domingo, 17 de noviembre del 2024 Fecha
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Caminando hacia nuestro destino

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El saber: ¡Ese viaje interminable!    ~    Comentarios Comments (0)

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Hay una fuerza escondida en “eso” que hemos llamado “vacío” o “nada”, allí, en ese lugar misterioso, las palabras humanas no pueden ser oías. Las verdades más sencillas son las últimas que logramos comprender. Ser e Imaginar, son la misma cosa. Para muchos, lo que está fuera de su vista, también lo está de su entendimiento y, sin embargo…,  ¡existe!

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     Las ondas emitidas por agujeros negros que recorren el vacío espacial

Cuando decimos “vacío” simplemente nos estamos refiriendo a un espacio en el que hay una baja presión de un gas, es decir, relativamente pocos átomos o moléculas. Un vacío perfecto no contendría ningún átomo o molécula, pero no se puede obtener, es decir, ese vacío no existe, ya que, todos los materiales que rodean ese espacio tienen una presión de vapor finita. En un bajo vacío, la presión se reduce hasta 10 -9 pascales, mientras que un alto vacío tiene una presión de 10 -2 – 10 -7 pascales. Por debajo de 10 -7 se conoce como un vacío ultraalto.

Sabemos que existe un “vacio” que está lleno de misteriosos objetos (partículas virtuales) y de misteriosas fuerzas (fluctuaciones de vacío) en los que se cree que pueden estar el origen de la energía de punto cero, y, un sin fín de cosas más que, de momento, no hemos podido llegar a conocer y, sólo especulamos. Pero, centrémonos en otras cuestiones.

         Microscopio de efecto túnel (STM) en vacío ultraalto (UHV)


Es curioso ver como todo está conectado de una u otra manera. La evolución del Cosmos está directamente relacionada con la evolución de nuestras mentes. La materia, en realidad, es sólo una, todo está hecho de quarks y leptones, también nosotros la materia evoluciona y mutada que pudo llegar hasta la consciencia.

Se dice que los seres vivos surgieron a partir de la materia inerte (¿inerte?), no creo que en realidad sea así, la materia, en cada momento, ocupa el lugar que le corresponde en el espacio-tiempo, lo orgánico y lo inorgánico, en realidad está conectado, la materia, creo, tiene memoria, y, el hecho de que nosotros, los seres humanos, tengamos un cerebro lleno de sensores eléctricos que, ayudado por los sentidos, por el entorno y por las experiencias vividas está aprendiendo y desarrollándose, evolucionando, es debido a que, la materia, en nosotros también ha evolucionado de manera diferente.

Un núcleo, un átomo, una molécula, una sustancia, un cuerpo, no son más que las estrucutras que se forman en el universo por medio de interacciones con las fuerzas reinantes y que están hechas de materia a partir de las más ínfimas partículas subatómicas que conocemos como Quarkas y Leptones, si existen algunas más allá de ellas, de momento, nos son desconocidas. El desmenuzar todo lo que compone el Universo: Mundos, Estrellas y Galaxias, resultaría que todo está hecho de la misma materia: Quarks y Leptones, como nosotros mismos

Lente gravitacional formada por el clúster de galaxias Abell 1689

En esta imagen del telescopio Hubble, los arcos circulares que se observan son en realidad la misma galaxia, deformada, que está situada más o menos en el centro del cículo que forman los arcos, un poco «más lejos» que lo que hay dentro. Los arcos se forman debido al efecto de lente que ejerce sobre la luz emitida un clúster de galaxias llamado Abell 1689, que está situado entre la lejana galaxia que dibuja el arco y nosotros los observadores. es una imagen tan impresionante como aclaratoria del efecto.

Todo lo grande está hecho de cosas pequeñas. También el inmenso cluster de galaxias de arriba

Una estrella, que también es materia, está formada por hidrógeno y helio sobre todo, y, las enormes temperaturas de millones de grados en su núcleo, hace que dicha materia simple esté en la forma que llamamos Plasma, un estado diferente al que normalmente vemos en nuestra vida cotidiana que es sólido, líquido o gaseoso. Pero además, hay otro estado de la materia del que no podemos decir nada, nuestra ignorancia nos ha llevado a denominarla “materia oscura”.

Continuemos con ese misterio que llamamos “mente”, allí está la denominada Conciencia que, al menos que yo sepa, ningún filósofo ha podido explicar lo que es. La conciencia, nos diferencia del resto de los animales, nosotros tenemos “conciencia” de SER, nos preguntamos cosas, queremos saber, tenemos una curiosidad innata que nos lleva a profundizar en las cosas, en la Naturaleza que nos rodea para entender el por qué estamos aquí y hacia donde nos encaminamos.

Pensando en el recorrido de nuestra especie, podemos ver que, en realidad, en el tiempo cósmico, hace tres días que estamos aquí, y, sin embargo, hemos conseguido muchas cosas: Las matemáticas, el Lenguaje, la Física, la Astronomía y tantas cosas más que, nos hacen pensar. Los Dinosaurios reinaron en el Planeta Tierra durante 150 millones de años, desaparecieron hace ahora unos 65 millones de años. Nosotros estamos aquí, como verdaderos hombres y mujeres, desde hace 2 millones de años, y, sin embargo, nos creemos los reyes de la Creación, cuando en realidad, somos unos jóvenes engreídos y ególatras que creen saber más de lo que en realidad saben.

Cuando veo la importancia que se dan algunos, para mi interior pienso: como se puede ser tan banal, sin darse cuenta de lo poco que en realidad es y de lo frágil que es la vida, ¿cómo se puede perder el poco tiempo que estamos aquí de esa manera tan tonta?. Cualquiera de nosotros, en relación a la inmensidad del Universo, somos menos que un punto señalado con un lápiz en un folio en blanco.

El Sol, nuestra estrella, tiene 4.500 millones de años de vida y, cada segundo, consume 4.654.000 toneladas de hidrógeno, de las que 4.650.000 Tn son fusionadas en helio, las 4.000 Tn restantes son lanzadas al espacio en forma de luz y calor y, la Tierra, recibe una pequeña parte de dicha energía calorífica y lumínica para así sustentar la vida, hacer posible la fotosíntesis de las plantas, etc.

Pero la vida del Sol no es ilimitada, cuando consuma todo su combustible nuclear, dentro de otros 4.500 millones de años, se convertirá en una Gigante roja, su órbita alcanzará Mercurio, Venus y es probable que la Tierra antes de explotar en Nova, pero antes de que eso suceda, las temperaturas serán tan elevadas que los mares y los océanos de la Tierra se habrán evaporados, la vida, tal como la conocemos, no será posible aquí. ¿Qué haremos para escapar a ese enorme problema?

Para entonces, falta aún mucho tiempo, si no hemos fraguado nuestra propia destrucción, y,  si hemos aprovechado el tiempo,  ya estaremos preparados para habitar otros mundos. Es curioso oír a personas muy preparadas explicando que, la única vida inteligente del Universo está aquí, en la Tierra. ¡Que mentecatos!

Si pensamos que sólo en nuestra Galaxia existen cien mil millones de estrellas y que, la mayoría de esas estrellas tienen su propio sistema solar con los planetas correspondientes, y que existen cien mil millones de galaxias, ¿cómo se puede pensar que sólo en la Tierra se ha formado la vida? Nos rigen las mismas leyes en todos los confines del Universo y, si es así (que lo es), nada diferente de lo que aquí ocurre podrá ocurrir allí, enn ese remoto sistema solar situado a miles de millones de años-luz de nosotros. Todos los procesos serán los mismos que aquí podemos obervar. También, el surgir de la vida.

El milagro sería que sólo la Tierra albergara la vida inteligente estando el Universo plagado de Sistemas Solares en los que, sin dudarlo, habrá miles de estrellas como el Sol y planetas a cientos de miles como la Tierra que, como el nuestro, estarán a una distancia adecuada, tendrán una atmósfera propicia y, reunirán todos los requisitos necesarios para que la vida floreciera como aquí en nuestro mundo.

El verdadero problema está en las distancias a que se encuentran unas estrellas de otras. Nuestra estrella más cercana Alfa de Centauri, está a 4,3 años-luz de nosotros, nuestras naves actuales podrían viajar a unos 50 o 60 mil Km/h, y, viajando a la velocidad de la luz, 299.792.458 m/s tardaríamos 4.3 años en llegar ¿cuánto tardaría una de nuestras Naves? Este mismo tema lo he abordado en artículos anteriores, pero es algo que me interesa y me preocupa, no veo interés suficiente en los que mandan para que, como sería su obligación, destinaran más medios y dinero en promover proyectos encaminados al futuro.

Así representan algunos como sería el camino para burlar la velocidad de la luz y desplazarnos por el espaciotiempo a distancias inmensas en tiempos y espacios más cortos. Es el famoso agujero de gusano o el doblar el espacio trayendo hacia tí el lugar que deseas visitar.

Ese es el verdadero problema, y como el posible mundo habitado más cercano a nosotros podría estar a docenas o cientos de kilómetros de años-luz, y, por otra parte, está el tiempo, es difícil que coincidamos en el mismo tiempo con otras inteligencias que, seguramente habrán existido y extinguido antes de que nosotros apareciéramos. En fin es algo complicado.

¿Que serán ésos filamentos vibrantes que llaman cuerdas?, dicen que para comprobar su existencia necesitamos disponer de la Energía de Planck, cosa que, de momento, es imposible. Además, dicha Teoría, se desarrolla en 10, 11 y 26 dimensiones, es apasionante. Próximamente profundizaré más en todo esto que no se puede despachar con simple comentario de pasada.

Me gustaría estar aquí en el 2.212, pasados un par de siglo, cuando todas las incógnitas presentes estén resueltas y nuevos misterios sean el objeto de los científicos ¿Que estaremos buscando entonces? ¿Habrán sido contestadas las preguntas que ahora no tienen respuestas? Por fín ¿se habrá resuleto la teoría de cuerdas y sabremos cómo es el universo en realidad?

Bueno de momento ya tenemos ahí el Largue Hadrón Collider (LHC) del CERN en Ginebra en el que serán estudiadas colisiones de dos haces de protones a una energía en el centro de masas sin precedentes: 14 TeV. Algunas cosas nuevas nos dirá pero, creo sinceramenter que necesitaremos algo más que eso para poder llegar a burlar el tiempo. Sin embargo…

Pronto podremos discutir sobre la materia que ahora consideramos inerte, pero que, en realidad, no lo es. La materia del Universo, en cada tiempo y lugar del espacio, ocupa el estado que en ese preciso instante tiene asignado. Pasado ese tiempo, entrará en un estado de fase diferente y su forma y composición (el número de protones y electrones y su número atómico, será distinto) se habrán transformado en algo distinto de lo que fue. Sin embargo, allí, encerrada, está su memoria con los datos de lo que fue. Ahora no sabemos discernir sobre este problema, sin embargo, todo está registrado, solo hay que saber buscarlo.

No tardando mucho, lo cotidiano será que ciudades espaciales estacionadas en el  “vacío espacial“, sean las precursoras de los despegues de las naves del futuro hacía otros mundos. Allí se construirán Comunidades científicas que, investigaran sobre las incidencias sobre los humanos de la ingravidez, y sobre otras mil cuestiones científicas que harán avanzar a la Humanidad hacia el Futuro.

¿Serán posibles algún día las puertas hacia las estrellas lejanas? Es posible, sin embargo, no en la máquina que vemos ahí arriba.

Si algún día, como firmemente creo, somos capaces de abrir esas puertas y conseguimos burlas el límite impuesto ahora por la velocidad de la Luz, ese día, la Humanidad habrá dado un paso de gigante para alcanzar su irremediable futuro: Las Estrellas.

                                               La Princesa Irulam

”Hay en todas las cosas un ritmo que es parte de nuestro Universo. Hay simetría, elegancia y gracia… esas cualidades a las que se acoge el verdadero artista. Uno puede encontrar ese ritmo en la sucesión de las estaciones, en la forma en que la arena modela una cresta, en las ramas de un arbusto cresota o en el diseño de sus hojas. Intentamos copiar este ritmo en nuestras vidas y en nuestra sociedad, buscando la medida y la cadencia que reconfortan. Y sin embargo, es posible ver un peligro en el descubrimiento de la perfección última. Está claro que el último esquema contiene en sí mismo su propia fijeza. En esta perfección, todo nos conduce hacia la muerte.”

Del Diario de la Princesa IRULAN.

 

 

Está claro que la belleza no es igual para todos, Un paisaje puede ser distinto y es cuestión de los ojos que lo miren. De la misma manera, a una misma pregunta se podrían dar mil respuestas distintas en función de quien sea el que hace la pregunta y de quien sea el que la contesta.

¡Qué cosas! Sin embargo, así es la realidad. Estamos supeditados al nivel de inteligencia del individuo que observa y del que pregunta qué es lo que ve el observador. Hay veces (la mayoría) que no tenemos los datos suficientes para poder preguntar. Sino sabemos preguntar  ¿cómo podremos contestar? El camino a la solución de este problema es querer saber más y estar dispuestos a pagar el precio para ello.

Cuando conozca el mundo, ¿dónde estará esa sonrisa? Ahora “SU IGNORANCIA ES SU FELICIDAD”.

La verdad es que grupos de personas que nos preocupamos y queremos entender lo que pasa, lo que ocurre en nuestro Universo y el por qué de las cosas, esos, sí que sufren -sufrimos-. Algunas veces se siente el dolor de la impotencia que, aunque no sea físico, es de más calado y duradero en el tiempo, una verdadera molestia que se crea al ser consciente de lo poco que podemos remedirar de los males que aquejan al mundo, y, de solucionar problemas complejos que nuestra propia condición ha creado la mayoría de las veces y no están directamente relacionados con el inmenso Universo, que ajeno a nuestro proceder “nos observa” sorprendido y extrañado de tan singular comportamiento.

¿Que pasará por la mente de personajes que, como Perelman, se crean un campo de aislamiento a su alrededor y no quieren hacer partícipes a los demás de su privilegiado intelecto? Será quizá que al tener consciencia de que nada pueden hacer por remediar lo irremediable, se encierran en sí mismo y se apartan del mundo.

Será que ven a sus congéneres tal como son en realidad y no les gusta: su egolatría, su cortedad de miras, sus ambiciones desmedidas por conseguir (la mayoría de las veces) un lugar que no les corresponden a costa de lo que sea. Su valoración errónea de las prioridades, sus conciencias acomodaticias, su ética y su modal siempre relativistas, siempre amoldable al momento y a sus propios intereses, y, en fín, un conjunto de cuestiones que, de pensarlo detenidamente, no a Perelman, sino a cualquiera con un sentido razonable de lo que debe ser, le llevaría al repudio de personas así que, por desgracia, son mayoría.

Nos estamos desviando del tema que nos debe ocupar, la Física y la Astronomía, la Densidad Crítica del Universo que nos dirá si estamos en un Universo Plano, Abierto o Cerrado y conforme a ello, el final que nos espera. Todo un reto apasionante que también, como otros tantos, tenemos la obligación de aceptar para llegar al fondo de la cuestión.


         ¿Universo de Friedman o de Einstein – De Sitter? ¡Veremos!

A comienzos del siglo XXI, la Humanidad se ve frenada en sus avances y proyectos por la falta de energía, las fuentes energéticas son del tipo fósil (petróleo, Gas, Carbón) y tienen una duración limitada, le quedan unos 500 años para su agotamiento total. Las de fisión nuclear, todos sabemos el enorme coste que pagamos con sus residuos nocivos para la vida. Las fuentes de otro tipo: Solar, eólica, maretriz, etc., son muy costosas y el resultado no es el óptimo.

Hay proyectos paralizados debido a que su enorme coste energético no es posible de soportar, y, en consecuencia, están congeladas unas investigaciones que darían un fruto muy grande para la Humanidad.

Se podría decir que estamos en una Civilización del nivel Cero, colocada en el punto de partida y con las herramientas precisas para comenzar a caminar: La energía de fisión (investigando la de fusión) y también las que obtenemos de nuestro Sol, de las mareas y del viento.

Otras herramientas que tiene la Humanidad son aún más importantes, y tenemos acceso a las estrellas a través de telescopios que, como el Hubble, nos permiten fotografiar galaxias situadas a miles de millones de años-luz de nuestro sistema solar o estudiar la composición de nubes estelares y de cúmulos de estrellas.

También contamos con otras importantes herramientas como la Mecánica Cuántica y la relatividad especial y general que nos permite el estudio de los universos muy pequeños y muy grandes. Además, los conocimientos como el “cuento” de Planck, el principio de exclusión de Pauli, el de Incertidumbre de Heisenmberg, la función de onda de Schrödinger, el positrón de Dirac, los quarks de Gell-Mann y tantos otros hallazgos como el Modelo Estándar que, a pesar de ser incompleto, ha resultado una buena herramienta para el estudio de las familias de partículas que conforman la materia y que intervienen en las interacciones fundamentales de la Naturaleza.

Todos estos conocimientos (y muchos otros) como digo, nos ha situado en la línea de salida de una carrera que nos situará en la meta que se llama Civilización del Nivel I.

Esa Civilización del Tipo o Nivel I, habrá alcanzado el dominio de todo el planeta, todas sus fuentes de energía estarán controladas, tanto en tierra con en los mares y océanos, y, dicho dominio permitirá avanzar de manera muy considerable hacia el futuro de una Civilización del Nivel II.

El Hubble muestra el nacimiento de una galaxia. HST NASA.

Los proyectos de la Física Teórica, de la Astronomía, Cosmología y Astrofísica (junto con la genética, la química y la biología), nos abrirán las puertas hacia el futuro con las llaves de las matemáticas – necesaria en todos los campos del saber – y, alcanzado el nivel II, la energía del Sol será la fuente energética de la Humanidad, el secreto de la fusión nuclear se habrá desvelado. La energía será barata, la materia prima (el hidrógeno) estará en enormes depósitos naturales de nuestro planeta (los mares y océanos) y, sobre todo, los residuos serán reciclables y no producirán daños para los seres vivos.

Para cuando ese momento llegue, la Humanidad tendrá incontables estaciones espaciales esparcidas por todo el Sistema Solar, todas de enormes dimensiones y equipadas para el mantenimiento de la vida de miles de seres. Allí, el vacío espacial, se harán investigaciones y pruebas imposibles en la gravedad terrestre, y, como en una ciudad, familias enteras y cientos de científicos, trabajaran por la conquista del futuro.

Mientras tanto, se habrán podido construir naves con nuevos materiales que evitan las radiaciones y que simulan la gravedad terrestre, haciendo viable los viajes espaciales a más distantes recorridos. Las velocidades también serán mucho mayores y habrán sido descubiertos nuevos combustibles sólidos que necesitaran menos volumen de espacio y que, a través de E=mc2, serán los que proyectaran hacia el espacio exterior a las naves del futuro.

En las ramas de la Astronomía, la Física y la Química, el avance será imparable, se abrirá ante nosotros nuevos campos y también nuevos caminos muy lejos de nuestro Sistema Solar en el que, hasta ahora, hemos estado confinados.

Parece mentira que, pegados al planeta Tierra, hombres como Copérnico y Galileo, Tycho Brahe y Newton, nos hayan podido decir como es el Universo y describir algunas de las fuerzas que lo rigen. Con esa herencia, hemos continuado trabajando y hemos podido llegar hasta aquí, la Civilización del Nivel Cero. Haber si no lo estropeamos y aprovechamos de manera racional lo conseguido. Si es así, el futuro puede ser muy prometedor.

El avance podría ser impensable, ya sabremos la verdad sobre el Big Bang, conoceremos de manera cierta lo que pasó en aquellos primeros instantes después de la gran explosión, lo que ocurrió exactamente en la época de Planck ( 10 con exponente -43 segundos ) y como surgieron esas primeras partículas que formaron las primeras estrellas, y, sabremos en que momento exacto se rompió la simetría primigenia cuando existía una sola fuerza que dicha rotura convirtió en las cuatro que ahora rigen en nuestro Universo.

En el apartado de la vida, se habrá conseguido descifrar de manera completa la secuencia de todos los genes u se podrán erradicar enfermedades que hoy nos parecen incurables. La vida media de los seres humanos podría llegar a los 180/200 años en condiciones físicas muy aceptables.

El avance para entonces será exponencial y se tardará menos tiempo en alcanzar el nivel superior en nuestro evolución. El proceso de Humanización – hoy aún en marcha – estará muy avanzado y todos tendremos un sentido muy arraigado de los derechos de los demás, las diferencias entre los pueblos y razas que componen la Humanidad, se habrán extinguido y ahora sí, todos seremos más iguales los unos a los otros.

Claro que, hasta llegar a la Civilización del Nivel III, aún nos queda muchísimo trabajo por realizar y también deberá transcurrir muchísimo tiempo. En ese estadio del saber, la Humanidad estará instalada en mundos muy lejanos, a decenas o centenas de años-luz de nuestro Sistema Solar que, habiendo finalizado el ciclo de vida de nuestro Sol, será un sistema muy frió y sin vida que, los colonos de nuevos mundos, tendrán registrado en sus máquinas de datos como un recuerdo del planeta origen y cuna de todos los seres humanos.

Es importante, muy importante, no perder de vista ese dato del nacimiento y muerte de las estrellas, algún día lejano en el futuro, ese proceso nos dará la clave para cuestiones muy importantes.

Recordemos que el Físico y premio Nobel Shandrasekhar nos habló del límite que lleva su nombre y referido a la máxima masa posible de una estrella degenerada, por encima de la cual sería incapaz de soportarse a sí misma en contra de la contracción debida a su propio peso. Para una estrella sin contenido en hidrógeno el límite es de 1,44 masas solares, que es, por tanto, la máxima masa posible de una enana blanca. Una estrella degenerada con una masa mayor que este límite colapsaría bajo su propia gravedad para convertirse bien en una estrella de neutrones o bien en un agujero negro. (Algunos han hablado de estrellas de Quarks).

No solo se habla de los Agujeros Negros como fuentes de radiación X, sino que, algunos plantean la hipótesis de la existencia de Agujeros de Gusano en el sentido de un Agujero o Túnel en el espacio-tiempo. Las teorías cosmológicas estándar se basan en la hipótesis de que el espacio-tiempo es suave y simplemente conexo. Para dar una analogía tridimensional, el espacio-tiempo se asume que es como una esfera que es simplemente conexa. Se habla de estructuras muy distantes y múltiplemente conexas en relación a distintas regiones del Universo.

¿Quién podría decir ahora nada sobre la certeza o no de de todo esto?

Tendremos que esperar como para conocer otras tantas preguntas que hoy por hoy, no sabemos responder. Sin embargo, la mente humana, como he dicho en otras oportunidades es enorme, inmensa.

Nuestra imaginación es tan grande que sólo podría tener un rival, el propio Universo que es casi tan grande como ella.

emilio silvera

Nada es lo que parece

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Biologia    ~    Comentarios Comments (2)

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Nuestros cuerpos contienen algunos miles de millones de unos bichitos llamados mitocondrias, que invadieron a los antepasados de nuestras células hace ahora alrededor de mil millones de años. Las mitocondrias están acostumbradas a vivir dentro de nosotros, y nosotros nos hemos acostumbrado de tal manera a tenerlas por todas partes, que ahora no podemos vivir separados. Ellas forman parte de nosotros y nosotros formamos parte de ellas. Producen casi toda nuestra energía y nosotros nos encargamos de alimentarlas y cobijarlas.

En otros trabajos lo hemos comentado aquí ampliamente, nuestras mitocondrias tienen su propio ADN, heredado sólo de nuestras madres, por lo que este ADN podría proceder  de una única mujer que estaría en el origen de los seres humanos actuales: una Eva mitocondrial.

Mitocondria observada bajo el microscopio electrónico

Pero estos huéspedes celulares que parecen vivir pacíficamente en simbiosis con el resto de las células, pueden ser también un enemigo que mata silenciosamente desde dentro. Siempre que una célula muere, hay una serie de pistas que nos conducen hasta las mitocondrias y que nos muestran cómo están implicadas en enfermedades devastadoras e incapacidades físicas o mentales, así como en el propio proceso de envejecimiento. El invitado indispensable se puede convertir en un asesino de monstruosas proporciones.

Casi todas las células de nuestro cuerpo contienen mitocondrias -alrededor de mil en cada célula- El “mitocondrión” es una bestia incansable que no cesa de adoptar formas distintas. Si se captara su aspecto en una única foto instantánea poco favorecedora, se vería algo parecido a un gusano, pero un gusano que se retuerce, se divide en dos y se fusiona con otros gusanos. Así pues, en ocasiones podemos captar un mitocondrión que parece un zepelín, y otras veces algo parecido a un animal con múltiples cabezas o colas.

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         Dentro de nuestros cuerpos conviven “seres” que, de poderlos contemplar, nos asombrarían.

El mitocondrión es un monstruo antiguo y maternal -un dragón con un apetito monstruoso, que se come a su vez todo lo que nosotros nos hemos comido y lo respira a continuación en forma de fuego.Las mitocondrias consumen practicamente todo el alimento y el oxígeno que se produce en el cuerpo, y producen la mayor parte del calor que este genera. Sin embargo, este monstruo es diminuto -su tamaño es de una micra, es decir, una milésima de milímetro: mil millones de mitocondrias cabrían en el interior de un grano de arena. Menos mal que no están a la vista y lo que por fuera podemos ver de nuestros cuerpos, no resulta tan desagradable. Como consecuencia de ello…

    No siempre la realidad es lo que vemos

Las mitocondrias tienen su propio ADN y la principal función de las mitocondrias es generar energía para mantener la actividad celular mediante procesos de respiración aerobia. Los nutrientes se escinden en el citoplasma celular para formar ácido pirúvico que penetra en la mitocondria. En una serie de reacciones, parte de las cuales siguen el llamado ciclo de Krebs o del ácido cítrico, el ácido pirúvico reacciona con agua para producir dióxido de carbono y diez átomos de hidrógeno. Estos átomos de hidrógeno se transportan hasta las crestas de la membrana interior a lo largo de una cadena de moléculas especiales llamadas coenzimas. Una vez allí, las coenzimas donan los hidrógenos a una serie de proteínas enlazadas a la membrana que forman lo que se llama una cadena de transporte de electrones.

La cadena de transporte de electrones separa los electrones y los protones de cada uno de los diez átomos de hidrógeno. Los diez electrones se envían a lo largo de la cadena y acaban por combinarse con oxígeno y los protones para formar agua.

                                                         Cadena de Transporte de electrones y la ATP sintasa

La energía se libera a medida que los electrones pasan desde las coenzimas a los átomos de oxígeno y se almacena en compuestos de la cedena de transporte de electrones. A medida que estos pasan de uno a otro, los componentes de la cadena bombean aleatoriamente protones desde la matriz hacia el espacio comprendido entre las membranas interna y externa. Los protones sólo pueden volver a la matriz por una vía compleja de proteínas integradas en la membrana interior. Este complejo de proteínas de membrana permite a los protones volver a la matriz solo si se añade un grupode fosfato al compuesto difosfato de adenosina (ADP) para formar ATP en el proceso llamado fosforilación.

Estructura de la ATP sintasa

El complejo ATP sintasa es una enzima situada en la cara interna de la membrana interna de las mitocondrias y de la membrana de los tilacoides de los cloroplastos encargada de sintetizar ATP a partir de ADP y un grupo fosfato y la energía suministrada por un chorro de protones (H+). Responde a la síntesis de ATP según la hipótesis quimiosmótica de Mitchell. La síntesis de ATP gracias a este enzima se denomina fosforilación oxidativa del ADP.

Esta enzima está compuesta de dos subunidades. Una anclada a la mitocondria o al tilacoide llamada F0 (CF0 en caso de los tilacoides) y otra que sobresale por la cara interna de la estructura llamada F1 (CF1 en caso de los tilacoides).

Estructura del ATP sintasa

 

El ATP se libera en el citoplasma de la célula, que lo utiliza prácticamente en todas las reacciones que necesitan energía. Se convierte en ADP, que la célula devuelve a la mitocondria para volver a fosforilarlo.

Nadie cae en la cuenta de que, en parte, todos nosotros somos mitocondrias; ellas constituyen aproximadamente un décimo del volumen de todas nuestras células juntas, un décimo de cada uno de nosotros. Dado que son practicamente la única parte de la célula que tiene color, las mitocondrias constuituyen prácticamente el color de nuestras células y nuestros tejidos. Sino fuera por la melanina de nuestra piel , la mioglobina de nuestros músculos  y la hemoglobina de nuestra sangre, seríamos del color de las mitocondrias, es decir, rojo amarronado. Además, si esto fuera así, cambiaríamos de color cuando hicéramos ejercicio o corriéramos hasta perder el aliento, de tal forma que podríamos decir si alguien está utilizando mucha o poca energía simplemente con mirar su color.

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Pero no todo es perfecto y, las mitocondrias tienen fugas que se traduce en un defecto espectacular en el diseño de nuestras mitocondrias: La electricidad de electrones se esacapa de las mitocondrias para producir radicales libres no tóxicos, y la electricidad de protones se escapa produciendo calor: no se trata de figas pequeñas o insignificantes, sino que son grandes y constituyen una gran amenaza para la vida.

Los electrones se escapan de la cadena de transporte ubicada en las mitocondrias para producir “radicales libres” . Quizá la expresión pueda hacernos pensar en algo inocuo, pero en realidad se trata de un grupo suversivo formado por sustancias químicas tóxicas. El primer componente de este grupo es el “superóxido”, que se produce cuando hay una fuga de electrones de la cadena de transporte o de otras máquinas moleculares, y estos electrones van a parar al oxígeno. El superóxido no es ningún superhéroe, ni una marca de detergente para lavadoras, sino el oxígeno con un electrón más. Pero es este electrón suplementario el que causa problemas.

Radicales libres (medicina), cualquier molécula independiente que contiene uno o más electrones sin aparear. Los electrones sin aparear son aquellos que ocupan una órbita atómica o molecular de forma individual. Se puede considerar a los radicales libres como fragmentos de moléculas; por tanto son muy reactivos, y en consecuencia de vida media muy corta. Los radicales libres orgánicos fueron descubiertos por Gomberg en 1900 y, entonces, se postuló que podían tener alguna función biológica. En 1966, Slater propuso que el efecto tóxico del tetracloruro de carbono sobre las células del hígado se producía por una reacción de radicales libres; formuló la teoría de que los radicales libres son responsables de lesiones en los tejidos. Los radicales libres se producen en la mayor parte de las células corporales como subproducto del metabolismo; algunas células producen mayores cantidades con propósitos específicos como por ejemplo, los macrófagos para la fagocitosis (véase Sistema inmunológico). Los radicales libres más importantes de las células aerobias (como las células humanas), son el oxígeno, el superóxido, los radicales de hidroxilo, el peróxido de hidrógeno y los metales de transición. Los radicales libres que se forman dentro de las células pueden oxidar las biomoléculas (moléculas empleadas dentro de las células, en especial los lípidos) y por tanto producir la muerte celular. Sin embargo, existen diferentes mecanismos corporales para proteger a las células de los efectos nocivos de los radicales libres; se trata de enzimas que descomponen los peróxidos y los metales de transición; otros radicales libres son neutralizados por proteínas y otras moléculas. Es difícil estudiar los radicales libres puesto que sólo aparecen durante cortos periodos. En general reaccionan de forma rápida con otras moléculas. En los últimos años, se ha admitido que tienen un papel importante en diferentes situaciones médicas. El ADN (véase Ácidos nucleicos) es muy sensible a la oxidación por los radicales libres y éstos podrían jugar un papel importante en las mutaciones que preceden al desarrollo de un cáncer. Esto explicaría que algunos metales de transición como el níquel o el cromo son carcinógenos en ciertas circunstancias. También se ha implicado a los radicales libres en la aterosclerosis, las lesiones hepáticas, las enfermedades pulmonares, las lesiones renales, la diabetes mellitus y el envejecimiento. No siempre es fácil determinar si los radicales libres son la causa de un proceso o la consecuencia de la acción de algún otro agente causal.

http://julianpersonaltrainer.com/contents/media/RADICALES%20LIBRES.JPG

A. Los radicales libres se producen dentro de la mitocondria.

B. Los radicales libres dañan el ADN celular, especialmente en la mitocondria

Los radicales libres no son más que formas muy reactivas de oxígeno. Cada día se forman billones de ellos dentro de las células, concretamente en unas estructuras que se llaman mitocondrias. Pero, a pesar de que son un producto normal que fabrica el cuerpo como combustible para quemar a fin de conseguir energía, su poder destructivo es enorme.

Pueden provocar arteroesclerosis cuando actúan en las paredes de los vasos sanguíneos. Y si lo hacen en el ADN que está en el núcleo celular, pueden provocar mutaciones que dencadenan el cáncer.

Y dañan el ADN mitocondrial diez veces más deprisa que el del núcleo celular. Todo el daño empieza a los 30 años, y se agrava tanto que la célula no puede producir la energía necesaria para vivir.Los radicales libres también atacan a las proteínas, transformándolas en desechos; y destruyen la capa protectora de la célula (la membraba)

Cada vez la sospecha crece en el sentido de que son, estos radicales libres los criminales o complices en una amplia gama de enfermedades: coronarias, cancerosas, inflamatorias y neurodegenerativas. Se les atribuye un record enorme de muerte y destrucción pero, esa es la soscpecha y aún, nos faltan las pruebas definitivas de su implicación.

Las mitocondrias son antiquísimas. Las células modernas, como las que se encuentran en todo nuestro cuerpo, surgieron hace mil millones de años de la fusión de dos tipos de células: una célula grande y muchas pequeñas. La grande (como siempre pasa) se tragó a las pequeñas o fue invadida por ellas, pero el caso es que las pequeñas acabaron viviendo dentro de la grande. Con el tiempo, las células pequeñas perdieron su independencia, cediendo la mayor parte de su ADN y de su maquinaria molecular, pero ganando un lugar seguro dentro de una célula mucho más grande y protectora. De todos los organismos vivos las mitocondrias son los que más se parecen a las antiguas bacterias, están envueltas en dos delgadas paredes similares a las membranas de las bacterias, y tanto la maquinaria como el ADN son parecidos en ambas. Estas similitudes no son meras coincidenciasd, ya que casi con toda certeza se puede afirmar que las mitocondrias evolucionaron a partir de bacterias que fueron tragadas por células de mayor tamaño.

Sabemos que la vida en sí m ismo empezó mucho antes de que exisxtieran las mitocondrias, quizás hace unos tres mil quinientos millones de años (así lo dicen fósiles encontrados en rocas de esa edad), cuando los flujos de energía, las moléculas y la información se combinaron para formar la primera célula viva. Desconocemos en qué consistió aquella primera fuente de energía, pero hace unos quinientos millones de años las células habían desarrollado ya una maquinaria que podía recoger la luz de la estrella más cercana a nosotros, el Sol, la fuente última de toda energía que existe en la Tierra.  La luz se utilizaba para descomponer el agua (H2O), produciendo Oxígeno, que era emitido a la atmósfera, y liberando también protones y electrones que, al combinarse con el dióxido de carbono del aire, se utilizaban para formar las complejas moléculas de la vida. Este sencillo pero poderoso proceso de fotosíntesis hacia posible que la vida surgiera y se propagara rápidamente.

La primera contaminación global y los primeros desastres ecológicos tuvieron lugar hace dos mil millones de años, cuando el Oxígeno, ese residuo tóxico de la fotosíntesis, comenzó a concentrarse en la atmósfera terrestre. El Oxígeno, la sustancia fundamental de la vida animal, es una molécula relativamente inestable y tóxica. De hecho, en en sí misma un tipo de radical libre y puede arrebatar electrones a otras moléculas, descomponiéndolas para formar otros radicales libres aún más tóxicos. Es la razón por la que la mantequilla y otros alimentos se vuelven rancios, el hierro se oxida y algunos anumales mueren en una atmósfera de oxígeno puro.

De la relación del Oxigeno y nosotros podríamos hablar muy extensamente pero, nos salimos del tema que os quería comentar y que, a estas alturas está acabando.

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El exponer aquí todas las ramificaciones que la presencia de las mitocondrias en nuestros cuerpos umplican, tendría que ser por medio de algunos grandes tomos en los que pudieran caber tantas explicaciones pero, una cosa es cierta, a pesar de que las mitocondrias puedan ser las causantes de algunos de nuestros trastornos físicos, también lo es que, son las responsables directas de la energía que necesitamos para vivir. Ellas están presentes en todos los sistemas eléctricos del cuerpo y son las responables de suministrar la energía que necesita nuestro cerebro.

Producen casi toda nuestra energía y nosotros nos encargamos de alimentarlas y cobijarlas. Nuestras mitocondrias tienen todavía su propia ADN, heredado sólo de nuestras madres, por lo que este ADN podría proceder de una única mujer que estaría en el origen de los seres humanos actuales: una Eva mitocondrial como al principio se decía.

 

Eva mitocondrial

 

 

Las mitocondrias son las centrales eléctricas de nuestras células y producen casi toda nuestra energía. No obstante, son unas centrales eléctricas con bastantes fugas de energía, lo cual tiene unas consecuencias terribles.

Guy Brown

Guy Brown

 

“Llegué a creer (dice Guy Brown, autor de todas estas ideas e investigaciones) que los productos del diseño biológico (evolutivo) –la vida y todas sus manifestaciones- eran mucho más eficientes y eficaces que algunos productos de la creatividad humana, tales como las máquinas y la cultura. Nos han enseñado que mil millones de años de evolución han perfeccionado el diseño de la célula hasta tal punto que ningún diseñador humano podría mejorarlo, ningún avaro podría economizar más en el uso de energía, ningún técnico de gestión podría mejorar la adjudicación de recursos, ningún ingeniero podría lograr que hubiera menos fallos en el funcionamiento. Está apliamente difundida la creencia de que la cultura humana no debería interferir con la naturaleza, porque la naturaleza está mejor diseñada que la cultura, y esta creencia causa el temor de que los cintíficos se entrometan en la naturaleza, como sucede en la medicina, la ingenieria genética, la clonación o los pesticidas.”

 

Cloroplasto

Los cloroplastos son orgánulos aún mayores y se encuentran en las células de plantas y algas, pero no en las de animales y hongos. Su estructura es aún más compleja que la mitocondrial: además de las dos membranas de la envoltura, tienen numerosos sacos internos formados por membrana que encierran el pigmento verde llamado clorofila. Desde el punto de vista de la vida terrestre, los cloroplastos desempeñan una función aún más esencial que la de las mitocondrias: en ellos ocurre la fotosíntesis; esta función consiste en utilizar la energía de la luz solar para activar la síntesis de moléculas de carbono pequeñas y ricas en energía, y va acompañado de liberación de oxígeno. Los cloroplastos producen tanto las moléculas nutritivas como el oxígeno que utilizan las mitocondrias.

 

Sean cuales sean los méritos de esas creencias, lo cierto es que, nuestras células ciertamente no son tan eficientes como creíamos que eran. Un ejemplo sería lo que parece un defecto espectacular en el diseño de nuestras mitocondrias: tienen fugas. La electricidad de electrones se escapan de las mitocondrias para producir radicales libres no tóxicos, y la electricidad de protones se escapan produciendo calor: no se trata de fugas pequeñas o insignificantes, sino que son grandes y constituyen una amenaza para la vida.

 

 

Lo que no podemos poner en duda es, el hecho cierto de que, nuestro complejo organismo está inmerso en una variedad y en una diversidad rica en parámetros que deben cumplir unos cometidos predeterminados que llevan a un todo simétrico de engranaje perfecto y, cuando algo falla en él, el sistema se reciente y el funcionamiento decae.

La célula se define como la unidad mínima de un organismo capaz de actuar de manera autónoma. Todos los organismos vivos están formados por células, y en general se acepta que ningún organismo es un ser vivo si no consta al menos de una célula. Algunos organismos microscópicos, como bacterias y protozoos, son células únicas, mientras que los animales y plantas están formados por muchos millones de células organizadas en tejidos y órganos. Aunque los virus y los extractos acelulares realizan muchas de las funciones propias de la célula viva, carecen de vida independiente, capacidad de crecimiento y reproducción propios de las células y, por tanto, no se consideran seres vivos.

     La biología estudia las células en función de su constitución molecular y la forma en que cooperan entre sí para constituir organismos muy complejos, como el ser humano. Para poder comprender cómo funciona el cuerpo humano sano, cómo se desarrolla y envejece y qué falla en caso de enfermedad, es imprescindible conocer las células que lo constituyen.

 La principal función de las mitocondrias es generar energía para mantener la actividad celular mediante procesos de respiración aerobia. Los nutrientes se escinden en el citoplasma celular para formar ácido pirúvico que penetra en la mitocondria. En una serie de reacciones, parte de las cuales siguen el llamado ciclo de Krebs o del ácido cítrico, el ácido pirúvico reacciona con agua para producir dióxido de carbono y diez átomos de hidrógeno. Estos átomos de hidrógeno se transportan hasta las crestas de la membrana interior a lo largo de una cadena de moléculas especiales llamadas coenzimas. Una vez allí, las coenzimas donan los hidrógenos a una serie de proteínas enlazadas a la membrana que forman lo que se llama una cadena de transporte de electrones.


 

La cadena de transporte de electrones separa los electrones y los protones de cada uno de los diez átomos de hidrógeno. Los diez electrones se envían a lo largo de la cadena y acaban por combinarse con oxígeno y los protones para formar agua.

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No solo nosotros, también todo lo que arriba vemos y, mucho más, es la vida.

Si nos preguntan ¿qué es la vida?, por regla general la respuesta no plantea ningún problema. La vida, solemos contestar, es “materia animada” (ánima, alma, o espíritu vital), es decir, lo que en realidad no comprendíamos acerca de la vida.

Algunos hablaban de “élan vital”, un ímpetu vital, o, como decía Laconte: “télefinalisme” para designar lo que él consideraba como la capacidad innata de los organismos vivos para actuar con un propósito determinado, en oposición a la segunda ley de la termodinámica.

En la actualidad el vitalismo tiene pocos adeptos, y los ha ido perdiendo a medida que las notables propiedades de los seres vivos se han ido explicando cada vez más en los términos de la Física y la Química.

A su vez, intentos por definir la vida apelan cada día más a estas disciplinas. En 1944, el físico austríacoErwin Schrödinger, quien gozaba de fama mundial por el desarrollo de la mecánica ondulatoria haciendo una importante aportación con su función de onda (ψ), se planteó la cuestión en un librito titulado What is life?, que en su época tuvo mucha influencia. Destacó con perspicacia dos propiedades que son particularmente características de los seres vivos:

1) Su capacidad de crear orden a partir del desorden al explotar fuentes externas de energía y alimentarse de lo que él llamaba “entropía negativa”.

2) Su capacidad de transmitir su programa específico de generación en generación, propiedad que Schrödinger, que no sabía nada de DNA, atribuía a un “cristal aperiódico”.

                                                ADN
Este tipo de cristal aperiódico se diferencia de los cristales ordinarios (que presentan periodicidad y regularidad en su estructura), en el rol que juegan sus átomos y moléculas individuales que permiten codificar gran cantidad de información y mantenerla estable y duradera.
La vida se las arregla para mantener el orden en los organismos y evitar la extinción (entropía negativa). El orden y la coherencia no solo le permiten a un organismo existir, sino también potenciar su capacidad de adaptación y funcionamiento.

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Son muchas las cosas que aún no hemos llegado a comprender, sin embargo, debemos prestar más atención a la Naturaleza que, con la mayor economía y siempre tratando de tomar el camino más sencillo, nos muestra como es el “mundo”, el Universo y, dentro de él, ¡la vida! que, muchas veces hemos tratado de crear sin ser conscientes de que, su ámbito está en la naturaleza dónde únicamente puede surgir, y, lo que nosotros podamos conseguir al querer imitarla, sólo será una simple simulación artificial que, no sabría yo sí, por muy adelantada y sofisticada que pueda ser, le podríamos llaamr ¡Vida!


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Por primera vez, un equipo de científicos ha logrado detectar y documentar todo el ciclo de la erupción de un volcán submarino, el Axial Seamount, a unos 400 kilómetros de la costa de Oregón, que ya había sido pronosticada desde hace cinco años y que, también por vez primera, ha cumplido con las fechas previstas. Se han detectado mecanismos químicos que nos llevan directamente a la evolución de la vida.

No puede haber un intento serio de comprender la vida sin el lenguaje de la química. Ello es más cierto todavía porque la información biológica depende de la Química. Por desgracia, pocos de nosotros estamos familiarizados siquiera con los elementos básicos de la química, a la que algunos nos hemos podido acercar de puntillas para conocerla sólo en la superficie y no tan profundamente como sería deseable para comprender, ya que, la Química, hoy en día, no sólo para la vida, sino que también está presente en las industrias químicas de nuestra civilización tecnológica, en las Nebulosas del espacio interestelar, en las estrellas, en las galaxias y, en el Universo entero. Sin la Química, amigos míos…¡Sería imposible la Vida!

 Si pensamos que a partir de esas células surgidas de la materia “inerte” gracias a una serie de procesos complejos, hemos podido llegar a constituirnos en seres que piensan y son conscientes de SER, no podemos más que maravillarnos de tan increible transformación que se hizo posioble en un Universo dinámico que, con unas leyes determinadas permitieron que así pudiera ocurrir.

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Aunque lo parezca, no tiene que ser necesariamente la Tierra. Otros muchos mundos parecidos pululan por las galaxias del Cosmos

 

Nuestros sueños de visitar mundos remotos, y, en ellos, encontrar otras clases de vida, otras inteligencias, es un sueño largamente acariaciado por nuestras mentes que, se resisten a estar sólas en un vasto Universo que, poseyendo miles de millones de mundos, también debe estar abarrotado de una diversidad de clases de vida que, al igual que ocurre aquí en la Tierra, pudieran (algunas de ellas) estar haciéndose la misma pregunta: ¿Estaremos sólos en tan inmenso Universo.

 No, no creo que estemos solos. La vida, debe ser un principio ineludible del Universo, es decir, un Universo sin vida, ¿para qué? ¡Qué desperdicio de espacio y de mundos! Nadie podrá observar las maravillas que contiene y, precisamente por ello, surgieron los observadores que, como nosotros mismos, tratan de saber. Debe existir una forma ancestral de la que descienden todos los seres vivos conocidos y desconocidos del Universo.

Claro que, dar una respuesta convincente y cinetífica a esta pregunta, nos resulta imposible, sólo podemos confiar en nuestra intuición que nos dice: ¡No estais sólos! ¡Todos somos uno! ¡La esencia de la vida son los pensamientos! ¡La vida surge en todas partes por igual y de la misma manera! ¡Todos somos UNO!

emilio silvera

¿La Conciencia? ¡El mayor misterio del Universo!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El "universo" de la Consciencia    ~    Comentarios Comments (2)

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La Conciencia ha sido a un tiempo misterio y fuente de misterio. Pese a ser uno de los principales objetos de estudio de la filosofía, hasta hace poco tiempo no había sido admitida en la familia de los objetos científicos susceptibles de investigación experimental. Las razones de esta tardía aceptación son obvias: Aunque todas las teorías científicas presuponen la conciencia, y aunque la sensación consciente y la percepción son necesarias para su aplicación, los medios para la investigación científica de la propia conciencia no han estado a nuestro alcance hasta hace poco tiempo.

La conciencia tiene algo especial: La experiencia consciente surge como resultado del funcionamiento de cada cerebro individual. No es posible compartirla para su observación directa de la misma manera que es posible compartir los objetos de la física. Por consiguiente, el estudio de la conciencia plantea un curioso dilema: La introspección, por sí sola, no es científicamente satisfactoria, y por bien que los relatos de diferentes personas sobre sus propias conciencias son útiles, no nos pueden revelar el funcionamiento subyacente del cerebro. De otro lado, los estudios del cerebro no pueden, por sí mismos, transmitirnos qué es ser consciente. Estas limitaciones nos hacen ver la necesidad de acercamientos especiales para poder traer la conciencia a la casa de la ciencia.

Por mi parte, habiendo leído y procurado información sobre todas estas dudas existentes sobre lo que la conciencia es, y, por supuesto, por lo que entendemos por ser conscientes, siempre he buscado las respuestas a algunas preguntas que me planteo y,  he buscado en la fuente de los que saben más que yo. Creo que la conciencia surgida desde la “materia inerte” hasta llegar a los pensamientos, es más, mucho más que esa voz interior que nos dice el camino a seguir en cada situación determinada. Cuando nos acercamos a ese “universo” de la Conciencia se nos plantean muchas preguntas y algunas de esas  preguntas serían:

  1. ¿Cómo surge la conciencia como resultado de procesos neuronales particulares y de las interacciones entre el cerebro, el cuerpo y el mundo?
  2. ¿Cómo pueden explicar estos procesos neuronales las propiedades esenciales de la experiencia consciente? Cada uno de los estados conscientes es unitario e indivisible, pero al mismo tiempo cada persona puede elegir entre un número ingente de estados conscientes distintos.
  3. ¿Cómo podemos entender los distintos estados subjetivos –los llamados qualia- en términos neuronales?
  4. ¿De qué manera puede ayudarnos nuestra comprensión de la consciencia a enlazar las descripciones estrictamente científicas con el dominio más amplio del conocimiento y la experiencia humanos?

Describir los mecanismos neuronales que dan origen a la conciencia, mostrar de qué modo las propiedades generales de la conciencia emergen como resultado de las propiedades del cerebro en tanto que sistema complejo, analizar los orígenes de los estados subjetivos o qualia, y mostrar de qué modo estas indagaciones pueden cambiar nuestra visión sobre el observador científico y sobre posturas filosóficas muy arraigadas es, no cabe duda muy difícil; además, en un pequeño artículo como el presente que, es más una reflexión en la que se exponen las dudas de lo que la conciencia pueda ser, es difícil dejar nada sentado.

No obstante, si prestamos la debida atención a las preguntas básicas que antes se han formulado, podríamos esbozar las soluciones al problema de la conciencia. Las respuestas se basan en la suposición de que la conciencia surge dentro del orden material de ciertos organismos. Pero querría dejar bien claro que no considero que la conciencia, en toda su plenitud, surja únicamente del cerebro; creo que las funciones superiores del cerebro necesitan y precisan interactuar con el mundo y con otras personas. Como un artista que si no puede exhibir sus obras a los demás, la conciencia se vería desnuda y no encontraria motivación alguna para ser sin la relación con otras conciencias.

Todo se fragua en lugares que, como el que arriba podemos contemplar, se producen millones de conexiones e impulsos eléctricos que llevan las instrucciones al centro de información del cerebro de dónde surje la conciencia y emerge el Yo particular de cada uno de nosotros que, de esa manera, al recibir la información que le envía los sentidos, llega a ser consciente de Ser.

Así que, una vez establecida esta nueva comprensión de la manera en que nace la conciencia, podríamos tratar algunas cuestiones interesantes que se derivan de esta perspectiva. Para empezar, propondría una nueva visión del observador científico e indaguemos sobre cómo podemos saber lo que sabemos –el dominio de la epistemología-, para, finalmente, discutir qué sujetos son apropiados para el estudio científico. Es importante someter estas cuestiones a un examen profundo porque la proposición –que la conciencia surge como resultado de un tipo particular de proceso cerebral que es a un tiempo altamente unificado (o integrado) y altamente complejo (o diferenciado) tienen implicaciones de gran alcance.

A fin de esclarecer los fundamentos de la conciencia y de explicar algunas de sus propiedades es necesario contemplar primero varias cuestiones polémicas. Antes de acometer el tema central, el sustrato neuronal de la conciencia, sería necesario pasar revista a los rasgos estructurales y funcionales de la organización del cerebro y facilitar así, la comprensión, de cómo la materia en una simbiosis con la energía y en contacto directo con la Naturaleza, puede, según podemos ver, hacer surgir tal maravilla de ¡de ser conscientes!

“Cuando dirijo la mirada hacia el cielo, veo la cúpula celeste aplanada y el brillante disco del Sol y centenares de cosas visibles bajo él. ¿Cuáles son los pasos que hacen que eso sea posible? Un rayo de luz procedente del Sol penetra en el ojo y enfoca una imagen en la retina, con lo que provoca un cambio, que a su vez viaja hasta la capa de nervios del cerebro. La cadena entera de sucesos, desde el Sol hasta el cerebro, es física: cada uno de los pasos es una reacción eléctrica. Pero entonces se produce un cambio completamente distinto a los que le precedieron y completamente inexplicable e inesperado: ante la mente se presenta una escena visual. Veo la cúpula dorada o celeste, y el Sol en ella, y centenares de otras cosas visuales. Percibo, en fin, una imagen del mundo que me rodea.”

Con el sencillo examen anteriormente expuesto, ilustraba, en 1940, el gran neurofisiólogo Charles Sherrington el problema de la conciencia y su convencimiento de que era científicamente inexplicable.

Unos pocos años antes, Bertrand Russell usaba un ejemplo parecido para expresar su escepticismo sobre la capacidad de los filósofos para alcanzar una respuesta:

“Suponemos que un proceso físico da comienzo en un objeto visible, viaja hasta el ojo, donde se convierte en otro proceso físico que provoca aun otro proceso físico en el nervio óptico y, finalmente, produce algún efecto en el cerebro al mismo tiempo que vemos el objeto donde se inició el proceso; pero este proceso de ver es algo “mental”, de naturaleza totalmente distinta a la de los procesos físicos que los preceden y acompañan. Esta concepción es tan extraña que los metafísicos han inventado toda suerte de teorías con el fin de sustituirla con algo menos increíble.”

Al asunto de la conciencia, como podemos ver, no le ha faltado atención. En el pasado fue dominio exclusivo de filósofos, pero recientemente tanto psicólogos como neurocientíficos han empezado a abordar el llamado problema cuerpo-mente o, en sugerente expresión de Schopenhauer, “el nudo del mundo”.

        William James

A finales del siglo XIX, William James decía:

“Todo el mundo sabe lo que es la atención; es la toma de posesión por la mente, de una forma clara e intensa, de un hilo de pensamiento de entre varios simultáneamente posibles.” Más de cien años más tarde, son muchos los que creen que seguimos sin tener una comprensión de fondo ni de la atención, ni de la conciencia.

Desde que René Descartes se ocupara del problema, pocos han sido los temas que hayan preocupado a los filósofos tan persistentemente como el enigma de la conciencia. Para Descartes como para James más de dos siglos después, ser consciente era sinónimo de “pensar”: el hilo del pensamiento de James no era otra cosa que una corriente de pensamiento. El cogito ergo sum, “pienso, luego existo”“  que formuló Descartes como fundamento de su filosofía, ha sido, a estas alturas, largamente superado por otras vías que, apartadas de la filosofía, se acercan más a la ciencia y nos hablan de escenas mentales inventadas por nuestros cerebros que, en cada caso, inventan una realidad.

                    Siempre hemos sabido imaginar otros mundos, otros lugares, otros escenarios

La ciencia ha intentado siempre eliminar de su descripción del mundo todo lo subjetivo. Pero, ¿qué pasa cuando la propia subjetividad es el objeto de la investigación? Habría que examinar el problema fundamental que plantea la conciencia y del cual toda teoría científica debe dar cuenta. Consideremos este sencillo ejemplo: ¿Por qué razón cada vez que realizamos ciertas distinciones, como por ejemplo entre la luz y la oscuridad, somos conscientes, en tanto que la misma discriminación entre estados, cuando la realiza un dispositivo físico simple, aparentemente no está asociada a una experiencia consciente? Esta paradoja sugiere que los intentos por entender la conciencia basados en las propiedades intrínsecas de ciertas neuronas o ciertas áreas del cerebro están condenados al fracaso. Sin embargo, no es así, y, a medida que se profundiza en el estudio del cerebro, se van descubriendo matices que, al ser relacionados con otros ya conocidos nos lleva poco a poco, a la comprensión compleja del cerebro y de su funcionamiento.

Está claro que el cerebro individual es “El Teatro” privado de cada uno: Unidad continua, variedad infinita. Sólo en el planeta Tierra… ¿Qué “mundos” extraños pueden existir en la mente de más de siete mil millones de seres? Si pudiñéramos contemplarlas todas… ¡Qué locura! Llevamos miles de años en este planeta evolucionando con el entorno que a cada cual le designó su destino, y, a pesar de haberlo intentado, todavía nadie ha sabido explicar lo que la Conciencia es.

Nuestra estrategia para explicar la base neuronal de la conciencia consiste en centrarse en las propiedades más generales de la experiencia consciente, es decir, aquellas que todos los estados conscientes comparten. De estas propiedades, una de las más importantes es la integración o unidad. La integración se refiere a que el sujeto de la experiencia no puede en ningún momento dividir un estado consciente en una serie de componentes independientes. Esta propiedad está relacionada con nuestra incapacidad para hacer conscientemente dos cosas al mismo tiempo, como por ejemplo, estar ahora escribiendo este comentario para ustedes y al mismo tiempo mantener una conversación sobre el Universo con mis amigos.

Otra propiedad clave de la experiencia consciente, y una que aparentemente contrasta con la anterior, es su extraordinaria diferenciación o informatividad: En cada momento podemos seleccionar uno entre miles de millones de estados conscientes posibles en apenas una fracción de segundo. Nos enfrentamos, pues, a la aparente paradoja de que la unidad encierra la complejidad: el cerebro tiene que afrontar la sobreabundancia sin perder la unidad o coherencia. La tarea de la ciencia consiste en mostrar de qué manera la consigue.

Estamos conectados con el Universo porque formamos parte de él, nada en el inmenso Cosmos es independiente aunque pueda dar esa sensaciòn. De alguna manera que aún no hemos podido explicar, existen hilos invisibles que todo lo conecta y, lo que pasa en un lugar remoto, no sabemos por qué, incide en lo que está aquí, muy lejos de aquel acontecimiento.

Los últimos pensamientos sobre la mente y la conciencia están centrados en el constructivismo y nos viene a decir que cada cual, se fabrica su propia realidad, y, al hilo de ese pensamiento se me vienen a la mente algunas lecciones de neuropsicología y lo que es la integración bajo tensión, me explico: algunas de las indicaciones más sobresalientes de la ineludible unidad de la experiencia consciente provienen del examen de ciertos fenómenos patológicos. Muchos trastornos neuropsicológicos demuestran que la conciencia puede doblarse o encogerse y, en ocasiones, incluso dividirse, pero que nunca tolera que se rompa la coherencia. Por ejemplo, aunque un derrame cerebral en el hemisferio derecho deja a muchas personas con ese lado del cuerpo paralizado y afectado por una pérdida sensorial completa, algunas personas niegan su parálisis, un fenómeno que se conoce como anosognosia.

Cuando se le presentan pruebas de que su brazo y su pierna derecha no pueden moverse, algunas de estas personas llegan incluso a negar que se trate de sus extremidades y las tratan como si fuesen cuerpos extraños. Otras personas con daños bilaterales masivos en la región occipital no pueden ver nada y, sin embargo, no reconocen que estén ciegos (síndrome de Antón).

Las personas con cerebro dividido ofrecen una demostración más de que la conciencia siente horror por los vacíos o las discontinuidades. Las personas con hemi-inantención, un complejo síndrome neuropsicológico que se suele dar cuando se producen lesiones en el lóbulo parietal derecho, no son conscientes del lado izquierdo de las cosas, a veces incluso de toda la parte izquierda del mundo. Pongo estos ejemplos para que podamos ver la complejidad de lo que el cerebro encierra.

Asisto con otras muchas personas a un mismo lugar para escuchar y ser testigos de una conferencia. Tal reunión dará lugar a una multitud de pensamientos, los suyos y los míos, algunos mutuamente coherentes, otros no. Son tan poco individuales y recíprocamente independientes como son un todo coherente. No son ni lo uno ni lo otro: ninguno de ellos está separado, sino que cada uno pertenece al ámbito de los otros pero además al de ninguno. Mi pensamiento pertenece a la totalidad de mis otros pensamientos, y el de cada uno, a la totalidad de pensamientos de cada uno… los únicos estados de conciencia que de forma natural experimentamos se encuentran en las consciencias personales, en las mentes, en todos los yo y tu particulares y concretos… el hecho consciente universal no es “los sentimientos y los pensamientos existen”, sino “yo pienso” y “yo siento”. De ahí, sin lugar a ninguna duda surge, la idea de que cada cual, dentro de su mente, se inventa su realidad del mundo que le rodea.

                                                   Algunos, llegan a decir que somos la imagen de algo divino… Sí, somos Naturaleza

Es un buen reflejo de la arrogancia humana el hecho de que se hayan erigido sistemas filosóficos enteros sobre la base de una fenomenología subjetiva: la experiencia consciente de un solo individuo con inclinaciones filosóficas. Tal como Descartes reconoció y estableció como punto de partida, esta arrogancia es justificada, por cuanto nuestra experiencia consciente es la única ontología sobre la cual tenemos evidencia directa. La inmensa riqueza del mundo fenoménico que experimentamos –la experiencia consciente como tal- parece depender de una nimiedad del menaje de ese mundo, un trozo de tejido gelatinoso del interior del cráneo. Nuestro cerebro, un actor “secundario” y “fugaz” que casi ninguno llega a ver sobre el escenario de la conciencia, parece ser el guardián del teatro entero. Como a todos se nos hace dolorosamente obvio cuando nos vemos ante una escena de desgracia humana, en un ser querido cercano, supondrá una agresión al cerebro y puede modificar permanentemente todo nuestro mundo. De ahí, el hecho cierto, de que las sensaciones tales como los sentimientos o el dolor, inciden de manera directa, a través de los sentidos, en nuestra consciencia que, como decimos, siempre es particular e individualizada, nadie podrá nunca compartir su consciencia y, sin embargo ésta, estará también siempre, supeditada al mundo que la rodea y de la que recibe los mensajes que, aún siendo los mismos, cada cual los interpretará a su manera muy particular y, al mismo tiempo, dentro de unos cánones pre-establecidos de una manera común de ver y entender el mundo al que pertenecemos.

Amigos, tenemos una jungla en la cabeza, y, su enmarañada ramificación es tan descomunalmente compleja que, de momento, lo único que podemos hacer es ir abriéndonos camino a machetazos de la ciencia que, sin duda alguna, finalmente nos permitirá deambular por esa intrincada selva que llamamos cerebro y que es la residencia de nuestras mentes generadoras de pensamientos… y, también, de sentimientos.

                        Ella también pasó por la experiencia de un derrame cerebral

“Perdí bastante visión durante dos años, también la audición, no podía escribir, me costaba caminar, no podía hablar bien y perdí mucha memoria”. y

“me llevó mucho tiempo volver a funcionar, me costaba por el tema de la memoria en el set, solo en los últimos dos años puedo decir que estoy recuperada totalmente”.

Lo cierto es que somos poseedores de algo que no hemos llegado a comprender, de algo tan grande que excede a nuestro intelecto, de algo que no deja de crecer y madurar y que, con el paso del tiempo se hace más y más “grande” hasta el punto de que su expansión abarca al universo entero del que, por cierto, crea modelos y teorías en el apartado que hemos llamado ciencia. Una parte de la Ciencia estudia la estructura y la evolución del Universo: La cosmología. Todas las civilizaciones tienen una idea sobre el origen de todas las cosas, una teoría sobre el Universo. “Las Cosmologías” son otras posibles interpretaciones del mundo que nos rodea visto por las distintas cicilizaciones que por aquí han ido pasando. Sus herramientas conceptuales y exegéticas reposan en sus consciencias en evolución hasta que llegaron a lo que conocemos como Ciencia. Existe hoy, en el siglo XXI, una teoría del Universo que posee el título de rigor y la verisimilitud de toda buena teoría física: “el modelo cosmológico estándar” que está construido por un sin fin de pensamientos surgidos a lo largo del tiempo sin fin y que se han ido perfeccionando con la ayuda de la Mente que es creadora de la Consciencia creadora a través de los sentidos que detectan los acontecimientos del mundo.

 

 

No siempre tuvimos conciencia de la existencia de algo llamado Gravedad que siempre, desde el nacimiento del Universo, estuvo presente en las vidas de todos los seres que han sido y que, sin ellos saberlo, mantenía cohexionadas las galaxias de mundos y estrellas. Aquellas civilizaciones del pasado, cuyas consciencias estaban menos evolucionadas que las nuestras-, le pusieron el nombre de sus dioses y fantásticas criaturas a las constelaciones del cielo, y, hoy día, algunos de aquellos nombres aún perduran. Ellos querían “ver” en las figuras que observaban en las estrellas, o, que imaginaban ver, a sus familiares dioses o a sus portentosos seres de fuerza y poderes inimaginables.

Hoy, con las consciencias más evolucionadas, también creemos ver  “materia oscura” y seguimos imaginando “cosas” mientras la Conciencia sigue creciendo, haciéndose mayor para llegar a comprender, lo que el Universo es, lo que es la esencia de la Naturaleza y saber, al fín, quiénes somos.

emilio silvera

Desde la materia “inerte” a los pensamientos

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo y los pensamientos    ~    Comentarios Comments (101)

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¿Cómo es posible que, a partir de la materia “inerte”, hayan podido surgir seres vivos e incluso, algunos que, como nosotros puedan pensar?

                                                 Los sentidos: las herramientas que utiliza el cerebro para estar comunicado con el exterior

La percepción, los sentidos y los pensamientos… Para poder entender la conciencia como proceso es preciso que entendamos cómo funciona nuestro cerebro, su arquitectura y desarrollo con sus funciones dinámicas. Lo que no está claro es que la conciencia se encuentre causalmente asociada a ciertos procesos cerebrales pero no a otros.

El cerebro humano ¿es especial?,  su conectividad, su dinámica, su forma de funcionamiento, su relación con el cuerpo y con el mundo exterior, no se parece a nada que la ciencia conozca. Tiene un carácter único y ofrecer una imagen fidedigna del cerebro no resulta nada fácil; es un reto tan extraordinario que no estamos preparados para cumplir en este momento. Estamos lejos de ofrecer esa imagen completa, y sólo podemos dar resultados parciales de esta enorme maravilla de la Naturaleza.

Nuestro cerebro adulto, con poco más de 1 Kg de peso, contiene unos cien mil millones de células nerviosas o neuronas. La parte o capa ondulada más exterior o corteza cerebral, que es la parte del cerebro de evolución más reciente, contiene alrededor de treinta millones de neuronas y un billón de conexiones o sinapsis. Si contáramos una sinapsis cada segundo, tardaríamos 32 millones de años en acabar el recuento. Si consideramos el número posible de circuitos neuronales, tendremos que habérnoslas con cifras hiperastronómicas. Un 10 seguido de, al menos, un millón de ceros (en comparación, el número de partículas del universo conocido asciende a “tan sólo” un 10 seguido de 79 ceros). ¡A que va a resultar que no somos tan insignificantes!

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