tierras ya que descubrieron a unos seres por el hecho de tener armas sometieron a todo tipo de …………etc.etc. A estos, que desde miles de años atrás poblaban las Américas, además coincido con los que piensan esto, que parte de la pobreza de esa America  de hoy se debe a la barbarie o seudo conquista de antaño.
    Es simplemente empatia lo que falta mucho en este mudo.
    Opino de este modo porque como me decía mi abuela lo que no quieras para ti no lo quieras para nadie.
    (lo siento pero debía de soltarlo fuera)

    “Emilio es usted un crack”
    es usted como mesi el futbolista, pero en el conocimiento
     la verdad que expone usted unos temas muy interesantes.
    yo creo que la historia debería volverse a escribir de cero
    desde el poco tiempo que llevo devorando conocimiento me he dado cuenta que hay mucha mas historia de lo que nos creemos en todos estos libros sagrados,y no sagrados,textos,pinturas, hallazgos etc.
    como bien dice los libros de (moda) me refiero a los de religiones monoteístas, son un calco de historias  que vienen de los egipcios como por ejemplo muchas historias que comenta la Biblia de Jesucristo son calcos de Osiris ,el Satanás de la Biblia creo que viene de set el malvado hermano de Osiris.
    Y lo mismo pasa de con sumeria y Egipto.
    Todos los conocimientos astronómicos que tenían todas estas cultúraselos sumerios, los egipcios, los mayas, los dogón de África(los que conocían sirio a/b/ y c esta tribu como muchas de África no tienen idioma escrito pero si este conocimiento que cosa mas disparatada,
    hasta en  el siglo pasado gracias a la tecnología de los últimos macro telescopios se an hecho evidentes
    descubrimientos que ya llevaban miles de años expuestos por estas culturas.
    Todo esto hay que tratarlo con mucho respeto y tranquilidad e ir rompiendo paradigmas para uno mismo y saber mantenerse con los pies en la tierra porque sospecho que al embriagarse de estas sabidurías te adentras en un terreno algo hostil.
    un saludo de darker

    Responder
  6. 6
    nelson
    el 14 de julio del 2010 a las 2:03

    Hola muchachada; hola Darker:
    Muy oportuna tu puntualización sobre el “descubrimiento”, en realidad invasión y sometimiento.
    El amigo Emilio es, mas bien, Forlán…:)
    Saludos cordiales.

    Responder
  7. 7
    emilio silvera
    el 14 de julio del 2010 a las 10:08

    Estimado Javier, si cuento con algo de tiempo me sumergire en el pasado de mis papeles y pondremos aquellos escritos de los que alguna vez he hablado.

    Darkar nos expresa su sentimiento sincero de lo que cree que fue aquel acontecimiento de mal recuerdo y, Nelson, el amigo Nelson, lo refuerza con su escueto comentario que refrendo al 100 por 100.

    El pasado es para nosotros una asignatura que obligatoriamente debemos conocer para que, no volvamos a cometer una y otra vez los mismos errores (horrores).

    De las Civilizacionbes antiguas hemos aprendido hasta llegar aqui y, ademas de estar en deuda con todas ellas, es nuestra obligacion guardarles el debido respeto y tambien nuestra admiracion, ya que, puestos en el contexto exacto del espacio y el tiempo en que todo aquello sucedio, el merito de sus logros se agrandara ante nuestros ojos al reconocer que, con pocos recursos (aparte de su imaginacion), algunos consiguieron victorias que aun, en nuestros dias resuenan.

    Por lo demas, solo me considero un enamorado del saber que es muy consciente de lo poco que sabe.

    Un abrazo amigos.

    Responder
  8. 8
    Alive
    el 14 de julio del 2010 a las 19:29

    Muy bien este blog, como siempre, no me gusta comentar mucho, pero de vez en cuando tenga que darte las felicitaciones por todo este conocimiento que aportas, Emilio.
    Saludoss.

    Responder
  9. 9
    emilio silvera
    el 15 de julio del 2010 a las 10:17

    Amigo Alive, el que aparezcas por aqui para leer lo que aparece y se cuenta en este lugar, es mas que suficiente, y, desde luego, el silencio es una potestad que tenemos todos. Muchas veces se piensa mejor aislandose del bullicio del mundo y pensando de manera mas profunda en cuestiones de cuya complejidad se desprende la exigencia de una alta concentracion de ideas para poder llegar al final. Es indiferente el comentar o no, lo importante es leer los contenidos y asimilar sus mensajes.

    Un saludo cordial.

    Responder
  10. 10
    odiseo
    el 23 de marzo del 2011 a las 13:24

    Buenos días.
    En primer lugar un fuerte abrazo a Emilio y demás personas que entráis en este blog de manera habitual.
    Muy interesante lo que comentas sobre todas esas relaciones, sobre todo de los posibles diluvios. Es cierto que en casi todas las antiguas civilizaciones existe algún relato sobre diluvios, los mismos griegos tienen también el suyo, si bien hasta llegar al mismo, pasaron por las edades de oro y plata, cuando llegó la de bronce es cuando Zeus castigó a los hombres por su impiedad con un diluvio.
    En lo referente a la Atlántida, eso ya es otro cantar. Para empezar, la primera referencia que se tiene, es un relato de Herodoto, cuando visitó Egipto y unos sacerdotes le hablaron de ese supuesto continente. La realidad es que Herodoto, el gran viajero y digamos “corresponsal” de la época, no es muy de fiar, pues al igual que hoy hace la prensa sensacionalista, este, se hacía eco de relatos sin ningún tipo de confirmación y además los “adornaba” a su manera, siendo como digo poco fiables, aunque en algunos casos se escondiese algo de la realidad. Lo que también hacía era dar por verídicos relatos puramente míticos, nos obstante es gracias a sus relatos, que hemos podido conocer algunos partes de la historia de la humanidad, y de no haber sido por él habrían quedado en el olvido.
    Todas estas historias han sido recogidas por los esotéricos, que manipulándolas a su modo y magnificándolas escriben y cuelgan en la red para sembrar dudas en los ánimos de las gentes. Se ha llegado a decir por estas personas, que el carro de fuego que llevó al profeta Elias a los cielos era una nave espacial, y que Yavhé era el comandante de esa nave. Hay mucho disparate y poca seriedad en escritos de ese tipo, no digo esto porque yo sea un escéptico, (que lo soy) sino porque se investigado mucho sobre todos esos temas y no se ha podido constatar ni una sola de esas afirmaciones, y si se ha podido descubrir por medio de la paleontología y otras ciencias afines, que por ejemplo, hubo dinosaurios, por más que se investigado sobre la Existencia de la Atlántida, (y conste que se han empleado métodos muy modernos) no ha podido encontrarse nada en absoluto.
    Por último, en cuanto a lo dicho por Alex, es posible que a ese continente llegaran mucho antes que los vikingos, los fenicios. Estos ya circunvalaron el continente africano en tiempos del faraón Neco I, y hay algún estudio sobre el tema, que parece confirmarlo, por mi parte, creo que es una hipótesis interesante, pero tampoco hay estudios serios que lo avalen.
    Saludos a todas y todos.

    Responder
  11. 11
    Filosofo Contemporáneo
    el 23 de marzo del 2011 a las 13:57

    No busquéis las soluciones a nuestros problemas del presente en el pasado, la respuesta está en el futuro.

    Responder
  12. 12
    FLOREN
    el 24 de marzo del 2011 a las 10:08

    En referencia a las naves voladoras que al parecer se hace referencia en casi todas las distintas anecdotas que comenta emilio, No sé donde leí, además de en algún delibro de javier sierra, que es muy dado a abordar estos temas, que hubo dos arqueologos interesados en las perforaciones de una de las puertas interiores de la pirámide de Gizet, que por cierto vió mi hermano hace dos años y siguen siendo un enigma, ya que aún no disponemos de la tecnologia adecuada para llevar a cabo algo similar hoy día. Se necesitaría un taladro a una velocidad de la que nuestra tecnología no dispone y una broca de una dureza 500, cuando la dureza de la que disponemos, del diamante,(la vidia creo que sólo llega a 17). Estos arqueologos de los cuales no recuerdo el nombre,  fueron a hablar con unos indigenas que vivian al otro lado del Nilo y les preguntaron que si tenían conocimientos según les hubieran contado sus ancestros de como se construyeron la pirámides. Entonces, estos , les comentaron que del cielo bajaban los “instructores” en sus naves para guiarles. Dijeron que venían de la estrella de sirio, donde una cucharada de su tierra pesaba la misma proporción que he leido cporresponde entre la masa de sisrio a y la tierra, y coincide que tambien tiene una dureza 500. tambien comentaron que alrededor de sirio giraba otra estrella, sirio b y a su vez otra alrededor de sirio b. Estos seres de craneo alargado se denominaron más tarde como Nephilin, a los cuales tambien hace referencia la biblia en el genesis (Del cielo bajaran los Nephilin, hijos de dios y se relacionaran con las mujeres humanas para crear seres llenos de bondad) (De ahí quizás venga lo de la inmaculada concepción de al virgen)
    En la civilización egipcia, se adoraba a osiris, a su mujer isis ya su hijo que no recuerdo el nombre (sirio a , sirio b y la tercera que no´sé como se llama), e incluso una de las ventilaciones de gizet, está orientrada hacia ellos, y parece ser que hasta 1969, no dexscubrimimos telescópicamente que sirio son 3 estrellas. No sé hasta que punto tienen credibilidad estos datos, pero al menos si que me parecen unas coincidencias muy interesantes.
    Bueno quizás estoy mezclando datos por que hace ya tiempo que lo lei.
    No sé si en el libro que recomienda alex o en el de En busca de la Edad de Oro de Javier Sierra, también hablan de que en le muro de las lamentaciones hay 3 piedras de gran tonelaje, las cuales, solo para elevarlas se necesitaría la potencia de 10 reactores como los de las naves que enviamos al espacio, y no sólo están elevadas del suelo, sino colocadas milimetricamente dentro del muro, las cuales son adoradas por judios, musulmanes y cristianos.
    En fín, que verdad o nó, lo que me parece es que hay demasiadas coincidencias en que existieron contactos con seres no asiduos a los que conocemos en la tierra provenientes de donde sea, y que darían explicaciones a muchas dudas que hoy tenemos.
    Emilio, no sé si acabaste publicar los escritos en esta página a los que haces referencia de tu infancia, pero me encantaría leerlos. Si los has escrito, me gustaría me indicaras donde.
    chao.

    Responder
    • 12.1
      emilio silvera
      el 24 de marzo del 2011 a las 10:30

      Estimado Floren, las leyendas siempre llevan algo de verdad. Lo que se cuenta a través de generaciones termina distorsionándose y cuando llega a nosotros (miles de años más tarde) son datos adulterados. Pero, lo que está claro y no nos debne caber duda alguna, es, sobre el hecho cierto de que, misterios del pasado aún perduran y no hemos podido desvelarlos.
      En cuanto a esos escritos a los que te refieres, he conseguido recuperar algunos y los tengo a buen recaudo en mis llamadas “libretas” donde han quedado transcritos para que, posiblemente, formen parte de un futuro libro que, algún día, cuando disponga de más tiempo para mí, pueda escribir.
      Incluso otro libro que tengo terminado y pendiente de la revisión final, ha quedado anclado en el fondo de un cajón de mi escritorio por no disponer del tiempo requerido para una buena obra y su presentación final con todos los detalles requeridos. Su Título: De los Quarks al Universo, es decir, desde lo más pequeño a lo más grande.
      Un saludo.

      Responder

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