domingo, 22 de diciembre del 2024 Fecha
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¡El Sol! La Fuente de la Vida en la Tierra

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en General    ~    Comentarios Comments (0)

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El Estudio de nuestro Sol, que es de suma importancia para nosotros.

Existe también un programa que está basado en la inteligencia artificial, llamado Teofrasto y que ha sido desarrollado por el Laboratorio del Ambiente Espacial en Colorado (SESC) y que se basa en la clasificación de McIntosh, efectuando evaluaciones más complejas.

Primera a la izquierda:The MDI (Michelson Doppler Imager). La imagen aquí mostrada se tomó en el continuo cerca el NiI 6768 Angstroms de línea. Los aspectos solares más destacados son los “sunspots” sobre la fotosfera solar. Esta indica la apariencia del Sol en la gama visible del espectro (por ejemplo, usando filtros especiales: Recuerde, no mirar jamás directamente el Sol!).
Imagenes “verde”, “azul” y “naranja”: EIT (Extreme ultraviolet Imaging Telescope) las imágenes de la atmósfera solar en varias longitudes de onda, y por lo tanto, muestra material solar a temperaturas diferentes.
*LASCO (Large Angle Spectrometric Coronagraph), es capaz de tomar imágenes de la corona solar bloqueando la luz que viene directamente desde el Sol con un disco de ocultación, creando un eclipse artificial dentro del instrumento en sí mismo. La posición del disco solar se indica en las imágenes por el círculo blanco. El aspecto más destacado de la corona son comúnmente las banderolas coronales, esas bandas aproximadamente radiales que pueden verse en ambas tomas (C2 y C3). Ocasionalmente, se puede ver una expulsión masiva siendo expulsada lejos del Sol y cruzar los campos de vista de ambos coronógrafos. La sombra que cruza desde el rincón izquierdo inferior al centro de la imagen es el apoyo para el disco de ocultación.

Pero, vayamos al  Interior del Sol:

Hoy en día, disponemos de dos herramientas muy potentes para el estudio del interior solar: Los neutrinos solares y la heliosismología. Bethe y Chitchfield (1938) propusieron un ciclo de reacciones de fusión nuclear para explicar la generación de energía en el caso de estrellas de masa pequeña como el Sol. El balance final de dicho ciclo de reacciones,  Ciclo p-p, es:

4p → He4 + 2e+ +2ѵe +energía.

¿Cómo podemos estar seguros de que este es, efectivamente, el mecanismo dominante de generación de energía que utilizan algunas estrellas y, en particular el Sol? Sorprendentemente, la respuesta es que podemos “observar” el interior del Sol mediante detectores situados en el interior de la Tierra.

La heliosismología permite el estudio del interior solar a partir de las observaciones de ondas acústicas y de gravedad. Leighton  et al. (1962) descubrieron que el Sol tiene oscilaciones globales con un período de 5 minutos.  Ulrich (1970) y Leibacher et al (1971) propusieron explicar las oscilaciones en términos de ondas sonaras atrapadas en cavidades resonantes debajo de la superficie solar. Esta teoría fue comprobada observacionalmente por Deubner (1975), y de dichas oscilaciones acústicas (modos p) pueden detectarse numerosos armónicos. Los diferentes armónicos  a menor o mayor  profundidad en el Sol y permiten realizar un sondeo sísmico del interior solar.

Experimentos como GOLF y VIRGO, a bordo del satélite SOHO, permiten observar modos de oscilación que penetran hasta el núcleo y allí podemos comprobar muchas cosas como temperatura, composición química, y, parámetros desconocidos hasta ahora como la abundancia de Helio, se puede constatar que la rotación solar produce una separación de frecuencias y, si se determina observacionalmente esta separación, se puede obtener el perfil de rotación  del interior solar dependiente de la profundidad y de la latitud. Los resultados sugieren que el núcleo solar, a partir de 0,3 radios solares, rota rígidamente con la zona radiativa con un período de 26,6 días, y que en la base de la zona de convección, situada a 0,693 radios solares, existe una fuerte transición de rotación rígida a rotación diferencial. A esta capa de transición de rotación se la denomina la tococlina y su espesor es aproximadamente 0,04 radios solares.

La estructura física de la tococlina parece ser clave para entender la dinamo solar y la generación de los campos magnéticos responsables de la actividad solar. Además de los modos p, se sospecha que en el núcleo solar existen también ondas de gravedad (modos g) cuyo interés radica en que, si son detectadas, pueden utilizarse para sondear el núcleo del Sol por debajo de o,2 radios solares.

Recientemente han sido analizados 10 años de observaciones de GOLF y sugieren que sus resultados son compatibles con la presencia de modos gravitatorios y de un núcleo que por debajo de 0,15 radios solares posee una velocidad de rotación cinco veces mayor que la de la zona radiativa.

Por otra parte, la heliosismología local permite detectar, debajo de las manchas solares y de las regiones activas, desviaciones de velocidad del sonido. Ello nos permite obtener información  sobre la magnetoconvección y la existencia de flujos a gran escala asociados, en general, a la dinamo solar. Las perturbaciones de la velocidad del sonido pueden ser usadas incluso para sondear la cara opuesta del Sol y obtener información acerca de regiones activas no observables directamente.

Esta claro que poco a poco, los misterios del Sol nos están siendo desvelados por los ingenios que a tal efecto se están diseñando y, a partir de ahora, la información observacional proporcionada por nuevos instrumentos como el que hoy protagoniza el artículo serán asombrosos. (Telescopios  ATST, y EST) y en el espacio (hinode, STEREO, Solar Dinamic Observatory, Solar Orbiter), combinada con nuevos desarrollos teóricos y mejores herramientas computacionales que analicen los datos de nuevas sondas, nos permitirán  avanzar en la resolución de algunos de los problemas pendientes, tales como el funcionamiento de la dinamo solar, el calentamiento coronal, la formación, evolución y desaparición de las protuberancias solares, y obtener un conocimiento más profundo de nuestro Sol que, al fin y al cabo, es el que hace posible la vida aquí en este planeta que llamamos Tierra.

 


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