jueves, 21 de noviembre del 2024 Fecha
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¡La Mente, el Espíritu, los pensamientos…!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo y los pensamientos    ~    Comentarios Comments (0)

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Desde que tenemos memoria, siempre hemos tenido dudas al respecto de lo que la Mente, el espíritu y los pensamientos puedan ser y cómo llegamos a poder generar, a partir de lo físico, algo que trasciende, incorpóreo que nace de un sin fin de conexiones de cuya complejidad sabemos poco pero que, hace posible el surgir de puntos luminosos que, en forma de pensamientos e ideas, conforman un “mundo” rico y poderoso que, sin ser tangible, es lo que realmente tiene el poder de todas las acciones que desarrollamos a lo largo de nuestras vidas.

Si tratamos de profundizar en el por qué de la Conciencia, nos adentramos en un campo en el que comienzan los límites de los pensamientos filosóficos y que tratan de llegar a esas preguntas últimas del por qué de las cosas. Dos de las grandes ramas de la filosofía son la metafísica, que trata de ocuparse de los fundamentos últimos de la realidad y la otra parte trata de justificar los fundamentos del conocimiento, las creencias… Ambas están ligadas en cierta manera y relacionan valores humanos como la ética, la moral e incluso la estética en los comportamientos sociales.

No pocas veces, los filósofos, ha n tratado de llevar todo esto hasta la ciencia al relacionar ciertos aspectos filosóficos y metafísicos con aspectos científicos que podrían, en parte, dar alguna explicación de todo aquellos fenómenos y comportamientos surgidos de una Mente humana “física” que eran guiados por pensamientos “metafísicos” incorpóreos y etéreos de profundo significado físico en sus resultados.

Lo cierto es que, hemos llegado a saber que todo el Universo es uniforme y en todas partes ocurren las mismas cosas y se producen los mismos sucesos: La materia resulta estar hecha de Quarks y Leptones que hacen estrellas y mundos que conforman grandes galaxias, que todo nace y todo muere en un periplo de vida durante el que, cada “cosa” desarrolla el “trabajo que el Universo le encomendó”, las estrellas transmutan elementos sencillos en complejos, las supernovas riegan grandes regiones de materiales pesados como el oro y el platino, en las Nebulosas se forman moléculas a partir de ese material creado por las estrellas que, miles de años más tarde, vienen a caer en algún mundo del que surgirán formas de vida y, en ocasiones, se hacen presentes esos misteriosos “sucesos” que dan lugar a que existan mentes que generan los pensamientos y esté presente eso que nos ha dado en llamar espíritu para significar un estado superior de las cosas que trasciende a lo simplemente material

Nosotros creemos que existe un mundo real que, etá descrito por las leyes de la física que es lo que aplicamos siempre a lo que vemos que ocurre a nuestro alrededor, es la única manera que tenemos para explicar las cosas, las interacciones, el movimiento del mundo y los comportamientos que observamos en las estrellas o en los planetas. Sin embargo, ¿cómo explicar la Mente, el espíritu y los pensamientos? Como humanos, debemos seguir esas leyes que a través de la observación primero y del expimento después reconocimos como ciertas para describir el “mundo” y así, mediante la evolución en el tiempo, hemos llegado a un estadio que nos aleja de aquellos principios animales de nuestros orígenes.

Como sistemas vivos surgidos de la materia creada en las estrellas, hemos podido evolucionar y llegar a discernir entre la diferencia de las cosas materiales pero, también, hemos llegado a desarrollar esa parte misteriosa que nos lleva a ser creadores de pensamientos más altos como mla poesía y la música que elevan al ser humano a un estadio superior (también la pintura y otras artes lo hacen) en el que se ven mezcaldos dos mundos, el material y el espiritual, ambos unidos en una incompresible mezcolanza de lo tangible y lo intangible pero que, lo uno sin lo otro… sería imposible, ya que, las ideas y los pensamientos por sí mismos, nunca podrían existir y necesitan de una mente física para poder surgir al mundo.

En tanto que sistemas vivos, estamos sujetos además a limitaciones evolutivas que no han sido consideradas por las leyes de la física. La conciencia, aunque especial en sí misma, no cabe duda que surgió como resultado de innovaciones evolutivas en la morfología del cerebro y del cuerpo. Es decir, la Mente surgió del cuerpo y de su desarrollo, está corporeizada y es, por tanto, parte de la Naturaleza que la creó.

 

 

Inmersos en el inmenso Universo hemos llegado a evolucionar hasta que en nosotros llegaron a surgir ideas y pensamientos, una forma de energía que se extiende por el mundo y que llegará hasta los confines mismos del Cosmos en nuestro de deseo de saber de nosotros y de otros posibles seres pensantes que, como en la Tierra, pueblen otros mundos lejanos en el espacio y en el Tiempo. Porque, ¿quién puede decirme que son los pensamientos? ¿cómo han llegado a poder generarse en una parte de nuestro cuerpo en el que se aloja el cerebro y la mente? ¿No es acaso la Mente, eso que llamamos espíritu? Hay en nosotros un algo superior que no llegamos a comprender… del todo.

¿Debemos rechazar la suposición cartesiana del dualismo cuerpo-mente, así como cualquier forma de idealismo? Así que sería contrario o negativo aceptar la posición aceptada por aquellos que abrazan una metafísica materialista combinada con una epistemología dualista, racionalista o idealista y, por otro lado, debemos mostrarnos escepticos respecto a las explicaciones reduccionistas extremas que pretenden explicar la conciencia sobre la base de la mecánica cuántica al tiempo que desatienden los hechos de la evolución y la neurología. El mismo escepticismo atañe a los intentos por imbuir el mundo entero de propiedades de la conciencia – el pan-psiquismo (” es un término que designa aquellas doctrinas filosóficas y religiosas que sostienen que toda realidad tiene una naturaleza psíquica y es de algún modo anímica, y que las cosas “materiales” solo son manifestaciones de la psique.”)

Siempre nos costó entender lo que es la Psique, y, aunque hemos representado en imágnes alegóricas (Eros y Psique), lo que era ese algo más sublime que, estaba -en esta ocasión- representado por el Amor, lo cierto es que nunca llegamos a entender muy bien ese concepto que subyace en lo que entendemos por Mente, por espíritu e incluso… por Alma, algo que quiere significar lo superior, lo más alto que en nosotros anida y que nos hace algo más que simple materia animada.

Tenemos que convenir que, la Conciencia, es una propiedad dinámica de un tipo “especial” de morfología -como una malla de reeentrada del sistema talamocortical- (según explican Tedelman y Tanoni) en su  interacción con el entorno. Nuestro conocimiento del mundo real es el resultado de esas interacciones físicas, psicológicas y sociales  de nuestra mente y nuestro cuerpo con el mundo.

Hemos llegado a ser conscientes del mundo que nos rodea y, naturalmente, a medida que hemos ido desarrollando la capacidad del lenguaje para comunicarnos en el seno de una cultura que pudo alcanzar una capacidad conceptual de riqueza extraordinaria que se traduce en lo que entendemos por lógica, en el entendimiento del mundo por medio de la geometría y las matemáticas que nos llevaron, de manera inexorable, hasta el mundo de la física que nos explica todo lo material que podemos ver o intuir que existe. Ese salto cualitativo nos transportó de un mundo de miedo y asombro, a ese otro en el que estamos situados de sucesos extraordinarios y descubrimientos maravillosos en esos lugares que abarcan desde el micromundo de lo muy pequeño hasta ese otro de inconmensurable, situado en el espacio “infinito” de un Universo por explorar.

Lo pequeño y lo grande, dos “universos” por explorar que esconden secretos que tendremos que desvelar si queremos, alguna vez, entender de todos estos complejos conceptos que estamos hablando y en el que, el principal de todos es nuestra propia Mente que es el misterio mayor de todos por su incomprensiblidad, es incluso más difícil de comprender que el propio universo del que tenemos amplios conocimientos, muy superiores a los que de la Mente podamos tener.

Sabemos de los átomos y de las partículas elementales que conforman la materia y de las interacciones fundamentales que rigen el mundo de lo material, y, hemos llegado a saber de las galaxias de estrellas y mundos que conforman este universo de proporciones tan enormes que nos cuesta asimilar y, cuando llegamos a la mente, todo se nos diluye en volutas y conformaciones que, como el humo, adoptan formas de compleja interpretación que toman caminos impensables y de cuyo destino nada podemos saber, son como ráfagas de pensamientos que surgen y nos sorprenden porque nunca, sabemos, en qué dirección irán dependiendo del entorno, las circunstancias y la concreta situación.

 

Lo cierto es que nuestras mentes son extrañas y no siempre, escuchan lo que se dice, sino que oyen lo que quieren oir y dicen lo que no siempre querían decir, hay un algo dentro de nuestras mentes que nos llevan, de manera incomprensible, por caminos que, antes del suceso, nunca hubiéramos pensamos en tomar. ¿Que harías en una situación límite en la que algún desaprensivo provocador viniera a violentar a tu amada? ¿Cómo reaccionarias ante un caso de abuso a un niño? Son situaciones en las que nunca sabras lo que podrías hacer hasta no estar frente a ellas y, a veces, tu reacción te sorprendería a tí mismo. Dentro de notros llevamos a un cobarde y a un héroe y, podrá salir el uno o el otro dependiendo de factores que no hemos llegado a conocer. Dicen que la Valentía es humilde y, aunque tú no te vez valiente, los demás, valiente te ven.

¡Es todo tan extraño!

La incorporación de los sistema de valores como limitaciones necesarias sobre el funcionamiento del cerebro como sistema seleccional enlaza la visión de la epistemología ( la rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es eñ conocimiento) de base biológica y de la visión de que las emociones son fundamentales tanto para los orígenes como para el apetito del pensamiento consciente. Las emociones pueden representar el vínculo humano que impulse los comportamientos conforme al estado anímico en cada cada cual se pueda encontrar en un momento dado y, de la misma manera, podrían ser las emociones las que nos llevaron a levantar ese enorme edificio de pensamientos que nos hizo construir la obra material de nuestras ciudades y, también, esa obra mucho mayor que representa hoy la Ciencia en todos los ámbitos del Saber Humano.

De lo material hemos visto surgir lo que no lo es pero que allí subyace, sin materia no habría posibilidad de que, a partir de ella surgiera eso otro inmaterial que, aunque no podemas coger con las manos, su inmaterialidad nos lo impide, si podemos, sin embargo ver cómo es y como son sus consecuencias que, en algún sentido, puede extenderse por el mundo entero. Es esa especie de “conciencia inmaterial” lo que puede impregnar el Universo y llegar a todas partes, a esos lugares a los que el cuerpo nunca podrá acceder y que, sin embargo, haciendo el viaje con nuestras mentes es inmediato y, como el salto cuántico del electrón, podemos surgir en un lugar lejano sin tener que atravesar el espacio que de él nos separa- ¿No os parece algo grandioso?

Yo miro esa estrella central reluciente y presumida de su inmenso fulgor y veo mucho más que un astro inmerso en una Nebulosa de oro. Veo que en esos detellos cegadores van transportadas millones de voces de futuras criaturas de cuyas mentes, tendremos algún día, nuevas respuestas de lo que no sabemos.

emilio silvera

 


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