Jul
3
¡Nuestras Mentes! Esas desconocidas.
por Emilio Silvera ~ Clasificado en La Complejidad ~ Comments (6)
En otras ocasiones hemos comentado aquí sobre la maraña de conexiones que llevamos en la cabeza. Es nuestro cerebro humano que, con poco más de un kilo de peso, contiene unos cien mil millones de células nerviosas o neuronas. La capa ondulada más exterior es la corteza cerebral, que es la parte del cerebro de evolución más reciente, contiene alrededor de treinta mil millones de neuronas y un billón de conexiones o sinapsis. Estas cifras inmensas… ¿Superan a los grandes números del Universo?
Conexiones sin fin
Si contáramos una sinapsis cada segundo, tardaríamos 32 millones de años en hacer el recuento. Si consideramos el número posible de circuitos neuronales, tenemos que habérnosla con cifras hiperastronómicas: 10 seguido de al menos un millón de ceros (En comparación con el número de partículas del universo conocido asciende a “tan sólo” 1079 es decir, es el número conocido como NEdd (Número de Eddintong) que es:
15.747.724.136.275.002.577.605.653.961.181.555.468.044.717914.527.116.709.366.231.425.o76185.631.031.296 protones y el mismo número de electrones, fue calculado por Arthur Eddintong allá por la década de 1920. Pues bien, esa descomunal cifra, se queda muy corta si la comparamos con las conexiones de nuestro cerebro. De ahí viene lo que decimos de que, “nuestros cerebros son las máquinas más complejas del Universo”. Y, desde luego, el comentario no está lejos de ser cierto.
La vitalidad, la pasión el dinamismo, la confianza, la capacidad, la coherencia, la repentización de ideas en hechos, la capacidad a resistir la fatiga y el agotamiento en ciertos momentos, los sentimientos, la alegría o la pena, el dolor, la energía y, en realidad, todo lo que cada uno pueda ser, está ahí, ubicado en su cerebro donde radica la central de mando que envía al resto del cuerpo la orden de lo que tiene o no tiene que hacer.
Está claro que, nosotros, al igual que todos los cuerpos y objetos que habitan en nuestro Universo, tiene su actividad debido a la energía. La historia de la energía de los seres vivos se va desarrollando a través de distintas formulaciones: el valor vital o pneuma que se fragua en el horno del corazón según se dijo en la Grecia antigua; o la energía chi, que circula atravesanzo lineas meridianas del cuerpo según los chinos; o como prana en la India hace que el cuerpo de los yoguis se convulsione; o como fuerza vital que buscaban los estudios de la Alquimia, cuando soñaban con la fabricación del oro y con la eterna juventud; y así sucesivamente, hasta llegar a tiempos más modernos en los que, incluso algunos, como Freud, se agarró a la idea de la descarga de la energía sexual.
Sin embargo, la realidad es otra muy distinta. Lo que suministra potencia a nuestros cuerpos y Mentes es la electricidad. Nuestras células se proveen de energía a partir de unos enormes campos eléctricos que conducen grandes corrientes mediante unas diminutas máquinas moleculares; se trata de motores, conexiones, bombas de inyección, interruptores y fábricas de productos químicos que crean conjuntamente la vida celular.
Esta energía eléctrica es producida por billones de microbios que invadieron a los antepasados de nuestras células hace miles de millones de años y que viven a miles actualmente en cada una de las células de nuestros cuerpos. Ya dejamos aquí la referencia en otros trabajos de las mitocondrias que, en simbiosis con nosotros, nos suministran la energía que necesitamos.
Cada vez que surge una idea lo hace mediante un destello luminoso: Son las estrellas del cerebro
No es fácil entender la complejidad que conlleva el enmarañado entramado de un cerebro humano, y, de hecho, hasta hace unos pocos años, no hemos comenzado a entender (parcialmente) sus mecanismos. La energía es la base principal del funcionamiento de todo lo que en el Universo es, y, nuestro cerebro, no podía ser menos. Así que, como antes decíamos las células del cerebro invadidas por las mitocondrias reciben de estos invasores que parecen vivir pacificamente en simbiosis con la célula, lo que necesitamos.
Sin embargo, también pueden ser enemigos. Investigaciones recientes demuestran que pueden ser los asesinos y ejecutores silenciosos de la célula, estando además implicados en una gran cantidad de enfermedades y discapacidades devastadoras, así como también en los procesos de envejecimiento, que llevan una disminución irreversible de la energía corporal y mental.
La energía que mueve y motiva la mente siempre ha sido un misterio. Sin embargo, actualmente la tecnología moderna nos ofrece la posibilidad de poner en imágenes y visualizar los cambios que se producen en la energía del interior del cerebro, de un momento a otro, mientras pensamos y sentimos. Son las mitocondrias las que hacen posible y generan esa energía.
Las mitocondrias son unos orgánulos celulares muy especiales: poseen una membrana externa como si se tratase de una célula independiente, también tienen su propio genoma que presenta muchas semejanzas con genomas bacterianos y son fundamentales para el aporte energético de la célula pues sintetiza gran parte del ATP producido en la misma. Y esto es solo una parte de todo lo que las mitocondrias hacen por la célula.
Hoy no hay dudas al respecto, las mitocondrias eran células independientes que un día se toparon con las células eucariotas y se enamoraron… al estilo de las células. Alguna (o algunas) célula eucariota, hace unos 1500 millones de años fagocitó una mitocondria y no pudo digerirla. De esta forma, dos seres distintos se vieron obligados a negociar las condiciones de su existencia.
Imagen obtenida por microscopía electrónica del tejido pulmonar de un mamífero, se visualizan dos mitocondrias.
Pero una mirada al pasado sugiere todo lo contrario. Un vistazo al proceso evolutivo nos dice que el amor es una constante de la existencia, el irrefrenable impulso de fusión. Desde que las primeras células se unieron para intercambiar material genético existe el amor. Está en la base de los motivos sociales universales de pertenencia y confianza.
Pero, sigamos con lo nuestro. Se han descubierto ahora los compuestos químicos y las vías por los que se controla dentro del cerebro el despertar, la ansiedad y la motivación, de tal modo que, por fin, estamos cerca de llegar a comprender qué son el nerviosismo y la depresión, y como la podemos controlar mediante fármacos.
Los exámenes con escáner muestran que las personas deprimidas tienen menos serotonina y receptores de opioide y que esa variación está vinculada con los síntomas y la respuesta al tratamiento. En los tiempos quen corren, con un elevado número de padres de familia en paro, ésta peligrosa enfermedad está haciendo estragos y, es imperioso que avancemos en el modo de eliminarla. El principal problema reside en que todas las personas no tienen la misma biología y aguantan de distintas maneras la misma situación.
Nuevas tecnologías nos llevan al interior de nuestros cerebros y posibilitan el estudio de cambios y transiciones de fases que producen diversos cambios dentro de nosotros, y, aunque ahora empezamos a comprender, el camino que tenemnos por delante es alentador.
Claro que, aquel “soy consciente, luego existo” nos podría conducir hacia el solipsismo, a la creencia en que nada existe fuera de la propia conciencia, y, ¡existen tantas cosas! No podemos dejar que todo lo dirijan modelos cognitivos que, en realidad, nos tienen poco que ofrecer en relación con el lado experiencial o fenoménico de la experiencia consciente. Es ahí, en nuestras vivencias en contacto con el mundo, donde el cerebro, por medio de los sentidos, recibe la información que le hace trabajar en función del material recibido para archivar y “recordar” los hechos que, serán tenidos en cuenta en ocasiones similares.
Como otras veces he dicho, la conciencia es especial y de la misma manera, plantea un problema especial que no se encuentra en otros dominios de la ciencia. En la Física y en la Química podemos explicar entidades determinadas en función de otras unidades y leyes. Podemos describir el material presente en una Nebulosa, al menos en principio, en términos de átomos, gravedad, e incluso leyes de la mecánica cuántica. Podemos conectar distintos niveles del saber para describir una entidad e incluso, lo podemos hacer a través de las matemáticas, otro lenguaje complejo que nos da una referencia del mundo en sus distintas vertientes.
La Nebulosa de la Laguna podría servir para el caso
En el caso de la conciencia, sin embargo, nos encontramos con una asimetría. Lo que intentamos no es simplemente comprender de que manera se puede explicar las conductas o las operaciones cognitivas de otro ser humano en términos del funcionamiento de su cerebro, por difícil que esto aprezca. No queremos conectar simplememnte una descripción de algo externo a nosotros con una descripción científica más sofisticada. Lo que realmente queremos hacer es conectar una descripción de algo externo a nosotros -el cerebro-, con algo de nuestro interior: una experiencia , nuestra propia experiencia individual, que nos acontece en tanto que observadores conscientes. Intentamos meternos en el interior, en el intrincado mundo desconocido de la complejidad misma.
Podemos mirar el interior del cerebro pero, ¿sabemos lo que estamos viendo? desgraciadamente lo que nos ofrece nuestra moderna tecnología no siempre es bien interpretado por los “especialistas” que deben tratar o comprender lo que allí (en aquel cerebro) está pasando.
100.000.000.000 de neuronas conectadas entre sí en torno a 400 órganos neuronales igualmente conectados: ¿no deberían suponer un espectáculo impresionante? Se ha llegado a la conclusión de que, si queremos acdeder a grandes números, estos, a pesar de su inmensidad, no están en el Universo, se encuentran en nuestro cerebro. Es allí donde residen las “infinitudes” que el Universo creó para poderse observar así mismo.
¿Conoceremos algún día lo que aquí se guarda? Dicen que el Universo, puso aquí dentro todas las respuestas y que, nosotros, los poseedores de esta “caja mágica” que llamamos cerebro, sólo tenemos que urgar dentro, mediante el pensamiento profundo, para hallar esas respuestas que tanto esperamos y, no pocas veces necesitamos.
El interior del cerebro, como ocurre en el interior de los planetas como la Tierra, reina una actividad que reside en un centro núcleo o neuronal de donde parten todas las funciones quen llevan a conformar el todo. Son complejidades del Universo que se han creadom en los Núcleos de las estrellas que, en el seno de las galaxias brillan y nos envían mensajes que aún, no hemos sabido leer.
emilio silvera
Jul
3
Relatividad Especial: Luz, velodidad, tiempo, masa-energía
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (5)
La radiación electromagnética es el producto de la variación periódica de los campos eléctrico y magnético. Un campo es una región del espacio en la que la materia está sometida a algún tipo de fuerza. En el caso de la radiación electromagnética, los campos son producidos por las partículas cargadas en movimiento. La luz visible es un tipo de radiación electromagnética. A veces se comporta como una onda que se propaga en el espacio, y otras veces se comporta como un conjunto de fotones. A este fenómeno se le denomina dualidad de la radiación.
Los distintos tipos de radiación electromagnética dependen directamente de las características de la onda, que son: frecuencia, longitud de onda y amplitud o intensidad. En realidad, como veremos a continuación, la frecuencia y la longitud de onda están directamente relacionadas, por lo que para describir completamente una onda, (la radiación electromagnética en nuestro caso) basta con dar información acerca de su amplitud y frecuencia (o longitud de onda). Las ondas electromagnéticas transportan energía siempre a la misma velocidad en el vacío: 299792 kilómetros por segundo, lo que se conoce como velocidad de la luz (c).
No todas las formas de radiación electromagnética pueden ser captadas por el ojo humano que sólo puede ver la que se nos aparece en forma de luz visible y de la cual depende nuestra consciencia visual del universo y sus contenidos. La Relatividad Especial nos dice que es precisamente la luz la que marca el límite de la velocidad que en el Universo se puede alcanzar. No vamos a meternos ahora en la polémica de si son ondas o partículas, o, las dos cosas según los casos. Sin embargo, una cosa sí que tenemos que dejar clara: Es una constante universal, aunque algunos se empeñen en querer quitarle esa primacía.
“El empuje warp, empuje por curvatura impulso de deformación o impulso de distorsión es una forma teórica de propulsión superlumínica. Este empuje permitiría propulsar una nave espacial a una velocidad equivalente a varios múltiplos de la velocidad de la luz, mientras se evitan los problemas asociados con la dilatación relativista del tiempo.”
¿Será científicamente posible superar la velocidad de la Luz? ¿Los motores de curvatura que impulsaban a la nave Enterprise en sus escarceos por el espacio pueden convertirse en una realidad y permitirnos superar la velocidad de la luz?. Bueno, unos “científicos” de los que no recuerdo sus nombres, así lo han declarado. Sin embargo, si la velocidad de la luz puede ser superada, antes de que dicha proesa la puedan conseguir los hombres, creo que, si tal cambio de una constante natural llegara a producirse, sólo podría venir de cambios producidos en la misma Naturaleza,y, por nuestra parte, no podremos nunca superar la velocidad de la luz pero, sí podremos burlarla encontrando otros caminos hacia mundos y estrellas lejanos en remotas regiones del Universo.
Aunque muchas veces comentado, trataré de nuevo el tema de la velocidad de la luz y sus implicaciones reales en el transcurso del tiempo. La relatividad del movimiento es, por una parte, la clave para comprender la teoría de Einstein, y al mismo tiempo una fuente potencial de confusión.
¡El Tiempo transcurre inexorable, nada puede evitar que, como luciérnagas o gotas de agua, se escurra entre los “dedos” de nuestras efímeras vidas.
No es nada fácil dar una definición del tiempo, los intentos de hacerlo terminan a menudo dando vueltas y vueltas hasta llegar al punto de partida. Sin ir más lejos, en un trabajo mío de título “Pasado, Presente y Futuro. Una ilusión llamada Tiempo“, intenté explicar lo que es el tiempo y hablé de él desde distintos ángulos y bajo distintos puntos de vista. Durante muchas páginas trate el tiempo y me remonte hasta el Big Bang como fuente de su nacimiento, allí, junto a su hermano, el espacio, nació el tiempo. Sin embargo y pese a mi esfuerzo por esbozar una imagen escenificando lo que el Tiempo es… ¡No lo conseguí! Al igual que los mejores filósofos, fracasé en el intento y, la explicación es fácil: Nadie puede dar razón de algo que no conoce.
En aquella ocasión, entre otras muchas cosas, hablé del reloj atómico de cesio-33, de la velocidad de la luz, de la fórmula matemática que explicaba la dilatación del tiempo a través de la velocidad, del tiempo de Planck, de las transformaciones de Lorentz, tiempo terrestre, tiempo dinámico, tiempo bariónico, tiempo estándar, tiempo universal, ¿cuántos conceptos de tiempo podemos tener? Y, sin embargo, seguimos sin saber lo que el tiempo es, si es que, realmente, es algo más que una abstracción de nuestras mentes.
Podemos medir el tiempo en un reloj de luz pero nuestro objetivo es comprender cómo afecta el movimiento al transcurso del tiempo. Se conoce como “reloj de luz” al más sencillo del mundo y que consiste en dos pequeños espejos montados el uno frente al otro sobre un soporte, y entre ellos hay un único fotón de luz que salta del uno al otro. Si los espejos están separados unos 15 cm, el fotón tardará alrededor de una milmillonésima de segundo en realizar un viaje de ida y vuelta. Se puede considerar que el “tictac” de un reloj de luz se produce cada vez que un fotón hace un viaje de ida y vuelta completo. Mil millones de tictac indicarían que ha transcurrido un segundo. El fotón de uno a otro espejo realizando el viaje de ida y vuelta mil millones de veces en un segundo. El fotón no tiene masa y su velocidad es la de la luz, 299.792.458 m/s.
Tenemos que mencionar el carácter constante de la velocidad de la luz, y que el mismo implica que un reloj pueda marcar su tictac más lentamente. O dicho de otra manera, viajar a velocidades cercanas a la de la luz ralentiza el tiempo, así lo determina la teoría de la relatividad especial de Einstein. El tiempo transcurre más lentamente para un individuo en movimiento que para otro individuo que se encuentre en reposo. Si el razonamiento absolutamente sencillo que nos ha llevado a esta conclusión es correcto, entonces, ¿no tendríamos, por ejemplo, que poder vivir más tiempo estando en movimiento que permaneciendo inmóviles? Después de todo, si el tiempo transcurre más lentamente para un individuo en movimiento que para uno que está quieto, esta disparidad se podrá aplicar también, además de al tictac de un reloj, al latido de un corazón y al deterioro de algunas partes del cuerpo. Esto es así, y se ha confirmado directamente, no para la esperanza de vida de los humanos, sino para ciertas partículas del microespacio: los muones. No obstante, existe una pega importante que nos impide proclamar el hallazgo de la fuente de la juventud.
La ilusión de la fuente de la juventud que muchos han querido encontrar
Pensar en la existencia de la fuente de la Juventud, no es nada nuevo. Muchos han sido los que la han buscado sin encontrarla, y, sin embargo, yo he tenido esa suerte pero, a pesar de ello, no es eterna como tantos esperaban. La “eternidad” no existe. Si acaso, en alguna circunstancia el paso del Tiempo se podría retrasar.
Cuando se encuentran en reposo en el laboratorio, los muones se desintegran mediante un proceso muy semejante a la desintegración de la radiactividad, en un promedio de tiempo de alrededor de dos millonésimas de segundo. Esta desintegración es un hecho experimental apoyado en una cantidad enorme de pruebas. El muón tiene una vida de 2 millonésimas de segundo, llegado a ese tiempo, se desintegra, explota para descomponerse en electrones y neutrinos.
Solenoide Compacto de Muones (CMS)
Estos experimentos con iones de plomo abren ´una nueva avenida en la investigación del programa del acelerador para sondear la materia tal como era en los primeros instantes del Universo´, justo después del Big Bang, según el CERN.
Fotografía facilitada por el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) de la reconstrucción de las primeras colisiones de iones de plomo, vistas por el detector de partículas llamado Solenoide Compacto de Muones (CMS) en la sede del CERN en Ginebra, Suiza.
Fotografía facilitada por el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) de la reconstrucción en línea del sistema High Level Trigger (HLT) que muestra pistas del Inner Tracking System (ITS) y la Cámara de Proyección de Tiempo (TPC) del ALICE de las primeras colisiones de iones de plomo, vistas por el detector de partículas llamado Solenoide Compacto de Muones (CMS) en la sede del CERN en Ginebra, Suiza. Estos experimentos con iones de plomo abren ´una nueva avenida en la investigación del programa del acelerador para sondear la materia tal como era en los primeros instantes del Universo, justo después del Big Bang, según el CERN.
Pero si los muones no están en reposo en el laboratorio, sino que viajan a través de un aparato denominado acelerador de partículas que los impulsa hasta alcanzar la velocidad de la luz, el promedio de su esperanza de vida medido por los científicos en el laboratorio aumenta drásticamente. Esto sucede realmente. A una velocidad de 298.168 kilómetros por segundo (alrededor del 99’5% de la velocidad de la luz), el tiempo de vida del muón se multiplica aproximadamente por diez. La explicación de esto, de acuerdo con la relatividad especial, es que los “relojes de pulsera” que llevan los muones hacen tictac mucho más lentamente que los relojes del laboratorio que están en reposo y su tictac es más rápido, o sea al ritmo normal cotidiano del transcurso del tiempo. Esta es una demostración muy directa y expresiva del efecto que produce el movimiento en el paso del tiempo. Si las personas pudieran moverse tan rápido como estos muones, su esperanza de vida subiría hasta los 800 años, al multiplicarse por el mismo factor 10 de los muónes.
¿Que dónde está el truco?
Este movimiento no implica cambio alguno al no ser relativista, es un simple desplazamiento de lugar
Bueno, el que los muones en movimiento vivan 10 veces más tiempo que los muones en reposo se debe precisamente a que el movimiento “muy rápido” detiene el tiempo, no por completo, sino que lo ralentiza y lo hace ir más despacio. Claro que no todos los movimientos pueden conseguir este milagro.En nuestras vidas cotidianas en las que nos movemos con velocidades muy pequeñas comparadas con la de la luz, el tiempo transcurre de manera normal que, será rápido o lento en función de las circunstancias personales de cada uno de nosotros.
El Tiempo vuela
El Tiempo se detiene si hay dolor
Cuando pensamos en las extrañas cosas que pueden ocurrir en relación al tiempo, nos encontramos dentro de un mundo fascinante que no siempre comprendemos. Recordad la paradoja de los gemelos y otras similares relacionadas con el transcurrir del tiempo. Y, los sesudos científicos han pensado en múltiples situaciones en las que se producen curiosos fenómenos. Otras veces lo he contado: Imaginemos un tren que viaja a 120 Km/h.
En uno de los vagones viaja un padre y su hijo. El niño, asomado por la ventanilla, en el momento de pasar frente a una estación en la que el Jefe observa el paso del tren comprobando la hora, el niño con toda su fuerza, arroja una pequeña pelota de goma en el mismo sentido de la marcha del tren, y la velocidad alcanzada por la pelota es de 20 Km/h.
Ahora bien, encargamos medir la velocidad de la pelota (suponiendo que ambos tienen un aparato de medida adecuado), tanto al padre del niño que viaja con él en el tren, como al Jefe de Estación que, parado en el andén, observa el paso del mismo.
¿Qué medida nos dará cada uno? Cada observador nos dará una medida distinta del mismo suceso y ambas medidas serán las correctas.
El padre del niño nos dirá que la velocidad de la pelota es de 20 Km/h, mientras que el Jefe de Estación, parado en el andén, nos dirá que la pelota va a una velocidad de 140 Km/h. Ambos aciertan, aplicando la relatividad hay que tener en cuenta que el padre del niño hace la medida de la velocidad de la pelota cuando él está montado en el tren que está en movimiento en el mismo sentido en que va la pelota, lo cual hace que sólo mida la velocidad de la pelota, 20 Km/h. (si lo que estuvieran miendo ambos fuera la velocidad de la luz, la medida sería la misma para ambos).
Sin embargo, el aparato de medir la velocidad que sostiene el Jefe de Estación, en reposo en el andén, mide la suma de las dos velocidades la del Tren 120 + 20 de la pelota, lo que resulta una velocidad real de 140 Km/h, a la velocidad de la pelota hay que sumar la velocidad del tren.
¡La que formó el buen hombre!
Este ejemplo es cotidiano y se coge la velocidad como protagonista de la demostración de lo que es la teoría de la relatividad especial. En el ejemplo del muón (que se podría extrapolar a una persona que viajara en una nave espacial a velocidades cercanas a la de la luz), el protagonista es el Tiempo, que como consecuencia de una alta velocidad se detiene para transcurrir más lento en función de la velocidad a la que se esté viajando, es el efecto predicho por la teoría de Einstein y demostrados experimentalmente. Los tiempos son relativos al movimiento de los observadores. El reloj viajero es más lento en un factor de .
En otras ocasiones, comentando esto mismo, hice referencia al conocido, o más bien conocida paradoja de los gemelos. Uno, astronauta que parte para Alfa Centauro, y el otro, profesor que le despide. Ambos tienen 38 años. La nave parte hacia la estrella vecina y hace el viaje de ida y vuelta a la velocidad de la luz, descansando un día para tomar datos de la estrella. Al regreso, el hermano gemelo del astronauta va a recibirlo y cuando éste desciende de la nave, tiene la edad de 46’6 años, es decir, 8,6 años más que cuando salió que es el tiempo que ha tardado la nave en hacer el viaje de ida y vuelta, mientras que él ya está jubilado, tiene mucha más edad.
Resulta exactamente lo mismo que en el experimento del múón, el tiempo del gemelo astronauta que viajó muy rápido, pasó mucho más lento que el tiempo del gemelo profesor que siguió en la Tierra a un ritmo muchísimo más lento. Así la ecuación es inversa:
Movimiento rápido = Tiempo más lento y Movimiento más lento = Tiempo más rápido.
Por muy rápidos que podamos ir, aunque consigamos estirar el tiempo, todo sería una falsa ilusión, ya que, en ese exceso de tiempo sólo podríamos realizar las mismas cosas que en el tiempo normal, sólo que más lentamente.
Pero la ecuación no debe equivocarnos; el gemelo de la Tierra, el que ahora es más viejo, en realidad ha vivido mucho más que el otro, ha vivido toda una vida con todo lo que eso conlleva, mientras que el otro hermano, el viajero, sólo ha vivido un viaje; sí, algo largo (8’6 años luz), pero en dicho espacio de tiempo, al ser muy lento, sólo cabían las incidencias de un viaje en una nave espacial, mientras que el otro hermano ha comprimido el tiempo en cuanto a los muchos hechos que ha podido meter dentro, así que para él pasó mucho más rápido.
En realidad no es que el astronauta viviera más tiempo, sino que su tiempo pasaba mucho más lentamente porque él estaba corriendo más que su hermano, y corriendo tanto no da tiempo para hacer muchas cosas, sin embargo corriendo menos nos dará tiempo para todo. Ya sabes…Si tienes prisa…visteté despacio.
¡Qué locura!
Sí, es algo complicado, más de lo que pueda parecer, y sin embargo muy real. El astronauta vivió ese periodo de tiempo a cámara lenta, por eso “su tiempo” fue más largo o se tardó más tiempo para medirlo por el hecho cierto de que transcurría más lento. El fenómeno desapareció en el momento de tomar tierra, donde el tiempo era de nuevo el mismo para los dos hermanos. Así que durante la vida de 800 años al que antes aludíamos, en realidad podríamos hacer exactamente las mismas cosas que en la vida de 80 años, sólo que más lentamente.
Tenía buenas intenciones cuando propuso sus teorías pero, ¡la que ha formado!
La Relatividad Especial también dice que ocurre algo interesante al movernos a través del tiempo espacial, especialmente cuando tu velocidad relativa a otros objetos es cercana a la velocidad de la luz. El tiempo pasa más lentamente para ti que para las personas que has dejado atrás. No observarás este efecto hasta que regreses a esas personas estacionarias.
Así que después de todo esto llegamos a la conclusión del principio, la relatividad del movimiento es, por una parte, la clave para comprender la teoría de Einstein, y al mismo tiempo (repito) una fuente de confusión; hay que centrarse muy profundamente en el problema para llegar a verlo, de manera clara, en tu cabeza. A mí, al principio, no me entraba la idea. Después de un tiempo de ahondar en la relatividad especial, por fin se hizo la luz, y efectivamente el tiempo va más despacio para quien se mueva muy rápido.
En la vida cotidiana, donde las velocidades son pequeñas, las diferencias entre alguien que corre y otro que está parado, puede ser tan insignificante que, en realidad, es despreciable. Se podría viajar más rápido que la luz por un puente de Einstein-Rosenpero, ¿dónde están esos puentes? Que sepamos, nadie ha visto ninguno.
Otra curiosidad de la relatividad especial es que el objeto que se mueva a la velocidad de la luz se acorta a lo largo de la dirección del movimiento. Por ejemplo, las ecuaciones de la relatividad especial demuestran que un objeto que se mueva aproximadamente al 98 por ciento de la velocidad de la luz, será medido por un observador inmóvil como un 80% más corto que cuando estaba parado, es lo que se conoce como la “Contracción de Lorentz”, que también es totalmente cierta. Pero además, a estas velocidades ocurre otra curiosidad: la masa del objeto aumenta considerablemente, ya que como el universo limita la velocidad que podemos alcanzar a la de la luz, cuando nos estamos acercando a ella, la energía que se traducía antes en velocidad, a partir de cierto punto se convierte en masa. No podemos olvidar que E = mc2, nos dice que la masa es energía y la energía es masa, son dos aspectos de la misma cosa.
Esquema sobre la contracción de Lorentz. (X′,cT′) representan las coordenadas de un observador en reposo a una barra, mientras que (X,cT) son las coordenadas de otro observador con respecto a dicha barra, por la naturaleza pseudoeuclídea del espacio-tiempo aun cuando el primer observador mide una longitud l, el segundo mide una longitud menor l/γ < l.
Einstein, en un principio, denominó a su teoría no como de la relatividad, la llamó teoría de la invariabilidad, para reflejar el carácter invariable de la velocidad de la luz. La obra de Einstein demostró que conceptos tales como espacio y tiempo, que anteriormente parecían estar separados y ser absolutos e inamovibles, en realidad están entrelazados y son relativos. Einstein demostró además que otras propiedades físicas del universo, sorprendentemente también están interrelacionadas. Arriba de esta misma página se reseña su famosa fórmula como uno de los ejemplos más importantes que afirma (y quedó más que demostrado) que E (energía) de un objeto y m (su masa) no están separados y se puede determinar la energía a través de la masa del objeto (multiplicando esta dos veces por la velocidad de la luz, o sea por c2).
Sí, hemos podido comprobar millones de veces que masa y energía son la misma cosa. Sin embargo, en la actualidad desconocemos la naturaleza de la “materia y de la energía oscuras” que constituyen la mayor porción de aquello que compone el Universo (imagen: cúmulo de galaxias MACS J0717,
Volvamos a un muón que se desplaza a un 99’999 por ciento de la velocidad de la luz, y su masa se multiplica por 224; a un 99’999 por ciento de la velocidad de la luz se multiplica por un factor que es más de 70.000. Como la masa del muón aumenta sin límite a medida que su velocidad se aproxima a la de la luz, sería necesario un impulso dado con una cantidad infinita de energía para alcanzar o superar la barrera de la velocidad de la luz. Como una cantidad infinita de energía no existe, de nuevo aparece el límite que el universo impone a la velocidad, nada podrá superar la velocidad de la luz. Al menos en este universo que conocemos donde las constantes universales, como la masa del electrón, la constante de estructura fina, o la velocidad de la luz, son como son para que el universo sea como lo conocemos y para que nosotros podamos estar aquí.
Una mínima variación en alguna de estas constantes universales, seguramente habría impedido que nosotros surgiéramos a la vida en el planeta Tierra. Sin embargo, algunos no se paran a pensar y, de buenas a primeras, nos dicen que la velocidad de la luz no es el límite de la velocidad que se puede alcanzqar en nuestro Universo. ¿Será posible? ¿Cómo algunos no piensan antes de hablar?
emilio silvera
Jul
3
¡Vaya recorrido!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Física ~ Comments (0)
Me gusta la teoría de la relatividad y la cuántica
Porque no las entiendo,
Porque hacen que tenga la sensación de que el espacio vaga
Como un cisne que no puede estarse quieto,
Que no quiere quedarse quieto ni que lo midan;
Porque me dan la sensación de que el átomo es una cosa impulsiva,
Que cambia siempre de idea.
D.H.Lawrence
Jul
3
Un poco de Historia
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Astronomía y Astrofísica ~ Comments (1)
La astronomía es el estudio de los cuerpos celestes, sus movimientos, los fenómenos ligados a ellos, y es, sin duda, la ciencia más antigua. Puede decirse que nació con el hombre y que está íntimamente ligada a su naturaleza de ser pensante, a su deseo de medir el tiempo, de poner orden en las cosas conocidas (o que cree conocer), a su necesidad de hallar una dirección, de orientarse en sus viajes, de organizar las labores agrícolas o de dominar la naturaleza y las estaciones y planificar el futuro.
Los hallazgos arqueológicos más antiguos muestran sorprendentes contenidos astronómicos. Stonehenge se construyó sobre conocimientos astronómicos muy precisos. También se desprende una función astronómica de la disposición de los crómlech y monolitos bretones, los trilitos ingleses, las piedras y túmulos irlandeses, la medicine Wheel de los indios norteamericanos, o la Casa Rinconada de los indios anasazi. Es evidente la importancia astronómico-religiosa de los yacimientos mayas de Uaxactun, Copán y Caracol, de las construcciones incas de Cuzco o de Machu Picchu, así como la función exquisitamente científica de antiguos observatorios astronómicos indios, árabes o chinos.
Cuanto más avanzan los estudios arqueoastronómicos más numerosas son las pruebas de los conocimientos astronómicos de nuestros antepasados y más retrocede la fecha en que estos comenzaron. El último indicio relaciona el estudio del cielo con las pinturas rupestres de Lascaux. Tanto si este descubrimiento es válido como si no, es indudable que la contemplación del cielo nocturno ha suscitado admiración, temor e interrogantes desde la noche de los tiempos ¿Cuál es la naturaleza de los cuerpos celestes? ¿Por qué se mueven? ¿Cómo se mueven? ¿Interaccionan entre sí? Perro sobre todo, ¿influyen en la Tierra y en el destino de sus habitantes? ¿Podemos prever dichos efectos y leer el futuro en el movimiento de los planetas? Todas las civilizaciones de todas las épocas han hallado sus propias respuestas a estas preguntas y a otras similares, y a menudo se ha tratado de respuestas relacionadas con complejos mitos cosmológicos.
Jul
3
Desde la materia “inerte” a los pensamientos.
por Emilio Silvera ~ Clasificado en La Mente - Filosofía ~ Comments (2)
Una parte de la ciencia estudia la estructura y la evolución del Universo: La cosmología.
La cosmología observacional se ocupa de las propiedades físicas del Universo, como su composición física referida a la química, la velocidad de expansión y su densidad, además de la distribución de Galaxias y cúmulos de galaxias. La cosmología física intenta comprender estas propiedades aplicando las leyes conocidas de la física y de la astrofísica. La cosmología teórica construye modelos que dan una descripción matemática de las propiedades observadas del Universo basadas en esta comprensión física.
La cosmología también tiene aspectos filosóficos, o incluso teológicos, en el sentido de que trata de comprender por qué el Universo tiene las propiedades observadas.
La cosmología teórica se basa en la teoría de la relatividad general, la teoría de Einstein de la gravitación. De todas las fuerzas de la naturaleza, la gravedad es la que tiene efectos más intensos a grandes escalas y domina el comportamiento del Universo en su conjunto.
El espacio-tiempo, la materia contenida en el Universo con la fuerza gravitatoria que genera y, nuestras mentes que tienen conocimientos de que todo esto sucede.
De manera que, nuestro consciente (sentimos, pensamos, queremos obrar con conocimiento de lo que hacemos), es el elemento racional de nuestra personalidad humana que controla y reprime los impulsos del inconsciente, para desarrollar la capacidad de adaptación al mundo exterior.