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¿Qué es la Vida?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo y la Vida    ~    Comentarios Comments (4)

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La gran Nebulosa (M42). En el Bazo de Orión, en su parte interna, está nuestro Sisterma Solar a 30.000 a.l. del Centro de la Galaxia. En esa zona tranquila, nuestro planeta situado a una distnacia adecuada del Sol, aloja la vida que, consciente, se pregunta cómo pudo llegar hasta aquí.

¿Cómo empezó exactamente? ¿Qué procesos físicos y químicos pueden transformar la materia “inerte” hasta constituirse en un organismo vivo? Está claro que, contestar a cualquiera de estas preguntas no resulta nada fácil y, el peliagudo problema, persiste en nuestros días como uno de los más importantes retos con los que se enfrentan los científicos.

Siendo un tema que siempre me ha fascinado, he leído cuanto en relación a ella ha caído en mis manos, y, verdaderos ejércitos de químicos, biólogos, astrónomos, astrofísicos y hasta matemáticos se han visto implicados en el estudio de su origen y han tratado de abrirse camino hacia ese comienzo remoto de aquella primera célula replicante. No en pocos casos, algunos llegaron a pensar que, el Universo, o, mejor la Naturaleza, tenía amañados los parámetros y las leyes a favor de la vida que, en circunstancias inauditas, se hace presente en contra de toda lógica.

 

  ¡La Vida! puede estar presente en tántos mundos

Muchos son ya los que piensan que la Vida, en sus múltiples formas, puede estar presente, no ya en la Tierra, sino en cualquier lugar del Universo y, si me apuráis mucho, a no tardar podría aparecer en algún tubo de ensayo. Si eso es así (como creo que lo es), significaría que la Vida formaría parte de un Orden Natural y que nosotros, no estamos tan solos como algunos creen.

Esta manera de ver y entender la presencia de la Vida en el Universo, al ser expuesta por mí en muchas ocasiones y lugares, no ha dejado de encontrar una enconada réplica de parte de la religión (con la que no quiero cuentas y pienso que, cada cual es libre de pensar y tener sus creencias que, respeto como a las mías propias), es bien conocida la tesis de que la Vida es fruto de un universo concebido para contener criaturas vivas y, aunque muchos científicos puedan despreciar tales ideas, e insisten en que el origen de la vida fue un accidente anómalo de la química que sólo se dio en la Tierra y que, organismos complejos (entre los que están los seres conscientes como nosotros), es, así mismo, el resultado fortuito de un Azar, o, de una “Lotería Cósmica” que vino a caernos, precisamente, en este planeta.

Claro que, pensar eso a estas alturas, no parece ni lógico ni racional. Ayer mismo dejaba aquí expuesto en uno de los trabajos (Un breve recorrido por el comienzo), lo que piensan los astrónomos de cómo se formó el Universo, evolucionó la materia y surgieron las leyes que todo lo rigen y, aquella sopa primordial de protones, neutrones y electrones, bañada en  radiación a una temperatura de diez mil millones de grados en un universo homogéneo y simétrico que, comparado con los patrones actuales, difiere al haber evolucionado hasta una asimetría que, ha traído la diversidad en el material cósmico disperso por todo el espacio. La materia, descompuesta en sus constituyentes básicos por el tremendo calor reinante, estaba en un estado de tremenda simplicidad. Si fuese posible volver hacia atrás en el tiempo, contemplar aquel panorama y emitir un veredicto sobre el futuro, no creo, que ningún observador hubiera podido conjeturar a partir de aquel estado presente lo que más tarde, con el paso de más de diez mil millones de años, sucedería, y, desde luego, no podría haberse percatado de las inmensas potenciales que estaban presentes en aquel universo temprano.

cientos de miles de millones de estrellas fulgurantes

 

Ninguna clave podía desvelar que, algunos miles de años después, billones de estrellas fulgurantes, se organizarían en miles de millones de galaxias espirales repartidas por todo el Universo; que aparecerían multitud de mundos, cristales, nubes y océanos, montañas y glaciares y que, al menos uno de esos planetas (es lo que sabemos de momento) sería habitado por plantas y árboles y, sobre todo, por bacterias que, durante miles de millones de años, cambiaron la faz de la Tierra y transformaron su atmósfera, más tarde, aparecieron peces en los océanos y diversos animales en tierra y, finalmente, se pudieron oír sonidos guturales, gemidos y risas. Nada de todo eso podría haber sido predicho al ver aquel universo primero.

Ya hemos contado aquí muchas veces cómo se expandió y enfrió el Universo desde el Comienzo del Tiempo y del Espacio para que, algunas estrellas explotaran y crearan Nebulosas y mundos a partir de materiales más complejos y ricos de los que, con el tiempo y bajo las condiciones adecuadas, surgió la vida en los mundos (digo los mundos por el simple hecho de que, me niego rotundamente a que sólo sea la Tierra, el único planeta con vida de todo el Universo) que, repartidos a lo largo y lo ancho de un inmenso Cosmos, proliferan a cientos de miles de millones como probables hogares de criaturas que sólo podemos imaginar.

Así que, el tiempo pasaba mientras cosas maravillosas emergían por todas partes: agujeros negros monstruosos tan masivos como miles de millones de soles que, engullían estrellas y arrojaban chorros de gases, estrellas masivas que explotaban en Supernovas y, dejando inmensas regiones de espacio interestelar regados de gases y polvo estelar, dejaba en el centro el resultado final que, no era otra cosa que una estrella de neutrones que, asombrosamente, giraba miles de veces cada segundo, como si de un faro cósmico se tratara y que está compuesta por neutrones que está comprimida hasta una densidad de mil millones de toneladas por centímetro cúbico; partículas subatómicas tan esquivas que podían atravesar una capa de plomo de años-luz de espesor, Ondas Gravitatorias fantasmales surgidas de los agujeros negros rotatorios y que no dejan ninguna huella discernible que podamos medir (de momento) y, de entre todas esas maravillas y, muchas más, es el fenómeno de la Vida el más notable que surgió del Universo, nada de lo anteriormente relacionado, aún siendo maravilloso, puede ser comparado con la magnificencia que la vida es. Y, desde luego, el surgir de la vida, cambió por completo el concepto que del Universo se pudiera tener, ya que, pasar de “algo inerte” a lo que conocemos como “Vida” ha sido un salto tan grande en la evolución de la materia que, se podría pensar que ésta, alcanzó uno de sus mayores niveles.

El cúmulo abierto NGC 290: un joyero estelar

Nuevas estrellas, vientos estelares, radiación, energías, estrellas de meutrones, púlsares y agujeros negros. También, mediante la evolución del Universo, se producen cambios a partir del material primario que se constituye en estrellas dentro de cuyos hornos nucleares, se fabrican “los ladrillos” necesarios para la Vida.

He dicho, queriendo, uno de sus mayores niveles, toda vez que, firmemente creo que, la vida consciente está simplemente en un estadio intermedio y que, seguirá evolucionando hacia cotas mayores que, de conocerlas ahora, sería el asombro de todos.

Muchos libros he leído del origen de la vida y de la biogénesis y, dentro de lo que he podido, he tratado de seguir aquellos pensamientos dispersos por el mundo sobre el tema de la vida, e, incluso, me he sumergido (más de una vez) en novelas de ciencia ficción que nos hablaban de estos temas con cierta fantasía pero, en el fondo, siempre contenían mensajes de verdad.

Recuerdo aquí aquella novela del gran Fred Hoyle: La Nube Negra. La llegada a nuestro Sistema solar de una gran nube de gas procedente del espacio interestelar. De esas Nubes hemos tenido muchas visitas por aquí, las hemos llamado Nebulosas y hemos tratado de contar y explicar lo que en ellas está presente. Y, efectivamente, Hoyle, introducía en su novela la idea de que, la nube, podía estar “viva”. ¿Cómo puede estar viva una nube? Sí, todos sabemos que las nubes de gas se rigen por las leyes de la física y, en ellas, se producen importantes acontecimientos y cambios de fases cuyo resultado es, transformar elementos simples en complejos y, tales cambios ha llevado a que, en ellas, sean detectados elementos y átomos que, de ninguna manera deberían estar ahí. No parecía más que, esas nubes, tengan vida propia.

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Esta misma podría ser la Nube Negra de Hoyle. En realidad, una inmensa Nebulosa Molecular con los ingredientes para la Vida

Pero, no debemos olvidar algo importante: todos los organismos obedecen a las leyes de la Física y, la brillante idea de Hoyle consistió en utilizar ese ejemplo en una nube para exponer dicha paradoja de la manera más cruda. Él, gran astrofísico, sabía bien de las transformaciones que en esas nubes se producen y también sabía que, en ellas, están presentes los materiales necesarios para la vida, esos que, en su conjunto, hemos llamado CHON (Carbono, Hidrógeno, Oxígeno y Nitrógeno).

Por aquellos tiempos, allá por los años setenta, cuando leí la obra de Hoyle, me dejó profundamente impresionado y, aunque no poseía aún, los pocos conocimientos que sobre el tema tengo hoy, llegué a comprender el mensaje de que, la Vida, podía estar presente en…casi cualquier parte. Como por otra parte, resulta ser.

Así, seguí leyendo sobre el tema y lo mismo Brandon Carter que Schrödinger, me surtieron de buen material para poder adentrarme en esos difíciles caminos del origen de la vida y de su presencia aquí, en la Tierra.

Carter, se alejaba de posibles problemas y soslayó hablar acerca de en qué consiste la vida o cómo comenzó. Carter planteaba la pregunta: ¿Qué propiedades debe contener el universo para que pueda existir una vida de cualquier tipo? Él hacia un alarde imaginación y decía: “Supongamos que podemos cambiar las condiciones iniciales del universo ¿hasta qué punto se podrían alterar las leyes básicas o las estructuras de la Naturaleza sin que dejara de admitir la presencia de la vida? Ponía el ejemplo sencillo de que el universo tal como lo conocemos requiere elementos químicos, en especial Carbono. Pero pocos átomos de Carbono se crearon en el Big Bang, la mayoría fueron fabricados en el interior de las estrellas y, paradójicamente, fue Fred Hoyle el que encontró el proceso de dicha fabricación que, era un asunto delicado y muy complejo, difícil de entender y que traía a los astrofísicos del mundo de cabeza dada la complejidad que conlleva dicha dinámica de la producción del Carbono que, finalmente, se llamó el proceso triple Alfa, que depende de manera muy precisa del proceso presente en las fuerzas nucleares que hace posible el surgir del Carbono a partir de materiales más sencillos.

Diagrama del proceso triple-α

El proceso triple alfa es el proceso por el cual tres núcleos de helio (partículas alfa) se transforman en Carbono

Siendo eso así (que lo es), cambiar las leyes básicas nucleares del universo y éste, tendría poco a nada de ese preciado material que llamamos carbono y que es, como sabemos, la base de la vida que en la Tierra está presente.

Las ideas de Carter llegaron a conocerse como “el principio antrópico”, y sugerían de forma audaz, que la misma existencia de la vida es un asunto incierto, una consecuencia de ciertas y felices coincidencias en la estructura matemática subyacente al universo.

Por provocativo que resultara el artículo de Carter, dejaba sin explicar, el secreto de la vida. Después de aquello, pude adentrarme en la lectura de un pequeño librito: ¿Qué es la vida?, estaba escrito por el Físico Eewin Schrödinger que parecía abordar el mismo problema pero él, trataba de explicar por qué los organismos biológicos parecen tan misteriosos desde el punto de vista de la física. El libro, había alcanzado una enorme influencia en su momento, en aquellos primeros días de la disciplina de Biología Molecular.

Claro que, el libro, planteaba más preguntas de las que respondía, estaba claro que, para el autor, el problema de “biogénesis” era muy difícil de entender. Muchos antes y después que ellos, han tratado sobre el tema y, es innegable que los avances han sido grandes. Sin embargo, grandes no significa maravillosos, sino que, simplemente, los podríamos dejar en aceptables, toda vez que, en el problema de la vida está implicado algo de una complejidad que, posiblemente, sólo la del universo se le podría comparar: La Mente.

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Sobre el misterio de la Vida, muchas son las cosas que se han dicho y las que se seguirán diciendo: Su origen…es incierto, y, sin ninguna duda, lo podemos clasificar como la mayor maravilla que en el universo está presente, ya que, muchas han sido las coincidencias que han tenido que estar presentes para que, la Vida, pudiera surgir y se pusiera en marcha evolucionando hacia la consciencia.

Mi padre, de familia de marineros y marinero él también. Cuando podía, me llevaba en su barca de Vela Latina (las he visto deslizarse suavemente por el Nilo), me llevaba por el Río Odiel hasta el embarcadero del Monasterio de La Rábida, ese lugar en el que, los franciscanos, acogieron a Colón y a su hijo antes de que partiera para la Américas. En mi mente de niño soñador (aquellas lecturas de Homero y otros me abrían la mente hacia mundos lejanos), mientras miraba las tranquilas aguas que brillaban al recibir los rayos del Sol, me transportaba a otros mundos, a otros lugares en los que, unas veces fantásticos animales y seres me acogían y otras, en las que, extraños escenarios de mares violetas y soles azules y verdes, me hacían sentir en otra dimensión. En uno de esos mundos, me acerqué a la orilla del Océano, la arena era de maravilloso polvo dorado que se pegaba a la piel y, las olas, llegaban suaves hasta la orilla y cuando bañaban aquel dorado material, éste se convertía en pequeños seres que se retorcían, amontonados en una maraña de increíble nudosidad.

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¡Otros mundos! ¡Otras Tierras! pero, ¿de difentes maneras?

 

Allí reinaba el silencio, todo era suave y, al contrario que en la Tierra, los ruidos estaban ausentes. Extraño mundo aquel y, cuando parecía que, a lo lejos, algo se movía hacia mí, la voz de mi padre me transportó de nuevo a nuestro mundo.

–         ¿Has visto que Sargo ha saltado por babor? (aquí Kike me dijo que los sargos no saltan).

–         No, estaba distraído.

–         Pues espera y verás como de nuevo se deja ver.

Y, efectivamente, aquel sargo juguetón, como me pasaba a mí, quería dejar, por un momento “su mundo” para venir al mío. Saltó y sus doradas escamas brillaron, mojadas, a la luz del Sol.

En aquellas sencillas escenas guardo el recuerdo de mi padre, hombre humilde y trabajador que, a su manera, entregaba todo el amor del mundo por su familia. Aunque taciturno y poco hablador, sus hechos le delataban y, con claridad podía ver, aún en mi corta edad, donde estaban sus prioridades. Todo aquello, me sirvió de escuela para entender el proceder humano que, en la familia tiene lo más importante de sus vidas.

Y, hablando de vida, he dejado el tema que trataba a un lado, los recuerdos de otros tiempos me arrastraron hasta el río Odiel y revivieron en mí, escenas que, no cambiaría por nada.

emilio silvera

 

  1. 1
    floren
    el 15 de febrero del 2012 a las 17:50

    ¡ Que bonito, amigo emilio!, como dejas que emerjan de tu Ser, los tiernos sentimientos de tu niño interior, y desbordas el amor en tus escritos.

    Responder
    • 1.1
      emilio silvera
      el 15 de febrero del 2012 a las 18:17

      Querido amigo:
      Ya sabes que, nuestros recuerdos, son lo único que nadie nos puede quitar y, esos momentos juntos que de niño pudimos pasar con nuestros padres…Sin impagables y nos acompañarán durante toda la vida. Por eso mismo, cuando haces algún comentario referido al tiempo que pasas con los tuyos y demás familiares, puedo captar que sabes dónde reside lo que verdaderamente tiene valor. Lo demás, sólo son “cosas” que, de ninguna manera, se podrán comparar a los sentimientos.
      Un abrazo.

      Responder
  2. 2
    kike
    el 15 de febrero del 2012 a las 23:05

    La vida seguramente es la singularidad de la naturaleza; pero es que la mente pudiera ser igualmente la singularidad de la vida; y como dices, posiblemente, a pesar de nuestro engreimiento, solamente seamos un mero eslabón en la evolución del cosmos.

     Esos inolvidables momentos que pasamos en nuestrea niñez y que nos obstante recordamos hasta el último detalle, son en el fondo la demostración de lo grande e importante que es la mente; y si la vida evoluciona, la mente creo que aún más; en realidad pudiera ser que estemos entrando en la verdadera evolución de la mente, que tal vez, si alguien no lo impide bárbaramente, podrá alcanzar cotas que no podemos imaginar ni por asomo.

     Bonito y entrañable artículo amigo Emilio; sólo tengo una pequeña pega: Los sargos no creo que salten fuera del agua; como especie bentónica que es, vive en los fondos costeros,… jeje….(Ya sabes que soy pescador…;P).

     Un abrazo.

    Responder
    • 2.1
      emilio silvera
      el 16 de febrero del 2012 a las 7:42

      Querido amigo
      De nuevo consigues hacerme reir a primeras horas de la mañana, no es mala manera de comenzar el día. Y, desde luego, lo que saltara (he dicho sargo por decir algo) podría haber sido una mojarra o cualquier otro pez que, para lo esencial de la historia, en realidad, poco importa. Y, desde luego, aunque he ido alguna vez, lo que se dice pescador pescador…no soy.
      Llevas razón cuando dices que el enigma de la vida es la singularidad del Universo y que esa singularidad está bien expuesta en nuestrasmentes que, aunque con lentitud, poco a poco van evolucionando y, de vez en cuando, surgen algunas que destacan de las demás y nos regalan ideas y descubrimientos que nos permiten avanzar hacia ese futuro incierto pero, eso sí, cargado de maravillas que nos espera.
      Muchas son las veces que hemos hablado aquí de la vida, de sus comienzos en nuestro planeta, de la posible presencia que pueda tener en otros mundos y, sobre todo, de la inmensa complejidad que la mente contiene en sí misma con sus asombrosos números y sus posibilidades de hacer y conseguir adentrarse en esos laberintos cada vez menos infranqueables de la Naturaleza que, la Mente, descubre para decirnos e indicarnos el camino a seguir.
      Está claro que, la Humanidad y cualquier otra especie inteligente que por el Universo pulule, tienen su más poderosa “arma” en la capacidad mental de discernir sobre cuestiones de cuya complejidad todos sabemos y, cada día, profundizamos más en esos “universos” complejos de la física, Astronomía, astrofísica, biología, genética, matemáticas…etc.
      ¿Que hasta dónde llegaremos? Si no ocurre nada extraordinario que venga de la Naturaleza misma…Lejos, muy lejos y, espero que, con el tiempo, vayamos siendo mejores personas y conformando un mundo mejor para todos en el que las castas y dinastias se extingan y seamos “iguales” dentro de unos límites razonables.
      Pero sí, querido amigo Kike, la Vida, se pronuncie en la forma que sea (múcho más si es inteligente), es el asombro del Universo ¿qué duda nos puede caber? y, muchos estamos a la espera de noticias de Marte, de Europa y Encelado, de Titán y de tantos otros cuerpos estelares que, podrían tener habitantes de diversos dominios en ese mundo de lo infinitamente pequeño. En otros mundos lejanos, la vida podrá ser como la nuestra o parecida y, nadie me quita de la cabeza la idea de que, cuando algún día la encontremos, veremos que, como la nuestra, también estará basada en el carbono que, sin duda, es el material de la vida.
      Un abrazo amigo mío.

      Responder

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