Sep
16
¡Los Mayas!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Rumores del Saber ~ Comments (15)
Aislada de las culturas del viejo mundo, la civilización maya, ubicada en lo que es actualmente el sur de México y Guatemala, surgió alrededor de la época del nacimiento de Cristo, floreció y, luego, desapareció abrupta y misteriosamente. Aparte de las pirámides y las estelas de piedra talladas con unos elaborados glifos, su historia se conserva en unos pocos códices, entre los que figura el libro de la creación escrito en lengua maya-quiché, el Popol Vuh. Sin embargo, la cosmología maya tiene muchos aspectos parecidos a las cosmologías de otras culturas: a la cosmología hindú se parece en lo relativo a los ciclos alternos de destrucción y creación, y en los enormes intervalos de tiempo en que se sitúan estos ciclos; a la cosmología de la antigua Mesopotamia, en el seguimiento meticuloso de los cuerpos celestes, que son manifestaciones de los dioses; a la cosmología moderna, en la cuidadosa experimentación y revisión de los dioses, y en la igualmente implacable condena de las teorías anticuadas.
Antes de la aparición de los seres humanos, el universo maya se desarrolla de una manera muy homogénea y continua. Como muchas otras cosmologías, comienza con un mar original. El Popol Vuh empieza diciendo: “Ahora todavía se ondula, ahora todavía se oyen sus murmullos…todavía susurra…y está vació bajo el cielo”. El traductor Dennis Tedlock se refiere a esta escena diciendo que es una especie de “ruido blanco”; el sonido que precede al sonido. Sólo están presentes los dioses del mar y de la tierra, llamados colectivamente Corazón del Lago y Corazón del Mar: el Hacedor, el Modelador, el Portador, el Procreador y la Serpiente Emplumada Soberana. A éstos se unen el Corazón del Cielo y los primeros dioses celestes, llamados Huracán, Rayo Recién Nacido y Rayo Repentino. Después de negociar, los dioses de las aguas y del cielo acordaron crear la tierra y la vida en una sucesión que se parece a la “sopa original” de la biología del siglo XX: una tierra cubierta por el océano y sometida a un violento relampagueo, que contribuye a producir los primeros aminoácidos. Así se producen las divisiones cósmicas, siendo la primera de ellas la separación preexistente de los dioses de las aguas y de los cielos, y la segunda la separación activa de la tierra y las aguas, y del cielo y la tierra. Acto seguido se lleva a cabo la siembra del Sol, la Luna y las estrellas. Los antiguos mayas concebían esta actividad como “la siembra” o el “amanecer”, porque la asociaban a la plantación de semillas, que empujan desde el subsuelo para crecer, y a la salida de los cuerpos celestes, con respecto a los cuales creían que recorrían el inframundo antes de salir por el este.
El arte maya antiguo representaba el cielo como una serpiente de dos cabezas, con símbolos de Venus-que sale justo antes del amanecer-en un extremo y el Sol en el otro. La cosmología maya describe una Tierra cuya base es un reptil terrestre monstruoso y un cielo que descansa sobre unos pilares en forma de cocodrilo y jaguar. Cada atardecer el Sol es devorado por el monstruo terrestre y vuelve al mundo subterráneo para luego salir cada mañana por el este.
El principal espectáculo de los mayas era un juego de pelota, parecido al fúlbol
Por lo tanto, Venus y el Sol (representados en el Popol Vuh como un par de muchachos gemelos) surgen cada amanecer uno tras otro, tal como los gemelos humanos salen al nacer. Según Anthony Aveni: “La sinuosa imagen de una serpiente celeste de dos cabezas ofrece una descripción gráfica del modo en que se puede seguir a los largo del tiempo la línea imaginaria que conecta a Venus, situada sobre el horizonte, con el Sol, que se encuentra abajo”. Venus asciende como el “extremo frontal del monstruo cósmico que emerge del mundo subterráneo”. A medida que avanza el día, estos dos cuerpos celestes se desplazan cruzando el cielo para ponerse uno tras otro cuando llega el crepúsculo. El Popol Vuh relata este movimiento orbital celeste como el combate de los gemelos con Zipacna, un monstruo sísmico que tiene forma de cocodrilo, y habla del descenso de estos gemelos al submundo, el dominio de Una Muerte y Siete Muertes. Después de una serie de contiendas, los gemelos emergen para renacer con el día.
Tomando todo esto en conjunto, tenemos un monstruo en forma de reptil que está bajo la tierra, una serpiente celeste que planea sobre los cielos, y unos pilares en forma de cocodrilos que conectan ambas regiones. Como una conjetura total, quizá tal como la comida pasa a través del cuerpo de una serpiente gigante (formando una gran protuberancia a medida que avanza), así vieron los mayas al Sol y las estrellas pasando a través de las grandes órbitas sinuosas por encima y por debajo del plano terrestre.
Sin embargo, las complicaciones y los problemas parecen empezar con el ser humano y dan lugar a la versión maya de la hipótesis de la pluralidad de los mundos. Según el Popol Vuh, los dioses crean primero los pájaros, los venados, los jaguares y las serpientes para que velen por los bosques y aporten ofrendas para sus creadores. Pero los animales no pueden rezar a los dioses; no pueden hablar ni una palabra y, cuando los dioses se dan cuenta de ello, decretan que los animales sirvan para un solo fin: ser comidos.
Visto esto, los dioses hacen otro intento. Esta vez modelan con arcilla un ser humano. Pero la arcilla es blanda y no se mantiene en una pieza. “No durará”, dicen entonces los dioses albañiles y escultores.” Parece que va menguando y deshaciéndose. Bueno, pues dejemos que mengüe. No puede andar y tampoco multiplicarse. Pues bien, que sea meramente un pensamiento”. Y los dioses abandonan su creación.
En la tercera creación, los dioses deciden que necesitan algo más sólido. Entonces hacen criaturas de madera, que son, efectivamente, tiesas como la madera. Estos prototipos tienen aspecto de personas, hablan como las personas y se reproducen como las personas, pero no tienen sentimientos, no piensan, y, lo peor de todo, no pueden recordar a sus creadores. (No rezan a sus dioses.) Los hombres de madera están poblando la Tierra cuando los dioses los destruyen mediante un diluvio; mediante el Arrancador de Rostros; mediante el Sangrador Inesperado, que los decapita; mediante el Jaguar Masticador, que los devora; y mediante sus propias piedras de moler, que los pulverizan. Como le sucedería a un cosmólogo de la teoría del plasma atrapado en una conferencia sobre el biga bang, no queda gran cosa de ellos después de esto. Y así termina la tercera creación.
Pero los dioses son empíricos y aprenden experimentando, trabajando en colaboración y haciendo tanteos, es decir, lo que Aveni llama un “proceso de aproximación sucesiva para construir el universo”. En la cuarta y última creación y después de muchas consultas, optan por utilizar maíz para hacer la carne, agua para la sangre, sebo para la grasa. Como resultado consiguen los primeros seres humanos auténticos, que hablan y rezan a sus creadores. Hay un fallo: los humanos son demasiado inteligentes. Como dice el Popol Vuh: “Veían perfectamente, conocían a la perfección todo lo que había bajo el cielo, dondequiera que miraran…A medida que miraban, se intensificaba su conocimiento”. A nadie le gusta tener competencia, por lo que los dioses nublaron el conocimiento humano de tal modo que las personas “quedaron cegadas como la superficie de un espejo cuando se le echa el aliento… Y así se perdió… la capacidad de comprender, así como la facultad de conocerlo todo”.
Tres intentos de creación fallaron antes de que surgiera un universo que pudiera sostener la vida humana. (Estos intentos fallidos recuerdan la cosmología que desarrolló en el siglo XVIII David Hume, al que ya hemos citado anteriormente.) Y así surge el mundo actual, aunque también él será destruido al final de su era. Los mayas, como los hindúes, concibieron el engranaje de unos largos ciclos temporales que generaron creaciones y destrucciones con tanta facilidad como un árbol despliega sus hojas y luego las deja caer.
Curiosamente, las fechas de la cuarta y última creación maya encajan bastante bien con las del cuarto y último ciclo hindú: 13 de agosto del año 3114 a. C. y 5 de febrero de 3112 a.C. para los mayas, según Linda Schele, y 17-18 de febrero del año 3102 a.C. para los hindúes, según Aveni. En la India estas fechas concuerdan con una conjunción planetaria en Aries. En la mitología maya estas fechas representan dos actuaciones de los dioses para crear el universo. El 13 de agosto de 3114 establecieron el corazón cósmico llevando las tres estrellas del cinturón de Orión al centro del cielo; dos años más tarde, el 5 de febrero, levantaron el árbol cósmico, que es la Vía Láctea. Como en la India, ambos días correspondían a acontecimientos astronómicos. Schele, una epigrafista y profesora de historia del arte de la Universidad de Texas, que ve los mitos mayas como “mapas estelares”, afirma que el 13 de agosto del año 3114 a.C. las estrellas de Orión se situaron en el centro del cielo al amanecer. La Gran Nebulosa (M42), desconocida para los europeos hasta 1610, puede verse entre estas estrellas y los mayas la llamaron el humo de la cocina cósmica. Un año más tarde, los dioses plantaron el árbol cósmico, representado por la Vía Láctea, que conectaba las trece capas del cielo con las siete capas del submundo. Según Schele, “ En el año 3112 a.C. la mañana del 5 de febrero, la totalidad de la Vía Láctea ascendió por la parte oriental del horizonte, hasta que al amanecer se extendió de norte a sur por el cielo”. Aveni está de acuerdo con la primera interpretación, pero tiene dudas con respecto a las afirmaciones que hablan de la Vía Láctea del 5 de febrero.
Según creían los sacerdotes mayas, estos acontecimientos celestes marcaban el amanecer de una nueva era, que se contabilizó usando la “cuenta larga”, un registro lineal de los días que comienza con la cuarta creación maya del año 3114 a.C. y predice que el final del universo actual tendrá lugar el 23 de diciembre del año 2012 d.C. Durante este intervalo de vida del universo, que es de unos cinco mil años, numerosos ciclos de tiempo menores marcaban las duraciones de los ritmos astronómicos, naturales y políticos intercalados.
Tedlock, al hacer la traducción del Popol Vuh, trabajó ampliamente en Andrés Xiloj Peruch, un líder espiritual maya moderno, para interpretar el antiguo texto en concordancia con las creencias mayas aún existentes. En los hogares de las chimeneas mayas suele haber en la actualidad tres piedras colocadas formando un triángulo, una representación de una moderna constelación maya-quiché formada por tres estrellas de Orión- Alnitak, Siph y Rigel-. El Popol Vuh afirma que, durante la destrucción de la tercera creación, “Las… piedras del hogar salieron disparadas, proyectadas fuera del fuego hacia las cabezas [de los hombres]”. Esto, según Xiloj Peruch, es la imagen de un volcán y una referencia indirecta al fogón cósmico. Hay además otras pruebas que proceden de los antiguos escribas mayas de Palenque y Quirigu, los cuales dijeron en sus escritos que al final de la era anterior, tres piedras del hogar anunciaron el paso a una nueva era. (Schele y Tedlock discrepan en cuanto a si la fecha de agosto de 3114 y la ascensión de las estrellas de Orión representan el final de la vieja era o el principio de la nueva, pero está claro que las piedras del hogar constituyen un punto de inflexión importante.)
Otra historia de la creación, proveniente de los mayas del Yucatán, refuerza el encaje de los ciclos cósmicos y políticos. Según Aveni. Cuando Pacal, rey de Palenque, falleció a mediados del siglo VIII d.C., había logrado consolidar el poder de su ciudad-estado frente a los desafíos de las ciudades vecinas. Chan Bahlum, hijo de Pacal, necesitaba una señal del cielo para cimentar su legitimidad política vinculando sus ancestros a los progenitores de la familia real de Palenque, tres dioses nacidos cuatro mil años antes. El linaje divino, tallado en los relieves de un templo, representa al dios nacido en segundo lugar como el Sol y al primogénito como Venus. La identidad del tercer dios es desconocida.
En cualquier caso, en el año 690 d.C., al principio del reinado de Chan Bahlum, una conjunción planetaria alineó a Saturno, Júpiter, Marte y la Luna, que se movieron juntos a través del cielo para situarse directamente sobre el templo del viejo rey. Con esto se tuvo una clara señal de los dioses que confirmaba el mandato real y el linaje divino de Chan Bahlum. El hecho de que en este acontecimiento no participaran ni Venus ni el Sol fue algo que probablemente no preocupó a los antiguos mayas. Aveni destaca que la cosmología maya no exige una correspondencia uno a uno; solamente alguna conexión entre el plano astral y el plano humano.
¡Ah! Pero podemos estar tranquilos que, el mundo, no se acabará en 2.012 como muchos nos quieren hacer creer guiados por intereses oscuros que nada, en absoluto, tienen que ver con la Ciencia.
Lo que habéis leído es un resumen entresacado del capítulo “La Mesoamérica Maya”, en el apartado de Cosmología: Aquella religión de los viejos tiempos, del libro “Los grandes descubrimientos perdidos” de Dick Teresi, en el que nos lleva hasta las antiguas raíces de la Ciencia, desde Babilonia hasta los Mayas. Hoy domingo, día de asueto, es un buen día para repasar cómo eran y pensaban aquella gente, aquella Civilización que, al igual que otras muchas de la antigüedad, llegaron a tener conocimientos que, para aquella época, son asombrosos.
emilio silvera
el 23 de mayo del 2011 a las 23:30
Seguramente que el mundo no se acabará en el 2012 (Para algunos si), entre otras cosas porque podría acabarse incluso antes. Por lo pronto ya no se acabó el sábado pasado, lo que ya es algo; pero no hay problema; el mismo agorero que ha fallado sus cálculos al mismo tiempo que ha llenado sus bolsillos, ya ha dado otra fecha, para Octubre de este año, así que los creyentes que no desesperen, que siempre tendrán un Armaggedon a mano para azotarse la espalda….
http://www.lasextanoticias.com/noticias/ver/el_fin_del_mundo_era_una_prueba_de_dios/360553
el 24 de mayo del 2011 a las 6:53
Lo que me parece mentira es que, a estas alturas, aún existan personas que puedan creer en éstos voceros que además, si los oyes, son hasta torpes en sus elocuciones. Se aparecen ante la gente crédula como “iluminados” cuando en realidad, son unos simples sinverguenzas.
Que el mundo se acabará todos lo sabemos, sin embargo, nadie sabe la fecha. Estamos en manos de la Naturaleza y, si ésta nos deja tranquilos sin que ocurra ningún percance irremediable, el fin llegará de todas las maneras cuando el Sol se acerque a su fin, cuando nos visite Andrómeda, o, incluso, cuando nosotros mismos acabemos con él.
¡Qué mundo este! ¡Qué Humanidad!
¿Aprenderemos algún día? El problema de todo estriba en que no hemos evolucionado lo suficiente.
el 24 de mayo del 2011 a las 1:20
Y por supuesto que no se acaba el mundo en dic. de 2012, esas son falacias o utopias creadas en pàginas de internet y otras fuentes poco serias, los arqueologos que realmente han estudiado las escrituras Mayas dicen que sòlo marca el fin de una era, asi como termina un año, una dècada o un siglo, y precisamente termina en esa fecha pero en ninguna parte de esos jerglìficos se anuncia el fin del mundo.
Saludos desde Mèxico.
el 24 de mayo del 2011 a las 6:55
Hola, amigo Ricardo.
Ese es el camino: Estar bien informados buscando en las fuentes adecuadas las respuestas a las preguntamos que nos podamos hacer y que, por nosotros mismos, no sabemos contestar.
Saludos.
el 24 de mayo del 2011 a las 23:21
Me llamo la atención porque soy Guatemalteco, varias veces he leído el Popol Vuh, y otros. Es maravilloso también como los descendientes de Los Mayas aún conservan bastantes idiomas actuales y costumbres y una bellísima artesanía, así como un deseo de volver a resurgir.
el 25 de mayo del 2011 a las 7:24
Sr. Morales Orellana, es interesante lo que nos cuenta y, desde luego, da gusto saber que, de aquellas costumbres y sus lenguas, aún se siguen conservando por los descendientes que, como bien dices, tratan de resurgir, lo que, por otra parte es muy loable.
Los pueblos como todo en el Universo, tienen sus ciclos, y, llegan a lo más alto para (muchas veces sin una explicación que podamos comprender) caer e incluso, desaparecer. La Historia está llena de ejemplos de poderosas Civilizaciones que se fueron para siempre. Sin embargo, siempre nos dejaron algunas cosas que, a los que vinimos detrás, nos hicieron crecer.
Así son las cosas.
Sumerios, Babilonios, Egipcios, Indúes, Chinos, Griegos y Fenecios, Aztecas y Mayas…Y, así, una larga sucesión de Civilizaciones que nos enseñaron y nos señalaron el camino a seguir…Veremos si realmente sabemos andarlo como procede y sería aconsejable.
El Tiempo, como siempre, les dirá, a las generaciones venideras como lo hicimos.
el 25 de mayo del 2011 a las 9:13
Todas las civilizaciones, todas las guerras, todos los pensamientos, las heroicidades, los grandes y numerosos sufrimientos; todas las bellas creaciones del hombre, todas sus obras; y en fin todas las personas importantes o nó que han existido a lo largo del tiempo, cada una diferente, cada una con su forma de ser, con sus sentimientos y razonamientos, con sus amores y desamores, todo eso y mucho más, tal y como dijo el visionario Carl Sagan, ha ocurrido en ese punto insignificante del espacio llamado Tierra…..
Y me surge una pregunta: ¿Todo eso para qué?
Sabemos que la naturaleza es ciega, pero me resisto a creer (aunque parezca evidente), que dentro de unos pocos miles de millones de años, con la desaparición del planeta desaparezca también la constancia de estos hechos; que todo lo ocurrido quede en un olvido cosmico como si nunca hubiera sucedido; si eso será así no puedo evitar una cierta tristeza, parecida al sentimiento de un marchante al ver quemar su obra favorita
el 25 de mayo del 2011 a las 12:12
Amigo Kike, ¡cuántya razón tienen tus palabras!
Si se piensa en que todo eso, algún día pudiera perderse y quedar borrado para siempre, no es sólo tristeza lo que se siente, sino que un dolor indescriptible se apodera de nosotros y nos lleva hasta la impotencia más profunda. ¡Qué podríamos hacer por remediarlo!
Sería triste, muy triste, que todas esas batallas perdidas o ganadas con la Naturaleza y con otros pueblos, que todos esos descubrimientos, que todos los viajes que, sin saber medir el peligro hemos realizado hasta llegar hasta aquí, qué todo ese Amor, que todos esos momentos de dolor y sacrificio se perdieran…Sería mucho más que triste.
¡La Humanidad! Tan pequeña y desvalida y tan Grande a la vez. Sabemos (o así lo creemos) que, el final de nuestro mundo llegará pero, eso no quiere decir que, necesariamente, sea también nuestro final.
Son algunos miles de millones de años los que nos quedan por delante, y, si en unos pocos miles de años hemos sabido sobrevivir ante todos los inconvenientes y, hemos sabido buscar la manera de llegar aquí, es posible (y, digo sólo posible) que, con tanto tiempo por delante, podamos hallar la manera de que, el final de nuestro Sol, no sea también el nuestro.
Nuevos mundos nos esperan, y, como la Tierra o similares, sólo en la Vía Láctea, existen muchos miles. ¿Quién nos puede negar la posibilidad de que la Humanidad sabrá asentarse en varios de ellos? Creo que nuestro destino está en las estrellas, es decir, en el espacio interestelar que, no sólo es nuestra casa, es el lugar al que pertenecemos y del que formamos parte.
Si somos parte del Universo (que lo somos), ¿por qué no podemos, como hasta ahora hemos hecho, adaptarnos a lo que el momento exija y seguir adelante?
Firmemente creo que, la Humanidad, a pesar de todo y de sus muchos defectos, puede ser uno de los pilares de la consciencia que el mismo Universo ha creado, y, después de tanta elaboración y trabajo…¿para qué destruirnos?
Esperemos que, en los libros de la Enciclopedia Galáctica, se cuenten las peripecias de aquellos primeros humanos que comenzaron la aventura de la larga Historia de la Humanidad. El pensarlo así, me tranquiliza.
Un saludo amigo
el 25 de mayo del 2011 a las 17:55
Intresantisimo tema el que cuelga el señor Emilio.
Marco antonio, ¿podrías comentarnos resumidamente que es lo que dice el popol vuh sobre el final de la era en 2012 y que tipo de humanidad llega con el nuevo sol.?
el 26 de mayo del 2011 a las 16:49
Es más que increíble, que una civilización hace tantos años, tuviese unos conocimientos comparables, si nó superiores, en astronomía, filosofía, matemáticas, etc… que los que tenemos hoy día, o incluso iban más allá de lo que hoy día conocemos.
Su calendario además de predecir los eclipses y casi todo lo que acontecería en el cielo, marcaba el fin de un ciclo o una era, que muchos han vendido como el final de los tiempos y la destrucción de la humanidad, interpretación que a mí persona no convence en absoluto, pero como a muchos, si me inquieta pensar ¿Qué pasará?
En la noche, elucubrando, intentando entrelazar la actualidad con la teoría del final de la Era y comienzo de otra, se manifesto en mi mente este curioso pensamiento:
No sé, si es el Popol Vuh, anuncia el nacimiento de un quinto sol, que dará lugar a una nueva humanidad en aras de la serpiente emplumada ¿ Tendrá que ver eso, con que el mundo tenga los ojos puestos en SOL, mirando a una nueva humanidad, que reclama un despertar de conciencias que nos lleve hacia el nacimiento del nuevo SOL, destruyendo la humanidad perdida de valores que existe hoy?
¿ Será ese despertar de conciencias el que nos llevaría en brazos hacía un nuevo paso evolutivo? y Kukulcan, la serpiente emplumada multicolor, representada por las filas de ciudadanos de todos los colores en las calles convergentes de plaza del Sol, con una conciencia común de cambiar el mundo, dando paso a la nueva Humanidad, debilitando a Tezcatipolca, para dar fin a esa semilla del mal que todos tenemos en nuestro interior, y se encarga de regarla a diario el capitalismo.
Os invito a un corto viaje por el universo…..,
Imaginaos a vosotros mismos, flotando en el espacio, bordeados de un halo de luz, y mirando a la tierra, de noche, por su lado oscuro, con bordes azulados resplandecientes a consecuencia de la incidencia de los rayos del Sol desde el otro lado. En la oscuridad, no existe la contaminación lumínica artificial, sólo brillan como fotones de luz la energía de las personas. Acerquémonos flotando a España, Millones de Ghandys,( ese Gran Hombre que nos enseño el camino, y las armas necesarias para derrotar al Imperialismo), formando filas de humanos multicolor como serpientes emplumadas alrededor de un sol naciente. Y a su alrededor, con algo menos de intensidad, pequeños cúmulos de estrellas, titilando por el ir y venir de la gente en sus plazas, esperando a ser atraídas por la fuerza gravitaría que empieza a ejercer sobre ellas el nuevo Sol. ¿os imagináis ese momento visto desde el cielo? ¡¡Qué belleza!! Millones de energías de luz agregándose al sol, parecería que estuviese despertando un nuevo Sol con una fuerza deslumbrante. ¿ lo vería “alguien” desde otros mundos? Una estrella renaciendo en la superficie de la tierra, que acabaría creando un pequeño universo a su alrededor. Seguramente, daría lugar al nacimiento de nuevas estrellas y universos en toda la superficie de la tierra, con el objetivo final de unirse en una gigantesca serpiente de luz que recorra la tierra hasta el último rincón, derramando libertad sobre aquellos corazones deseosos de Luz. ¡Qué bello! Una giganteca serpiente emplumada de luz multicolor con una nueva conciencia común, dando el paso a una nueva era. ¿no es eso DIOS?
Ojala, esto no sólo sea mi sueño.
Si sembramos la semilla del AMOR en nuestros corazones, acabará creciendo.
El AMOR hace latir a GAIA …., y GAIA esté vibrando, ¿lo notan?
el 27 de mayo del 2011 a las 7:15
SÍ, lo notamos. GAIA siempre está latiendo, parece viva, la energía de su núcleo y la que recibe del Sol, la hace vibrar. Sin embargo, nosotros sólo hemos sabido darle disgustos desde que llegamos aquí. Nunca hemos sabido administrar los recursos que nos ofrece, hemos esquilmado sin medida y, desde luego, ya sería llegado el tiempo de devolverle algo de lo mucho que nos dio. En realidad, si le damos ese algo, no sería a ella, sino que, el beneficio de cuidarla redundaría directamente en nosotros. Si seguimos contaminando…puede pasar cualquier cosa, ya que, GAIA, considerada como un “ente vivo”, tendrá que defenderse de las agraciones.
Por lo demás, está bien que de vez en cuando, nuestra imaginación se desboque, ¡Es tan rica y poderosa!
Saludos.
el 26 de agosto del 2013 a las 12:06
no creo personalmente en eso lo k si es verdad es k si no ves una cosa con tus propios ojos no sabes si es ciencia o si es ficcion como con los agujeros en los polos…
el 26 de agosto del 2013 a las 12:07
o sea que puede k los mayas tuvieran sus propias manias y sus propias sequencias de sucesos…
el 27 de agosto del 2013 a las 6:30
… seguramente Bz, te prometo pensar en ello.
el 27 de agosto del 2013 a las 11:47
Y si los mayas se dieron cuenta de k los extraterrestres eran intraterrestres y predijeron que saldrian a la superficie?
solo es una idea