Ene
25
La velocidad de la Luz, ¿Será siempre un muro infranqueable?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en AIA-IYA2009 ~ Comments (2)
Fotones que van viajando a 299.792.458 metros por segundo
¿Cuántas veces hemos oído hablar de la velocidad de la luz como el límite que nos impone el universo para cualquier cosa que se mueva? ¡Nada puede correr más rápido que la luz, c! Y, si eso es así, y, la relatividad especial de Einstein nos los dejó claro, los experimentos en los aceleradores de partículas también, y, hasta donde podemos saber, nada en el universo, puede enviar mensajes que vayan más rápidos que la luz hasta su destino.
Los viajes a la velocidad de la luz no son solo materia de ciencia ficción. Los científicos han estudiado el tema desde hace más de un siglo. Y, las consecuencias que se presumen tanto en la nave como en los viajeros…. ¡Serían nefastas! Eso nos dice que, habría que buscar otros caminos que no vayan en la dirección de superar la velocidad de la luz en el vacío (c, es un límite impuesto por el universo ), sino que la podamos burlar. ¿Hiperespacio? ¿Agujeros de Gusano?
Por el momento sólo lo hemos conseguido en películas de ficción
Así las cosas, no sólo transmitir la información tiene marcado ese límite de velocidad, sino que también, nuestras naves espaciales que un día en el futuro lejano, podrían moverse con soltura por el Universo, estarán supeditadas a los límites que impone esta constante universal como lo es, la velocidad de la luz.
Los Físicos le han dado muchas vueltas a la posibilidad de viajar a velocidades cercanas a c, al haber adquirido los conocimientos de las distancias que nos separan de las estrellas, la más cercana, Próxima Centauro, está a 4.2 años luz de distancia, nos hizo pensar que, algún día lejos en el futuro, la Humanidad tendría que dejar la Tierra y poblar otros mundos, y, desde entonces, las especulaciones y teorías han sido muchas. Sin embargo, lo que se dice éxito… ¡Ninguno!
De los más de cinco mil planetas descubiertos, algunas docenas podrían ser habitables. Y, la pregunta es: ¿Cómo poder llegar hasta ellos?
Y, si todo eso es así (que, al menos de momento, lo es), ¿Cómo podríamos nosotros visitar planetas lejanos y habitados por otros seres que estuvieran situados a unos pocos miles de años-luz o decenas, o cientos , o miles de ellos. Parece, al menos ahora, una empresa inalcanzable para nosotros.
La línea amarilla muestra el tiempo que tarda la luz en recorrer el espacio entre la Tierra y la Luna, alrededor de 1,29 segundos.
¿Por qué la materia no puede moverse más deprisa que la velocidad de la luz? Como aquí, cada día, tratamos de que los posibles lectores, conozcan mejor el Universo en el que vivimos, también cada día, procuramos dejar reseña de las cosas que en el Universo ocurren, y, desde luego, la Luz es tan importante en nuestras vidas que merece la pena saber, y, conocer, sobre los fenómenos que a la misma están asociados.
Por ejemplo:
El fenómeno de la Polarización se observa en unos cristales determinados que individualmente son transparentes. Sin embargo, si se colocan dos en serie, paralelos entre sí y con uno girado un determinado ángulo con respecto al otro, la luz no puede atravesarlos. Si se va rotando uno de los cristales, la luz empieza a atravesarlos alcanzándose la máxima intensidad cuando se ha rotado el cristal 90° sexagesimales respecto al ángulo de total oscuridad. Pero, vayamos a la pregunta de ¿Por qué la materia no puede moverse más deprisa que la velocidad de la luz?
Aunque me desquicia su excesiva vehemencia explicando (le pone demasiada pasión), aquí os lo dejo
Como cuando se acerca a la velocidad de la luz su masa tiende a infinito, haría falta una energía infinita para seguir acelerándola y eso es algo que nunca se consigue. Así es como nos explica la física por qué una partícula con masa no puede ir más rápido que la luz.
Para contestar esta pregunta hay que advertir al lector que la energía suministrada a un cuerpo puede influir sobre él de distintas maneras. Si un martillo golpea a un clavo en medio del aire, el clavo sale despedido y gana energía cinética o, dicho de otra manera, energía de movimiento. Si el martillo golpea sobre un clavo, cuya punta está apoyada en una madera dura e incapaz de moverse, el clavo seguirá ganando energía, pero esta vez en forma de calor por rozamiento al ser introducido a la fuerza dentro de la madera.
Nos dice que masa y energía son dos aspectos de la misma cosa
Albert Einstein demostró en su teoría de la relatividad especial que la masa cabía contemplarla como una forma de energía (E = mc2, la bomba atómica lo confirmó). Al añadir energía a un cuerpo, esa energía puede aparecer en la forma de masa o bien en otra serie de formas.
En condiciones ordinarias, la ganancia de energía en forma de masa es tan increíblemente pequeña que sería imposible medirla. Fue en el siglo XX (al observar partículas subatómicas que, en los grandes aceleradores de partículas, se movían a velocidades de decenas de miles de kilómetros por segundo) cuando se empezaron a encontrar aumentos de masa que eran suficientemente grandes para poder detectarlos.
En el Acelerador de Par5tículas LHC, fue lanzado un haz de muones que alcanzó una velocidad cercana a c, y, los físicos comprobaron con asombro como las masas de los muones aumentaron diez veces. Como la velocidad de la luz en el vacío es un límite que impone el Universo, a medida que se acercaban a esa velocidad se iban frenando, y, su energía de inercia, se convertía en masa.
Un cuerpo que se moviera a unos 260.000 Km por segundo respecto a nosotros mostraría una masa dos veces mayor que cuando estaba en reposo (siempre respecto a nosotros). Y, de hecho, cuando una partícula se acerca a la velocidad de c, su masa aumenta varias veces sobre su masa en reposo. Así se ha comprobado con el muón.
Los tres neutrinos juntos tienen una masa dos millones de veces menor que el electrón
Experimento Super Kamiokande en el Observatorio de Japón
Descripción de la imagen: Cada uno de los tres tipos diferentes de neutrinos, incluyendo el muón, tiene una masa diferente. Fuente: © Observatorio de Kamioka / Instituto para la investigación de rayos cósmico / Universidad de Tokio.
La energía que se comunica a un cuerpo libre puede integrarse en él de dos maneras distintas:
- En forma de velocidad, con lo cual aumenta la rapidez del movimiento.
- En forma de masa, con lo cual se hace “más pesado”.
Las clases de energías que hemos podido observar en nuestro Universo son muchas
La división entre estas dos formas de ganancia de energía, tal como la medimos nosotros, depende en primer lugar de la velocidad del cuerpo (medida, una vez más, por nosotros).
Si el cuerpo se mueve a velocidades normales, prácticamente toda la energía se incorpora a él en forma de velocidad: se moverá más aprisa sin cambiar su masa.
La expansión del Universo transporta los objetos, no son estos los que llevan esa velocidad
A medida que aumenta la velocidad del cuerpo (suponiendo que se le suministra energía de manera constante) es cada vez menor la energía que se convierte en velocidad y más la que se transforma en masa. Observamos que, aunque el cuerpo siga moviéndose cada vez más rápido, el ritmo de aumento de velocidad decrece. Como contrapartida, notamos que gana más masa a un ritmo ligeramente mayor.
Al aumentar aún más la velocidad y acercarse a los 299.792’458 Km/s, que es la velocidad de la luz en el vacío, casi toda la energía añadida entra en forma de masa. Es decir, la velocidad del cuerpo aumenta muy lentamente, pero la masa es la que sube a pasos agigantados. En el momento en que se alcanza la velocidad de la luz, toda la energía añadida se traduce en masa.
El cuerpo no puede sobrepasar la velocidad de la luz porque para conseguirlo hay que comunicarle energía adicional, y a la velocidad de la luz toda esa energía, por mucha que sea, se convertirá en nueva masa, con lo cual la velocidad no aumentaría ni un ápice.
Todo esto no es pura teoría, sino que tal como ha sido comprobado, es la realidad de los hechos.
La velocidad de la luz, por tanto, es un límite en nuestro universo; no se puede superar. Siendo esto así, el hombre tiene planteado un gran reto, no será posible el viaje a las estrellas si no buscamos la manera de esquivar este límite de la naturaleza, ya que las distancias que nos separan de otros sistemas solares son tan enormes que, viajando a velocidades por debajo de la velocidad de la luz, sería casi imposible alcanzar el destino deseado.
Los científicos, físicos experimentales, tanto en el CERN como en el FERMILAB, aceleradores de partículas donde se estudian y los componentes de la materia haciendo que haces de protones o de muones, por ejemplo, a velocidades cercanas a la de la luz choquen entre sí para que se desintegren y dejen al descubierto sus contenidos de partículas aún más elementales. Pues bien, a estas velocidades relativistas cercanas a c (la velocidad de la luz), las partículas aumentan sus masas; sin embargo, nunca han logrado sobrepasar el límite de c, la velocidad máxima permitida en nuestro universo.
Es preciso ampliar un poco más las explicaciones anteriores que no dejan sentadas todas las cuestiones que el asunto plantea, y quedan algunas dudas que incitan a formular nuevas preguntas, como por ejemplo: ¿por qué se convierte la energía en masa y no en velocidad?, o ¿por qué se propaga la luz a 299.793 Km/s y no a otra velocidad?
Llegó a la Física como elefante en cacharrería y lo cambió todo
La única respuesta que podemos dar hoy es que así, es el universo que nos acoge y las leyes naturales que lo rigen, donde estamos sometidos a unas fuerzas y unas constantes universales de las que la velocidad de la luz en el vacío es una muestra.
A velocidades grandes cercanas a la de la luz (velocidades relativistas) no sólo aumenta la masa del objeto que viaja, sino que disminuye también su longitud en la misma dirección del movimiento (contracción de Lorentz) y en dicho objeto y sus ocupantes – si es una nave – se retrasa al paso del tiempo, o dicho de otra manera, el tiempo allí transcurre más despacio.
Hablamos de la velocidad de la luz. Sin embargo, habría que preguntar también, por la velocidad real del Tiempo. ¿Es posible que, como nos dice Einstein el Tiempo viaje a distintas velocidades según a la velocidad que nos movamos los viajeros? De eso tendremos que hablar extensamente otro día.
A menudo se oye decir que las partículas no pueden moverse “más deprisa que la luz” y que la “velocidad de la luz” es el límite último de velocidad que impone nuestro universo.
Pero decir esto es decir las cosas a medias, porque la luz viaja a velocidades diferentes dependiendo del medio en el que se mueve. Donde más deprisa se mueve la luz es en el vacío: allí lo hace a 299.792’458 Km/s. Este sí es el límite último de velocidades que podemos encontrar en nuestro universo.
Tenemos el ejemplo del fotón, la partícula mediadora de la fuerza electromagnética, un bosón sin masa que recorre el espacio a esa velocidad antes citada.
Científicos del Laboratorio Kastler Brosser del CNRS francés han conseguido « fotografiar » fotones (partículas portadoras de todas las formas de radiación electromagnética, entre ellas la luz) deslizándose de un estado cuántico frágil a un estado estable clásico. De esta forma, la famosa paradoja del gato de Schrödinger, a escala microscópica, se ha podido registrar en imágenes.
En 1935, el físico Erwin Schrödinger trató de explicar la intricación cuántica y la superposición de estados con un experimento tan sencillo como inquietante: en una caja cerrada y opaca se mete un gato, una botella de gas venenoso, un átomo radioactivo con un 50% de probabilidades de desintegrarse y un dispositivo que, de desintegrarse la partícula, rompería la botella, produciendo la muerte del gato por envenenamiento.
Cartografía de un estado de gato de Schrödinger de un fotón en cuatro momentos distintos. Laboratoire Kastler Brossel.
Einstein en su teoría de la relatividad especial de 1.905, nos decía que en nuestro universo nada puede ir más rápido que la luz. También nos dejó dicho que masa y energía don dos aspectos de una misma cosa. Que la materia se puede convertir en energía (ahí está la bomba atómica como demostración) pero, ¿es posible hacer lo contrario y convertir energía en materia?
Sí sería posible convertir energía en materia, pero hacerlo en grandes cantidades resulta poco práctico. Veamos por qué.
Según la teoría de Einstein, tenemos que e = mc2, donde e representa la energía, medida en ergios, m representa la masa, medida en gramos, y c es la velocidad de la luz en centímetros por segundo.
La luz se propaga en el vacío a una velocidad aproximada a los 30.000 millones (3×1010) de centímetros por segundo. La cantidad c2 representa el producto c×c, es decir:
3×1010 × 3×1010, ó 9×1020.
Por tanto, c2 es igual a 900.000.000.000.000.000.000.
Así pues, una masa de un gramo puede convertirse, en teoría, en 9×1020 ergios de energía.
El ergio es una unida muy pequeña de energía que equivale a: “Unidad de trabajo o energía utilizado en el sistema c.g.s y actúa definida como trabajo realizado por una fuerza de 1 dina cuando actúa a lo largo de una distancia de 1 cm: 1 ergio = 10-7 julios”. La kilocaloría, de nombre quizá mucho más conocido, es igual a unos 42.000 millones de ergios. Un gramo de materia convertido en energía daría 2’2 × 1010 (22 millones) de kilocalorías. Una persona puede sobrevivir cómodamente con 2.500 kilocalorías al día, obtenidas de los alimentos ingeridos. Con la energía que representa un solo gramo de materia tendríamos reservas para unos 24.110 años, que no es poco para la vida de un hombre.
O digámoslo de otro modo: si fuese posible convertir en energía eléctrica la energía representada por un solo gramo de materia, bastaría para tener luciendo continuamente una bombilla de 100 vatios durante unos 28.200 años.
O bien: ¡La energía que representa un solo gramo de materia equivale a la que se obtendría de quemar unos 32 millones de litros de gasolina!
Nada tiene de extraño, por tanto, que las bombas nucleares, donde se convierten en energías cantidades apreciables de materia, desaten tanta destrucción.
La conversión opera en ambos sentidos. La materia se puede convertir en energía y la energía en materia. Esto último puede hacerse en cualquier momento en el laboratorio, donde continuamente convierten partículas energéticas (como fotones de rayos gamma) en 1 electrón y 1 positrón sin ninguna dificultad. Con ello se invierte el proceso, convirtiéndose la energía en materia.
Lo dijimos antesw:
Pero estamos hablando de una transformación de ínfimas cantidades de masa casi despreciable. ¿Pero podremos utilizar el mismo principio para conseguir cantidades mayores de materia a partir de energía?
Bueno, si un gramo de materia puede convertirse en una cantidad de energía igual a la que produce la combustión de 32 millones de litros de gasolina, entonces hará falta toda esa energía para fabricar un solo gramo de materia, lo que nos lleva al convencimiento de que no sería muy rentable invertir el proceso.
Recuerdo en este punto cómo los viajeros espaciales de la Nave Enterprise, cuando tienen hambre, le piden a una dispensadora de alimentos lo que desean comer o beber, y la máquina, a partir de la energía, le facilita todo aquello que necesiten. La serie Star Trek, unas de las mejores que han sido realizadas, reflejan algunas licencias que como esta de la máquina dispensadora, no explican de dónde precede la fuente de energía que utilizan y, que según lo que se ve, tendría que ser inagotable.
Antes de que llegara Einstein, los físicos del siglo XIX creían que la materia y la energía eran dos cosas completamente diferentes. Materia es todo aquello que ocupaba un espacio y que poseía masa. Y al tener masa también tenía inercia y respondía al campo gravitatorio. La energía en cambio, no ocupaba espacio ni tenía masa, pero podía efectuar trabajo. Además, se pensaba que la materia consistía en partículas (átomos), mientras que la energía, se componía de ondas.
De la materia que se destruye en las Supernovas, vuelven a nacer nuevas estrellas de 2ª o 3ª generación
Por otra parte, esos mismos físicos del XIX creían que ni la materia ni la energía, cada una por su parte, podía ser creada ni destruida. La cantidad de materia del universo era constante, igual que la cantidad total de energía. Había pues una ley de conservación de la energía y de conservación de la materia.
Albert Einstein, en 1.905, les demostró que la masa es una forma muy concentrada de energía. La masa podía convertirse en energía y viceversa. Lo único que había que tener en cuenta era la ley de conservación de la energía. En ella iba incluida la materia.
Hacia los años veinte se vio además que no se podía hablar de partículas y ondas como si fuesen dos cosas diferentes. Lo que se consideraban partículas actuaban en ciertos aspectos como si de ondas se tratara, y lo que normalmente se consideraban ondas actuaban en ciertos aspectos como partículas.
Función de Onda
Así podemos hablar de ondas del electrón, por ejemplo; y también de partículas de luz, o fotones. Pero existe una diferencia entre la una y el otro, mientras que la partícula que denominamos electrón, posee una “masa en reposo” mayor a cero, los fotones por el contrario, no tienen masa alguna, por ese motivo, estas partículas se mueven siempre a una velocidad de 299.792’458 metros por segundo a través del vacío, no debemos olvidar que un fotón es una partícula de luz.
La luz está compuesta por fotones y precisamente ya se ha dicho que es la luz la que tiene el record de velocidad del universo al correr a unos 300.000 Km/s, exactamente 299.792’458 Km/s.
¿Y los neutrinos?
Detector de neutrinos. Inmenso recipiente de agua pesada escondido en las entrañas de la Tierra que, conectado a computadoras, detecta el paso de neutrinos provenientes del espacio exterior y del mismo Sol.
Los neutrinos se forman en ciertas reacciones nucleares y ningún físico atómico ha sido hasta ahora capaz de medir su masa. Es probable que los neutrinos, como los fotones, tengan una masa en reposo nula, aunque en realidad el neutrino nunca podrá estar en reposo y, como el fotón, siempre se está moviendo a 299.792’458 Km/s y adquieren esa velocidad desde el instante en que se forma.
Pero los neutrinos no son fotones, porque ambos tienen propiedades muy distintas. Los fotones interaccionan fácilmente con las partículas de materia y son retardados y absorbidos al pasar por la materia. Los neutrinos, por el contrario, apenas interaccionan con las partículas de materia y pueden atravesar un espesor de años luz de plomo sin verse afectados.
Parece claro, por tanto, que si los neutrinos tienen una masa en reposo nula, no son materia. Por otro lado, hace falta energía para formarlos, y al alejarse se llevan algo de ella consigo, de modo que son una forma de energía
La materia está compuesta mayormente de espacios vacíos. Así, la Tierra es atravesada por neutrinos cada segundo. Y, nosotros, mientras leemos estas líneas, también estamos siendo visitados por esos infinitesimales objetos.
Sin embargo, atraviesan cualquier espesor de materia sin interaccionar apenas, de modo que prácticamente no efectúan trabajo. Lo cual les distingue de cualquier otra forma de energía. En su momento se habló de que los neutrinos podían ser la energía oscura que tanto fascina a todos los físicos, astrofísicos y astrónomos, sin embargo, al no haber detectado la masa de los neutrinos, se desechó la idea.
El neutrino es de la familia de los leptones y existe en tres formas. Una asociada al electrón y se conoce como neutrino electrónico (Ve), otra al muón y es el neutrino muónico (Vµ) y por último el que está asociado con la partícula tau, que es el neutrino tauónico (Vt). Cada forma tiene su propia antipartícula.
El neutrino fue postulado en 1.931 para explicar la energía “perdida” en la desintegración beta. Fue identificado de forma tentativa en 1.953, y definitivamente en 1.956, dando la razón a Wolfgang Pauli que presintió su existencia.
Los participantes del Congreso de Solvay en Bruselas de 1933, con Pauli entre ellos
Los neutrinos no tienen carga y como dijimos antes, tampoco tienen masa; son pura energía que viaja siempre por el espacio a la velocidad de la luz. En algunas teorías de gran unificación se predice que los neutrinos tienen masa no nula, pero no hay evidencia concluyente para eso.
Cuando Pauli propuso su existencia para justificar la energía perdida en la desintegración beta, Enrico Fermi lo bautizó con el nombre de neutrino. La ley de conservación de la energía prohíbe que ésta se pierda, y en la desintegración beta, que es un tipo de interacción débil en la que un núcleo atómico inestable se transforma en un núcleo de la misma masa atómica pero de distinto número atómico, hace que en el proceso un neutrón se convierta en un protón con la emisión de un electrón, o de un protón en un neutrón con la emisión de un positrón. Pero la cuenta no salía, allí faltaba algo, no se completaba en la transformación la energía original, así que Pauli añadió en la primera un antineutrino electrónico y la segunda la completó con un neutrino electrónico, de la manera siguiente:
Neutrón desintegrado: n → p + e– + ve
Protón desintegrado: p → n + e+ + ve
Un ejemplo de esto es la desintegración del carbono-14.
Así fue como se dio a conocer al mundo la existencia de neutrinos.
La Fuente es variada pero, principalmente tiene su origen en Cien Preguntas Básicas sobre la Ciencia de Asimov. Las imágenes son de origen disperso procurando adornar un poco rompiendo la monotonía de la lectura a secas.
emilio silvera
el 12 de mayo del 2011 a las 0:46
Aquí esta claro que hay algo que no podemos ver que esta ahí según mi opinión, en alguno de mis posts me refería a que es difícil que podamos ver ciertas cosas desde nuestro estructuramiento cultural y sociológico, lo que veo claro es que en el campo de la física y matemática algún día se descubrirá la barrera que nos esta nublando la visión y no permite ver mas alla de la materia y física que hoy conocemos, con esto quiero decir que estoy de acuerdo a este post y soy optimista sobre este tema.
el 12 de mayo del 2011 a las 5:47
Nunca podremos saber hasta donde nos llevará nuestra imaginación.
Lo que hoy es imposible, mañana será lo cotidiano.
Es verdad que, cuando comencemos a admitir nuestra insignificancia en el contexto del Universo, comenzará también a emerger, hacia la superficie, nuestra grandeza.
El problema de todas las cuestiones que se nos plantea, de todas las difícultades y problemas a resolver para seguir adelante, está principalmente en el hecho de que, nosotros mismos, somos parte del problema.
En fin amigo, esperemos que algún día “podamos ver”.