Jun
15
¡La Humanidad! (Un fragmento del trabajo)
por Emilio Silvera ~ Clasificado en La Mente - Filosofía ~ Comments (2)
Nuestra especie es muy homogénea en sus características: somos muy similares a pesar de lo que pudiera parecer a causa de las diferencias del color en la piel o en los rasgos faciales de las diferentes poblaciones. Tanto los datos de la genética homo los de la paleantropología muestran que los seres humanos, como especie, procedemos de un grupo pequeño de antepasados que vivían en África hace unos cuatrocientos mil años.
Hemos logrado determinar con precisión nuestros orígenes como especie mediante precisos análisis genéticos; por ejemplo, los estudios llevados a cabo sobre los genes de las mitocondrias pertenecientes a individuos de todas las poblaciones del mundo y de todas las razas.
Estudiando el A D N mitocondrial de miles de personas se ha llegado a formular la llamada “Teoría de la Eva Negra”, según la cual todos nosotros, los Homosapiens sapiens, procedemos de una hembra que vivió en algún lugar de África hace ahora unos tres cientos mil años. Otros estudios se han realizado mediante el análisis del polimorfismo del cromosoma Y.
Pero tanto unos estudios como otros han dado el resultado similar. Los estudios del material genético del cromosoma Y confirman que la Humanidad tuvo un antepasado varón que vivió en África hace unos doscientos mil años. Seria la “Teoría del Adan Negro”. Estudios del Gen de la hemoglobina ratifican que todas las poblaciones humanas modernas derivan de una población ancestral africana de hace unos doscientos mil años compuesta por unos seiscientos individuos.
cráneo de kabwe
Los hallazgos paleoantropológicos ratifican el origen único y africano de nuestra especie. Se han encontrado en diversa regiones de África algunos fósiles, de características humanas modernas, con una antigüedad de entre tres cientos mil y cien mil años; estos incluyen: el cráneo de kabwe (en Zambia), de 1.285 c.c.; el fósil KNM-ER-3834 del lago Turkan, en Kenia, de casi litro y medio; los fósiles encontrados en los yacimientos de Border Cave y Klassies River Mouth, de África del sur; y los esqueletos y cráneos encontrados en los enterramientos de la Cueva de Qafzeh y del abrigo de Skhul, ambos en Israel y datados en unos cien mil años.
En 1.968 se descubrieron en Dordoña el cráneo y el esqueleto de uno de nuestros antepasados, al que se denominó Hombre de Cro-Magnon. Hoy sabemos que hace unos cuarenta mil años aparecieron en Europa unos inmigrantes de origen africano, que eran los primeros representantes de la especie Homo sapiens sapiens que alcanzaban estos territorios. Llegaron con unas armas terribles e innovadoras, conocían el modo de dominar el fuego y poseían una compleja organización social; y por lo que se refiere a las otras especies de homínidos que habitaban por aquel entonces Europa, concretamente los Homo neandertales, al parecer, los eliminaron por completo.
Los cromañones poseían las características de los pobladores de las regiones próximas al ecuador: poco macizos, muy altos y de brazos y piernas largas; sus huesos eran muy livianos por aumento del canal medular, dentro de la diáfisis. Los huesos que formaban las paredes del cráneo eran más finos, que los de sus predecesores. Habían sufrido una reducción de la masa muscular. El desarrollo de armas que podían matar a distancia con eficacia y sin requerir gran esfuerzo, como los propulsores, las hondas y, más tarde, el arco y las flechas, hicieron innecesarias una excesiva robustez. En general, eran muy parecidos a nosotros y, hasta tal punto es así que, si cogiéramos a uno de estos individuos, lo lleváramos a la peluquería, le pusiéramos un buen traje, y lo sacáramos de paseo, se confundiría con el resto de la gente sin llamar a atención.
Llegado a este punto, no merece la pena relatar aquí las costumbres y forma de vida de esas poblaciones que, en tantos y tantos escritos hemos podido leer y conocemos perfectamente. El objeto de todo esto era esbozar un perfil de lo que fuimos, de manera que dejemos ante nosotros la evolución que hemos sufrido hasta llegar aquí, y, a partir de ahora, pensar en la evolución que nos queda hasta convertirnos en los seres del futuro que, seguramente, regirán en el Universo.
En todo esto que estamos tratando, tenemos que luchar con dos problemas enormes:
- Nuestra ignorancia
- La existencia o no existencia de Dios
Está claro que, el punt uno, se va resolviendo poco a poco, a medida que transcurren los siglos y amos avanzando en los conocimientos del mundo y del Universo que nos acoge. También, algo más despacio, conocemos de nosotros mismos, de las sensaciones que percibimos y de las fuerzas internas que nos empujan a ciertos comportamientos, no pocas veces inexplicables. ¿ Cómo podríamos explicar el comportamiento de un enamorado ? Para bien o para mal, los sentimientos son las que nos mueven.
Richard Dawkins, biólogo y evolucionista británico ha publicado un libro que ha titulado Es espejismo de Dios, en el que pretende demostrar científicamente que el Sumo Creador es una pura ficción de la mente Humana y, refuta de manera sistemática los argumentos teológicos clásicos de San Anselmo, San Agustín, y Santo Tomás, exponiendo en contra la tesis más sencilla y coherente para explicar el surgir de alas en los pájaros, aletas en los peces y la misma vista, dejando las creencias religiosas o viejos sentimientos y creencias tribales nacidas desde la ignorancia y el miedo a lo desconocido.
Richard Dawkins
¡Pobre Sr.Dawkins! no sabe en el lío que se ha metido.
Científicamente considerado, la presencia de un Dios invisible que todo lo puede y creador del Universo: Es dura. Sin embargo…. ¿Qué podemos saber nosotros? Mejor sería dejar la respuesta en el aire, ni afirmar, ni negar. El tema es muy delicado.
Mucho he reflexionado sobre el tema y para mí, sólo para mí, tengo una respuesta.
Pero el que es práctico, como Pascal, por ejemplo: planteó el mismo dilema en términos de apuesta y concluyó que era menos arriesgado confiar en Dios que en su inexistencia porque el ser Humano no tiene nada que perder si hay un ente superior.
Es una manera como otra cualquiera de ver las cosas, he leído tantas versiones sobre la existencia de Dios que ya nada me sorprende. Algunos continúan buscando las pruebas y sigo desde lejos las noticias que se publican a tal respecto, claro que, la noción de Dios, como cualquier otro material psíquico, tal vez pueda probarse algún día que está muy cerca, posiblemente contenida en nuestra herencia genética, es decir, que podría tratarse de un producto más de nuestra mente pensante que obtiene recursos sin límites para cada ocasión, sacando tan prodigiosos hallazgos que vienen a dar una esperanza divina a una Humanidad atormentada y sin horizonte de futuro.
Hace años leí un libro, el autor se llamaba Dean Hamer, que hace tiempo creyó descubrir un gen que llamó VMATZ, que sería la sede cerebral de la espiritualidad y, en consecuencia, el responsable de las ideas humans de una deidad absoluta necesaria para el mantenimiento de la via psiquica, e incluso, para la conservación de la especie a través de este espíritu superior que nos hace amar a nuestros hijos que son la prueba suprema de la existencia de Dios.
Desde el comienzo mismo de este trabajo, en el que, se habla de cosmología, y, se pasa rápidamente al universo de los sentidos y de la conciencia, hemos realizado un amplio recorrido por lo sensorial, y, hemos retrocedido, para hacer un esbozo del largo camino recorrido por los humanos, hasta llegar al nivel de entendimiento que hoy posee.
Hemos especulado con lo que entendemos por conciencia y lo que significa el SER, la privacidad de pensamientos individuales y la unidad y coherencia de la experiencia consciente en cada individuo, la enorme riqueza y variedad que la infinita complejidad del cerebro humano concede a cada individuo para ver de manera particular y única cualquier cuestión planteada, de manera tal que, cada respuesta a la pregunta planteada, pueda resultar original y
distinta a los demás.
Nuestro cerebro es mucho más que una fría computadora, y puede dar respuestas a problemas no previstos, repentizando soluciones adecuadas a las necesidades. El poder de los sensores naturales que posee el cerebro humano, es enorme y su capacidad impensable. Las experiencias conscientes de nuestra especie, están profundamente adoptadas por los genes y las neuronas “recuerdan” cuando reciclan los datos en los procesos del pensamiento. Es la evolución.
Nuestro cerebro ha evolucionado y aprendido a través de las experiencias vividas por sus portadores y transmitidos por los sentidos. El entorno, la naturaleza, la forma de vida, los alimentos, las distintas sociedades, los elementos climáticos, los peligros…, todo ello, ha contribuido a que nuestras mentes avancen.
Hay un plano superior de la mente que sobrepasa lo estrictamente material, es un nivel más alto, inmaterial, que se sale del cuerpo, que no está limitado por las condiciones físicas, que está en otro Universo que vemos sólo en nuestras mentes y que no es posible tocar. Allí residen los pensamientos, se forjan los sentimientos, conviven las ideas y nace lo mejor, y, lamentablemente, lo peor de nosotros.
emilio silvera
el 16 de agosto del 2016 a las 8:52
La Humanidad, ese nombre genéroco que hemos puesto a niestra especie, tiene a sus espaldas un largo camino recorrido, y, desde los cuasi animales como primeros miembros de la especie, pasamos a otras ramas más sofisticadad que nos llevó, mediante la evolución, hasta los homo habilis y ahí seguimos recibiendo mutaciones imperceptibles que nos harán más listos, más sofisticados, más adaptados al ambiente en el que nos desarrollamos.
Está claro que, en relación al contexto del Universo, nosotros los Humanos, sólo llevamos aquí una pequeña fracción de Tiempo, menos que lo que tarda un abrir y cerrar de ojos, lo que decimos un parpadeo. Sin embargo, en esa corta estancia en éste planeta, los logros han sido grandes, muy grandes en todos los ámbitos del saber que recogen un amplio abanico de disciplinas científicas que van desde la Astronomía y Astrofísica, la Física en todas sus vertientes, la Química, Biología, Matemáticas, arqueología… y muchos más que han situado a nuestra especie a la cabeza de los Seres vivos de la Tierra.
Construimos aquellas primeras ciudades y, observando la Naturaleza, supimos seguir el camino para poder ir desvelando algunos de los secretos que esconde, y, aunque no hemos podido llegar a saber quiénes somos en realidad, de dónde hemos venido, dónde está nuestro verdadero origen… Sí hemos podido conseguir las huellas de nuestro paso por el planeta, descubrir los muchos saltos evolutivos que hemos tenido que dar hasta llegar hasta el lugar que ahora ocupamos, y, también, haber podido descubrir que tanto nosotros como el cimplancé, teníamos un antecesor que no era ni Homo ni Pan, y, de él, de desgajaron ambas especies, con la suerte de que la nuestra, continuó avanzando, mientras la otra se quedó anclada en el Tiempo.
Hay muchas cosas de las que no podemos dar una explicación científica y de las que tenemos Teorías que pudieran estar cerca de la verdad. Sin embargo, tenfremos que esperar para saber, sobre esa verdad que buscamos.
Mientras tanto, seguiremos observando, investigando, experimentando, y, procurando acercarnos cada día más al Universo que nos acoge, ahí están todas las respuestas que buscamos y también ahí, se encuentra nuestro lejano lugar en el futuro que, para entonces, ya no será el planeta Tierra ni nuestro “barrio” será el Sistema Solar.
¿Cómo me gutaría estar allí para cuando todo eso suceda!
el 16 de agosto del 2016 a las 8:53