Feb
21
LA DENUDACIÓN
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Naturaleza misteriosa ~ Comments (32)
Las poderosas fuerzas geomorfológicas pueden actuar suavemente. La acción de la gravedad puede mover, en cuestión de segundos, enormes volúmenes de tierra y piedras en devastadores deslizamientos y desprendimientos. Con lluvias intensas, la erosión en barrancos y cauces puede transformar los campos y las riberas, e inundar las llanuras durante horas o incluso días. Los vientos huracanados pueden, igualmente, modificar la fisonomía de las costas, y algunas superficies pueden ser remodeladas casi instantáneamente por erupciones volcánicas y terremotos. Pero la denudación de los continentes – el proceso debido a la acción de las inclemencias del tiempo, erosión meteórica y el posterior arrastre de los materiales erosionados – es un cambio gradual con tasas habitualmente bajas, que las alteraciones no se perciben durante el transcurso de una vida.
El Bubnoff (B) – la denudación de 1 mm en mil años (o 1 μm/año) – es una unidad conveniente para medir este cambio. Las precipitaciones, por disolución, reducen las duras rocas ígneas o metamórficas con una tasa comprendida entre 0’5 y 5 B, y las calizas hasta 100 B. La denudación en terrenos generalmente secos se produce a ritmos no mayores de 10 – 15 B, y en los trópicos húmedos llega a los 20 – 30 B. Los cambios en terrenos montañosos pueden ser mucho más importantes, llegando hasta 800 B en zonas de glaciares rápidos (sudeste de Alaska) y hasta los casi 10 KB en las zonas más recientes en continua elevación (la región de Nanga Parbat en el Himalaya). Pero incluso estas altas tasas de denudación son resultado de fuerzas modestas.
Un ejemplo de importancia medioambiental y económica ilustra este lento proceso geomorfológico de baja potencia. Si no hubiera erosión, la profundidad del suelo en los campos de cultivo sería mayor, pero su capa superior se empobrecería en nutrientes, ya que la erosión meteórica, si no es demasiado intensa, es la que repone los minerales en esta capa en la que crecen las raíces, ayudando a mantener la fertilidad del terreno.
La máxima pérdida de suelo compatible con el cultivo sostenido de cosechas es aproximadamente de 11 toneladas por hectárea en la mayor parte del terreno agrícola norteamericano. Cerca de dos quintas partes de los campos de ese país se están erosionando a tasas superiores, y la tasa media nacional de erosión, solamente por agua, es de casi diez toneladas por hectárea, equivalente a 550 B (suponiendo que la densidad del suelo es de 1’8 tn/m3).
El papel dominante de las lluvias en el proceso de la denudación se hace evidente cuando se compara la energía cinética de las gotas de lluvia con la energía de la escorrentía superficial. Las mayores gotas de lluvia, con diámetro comprendido entre 5 y 6 mm, alcanzan velocidades finales de 9 m/s, lo que implica que su energía cinética durante el impacto equivale aproximadamente a 40 veces su masa. Aunque la mitad de la precipitación corriera por la superficie a un velocidad media de un metro por segundo, la energía cinética sería una cuarta parte de la masa en movimiento. Consecuentemente, la erosión resultante de la caída de la lluvia sería dos órdenes de magnitud más potente que la corriente superficial.
La energía total de la denudación global del planeta se puede calcular suponiendo que afecta al menos a 50 B de material, con una densidad media de 2’5 g/cm3 (125 tn/m3) y que la altura media continental es de 850 m. Así, la energía de los campos de la Tierra se reduciría anualmente en 135 PJ. Este flujo, 4’3 GW, es muy pequeño comparado con otros flujos energéticos del planeta, representando el 0’05 por ciento de la energía potencial perdida por las corrientes superficiales de agua, el 0’01 por ciento del calor terrestre e igual a menos de 2×10-7 veces la radiación solar absorbida por las superficies continentales. Claramente, en la denudación de los continentes se invierte una parte insignificante de la radiación solar tanto directamente, a través de la luz solar, como indirectamente, con las corrientes de agua y el viento.
Además, hay fuerzas opuestas que anulan este lento cambio. Si no fuera por el continuo levantamiento tectónico, la cordillera alpina, con sus 4.000 metros de altura, sometida a una denudación de 1 – 5 B se nivelaría en menos de cinco millones de años, y sin embargo, la edad de la cordillera es actualmente un orden de magnitud superior.
Tasas de levantamiento comprendidas entre 5 – 10 B son bastantes frecuentes, y muchas regiones están elevándose con tasas superiores a 20 KB, es decir, una tasa hasta 10 veces superior a la tasa de denudación. No obstante, parece ser que en las zonas montañosas cuyas cumbres sobrepasan la cota de nieve, con grandes precipitaciones y gran actividad glacial, la altura está más limitada por una denudación rápida que por la elevación tectónica del terreno. El noroeste del Himalaya, incluyendo la zona del famoso Nanga Parbat, es un claro ejemplo, donde muchos de sus picos sobrepasan los 7.000 m y solamente el 1 por ciento del terreno los 6.000 m.
Encuentros espaciales
La más destructiva intensificación temporal de los normalmente suaves flujos de energía geotectónica – erupciones volcánicas o terremotos extraordinariamente potentes – o de energía atmosférica – vientos o lluvias anormalmente intensas -, parecen irrelevantes cuando se comparan con las repetidas colisiones del planeta con cuerpos extraterrestres relativamente grandes.
La Tierra está siendo bombardeada continuamente por invisibles partículas microscópicas de polvo muy abundantes en todo el Sistema Solar, y cada treinta segundos se produce un choque con partículas de 1 mm de diámetro, que dejan un rastro luminoso al autodestruirse en la atmósfera. También son relativamente frecuentes los choques con meteoritos de 1 metro de diámetro, que se producen con una frecuencia de, al menos, uno al año.
Pero los impactos, incluso con meteoritos mayores, producen solamente efectos locales. Esto es debido a que los meteoritos que deambulan por la región de asteroides localizada entre Marte y Júpiter están girando alrededor del Sol en el mismo sentido que la Tierra, de manera que la velocidad de impacto es inferior a 15 Km/s.
El cráter de Arizona, casi perfectamente simétrico, se formó hace 25.000 años por el impacto de un meteorito que iba a una velocidad de 11 Km/s, lo que representa una potencia cercana a 700 PW. Estas gigantescas liberaciones de energías palidecen cuando se comparan con un choque frontal con un cometa típico. Su masa (al menos de 500 millones de toneladas) y su velocidad relativa (hasta 70 Km/s) elevan su energía cinética hasta 1022 J. Aunque se perdiera un diez por ciento de esta energía en la atmósfera, el impacto sería equivalente a una explosión de unas 2.500 bombas de hidrógeno de 100 megatones. Está claro que un fenómeno de estas características produciría impresionantes alteraciones climatológicas. Sin embargo, no es seguro y sí discutible que un impacto parecido fuese la causa de la extinción masiva del cretácico, siendo lo más probable, si tenemos en cuenta el periodo relativamente largo en que se produjo, que se podría explicar por la intensa actividad volcánica de aquel tiempo.
La frecuencia de impactos sobre la Tierra disminuye exponencialmente con el tamaño del objeto.
Aproximadamente, cada cincuenta o sesenta millones de años se produce una colisión con un cometa, lo que significaría que la biosfera, que ha evolucionado durante cuatro mil millones de años, ha debido superar unos cuarenta impactos de este tipo. Está claro que ha salido airosa de estas colisiones, ya que aunque haya sido modificada, no ha sido aniquilada.
Igualmente, la evolución de la biosfera ha sobrevivido a las explosiones altamente energéticas de las supernovas más “cercanas”. Dado que en nuestra galaxia se produce por término medio la explosión de una supernova cada 50 años, el Sistema Solar se encuentra a una distancia de 100 parsecs de la explosión cada dos millones de años y a una distancia menor de 10 parsecs cada dos mil millones de años. En este último caso, la parte alta de la atmósfera se vería inundada por un flujo de rayos X y UV de muy corta longitud de onda, diez mil veces mayor que el flujo habitual de radiación solar, lo que implica que la Tierra recibiría, en unas pocas horas, una dosis de radiación ionizante igual a la que recibe anualmente. Exposiciones de 500 roentgens son setales para la mayoría de los vertebrados y, sin embargo, los diez episodios de esta magnitud que se han podido producir en los últimos 500 millones de años no han dejado ninguna consecuencia observable en la evolución de la biosfera.
Si suponemos que una civilización avanzada podría preparar refugios para la población durante el año que transcurre ente la llegada de la luz y la llegada de la radiación cósmica, se encontraría con la inevitable dosis de 500 roentgens cada mil millones de años, tiempo suficiente para permitir el desarrollo de una sociedad cuyo conocimiento le sirviera para defenderse de un flujo tan extraordinario y de consecuencias letales.
emilio silvera
el 7 de octubre del 2011 a las 6:40
¡Ah! Me dejé atrás algo muy importante de lo que no he hablado. Nosotros, la especie humana, necesitamos hacer algunas concesiones para el bien y los derechos del resto de las criaturas que pueblan el planeta. Debemos ampliar nuestra actual concepción de lo que entendemos por civilización. La tarea a la que se enfrenta la Humanidad no es solamente crear un mundo bueno para nosotros, sino gestionar bien esta Tierra para satisfacer nuestras necesidades razonables y las de todas las demás criaturas que, con nostros comparten el planeta y nos acompañan en este viaje alucinante hacia el futuro.
Conseguir eso, será muy difícil, al menos a corto plazo (hemos llevado al planeta a una situación límite) y, debemos ponernos a la tarea ¡YA! de ir poniendo los medios de recuperar lo perdido. Si no sabemos preservar a juestros compañeros de viaje, podemos a llegar a un mundo sólo de humanos y, un mundo que sólo contuviera seres humanos y algunos pocos (cada vez más degradados) animales domésticos (además de moscas y cucarachas, sin duda) sería un lugar muy triste y solitiario y, sin dudarlo, muy precario en todos los sentidos.
La población humana es un gran problema. Hace unos 10.000 millones de años, cuando se acababa la Edad de Hielo y los humanos comenzaron a cultivar la tierra a una escala suficientemente grande y de suficiente alcance como para aparecer en el registro arqueológico, la pobleación total de humanos en todo el planeta se situaba en unos 10 millones repartidos por todo el mundo.
Desde entonces, el aumento de humanos ha sido exponencial, una palabra que no significa simplemente “rápido”, sino que implica aceleración: la población crece más rápido de siglo en siglo y de año en año. Actualmente la población humana va camino de doblarse cada medio siglo. Como la esperanza de vida ha aumentado y los centenarios han dejado de ser de una rareza, la población humana puede doblarse cuatro veces -dos veces en un siglo- durante la vida de una persona. El problema es verdaderamente grave, ya que, los mandatarios no han sabido buscar la manera de que, esa ingente población mundial, tenga lo necesario para que, de manera digna pueda subsistir, y, mientras que medio mundo derrocha, el otro medio carece.
Y, a todo esto (ahí va la incidencia mayor), no se está pensando en lo que supone para la Tierra la gran carga de seres que exigen y necesitan que el planeta sea (literalmente) esquilmado, para mantener a tanta gente que, a estas alturas, creo, deberían estar repartidas por algunos de los mundos que nos rodean (iniciativas que van muy retrasadas) y en los que debemos buscar, como primer recurso, la solución a todo esto.
A muy largo plazo, la solución de la Humanidad, como hemos dicho siempre, está en las estrellas, es decir, en buscar mundos habitables más lejanaos en los que poderr ubicarnos para deshagor la Tierra de tanta carga como soporta.
En fin, el tema es complicado y, como se enfade Gaia…Veremos qeu pasa.
el 7 de octubre del 2011 a las 8:37
¡ Que interesantes los comentarios!, habeis hecho que me lea el articulo.
Pienso mucho ultimamente en esto, tenemos señales por todos los lados, si en realidad como pensamos, somos seres privilegiados, y tenemos la capacidad de aprender de otros seres, no entiendo como no nos damos cuenta de cual es el camino.
Sinceramente, ¿creen que estamos aquí para trabajar y subsistir?
yo pienso que seguramente nuestro cometido es otro, se nos ha dotado del conociento suficiente para aprender de otros seres, si actuasemos como una comunidad de un hormiguero y respetasemos a todos los otros seres que conviven con nosotros, seguramente esto pintaría de otra manera, yo no creo en la humanidad tal y como somos ahora. Nuestras preocupaciones deberían ser, como cuidar nuestro medio , como nos respetamos a todos por igual, y este avance de los niveles de conciencia, son los únicos que nos pueden llevar a una compresión mayor de cual es nuestra misión en la tierra.
Quizás somos un experimento en un laboratorio, donde se investiga cuales son los seres más apropiados para poblar el planeta AMOR en otro universo, lo que pasa que de momento estamos haciendo muy mal los deberes.
Lo que no entiendo es como somos tan malos alumnos, duros de mollera, y no aprendemos lo que Gaia nos dice continuamente, y es que nos están vendiendo el concepto de nuestra vida, de una manera fria, sin ningún sentido, nos adormecen la conciencia con el Opio del futbol, del dinero, de la ley del más fuerte,etc… ¿cuando nos daremos cuenta de que todo esto carece de valor si formamos parte de un plan divino, cientifico o de vida.?
Entrelazando Todo, incluso las religiones hablan de un mensaje muy claro, buscar la eternidad de nuestra alma (energia) haciendo el bien a todo lo que te rodea, impregnando todo de amor, que te vá a volver acrecentado, liberando tu alma los pesos de lso perjucios, y haciendola volar libre.
el 7 de octubre del 2011 a las 11:08
Verdaderamente del tema Gaia en relación a sus ocupantes de toda índole, podríamos estar hbalando años…Y, seguramente, serían pocos para poder desarrollar en toda su extensión el tema del Habitat que supone la Tierra y la interacción que con ella, hacemos todos los seres vivos que la ocupamos.
No cabe la menor duda de que la Ignorancia supera al conocimiento y de que es, el camino más directo hacia el asombro. Nos asombramos cuando podemos contemplar nuevas cosas antes desconocidas, o, descubrir nuevos hallazgos que nos dan otra perspectiva de la vida y del entorno que ocupamos.
Está claro que la historia de la vida tiene (para nosotros) mucha fuerza y, sobre todo, está cargada de misterios con un gran valor narrativo que nos atrae y subyuga al ser parte muy interesada en ella. No pocas veces, cuando oimos historias y vemos imágenes de antepasados hallados en estado fósil, nuestra mente, nos transporta hasta la cálida sabana africana en la que se pudo gestar la humanidad hace unos tres millones de años.
Los Dinosaurios nos llevan a un tiempo de veinte a setenta veces más antiguo, a unos bosques mesozoicos por los que discurrían bestias prodigiosas. Más antiguos aún son los trilobites, esos monarcas de los mares cámbricos que correteaban por los arrefices tropicales hace unos quinientos millones de años.
Hemos podido llegar a saber que la historia de la vida en la Tierra abarca, nada menos que, cuatro mil millones de años, desde los extraños mundos de los océanos sulfurosos que se extendían bajo una atmósfera asfixiante, pasando por bacterias que respiraban hierro y quimeras microscópicas, hasta llegar, por fin, hasta nuestro familiar mundo de oxígeno y ozono, de valles boscosos, de animales que nadan, corren o vuelan. Ni Sheherazade podría haber imaginado un mundo más fascinante que el nuestro.
Mucho es, lo que todavía desconocemos sobre la historia de la vida en nuestro planeta y, de la misma manera (si nada lo remedia) seguirán pronunciándose nuestros nietos. Es altamente complicado el seguir la pista a especies perdidas que, desgraciadamente, por sus morfologías, no dejaron pruebas fósiles que buscar.
Claro que, somos parte de un legado, nuestro pasado biológico nos lo dice: al intentar comprender la larga historia evolutiva de la vida, comenzamos a entender nuestro propio lugar en el mundo y nuestra responsabilidad como administradores del planeta, todos los animales que existen sobre la faz de la Tierra, todas, han sido más “racionales” que mnosotros a la hora de comportarse con el Mundo que les acoge, sólo nosotros hemos sido, irrespetuosos e irresponsables esquilmando bosques y contaminando ríos y mares, y, no digamos de esquilmar las especies.
Esta visión amplia y general de la historia biológica nos proporciona un tema de mayor calado. La vida nació por mediación de procesos físicos en la Tierra primigenia. Estos mismos procesos -´Tectónicos, oceanográficos y atmosféricos- sustentaron la vida era tras era al mismo tiempo que moficiaba continuamente la superficie de la Tierra.
Por fin, la vida se expandió y diversificó hasta convertirse en una fuerza planetaria por derecho propio, uniéndose a los procesos tectónicos y fisico-químicos en la transformación de la atmósfera y los acéanos. Ya lo decía esta mañana en un comentario más arriba, el aumento de la población en la Tierra…, podría llegar a ser preocupante.
¿Cuántas veces habrá ocurrido lo mismo que pasó en la Tierra, en la vastedad del Universo?
el 7 de octubre del 2011 a las 14:16
Está claro que la vida en general, con sus multitud de clases y familias, ha conseguido cambiar a nuestro planeta haciéndolo habitable y hermoso; pero solo el hombre ha conseguido modificar hasta su aspecto, eliminando lo que no interesaba por allí y favoreciendo lo que le era beneficioso por allá; hasta el extremo de que muchos paises, tienen una geografía y orografía completamente adaptada por el hombre, que ha conseguido modificar sustancialmente el paisaje originario de amplias zonas, como puedan ser las grandes extensiones de cultivo de América y Europa o las terrazas de arroz en Asia, las grandes presas, los desvios y modificaciones fluviales, las plantaciones de verdaderos bosques de especies convenientes, la quema de otros por sórdidos motivos, etc.
De todas formas, y siendo cierto que la inmensa mayoría de los animales no perjudican al ecosistema, creo que existen excepciones que confirman la regla, como puedan ser los elefantes(Destrozan en poco tiempo grandes extensiones de arbolado), el ganado (Deja estériles zonas de pasto y aumentan las emisiones de gases que dañan a la capa de ozono,culpa del hombre también), y algunas plantas marinas (Caulerpa Taxifolia), que si resultan dañinas, pero siempre, a diferencia del hombre, sin poder razonar ese daño.
Además, desde hace un tiempo, el hombre está haciendo otro gran daño del que desconocemos aún sus consecuencias a largo plazo; me refiero a la introducción voluntaria o nó, de especies en lugares donde no existían; muchas de las cuales, por estar más adaptadas al medio acaban por hacer peligrar bastantes especies originarias de diferentes zonas; así podemos ver por ejemplo como en lugares de Castilla existen grandes bandadas de aves tropicales, y en los rios de toda España ya, el cangrejo americano ha hecho desaparecer al autóctono,(que por cierto era bastante más sabroso, y del que era de pequeño un experto pescador).
el 8 de octubre del 2011 a las 7:43
Amigo Kike:
Todo eso que nos cuentas sucede y está teniendo las consecuencias que dices. De una u otra manera, lo cierto es que, la Tierra, el Planeta de todos, está soportando presiones externas que la deben molestar, cuando no somos los unos, son los otros pero, al final, la que siempre paga el pato es Gaia.
Abajo, el amigo Wandulo lleva la cuestión más allá, queriéndo significar que nosotros, también somos Gaia y, considerado desde el punto de vista de que todo lo que de ella ha surgido…puede formar parte de un todo…podría ser. Sin embargo, cómo podremos explicar que estamos martirizando a nuestra propia “madre” Gaia.
Hay cuestiones que no son fáciles de explicar y, lo que tenemos que pensar es que Gaia, tampoco está completamente sola, es parte de un Sistema en el que, el Sol, lleva la voz cantante, sus rayos de luz y calor llegan a la Tierra y su media anual está en 170 W/m2 en los océanos y unos 180 W/m2 en los continentes y sólo una pequeña fracción de este inmenso flujo es absorbida por los pigmentos de las plantas para realizar la fotosíntesis y una parte algo mayor, pero también pequeña se utiliza para calentar las plantas, los cuerpos de los animales y las personas, así como sus refugios. La radiación también sustenta la vida porque al calentar los océanos, las rocas y los suelos impulsa funciones fundamentales en la biosfera, tales como el ciclo del agua, la formación de los vientos, el mantenimiento de la temperatura adecuada para que funcionen los procesos metabólicos y la descomposiciópn orgánica. Además, es la causante de la erosión que transporta los nutrientes minerales necesarios para la producción primaria de materia orgánica.
Aunque la Tierra se formara inicialmente a partir de materia fría que se contrajo por acción de la Gravedad, durante la formación posterior del núcleo líquido y en los períodos de intensa actividad volcánica, se liberó una enorme cantidad de calor. Los frecuentes impactos pesados en el pasado también han contribuido al calentamiento de la superficie. Hay mucha incertidumbre sobre la historia térmica de la Tierra de los últimos 3.000 millones de años, durante los cuales el planeta se ha ido enfriando y una gran parte de este flujo de calor ha alimentado los movimientos geotectónicos globales, creando nueva corteza en las dorsales oceánicas, un proceso que ha ido acompañado de terremotos y erupciones volcánicas de lava, cenizas y agua caliente.
Comento todo esto para haceros ver que, la Tierra, no está sola y acusa las incidencias que, por parte del Sol recibe. En realidad, todo funciona como un sistema global en el que todo incide sobre todo. Los demás planetas del Sistema solar inciden sobre la Tierra con la Gravedad que generan y, al mismo tiempo reciben de esta haciendo que todo el conjunto sea como una máquina de sincronía perfecta que intercambian fuerzas para que todo se desarrolle con normalidad.
Y, a todo esto, ¿qué podemos nosotros, pobres mortales, incidir en estas grandes magnitudes que aquí están presentes? Bueno, lo cierto es que, la mayor inciencia que hacemos sobre el planeta está en el consumo de combustibles fósiles que, como el petroleo tienen un elevado contenido en azufre y ya sabeis todos sobre las emisiones de SO2 que nada bueno traen a la otmósfera del planeta con el efecto invernadero y el aumento del calentamiento global pero, el problama radica en que, de momento (aparte de la nuclear de la que todos conocemos sus efectos radiactivos y el problema de los residuos, y, de las llamadas energías limpias de cuyo coste pocos pueden defender el bajo rendimiento de producción), estamos en una Civilización creada a partir de estos combustibles fósiles (que se están agotando) del que dependen todos los medios de los que nos valemos en nuestras vidas cotidianas para desarrollar nuestras actividades: transportes, comunicaciones, Industrias, etc. todo está apoyado en el Petróleo y sus derivados.
Somos una especie que, en relación al tiempo en que deambula la Naturaleza, llevamos aquí muy poco tiempo, unos escasos cientos de miles de años, y, aún no estamos preparados ni, para comprender muchas cuestiones ni, por supuesto, para poder establecer una relación con el planeta que no le sea dañina. Para lograr eso, mucho tenemos que aprender aún y, esa fuente de energía que nos proporcionaría lo que necesitamos para seguir adelante y evolucionar en paz sin inmiscuirnos en el devenir natural del plamneta…queda muy lejos en el futuro.
¡Lástima! Pero la Tierra tendrá que soportarnos todavía durante un largo tiempo dándole quebraderos de “cabeza” con nuestro comportamiento que, por otra parte, no podemos cambiar de la noche a la mañana, incluso siendo conscientes de que no es, el más adecuado.
Estamos inmersos en medio de relaciones naturales entre cuerpos inmensos (estrellas y planetas) que desarrollan su quehacer cotidiano sin pensar en que, unos seres surgidos en algunos de ellos (doy por hecho que en Marter y en otros de esos cuerpos hay vida -la que sea-) han podido llegar, con el tiempo y la evolución, a tener el poder de incidir en sus mecanismos naturales que, en algunos de sus niveles podrían verse afectados de manera artificial por nosotros.
Es muy complicada la relación Tierra-Vida (sobre todo la nuestra) y, mientras que no avancemos y “sepamos” más, la solución no se vislumbra en el horizonte del futuro cercano.
Aquí lo dejo, ya que, el tema es sabroso y sobre él se tiene mucho que decir. Que sigan opinando otros que, de todas las aportaciones apodemos aprender alguna cosda nueva.
el 8 de octubre del 2011 a las 15:36
Hola Sr. Emilio…:
Al referirme con que “somos” Gaia, lo digo pensando en que si Gaia es un ente vivo, y nosotros hemos surgido de ella, inevitablemente somos parte de ella, al menos hasta que crezcamos y podamos salir de nuestro mundo al Universo y separarnos de Gaia, tal como lo hace una persona, desde su creación como embrión dentro del útero, hasta que se hace adulto y se independiza.
Si Gaia es nuestra madre, nosotros evidentemente somos unos niños tratando de aprender a ser un adulto que está destinado a seguir su propio camino cuando seamos adultos y debamos valernos por nosotros mismos, ya no viviendo solo con nuestra madre (Gaia), sino también de nuestro padre (Sol), que nos da nuestro sustento (Energía), tal como nuestro padre humano nos da nuestro dinerillo para salir un sábado a la noche con nuestros amigos por ejemplo (hay otros casos que no son específicamente de esta manera).
Algún día deberemos enfrentarnos solos ante el mundo (Universo). Digo… de pronto, me parece.
Un afectuoso saludo…
el 7 de octubre del 2011 a las 18:12
Hola, interesante el debate que han desarrollado sobre Gaia, que siempre es interesante conocer e interiorizarse.
Si venimos de Gaia, y a la vez, somos Gaia, porqué nos negamos a ser Gaia?, debe ser egoísmo quizá.
Hoy en día la noticia que impactó a nuestra sociedad, por ejemplo, es el fallecimiento de Steve Jobs, gran pérdida para la humanidad ciertamente, pero me pregunto que hubiese sido si Steve Jobs hubiese invertido sus ingenio, visión y creatividad en pos de una integración armoniosa entre la humanidad y Gaia, que nos ofrece un lugar donde poder subsistir en el Universo.
Digo… de pronto, me parece.
el 9 de octubre del 2011 a las 7:06
Amigo mío, pues seámos todos Gaia, toda vez que en ella vimos la luz por vez primera y en ella surgimos a la vida, también en ella y formando parte de ella, están todos nuestros antepasados y, por último, en ella y con ella estaremos todos nosotros formando un todo, es cierto que venimos de la Naturaleza y a ella regresamos una vez que nuestro tiempo llega al final de su recorrido.
La Tierra y todos nosotros estamos formados por la misma materia, átomos hechos de Quarks y Leptones, y, como hemos dicho muchas veces aquí, la materia, toda la que existe en el Universo, incluso esa “materia oscura” (si es que finalmente existe), toda ella, sin importar su clase o la forma que pueda adoptar, en cada momento está cumpliendo una función predeterminada como una brillante piedra bañada por las limpias aguas de un arroyo, unos arbustos aromáticos que están rodeando a un exuberante pino verde, la agreste montaña de nevadas cumbres, la mariposa que vuela saltarina de una a otra flor, los encrespados océanos que balancean las embarcaciones entre sus terribles olas, el calamar gigante de las profundidades abisales, el mineral fuertemente adherido a la beta en la profundidad de la mina, nosotros mismos, perdidos en busca del saber del mundo que no siempre encontramos…Todo, sin excepción, es materia que, está en Gaia y esparcida por todos los confines del Universo.
Como verás no he distinguido entre materia viva o inerte, he metido a todas esas formas de materia en el mismo conjunto de cosas y, es que, en realidad, a lo que llamamos materia “inerte” no lo es tanto como creemos y, además, tiene memoria, viene de otro lejano lugar y, un día, estará formando parte de un ser vivo consciente de ser. En cada momento, la materia adopta el papel que le asignó el Universo pero que, es un papel cambiante, nunca estamos ocupando la misma forma de materia sino que esta, con el tiempo evoluciona y cambia hacia estadios más elevados.
Gaia nos lo dio todo, y, gracias a ella (con la connivencia del Sol), pudimos salir adelante y desarrollar lo que ahora somos gracias al paso del tiempo y a la evolución que se fue produciendo en nosotros que, aprovechamos las experiencias para aprender y poder darnos cuenta de que, Gaia, de alguna manera y como bien dices, es nuestra “Madre Tierra” que ha posibilitado que todos podamos estar aquí y, precisamente por eso, tenemos que llegar a comprender que todos somos uno y que todas las cosas son.
Al decir que todos somos uno, quiero significar que el origen de todos es común y que, de alguna manera, todos somos hermanos, y, en cuanto a que todas las cosas son, quiere y pretende elevar a todas las cosas a la categoría de ser…aunque, algunas de esas cosas, aún no sean conscientes de que son.
¡Gaia! Un gran concepto para definir a la Tierra, nuestro Planeta que, si lo aceptamos como algo “vivo” y nos finamos en los mecanismos de los que se vale para reciclarse y realizar las funciones que lo revitalizan y renuevan, podríamos pensar que, ciertamente, al menos lo parece (que está vivo) y, una cosa está clara, ha sido capaz de ofrecer todas las variantes necesarias para que seres vivos de distintas morfologías y tamaños, pudieran evolucionar en sus distintas regiones de la superficie del planeta y de las profundidades marinas.
Está claro que, sin Gaia, no podríamos estar aquí. Sabemos e muchos planetas muertos, o, que no reunen las condiciones necesarias para la vida y, nosotros, tuvimos la suerte de caer en Gaia que, nos dio la posibilidad de “florecer” por decirlo de alguna manera.
Cuidémosla.
el 28 de octubre del 2016 a las 22:19
muy interesante muchas gracias
el 29 de octubre del 2016 a las 5:35
¡Hola, Isabel!
Encantado de que estés por aquí echando una mirada, en la seguridad de que siempre, encontrarás algo como, la Denudación u otros trabajos, que te satisfarán y darán alguna explicación a cuetiones que siempre te has preguntado y que nunca, nadie, te supo contestar.
Un cordial saludo.