Jun
16
De Rumores del saber del mundo
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Rumores del Saber ~ Comments (5)
La gran obra de al-Razi fue el AL-Hawi (El libro exhaustivo), una enciclopedia de veintitrés volúmenes de conocimientos médicos griegos, árabes, pre-islámicos, indios e incluso chinos.
El otro gran médico musulmán fue Ibn Sina, a quien conocemos mejor por su nombre latinizado, Avicena. Al igual que al-Razi, Avicena escribio doscientos libros, destacando la obra más famosa AL-Qanun (El canon) muy documentado e importante tratado.
Alejandría, en el año 641, había caído en manos de los musulmanes que, durante muchos años había sido la ciudad capital-mundial de los estudios matemáticos, médicos y filósofos, y allí los musulmanes encontraron una ingente cantidad de libros y manuscritos griegos sobre estos temas. Posteriormente, entre el profesorado de la Casa de la Sabiduría encontramos a un astrónomo y matemático cuyo nombre, como el de Euclides, se convertiría en palabra de uso cotidiano en todo el mundo culto: Muhammad ibn-Musa aL-khwarizmi.
La fama de al-khwarizmi descansa en dos libros, uno muchísimo más original que el otro. El volumen menos original se basa en el Sindhind, que es el nombre árabe del Brahmaghuta Siddhanta, el tratado de Brahmagupta que había llegado hasta la corte de al-Mansur y en el que se describen varios problemas aritméticos así comos los numerales indios. El trabajo de AL-khwarizmi se conoce hoy en una única copia, una traducción latina de un original árabe actualmente perdido.
El título latino de esta obra es de numero indorum (sobre el arte de contar indio), este trabajo es el responsable de la falsa impresión de que nuestro sistema numérico es de origen árabe.
Al-khwarizmi no afirmó ser original en aquel sentido, sin embargo, la nueva notación terminaría siendo conocida como la de al-khwarizmi o, de forma corrupta, algorismi, lo que al final daría lugar a la palabra “algoritmo”, que define una forma particular de calculo.
Pero Al-khwarizmi también es conocido como el “padre del álgebra” y, ciertamente, su Hisab aL-jabr wa’L mugabalah contiene más de ochocientos ejemplos y, se cree que tiene su origen en complejas leyes islámicas relativas a la herencia:
En el al-jabr, aL-khwarizmi introduce la idea de representar una cantidad desconocida por un símbolo, como la x, y dedica seis capítulos a resolver los seis tipos de ecuaciones que conforman las tres clases de cantidades: raíces, cuadrados y números.
El al-jabr de al-khwarizmi ha sido considerado tradicionalmente como la primera obra de Algebra. Sin embargo, un manuscrito hallado en Turquía a finales del pasado siglo XX pone en duda tal mérito. Se titula Necesidades lógicas en las ecuaciones mixtas, el texto se ocupa más o menos de los mismos temas y resuelve algunas de las ecuaciones exactamente de la misma manera. Por tanto, parece que un manuscrito se basó en otro, aunque nadie sabe cuál fue el primero.
En las ciencias químicas, la personalidad árabe más destacada fue Jabir ibn-Hayyan, conocido en Occidente como Geber, y quien vivió en aL-kufah en la segunda mitad del siglo VIII.
Como todos en la época, él también estaba obsesionado con la alquimia y, en particular, por la posibilidad de convertir los metales en oro (algo que Jabir pensaba podía conseguir mediante una misteriosa sustancia aún no descubierta, a la que llamó, el aliksir, de donde proviene la palabra “elixir”). Los alquimistas también creían que su disciplina era la “ciencia del equilibrio” y que era posible producir metales preciosos mediante la observación (y mejoramiento) de los métodos de la naturaleza mediante la experimentación y, es legitimo considerar a Jabir uno de los fundadores de la química.
Paralelamente a esto, aL-Razi ofreció una clasificación sistemática de los productos de la naturaleza. Dividió las sustancias minerales en espíritus (mercurio, sal amoníaco), sustancias (oro, cobre, hierro), piedras (hermatites, óxido de hierro, vidrio, malaquita), vitriolos (alumbre), Góraxes y sales. A estas sustancias “naturales” añadió las “artificiales”: el cardenillo, el cinabrio, la soda cáustica, las aleaciones. AL-Razi también creía en lo que podríamos denominar investigación de laboratorio y desempeñó un importante papel en la separación de la química propiamente dicha de la alquimia.
Así como el mundo creado por Dios era perfecto y el “arte” sólo podía aspirar a ser “ornamento”, una forma de adornar la creación original a ser “ornamento”, una forma de adornar la creación original de Dios, la filosofía, falsafah, era un conocimiento de ese mundo restringido por la propia capacidad del hombre para entenderlo por sí mismo. Dicho de otra manera, la falsafah era, inevitablemente y por definición, un saber limitado:
-La revelación siempre sería superior a la razón.
Al igual que ocurrió con la ciencia, la filosofía árabe era básicamente la filosofía griega, modificada por ideas indias y orientales y expresada en lengua árabe.
A Los bukuma, los sabios, que practicaban la falsafah, se oponían los mutakallim, los teólogos que practicaban la kalam, teología.
Distintos nombres, distintos lugares y épocas diferentes que, en definitiva, siempre nos cuentan lo mismo: la lucha de la Humanidad por conquistar los conocimientos y los hombres que lo hicieron posible que, no siempre, recorrieron un camino de rosas para conseguirlo (Galileo es un buen ejemplo).
La ciencia y la filosofía islámica fueron con frecuencia obra de sirios, persas y judíos. Sin embargo, su teología, incluida la ley canónica, fue principalmente obra árabe, lo que no quita que se inspiraron en otras foráneas como impulsó el mismo Mahoma con su famoso dicho: “busca la sabiduría aunque esté en China”. Lo que llevó a innumerables estudiosos musulmanes a emprender largos viajes a la búsqueda de conocimiento, de tal manera se consideraban estos intrépidos buscadores del saber que, quien perdía la vida en el empeño era considerado mártir.
No creo que sea este el sitio ni el momento de ocuparnos del Corán y de Alá. El estudio del Corán dominaba la enseñanza en las escuelas del antiguo mundo musulman y, el núcleo curricular, como lo denominaríamos hoy, consistía en la memorización del Corán y de los hadith, junto con el aprendizaje de la escritura y las matemáticas.
El mundo islámico daría para mucho más, y muchos más son las personajes que podríamos nombrar aquí. Sin embargo, creo cumplido el objetivo y aquí lo dejo.
En el año 499 d.C. el matemático hindú Aryabhata calculó p como 3,1416 y la duración del año solar como 365,358 días. Por la misma época, concibió la idea de que la Tierra era una esfera que giraba sobre su propio eje y se desplazaba del Sol. Pensaba, además, que la sombra de la Tierra sobre la Luna era lo que causaba los eclipses. Dado que Copérnico no “descubriría” algunas de estas cosas hasta casi mil años después, resulta difícil no preguntarse si el revuelo provocado por la llamada “revolución copernicana” estaba realmente justificado.
En la Edad Media el pensamiento indio estaba muy por delante del europeo en varias áreas. En esta época, los monasterios budistas de la India tenían tantos recursos que actuaban como bancos e invertían sus excedentes financieros en empresas comerciales. Detalles como éste aclaran por qué los historiadores se refieren a la reunificación del norte de la India bajo los Guptas (c.320-550) como una era dorada.
Esta dinastía, en conjunción con el reinado de Harsha Vardhana (606-647), abarca el período que hoy se considera la era clásica de la India. Además de los progresos realizados en matemáticas, esta época fue testigo del surgimiento de la literatura en sánscrito, de la aparición de formas de hinduismo nuevas y duraderas, entre ellas el vedanta, y del desarrollo de una espléndida arquitectura religiosa.
Más que la mayoría de los lenguajes, el sánscrito encarna una idea: es el lenguaje especial para gente que deben tener una clasificación también especial. Es una lengua de más de tres mil años de antigüedad. En un principio, fue la lengua del Punjab, pero luego se difundió al este.
Se puede discutir si los autores del Rig Veda fueron los arios procedentes de fuera de la India o indígenas de la región, pero lo que no se puede poner en duda es que poseían un idioma de gran riqueza y precisión, y una tradición poética cultivada.
La importancia de los gramáticos para la historia del sanscrito no tiene comparación en ninguna otra lengua del mundo. La preeminencia que alcanzó esta actividad se deriva de la necesidad de preservar intactos los textos sagrados de los Vedas: según la tradición, cada palabra del ritual tenía que pronunciarse de forma exacta. Así que da demostrado en algún momento del siglo IV a.c. cuando Panini compone su Gramática.
Nada sabemos sobre la vida de Panini, aparte de que nació en Satura, en el extremo noroeste de la India. Su Astadhyayi consta de cuatro mil aforismos que describen, con abundante detalle, la forma de sanscrito que utilizaban los brahmanes de la época. Su obra tuvo tanto éxito, que la forma del idioma que describió quedó establecida para siempre, después de lo cual vendría a ser conocida como samskrta (“perfecta”).
A partir de los trabajos de Panini, el lenguaje en la India evolucionó de manera considerable y sus efectos se podría decir, fueron altamente positivos. El lenguaje estaba dividido en dos: sanscrito para el estudio y ritual, preservado para la casta de los brahmanes, y, el práctico, para la vida cotidiana.
Hay que decir que, tal distinción ya existía en la época de Buda y Mahavira y desde la época de Panini sólo la lengua vernácula evolucionó de forma normal. La brecha entre el sánscrito y el práctico se amplió con el paso de los siglos y, sin embargo, ello no tuvo consecuencias negativas para el primero que en la época de los Guptas era el lenguaje utilizado por la Administración.
Las lenguas modernas de la India: Bengalí, gujarati, y, maratí, solo empezaron a utilizarse 1.000 años d. de C.
Después del siglo II a.C. empiezan a aparecer textos seculares: poesías, dramas y obras de naturaleza científica, técnica o filosófica. En este momento, todo hombre de letras debía saber de memoria el astadhyayi. Aprenderlo requería un largo proceso, pero demostraba la educación.
Entre los años 500 y 1.200 d.c., la literatura sánscrita vive su edad de oro, protagonista indiscutible de la cual es kalidasa, el más famoso de los autores del período den la literatura kavya (secular), la literatura agama (religiosa) y los trabajos de los estudiosos (sastra).
Como ocurre con Panini, tampoco se sabe mucho sobre los orígenes de Kalidasa. Su nombre significa “esclavo de la diosa Kali”, lo que sugiere que pudo nacer al sur de la India, en lo que después se convirtió en Bengala, donde Kali, la esposa de Shiva, contaba con muchos seguidores.
emilio silvera
Jun
16
¡La Relatividad de Einstein!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Física ~ Comments (0)
En 1.905, disponiendo de mucho tiempo libre en la oficina de Patentes, Einstein analizó cuidadosamente las ecuaciones de campo de Maxwell, le añadió algunos ingredientes de Lorentz y Poincaré y fue llevado a postular el principio de relatividad especial: la velocidad de la luz es la misma en todos los sistemas de referencia en movimiento uniforme. El principio de apariencia inocente es uno de los mayores logros de la mente humana. Algunos han dicho que, junto con la Ley de gravitación de Newton, se sitúa como una de las más grandes creaciones científicas de todos los tiempos. ¿Quién soy yo para rebatirlo?
Muchos han sido los aspectos interesantes deducidos a partir de la teoría relativista especial, y, el que más ha llamado siempre mi atención es aquel que nos dice que el tiempo es la cuarta dimensión y que las leyes de la Naturaleza se simplifican y unifican en dimensiones más altas.
Fue Minkowski, un antiguo profesor de Einstein, el que, al leer la teoría de éste, introdujo el concepto de cuarta dimensión referida al tiempo y superó así el concepto de tiempo que se remontaba hasta Aristóteles. El espacio y el tiempo quedaron así irremediablemente unidos como : Espaciotiempo.
Así pasamos de un mundo de tres dimensiones a un Universo de cuatro. La mente humana, pasó entonces, a tener una visión más amplia del Universo.
También cambiaron conceptos como los de la masa y la energía que, resultaron ser, la misma cosa. Y, ¿Qué decir de la posibilidad real de frenar el paso del tiempo al viajar a velocidades relativistas?
¡Son tantas maravillas!
Para ver cómo dimensiones más altas simplifican las leyes de la Naturaleza, recordemos que un objeto tiene longitud, anchura y altura. Puesto que tenemos libertad para girar un objeto 90º, podemos transformar su longitud en anchura y su anchura en altura. Mediante una simple rotación, podemos intercambiar cualquiera de las tres dimensiones espaciales.
Ahora bien, si el tiempo es la cuarta dimensión, entonces es posible hacer “rotaciones” que convierten el espacio en tiempo y el tiempo en espacio. Estas rotaciones tetradimensionales son precisamente las distorsiones del espacio y del tiempo exigidas por la relatividad especial. En otras palabras, espacio y tiempo se mezclan de una forma esencial, gobernada por la relatividad. El significado del tiempo como la cuarta dimensión es que pueden hacerse relaciones entre el tiempo y el espacio de una forma matemáticamente precisa. A partir de entonces, deben ser tratados como dos aspectos de la misma magnitud: el espacio-tiempo.
Así han quedado unificadas las leyes de la Naturaleza al pasar de tres a cuatro dimensiones.
La discusión de la unificación de las leyes de la Naturaleza fue más bien abstracta, y lo habría seguido siendo si Einstein no hubiese dado el siguiente paso decisivo. Él comprendió que si el espacio y el tiempo pueden unificarse en una sola entidad, llamada espaciotiempo, entonces quizá la materia y la energía pueden unirse también en una relación dialéctica. Si las reglas pueden contraerse y los relojes pueden frenarse, razonó, entonces cualquier cosa que midamos con regla y relojes también debe cambiar.
Sin embargo, casi todo en el laboratorio de un físico se mide con regla y relojes. Esto significa que los físicos tendrán que recalibrar todas las magnitudes del laboratorio que una vez dieron por hecho que eran constantes.
En concreto, la energía es una cantidad que depende de cómo midamos las distancias y los intervalos de tiempo. Un automóvil de prueba que choca a gran velocidad contra una pared de ladrillos tiene obviamente energía. No obstante, si el veloz automóvil se aproxima a la velocidad de la luz, sus propiedades se distorsionan. Se contrae como un acordeón y los relojes en su interior se frenan.
Lo que es más importante, Einstein descubrió que la masa del automóvil también aumenta cuando reacelera. Pero ¿de dónde procede este exceso de masa? Y él concluyó que procedía de la energía.
Esto tuvo consecuencias perturbadoras. Dos de los grandes descubrimientos de la física del siglo XIX fueron la conversación de la masa y la conservación de la energía; es decir, la masa total y la energía total de un sistema cerrado, tomadas por separado, no cambian. Por ejemplo, si el coche veloz choca contra el muro de ladrillos, la energía del automóvil no desaparece, sino que se convierte en energía sonora del choque, energía cinética de los fragmentos de ladrillo que vuelan por los aires, energía calorífica, y así sucesivamente. La energía total (y la masa total) antes y después del choque es la misma.
Sin embargo, Einstein decía ahora que la energía del automóvil podía convertirse en masa (un nuevo principio de conservación que decía que la suma total de la masa y la energía debe siempre permanecer constante. La materia no desaparece repentinamente, ni la energía brota de la nada. En este sentido, la materia desaparece sólo para liberar enormes cantidades de energía o viceversa.
Cuando Einstein tenía 26 años, calculó exactamente cómo debía cambiar la energía si el principio de la relatividad era correcto, y descubrió la relación E=mc2. Puesto que la velocidad de la luz al cuadrado (C2) es un número astronómicamente grande, una pequeña cantidad de materia puede liberar una enorme cantidad de energía. Dentro de las partículas más pequeñas de materia hay un almacén de energía, más de un millón de veces la energía liberada en una explosión química. La materia, en cierto sentido, puede verse como un depósito casi inagotable de energía; es decir, la materia es en realidad, energía condensada.
Einstein supo ver que las dimensiones más altas tienen un propósito: unificar los principios de la Naturaleza. Al añadir dimensiones más altas podía unir conceptos físicos que, en un mundo tridimensional, no tienen relación, tales como la materia y la energía o el espacio y el tiempo que, gracias a la cuarta dimensión de la relatividad especial, quedaron unificados.
Desde entonces, estos conceptos, los tenemos que clasificar, no por separado, sino siempre juntos como dos aspectos de un mismo ente materia-energía por una parte y espacio-tiempo por la otra. El impacto directo del trabajo de Einstein sobre la cuarta dimensión fue, por supuesto, la bomba de hidrógeno, que se ha mostrado la más poderosa creación de la ciencia del siglo XX. Claro que, en contra del criterio de Einstein que era un pacifista y nunca quiso participar en proyectos de ésta índole.
Einstein completó su teoría de la relatividad con una segunda etapa que, en parte, estaba inspirada por lo que se conoce como principio de Mach, la guía que utilizó Einstein para crear esta parte final y completar su teoría de relatividad general.
Einstein enunció que, la presencia de materia-energía determina la curvatura del espacio-tiempo a su alrededor. Esta es la esencia del principio físico que Riemann no logró descubrir: la curvatura del espacio está directamente relacionada con la cantidad de energía y materia contenida en dicho espacio.
Esto, a su vez, puede resumirse en la famosa ecuación de Einstein, que esencialmente afirma:
Materia-energía determina la curvatura del espacio-tiempo y…
la ecuación de campo de Einstein engañosamente corta es uno de los mayores triunfos de la mente humana. De ella emergen los principios que hay tras los movimientos de las estrellas y las galaxias, los agujeros negros, el big bang, y seguramente el propio destino del Universo.
emilio silvera
Jun
15
¡La Mente, el Espíritu, los pensamientos…!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo y los pensamientos ~ Comments (0)
Desde que tenemos memoria, siempre hemos tenido dudas al respecto de lo que la Mente, el espíritu y los pensamientos puedan ser y cómo llegamos a poder generar, a partir de lo físico, algo que trasciende, incorpóreo que nace de un sin fin de conexiones de cuya complejidad sabemos poco pero que, hace posible el surgir de puntos luminosos que, en forma de pensamientos e ideas, conforman un “mundo” rico y poderoso que, sin ser tangible, es lo que realmente tiene el poder de todas las acciones que desarrollamos a lo largo de nuestras vidas.
Si tratamos de profundizar en el por qué de la Conciencia, nos adentramos en un campo en el que comienzan los límites de los pensamientos filosóficos y que tratan de llegar a esas preguntas últimas del por qué de las cosas. Dos de las grandes ramas de la filosofía son la metafísica, que trata de ocuparse de los fundamentos últimos de la realidad y la otra parte trata de justificar los fundamentos del conocimiento, las creencias… Ambas están ligadas en cierta manera y relacionan valores humanos como la ética, la moral e incluso la estética en los comportamientos sociales.
No pocas veces, los filósofos, ha n tratado de llevar todo esto hasta la ciencia al relacionar ciertos aspectos filosóficos y metafísicos con aspectos científicos que podrían, en parte, dar alguna explicación de todo aquellos fenómenos y comportamientos surgidos de una Mente humana “física” que eran guiados por pensamientos “metafísicos” incorpóreos y etéreos de profundo significado físico en sus resultados.
Lo cierto es que, hemos llegado a saber que todo el Universo es uniforme y en todas partes ocurren las mismas cosas y se producen los mismos sucesos: La materia resulta estar hecha de Quarks y Leptones que hacen estrellas y mundos que conforman grandes galaxias, que todo nace y todo muere en un periplo de vida durante el que, cada “cosa” desarrolla el “trabajo que el Universo le encomendó”, las estrellas transmutan elementos sencillos en complejos, las supernovas riegan grandes regiones de materiales pesados como el oro y el platino, en las Nebulosas se forman moléculas a partir de ese material creado por las estrellas que, miles de años más tarde, vienen a caer en algún mundo del que surgirán formas de vida y, en ocasiones, se hacen presentes esos misteriosos “sucesos” que dan lugar a que existan mentes que generan los pensamientos y esté presente eso que nos ha dado en llamar espíritu para significar un estado superior de las cosas que trasciende a lo simplemente material
Nosotros creemos que existe un mundo real que, etá descrito por las leyes de la física que es lo que aplicamos siempre a lo que vemos que ocurre a nuestro alrededor, es la única manera que tenemos para explicar las cosas, las interacciones, el movimiento del mundo y los comportamientos que observamos en las estrellas o en los planetas. Sin embargo, ¿cómo explicar la Mente, el espíritu y los pensamientos? Como humanos, debemos seguir esas leyes que a través de la observación primero y del expimento después reconocimos como ciertas para describir el “mundo” y así, mediante la evolución en el tiempo, hemos llegado a un estadio que nos aleja de aquellos principios animales de nuestros orígenes.
Como sistemas vivos surgidos de la materia creada en las estrellas, hemos podido evolucionar y llegar a discernir entre la diferencia de las cosas materiales pero, también, hemos llegado a desarrollar esa parte misteriosa que nos lleva a ser creadores de pensamientos más altos como mla poesía y la música que elevan al ser humano a un estadio superior (también la pintura y otras artes lo hacen) en el que se ven mezcaldos dos mundos, el material y el espiritual, ambos unidos en una incompresible mezcolanza de lo tangible y lo intangible pero que, lo uno sin lo otro… sería imposible, ya que, las ideas y los pensamientos por sí mismos, nunca podrían existir y necesitan de una mente física para poder surgir al mundo.
En tanto que sistemas vivos, estamos sujetos además a limitaciones evolutivas que no han sido consideradas por las leyes de la física. La conciencia, aunque especial en sí misma, no cabe duda que surgió como resultado de innovaciones evolutivas en la morfología del cerebro y del cuerpo. Es decir, la Mente surgió del cuerpo y de su desarrollo, está corporeizada y es, por tanto, parte de la Naturaleza que la creó.
Inmersos en el inmenso Universo hemos llegado a evolucionar hasta que en nosotros llegaron a surgir ideas y pensamientos, una forma de energía que se extiende por el mundo y que llegará hasta los confines mismos del Cosmos en nuestro de deseo de saber de nosotros y de otros posibles seres pensantes que, como en la Tierra, pueblen otros mundos lejanos en el espacio y en el Tiempo. Porque, ¿quién puede decirme que son los pensamientos? ¿cómo han llegado a poder generarse en una parte de nuestro cuerpo en el que se aloja el cerebro y la mente? ¿No es acaso la Mente, eso que llamamos espíritu? Hay en nosotros un algo superior que no llegamos a comprender… del todo.
¿Debemos rechazar la suposición cartesiana del dualismo cuerpo-mente, así como cualquier forma de idealismo? Así que sería contrario o negativo aceptar la posición aceptada por aquellos que abrazan una metafísica materialista combinada con una epistemología dualista, racionalista o idealista y, por otro lado, debemos mostrarnos escepticos respecto a las explicaciones reduccionistas extremas que pretenden explicar la conciencia sobre la base de la mecánica cuántica al tiempo que desatienden los hechos de la evolución y la neurología. El mismo escepticismo atañe a los intentos por imbuir el mundo entero de propiedades de la conciencia – el pan-psiquismo (” es un término que designa aquellas doctrinas filosóficas y religiosas que sostienen que toda realidad tiene una naturaleza psíquica y es de algún modo anímica, y que las cosas “materiales” solo son manifestaciones de la psique.”)
Siempre nos costó entender lo que es la Psique, y, aunque hemos representado en imágnes alegóricas (Eros y Psique), lo que era ese algo más sublime que, estaba -en esta ocasión- representado por el Amor, lo cierto es que nunca llegamos a entender muy bien ese concepto que subyace en lo que entendemos por Mente, por espíritu e incluso… por Alma, algo que quiere significar lo superior, lo más alto que en nosotros anida y que nos hace algo más que simple materia animada.
Tenemos que convenir que, la Conciencia, es una propiedad dinámica de un tipo “especial” de morfología -como una malla de reeentrada del sistema talamocortical- (según explican Tedelman y Tanoni) en su interacción con el entorno. Nuestro conocimiento del mundo real es el resultado de esas interacciones físicas, psicológicas y sociales de nuestra mente y nuestro cuerpo con el mundo.
Hemos llegado a ser conscientes del mundo que nos rodea y, naturalmente, a medida que hemos ido desarrollando la capacidad del lenguaje para comunicarnos en el seno de una cultura que pudo alcanzar una capacidad conceptual de riqueza extraordinaria que se traduce en lo que entendemos por lógica, en el entendimiento del mundo por medio de la geometría y las matemáticas que nos llevaron, de manera inexorable, hasta el mundo de la física que nos explica todo lo material que podemos ver o intuir que existe. Ese salto cualitativo nos transportó de un mundo de miedo y asombro, a ese otro en el que estamos situados de sucesos extraordinarios y descubrimientos maravillosos en esos lugares que abarcan desde el micromundo de lo muy pequeño hasta ese otro de inconmensurable, situado en el espacio “infinito” de un Universo por explorar.
Lo pequeño y lo grande, dos “universos” por explorar que esconden secretos que tendremos que desvelar si queremos, alguna vez, entender de todos estos complejos conceptos que estamos hablando y en el que, el principal de todos es nuestra propia Mente que es el misterio mayor de todos por su incomprensiblidad, es incluso más difícil de comprender que el propio universo del que tenemos amplios conocimientos, muy superiores a los que de la Mente podamos tener.
Sabemos de los átomos y de las partículas elementales que conforman la materia y de las interacciones fundamentales que rigen el mundo de lo material, y, hemos llegado a saber de las galaxias de estrellas y mundos que conforman este universo de proporciones tan enormes que nos cuesta asimilar y, cuando llegamos a la mente, todo se nos diluye en volutas y conformaciones que, como el humo, adoptan formas de compleja interpretación que toman caminos impensables y de cuyo destino nada podemos saber, son como ráfagas de pensamientos que surgen y nos sorprenden porque nunca, sabemos, en qué dirección irán dependiendo del entorno, las circunstancias y la concreta situación.
Lo cierto es que nuestras mentes son extrañas y no siempre, escuchan lo que se dice, sino que oyen lo que quieren oir y dicen lo que no siempre querían decir, hay un algo dentro de nuestras mentes que nos llevan, de manera incomprensible, por caminos que, antes del suceso, nunca hubiéramos pensamos en tomar. ¿Que harías en una situación límite en la que algún desaprensivo provocador viniera a violentar a tu amada? ¿Cómo reaccionarias ante un caso de abuso a un niño? Son situaciones en las que nunca sabras lo que podrías hacer hasta no estar frente a ellas y, a veces, tu reacción te sorprendería a tí mismo. Dentro de notros llevamos a un cobarde y a un héroe y, podrá salir el uno o el otro dependiendo de factores que no hemos llegado a conocer. Dicen que la Valentía es humilde y, aunque tú no te vez valiente, los demás, valiente te ven.
¡Es todo tan extraño!
La incorporación de los sistema de valores como limitaciones necesarias sobre el funcionamiento del cerebro como sistema seleccional enlaza la visión de la epistemología ( la rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es eñ conocimiento) de base biológica y de la visión de que las emociones son fundamentales tanto para los orígenes como para el apetito del pensamiento consciente. Las emociones pueden representar el vínculo humano que impulse los comportamientos conforme al estado anímico en cada cada cual se pueda encontrar en un momento dado y, de la misma manera, podrían ser las emociones las que nos llevaron a levantar ese enorme edificio de pensamientos que nos hizo construir la obra material de nuestras ciudades y, también, esa obra mucho mayor que representa hoy la Ciencia en todos los ámbitos del Saber Humano.
De lo material hemos visto surgir lo que no lo es pero que allí subyace, sin materia no habría posibilidad de que, a partir de ella surgiera eso otro inmaterial que, aunque no podemas coger con las manos, su inmaterialidad nos lo impide, si podemos, sin embargo ver cómo es y como son sus consecuencias que, en algún sentido, puede extenderse por el mundo entero. Es esa especie de “conciencia inmaterial” lo que puede impregnar el Universo y llegar a todas partes, a esos lugares a los que el cuerpo nunca podrá acceder y que, sin embargo, haciendo el viaje con nuestras mentes es inmediato y, como el salto cuántico del electrón, podemos surgir en un lugar lejano sin tener que atravesar el espacio que de él nos separa- ¿No os parece algo grandioso?
Yo miro esa estrella central reluciente y presumida de su inmenso fulgor y veo mucho más que un astro inmerso en una Nebulosa de oro. Veo que en esos detellos cegadores van transportadas millones de voces de futuras criaturas de cuyas mentes, tendremos algún día, nuevas respuestas de lo que no sabemos.
emilio silvera
Jun
15
¿Destruye la Ciencia la Belleza? ¿O, por el contrario nos la enseña?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en La Belleza y la Ciencia ~ Comments (0)
“Cuando escuché al docto astrónomo,
cuando me presentaron en columnas las pruebas y guarismos,
cuando me mostraron las tablas y diagramas para medir, sumar y dividir,
cuando escuché al astrónomo discurrir con gran aplauso de la sala,
qué pronto me sentí inexplicablemente hastiado,
hasta que me escabullí de mi asiento y me fui a caminar solo,
en el húmedo y místico aire nocturno,
mirando de rato en rato, en silencio perfecto a las estrellas.
Igual que la niña mira ensimismada hacia las estrellas lejanas del cielo, tratándo de escoger la más hermosa, ponerle un nombre y hacerla suya. También muchas personas han tratado de hace los mismo cuando, en soledad, en espacios abiertos y en plana Naturaleza, ha podido estar en simbiosis plena con aquellos cuerpos celestes que, mediante invisibles hilos de plata, tienen atada la Tierra para que, nunca, podamos dejar de verlas.
Para los amantes de la belleza, el Universo supo muy bien crear sus obras y, mediante su dinámica y su ritmo de movimiento y energía, ha sabido traernos las estrellas y los mundos que, inundados de luz, pudieron hacer posible que surgiera la vida. Los antiguos filósofos, los artistas y los poetas otorgaban a la luz una posición especial entre los fenómenos del mundo natural.
Platón comparaba al Sol y sus rayos con el bien -la idea más elevada- que todo lo nutre e ilumina. Quienes le siguieron en la tradicción platónica, como san Agustín, Dante, Grosseteste y san Buenaventura, veían un vínculo especial entre luz y belleza; la luz era el principio de toda belleza sensual y visible, y bella ella misma. Iluminaba el mundo que nos acogía y, nos daba la luz y el calor para que pudiéramos vivir, calentaba las aguas y hacía posible que no muriéramos de frío-
La luz, naturalmente, ocupaba un lugar especial para los pintores que, con la colaboración de “ella” podían conseguir los más bellos reflejos cuando se expandía y avivaba para hacer del mundo y de las bellas mujeres, algo esplendoroso.
Todo gana con la luz, sea cual pudiera ser su estado en relación al movimiento planetario, todos los escenarios que su inmensa miríada de fotones hacen incidir sobre las cosas, las hace más mucho más atractivas y son expuestas con luz cegadora o mortecina, cenicienta o medio en brumas pero, siempre, dejará ver la Naruraleza en su presencia.
Claro que la Ciencia moderna, y en especial la obra de Newton, cuestionaba esta concepción. De un solo golpela luz había perdido su posición privilegiada. El mundo había dejadoi de iluminarse así mismo, a través de la luz, en benficio de los humanos; ahora era la mente humana la que proyectaba la luz para iluminar al mundo. La se había convertido en un fenómeno más gobernado por las leyes mecánicas y matemáticas susceptibles de ser conocidas. Lo que escribieron los poetas sobre lo que había hecho Newton con ese tesoro de los colores, el arco iris, nos da la medida de su respuesta a esta nueva ciencia.
…¿No se desvanecen los encantos
sólo con que los toque la gélida filosofía?
Antes había en el cielo un sobrecogedor arco iris:
hoy conocemos su urdidumbre, su textura: forma parte
del aburrido catálogo de las cosas vulgares.
La filosofía recorte las alas del ángel,
conquista los misterios con reglas y líneas,
despoja de embrijo el aire, de gnomos las minas;
desteje el arco iris…
Muchos fueron los poetas que, a partir de Newton vieron como se rompía el encanto de algunos fenómenos naturales que, como el de la luz, había tenido mucho encanto y ensoñación, era algo mágico que invitaba a imaginar “cosas” y, con la venida de la Ciencia, todo aquello se fue al garete, Ahora la luz, era un conocido fenómeno natural.
Claro que, aún nos queda un b uen margen para soñar, toda vez que, saber lo que es la luz…¡Sólo a medias lo sabemos!
La brecha entre poetas románticos de los siglos XVIII y XIX sigue viva y con nosotros en las mentes imaginaticas hasta extremos inimaginables, y que, tienen la sensación de que la Ciencia, destruye la Belleza, claro que, actualmente son muchos más los que creen que la investigación profunda de la Naturaleza , sólo se limita a sacar a la Luz la verdadera Belleza del Universo que está encerrada en los máas profundos enigmas del Universo.
En este punto, recordaremos aquella anécdota de Feymann con este tema relacionaso:
Al Físico Richard Feynman lo interpeló en este sentido un amigo poeta que afirmaba que mientras que los artistas ven la belleza en una flor, los científicos la diseccionan hasta convertirla en un objeto sin vida. El físico sabía que contestar y le contestó que como científico era capaz de ver en la flor más belleza y no menos. Podía apreciar, por ejemplo, las bellas y complejas acciones del interior de sus células, de su ecología, de su papel en los procesos evolutivos. “El conocimiento de la Ciencia”, prosiguió Feynman, “sólo agranda el interés, el misterio y el asombro que puede producir una flor cuando se sabe todo lo que hay en ella, cosa que los poetas, por su profesión “de otro mundo”, nunca podrán ver.
Claro que, en realidad, los dos, el físico y el poeta, llevaban su parte de razón: No sólo de Pan vive el Hombre y, alguna vez, se necesita tener un refigio situado en ese mundo mágico de la irrealidad para que, nos cure las heridas producidas en esa realidad que llamamos mundo y que, no siempre resulta fácil de sobrellevar.
Pero, ¿dónde está la Belleza real”
¿Aquí?
¿O, esá aquí?
¿Pudiera ser esta la belleza del mundo?
También aquí está presente
Tampoco esta estaría mal elegida como símbolo de la belleza y de… La Vida
¿Y la belleza y complejidad que lo que arriba vemos esconde?
A todo estos ejemplos anteriores, podríamos añadir una bonita sinfonía que nos eleva fuera de este mundo hacia lugares soñados que nos llenan de felicidad, o, también podríamos poner en la lista de las bellezas una buena historia leida al calor de la lumbre en el crudo invierno, o, también podríamos añadir a la Belleza una mirada tierna o una caricia del ser Amado…
También aquí hay belleza
¡Son tantas las bellezas presentes en el Universo que, nunca podremos elegir…una sóla ellas…son muchas las que ocupan nuestros corazones y nuestras mentes.
emilio silvera
Jun
15
¡La Ciencia! Ese es, el único camino
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Física ~ Comments (0)
La Física es la Ciencia que estudia las leyes que determinan las estructura del Universo con referencia a la materia y la energía de la que está constituído. Se ocupa no de los cambios químicos que ocurren, sino de las fuerzas que existen entre los objetos y las interrelaciones entre la materia y la energía. Tradicionalmente, el estudio se dividía en campos separados: calor, luz, sonido, electricidad, magnetismo y mecánica (Física clásica).
Desde el siglo XX, sin embargo, la Mecánica cuántica y la Física relativista han sido cada vez más importantes; el desarrollo de la Física moderna ha estado acompañado del estudio de la Física atómica, Física nuclear y Física de partículas.
La Física de cuerpos astronómicos y sus interacciones recibe el nombre de Astrofísica, la Física de la Tierra, recibe la denominación de Geofísica, y el estudio de los aspectos Físicos de la Biología se denomina Biofísica.
Aquí, generalmente comentamos sobre la Física pura en sus dos versiones de la Relatividad y la Mecánica Cuántica que engloba ese universo particular de lo microscópico donde se mueven las partículas que conforma todo aquello que podemos observar en el Universo y que llamamos la Materia Bariónica, y, al mismo tiempo, nos ocupamos de la interrelación que entre los cuerpos físicos ocurren y las fuerzas que están presentes, así como, de las constantes universales que en nuestro universo, son las responsables de que todo funcione como lo hace.
¿Cuántas veces hemos hablado aquí de las constantes de la Naturaleza? Han sido muchas y todas ellas, han estado influidas por el profundo interés que en mí causan estos números misteriosos que hacen del Universo el que nosotros conocemos. Es porisble, que en otros universos que pudierann ser, y, en los que las constantes fuesen diferentes a las del nuestro, hubieran nacido muertos y sin vida.
¡La constante de Planck en sus dos versiones, h y ħ; la igualdad masa-energía de Einstein, la constante gravitacional de Newton, la constante de estructura fina (137) y el radio del electrón… ¿cómo hemos podido llegar a discernir tan profundos pensamientos?
- Constante de Planck: h = E/v
- Constante de Planck racionalizada: ℎ = h/2π
- Igualdad masa-energía: E = mc2
- Constante gravitacional: F = m1m2G/d2
- Constante de estructura fina: α = 2πe2/hc
- Radio del electrón: r0 = e2/mc2
¡Me encantan sus mensajes!
Tendría Max Planck razón, cuándo nos decía:
“La ciencia no puede resolver el misterio final de la Naturaleza. Y esto se debe a que, en el último análisis, nosotros mismos somos parte del misterio que estamos tratando de resolver.”
Claro que, lleve o no la razón, nosotros no podemos por ello dejar de seguir buscando y tratando de desvelar esos secretos que nos lleven a saber, a comprender ese misterio que nos atormenta: ¿Para qué estamos aquí? ¿Habrá algún fin predeterminado para nuestra presencia en el vasto Universo?
De todas las maneras, no podemos dejar de reconocer que es, verdaderamente meritorio, el enorme avance que en tan poco tiempo -unos pocos miles de cientos de años…, en el contexto de la edad del Universo, no es nada- ha logrado la Humanidad en el campo de la física y también en otros campos del saber hiumano. En los últimos tiempos, aproximadamente un siglo y medio, se ha pasado desde la opaca oscuridad a una claridad, si no cegadora, un poco deslumbrante sí. Son muchos los secretos de la naturaleza física que han sido desvelados, y el ritmo, según podemos constatar cada día, no deja de crecer.
¡El tiempo!, ése precioso bien está a nuestro favor. Sólo tenemos que ir pasando el testigo para alcanzar las metas propuestas. Pongamos nuestras esperanzas en que no seamos tan irresponsables como para estropearlo todo. El esfuerzo realizado por los que hicieron esa larga carrera, debe ser recogido por quellos otros que, descansados esperan para coger el testigo y continuar ese camino que, para la Humanidad no tendrá fin. Siempre tendremos alguna meta que alcanzar.
Al principio, aquellos filósofos de la Naturaleza, sólo podían intuir e imaginar de qué estaba hecho el mundo. Ahora, hemos llegado a construir los medios precisos para investigar y experimentar para saberlo. Hemos logrado comprender lo que es la gravedad o electromagnetismo, sabemos de los átomos y de las fuerzas nucleares que actúan en las partículas que conforman la materia y, queremos llegar al corazón mismo de la sustancia cósmica que todo lo conforma para saber, de una vez por todas, cómo se hizo y cómo interactúa todo lo que existe y, también, si existe más de lo que podemos ver.
Hemos podido llegar a límites increíbles en nuestras investigaciones y, por ejemplo, en las investigaciones realizadas para comprobar si la constante de estrucutra fina era variable, ya a principios de 1968, Bahcall y Schmidt observaron un par de líneas de emisión de oxígeno que aparecen en el espectro de cinco galaxias que emiten radioondas, localizadas con un desplazamiento hacia el rojo promedio de 0,2 (emitiendo así su luz hace unos dos mil millones de años, y obtuvieron un resultado consistente con ausencia de cambio en la constante de estructura fina que era aún diez veces más fuerte que los hallados con anterioridad:
α (z = 0,2)/α(z = 0) = 1,001 ± 0,002
Estas observaciones excluían rápidamente la propuesto por Gamow de que la constante de estructura fina estaba aumentando linealmente con la edad del universo. Si hubiese sido así, la razón α (z = 0,2)/α(z = 0) debería haberse encontrado con un valor próximo a 0,8.
Una de las cuestiones más controvertidas en la cosmología es porque las constantes fundamentales de la naturaleza parecen finamente ajustadas para la vida. Una de estas constantes fundamentales es la constante de estructura fina o alfa, que es la constante de acoplamiento de la fuerza electromagnética (usualmente denotada g, es un número que determina la fuerza de una interacción) y equivale a 1/137,03599911.
Es cierto que en el Universo existen equilibrios muy delicados y que, nos puede producir la sensación de que, de un momento a otro, todo se irá al garete y aquello, se convertirá en un Caos sin reversión posible y, sin embargo, es una impresión engañosa, toda vez que, de la explosión supernova surgen nebulosas de las que surgen nuevas estrellas y nuevos mundos. Es la engañosa “Destrucción-Creadora”.
Todas las estructuras del Universo que se comportan como objetos estables, en realidad, se muestran así como consecuencia de que son, malabarismos que se producen entre dos fuerzas antagónicas equivalentes que consiguen esa “delicada” estabilidad que está centrada en la lucha entre la atracción y la repulsión. Por ejemplo, en un planeta, como la Tierra, hay un equilibrio entre la fuerza atractiva de la Gravedad y la repulsión atómica que aparece cuando los átomos se comprimen demasiado juntos y se llegan a degenerar por el Principio de exclusión de Pauli quen no permite que dos fermiones ocupen el mismo lugar. Todos esos equilibrios pueden expresarse aproximadamente en términos de los números puros de Stoney-Planck creados a partir de las constantes e, h, c, G y mpr
α = 2πe2/hc = 1/137
αG = Gmpr 2/hc ≈ 10-38
La identificación de constantes de la Naturaleza como α y αG, junto con los números que desempeñam el mismo papel definitorio para las fuerzas débil y fuerte de la Naturaleza, nos anima a pensar por un momento en mundos diferentes al nuestro. Estos otros mundos pueden estar definidos por leyes de la Naturaleza iguales a las que gobiernan el universo tal como lo conocemos, pero estarán caracterizadas por duiferentes valores de constantes adimensionales. estos cambios numéricos alteran toda la fábrica de los mundos imaginarios. Los equilibrios entre los fuerzas serán diferentes de los que se dan en el nuestro. Los átomos pueden tener propiedades diferentes. La Gravedad podría tener un papel más pequeño en esos otros mundos. La Naturaleza cuántica de la realidad podría intervenir en lugares inimaginables.
Claro que, nosotros, nos tenemos que ceñir a éste, nuestro Universo que nos muestras unas leyes y unas constantes que son como son y no de otra manera y, de esa forma, está construido nuestro universo conocido que, en alguna ocasión he pensado si no tendrá “otro universo” escondido dentro de este mismo, o, forma parte de otro universo gemelo, e incluso, podría ser el hermano pequeño de otro universo mucho mayor.
Decimos que los valores de las constantes de la Naturaleza están “escogidos” de manera bastante fortuita cuando se trata de permitir que la vida evoluciones y persista pero, echemos una mirada a otros ejemplos: La estructura de los átomos y las moléculas está controlada casi por completo por dos números de los que he hablado aquí alguna vez: la razón entre las masas del electrón y el protón, β, que es aproximadamente igual a 1/1.836, y la constante de estructura fina α, que es aproximadamente, como antes decía igual a 1/137.
Supomngamos que permitimos que estas dos constantes cambien su valor de forma independiente y supongamos también (para hacerlo más sencillo) que ninguna otra constante de la naturaleza cambie. ¿Qué le sucede al mundo si las leyes de la Naturaleza siguen siendo las mismas?
Si deducimos las consecuencias pronto encontramos que, en realidad, no existe mucho espacio para maniobrar. Incrementemos β demasiado y no puede haber estructuras moleculares ordenadas porque es el pequeño valor de β el que asegura que los electrones ocupen posiciones bien definidas alrededor de un núcleo atómico y no se agiten demasiado. Si lo hicieran entonces fallarían procesos muy bien ajustados como la replicación del ADN. El número β también desempeña un papel en los procesos de generación de energía que alimentan las estrellas. Aquí se une con α para hacer los centros de las estrllas lo suficientemente calientes como para iniciar reacciones nucleares.
Podríamos seguir poniendo muchos ejemplos de los posibles cambios en las constantes de la Naturaleza y, todos ellos, nos llevarían a lugares que no nos gustaría imaginar,. ya que, en la mayoría de ellos, ni estaríamos al no ser la vida permitida por aquellas condiciones.
Menos mal que, a pesar del cambio incesante y la dinámica del Universo visible, existen aspectos de la fábrica del Universo misteriosos en su inquebrantable constancia. Son esas misteriosas cosas invariables las que hace de nuestro Universo el que es y lo distinguen de otros mundos que pudiéramos imaginar. Cuando se conocen estas misteriosas constantes, podemos percibir que es como si hubiera un hilo dorado que teje una continuidad a través del espacio-tiempo que, inexorable, transcurre en la Naturaleza. Y, tales constancias, nos llevan a pensar que todas las cosas son iguales a lo largo del vasto Universo. Que fueron y serán las mismas en otros tiempos además de hoy.
emilio silvera