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¿Será verdad todo lo que nos cuentan que es… el Universo?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo    ~    Comentarios Comments (2)

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Como nos dice la filosofía, nada es como se ve a primera vista, todo depende del punto de vista desde el que miremos las cosas, de la perspectiva que nos permita nuestra posición física y, la intelectual también. No todos podemos ver las cosas de la misma manera. La imagen de abajo que es una Nebulosa como otras tantas, ¿qué te dice a tí? ¿qués es lo que ahí puedes ver? ¿qué deduces de los componentes de la nebulosa? ¿qué puede surgir de ahí y de otros lugares como este de abajo? ¿Cómo llegó a formarse tal conglomerado de gas y polvo?

La estabilidad del espacio-tiempo, de la materia y de la energía tal como los conocemos sería imposible y, a la postre, tampoco sería posible la belleza que esta estabilidad posibilita así como la propia inteligencia y armonía que, en cierta forma, subyace en todo el Universo.

“Lo primero que hay que comprender sobre los universos paralelos… es que no son paralelos. Es importante comprender que ni siquiera son, estrictamente hablando, universos, pero es más fácil si uno lo intenta y lo comprende un poco más tarde, después de haber comprendido que todo lo que he comprendido hasta ese momento no es verdadero.”

Douglas Adams

¿Qué vamos a hacer con esta idea antrópica fuerte? ¿Puede ser algo más que una nueva presentación del aserto de que nuestra forma de vida compleja es muy sensible a cambios pequeños en los valores de las constantes de la naturaleza? ¿Y cuáles son estos “cambios”? ¿Cuáles son estos “otros mundos” en donde las constantes son diferentes y la vida no puede existir?

En ese sentido, una visión plausible del universo es que hay una y sólo una forma para las constantes y leyes de la naturaleza. Los universos son trucos difíciles de hacer, y cuanto más complicados son, más piezas hay que encajar. Los valores de las constantes de la naturaleza determinan a su vez que los elementos naturales de la tabla periódica, desde el hidrógeno número 1 de la tabla, hasta el uranio, número 92, sean los que son y no otros. Precisamente, por ser las constantes y leyes naturales como son y tener los valores que tienen, existe el nitrógeno, el carbono o el oxígeno.

Pero además, la Tabla Periódica, a la que se ha llamado “el alfabeto del Universo” (el lenguaje del Universo), insinuaba que existían todavía elementos por descubrir. Esos 92 elementos naturales de la tabla periódica componen toda la materia bariónica (que vemos y detectamos) del universo. Hay más elementos como el plutonio o el einstenio, pero son los llamados transuránicos y son artificiales.

Hay varias propiedades sorprendentes del universo astronómico que parecen ser cruciales para el desarrollo de la vida en el universo. Estas no son constantes de la naturaleza en el sentido de la constante de estructura fina o la masa del electrón. Incluyen magnitudes que especifican cuán agregado está el universo, con que rapidez se está expandiendo y cuánta materia y radiación contiene. En última instancia, a los cosmólogos les gustaría explicar los números que describen estas “constantes astronómicas” (magnitudes). Incluso podrían ser capaces de demostrar que dichas “constantes” están completamente determinadas por los valores de las constantes de la naturaleza como la constante de estructura fina. ¡¡El número puro y adimensional, 137!!

Las características distintivas del universo que están especificadas por estas “constantes” astronómicas desempeñan un papel clave en la generación de las condiciones para la evolución de la complejidad bioquímica. Si miramos más cerca la expansión del universo descubrimos que está equilibrada con enorme precisión. Está muy cerca de la línea divisoria crítica que separa los universos que se expanden con suficiente rapidez para superar la atracción de la gravedad y continuar así para siempre, de aquellos otros universos en los que la expansión finalmente se invertirá en un estado de contracción global y se dirigirán hacia un Big Grunch cataclísmico en el futuro lejano. El primero de estos modelos es el universo abierto que será invadido por el frío absoluto, y el segundo modelo es el del universo cerrado que termina en una bola de fuego descomunal.

Todo dependerá de cual sea el valor de la densidad de materia que, según parece, nos lleva hasta un universo plano, es decir, similar al que sería conforme a la Densidad Crítica ideal.

Los modelos de universo que pudieran ser, en función de la Densidad Crítica (Ω) sería plano, abierto o cerrado. La Materia tiene la palabra.

Algunos números que definen nuestro universo

  • El número de fotones por protón.
  • La razón entre densidades de materia oscura y luminosa.
  • La anisotropía de la expansión.
  • La falta de homogeneidad del universo.
  • La constante cosmológica.
  • La desviación de la expansión respecto al valor “crítico”.

De hecho, estamos tan cerca de esta divisoria crítica que nuestras observaciones no pueden decirnos con seguridad cuál es la predicción válida a largo plazo. En realidad, es la estrecha proximidad de la expansión a la línea divisoria lo que constituye el gran misterio: a priori parece altamente poco probable que se deba al azar. Los universos que se expanden demasiado rápidamente son incapaces de agregar material para la formación de estrellas y galaxias, de modo que no pueden formarse bloques constituyentes de materiales necesarios para la vida compleja. Por el contrario, los universos que se expanden demasiado lentamente terminan hundiéndose antes de los miles de millones de años necesarios para que se tomen las estrellas.

( Sólo en el modelo de universo que se expande cerca de la divisoria crítica (en el centro), se forman estrellas y los ladrillos primordiales para la vida. La expansión demasiado rápida no permite la creación de elementos complejos necesarios para la vida. Si la densidad crítica supera la ideal (más cantidad de materia), el universo será cerrado y terminará en el Big Crunch.)

No es casual que nos encontremos viviendo miles de millones de años después del comienzo aparente de la expansión del universo y siendo testigos de un estado de expansión que está muy próximo a la divisoria que marca la “Densidad Crítica”

El hecho de que aún estemos tan próximos a esta divisoria crítica, después de algo más de trece mil millones de años de expansión, es verdaderamente fantástico. Puesto que cualquier desviación respecto a la divisoria crítica crece continuamente con el paso del tiempo, la expansión debe haber empezado extraordinariamente próxima a la divisoria para seguir hoy tan cerca (no podemos estar exactamente sobre ella).

Pero la tendencia de la expansión a separarse de la divisoria crítica es tan solo otra consecuencia del carácter atractivo de la fuerza gravitatoria. Está claro con sólo mirar el diagrama dibujado en la página anterior que los universos abiertos y cerrados se alejan más y más de la divisoria crítica a medida que avanzamos en el tiempo. Si la gravedad es repulsiva y la expansión se acelera, esto hará, mientras dure, que la expansión se acerque cada vez más a la divisoria crítica. Si la inflación duró el tiempo suficiente, podría explicar por qué nuestro universo visible está aún tan sorprendentemente próximo a la divisoria crítica. Este rasgo del universo que apoya la vida debería aparecer en el Big Bang sin necesidad de condiciones de partida especiales.

Composición del universo

File:WMAP Leaving the Earth or Moon toward L2.jpg

La Wilkinson Microwave Anisotropy Probe (WMAP) es una sonda de la NASA cuya misión es estudiar el cielo y medir las diferencias de temperatura que se observan en la radiación de fondo de microondas, un remanente del Big Bang. Fue lanzada por un cohete Delta II el 30 de junio de 2001 desde Cabo Cañaveral, Florida, Estados Unidos.

Nos dicen que podemos concretar de manera muy exacta con resultados fiables de los últimos análisis de los datos enviados por WMAP. Estos resultados muestran un espectro de fluctuaciones gaussiano y (aproximadamente) invariante frente a escala que coincide con las predicciones de los modelos inflacionarios más generales.

El universo estaría compuesto de un 4 por 100 de materia bariónica, un 23 por 100 de materia oscura no bariónica y un 73 por 100 de energía oscura. Además, los datos dan una edad para el universo que está en 13’7 ± 0’2 ×109 años, y un tiempo de 379 ± 8×103 años para el instante en que se liberó la radiación cósmica de fondo. Otro resultado importante es que las primeras estrellas se formaron sólo 200 millones de años después del Big Bang, mucho antes de lo que se pensaba hasta ahora.

Al menos eso es lo que creemos saber. Claro que, la realidad de alguno de los conceptos aquí vertidos…pudieran ser muy distintos.

emilio silvera

 

  1. 1
    emilio silvera
    el 26 de abril del 2012 a las 6:59

    ¡Me gustaría saber!
    Sabemos que estamos en un Universo activo, dominado por la energía que, como hemos podido llegar a descubrir es también la materia cambiante y que, desde una fase “inerte” puede llegar a esa otra compleja. Tan compleja que, en las condiciones adecuadas se transforma en vida, es decir, llega a ser consciente de ser. Ya lo decóa el sabio: “Todas las cosas son”, con estas sencillas palabras, elevaba a todas “las cosas” a la categoría de SER.
    En uno de los trabajos que hoy mismo he dejado aquí, se habla de cómo hemos podido, a través de los tiempos y de las distintas civilizaciones que en épocas pasadas pasaron por aquí, por nuestro planeta, alcanzar un cierto grado de “sabiduría” que sólo es posible lograr mediante una larga experiencia y una atenta observación de la Naturaleza que nos rodea esté ésta más o menos cerca, ya que, también hemos sido capaces de fabricar aparatos y construir ingenios que, han suplido con creces, las muchas carencias que tenemos para poder “ver” lo que en las inmensas distancias se pueda encontrar, y, al decir inmensas distancias, me refiero tanto a las distancias muy pequeñas como a esas otras que, tenemos que medir en años luz.
    Estamos en un Universo tan grande que, no será posible que lo podamos conocer nunca de manera física, toda vez que, nuestra estructura biológica impide que estemos expuestos a ciertas eventuales exposiciones a la radiación de las estrellas, que alcancemos velocidades inimagibales o, por ejemplo, que podamos transmutarnos en el espacio vacío para desaparecer aquí y aparecer allí, en una región lejana de la Galaxia, o, incluso, de otra galaxia.
    Las distancias del Universo son inmensamente enormes incluso para la luz que, siendo lo que más rápido puede desplazarse por nuestro Universo, tarda miles, cientos de miles o incluso miles de millones de años en alcanzar galaxias muy lejanas. ¿Cómo podríamos nosotros superar eso?
    Así, nos vemos confinados en un pequeño planeta desde el que tratamos de alcanzar toda esa inmensidad y, para ello, tratamos de conocer la realidad del mundo, del Universo, de las Leyes que lo rigen, y de esas constantes universales que, como la velocidad de la luz, la carga del electrón o la masa del proton, hace de nuestro Universo el que es y permite la vida para que lo pueda contemplar asombrado de tanta grandeza y de la infinitud que para nosotros, los seres conscientes, supone lo que podemos ver, lo que intuimos que puede estar, lo que imaginamos que, posiblemente estará y que, no sabemos si, algún día, podremos alcanzar.
    El Universo, nos deja que poco a poco, a medida que evolucionamos y alcanzamos la comprensión, vayamos “viendo” como es en realidad, se deja descorrer (parcialmente) el velo de misterios y secretos que han estado escondidos durante milenios. El hombre, llegó a este planeta y, con su curiosidad insaciable, nunca dejó de hacer preguntas. Unas fueron contestadas y, otras muchas (las más) están ahí, a la espera de respuestas que hoy, nadie nos puede dar.
    Como somos osados y atrevidos, decimos y hablamos sobre cosas que no conocemos. En nuestras mentes forjamos modelos y construimos nuestra propia realidad que no pocas veces difiere de la realidad del mundo. Así, imaginando, estudiando, observando y experimentando, hemos podido llegar a cierto nivel de aceptable “realidad” que la Naturaleza nos presenta y podemos hablar de cómo se mueven los planetas y por qué lo hacen de esa manera, podemos hablar del nacimiento, vida y muerte de las estrellas, podemos hacer una larga lista de los cambios y transmutaciones que, en la materia se producen mediante las transiciones de fases que, la energía del universo creo y, casi hemos llegado a comprender la bioquímica de la vida a partir del protoplasma vivo.
    Así vamos caminando hacia el futuro incierto haciéndonos la ilusión en recreaciones de nuestras mentes de que, vamos hacia ese futuro soñado que queremos construir y, no llegamos a darnos cuenta de que, es la Naturaleza la que, realmente, nos dirije hacia él, ese futuro imaginado que, seguramente será muy distinto a cómo lo podemos ahora pensar.
    Mientras tanto, el Tiempo inexorable transcurre, las generaciones desaparecen dejando paso a las nuevas, las cosas cambian, la sociedades se transforman y lo que hoy es la Ley mañana dejará de serlo. Conceptos firmemente asentados desaparecen y entran en escena otros nuevos, Las formas de vida de hoy nada tienen que ver con aquellas otras de hace doscientos años, otros valores, otras ideas, otros conocimientos han entrado en los modelos educativos y de convivencia de los pueblos del mundo y, sin que nos demos cuenta, lo que hoy es mañana no será.
    Todo eso, de una manera dinámica e imperceptible, es imparable, todo está siempre situado en un presente que se convierte en pasado y está, continuamente, entrando en el futuro que, de inmediato se convierte en presente.
    ¡Es todo tan complejo!
    Claro que, nosotros, los seres humanos y, también otras muchas especies inteligentes que en nuestra propia Galaxia estará presente en planetas que, como la Tierra, tendrán las condiciones adecuadas para ello, no dejaremos nunca de imaginar y de soñar con que, algún día, “conquistaremos” el espacio, sin llegar a darnos cuenta que, “el espacio” es demasiado grande para poder conquistarlo. Precisamente esa es la dificultad, la gran dificultad de que hasta el momento, nunca hayamos podido contactar con otros seres de inteligencia superior y similar a la nuestra: ¡Están demasiado lejos para poder alcanzarlos!
    ¡El Universo! Esa maravilla que lo contiene todo, ese recipiente de inconmensurable grandeza que tratamos de comprender y, del que si algún día tenemos una imagen completa y real, nos podría llevar al asombro de saber que, simplemente se trata, de un pequeño universo de entre muchos que, como si de un supercúmulo de galaxias se tratara, están unidos en la distancia por los hilos ionvisbles de la fuerza de Gravedad que los mantiene cohexionados formando una estructura tan grande que nuestras mentes nunca podrá llegar a imaginar.
    Saludos amigos.

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  2. 2
    emilio silvera
    el 4 de enero del 2013 a las 8:26

    Si contestamos a las preguntas planteadas en el primer párrafo del trabajo aquí expuestos, lo primero que tendríamos que aclarar es la importancia que las Nebulosas tienen en el Universo para la formación de nuevas estrellas, nuevos mundos y…nuevas formas de vida -al menos a mí, no me cabe la menor duda de eso-. Aquí, en lugares como ese de arriba, en las Nebulosas, se han hallado más de cien moléculas de distintos elementos y, algunos de ellos, son esenciales para la vida.
    Por ser una de las más conocidas, la Nebulosa del Cangrejo que es el remanente que ha quedado de una supernova que en el año 1054, dejó el cielo iluminado durante casi dos años y los astrónmomos árabes y chinos documentaron el suceso en sus registros.
    Está situada a más de 6.000 años-luz de nosotros y es captada por nuestros telescopios de la Tierra y el Hubble que han podido constatar que tiene un diámetro de unos 6 años-luz y que se está expandiendo a unos mil quinientos kilómetros por segundo.
    En sus entrañas, vive un púlsar registrado como PSR0531+121 y que gira sobre sí mismo a unas 30 revoluciones cada segundo al mismo tiempo que emite pulsos de radiación que hacen un largo recorrrido por el espectro de la radiación desde los gamma hasta las ondas de radio.
    En Nebulosas como la que arriba mostramos, Carina se llama ella, podemos extasiarnos con la plasticidad que nos muestra ese gigantesco monumento de gas y polvo del que, por condensación, gravedad, vientos estelares y otras energías ahí presentes, surgen estrellas nuevas y mundos que, con suerte, podrían, algún día, albergar la vida.
    Una Nebulosa, cualquiera de ellas que al azar podamos elegir, nos cuenta una bella historia de una estrella que fue, que vivió algunos cientos de millones de años si era muy masiva, o, algunos miles de millones de años si su masa era mediana como la de nuestro Sol. En ambos casos y aunque de manera diferentes, ambas estrellas finalizan sus vidas creando una Nebulosa, en el caso de la estrella masiva será inmensa y, en su centro, habitará o bien una estrella de neutrones o un púlsar o, si la estrella era de masa moderada, la Nebulosa será del tipo llamado Planetaria y en su centro, habitará una enana blanca.
    En las estrellas muy masivas que al final de sus vidas también dejan una Nebulosa de eneormes proporciones, lo que nos deja del objeto original, es decir, de la estrella, es un agujero negro. Muchas veces hemos contado aquí los procesos que siguen en los diferentes casos estos objetos residuales de las estrellas y de cómo interviene en el proceso, primero la gravedad que en dos de los casos se las tiene que ver con el Principio de exclusión de Pauli (estrellas enenas blancas en la degeneración de electrones que la frena y estabiliza la estrella) y, (estrellas de neutrones como resultado de que la masa original es comprimida hasta que protones y electrones se juntan y forman neutrones y éstos, al verse compromidos en demasía, también, como los electrones, se degeneran y con ello pueden frenar la fuerza de Gravedad, quedando estable la estrella de neutrones).
    Claro que, todo esto, es explicar a medias y muy por encima un fascinante proceso que se produce desde que las estrellan nacen como protoestrellas, se elevan hasta la secuencia principal donde brillan durante miles de millones de años, y, agotado el combustible de fusión, se transforman en novas y supernovas mediante una explosión que riega el cielo del material que contienen las capas exteriores de la estrella. El resto del material, de la masa, imlosiona sobre sí misma para convertirse en lo que antes explicamos.
    Son ciclos del universo que se repiten una y otra vez: Algo muere para que algo nuevo, surja a la vida.
    ¿Habéis pensado alguna vez, qué pasaría si no existiera la muerte? Ni el Mundo ni el Universo… lo podrían soportar: La muerte de unas cosas, traen la vida de las otras que surgen a partir de aquellas. Es una especie de Caos Creador.
    emilio silvera
     
     
     
     

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