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Desde la materia “inerte” a los pensamientos

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo y los pensamientos    ~    Comentarios Comments (101)

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¿Cómo es posible que, a partir de la materia “inerte”, hayan podido surgir seres vivos e incluso, algunos que, como nosotros puedan pensar?

                                                 Los sentidos: las herramientas que utiliza el cerebro para estar comunicado con el exterior

La percepción, los sentidos y los pensamientos… Para poder entender la conciencia como proceso es preciso que entendamos cómo funciona nuestro cerebro, su arquitectura y desarrollo con sus funciones dinámicas. Lo que no está claro es que la conciencia se encuentre causalmente asociada a ciertos procesos cerebrales pero no a otros.

El cerebro humano ¿es especial?,  su conectividad, su dinámica, su forma de funcionamiento, su relación con el cuerpo y con el mundo exterior, no se parece a nada que la ciencia conozca. Tiene un carácter único y ofrecer una imagen fidedigna del cerebro no resulta nada fácil; es un reto tan extraordinario que no estamos preparados para cumplir en este momento. Estamos lejos de ofrecer esa imagen completa, y sólo podemos dar resultados parciales de esta enorme maravilla de la Naturaleza.

Nuestro cerebro adulto, con poco más de 1 Kg de peso, contiene unos cien mil millones de células nerviosas o neuronas. La parte o capa ondulada más exterior o corteza cerebral, que es la parte del cerebro de evolución más reciente, contiene alrededor de treinta millones de neuronas y un billón de conexiones o sinapsis. Si contáramos una sinapsis cada segundo, tardaríamos 32 millones de años en acabar el recuento. Si consideramos el número posible de circuitos neuronales, tendremos que habérnoslas con cifras hiperastronómicas. Un 10 seguido de, al menos, un millón de ceros (en comparación, el número de partículas del universo conocido asciende a “tan sólo” un 10 seguido de 79 ceros). ¡A que va a resultar que no somos tan insignificantes!

El suministro de datos que llega en forma de multitud de mensajes procede de los sentidos, que detectan el entorno interno y externo, y luego envía el resultado a los músculos para dirigir lo que hacemos y decimos. Así pues, el cerebro es como un enorme ordenador que realiza una serie de tareas basadas en la información que le llega de los sentidos. Pero, a diferencia de un ordenador, la cantidad de material que entra y sale parece poca cosa en comparación con la actividad interna. Seguimos pensando, sintiendo y procesando información incluso cuando cerramos los ojos y descansamos.

Con tan enorme cantidad de circuitos neuronales, ¿cómo no vamos a ser capaces de descifrar todos los secretos de nuestro universo? ¿De qué seremos capaces cuando podamos disponer de un rendimiento cerebral del 80 ó 90 por ciento? Algunas veces hemos oido comentar: “Sólo utilizamos un diez por ciento del cerebro…” En realidad, la frase no indica la realidad, se refiere al hecho de que, aunque utilizamos el cerebro en su totalidad, se estima que está al diez por ciento de su capacidad real que, será una realidad a medida que evolucione y, en el futuro, esa capacidad de hoy será un 90 por ciento mayor.

 

 

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Aún no conocemos bien la direccionalidad de los circuitos neuronales

El límite de lo que podremos conseguir tiene un horizonte muy lejano. Y, llega un momento en el cual, se puede llegar a pensar que no existen limites en lo que podemos conseguir: Desde hablar sin palabras sonoras a la auto-transportación. Si -como pienso- somos pura energía pensante, no habrá límite alguno; el cuerpo que ahora nos lleva de un lugar a otro, ya no será necesario, y como los fotones que no tienen masa, podremos desplazarnos a velocidades lumínicas.

Creo que estoy corriendo demasiado en el tiempo, volvamos a la realidad. A veces mi mente se dispara. Lo mismo visito mundos extraordinarios con mares luminosos de neón líquido poblados por seres transparentes, que viajo a galaxias muy lejanas pobladas de estrellas de fusión fría circundadas por nubes doradas compuestas de antimateria en la que, los positrones medio congelados, se mueven lentamente formando un calidoscopio de figuras alucinantes de mil colores. ¡La mente, qué tesoro!

 

La unidad a partir de la cual se configuran todas las fabulosas actividades del cerebro es una célula del mismo, la neurona. Las neuronas son unas células fantásticamente ramificadas y extendidas, pero diminutas que, sin embargo y en sentido figurado,  podríamos decir que son tan grandes como el universo mismo.

Cuando seamos capaces de convertir en realidad todo aquello en lo que podamos pensar, entonces, habremos alcanzado la meta. Para que eso pueda llegar a ocurrir, aún falta mucho tiempo. Sin embargo, si el Universo no lo impide y nuestro transcurrir continúa, todo lo que podamos imaginar… podrá ser posible. Incluso imposibilidades físicas de hoy, dejarán de existir mañana y, ¡la Mente! posiblemente (al igual que hoy ordena a las distintas partes del cuerpo que realice esta o aquella función), se encargará de que todo funcione bien, erradicará cualquier enfermedad que nos pueda atacar y, tendrá el conjunto del “sistema” en perfectas condiciones de salud, lo cual me lleva a pensar que, para cuando eso llegue, los médicos serán un recuerdo del pasado.

Es curioso y sorprendente la evolución alcanzada por la Mente Humana. El mundo físico se representa gobernado de acuerdo a leyes matemáticas. Desde este punto de vista, todo lo que hay en el universo físico está realmente gobernado en todos sus detalles por principios matemáticos, quizá por ecuaciones tales que aún no hemos podido llegar a comprender y, ni que sabemos que puedan existir.

Lo más seguro es que la descripción real del mundo físico esté pendiente de matemáticas futuras, aún por descubrir, fundamentalmente distintas de las que ahora tenemos. Llegarán nuevos Gauss, Riemann, Euler, o, Ramanujans… que, con sus nuevas ideas transformarán el pensamiento matemático para hacer posible que podamos, al fin, comprender lo que realmente somos.

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Son nuestras Mentes, productos de la evolución del Universo que, a partir de la materia inerte, ha podido alcanzar el estadio bio-químico de la consciencia y, al ser conscientes, hemos podido descubrir que existen “números misteriosos” dentro de los cuales subyacen mensajes que tenemos que desvelar.

Antes tendremos que haber descifrado las funciones modulares de los cuadernos perdidos de Ramanujan, o por ejemplo, el verdadero significado del número 137, ése número puro adimensional que encierra los misterios del electrón (e) – electromagnetismo -, de la constante de Planck (h) – el cuando te acción – y de la luz (c) – la relatividad -.

Los resultados son lentos, no se avanza con la rapidez que todos deseamos. Sin embargo, eso ocurre por algo, el ritmo del Universo considerado como Naturaleza, podríamos decir que es “sabio” y, si actúa de esa manera…Por algo será. Deja que de vez en cuando, sobresalgan algunas mentes y se eleven por encima del común, de ejemplos tenemnos la historia llena. Esos “saltos” de la conciencia son los tiempos que marca el Universo para que, poco a poco, se produzca nuestra evolución, es la única forma de que todo se haga de manera correcta y de que, los nuevos pensamientos se vayan asentando debidamente en las Mentes futuras. Pongamos un ejemplo: Poincaré expuso su conjetura y, más de un siglo después, Perelman la resolvió. Riemann expuso su geometría del espacio curvo, y hasta 60 años más tarde no fue descubierta por Einstein para hacer posible su formulación de la relatividad general, donde describe cómo las grandes masas distorsionan el espacio y el tiempo por medio de la fuerza de gravedad que generan. El conocimiento humano avanza al ritmo que le impone la Naturaleza.

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¡Son tantos los secretos que nos quedan por desvelar! la Naturaleza es la portadora de todas las respuestas…Observémosla con atención y, aprendamos de ella y, de ser posible, procuremos no molestarla, “Ella” nos permite estar aquí para que evolucionemos y, algún día, cuando seamos mayores…quizás nos deje formar parte de algo más…¿mental?

No, no será nada fácil imitar a la Naturaleza…¡Esa perfección! Sin embargo, llegados a ese punto, debemos pensar que nosotros también formamos parte de ella, la parte que piensa y, si es así, ¿qué cometido tendremos asignado en este Universo? Esa es la pregunta que ninguno de los grandes pensadores de la Historia, han podido contestar.

Pensar, por ejemplo, en las complejas matemáticas topológicas requeridas por la teoría de supercuerdas puede producir incomodidad en muchas personas que, aún siendo físicos, no están tan capacitados como para entender tan profundas ideas (me incluyo).

Bernhard Riemann introdujo muchas nuevas ideas y fue uno de los más grandes matemáticos. En su corta vida (1.826 – 1.866) propuso innumerables propuestas matemáticas que cambiaron profundamente el curso del pensamiento de los números en el planeta Tierra, como el que subyace en la teoría relativista en su versión general de la gravedad, entre otras muchas (superficie de Riemann, etc.). Riemann les enseñó a todos a considerar las cosas de un modo diferente.

La superficie de Riemann asociada a la función holomorfa “tiene su propia opinión” y decide por sí misma cuál debería ser el, o mejor, su dominio, con independencia de la región del plano complejo que nosotros podamos haberle asignado inicialmente.

Podríamos encontrar otros muchos tipos de superficies de Riemann.

 

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Superficie de Riemann que aparece al extender el dominio de la función f (z) = \sqrt(z)

Este bello concepto desempeña un papel importante en algunos de los intentos modernos de encontrar una nueva base para la física matemática (muy especialmente en la teoría de cuerdas), y al final, seguramente se descubrirá el mensaje que encierra.

El caso de las superficies de Riemann es fascinante, aunque desgraciadamente sólo es para iniciados. Proporcionaron los primeros ejemplos de la noción general de variedad, que es un espacio que puede pensarse “curvado” de diversas maneras, pero que localmente (por ejemplo, en un entorno pequeño de cualquiera de sus puntos), parece un fragmento de espacio euclídeo ordinario.

Stereographic projection in 3D.png fig.1: Proyección estereográfica del plano complejo extendido sobre la “esfera de Riemann”.
RiemannKugel.jpg fig.2: La “esfera de Riemann” puede ser visualizada como el plano complejo envuelto alrededor de una esfera.

En matemática, la esfera de Riemann (o plano complejo extendido), llamado en honor al matemático del siglo XIX del mismo nombre, es una esfera obtenida del plano complejo mediante la adición de un punto del infinito. La esfera es la representación geométrica de los números complejos extendidos \mathbb{C} \cup \{\infty\}, (véase fig.1 y fig.2), la cual consiste en los números complejos ordinarios en conjunción con el símbolo \infty\! para representar el infinito.

La esfera de Riemann, superficie de Riemann compacta, el teorema de la aplicación de Riemann, las superficies de Riemann y aplicaciones complejas… He tratado de exponer en unas líneas la enorme importancia de este personaje para las matemáticas en general y la geometría y para la física en particular. Es uno de esos casos a los que antes me refería. Después de él, la Humanidad ha tenido un parón en el desarrollo de las ideas hasta que asimilaron las suyas y, después, llegó Einstein y otros.

Tenemos que convenir que todo, sin excepción, es relativo y resulta ya evidente la gran crisis de la noción de realidad “veritas” que el mundo padece, la ciencia BASE, la matemática, sufrió el varapalo a partir de la matemática topológica de Poincaré, y el desarrollo sorpresivo de la matemática del caos; de pronto el idealismo de la ecuación diferencial queda derribado : el mundo que funciona como un reloj de Tolomeo queda finiquitado; ¿donde puñetas está la materia perdida?; de pronto nuestras consciencias “comprenden” que la “verdad” no existe, es decir, que no existe nuestra realidad del mundo.

Y, mientras tanto, nuestras mentes siguen su camino, siempre queriendo ir más allá y siempre profundizando en los secretos de la Naturaleza de lo que tenemos muchos ejemplos, tales como nuestras consideraciones sobre los dos aspectos de la relatividad general de Einstein, a saber, el principio de la relatividad, que nos dice que las leyes de la física son ciegas a la distinción entre reposo y movimiento uniforme; y el principio de equivalencia, que nos dice de qué forma sutil deben modificarse estas ideas para englobar el campo gravitatorio.

                                                                Todo es finito, es decir, que tiene un fin, y la velocidad de la luz no podía ser una excepción

 

Ahora hay que hablar del tercer ingrediente fundamental de la teoría de Einstein, que está relacionada con la finitud de la velocidad de la luz. Es un hecho notable que estos tres ingredientes básicos puedan remontarse a Galileo; en efecto, parece que fue también Galileo el primero que tuvo una expectativa clara de que la luz debería viajar con velocidad finita, hasta el punto de que intentó medir dicha velocidad. El método que propuso (1.638), que implica la sincronización de destellos de linternas entre colinas distantes, era, como sabemos hoy, demasiado tosco (otro ejemplo de la evolución que, con el tiempo, se produce en nuestras mentes). Él no tenía forma alguna de anticipar la extraordinaria velocidad de la luz.

Parece que tanto Galileo como Newton tenían poderosas sospechas respecto a un profundo papel que conecta la naturaleza de la luz con las fuerzas que mantienen la materia unida y, si consideramos que esa fuerza que hace posible la unión de la materia reside en el corazón de los átomos (en sus núcleos), podemos hacernos una clara idea de lo ilimitado que puede ser el pensamiento humano que, ya en aquellos tiempos -en realidad mucho anters- pudo llegar a intuir las fuerzas que están presentes en nuestro Universo.

En los núcleos atómicos reside la fuerza (nuclear fuerte) que hace posible la existencia de la materia que comienza por los átomos que, al juntarse y formar células, hace posible que éstas se junten y formen moléculas que a su vez, se reunen para formar sustancias y cuerpos.

Pero la comprensión adecuada de estas ideas tuvo que esperar hasta el siglo XX, cuando se reveló la verdadera naturaleza de las fuerzas químicas y de las fuerzas que mantienen unidos los átomos individuales. Ahora sabemos que tales fuerzas tienen un origen fundamentalmente electromagnético (que vincula y concierne a la implicación del campo electromagnético con partículas cargadas) y que la teoría del electromagnetismo es también la teoría de la luz.

Para entender los átomos y la química se necesitan otros ingredientes procedentes de la teoría cuántica, pero las ecuaciones básicas que describen el electromagnetismo y la luz fueron propuestas en 1.865 por el físico escocés James Clark Maxwell, que había sido inspirado por los magníficos descubrimientos experimentales de Michael Faraday unos treinta años antes y que él plasmó en una maravillosa teoría.

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El electromagnetismo es una rama de la Física que estudia y unifica los fenómenos eléctricos y magnéticos en una sola teoría. El electromagnetismo es una teoría de campos; es decir, las explicaciones y predicciones que provee se basan en magnitudes físicas vectoriales dependientes de la posición en el espacio y del tiempo.

Esta teoría del electromagnetismo de Maxwell tenía la particularidad de que requería que la velocidad de la luz tuviera un valor fijo y definido, que normalmente se conoce como c, y que en unidades ordinarias es aproximadamente 3 × 108 metros por segundo. Maxwell, guiado por los experimentos de Faraday, hizo posible un hecho que cambió la historia de la humanidad para siempre. Un hecho de la misma importancia que el descubrimiento del fuego, la rueda o los metales. El matemático y poeta escocés unificó los campos eléctrico y magnético a través de unas pocas ecuaciones que describen como estos campos se entretejen y actúan sobre la materia.

Claro que, estos importantísimos avances han sido simples escalones de la “infinita” escalera que tenemos que subir y, la misma relatividad de Einstein no ha sido (después de un siglo) aún comprendido en su plenitud y muchos de sus mensajes están escondidos en lo más profundo de nuestras mentes que, ha sabido parcialmente descubrir el mensaje de Einstein pero, seguimos buscando.

Sin embargo, esto nos presenta un enigma si queremos conservar el principio de relatividad. El sentido común nos diría que si se mide que la velocidad de la luz toma el valor concreto c en el sistema de referencia del observador, entonces un segundo observador que se mueva a una velocidad muy alta con respecto al primero medirá que la luz viaja a una velocidad diferente, aumentada o disminuida, según sea el movimiento del segundo observador.

Estaría bueno que, al final se descubriera que alfa (α) tuviera un papel importante en la compleja teoría de cuerdas, ¿Por qué no? En realidad alfa, la constante de estructura fina, nos habla del magnetismo, de la constante de Planck y de la relatividad especial, es decir, la velocidad de la luz y, todo eso, según parece, emergen en las ecuaciones topológicas de la moderna teoría de cuerdas. ¡Ya veremos!

Pero el principio de relatividad exigiría que las leyes físicas del segundo observador (que definen en particular la velocidad de la luz que percibe el segundo observador) deberían ser idénticas a las del primer observador. Esta aparente contradicción entre la constancia de la velocidad de la luz y el principio de relatividad condujo a Einstein (como de hecho, había llevado previamente al físico holandés Hendrick Antón Lorentz y muy en especial al matemático francés Henri Poincaré) a un punto de vista notable por el que el principio de relatividad del movimiento puede hacerse compatible con la constancia de una velocidad finita de la luz.

¿Cómo funciona esto? Sería normal que cualquier persona creyera en la existencia de un conflicto irresoluble entre los requisitos de una teoría como la de Maxwell, en la que existe una velocidad absoluta de la luz, y un principio de relatividad según el cual las leyes físicas parecen las mismas con independencia de la velocidad del sistema de referencia utilizado para su descripción.

¿No podría hacerse que el sistema de referencia se moviera con una velocidad que se acercara o incluso superara a la de la luz? Y según este sistema, ¿no es cierto que la velocidad aparente de la luz no podría seguir siendo la misma que era antes? Esta indudable paradoja no aparece en una teoría, tal como la originalmente preferida por Newton (y parece que también por Galileo), en la que la luz se comporta como partículas cuya velocidad depende de la velocidad de la fuente. En consecuencia, Galileo y Newton podían seguir viviendo cómodamente con un principio de relatividad.

La velocidad de la luz en el vacío es una constante de la Naturaleza y, cuando cientos de miles de millones de millones salen disparados de esta galaxia hacia el vacío espacial, su velocidad de 299.792.450 metros por segundo, es constante independientemente de la fuente que pueda emitir los fotones y de si ésta está en reposo o en movimiento.

Así que, la antigua imagen de la naturaleza de la luz entró en conflicto a lo largo de los años, como era el caso de observaciones de estrellas dobles lejanas que mostraban que la velocidad de la luz era independiente de la de su fuente. Por el contrario, la teoría de Maxwell había ganado fuerza, no sólo por el poderoso apoyo que obtuvo de la observación (muy especialmente en los experimentos de Heinrich Hertz en 1.888), sino también por la naturaleza convincente y unificadora de la propia teoría, por la que las leyes que gobiernan los campos eléctricos, los campos magnéticos y la luz están todos subsumidos en un esquema matemático de notable elegancia y simplicidad.

Las ondas luminosas como las sonoras, actúan de una u otra manera dependiendo del medio en el que se propagan.

En la teoría de Maxwell, la luz toma forma de ondas, no de partículas, y debemos enfrentarnos al hecho de que en esta teoría hay realmente una velocidad fija a la que deben viajar las ondas luminosas.

El punto de vista geométrico-espaciotemporal nos proporciona una ruta particularmente clara hacia la solución de la paradoja que presenta el conflicto entre la teoría de Maxwell y el principio derelatividad.

Este punto de vista espaciotemporal no fue el que Einstein adoptó originalmente (ni fue el punto de vista de Lorentz, ni siquiera, al parecer, de Poincaré), pero, mirando en retrospectiva, podemos ver la potencia de este enfoque. Por el momento, ignoremos la gravedad y las sutilezas y complicaciones asociadas que proporciona el principio de equivalencia y otras complejas cuestiones, que estimo aburrirían al lector no especialista, hablando de que en el espacio-tiempo se pueden concebir grupos de todos los diferentes rayos de luz que pasan a ser familias de íneas de universo.

Baste saber que, como quedó demostrado por Einstein, la luz, independientemente de su fuente y de la velocidad con que ésta se pueda mover, tendrá siempre la misma velocidad en el vacío, c, o 299.792.458 metros por segundo. Cuando la luz atraviesa un medio material, su velocidad se reduce. Precisamente, es la velocidad c el límite alcanzable de la velocidad más alta del universo. Es una constante universal y, como hemos dicho, es independiente de la velocidad del observador y de la fuente emisora.

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El Universo está dentro de nuestras Mentes

¡La Mente! Qué caminos puede recorrer y, sobre todo ¿quien la guía? Comencé este trabajo con la imagen del ojo humano y hablando de los sentidos y de la consciencia y mira donde he finalizado…Sí, nos falta mucho camino por recorrer para llegar a desvelar los misterios de la Mente que, en realidad, es la muestra más alta que el Universo nos puede mostrar de lo que puede surgir a partir de la sencillez de los átomos de hidrógeno que, evolucionados, primero en las entrañas de las estrellas y después en los circuitos de nuestras mentes, llega hasta los pensamientos y la imaginación que…son palabras mayores de cuyo alcance, aún no tenemos una idea que realmente refleje su realidad.

Pero, ¿existe alguna realidad?, o, por el contrario todo es siempre cambiante y lo que hoy es mañana no existirá, si “realmente” es así, ocurre igual que con el tiempo. La evolución es algo que camina siempre hacia adelante, es inexorable, nunca se para y, aunque como el tiempo pueda ralentizarse, finalmente sigue su camino hacia esos lugares que ahora, sólo podemos imaginar y que, seguramente, nuestros pensamientos no puedan (por falta de conocimientos) plasmar en lo que será esa realidad futura.

emilio silvera

 

  1. 1
    floren
    el 22 de marzo del 2012 a las 9:23

    Para mí también es un placer compartir tus pensamientos, e impregnarme del optimismo que también reflejas en ellos, algo que no es tan fácil en los tiempos que corren.
    Respecto a los cambios positivos a los que haces referencia, también este maravilloso Ser que es Eduardo Galeano, nos invita a soñar, con su articulo “el derecho al delirio”, que escribió antes de 2001 para el nuevo milenio.
    El derecho al delirio
    Ya está naciendo el nuevo milenio. No da para tomarse el asunto demasiado en serio: al fin y al cabo, el año 2001 de los cristianos es el año 1379 de los musulmanes, el 5114 de los mayas y el 5762 de los judíos. El nuevo milenio nace un primero de enero por obra y gracia de un capricho de los senadores del imperio romano, que un buen día decidieron romper la tradición que mandaba celebrar el año nuevo en el comienzo de la primavera. Y la cuenta de los años de la era cristiana proviene de otro capricho: un buen día, el papa de Roma decidió poner fecha al nacimiento de Jesús, aunque nadie sabe cuando nació.
    El tiempo se burla de los límites que le inventamos para creernos el cuento de que él nos obedece; pero el mundo entero celebra y teme esta frontera.
    Una invitación al vuelo
    Milenio va, milenio viene, la ocasión es propicia para que los oradores de inflamada verba peroren sobre el destino de la humanidad, y para que los voceros de la ira de Dios anuncien el fin del mundo y la reventazón general, mientras el tiempo continúa, calladito la boca, su caminata a lo largo de la eternidad y del misterio.
    La verdad sea dicha, no hay quien resista: en una fecha así, por arbitraria que sea, cualquiera siente la tentación de preguntarse cómo será el tiempo que será. Y vaya uno a saber cómo será. Tenemos una única certeza: en el siglo veintiuno, si todavía estamos aquí, todos nosotros seremos gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio.
    Aunque no podemos adivinar el tiempo que será, sí que tenemos, al menos, el derecho de imaginar el que queremos que sea. En 1948 y en 1976, las Naciones Unidas proclamaron extensas listas de derechos humanos; pero la inmensa mayoría de la humanidad no tiene más que el derecho de ver, oír y callar. ¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás proclamado derecho de soñar? ¿Qué tal si deliramos, por un ratito? Vamos a clavar los ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo posible:
    el aire estará limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones;
    en las calles, los automóviles serán aplastados por los perros;
    la gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor;
    el televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas;
    la gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar;
    se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir nomás, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega;
    en ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo;
    los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas;
    los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas;
    los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos;
    los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas;
    la solemnidad se dejará de creer que es una virtud, y nadie tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo;
    la muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes, y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero;
    nadie será considerado héroe ni tonto por hacer lo que cree justo en lugar de hacer lo que más le conviene;
    el mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra;
    la comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos;
    nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión;
    los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle;
    los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos;
    la educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla;
    la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla;
    la justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda;
    una mujer, negra, será presidenta de Brasil y otra mujer, negra, será presidenta de los Estados Unidos de América; una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú;
    en Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria;
    la Santa Madre Iglesia corregirá las erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo;
    la Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: «Amarás a la naturaleza, de la que formas parte»;
    serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma;
    los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados, porque ellos son los que se desesperaron de tanto esperar y los que se perdieron de tanto buscar;
    seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de justicia y voluntad de belleza, hayan nacido donde hayan nacido y hayan vivido cuando hayan vivido, sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa o del tiempo;
    la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses; pero en este mundo chambón y jodido, cada noche será vivida como si fuera la última y cada día como si fuera el primero
     

     

    Responder
  2. 2
    Lic. Alfonso Germán Arreola
    el 23 de marzo del 2012 a las 8:53

    floren 
    Hay mucho de poesía en tu mensaje; pero también buenas ideas.
    Los traductores de idiomas, están a punto de desaparecer, debido a un nuevo programa  que perfeccionaremos todos con palabras similares, iguales o parecidas que hay en todos los idiomas y con las ideas que aportemos los usuarios para que incluso el chino y el japones, dejen de ser diferentes  por sus símbolos.
    Al dictarle a una computadora, ésta hará sugerencias y gravará nuestro escrito en el idioma universal y cualquiera podrá leerlo en el propio y hacer sugerencias para perfeccionarlo. 
    Lo que más nos divide, son las muchas religiones y sectas que existen, los partidos políticos y las diferentes ideologías. 
    Con un idioma universal sin analogías ni metáforas, habrá más precisión en el lenguaje más acuerdos que diferencias.  Los desastres naturales, no podemos evitarlos; pero si los desacuerdos por meras palabras.

    Responder
  3. 3
    Ramon Marquès
    el 17 de julio del 2012 a las 19:07

    Hola Emilio, hola amigos:
     ¿Por qué los libros de los Vedas y también los de la Sabiduría Hermética dicen que el Universo es mental?. ¿Deliran? ¿O es una intuición de una sabiduría superior?
    Un abrazo a todos, Ramon Marquès 

    Responder
    • 3.1
      emilio silvera
      el 18 de julio del 2012 a las 6:23

      Estimado amigo Ramón:
      Lo indudable es que, la Mente está en un plano muy superior a todo lo demás que podamos conocer (de momento) y, podríamos decir que, la obra más monumental del Universo, ha sido, precisamente la Mente que es, una parte de él, con la suficiente consciencia como para contemplarse así mismo.
      Tanto los Vedas como los Herméticos, simplemente “veían” en la Mente, la expresión más alta a la que podía llegar la materia evolucionada y, precisamente por eso, ellos presentían que ahí, en la Mente, estaban todas las respuestas, lo único que se necesitaba era tiempo para que, llegara la comprensión sobre la verdadera naturaleza de las cosas, del mundo, del universo al fín.
      Es una auténtica lástima que no podamos “ver” con nuestros propios ojos, lo que en otros mundos pueda estar presente, ya que, siendo las leyes del Universo las mismas en todas partes, por muy lejanas que éstas se puedan encontrar, todo “allí”, habrá funcionado de la misma manera que “aquí” y, la vida consciente estará en muchos mundos. Es decir, la Mente Universal existe, simple y pacientemente está a la espera de esa unificación total que las una en una sola Mente y, para que eso llegue, falta mucho, mucho, muchísimo tiempo aún.
      El poder de la Mente será ilimitado. Nosotros sólo llevamos aquí un tiempo pequeño, en realidad y en comparación con los 13.700 millones de años que es la edad del universo, menos que el chasquido de nuestros dedos y, sin embargo, ya ves todo lo que hemos podido conseguir:
      Sabemos de los átomos y de qué están formados, conocemos como nacen, viven y mueren las estrellas y qué es lo que pasa con todo ese ingente material y en qué se transmuta. Sabemos de las galaxias y de los cúmulos, conocemos objetos exóticos y sabemos de mundos con océanos de metano y que están alumbrados por dos soles, sabemos en fín cómo se comporta la materia en ciertas circunstancias y los elementos que la conforman, sabemos también (aunque poco aún) algo sobre la vida y cómo ha evolucionado a través de los milenios y de los miles de millones de años que han transcurrido desde que, un día, surgió aquella primera célula replicante.
      Transiciones de fase, transmutaciones, cambios increíbles que han posibilitado que, lo que en el Universo pudiera aparecer algo que, nosotros, los humanos, hemos llamado Mente y que es, la estructura más compleja que conocerse pueda. En ella están todas las respuestas y, algún día, si el universo no lo impide, se producirá esa explosión de sabiduría que elevará el “mundo mental” a niveles que ahora, ni podemos sospechar.
      Un abrazo amigo.

      Responder
  4. 4
    kike
    el 19 de julio del 2012 a las 9:58

    Todo lo que comentais está muy bien; en realidad debería decir “Podría estar muy bien”, porque nadie garantiza que no aparezca el “listo” de siempre que se quede con la caja, ya que no debemos olvidar que hay muchos aprovechados que se benefician de las ansias de justicia de los débiles.

     A estas alturas de la “película”, veo que el argumento es bastante surrealista; ya no conozco quien es el bueno de la película, seguramente porque van pasando malos disfrazados de buenos, o “zorros disfrazados de corderos”.

     En términos generales, y haciendo un símil con las guerras, en las que para vencer a un enemigo poderoso hay que intentar dividirlo, convendría  separar lo más posible a los bancos de los políticos, ya que está demostrado que unos dan soporte y bienes a los otros y estos a cambio les conceden un salvaconducto para poder expoliar impunemente al pueblo.   

     Pero encima, es que ambos (y muchos más), se amparan en la democracia para conseguir sus fines, siendo este una de las grandes debilidades de una democracia mal entendida, progre, verde, algo ácrata y defensora a ultranza de los más insospechados derechos, que impide muchas veces el castigo que se debería aplicar inmesericordemente contra los que abusan de ella. 

     Los griegos y romanos, creadores de la democracia que tenemos, no dudaban sin embargo en ejecutar los más duros castigos ante quienes ponían en peligro al Estado, sin las mogijaterias que padecemos en la actualidad, donde se deja impunemente que un inmigrante ilegal pueda obtener muchos más beneficios del Estado que un natural del pais (por ejemplo, de los muchos que podemos ver todos los días).  

     Más vale dejarlo, que “me caliento” y puedo decir algo de lo que me arrepentiría. 

    Responder
    • 4.1
      emilio silvera
      el 19 de julio del 2012 a las 10:44

      Amigo mío:
      “Más vale dejarlo, que “me caliento” y puedo decir algo de lo que me arrepentiría.”
      Siempre terminamos de la misma manera. ¿Por qué será? Arriba dices verdades como puños y, sí, son muchos los malos disfrazados de bueno y muchos los lobos que se hacen pasar por corderos…el resultado, a la vista está.
      Te has referido al mayor peligro: unir banqueros y políticos: Desde siempre han ido de la mano, de otra manera, ?cómo podrían expoliar los primeros sin problemas y siempre con la “ley” de su parte, y, los segundos, podrían tener, asergurados esos grandes sillones de cuero en los Consejos de esas Entidades cuando se retiran, simplemete es el pago de los servicios prestados y, mientras, los “tontos” a jorobarnos.
      En cuanto a lo demás que incluyes en tu comentario…mejor dejarlo porque, la sangre, hierve en las venas al constatar, las barbaridades en las que hemos venido a caer mientras que, nuestra gente humilde, está siendo maltratada, ¡de tántas maneras!
       
      En fin amigo, más de lo mismo.
      Por cierto, no deberían estar algunos de los que nos han traído a esta situación en la cárcel?
      Y, otros muchos que campan por sus respectos sin que, sus incursiones “bandoleras” tengan consecuencias serias?
      ¿En qué Pais Estamos?
      ¿Dónde están los C… del nuevo Gobierno para coger las tijeras de cortar lo que de verdad hay que cortar?
      Los pobres funcionarios, las viudas, los parados…¿qué culpa tienen ellos de lo que han hecho unos políticos sinvergÚenzas y sin moral?
      “Más vale dejarlo, que “me caliento” y puedo decir algo de lo que me arrepentiría.”
      Un abrazo.
       

      Responder
  5. 5
    floren
    el 23 de julio del 2012 a las 19:57

    Bueno, lo mismo me dá contestar aquí, que en el de los comentarios anteriores, ya que el fin es el mismo.

    El otro día, me mandaron un correo, que decía que tenemos 445.000 politicos, el doble que alemania, que tiene elk doble de población que españa, 80 millones frente a 40. Por tanto, el porcentanje de cuentistas que viven del trabajo del pueblo, es abismal.
    El término demo-cracia, gobierno a disposición del pueblo, es totalmentew incompatible con el coctel banco-politico, ntre otros tantos privilegios que se han tomado todos estos cuentistas.
    Un politico, debería cobrar como máximo 1000 euros, y el que no le guste, pues a zachar tomates, por que así, el cuento ese de que tienen que cobrar mucho para así no ser corruptibles, pues es eso, un cuento. Si  cobrara 1000 euros, pues verían claramente los vecinos si le están corrompiendo, y al menos, si les corrompen, pues no sería al mismo nivel que ahora ocurre. Y encima, no adquiririan la impunidad que les otorgan estos ingresos, pero para esto, debemos movernos el pueblo, colapsar madrid y parar españa, y negociar con estos sinverg…..

    Bueno, y lo dejo aquí, que yo tambien me caliento..

    saludos y un abrazo para todos/as. 

    Responder
    • 5.1
      emilio silvera
      el 24 de julio del 2012 a las 7:07

      Saludos Floren y que la fuerza nos acompañe

      Responder
  6. 6
    emilio silvera
    el 14 de junio del 2013 a las 5:35

    Nunca dejará de maravillarme el hecho cierto de que, desde el material primario se crearan las estrellas y que, en el núcleo de éstas a temperaturas de millones de grados, se pudiera transformar dicha materia sencilla en esa otra más compleja que posibilitó (en el medio adecuado), esa asombrosa transición de fase hasta el protoplasma vivo, las primeras células replicantes que comenzaron la aventura de la vida en nuestro planeta y que, seguramente, habrán hecho lo mismo en otros muchos mundos, ya que, el Universo es igual y funciona de la misma manera en todas sus regiones por muy alejadas que éstas puedan estar.
    Pero, no es sólo la vida lo que nos lleva al asombro, sino que, lo más asombroso de todo es, que ésta pudiera desarrollar algo llamado conciencia para poder “ver” el Universo creador que, de esta manera, se puede observar así mismo por medio de criaturas que, como nosotros, hemos llegado a ser conscientes de Ser.
    ¡Son tántos los misterios! ¡Sabemos tan poco!
    Como decía el sabio: “Siempre seremos aprendices, la vida es tan corta que no tenemos tiempo para más”.
    Saludos amigos.

    Responder
  7. 7
    Lic. Alfonso Germán Arreola
    el 21 de septiembre del 2013 a las 0:52

    Esta pagina, tiene cosas muy interesantes.
    No creo que haya vida en otros planetas y si la hay, el problema seguira siendo el mismo:
    Por que surgieron la vida, los instintos, los reflejos y la memoria? 

    Responder
    • 7.1
      emilio silvera
      el 21 de septiembre del 2013 a las 5:25

      Mi estimado Lic, Alfon Germán Arreola:
      Cuando le preguntaron a un reputado Astrofísico si no creía que sería un milagro, la existencia de vida en otros mundos, él respondío:
      -“Querido amigo, el milagro sería que no la hubiera, ¿no ha pensado usted en los miles de millones de mundos que, como la Tierra están repartidos por las galaxias del Universo?
      Por otra parte y como tantas veces se ha dicho aquí, simplemente tenemos que aplicar un poco de lógica y conocer un hecho fundamental: Las leyes y constantes de la Naturaleza son las mismas a lo largo y ancho del Universo, y, si eso es así (que lo es), como podrían pasar en otras regiones distintas cosas a las que aquí han pasado. Lo natural es que en todos los mundos similares al nuestro y que se encuentre en la zona habitable de su estrella, también, como en la Tierra, surgieran formas de vida de variedad múltiple y, si han tenido tiempo, alguna especie habrá alcanzado también la conciencia.
      No puedo saber en qué disciplina será usted Licenciado pero, desde luego, en Biología no y en Astrofísica tampoco. En cuanto a la pregunta que plantea, le recomiendo algunas lecturas especializadas que despejarían sus dudas.
      ¡La Vida en el Universo es irreversible, imparable!
      Saludos cordiales.

      Responder
  8. 8
    Chileno INN
    el 23 de septiembre del 2013 a las 2:54

    De licenciado nada, por la manera de presentarse y expresarse, me da la impresion que es un niño pequeño tratando de fastidiar un poco.

    Saludos desde sudamerica

    Responder
    • 8.1
      emilio silvera
      el 23 de septiembre del 2013 a las 5:53

      Saludo que agradecemos y, gustosamente también enviamos hacia la querida Sudamérica que tan entrañables conexiones tiene con nosotros y que, ni la lejanía, puede borrar. Con esa misma firma, ha entrado aquí más de una vez y, en otras ocasiones no ha dado esa impresión pero… ¡Vaya usted a saber!, en este mundo oculto de Internet quién puede ser el que está emitiendo la opinión de turno.
      Saludos amigo.

      Responder

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