Jul
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¿Sabremos alguna vez lo que es la Mente?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en La Mente - Filosofía ~ Comments (240)
En otras ocasiones hemos comentado aquí sobre la maraña de conexiones que llevamos en la cabeza. Es nuestro cerebro humano que, con poco más de un kilo de peso, contiene unos cien mil millones de células nerviosas o neuronas. La capa ondulada más exterior es la corteza cerebral, que es la parte del cerebro de evolución más reciente, contiene alrededor de treinta mil millones de neuronas y un billón de conexiones o sinapsis.
Conexiones sin fin
Si contáramos una sinapsis cada segundo, tardaríamos 32 millones de años en hacer el recuento. Si consideramos el número posible de circuitos neuronales, tenemos que habérnosla con cifras hiperastronómicas: 10 seguido de al menos un millón de ceros (En comparación con el número de partículas del universo conocido asciende a “tan sólo” 1079 es decir, es el número conocido como NEdd (Número de Eddintong) que es:
15.747.724.136.275.002.577.605.653.961.181.555.468.044.717914.527.116.709.366.231.425.o76185.631.031.296 protones y el mismo número de electrones, fue calculado por Arthur Eddintong allá por la década de 1920. Pues bien, esa descomunal cifra, se queda muy corta si la comparamos con las conexiones de nuestr5o cerebro. De ahí viene lo que decimos de que, “nuestros cerebros son las máquinas más complejas del Universo”. Y, desde luego, el comentario no está lejos de ser cierto.
La vitalidad, la pasión el dinamismo, la confianza, la capacidad, la coherencia, la repentización de ideas en hechos, la capacidad a resistir la fatiga y el agotamiento en ciertos momentos, los sentimientos, la alegría o la pena, el dolor, la energía y, en realidad, todo lo que cada uno pueda ser, está ahí, ubicado en su cerebro donde radica la central de mando que envía al resto del cuerpo la orden de lo que tiene o no tiene que hacer.
Está claro que, nosotros, al igual que todos los cuerpos y objetos que habitan en nuestro Universo, tiene su actividad debido a la energía. La historia de la energía de los seres vivos se va desarrollando a través de distintas formulaciones: el valor vital o pneuma que se fragua en el horno del corazón según se dijo en la Grecia antigua; o la energía chi, que circula atravesanzo lineas meridianas del cuerpo según los chinos; o como prana en la India hace que el cuerpo de los yoguis se convulsione; o como fuerza vital que buscaban los estudios de la Alquimia, cuando soñaban con la fabricación del oro y con la eterna juventud; y así sucesivamente, hasta llegar a tiempos más modernos en los que, incluso algunos, como Freud, se agarró a la idea de la descarga de la energía sexual.
Sin embargo, la realidad es otra muy distinta. Lo que suministra potencia a nuestros cuerpos y Mentes es la electricidad. Nuestras células se proveen de energía a partir de unos enormes campos eléctricos que conducen grandes corrientes mediante unas diminutas máquinas moleculares; se trata de motores, conexiones, bombas de inyección, interruptores y fábricas de productos químicos que crean conjuntamente la vida celular.
Esta energía eléctrica es producida por billones de microbios que invadieron a los antepasados de nuestras células hace miles de millones de años y que viven a miles actualmente en cada una de las células de nuestros cuerpos. Ya dejamos aquí la referencia en otros trabajos de las mitocondrias que, en simbiosis con nosotros, nos suministran la energía que necesitamos.
No es fácil entender la complejidad que conlleva el enmarañado entramado de un cerebro humano, y, de hecho, hasta hace unos pocos años, no hemos comenzado a entender (parcialmente) sus mecanismos. La energía es la base principal del funcionamiento de todo lo que en el Universo es, y, nuestro cerebro, no podía ser menos. Así que, como antes decíamos las células del cerebro invadidas por las mitocondrias reciben de estos invasores que parecen vivir pacificamente en simbiosis con la célula, lo que necesitamos.
Sin embargo, también pueden ser enemigos. Investigaciones recientes demuestran que pueden ser los asesinos y ejecutores silenciosos de la célula, estando además implicados en una gran cantidad de enfermedades y discapacidades devastadoras, así como también en los procesos de envejecimiento, que llevan una disminución irreversible de la energía corporal y mental.
La energía que mueve y motiva la mente siempre ha sido un misterio. Sin embargo, actualmente la tecnología moderna nos ofrece la posibilidad de poner en imágenes y visualizar los cambios que se producen en la energía del interior del cerebro, de un momento a otro, mientras pensamos y sentimos. Son las mitocondrias las que hacen posible y generan esa energía.
Las mitocondrias son unos orgánulos celulares muy especiales: poseen una membrana externa como si se tratase de una célula independiente, también tienen su propio genoma que presenta muchas semejanzas con genomas bacterianos y son fundamentales para el aporte energético de la célula pues sintetiza gran parte del ATP producido en la misma. Y esto es solo una parte de todo lo que las mitocondrias hacen por la célula.
Hoy no hay dudas al respecto, las mitocondrias eran células independientes que un día se toparon con las células eucariotas y se enamoraron… al estilo de las células. Alguna (o algunas) célula eucariota, hace unos 1500 millones de años fagocitó una mitocondria y no pudo digerirla. De esta forma, dos seres distintos se vieron obligados a negociar las condiciones de su existencia.
La reflexión en torno al amor (que no es mía, sino de Eduardo Punset) tiene que ver con lo que es y lo que no es amor. Asumimos la idea de que el amor es un ansia de entrega y desprendimiento, un gran logro del hombre moderno, expresado como marcan las prescripciones literarias. Entendemos el amor como la antítesis del interés individual, el desinterés supremo.
Pero una mirada al pasado sugiere todo lo contrario. Un vistazo al proceso evolutivo nos dice que el amor es una constante de la existencia, el irrefrenable impulso de fusión. Desde que las primeras células se unieron para intercambiar material genético existe el amor. Está en la base de los motivos sociales universales de pertenencia y confianza.
Pero, sigamos con lo nuestro. Se han descubierto ahora los compuestos químicos y las vías por los que se controla dentro del cerebro el despertar, la ansiedad y la motivación, de tal modo que, por fin, estamos cerca de llegar a comprender qué son el nerviosismo y la depresión, y como la podemos controlar mediante fármacos.
Los exámenes con escáner muestran que las personas deprimidas tienen menos serotonina y receptores de opioide y que esa variación está vinculada con los síntomas y la respuesta al tratamiento. En los tiempos quen corren, con un elevado número de padres de familia en paro, ésta peligrosa enfermedad está haciendo estragos y, es imperioso que avancemos en el modo de eliminarla. El principal problema reside en que todas las personas no tienen la misma biología y aguantan de distintas maneras la misma situación.
Nuevas tecnologías nos llevan al interior de nuestros cerebros y posibilitan el estudio de cambios y transiciones de fases que producen diversos cambios dentro de nosotros, y, aunque ahora empezamos a comprender, el camino que tenemnos por delante es alentador.
Claro que, aquel “soy consciente, luego existo” nos podría conducir hacia el solipsismo, a la creencia en que nada existe fuera de la propia conciencia, y, ¡existen tantas cosas! No podemos dejar que todo lo dirijan modelos cognitivos que, en realidad, nos tienen poco que ofrecer en relación con el lado experiencial o fenoménico de la experiencia consciente. Es ahí, en nuestras vivencias en contacto con el mundo, donde el cerebro, por medio de los sentidos, recibe la información que le hace trabajar en función del material recibido para archivar y “recordar” los hechos que, serán tenidos en cuenta en ocasiones similares.
Como otras veces he dicho, la conciencia es especial y de la misma manera, plantea un problema especial que no se encuentra en otros dominios de la ciencia. En la Física y en la Química podemos explicar entidades determinadas en función de otras unidades y leyes. Podemos describir el material presente en una Nebulosa, al menos en principio, en términos de átomos, gravedad, e incluso leyes de la mecánica cuántica. Podemos conectar distintos niveles del saber para describir una entidad e incluso, lo podemos hacer a través de las matemáticas, otro lenguaje complejo que nos da una referencia del mundo en sus distintas vertientes.
La Nebulosa de la Laguna podría servir para el caso
En el caso de la conciencia, sin embargo, nos encontramos con una asimetría. Lo que intentamos no es simplemente comprender de que manera se puede explicar las conductas o las operaciones cognitivas de otro ser humano en términos del funcionamiento de su cerebro, por difícil que esto aprezca. No queremos conectar simplememnte una descripción de algo externo a nosotros con una descripción científica más sofisticada. Lo que realmente queremos hacer es conectar una descripción de algo externo a nosotros -el cerebro-, con algo de nuestro interior: una experiencia , nuestra propia experiencia individual, que nos acontece en tanto que observadores conscientes. Intentamos meternos en el interior, en el intrincado mundo desconocido de la complejidad misma.
Podemos mirar el interior del cerebro pero, ¿sabemos lo que estamos viendo? desgraciadamente lo que nos ofrece nuestra moderna tecnología no siempre es bien interpretado por los “especialistas” que deben tratar o comprender lo que allí (en aquel cerebro) está pasando.
100.000.000.000 de neuronas conectadas entre sí en torno a 400 órganos neuronales igualmente conectados: ¿no deberían suponer un espectáculo impresionante? Se ha llegado a la conclusión de que, si queremos acdeder a grandes números, estos, a pesar de su inmensidad, no están en el Universo, se encuentran en nuestro cerebro. Es allí donde residen las “infinitudes” que el Universo creó para poderse observar así mismo.
¿Conoceremos algún día lo que aquí se guarda? Dicen que el Universo, puso aquí dentro todas las respuestas y que, nosotros, los poseedores de esta “caja mágica” que llamamos cerebro, sólo tenemos que urgar dentro, mediante el pensamiento profundo, para hallar esas respuestas que tanto esperamos y, no pocas veces necesitamos.
El interior del cerebro, como ocurre en el interior de los planetas como la Tierra, reina una actividad que reside en un centro núcleo o neuronal de donde parten todas las funciones quen llevan a conformar el todo. Son complejidades del Universo que se han creadom en los Núcleos de las estrellas que, en el seno de las galaxias brillan y nos envían mensajes que aún, no hemos sabido leer.
emilio silvera
el 26 de marzo del 2012 a las 15:41
Hola comunidad de cerebros:
Oye cerebro B, tenemos que ir estableciendo bases de comprensión sobre el significado Consciencia que buscamos.
El número 1, que tengo registrado, es que esta función del cerebro esta constituido como un instinto superior de supervivencia.
El número 2, es que la labor que la propia consciencia ha escogido, es dar prioridad a la supervivencia del cuerpo donde habita.
El número tres, es, que da prioridad al sentido de supervivencia de las cosas que más ama: Sus familiares más inmediatos; su patria.
El número 4, es que en cualquier momento dado, puede determinar cual de los tres puntos anteriores es el más prioritario, sin importar, si hace 5 segundos les tenía en otro orden.
El número 5, es, que da orden de prioridad a las ideas que se manifiestan en los proyectos de vida. Podrán ser 5, por ejemplo. Pero la Consciencia te las acomoda en la pantalla de tu mente en el orden que más te conviene que las realices, para ello, consulta a sus 100 000 millones de neuronas que la apoyan como si fueran sus trabajadoras, las cuales, le tendrán respuesta en un tiempo que puede durar desde un microsegundo hasta el total de un día.
¿Por qué así trabaja la Consciencia? Pregunta cerebro C.
Ya lo responderemos a su tiempo, de momento, lo prioritario para mi supervivencia, es que me vaya a desayunar para luego continuar con mis labores diarias, entre ellas, conseguir fondos para pagar una deuda que tengo pendiente, si no, no me gano un beso que mi esposa me tiene reservado.
Saludos Comunidad
el 26 de marzo del 2012 a las 17:39
Amigo José Germán, no soy quién para aconsejarte en algo, pero si me lo permites, el maravilloso método que utilizas de divulgación y explicación sobre los temas que tratas, en este caso el de la Consciencia, debería realizarse para aclarar el tema y no para enredarlo, creo que sería mejor que utilices esos personajes caracterizados como cerebros A,B,C,D, etc. como para que aporten no solo ideas y conclusiones de cada uno, sino también una manera característica que los diferencie aunque sea un poco uno de otro por ejemplo, así sería más ameno y entretenido para los demás también y podamos sentir alguna afinidad con ellos.
Hay métodos para explicar lo que se quiera explicar de la mejor manera posible que podamos y, como a mí no gusta opinar si tal o cual método es bueno o no, porque en definitiva lo que importa es que haya cometido su objetivo, que es el de comunicar algo como un pensamiento o una idea y que se entienda. Toma mi consejo si es que lo quieres tomar como eso simplemente, para que los que vayamos siguiendo el debate entendamos bien lo que nos cuentas que, debo reconocer es muy interesante, no es por menospreciar tus métodos ni mucho menos amigo, pero la idea es aclarar, no oscurecer.
Por otra parte el tema de debate que has abierto ahora, siempre me fascina, la Consciencia, mi postura como lo he dicho anteriormente es que tal cosa es algún tipo de energía, ¿tú qué opinas de ello?, le estoy preguntando al amigo José Germán, que los cerebros de la A a la Z esperen su turno a la hora de opinar por favor, porque solo me traen confusión a lo que se discute, si todos cooperamos podemos llegar a entendernos como personas civilizadas y, sin la necesidad de tener que llegar a utilizar las espadas, me llevo mejor con la pluma.
Un afectuoso saludo.
el 27 de marzo del 2012 a las 6:33
No siempre resulta fácil poder explicar alguna cuestión y, si esta trata del cerebro, la explicación es doblemente compleja, nadie ha podido nunca (hasta el momento al menos) a poder conocer de manera completa y perfecta lo que el cerebro es, así que, nos tenemos que conformar con ir sumando datos para hacer un todo comprensible.
Sabemos de las muchas maravillas que el cerebro puede hacer, conocemos sus enormes posibilidades, sabemos de esa cantidad increíble de neutronas que trabajan para poder conformar las ideas y los pensamientos, sabemos de la relación que el cerebro tiene con el entorno que le es conocido a través de los sentidos, de nuestras vivencias, de las experiencias, etc.
El cerebro, como todo lo demás, está en evolución y tenemos que ser pacientas para llegar a conclusiones que no siempre nos satisfacen, algunas son racionales y otras, nos parecen propias de otro mundo, de un extraño lugar desconocido, es decir, que no podemos llegar a reconocer.
Y, a todo ello, es la Conciencia la que, por encima de todo eso, se impone y sobresale de nosotros, de nuestro propio yo, y, nos da la sensación de que puede mirarnos desde “fuera” y observarnos. ¿Es la Conciencia el fruto final de esa evolución de la que hablamos? Bueno, al menos, es la parte más alta, es la que reside en la mente y, de ella, surgen los conocimientos, pensamientos, intuición, imaginación, y, en definitiva, todo lo que en nosotros tiene el mayor valor.
Por muchos ejemplos que podamos seguir poniendo de lo que la Mente es, la respuesta no ha sido encontrada todavía, ya que, todavía no sabemos lo que es la Mente. Puede, como hemos dicho muchas veces que la Mente sea la “máquina” más compleja que el universo por medio de su mecánica y ritmos (que llamamos evolución), ha podido (¿fabricar?) elaborar de la materia elaborada en el corazón de las estrellas que dejadas caer en mundos dispuestos para la vida, surgío en día lejano del pasado y, después de miles de millones de años, se puede preguntar:
¿Qué es la Vida? ¿Cómo surgió realmente? ¿Está sólo aquí en la Tierra? ¿Qué destino tendrá?
Esas son las preguntas que nos seguiremos haciendo durante mucho tiempo y, algún día, lejos, muy lejos en el futuro…Quizás podramos responder a alguna de esas preguntas que, por ahora, no podemos.
Un saludo amigos
el 27 de marzo del 2012 a las 8:27
Cerebro F ………… no found…
Muy interesante la exposición de Jose German y Marios Santos. Siento, por falta de tiempo y conocimientos, no participar en la exposición.
Leí, que nuestro cerebro más primitivo, igual que cualquier composición de grupo de células para formar un cuerpo mayor, empiezan uniendose unas a otras, estudian su interior para su funcionamiento y el entorno, para dejar o no´ a otras celulas, formar parte de ellas, según sean o nó, provechosas para su supervivencia, por tanto, crean consciencia de su necesidad interior y del entorno, para diferenciar lo benefico de lo maligno.
De ahí puede venir el hecho de que normalmente el Ser humano, reaccione siempre con miedo ante lo desconocido, y cuando lo conoce y vé que no es perjucial, deja que forme parte de él.
Chao.
el 27 de marzo del 2012 a las 23:34
Leyendo algunos comentarios creo que más de un lector pudiera sacar la conclusión de que el cerebro humano; el cerebro del “homo sapiens sapiens” ha evolucionado enormemente desde su comienzo(Creo que menos de 30.000 años).
Y según tengo entendido y s.e. ú o.(Salvo error u omisión, como se ponía al final de las facturas no hace demasiado tiempo), el cerebro del homo sapiens apenas ha evolucionado desde que superamos a las demás razas humanoides. Lo que no cabe duda es que gracias a ese cerebro el individuo en sí y la sociedad creada, ha evolucionado enormemente, pero no así su cerebro, que parece ser que contiene prácticamente la misma capacidad y neuronas en cualquier individuo actual comparado con los primeros conocidos.
Así que parodiando un poco a los comentarios habidos sobre las similitudes de nuestro cerebro con los ordenadores, se podría decir que nuestro “Hardware” sigue siendo el mismo pese a aumentar considerablemente nuestro “Software”
Bueno, me voy a “hibernar”, jeje…
el 27 de marzo del 2012 a las 23:58
Hola cerebro A:
Te aviso que allá afuera hay un grupo de gente que quiere aclaremos de inmediato, la situación ética de la memoria que cada persona tiene.
Recordarás cerebro B, que ya el argentino Mario Bunge y el británico Karl Popper, habían puesto un “hasta aquí” a las prácticas pseudocientíficas que “gente experta en el psicoanálisis” llevaba a cabo, NEGÁNDOLES un reconocimiento científico no avalando metodología alguna en el ámbito de esa práctica.
Tienes razón cerebro A. Imagínate que una dependencia gubernamental que ofreciera campañas en bien de la salud pública, contemplara aplicar vacunas contra el paludismo, mediciones de glucosa y exámenes psicoanalíticos.
Sería equiparable, a que en la realización de censos económicos a los habitantes, se permitiera la introducción a los domicilios de gente extraña, cuya labor sería la de percatarse y registrar cada una de sus pertenencias.
Cada una de las porciones de la memoria humana, es un archivo que sólo le pertenece al poseedor, no creo digno siquiera pensar, pedirle a otro que nos diga que guarda en su memoria.
¿Habría que secundar el pensamiento de estos filósofos contemporáneos, sugiriendo a las autoridades gubernamentales, la PROHIBICIÓN del Psicoanálisis a nivel médico? .
No creo que sea necesario llegar a esos extremos, simplemente el equiparar sistemas de computo con personas, como lo hizo Marios, es suficiente para que las mayorías entendamos que el psicoanálisis lo que hace es dejar abierta la memoria de alguna persona bajo examen psicoanalítico, y el sujeto que manipula su mente se entere de sus contenidos.
Las computadoras de uso personal, son una extensión de nuestro cerebro, no creo que las mayorías las estarían ofreciendo a extraños para que se enteren de los contenidos, como diciéndoles: “Revisen mi compu, tengo confianza de que harán buen uso de lo datos que tengo en mis archivos”
“También, si lo desean, pueden revisar mi mente y lo que en ella tengo guardado”
Por acá, mi amigo el cerebro H, dice que no le afectaría un psicoanális, piensa que no pasaría nada trascendente. (No se lo digan a nadie: él es paralítico de nacimiento)¿Alguien más se apunta para que le realicen un psicoanálisis?
Saludos Comunidad, cerebro C nos está dando mucho trabajo, en fila por favor.
P.D. Un cerebro D, ya tiene lugar en esta sesión que estamos celebrando TODOS. Me permitiré presentarlos en siguiente comentario. Gracias por su paciencia.
el 28 de marzo del 2012 a las 0:19
NUEVOS MIEMBROS DE ESTA HONORABLE SESIÓN:
Autores de los comentarios 32, 33, 34 y 35, son: D32, D33, D34 y D35. Pueden identificarse de cualquier otra manera, pudiendo utilizar cerebro C (el que plantea interrogantes) cuantas veces se necesario. NUEVOS MIEMBROS SON BIENVENIDOS desde ya. Pueden descalificar a cerebro A y B o a cualquier otro, los cuales ya no podrán intervenir si hay consenso para que esto ocurra. Los descalificados pueden volver a intervenir cuando lo deseen a partir del Blog que libremente nos ofrece en forma permanente Don Emilio.
Les saluda cerebro A y B
el 28 de marzo del 2012 a las 0:28
ACLARACION: Cerebro A y B, son siameses, por lo tanto, se van los dos o se quedan, de mirones.
el 28 de marzo del 2012 a las 1:54
Mira amigo D32, nadie sabe lo que es la Consciencia, a plenitud. Cuando esto ocurra, es que habrá un consenso generalizado que explique ese concepto de una manera indiscutible, no digo que de una manera única, porque los votantes por una u otra forma de consciencia, nunca será de un valor fijo.
Se llama paradigma, aquella idea que tenemos de algo, tú ahora dices que pudiera ser una forma de energía, que pudiera ser útil a quien la pudiera usar para algún fin. Ese es tu paradigma. Los otros participantes tenemos nuestro particular paradigma de lo que significa Consciencia y para que podría servir.
Un ejemplo de paradigma astronómico, se dio entre la gente de hace milenios, que creía que la Tierra era plana, otro ejemplo es el que se desprendió de la idea copernicana de que el Sol no giraba alrededor de nuestro Planeta. A medida que ha ido pasando el tiempo, los paradigmas han ido evolucionando apropiándose de mejores ideas, científicas, sobre todo.
El tema que estoy considerando relativo a Consciencia, es dejar de lado nuestros paradigmas tratando de buscar entre todos los que participamos, no para que sirve, sino para darnos una idea porque esta ahí, como evolucionó a la par de nuestra mente.
Declaré en el comentario 31, mi idea (paradigma en proceso de estudio) de lo que considero cual es el papel principal de la Consciencia, enumeré hasta una quinta función. Creo, que más funciones de esta, como neuronas tiene nuestro cerebro, se pueden presentar como decisiones que haya tomado el ser viviente global que somos, pudiendo ser millares de ellas, cuando menos. Yo no consideraré sino sólo esas 5.
En este momento estoy preparando mi comentario, que sigue a lo que argumenté en el susodicho comentario 31.
En todo caso, sería muy apreciado por todos los participantes que aquí estamos a tus órdenes, si nos describieras al menos una manera en que nuestra Consciencia pudiera aprovecharse como energía, además de decirnos cual es la sustancia que la forma.
Gracias D32, nos esforzaremos por darle credibilidad a tu idea, si procede esa posibilidad, ideas nos sobran.
Un doble abrazo de A y B
el 28 de marzo del 2012 a las 5:20
Bueno mi multicerebral amigo José Germán, trataré de desarrollar un poco más mi paradigma sobre la consciencia, dices en un momento que la consciencia ha ido evolucionando a la par de nuestra mente, yo considero que la mente ha ido evolucionando a medida que fuimos utilizando cada vez más nuestra consciencia, eso describiría a tu interrogante de cómo se podría aprovechar como energía, pues ya la hemos estado haciendo en el caso de que fuera energía, claro está. ¿Cómo aprovecharla mejor?, bueno eso corre por cuenta de cada uno y su creatividad, puedes utilizar tu consciencia para hacer la guerra o hacer la paz por ejemplo, la consciencia está disponible, solo sería cuestión de encausarla a un propósito que valga la pena.
Si ponemos de ejemplo lo computarizado para entenderlo un poco mejor, habíamos acordado que un ordenador posee dos tipos de memorias incorporadas, la memoria RAM y la memoria BIOS, para que funcionen obviamente requieren de energía, todos sabemos que un ordenador funciona a electricidad, esta electricidad hace funcionar no solo la memoria RAM y el resto de los componentes de un ordenador, pero la memoria BIOS funciona con una pequeña batería que vienen en la placa madre, esta es la encargada de poveer la energía que necesita, cuando esta se acabe dejará de funcionar la memoria BIOS. Para ponerle un porcentaje de utilización de energías en un ordenador se podría decir que un 25% de energía la utiliza la memoria BIOS desde esa pequeña batería, el resto, ese 75% vendría de la electricidad del toma corriente de nuestro hogar.
Ahora me pides que te describa cuál es la sustancia que la forma, ya me estas pidiendo demasiado amigo, ahí estoy a oscuras, pero bueno, no deja de ser un simple paradigma, como los muchos que rondan por ahí, como aquel que dice que en el Universo hay una materia y una energía misteriosa.
Como dice el amigo Kike, nuestro “Hardware” sigue siendo el mismo pese a aumentar considerablemente nuestro ”Software”, por lo tanto no me pidas que haga milagros con el hardware que tengo incorporado.
Saludos cordiales, me voy a hibernar que hoy ya he consumido demasiada energía.
el 28 de marzo del 2012 a las 7:27
Amigo Marios:
Siempre tus comentarios y sugerencias los he encontrado de gran valía. Tengo sin embargo una duda que me gustaría aclararas: ¿Al sugerir a otras personas esperar turno para debatir en esta sección de “cerebros”, podríamos seguir participando todos en el específico tema: ¿Sabremos alguna vez lo que es la mente?, sin más reglas que la libertad de expresión?
Un abrazo
el 28 de marzo del 2012 a las 17:40
Amigo José Germán, tienes plena libertad de utilizar tu consciencia como mejor te paresca, eso depende de tí, no de mi.
Ha sido un placer haber debatido contigo, ahora si me lo permites seguiré en la oscuridad del blog observando los comentarios y opiniones de los cerebros presentes, de momento no tengo mas datos que aportar, pido disculpas por la grave falta.
Un gran abrazo, y un por siempre afectuoso saludo.
el 28 de marzo del 2012 a las 8:06
Oye A:
Oíste lo que dijo D32, sigue comparándonos con una computadora que el otro día hicimos tú y yo.
Jaajajajajajaj! No me hagas reír B, que todavía me duele la pura madre.
Dirás la duramadre.
No, el parietal izquierdo, que para el caso da lo mismo, me duele mucho. Estoy sospechando, que mi nieto Santiago de tres años de edad, tuvo que ver algo con esto, desde que su padre le compro una pelota de beisbol, le noto una sonrisita nada angelical cada vez que me mira.
Oye, que comparar una computadora con nosotros, sería como comparar un palillo mondadientes con una sequoia de California. Y ese José Germán, que nos quiere convertir en pilotos de fórmula uno de la noche a la mañana. Esta bien que parezcamos bochos clásicos de VW, pero realmente estos cuates se pasan de listos con sus comparaciones…hhaaaayyyy. Gracias por la aspirina.
Ya sé que a ellos debemos que se esté dando este debate, pero que no me hagan reír, al menos hasta que me haga efecto la aspirina que acabo de tomar.
¿Tendrán por allá en Madrid algo mejor que una aspirina?
el 29 de marzo del 2012 a las 0:48
Hola amigo Marios:
Estuve analizando con mucho cuidado tu propuesta de que la Consciencia podría ser una forma de energía. Llego a la conclusión de que es la energía más valiosa al alcance del ser humano. Sin ella, todo sería un caos en nuestro planeta. No abunda mucho, los que la conocen y la usan en la actualidad, son los que llevan el timón de la mayoría de las cosas buenas que hoy disfrutamos, entre ellas, la libertad humana, el mayor tesoro que ha sido ganado a base de Consciencia positiva.
Urge que esta energía sea conocida más ampliamente en todos los sectores de la sociedad. Por ello estamos aquí, debatiendo con coraje para que las Consciencias puedan estar con más presencia en donde esta se requiera, empezando por nosotros mismos. Tratemos de ahondar más en su conocimiento, no hay duda de que son nuestros mejores deseos.
Marios, has estado aportando semillas de conocimientos muy valiosas, ese ejemplo debe ser continuado por todos los que estamos participando.
Independientemente de nuestras decisiones, el mundo sigue girando, y muchas gentes en él están a la espera de que alguien les proporciones mejores noticias, que las que hoy sufren, cuando se les dice, por ejemplo: Lo siento, hoy no llegó alimento
Un abrazo amigo Marios
el 29 de marzo del 2012 a las 1:07
Comparto, sin más, las opiniones de kike y floren, ya lo había pensado y me parecen muy sensatas. Perdonen que mi computadora no entre directo a sus comentarios, ha de tener algún virus. Me he visto muy apretado en mis tiempos y muy necesitado de ella, por lo cual pido me disculpen, espero solucionar el problema a la mayor brevedad. Un saludo afectuoso.
el 29 de marzo del 2012 a las 3:25
En este marzo de 2012, las mayorías poseemos un cerebro, una mente, y una consciencia.
La evolución nos llevará a un futuro cercano y lejano, si tenemos suerte, pero surge la pregunta: ¿Continuarán cerebro, mente y consciencia, juntos?
Seguramente que sí, en variedades como seres humanos haya todavía en el planeta.
Yo creo, que aunque mente y consciencia coexisten en un mismo cerebro, cada uno de ellos mantiene un particular estatus de capacidad que dependerá de varias circunstancias, siendo el cerebro el ente físico que difícilmente variará a la baja, o, a la alta, predeterminado por el medio ambiente, ya que este ha alcanzado un volumen casi estable durante varios miles de años, y no parece ser que pueda variar en los próximos 100 años.
El cerebro debe constituir el paquete de memoria que puede guardar información diversa en cantidad finita que proporcionan sus 100 000 millones de neuronas. Menos neuronas, menos capacidad de memoria tendría nuestro cerebro.
Si consideramos una flecha del tiempo que apunte hacia el pasado, estaríamos viendo una evolución humana en retroceso, como una película que da marcha atrás que nos hace ver los cambios físicos que, en este caso, el cerebro humano, habría alcanzado en desarrollo, más pequeño, cada vez, en el pasado
. Seguramente la mente quedaría reducida a memoria de menor capacidad, no así su consciencia, que es la que ha estado en contacto permanente con el entorno de una biosfera cada vez más agreste en el pasado (mayor cantidad de animales predadores a su alrededor), estableciéndose un instinto de supervivencia superior (llamado consciencia), casi estable en la medida de cada época de evolución humana en marcha, hacia un pasado, cada vez más lejano de este 2012.
Se sabe, que hace 5 millones de años atrás, existía un espécimen humanoide bien distinguible de lo que podría ser un primate simiesco. ¿Cuántas neuronas podría tener su cerebro? ¿Tal vez 20 000 millones? ¿Podríamos concluir que el ser humano de entonces tendría menor capacidad de memoria? ¿Podríamos decir que su capacidad mental estaría en menor nivel? ¿Su nivel de consciencia disminuiría?
Se puede concluir, que hace 5 millones de años, el ancestro humano tenía menor capacidad mental, pero su consciencia originada a la par, se mantenía intacta. La consciencia ha estado constituida desde que se originó el cuerpo que la contiene a partir de un mínimo biológico, constituyéndose como el guardián de ese cuerpo donde esta alojada, en calidad de instinto. Ese guardián no tiene mucho que hacer, sino sólo estar alerta para su propia supervivencia, es, pues, la consciencia, un ente inteligente, que tiene capacidad de defender lo más valioso que existe para sí, su propia vida.
Una conclusión, aparece a ojos vista, LA CONSCIENCIA ES PARTE DE LA MENTE HUMANA, y no al contrario, dado que ella requiere de memoria para saber a quien tiene que defender, y esa memoria, en el tamaño que sea, es proporcional a la mente, sea de un pato, un elefante o un ser humano.
Doy gracias infinitas a Marios Santos, porque sin sus cuestionamientos, no hubiese podido llegar a conclusión alguna, con errores o sin errores, que seguramente los habrá.
Abrazos para todos
el 29 de marzo del 2012 a las 3:28
Me divierte ver como unos y otros nos dejan aquí sus pensamientos sobre lo que piensan del cerebro o la mente que, desde antes de que hayamos nacido, ya está creciendo y se estan formando las aptitudes y habilidades cognitivivas que, durante toda nuestras vidas (con más o menos intensidad en cada época) está creciendo. Es un proceso complejo y multifacético que tiene su comienzo con algo que los especialistas llaman la neurogénesis, es decir, cuando nacen las neuronas que, es algo, que está sucediendo durante toda la vida, aunque con menos vigor al final que al comienzo
A medida que las neuronas nacen y migran hasta el lugar asignado en el cerebro, se van estableciendo las conexiones entre ellas. Estas conexiones, que tienen forma de protrusiones que parten del cuerpo de las neuronas, reciben el nombre de axones y dendritas y, su desarrollo comienza desde la gestación cuando las dendritas empiezan a brotar en el proceso conocido como arborización. El proceso culmina durante los primeros años de nuestras vidas.
Las neuronas se comunican entre sí, las sinapsis, los diminutos contactos entre dendritas y los diferentes axones que emanan de diferentes neuronas, son esenciales para la comunicación entre ellas. Su formación recibe el nombre de sinaptogénesis y su curso temporal varía para las distintas partes del cerebro.
Toda nuestra vida estamos aprendiendo, en realidad, como dijo el sabio, nuestra etapa de “Aprendiz” dura siempre, nunca podremos saberlo todo sobre todo y, menos mal que es así, el acicate de seguir aprendiendo mantiene “vivo” el cerebro que se ve acuciado por la curiosidad y se desarrolla como resultado de la interacción entre varios procesos que se producen a distintas escalas de tiempo a lo largo de nuestras vidas.
Es un estadio de gran fluidez en la vida del cerebro, pero también en la vida de la Mente: es el tiempo de aprendizaje, de hacer acopio de habilidades y conocimientos que, sin que nos emos cuenta, van forjando nuestra propia identidad por medio del entorno en el que nos movemos y aprendemos de lo que vivimos y vemos, de lo que nos enseñan y de las experiencias por las que pasamos. Se van definiendo nuestras preferencias y mostramos nuestras tendencias hacia lo que más nos interesa e incentiva.
El cerebro, como todo en el universo, se va transformando y madura de tal forma que, el flujo neuronal decae y una mayor estabilidad de las estructuras cerebrales afloran y hacen posible que, la Mente, llegue al estadio de su mayor estabilidad y comprensión del mundo exterior, del entorno físico y psiquico. El primero es el del contacto, el de las interacciones con todo y con todos y, el segundo, es el “mundo” interior, el mental, el de los pensamientos que, sin límite alguno, bulle dentro de cada uno de nosotros y, por medio de la imaginación nos lleva lejos, muy lejos, y, ese viaje mental será tan largo como de sí pueda dar el “billete” que cada uno de nosotros haya podido comprar.
Ese “billete” que nos posibilita para viajar, se adquiere por medio del aprendizaje y el estudio, la educación recibida, el entorno de cada cual, los problemas con los que hemos tenido que luchar y vencer…, muchos son los parámetros que marcan la amplitud de una Mente y, desde luego, está ese ingrediente particular que, no en todos nosotros resulta en la misma medida. Unos tienen ese “ingrediente especial” en mayor medida que otros que, nos tenemos que conformar con una dosis menor y, nos resulta más difícil comprender el mundo que nos rodea y a las personas que con nosotros conviven. Sobre todo, nos cuesta desvelar los mensajes que constantemente nos envía la Naturaleza. Lo que por otra parte es comprensible, no todos tenemos que ser ni Newton ni Einstein, también deben existir carpinteros, electricistas, maestros de escuela, oficinistas, dependientes, albañiles, ¿políticos? (no estoy seguro), físicos y matemáticos…etc.
Bueno, todo eso nos lleva a comprender que una cosa es Sabiduría y otra cosa, muy distinta, es eso que llamamos Genio. La primera se adquiere con el tiempo y la experiencia: aprendemos de todas nuestras vivencias y, como digo antes, unos alcanzaran un nivel más alto que otros en función de lo que cada cual haya podido “vivir” y “aprender”. El Genio, ese ingrediente al que antes me refería, es una rara sustancia de la que unos están mejor “despachados” que otros. No podemos dar ninguna explicación a lo que el “genio” es. Sabemos los resultados que producen pero, su origen, nos es totalmente desconocido y, cómo llega el ingrediente a unas mentes sí y a otras no…sigue siendo un misterio.
Llegamos a conocer (en cierto modo) el mundo que nos rodea y, con cierta eficacia, aprendemos a desenvolvernos en el medio que nos ha tocado. El Tiempo pasa, el cerebro aprende y, la Mente, no cesa de procesar todo lo que ocurre, los mensajes de todo tipo son recibidos y acomodados en el lugar que en el cerebro les corresponde y, se van formando patrones que, cuando hace falta, se reconocen y nos dicen cómo debemos actuar en esta o aquella situación.
Así, de esa manera, acumulando conocimientos y experiencias, se va formando eso que llamamos Sabiduría y que, en unos, alcanza un nivel más elevado que en otros. Esa es, precisamente, una de las cualidades de la Mente, ninguna es igual y todas son distintas, es la singularidad del pensamiento, la individualidad de la imaginación, es eso que nos hace “únicos” a todos y cada uno de nosotros, es la diversidad, la riqueza que nos lleva en volandas hacia el futuro del conocimiento.
Como vereis amigos míos, hablar de la Mente podemos pero, saber de qué estamos hablando es, otra cosa. Y, mientras tanto, dejamos que nuestra imaginación “vuele” y conforme “mundos” y “escenarios” que podrían ser, o no.
¡Es todo tan complejo! ¿Quién puede comprender la realidad del universo, o, de una Mente que, viene a ser la misma cosa? Yo desde luego no y, menos mal que es así. Gracias a eso, a que no se, puedo sentir emoción cada vez que descubro algo nuevo, cada vez que comprendo alguna cosa y, es bueno, ser consciente de que saber lo que se dice saber…sabemos bien poco si lo comparamos con lo que podríamos saber.
Un saludo cordial a todos.