Jul
6
La masa de las partículas…El Bosón de Higgs
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Física Cuántica ~ Comments (4)
La puerta de las dimensiones más altas quedó abierta y a los teóricos se les regaló una herramienta maravillosa: el hiperespacio; todo es posible. Hasta el matrimonio de la relatividad general y la mecánica cuántica, allí sí es posible encontrar esa soñada teoría de la gravedad cuántica. Claro que, primero y mientras llega el próximo aceleredor de partículas del futuro, es decir, el que sustituya al LHC, mientras tanto digo, nos hemos dedicado (entre otras cuestiones) a buscar la partícula que, según nos dicen, suministra la masa a las demás, y, según todas las noticias, anuncios y ruedas de prensa, o, entrevistas…¡Ahí está! Veremos ahora que explicaciones se nos dan sobre las consecuencias del hallazgo.
Las singularidades desnudas son una de las más exóticas predicciones de la Teoría de la Relatividad de Einstein. Son bolas de fuego ultra-densas que se piensa que se forman cuando una estrella masiva moribunda, más de cuatro veces más pesada que nuestro Sol, agota su combustible nuclear y colapsa bajo su propio peso. Estas singularidades son llamadas desnudas porque podrían, en principio, ser vistas por los astrónomos.
Así que las teorías se han embarcado a la búsqueda de un objeto audaz: buscan una teoría que describa la simplicidad primigenia que reinaba en el intenso calor del universo en sus primeros tiempos; una teoría carente de parámetros, donde estén presentes todas las respuestas. Todo debe ser contestado a partir de una ecuación básica.
¿Dónde radica el problema?
El problema está en que la única teoría candidata no tiene conexión directa con el mundo de la observación, o no lo tiene todavía si queremos expresarnos con propiedad. La energía necesaria para ello, no la tiene ni el nuevo acelerador de partículas LHC que, siendo el más potente que existe, es aún muy reducido para la prestación de alcanzar la energía de Planck de 1019 GeV.
La verdad es que la teoría que ahora tenemos, el modelo estándar, concuerda de manera exacta con todos los datos a bajas energías y contesta cosas sin sentido a altas energías. ¡Necesitamos algo más avanzado! Y, desde luego, uno de los parámetros del Modelo Estándar, que se metió con calzador, fue ese bosón que suministraba la masa y que era necesario encontrar.
Se ha dicho que la función de la partícula de Higgs es la de dar masa a las partículas que carecen de ella, disfrazando así la verdadera simetría del mundo. Cuando su autor lanzó la idea al mundo, resultó además de nueva, muy extraña. El secreto de todo radica en conseguir la simplicidad: el átomo resultó ser complejo, lleno de esas infinitesimales partículas electromagnéticas que bautizamos con el nombre de electrones. Resultó que tenía un núcleo que contenía, a pesar de ser tan pequeño, casi toda la masa del átomo. El núcleo, tan pequeño, estaba compuesto de otros objetos más pequeños aún; los quarks que estaban instalados en nubes de otras partículas llamadas gluones, y ahora queremos continuar profundizando, sospechando que después de los quarks puede haber algo más.
Bueno, la idea nueva que surgió es que el espacio entero contiene un campo, el campo de Higgs, que impregna el vacío y es el mismo en todas partes, es decir, que si miramos a las estrellas en una noche clara, estamos mirando el campo de Higgs. Las partículas influidas por este campo toman masa. Esto no es por sí mismo destacable, pues las partículas pueden tomar energía de los campos (gauge) de los que hemos comentado: del campo gravitatorio o del electromagnético. Si llevamos un bloque de plomo a lo alto de la Torre Eiffel, el bloque adquirirá energía potencial a causa de la alteración de su posición en el campo gravitatorio de la Tierra. Como E = mc2, ese aumento de la energía potencial equivale a un aumento de la masa, en este caso la masa del sistema Tierra-bloque de plomo. Aquí hemos de añadirle amablemente un poco de complejidad a la venerable ecuación de Einstein: la masa, m, tiene en realidad dos partes; una es la masa en reposo, m0, la que se mide en el laboratorio cuando la partícula está en reposo. La partícula adquiere la otra parte de la masa en virtud de su movimiento (como los protones en el acelerador de partículas, o los muones, que aumentan varias veces su masa cuando son lanzados a velocidades cercanas a c), o en virtud de su energía potencial de campo. Vemos una dinámica similar en los núcleos atómicos. Por ejemplo, si separamos el protón y el neutrón que componen un núcleo de deuterio, la suma de las masas aumenta.
Pero la energía potencial tomada del campo de Higgs difiere en varios aspectos de la acción de los campos familiares. La masa tomada de Higgs es en realidad masa en reposo. De hecho, en la que quizá sea la versión más apasionante de la teoría del campo de Higgs, éste genera toda la masa en reposo. Otra diferencia es que la cantidad de masa que se traga del campo es distinta para las distintas partículas. Los teóricos dicen que las masas de las partículas de nuestro modelo estándar miden con qué intensidad se acoplan éstas al campo de Higgs.
La influencia de Higgs en las masas de los quarks y de los leptones nos recuerda el descubrimiento por Pieter Zeeman, en 1.896, de la división de los niveles de energía de un electrón cuando se aplica un campo magnético al átomo. El campo (que representa metafóricamente el papel de Higgs) rompe la simetría del espacio de la que el electrón disfrutaba.
Hasta ahora no tenemos ni idea de qué reglas controlan los incrementos de masa generados por Higgs (de ahí la expectación creada por el nuevo acelerador de partículas LHC), pero el problema es irritante: ¿por qué sólo esas masas - las masas de los W+, W–, Z0, y el up, down, encanto, extraño, top y bottom, así como los leptones – que no forman ningún patrón obvio?
Las masas van desde la del electrón (0’0005 GeV) a la del top, que tiene que ser mayor que 91 GeV. Deberíamos recordar que esta extraña idea (el Higgs) se empleó con mucho éxito para formular la teoría electrodébil (Weinberg-Salam). Allí se propuso el campo de Higgs como una forma de ocultar la unidad de las fuerzas electromagnética y débil. En la unidad hay cuatro partículas mensajeras sin masa – los W+, W–, Z0 y el fotón – que llevan la fuerza electrodébil. Además está el campo de Higgs, y rápidamente, los W y Z absorben la esencia de Higgs y se hacen pesados; el fotón permanece intacto. La fuerza electrodébil se fragmenta en la débil (débil porque los mensajeros son muy gordos), y la electromagnética, cuyas propiedades determina el fotón, carente de masa. La simetría se rompe espontáneamente, dicen las teorías. Prefiero la descripción según la cual el Higgs oculta la simetría con su poder dador de masa.
Las masas de los W y Z se predijeron con éxito a partir de los parámetros de la teoría electrodébil, y las relajadas sonrisas de los físicos teóricos nos recuerdan que Hooft y Veltman dejaron sentado que la teoría entera está libre de infinitos.
John Mather, Carlo Rubbia, Martinus Veltman, Gerardus ‘t Hooft at the Lindau Nobel Meetings 2010
Todos los intentos y los esfuerzos por hallar una pista de cuál era el origen de la masa fallaron. Feynman escribió su famosa pregunta: “¿por qué pesa el muón?”. Ahora, por lo menos, tenemos una respuesta parcial, en absoluto completa. Una voz potente y segura nos dice “¡Higgs!”. Durante más de sesenta años los físicos experimentadores se rompieron la cabeza con el origen de la masa, y ahora el campo de Higgs presenta el problema en un contexto nuevo; no se trata sólo del muón. Proporciona, por lo menos, una fuente común para todas las masas. La nueva pregunta feynmaniana podría ser: ¿cómo determina el campo de Higgs la secuencia de masas, aparentemente sin patrón, que da a las partículas de la materia?
La variación de la masa con el estado de movimiento, el cambio de masa con la configuración del sistema y el que algunas partículas (el fotón seguramente, y los neutrinos posiblemente) tengan masa en reposo nula son tres hechos que ponen en entredicho que el concepto de masa sea un atributo fundamental de la materia. Habrá que recordar aquel cálculo de la masa que daba infinito y nunca pudimos resolver; los físicos sólo se deshicieron de él “renormalizándolo”, ese truco matemático que empleam cuando no saben hacerlo bien.
Ese es el problema de trasfondo con el que tenemos que encarar el problema de los quarks, los leptones y los vehículos de las fuerzas, que se diferencian por sus masas. Hace que la historia de Higgs se tenga en pie: la masa no es una propiedad intrínseca de las partículas, sino una propiedad adquirida por la interacción de las partículas y su entorno.
La idea de que la masa no es intrínseca como la carga o el espín resulta aún más plausible por la idílica idea de que todos los quarks y fotones tendrían masa cero. En ese caso, obedecerían a una simetría satisfactoria, la quiral, en la que los espines estarían asociados para siempre con su dirección de movimiento. Pero ese idilio queda oculto por el fenómeno de Higgs.
¿Estarán los campos de Higgs por todas partes, impregnando todo el tejido del espacio tiempo?
Una cosa más; hemos hablado de los bosones gauge y de su espín de una unidad. Hemos comentado también las partículas fermiónicas de la materia (espín de media unidad). ¿Cuál es el pelaje de Higgs? Es un bosón de espín cero. El espín supone una direccionalidad en el espacio, pero el campo de Higgs da masa a los objetos donde quiera que estén y sin direccionalidad. Al Higgs se le llama a veces “bosón escalar” (sin dirección) por esa razón.
La interacción débil, recordaréis, fue inventada por E. Fermi para describir la desintegración radiactiva de los núcleos, que era básicamente un fenómeno de poca energía, y a medida que la teoría de Fermi se desarrolló, llegó a ser muy precisa a la hora de predecir un enorme número de procesos en el dominio de energía de los 100 MeV. Así que ahora, con las nuevas tecnologías y energías del LHC, las esperanzas son enormes para, por fin, encontrar el bosón de Higgs origen de la masa… y algunas cosas más.
Hasta ahora ha sido más fácil saber sobre galaxias lejanas que sobre el Higgs
Hay que responder montones de preguntas: ¿cuáles son las propiedades de las partículas de Higgs? y, lo que es más importante, ¿cuál es su masa? ¿Cómo reconoceremos una si nos la encontramos en una colisión del LHC? ¿Cuántos tipos hay? ¿Genera el Higgs todas las masas o sólo las hace incrementarse? ¿Cómo podemos saber más al respecto? Cómo es su partícula, nos cabe esperar que la veremos ahora después de gastar más de 50.000 millones de euros en los elementos necesarios para ello.
También a los cosmólogos les fascina la idea de Higgs, pues casi se dieron de bruces con la necesidad de tener campos escalares que participasen en el complejo proceso de la expansión del universo, añadiendo pues, un peso más a la carga que ha de soportar el Higgs.
El campo de Higgs, tal como se lo concibe ahora, se puede destruir con una energía grande, o temperaturas altas. Éstas generan fluctuaciones cuánticas que neutralizan el campo de Higgs. Por lo tanto, el cuado que las partículas y la cosmología pintan juntas de un universo primitivo puro y de resplandeciente simetría es demasiado caliente para Higgs. Pero cuando la temperatura cae bajo los 10-5 grados Kelvin o 100 GeV, el Higgs empieza a actuar y hace su generación de masas. Así, por ejemplo, antes del Higgs teníamos unos W, Z y fotones sin masa y la fuerza electrodébil unificada.
El universo se expande y se enfría, y entonces viene el Higgs (que “engorda” los W y Z, y por alguna razón ignora el fotón) y de ello resulta que la simetría electrodébil se rompe.
Tenemos entonces una interacción débil, transportada por los vehículos de la fuerza W+, W–, Z0, y por otra parte una interacción electromagnética, llevada por los fotones. Es como si para algunas partículas del campo de Higgs fuera una especie de aceite pesado a través del que se moviera con dificultad y que les hiciera parecer que tienen mucha masa. Para otras partículas, el Higgs es como el agua, y para otras, los fotones y quizá los neutrinos, es invisible.
De todas formas, es tanta la ignorancia que tenemos sobre el origen de la masa que nos agarramos como a un clavo ardiendo, en este caso, a la partícula de Higgs, que algunos han llegado a llamar “la partícula divina”.
¡Ya veremos en qué termina todo esto!
Aquí Peter Higgs quiso visitar el ingenio que, hipotéticamente, encontrará “su partícula”
Peter Higgs, de la Universidad de Edimburgo, introdujo la idea en la física de partículas. La utilizaron los teóricos Steven Weinberg y Abdus Salam, que trabajaban por separado, para comprender cómo se convertía la unificada y simétrica fuerza electrodébil, transmitida por una feliz familia de cuatro partículas mensajeras de masa nula, en dos fuerzas muy diferentes: la QED con un fotón carente de masa y la interacción débil con sus W+, W– y Z0 de masa grande. Weinberg y Salam se apoyaron en los trabajos previos de Sheldon Glashow, quien, tras los pasos de Julian Schwinger, sabía sólo que había una teoría electrodébil unificada, coherente, pero no unió todos los detalles. Y estaban Jeffrey Goldstone y Martinus Veltman y Gerard’t Hooft. También hay otros a los que habría que mencionar, pero lo que siempre pasa, quedan en el olvido de manera injusta. Además, ¿cuántos teóricos hacen falta para encender una bombilla? La verdad es que, casi siempre, han hecho falta muchos. Recordemos el largo recorrido de los múltiples detalles sueltos y físicos que prepararon el terreno para que llegara Einstein y pudiera, uniéndolo todo, exponer su teoría relativista.
Sobre la idea de Peter Higgs, Veltman, uno de sus arquitectos, dice que es una alfombra bajo la que barremos nuestra ignorancia. Glashow es menos amable y lo llamó retrete donde echamos las incoherencias de nuestras teorías actuales. La objeción principal: que no tenemos la menor prueba experimental. Ahora, por fin, la tendremos con el LHC. El modelo estándar es lo bastante fuerte para decirnos que la partícula de Higgs de menor masa (podría haber muchas) debe “pesar” menor de 1 TeV, ¿por qué?; si tiene más de 1 TeV el modelo estándar se vuelve incoherente y tenemos la crisis de la unitariedad.
Después de todo esto, llego a la conclusión de que el campo de Higgs, el modelo estándar y nuestra idea de donde surgió el universo dependen de que se encuentre el bosón de Higgs. Y ahora, por fin, tenemos un acelerador con la energía necesaria para que nos la muestre, y que con su potencia pueda crear para nosotros una partícula que pese nada menos que 1 TeV.
Las últimas noticias sobre el tema me hacen reponer de nuevo este trabajo que está relacionado con el Campo de Higgs y su Bosón.
emilio silvera
el 7 de julio del 2012 a las 1:14
Algunos comentarios sobre la teoría Higgs:
Hasta ahora, se había pensado que las partículas eran más o menos masivas en función del número o masa de sus componentes. Para la Teoría Higgs se pregunta por qué existen masas tan aleatorias. Por qué a partir del campo de Higgs las masas “generadas” son tan dispares.
Cualquier ente material ocupa un espacio tiempo. También las ondas. Si el universo es una asociación o conglomerado de elementos (Retenidos en grupo por la propia expansión), de distintas formas y en disitintas formaciones, es lógico que en su movimiento se estorben unos a otros, y que cada cual quede sometido a la presión del medio que el resto genera.
Es la presión desde lo mas profundo (Y su resultado de expansión) lo que procuraría la fuerza de inercia u oposición, y por consiguiente la equivalente fuerza de gravedad.
¿Es a esa energía o campo de presión (Oscura) a lo que se llama campo de Higgs como expresión más simple? ¿Cómo se genera dicho campo? Existe alguna cosa con energía cero?
Pero ni el campo de Higgs ni el de la presión oscura pueden quedar reducidos a uno sólo, su dimensionalidad se adaptaria a los dimensionados de distintos o infinidad de elementos distintos, más o menos libres. ¿Por qué esa uniformidad?
Si el problema de fondo es, más que la masa, la sustancia primera, creo que tendremos que esperar. ¿Cuál sería el origen? ¿Hay un origen?
Más allá del campo de Higgs y su bosón, ¿no hay nada? . ¿Cómo se explica entonces la tremenda concentración para el Big Bang, cuyos elementos forzosamente hubieron de ser más fragmentados que los bosones de Higgs?
¿Representa el campo de Higgs a la presión energía oscura en un límite poco más allá de Planck? ¿O ese campo escalar es pura matemática?
La masa no es otra cosa, en nuestra opinión, que la barrera que cada ente material opone al resto, y este resto, o medio, ejerce una presión sobre cada uno.
Identificar presión con gravedad es arriesgado. ¿Qué ocurriría entonces con las ondas?. Que en sí mismas no posen masa pero sí en la porción cambiante de campo que van ocupando en sus oscilaciones, por eso se dice que con la velocidad (O frecuencia) adquieren masa (Energía interna).
¿Por qué el campo de Higgs?¿Hasta dónde puede llegar? ¿Qué resuelve, y desde qué límite se aplicaría?
Saludos
el 7 de julio del 2012 a las 6:05
Amigo Fandila:
Haces tantas preguntas que, aunque estén, racionalmente planteadas, no sabría por donde empezar ni siquiera a dar unas respuestas que se acercaran a una realidad que desconozco y, lo mismo que te pasa a tí, cuando tu cabeza se llena de interrogantes, nos pasa a muchos que, como consecuencia de todos estos fenómenos que planteas, estamos inmersos en un “oceano de curiosidad” que no podemos, al menos de momento, satisfacer.
Un nobel decía que las partículas de Higgs son los cuantos del Campo de Higgs. Una característica de este campo es que su energía es mínima cuando el campo tiene una cierta intensidad, y no cuando es nulo. Lo que observamos como espacio vacío no es más que la configuración de campo con la menor energía posible. Si pasanos de la jerga de campos a la de partículas, esto significa que el espacio “vacío” está realmente lleno de partículas de Higgs que han sufrido una “condensación Bose”.
Ya, los experimentadores y teóricos nos irán dándo más datos y, aunque ellos tampoco las tienen todas consigo, al menos, a diferencia de nosotros, tienen ese lugar para experimentar y debatir sobre los resultados ciertos obtenidos.
Un saludo amigo.
el 7 de julio del 2012 a las 9:02
Volvemos a lo de siempre, ¿los cuantos, masa y energía vienen a ser lo mismo, van decreciendo con la “dimensiones”?. ¿Existe un tope, llámese campo de Higgs?
¿La masa se adquiere o es la expresión pura de los elementos: el ámbito de su energía interna?
Volvería a plantearlo: ¿cuántos campos superpuestos y bosones de Higgs serían precisos?
Un cordial saludo.
el 7 de julio del 2012 a las 9:13
Bueno, no se si el topo podría ser el Campo de Higgs, pero, lo que sí se es que no sabemos nada (como dijo el sabio), y, a todo esto, hablamos y hablamos más y más de lo que no sabemos. Así somos nosotros, los humanos que, antes de “saber” realmente, tenemos que construir “miles de edificios” que, no pocas veces se han esfumado en la irrealidad por no poder “ser ocupados”.
Y, las preguntas que planteas:
” ¿cuántos campos superpuestos y bosones de Higgs serían precisos?” “¿Existe un tope, llámese campo de Higgs?” “¿La masa se adquiere o es la expresión pura de los elementos: el ámbito de su energía interna?”
Bien sabes que, de momento, nadie sabe contestasrlas y, de ahí, la necesidad de seguir y seguir buscando la menra de poder encontrarles una adecuada respuestas a esas y otras muchas que se nos puedan ocurrir. Otras, por no tener los conocimientos suficientes, ¡nio sabemos plantearlas!
Un abrazo amigo.