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De como fuimos descubriendo los mecanismos celestes.

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo    ~    Comentarios Comments (8)

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Los cambios se estaban produciendo a una velocidad cada vez mayor. Al siglo de Newton también pertenecieron, entre otros, el matemático Fermat; Römer, quien midió la velocidad de la luz; Grimaldi, que estudió la difracción; Torricelli, que demostró la existencia del vacío; Pascal y Boyle, que definieron la física de los fluidos…La precisión de los telescopios y los relojes aumentó notablemente, y con ella el número de astrónomos deseosos de establecer con exactitud  la posición de las estrellas y compilar catálogos estelares cada vez más completos para comprender la Vía Láctea.

 

La naturaleza de los cuerpos celestes quedaba fuera de su interés: aunque se pudiera determinar la forma, la distancia, las dimensiones y los movimientos de los objetos celestes, comprender su composición no estaba a su alcance. A principios del siglo XIX, William Herschel (1738-1822), dedujo la forma de la Galaxia, construyó el mayor telescopio del mundo y descubrió Urano. Creía firmemente que el Sol estaba habitado.

Al cabo de pocos años, nacía la Astrofísica, que a diferencia de la Astronomía (ya llamada  -“clásica o de posición”-), se basaba en pruebas de laboratorio. Comparando la luz emitida por sustancias incandescentes con la recogida de las estrellas se sentaban las bases de lo imposible: descubrir la composición química y la estructura y el funcionamiento de los cuerpos celestes. Estaba mal vista por los astrónomos “serios” y se desarrolló gracias a físicos y químicos que inventaron nuevos instrumentos de análisis a partir de las demostraciones de Newton sobre la estructura de la luz.

 

                                                              Espectros estelares

En 1814, Joseph Fraunhofer (1787-1826) realizó observaciones básicas sobre las líneas que Wollaston había visto en el espectro solar: sumaban más de 600 y eran iguales a las de los espectros de la Luna y de los planetas; también los espectros de Pólux, Capella y Porción son muy similares, mientras que los de Sirio y Cástor no lo son. Al perfeccionar el  espectroscopio con la invención de la retícula de difracción (más potente y versátil que el prisma de cristal), Fraunhofer observó en el espectro solar las dos líneas del sodio: así se inició el análisis espectral de las fuentes celestes.

Mientras, en el laboratorio, John Herschel observó por primera vez la equivalencia entre los cuerpos y las sustancias que los producen, Anders J. Anhström (1814-1868) describía el espectro de los gases incandescentes y los espectros de absorción y Jean Foucault (1819-1874) comparó los espectros de laboratorio y los de fuentes celestes. Gustav Kirchhoff (1824-1887) formalizó las observaciones en una sencilla ley que cambió la forma de estudiar el cielo; “La relación entre el poder de emisión y de absorción para una longitud de onda igual es constante en todos los cuerpos que se hallan a la misma temperatura”. En 1859, esta ley empírica, que relacionaba la exploración del cielo con la física atómica, permitía penetrar en la química y la estructura de los cuerpos celestes y las estrellas. De hecho, basta el espectro de una estrella para conocer su composición. Y, con la espectroscopia, Kirchhoff y Robert Bunsen (1811-1899) demostraron que en el Sol había muchos metales.

 orion y sus estrellas La constelación Orión

La observación del Sol obsesionó a la mayoría de los Astrofísicos. A veces, resultaba difícil identificar algunas líneas y ello condujo a descubrir un  nuevo elemento químico; se empezó a sospechar que el Sol poseía una temperatura mucho más elevada de lo imaginado. La línea de emisión de los espectros de estrellas y nebulosas demostraron  que casi un tercio de los objetos estudiados eran gaseosos. Además, gracias al trabajo de Johan Doppler (1803-1853) y de Armand H. Fizeau (1819-1896), que demostró que el alejamiento o el acercamiento respecto al observador de una fuente de señal sonora o luminosa provoca el aumento o disminución de la longitud de onda de dicha señal, empezó a precisarse la forma de objetos lejanos. El cielo volvía a cambiar y hasta las “estrellas fijas” se movían.

EL DIAGRAMA HR: EL CAMINO HACIA EL FUTURO

 

El padre Ángelo Secchi (1818-1878) fue el primero en afirmar que muchos espectros estelares poseen características comunes, una afirmación refrendada hoy día con abundantes datos. Secchi clasificó las estrellas en cinco tipos, en función del aspecto general de los espectros. La teoría elegida era correcta: el paso del color blanco azulado al rojo oscuro indica una progresiva disminución de la temperatura, y la temperatura es el parámetro principal que determina la apariencia de un espectro estelar.

Más tarde, otros descubrimientos permitieron avanzar en Astrofísica: Johan Balmer (1825-1898) demostró que la regularidad en las longitudes de onda de las líneas del espectro del hidrógeno podía resumirse en una sencilla expresión matemática; Pieter Zeeman (1865-1943) descubrió que un campo magnético de intensidad relativa influye en las líneas espectrales de una fuente subdividiéndolas en un número de líneas proporcional a su intensidad, parámetro que nos permite medir los campos magnéticos de las estrellas.

 

En otros descubrimientos empíricos la teoría surgió tras comprender la estructura del átomo, del núcleo atómico y de las partículas elementales. Los datos recogidos se acumularon hasta que la física y la química dispusieron de instrumentos suficientes para elaborar hipótesis y teorías exhaustivas. Gracias a dichos progresos pudimos asistir a asociaciones como Faraday y su concepto de “campo” como “estado” del espacio en torno a una “fuente”; Mendeleiev y su tabla de elementos químicos; Maxwell y su teoría electromagnética;  Becquerel y su descubrimiento de la radiactividad; las investigaciones de Pierre y Marie Curie; Rutherford y Soddy y sus experimentos con los rayos Alfa, Beta y Gamma; y los estudios sobre el cuerpo negro que condujeron a Planck a determinar su constante universal; Einstein y su trabajo sobre la cuantización de la energía para explicar el efecto fotoeléctrico, Bohr y su modelo cuántico del átomo; la teoría de la relatividad especial de Einstein que relaciona la masa con la energía en una ecuación simple…Todos fueron descubrimientos que permitieron explicar la energía estelar y la vida de las estrellas, elaborar una escala de tiempos mucho más amplia de lo que jamás se había imaginado y elaborar hipótesis sobre la evolución del Universo.

En 1911, Ejnar Hertzsprung (1873-1967) realizó un gráfico en el que comparaba el “color” con las “magnitudes absolutas” de las estrellas y dedujo la relación entre ambos parámetros. En 1913, Henry Russell (1877-1957) realizó otro gráfico usando la clase espectral en lugar del color y llegó a idénticas conclusiones.

 

El Diagrama de Hertzsprung-Russell (diagrama HR) indica que el color, es decir, la temperatura, y el espectro están relacionados, así como el tipo espectral está ligado a la luminosidad. Y debido a que esta también depende de las dimensiones de la estrella, a partir de los espectros puede extraerse información precisa sobre las dimensiones reales de las estrellas observadas. Ya solo faltaba una explicación de causa-efecto que relacionara las observaciones entre si en un cuadro general de las leyes.

El progreso de la física y de la química resolvió esta situación, pues, entre otros avances, los cálculos del modelo atómico de Bohr reprodujeron las frecuencias de las líneas del hidrógeno de Balmer. Por fin, la Astrofísica había dado con la clave interpretativa de los espectros, y las energías de unión atómica podían explicar el origen de la radiación estelar, así como la razón de la enorme energía producida por el Sol.

Las líneas espectrales dependen del número de átomos que las generan, de la temperatura del gas, su presión, la composición química y el estado de ionización. De esta forma pueden determinarse la presencia relativa de los elementos en las atmósferas estelares, método que hoy también permite hallar diferencias químicas muy pequeñas, relacionadas con las edades de las estrellas. Así, se descubrió que la composición química de las estrellas era casi uniforme: 90 por ciento de hidrógeno y 9 por ciento de helio (en masa, 71% y 27%, respectivamente). El resto se compone de todos los elementos conocidos en la Tierra.

 

Así mismo, el desarrollo de la Física ha permitido perfeccionar los modelos teóricos y explicare de forma coherente que es y como funciona una estrella. Dichos modelos sugirieron nuevas observaciones con las que se descubrieron tipos de estrellas desconocidas: las novas, las supernovas, los púlsares con periodos o tiempos que separan los pulsos, muy breves…También se descubrió que las estrellas evolucionan, que se forman grupos que luego se disgregan por las fuerzas de marea galácticas.

La Radioastronomía, una nueva rama de la Astronomía, aportó más datos sobre nuestra Galaxia, permitió reconstruir la estructura de la Vía Láctea y superar los límites de la Astronomía óptica.

Se estaban abriendo nuevos campos de estudio: los cuerpos galácticos, los cúmulos globulares, las nebulosas, los movimientos de la galaxia y sus características se estudiaron con ayuda de instrumentos cada vez más sofisticados. Y cuanto más se observaba más numerosos eran los objetos desconocidos descubiertos y más profusas las preguntas. Se descubrieron nuevos y distintos tipos de galaxias fuera de la nuestra; examinando el efecto Doppler, se supo que todas se alejaban de nosotros y, lo que es más, que cuanto más lejanas están más rápidamente se alejan.

 

Acabábamos de descubrir que el Universo no terminaba en los límites de la Vía Láctea, sino que se había ampliado hasta el “infinito”, con galaxias y objetos cada vez más extraños. Sólo en el horizonte del Hubble se contabilizan 500 millones de galaxias. Y los descubrimientos continúan: desde el centro galáctico se observa un chorro de materia que se eleva más de 3.000 a.l. perpendicular al plano galáctico; se observan objetos como Alfa Cygni, que emite una energía radial equivalente a diez millones de veces la emitida por una galaxia como Andrómeda; se estudian los cuásares, que a veces parecen mas cercanos de lo que sugieren las mediciones del efecto Doppler; se habla de efectos de perspectiva que podrían falsear las conclusiones… Y nos asalta una batería de hipótesis, observaciones, nuevas hipótesis, nuevas observaciones, dudas…

Todavía no se ha hallado una respuesta cierta y global. Un número cada vez mayor de investigadores está buscándola en miles de direcciones. De esta forma se elaboran nuevos modelos de estrellas, galaxias y objetos celestes que quizá sólo la fantasía matemática de los investigadores consiga concretar: nacen los agujeros negros, los universos de espuma, las cadenas…

En la actualidad, el número de investigadores centrados en problemas relacionados con la evolución estelar, la Astrofísica y las teorías cosmogenéticas es tan elevado que ya no tiene sentido hablar de uno en particular, ni de un único hilo de investigación. Al igual que ocurre con otras ramas científicas las Astronomía se ha convertido en un trabajo de equipo a escala internacional que avanza sin cesar en una concatenación de innovaciones, inventos, nuevos instrumentos, interpretaciones cada vez más elaboradas y, a menudo más difíciles de entender incluso para los investigadores que avanzan con infinidad de caminos paralelos. Es una situación que ya vaticinaba Bacon en tiempos de Galileo.

 La estrella más grande del universo

            La bruja mura asombrada a la descomunal estrella

Es imposible saber exactamente cuál es la estrella más grande del universo.  Gracias a la observación y el estudio de las estrellas, el hombre ha identificado una ínfima porción de todas las estrellas que hay en el Universo, y desconoce por completo los límites de éste y sus dimensiones. Lo que si podemos es hablar de la estrella más grande del Universo descubierta por el hombre.

La estrella más grande encontrada hasta ahora fue descubierta recientemente por astrónomos britanicos gracias a las imágenes del Telescopio Austral Europeo de los Andes de Chile  y a datos recogidos del Hubble.  Se trata de una estrella que se ha bautizado como R136a1, se ubica en la Nebulosa de Magallanes y funciona como un pequeño “satélite” que orbita alrededor de la Vía Láctea.De todas las maneras se piensa que, una estrella no puede sobrepasar las 120/150 masas solares, toda vez que, su propia radiación la destruiría.

Hasta la Astronomía se ha hiperespecializado y, por ejemplo, quienes estudian problemas particulares de la física de las estrellas pueden desconocerlo todo sobre planetas y galaxias. También el lenguaje es cada vez más técnico, y los términos, capaces de resumir itinerarios de investigación, son complejos de traducir al lenguaje común. Así, mientras la divulgación avanza a duras penas entre una jungla de similitudes y silogismos, las informaciones que proceden de otras disciplinas son aceptadas por los científicos y los resultados de cada cual se convierten en instrumentos para todos.

 

Las investigaciones sobre planetas, estrellas, materia interestelar, galaxias y Universo van paralelas, como si fueran disciplinas independientes, pero en continua osmosis. Y mientras la información sobre el Sol y los cuerpos del Sistema solar es más completa, detallada y fiable, y las hipótesis sobre nuestra Galaxia hallan confirmación, el Universo que empezamos a distinguir más allá de nuestros limites no se parece a lo que hace un siglo se daba por sentado. Y mientras los modelos matemáticos dibujan uno o mil universos cada más abstractos y complejos, que tienen más que ver con la filosofía que con la observación, vale la pena recordar como empezó nuestro conocimiento hace miles de años.

Ahora, amigos, después de esta breve pincelada sabre una parcela de la Astronomía, al menos tendréis una idea más cercana  de una parete del recorrido que, la Humanidad, ha tenido que realizar para conocer mejor el Universo, y, a todos ustedes se les ofrece aquí la oportunidad, gracias al Año Internacional de la Astronomía 2009, en España (AIA-IYA2009), de conocer más a fondo el Cosmos que, desde ésta pequeña bolita azul que llamamos Tierra, se estudia de manera incansable por muchos hombres y mujeres que, con sus esfuerzos, lo hacen posible.

emilio silvera

 

 

  1. 1
    ATANASIO CAMACHO CASTILLO
    el 10 de junio del 2012 a las 17:24

    ENTRE MAS NOS ADENTREMOS,,,,,,,EN EL UNIVERSO,,,SE VUELVE UN CAOS, Y ORDEN, QUIZAS NO PODEMOS MAS ALLA

    DEL INFINITO…….Y ESTO SE VUELVE MAS OSCUROS 

    Responder
    • 1.1
      emilio silvera
      el 11 de junio del 2012 a las 5:57

      Estimado amigo:
      Te recomiendo que, en este medio de Internet, cuando escribas lo hagas con mayúscula sólo al comienzo, después del punto y en los nombres propios. Poner todo el texto con mayúscila es molesto para el que lee y, además, “estás gritándo” cuando, generalmente, todos, “oímos” bien.
      Por otra parte, Cuanto más nos adentramos en el Universo, más conscientes somos de que, todo sigue siendo igual. Las leyes de la Naturaleza son así, funcionan de la misma manera en todas las regiones del Cosmos por muy alejadas que están puedan estar y, lo mismo nacen estrellas y surgen mundos a miles de millones de años-luz de nosotros, que lo hacen en la Nebulosa de Orión que está a la vuelta de la esquina.
      Un saludo cordial.

      Responder
  2. 2
    Roberto Conde
    el 12 de junio del 2012 a las 5:03

    Hola Emilio,
    ¿A qué objeto te refieres con “se observan objetos como Alfa Cygni, que emite una energía radial equivalente a diez millones de veces la emitida por una galaxia como Andrómeda”?

    Responder
  3. 3
    emilio silvera
    el 12 de junio del 2012 a las 6:33

    Me refiero a estrellas supermasivas, estrellas variables que emiten pulsaciones no radiales. Tienen tipos espectrales B o A y var´çian sus brillos en magnitudes del orden de 0,1. Este tipo de estrellas están incluídas en aquellas que están asociadas a pulsaciones radiales que, sin embargo, aparecen como irregulares debido al batimiento de múltiples períodos de pulsación. Estos períodos típicos de pulsaciones van desde varios días a varias semanas. La estrella Deneb es un buen ejemplo de este tipo de estrellas.
    Así que son tipos de estrellas variables, pulsantes y supergigantes que emiten ese tipo de radiaciones. Se superponen además varias frecuencias de pulsación, dando lugar a curvas de luz que son a menudo muy irregulares.
    El Universo amigo, como bien sabes, está lleno de objetos extraños que tenemos que estudiar para comprender el funcionamiento de la naturaleza en estos ámbitos estelares.
    Un saludo.
     
     
     

    Responder
    • 3.1
      Roberto Conde
      el 12 de junio del 2012 a las 6:42

      Pero el dato de 10 millones de veces la energía emitida por Andrómeda es un error,¿no?

      Responder
      • 3.1.1
        Roberto Conde
        el 12 de junio del 2012 a las 6:43

        Porque si no vaya monstruo

        Responder
  4. 4
    juan
    el 12 de junio del 2012 a las 17:43

    Deneb (alfa de Cisne ) es el estereotipo de estas estrellas hipergigantes,pero no creo que su energía radial o de otra forma, supere en modo alguno a la galaxia de andrómeda y menos a millones de veces esta, ya que razonablemente la galaxia de Andrómeda tendrá millones de estrellas de este mismo tipo,así que……

    Responder
    • 4.1
      emilio silvera
      el 12 de junio del 2012 a las 20:00

      “…así que……” Llevausted toda la razón amigo mío, la estrella puede radiar lo que quiera y hacerlo en grado máximo pero, superar a la galaxia…parece algo fuera de la realidad. Creo que a eso se refería tambien nuestro amigo Roberto Conde en su comentario. Ambos lleváis razón.
      A veces, suele ocurrir que se cuelan gazapos de este tipo que, de inmediato, son descubierto por los avispados lectores que, para eso participan.
      Un saludo, amigo juan.

      Responder

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