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El Big Bang y sus consecuencias
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Astronomía y Astrofísica ~ Comments (14)
Hablaremos ahora del Big Bang, esa teoría aceptada por todos y que nos dice cómo se formó nuestro universo y comenzó su evolución hasta ser como ahora lo conocemos.
De acuerdo a esta teoría, el universo se originó a partir de un estado inicial de alta temperatura y densidad, y desde entonces ha estado siempre expandiéndose. La teoría de la relatividad general predice la existencia de una singularidad en el comienzo, cuando la temperatura y la densidad eran infinitas.
La mayoría de los cosmólogos interpretan esta singularidad como una indicación de que la relatividad general de Einstein deja de ser válida en el universo muy primitivo (no existía materia), y el comienzo mismo debe ser estudiado utilizando una teoría de cosmología cuántica.
Con nuestro conocimiento actual de física de partículas de altas energías, podemos hacer avanzar el reloj hacia atrás a través de la teoría leptónica y la era hadrónica hasta una millonésima de segundo después del Big Bang, cuando la temperatura era de 1013 K. Utilizando una teoría más especulativa, los cosmólogos han intentado llevar el modelo hasta 1035 s después de la singularidad, cuando la temperatura era de 1028 K. Esa infinitesimal escala de longitud es conocida como límite de Planck, = 10-35 m, que en la Ley de radiación de Planck, es distribuída la energía radiada por un cuerpo negro mediante pequeños paquetes discretos llamados cuantos, en vez de una emisión continua. A estas distancias, la gravedad está ausente para dejar actuar a la mecánica cuántica.
La teoría del Big Bang es capaz de explicar la expansión del universo, la existencia de una radiación de fondo cósmica y la abundancia de núcleos ligeros como el helio, el helio-3, el deuterio y el litio-7, cuya formación se predice que ocurrió alrededor de un segundo después del Big Bang, cuando la temperatura reinante era de 1010 K.
La radiación de fondo cósmica proporciona la evidencia más directa de que el universo atravesó por una fase caliente y densa. En la teoría del Big Bang, la radiación de fondo es explicada por el hecho de que durante el primer millón de años más o menos (es decir, antes del desacoplo de la materia y la radiación), el universo estaba lleno de plasma que era opaco a la radiación y, por tanto, en equilibrio térmico con ella. Esta fase es habitualmente denominada “bola de fuego primordial“.
Cuando el universo se expandió y se enfrió a unos 3000 ºK, se volvió transparente a la radiación, que es la que observamos en la actualidad, mucho más fría y diluida, como radiación térmica de microondas. El descubrimiento del fondo de microondas en 1.956 puso fin a una larga batalla entre el Big Bang y su rival, la teoría del universo estacionario de F. Hoyle y otros, que no podía explicar la forma de cuerpo negro del fondo de microondas. Es irónico que el término Big Bang tuvo inicialmente un sentido burlesco y fue acuñado por Hoyle, contrario a la teoría del universo inflacionario y defensor del estacionario.
Cronología del Big Bang |
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Era |
Duración |
Temperatura |
de 0 a 10-43 seg. |
a 10-34 K |
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Era de radiación |
de 10-43 a 30.000 años |
desde 10-34 a 104 K |
Era de la materia |
de 30.000 años al presente (13.500.000.000 años). |
desde 104 a 3 K actual |
Para fijar más claramente los hechos se debe extender la explicación evolutiva del universo en las fases principales que son:
Era: de la materia, hadrónica y leptónica.
Eras en el proceso del Big Bang
De la materia
Es la era que comenzó cuando el efecto gravitacional de la materia comenzó a dominar sobre el efecto de presión de radiación. Aunque la radiación es no masiva, tiene un efecto gravitacional que aumenta con la intensidad de la radiación. Es más, a altas energías, la propia materia se comporta como la radiación electromagnética, ya que se mueve a velocidades próximas a la de la luz. En las etapas muy antíguas del universo, el ritmo de expansión se encontraba dominado por el efecto gravitacional de la presión de radiación, pero a medida que el universo se enfrió, este efecto se hizo menos importante que el efecto gravitacional de la materia. Se piensa que la materia se volvió predominante a una temperatura de unos 104 K, aproximadamente 30.000 años a partir del Big Bang. Este hecho marcó el comienzo de la era de la materia.
De la radiación
Periodo entre 10-43 s (la era de Planck) y 300.000 años después del Big Bang. Durante este periodo, la expansión del universo estaba dominada por los efectos de la radiación o de las partículas rápidas (a altas energías todas las partículas se comportan como la radiación). De hecho, la era leptónica y la era hadrónica son ambas subdivisiones de la era de radiación.
La era de radiación fue seguida por la era de la materia que antes se reseña, durante la cual los partículas lentas dominaron la expansión del universo.
Era hadrónica
Corto periodo de tiempo entre 10-6 s y 10-5 s después del Big Bang en el que se formaron las partículas atómicas pesadas, como protones, neutrones, piones y kaones entre otras. Antes del comienzo de la era hadrónica, los quarks se comportaban como partículas libres. El proceso por el que se formaron los quarks se denomina transición de fase quark-hadrón. Al final de la era hadrónica, todas las demás especies hadrónicas habían decaído o se habían desintegrado, dejando sólo protones o neutrones. Inmediatamente después de esto el universo entró en la era leptónica.
Era Leptónica
Intervalo que comenzó unos 10-5 s después del Big Bang, en el que diversos tipos de leptones eran la principal contribución a la densidad del universo. Se crearon pares de leptones y antileptones en gran número en el universo primitivo, pero a medida que el universo se enfrió, la mayor parte de las especies leptónicas fueron aniquiladas. La era leptónica se entremezcla con la hadrónica y ambas, como ya dije antes, son subdivisiones de la era de la radiación. El final de la era leptónica se considera normalmente que ocurrió cuando se aniquilaron la mayor parte de los pares electrón-positrón, a una temperatura de 5×109 K, más o menos un segundo después del Big Bang. Después, los leptones se unieron a los hadrónes para formar átomos.
Así se formó nuestro universo, a partir de una singularidad que explotó expandiendo toda la densidad y energía a unas temperaturas terroríficas, y a partir de ese mismo instante conocido como Big Bang, nacieron, como hermanos gemelos, el tiempo y el espacio junto con la materia que finalmente desembocó en lo que ahora conocemos como universo.
El universo es el conjunto de todo lo que existe, incluyendo (como he dicho) el espacio, el tiempo y la materia. El estudio del universo se conoce como cosmología. Los cosmólogos distinguen al Universo con “U” mayúscula, significando el cosmos y su contenido, y el universo con “u” minúscula, que es normalmente un modelo matemático deducido de alguna teoría física como por ejemplo, el universo de Friedmann o el universo de Einstein-de Sitter. El universo real está constituido en su mayoría de espacios que aparentemente están vacíos, existiendo materia concentrada en galaxias formadas por estrellas, planetas, gases y otros objetos cosmológicos.
El universo se está expandiendo, de manera que el espacio entre las galaxias está aumentando gradualmente, provocando un desplazamiento al rojo cosmológico en la luz procedente de los objetos distantes.
Existe evidencia creciente de que el espacio puede estar lleno de una materia oscura invisible que puede constituir muchas veces la masa total de las galaxias visibles.
Como ya quedó claro antes, el concepto más favorecido de origen del universo es la teoría del Big Bang, de acuerdo con la cual el universo se creó a partir de una densa y caliente concentración enorme de materia (una singularidad) en una bola de fuego que explotó y se expandió para crear el espacio, el tiempo y toda la materia que lo conforme. Todo ello ocurrió, según los datos de que se disponen, hace ahora aproximadamente 15.000 millones de años, o 15 eones (109).
El universo se formó y apareció el tiempo y el espacio y la materia. Es lo que dice la teoría que antes hemos descrito. Sin embargo, hay muchas cuestiones que, por lo menos a mí, no han quedado claras y me llevan a preguntas tales como:
¿Cuántas partículas hay en el universo?
¿De dónde vino la sustancia del universo?
¿Qué hay más allá del borde del universo?
En realidad, no existen respuestas concretas para estas preguntas, porque para empezar no sabemos como es de grande el universo. Sin embargo, si podemos hacer algunas hipótesis.
Podemos calcular que hay unas 100.000.000.000 de galaxias en el universo. Cada una de estas galaxias tiene una media de masa igual a 100.000.000.000 la masa del Sol.
Quiere decir que la cantidad total de materia en el universo sería igual a 1011×1011 ó 1022 veces la masa del Sol.
Dicho de otra manera, en el universo hay materia suficiente para hacer 10.000.000.000.000.000.000.000 (diez mil trillones) de soles como el nuestro.
La masa del Sol es de 2×1033 gramos. Esto significa que la cantidad total de materia en el universo tiene una masa de: 1022×2×1033 ó 2×1055 gramos. Lo que podemos reseñar: 20.000.000.000.000.000.000.000.000.000 000.000.000.000.000.000.000.000.000, que es igual a veinte nonillones.
Miremos ahora al revés. La masa del universo está concentrada casi por entero en los nucleones que contiene. Los nucleones son partículas diminutas y hacen falta 6×1023 de ellas para formar una masa equivalente a un gramo.
Pues bien, si 6×2023 nucleones hacen 1 g, y si hay 2×1055 g en el universo, entonces el número total de nucleones en el universo podría ser de 6×1023×2×1055 ó 12×1078, que de manera más convencional se escribiría 1,2×1079.
Los astrónomos opinan que el 90 por 100 de los átomos de universo son hidrógeno, el 9 por 100 helio y el 1 por 100 elementos más complejos. Una muestra de 100 gramos, o mejor 100 átomos, consistiría entonces en 90 átomos de hidrógeno, 9 de helio y 1 de oxígeno (por ejemplo). Los núcleos de los átomos de hidrógeno contendrían 1 nucleón cada uno: 1 protón. Los núcleos de los átomos de helio contendrían 4 nucleones cada uno: 2 protones y 2 neutrones. El núcleo del átomo de oxígeno contendría 16 nucleones: 8 protones y 8 neutrones. Los 100 átomos juntos contendrían, por tanto, 145 nucleones: 116 protones y 26 neutrones.
Existe una diferencia entre estos dos tipos de nucleones. El neutrón no tiene carga eléctrica y no es preciso considerar ninguna partícula que lo acompañe. Pero el protón tiene una carga eléctrica positiva, y como el universo es, según creemos, eléctricamente neutro en su conjunto, tiene que existir un electrón (con carga eléctrica negativa) por cada protón, creando así el equilibrio existente.
De esta manera, por cada 142 nucleones hay 116 electrones (para compensar los 116 protones). Para mantener la proporción, los 1’2×1079 nucleones del universo tienen que ir acompañados de 1×1078 electrones. Sumando los nucleones y electrones, tenemos un número total de 2’2×1079 partículas de materia en el universo. Lo cual se puede escribir como: 22.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000
.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000 (ó 22 tredecillones).
De las demás partículas, las únicas que existen en cantidades importantes en el universo son los fotones, los neutrinos y posiblemente los gravitones, pero son partículas sin masa. Veintidós tredecillones es, después de todo, un número apreciable para un universo de importancia.
Nadie sabe de dónde vino la sustancia del universo, no siempre la ciencia puede dar respuesta a todo, es la manera de regular los sistemas para obtener respuestas tras el duro trabajo del estudio, la investigación y el experimento. Hasta el momento nos falta información para contestar la pregunta.
Claro que siempre podemos especular. Isaac Asimov decía que por su parte, “la respuesta podía estar en la existencia de “energía negativa” que igualara la “energía positiva” ordinaria, pero con la particularidad de que cantidades iguales de ambos se unirían para dar nada como resultado” (igual que +1 y -1 sumados dan 0).
Y al revés: lo que antes era nada podría cambiar de pronto y convertirse en una pompa de “energía positiva” y otra pompa igual de “energía negativa”. De ser así, la pompa de energía positiva se convirtió en el universo que conocemos, mientras que en alguna otra parte, existiría el universo contrario, paralelo negativo.
Por mi parte, soy menos complicado y como rige el principio de la física conocida como Navaja de Occam, creo en un camino más simple y sencillo: El universo, en sus comienzos, produjo enormes cantidades de partículas de materia y de antimateria, y el número de una y otra no era igual sino que, no se sabe por qué razón, las partículas positivas eran más que las negativas.
Todos sabemos que un protón, cuando se encuentra con un antiprotón (materia con antimateria) ambos se destruyen.
Una vez destruidos todos los pares materia antimateria, quedó el sobrante de partículas positivas que es la materia de nuestro universo.
De esa manera se formaron, con esas partículas positivas y los electrones (hadrones y leptones), se originaron grandes conglomerados de gas y polvo que giraban lentamente, fragmentándose en vórtices turbulentos que se condensaban finalmente en estrellas.
Estos conglomerados de gas y polvo podían tener extensiones de años luz de diámetro y, en algunas regiones donde la formación de estrellas fue muy activa, casi todo el polvo y el gas fue a parar a una estrella u otra. Poco o nada fue lo que quedo en los espacios intermedios. Esto es cierto para los cúmulos globulares, las galaxias elípticas y el núcleo central de las galaxias espirales.
Dicho proceso fue mucho menos eficaz en las afueras de las galaxias espirales. Las estrellas se formaron en números muchos menores y sobró mucho polvo y mucho gas.
Nosotros, los habitantes del planeta Tierra, nos encontramos en los brazos espirales de nuestra galaxia, estamos situados en la periferia a unos 30.000 años luz del centro galáctico y vemos las manchas oscuras que proyectan las nubes de polvo contra el resplandor de la Vía Láctea. El centro de nuestra propia galaxia queda oscurecido por tales nubes.
Estas nubes enormes de polvo cósmico es el material primario del que hacen las estrellas. Este material del que está formado el universo consiste en su mayor parte, como se ha dicho anteriormente, de hidrógeno y helio. Los átomos de helio no tienen ninguna tendencia a juntarse unos con otros. Los de hidrógeno sí, pero sólo en parejas, formando moléculas de hidrógeno (H2). Quiere decirse que la mayor parte del material que flota entre las estrellas consiste en pequeños átomos de helio o en pequeños átomos y moléculas de hidrógeno. Todo ello constituye el gas interestelar, que forma la mayor parte de la materia que circula en el universo entre las estrellas.
El polvo interestelar o polvo cósmico, que se halla presente en cantidades mucho más pequeñas, se compone de partículas diminutas, pero mucho más grandes que átomos o moléculas, y por tanto deben contener átomos que no son ni de hidrógeno ni de helio, son átomos de materiales más complejos.
El tipo de átomo más común en el universo, después del hidrógeno y el helio, es el de oxígeno. El oxígeno puede combinarse con hidrógeno para formar grupos oxidrilo (HO) y moléculas de agua (H2O), que tienen una marcada tendencia a unirse a otros grupos y moléculas del mismo tipo que encuentren en el camino, de forma que poco a poco se van constituyendo pequeñísimas partículas compuestas por millones y millones de tales moléculas. Los grupos oxidrilo y las moléculas de agua pueden llegar a constituir una parte importante del polvo cósmico.
En 1.965 se detectó por primera vez grupos oxidrilo en el espacio y se comenzó a estudiar su distribución. Desde entonces se ha informado también de la existencia de moléculas más complejas que contienen átomos de carbono, así como de hidrógeno y oxígeno. El polvo cósmico contiene también agrupaciones atómicas formadas por átomos menos comunes y más complejos que los ya mencionados. Los materiales más pesados y complejos se fabrican en los hornos termonucleares, los núcleos de las estrellas, y cuando al final de su existencia como tales estrellas explotan en súper novas, estos materiales son lanzados al espacio a velocidades increíbles y siembra el vacío estelar de materiales complejos que más tarde sirven de material para formar nuevas estrellas de II generación.
En el espacio estelar se han detectado también átomos de calcio, sodio, potasio e hierro, observando la luz que esos átomos absorben.
Dentro de nuestro sistema solar hay un material parecido, aportado quizás por los cometas. Es posible que fuera de los límites visibles del sistema solar exista una conglomeración grande de cometas, y que algunos de ellos se precipiten hacia el Sol (atraídos por la gravedad). Los cometas son formaciones de fragmentos sólidos de metal y roca, unidos por una mezcla de hielo, metano y amoníaco congelados y otros materiales parecidos. Cada vez que un cometa se aproxima al Sol, se evapora parte de su materia, liberando diminutas partículas sólidas que se esparcen por el espacio en forma de larga cola. En última instancia, el cometa se desintegra por completo.
A lo largo de la historia del sistema solar se han desintegrado innumerables cometas y han llenado de polvo el espacio interior del sistema solar. La Tierra recoge cada día miles de millones de partículas de polvo (“micrometeoroides”). Los científicos espaciales se interesan por ellas por diversas razones; una de ellas es que los micrometeoroides de mayor tamaño podrían suponer un peligro para los futuros astronautas y colonizadores de la Luna.
Cuando me sumerjo en los misterios y maravillas que encierra el universo, no puedo dejar de sorprenderme por sus complejas y bellas formaciones, la inmensidad, la diversidad, las fuerzas que están presentes, los objetos que lo pueblan, etc.
Pensemos por ejemplo que un átomo tiene aproximadamente 10-8 centímetros de diámetros. En los sólidos y líquidos ordinarios los átomos están muy juntos, casi en contacto mutuo. La densidad de los sólidos y líquidos ordinarios depende por tanto del tamaño exacto de los átomos, del grado de empaquetamiento y del peso de los distintos átomos.
De los sólidos ordinarios, el menos denso es el hidrógeno solidificado, con una densidad de 0’076 gramos por cm3. El más denso es un metal raro, el osmio, con una densidad de 22’48 gramos/cm3.
Si los átomos fuesen bolas macizas e incompresibles, el osmio sería el material más denso posible, y un centímetro cúbico de materia jamás podría pesar ni un kilogramo, y mucho menos toneladas.
Pero los átomos no son macizos. El físico neozelandés experimentador por excelencia, Ernest Ruthertord, demostró en 1.909 que los átomos eran en su mayor parte espacio vacío. La corteza exterior de los átomos contiene sólo electrones ligerísimos, mientras que el 99’9% de la masa del átomo está concentrada en una estructura diminuta situada en el centro: el núcleo atómico.
El núcleo atómico tiene un diámetro de unos 10-15 cm (aproximadamente 1/100.000 del propio átomo). Si los átomos de una esfera de materia se pudieran estrujar hasta el punto de desplazar todos los electrones y dejar a los núcleos atómicos en contacto mutuo, el diámetro de la esfera disminuiría hasta un nivel de 1/100.000 de su tamaño original.
De manera análoga, si se pudiera comprimir la Tierra hasta dejarla reducida a un balón de núcleos atómicos, toda su materia quedaría reducida a una esfera de unos 130 metros de diámetro. En esas mismas condiciones, el Sol mediría 13’7 km de diámetro en lugar de los 1.392.530 km que realmente mide. Y si pudiéramos convertir toda la materia conocida del universo en núcleos atómicos en contacto, obtendríamos una esfera de sólo algunos cientos de miles de km de diámetro, que cabría cómodamente dentro del cinturón de asteroides del Sistema Solar.
El calor y la presión que reinan en el centro de las estrellas rompen la estructura atómica y permiten que los núcleos atómicos empiecen a empaquetarse unos junto a otros. Las densidades en el centro del Sol son mucho más altas que la del osmio, pero como los núcleos atómicos se mueven de un lado a otros sin impedimento alguno, el material sigue siendo un gas. Hay estrellas que se componen casi por entero de tales átomos destrozados. La compañera de la estrella Sirio es una “enana blanca” no mayor que el planeta Urano, y sin embargo tiene una masa parecida a la del Sol.
Los núcleos atómicos se componen de protones y neutrones. Ya hemos dicho antes que todos los protones tienen carga eléctrica positiva y se repelen entre sí, de modo que en un lugar dado no se pueden reunir más de un centenar de ellos. Los neutrones, por el contrario, no tienen carga eléctrica y en condiciones adecuadas pueden estar juntos y empaquetados un enorme número de ellos para formar una “estrella de neutrones”. Los púlsares, según se cree, son estrellas de neutrones en rápida rotación.
Estas estrellas se forman cuando las estrellas de 2 – 3 masas solares, agotado el combustible nuclear, no pueden continuar fusionando el hidrógeno en helio, el helio en oxígeno, el oxigeno en carbono, etc, y explotan en supernovas. Las capas exteriores se volatilizan y son expulsados al espacio; el resto de la estrella (su mayor parte), al quedar a merced de la fuerza gravitatoria, es literalmente aplastada bajo su propio peso hasta tal punto que los electrones se funden con los protones y se forman neutrones que se comprimen de manera increíble hasta que se degeneran y emiten una fuerza que contrarresta la gravedad, quedándose estabilizada como estrella de neutrones.
Si el Sol se convirtiera en una estrella de neutrones, toda su masa quedaría concentrada en una pelota cuyo diámetro sería de 1/100.000 del actual, y su volumen (1/100.000)3, o lo que es lo mismo 1/1.000.000.000.000.000 (una milmillonésima) del actual. Su densidad sería, por tanto, 1.000.000.000.000.000 (mil billones) de veces superior a la que tiene ahora.
La densidad global del Sol hoy día es de 1’4 gramos/cm3. Una estrella de neutrones a partir del Sol tendría una densidad que se reflejaría mediante 1.400.000.000.000.000 gramos por cm3. Es decir, un centímetro cúbico de una estrella de neutrones puede llegar a pesar 1.400.000.000 (mil cuatrocientos millones de toneladas). ¡Qué barbaridad!
Objetos como estos pueblan el universo, e incluso más sorprendentes todavía, como es el caso de los agujeros negros explicado en páginas anteriores de este mismo trabajo.
emilio silvera
el 26 de marzo del 2010 a las 18:47
HOLA JEJEJEJ MI CORREO ES andrea-k-pa@hotmail.com HA EL BING BANG ES UN METIORITO QUE DESTALLO EN EL MUNDO JAJAJAJ AGREGUENME
el 1 de agosto del 2010 a las 1:39
Tenemos que aceptar que la energía degradada en todo el Universo y a través del tiempo ha sido mucha, muchísima energía. Además debemos tener en cuenta toda esa energía que permanentemente irradia y que siempre ha emitido toda la materia CONOCIDA. Esa gran cantidad de energía (luz y todo tipo de ondas electromagnéticas) se irradian en todas las direcciones y viajan por el espacio.
Será que nos hemos preguntado: ¿qué sucede con toda esa energía?, ¿dónde está?, ¿para donde se va?, ¿para que sirve esa energía? O será que, alguna vez, le hemos dado respuestas satisfactorias a estas preguntas.
No será que en algunas oportunidades confundimos esa gran cantidad de energía degradada y dispersa por todo el universo conocido con supuestos “restos fósiles del Big Bang”.
El descubrimiento de la radiación del fondo de microondas es otro ejemplo de un fenómeno real detectado y medido, pero mal interpretado.
El fondo cósmico de microondas no puede ser ni el eco del Big-Bang, ni sus supuestos restos fósiles, por varias razones que se caen de su peso:
1. Cuando se produjo el Big-Bang, según sus defensores, no existía nada, por lo tanto, la onda expansiva o la energía liberada de la gran explosión no pudo haber chocado con nada para que se produjera un supuesto eco o secuencia de ecos que todavía puedan ser detectables en nuestro planeta. El eco son ondas que rebotan en algún obstáculo que encuentran en su camino. La onda expansiva de la gran explosión tuvo que alejarse del sitio donde se produjo, formando una gran esfera en su frente energético en crecimiento explosivo, abriéndose paso entre la nada, y que al no encontrar ningún obstáculo, debe haber seguido creciendo indefinidamente y pasó hace ya miles de millones de años por este sitio, por donde posteriormente se formó nuestro planeta, por lo tanto actualmente, donde está la tierra, es imposible detectarse ningún eco proveniente de la tal explosión.
2. La energía liberada en el Big-Bang, como la de cualquier explosión, debió haber sido emitida de un solo golpe, con una misma intensidad y en un solo instante y no debió de haberse emitido durante un intervalo de tiempo considerable, primero con gran intensidad y luego, después de mucho tiempo continuar una emisión débil, como para que todavía hoy estén llegando sus restos directamente hasta nosotros y se estén detectando como los llamados o los supuestos: “Restos fósiles del Big Bang”. La única posible onda producida por la supuesta explosión ya va supremamente lejos de nosotros en el tiempo y en el espacio y viaja alejándose de nosotros.
Cómo hoy vamos a poder detectar algo que pasó por aquí cuando nosotros todavía no existíamos, hace ya más de 5.000 millones de años que tiene la tierra.
Amigos del Big-Bang y de la inflación, por qué no se inventan otra “Prueba Reina” más convincente para su teoría.
martinjaramilloperez@gmail.com envíame tu correo y te remito el libro gratis.
el 1 de agosto del 2010 a las 10:52
Muchas han sido las teorias que han tratado de echar abajo la del Big Bang y, lo que apuntas sobre el fondo cosmico de microondas es un efecto de la gran explosion que, desde luego, aunque es la teoria mas aceptada por los cientificos, tambien tiene algunos rincones oscuros que, de momento, no han podido ver la luz.
DEjemosle un poco de tiempo a los estudiosos que, de seguro, nos explicaran todo lo que ahora aparece lleno de dudas y contradicciones. Tampoco nadie sabe explicar como se pudieron formar las Galaxias a pesar de la expansion de Hubble, y, sin embargo, ahi estan.
Un saludo.
el 1 de agosto del 2010 a las 12:40
Amigo Martin, los hombres de ciencia actualmente no suelen negar nada, sin embargo hay que estar muy seguro cuando se afirma algo. Antiguamente de afirmaban cosas y se negaban con gran rotundidad, el tiempo puso a cada uno en su sitio. Tras esta lección de humildad, los científicos aprendieron a asumir que todo era posible y sólo se afirman las cosas que se han podido demostrar, el resto son teorías, de forma que podemos ver cómo los que saben no son prepotentes a la hora de exponer sus argumentos, y usan expresiones cuando exponen razonamientos propios como “en mi opinión…” “tengo una teoría y la quiero exponer…” “creo que…”
Hay que darse cuenta que la ciencia de alto nivel no acepta la teoría del fondo de microondas por capricho puesto que los argumentos a favor no son sólo las frases más o menos afortunadas que se escriben en un foro o en un libro divulgativo, hay mucho formalismo detrás y sus detractores también intentan oponerse a la idea pero tiene que ser al mismo nivel, porque la ciencia requiere de argumentos muy sólidos, incluso matemáticos para avanzar.
Saludos!
el 5 de agosto del 2010 a las 15:06
hola Emilio y compañía
aveces no comento nada porque hay mucho de lo que aquí se escribe que no entiendo
como es el caso de la teoría de que el big bang se produjo en la nada.
¿sobre la nada?
¿que es la nada?
no se,lo veo un poco parche, seria mas convincente decir sobre otro universo mayor o no se. ya le digo que estoy muy limitado cultural mente pero hay teorías en las cuales me digo pueden hacer todos los cálculos y ecuaciones que queráis los cuales la mayoría juegan con paradojas, pero algo en mi interior me dice que no.
otra pregunta
no me acuerdo donde leí que se habían hallado estrellas mas antiguas que el big bang.
¿puede ser cierto eso?
gracias de antemano
un saludo de darker
el 6 de agosto del 2010 a las 9:15
Estimado amigo darker, la “NADA” no existe, y, además, lleva toda la razon cuando dudas, ya que, nada puede surgir de donde no hay. Si surgio es porque habia. Y, verdaderamente la costumbre de exponer el Big Bang como surgido de la nada, no cuadra con la realidad que pudo ser y, mas logico seria hablar de una fluctuacion del vacio de donde sugio todo, o, de una burbuja cosmica venida de un multiverso mayor, o, cualquier otra explicacion que, siendo mas coherente que la “nada”, nos deje mas tranquilo y no chirrien nuestros entendimientos.
Por otra parte, decirte que las primeras estrellas en nuestro Universo no surgieron hasta unos 200 mil año despues del comienzo del tiempo, es decir, despues del Big Bang, y, desde luego, ninguna estrella puede tener una edad mayor que la del Universo mismo del que surgio.
Un saludo.
el 28 de abril del 2011 a las 10:54
Estimado Emilio Silvera somo unos alumnos del centro escolar Gredos San Diego nos ha aportado mucho tu blog y te lo agradecemos mucho. Un saludo siga asi.
Buenas Tardes.
el 28 de abril del 2011 a las 12:06
Estimado Alvaro:
No sabes la enorme alegría que me das. Precisamente son ustedes, los jovenes (de cualquier parte del Mundo), los que deben interesarse por saber el por qué de las cosas. Es un placer enorme recibir una visita como la tuya para refrendar el hecho de que, el esfuerzo realizado en este humilde lugar, no ha caído en saco roto, y, si ha servido a los Alumnos de del Centr4o Escolar de Gredos en San Diego…¡Objetivo cumplido! No podía haber encontrado mejores destinatarios.
Un abrazo para tí y transmiteló a los demás compañeros.
¡Ah! No dejeis de asomar por aquí y tomar nota de todo lo que necesiteis, poco a poco, sin que os deis cuenta, el conocimiento irá creciendo y, algún día del futuro, sereis hombres preparados para poder ayudaros, a vosotros mismos y, también a los demás.
Seguid trabajando que, la recompensa llegará. No lo olvides: CAUSALIDAD.
Todo lo que ocurre trae causa de lo que antes pasó.
Adios, jovén amigo.
el 3 de octubre del 2012 a las 23:54
las consecuencias del big bang solo seria la creación del universo?
el 4 de octubre del 2012 a las 5:14
Según el Modelo en uso, así parece ser amiga Carmen. Claro que, decirlo de esa manera tan sencilla no refleja todo lo que “ese” supiesto big bang ha traído. Entre las muchas cuestiones que de él traen consecuencias…¡estamos nosotros! por ejemplo, la Tierra que nos acoge, la puesta de Sol y el amanecer, esos bellos paisajes, los pensamientos y los sentimientos…¡tántas y tántas cosas!
Un saludo cordial.
el 30 de mayo del 2013 a las 0:23
Muchas gracias por publicar esta información.
Actualmente estoy elaborando una teoría de la composición universal y esta información me a servido de mucho
el 30 de mayo del 2013 a las 4:50
Me alegro José.
¡A mandar!
el 30 de mayo del 2013 a las 22:29
“Una teoría de la ¡Composición Universal!”….casi nada.
Contertulio Jose, nos gustaría que aclararas algo sobre esa teoría, porque no comprendo si esa composición es musical, o simplemente de la “música de las esferas”….
—Es que manda oones…
La verdad, es que me hacen gracia algunas manifestaciones (sin ánimo de ofender); como por ejemplo la de Carmen, que dice tan pancha: “¿Las consecuencias del Big Bang solo serían la creación del universo?….
Pero Carmen, ¿conoces algo más grande y/o importante que todo lo que ha existido, existe y pudiera existir?´;¿Te parecen pocas las consecuencias del supuesto B.B.?
—Es que manda oones….
el 31 de mayo del 2013 a las 5:52
¡Ay! Amigo mío. Como podrá comprobar, cada día tenemos motivos para la sorpresa y, en este caso, dejaremos de lado la maravilla que no tiene cabida ni en los comentarios de Carmen ni en el de José. Ya que a la primera le parecen pocas las consecuencias del “B.B.” y, al segundo, elaborador de teorías de la composición universal (nada más y nada menos), le han venido de perla unos datos que, dudosamente, habrá llegado a comprender.
Pero como se dice… ¡Hay gente para todo! Lástima que las cosas sean así. Ese fue precisamente, el principal motivo que me empujó a querer crear un sitio como este, para que otros pudieran acceder a lo poco que yo puedo saber y arrimando lo que saben otros, los muchos descubrimientos que la Ciencia ha podido realizar a lo largo de nuestra Historia… etc., divulgar un poco de todo ello a personas que, como en este caso, lo necesitan de verdad.
Menos mal que la mayoría de los visitantes, como tu y como yo mismo, han tenido la oportunidad de ir al colegio y adquirir una base mínima para poder comprender que, ¡no sabemos nada! Bueno, al menos no como para elaborar teorías de la composición universal y comprender (aunque sea parcialmente), la grandeza del universo.
Pero, aunque nos cauce tristeza, así suelen ser las cosas y, dentro de lo posible, tenemos que tratar de evitarlo poniendo nuestro granito de arena.
Un abrazo amigo mío.