Jul
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¡Qué historias! ¡qué cosas!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Rumores del Saber ~ Comments (0)
A veces, escalar niveles más altos puede resultar penoso y, para algunos, un esfuerzo que les puede sobrepasar, pero si queremos conseguir alguna cosa, tendremos que pagar el precio. Nada, absolutamente nada en este mundo, se nos regala, todo tenemos que pagarlo de una u otra manera.
La escena me recuerda al viejo Sísifo que fue condenado a subir una gran piedra hasta la cúspide de la montaña y, cuando le faltaba un escaso margen para la llegada, cansado por el enorme esfuerzo realizado, no podía evitar que la gran piedra rodara montaña abajo obligándole así, a comenzar de nuevo. Lo mismo nos ocurre a nosotros en la vida cuando intentamos algo que no llega a salir como pensábamos, sin embargo, más que un fracaso, son sucesos que nos esnseñan la dureza de la vida. El que es poco luchador y se rinde, suele culpar al destino, o, a “su mala suerte”. Algunos, cuando han estado al borde de la derrota, han visto pasar por su lado el resplandor de la felicidad en forma de Amor, y, tan acontecimiento les cambió, algo dentro de ellos saltó y les abrió nuevos horizontes, otras formas de ver las cosas y, sobre todo, más capacidad para sufrir cuando la ocasión así lo requiere. Hay que pensar en el premio, nunca en el esfuerzo que exige lograrlo.
Alguna vez os hablé aquí de Gesner, aquel personaje que tenía una obsesión filológica. Os hablé de su libro de 158 páginas Mitridates, u observaciones sobre las diferencias existentes entre las lenguas que han estado o están en uso en las diversas naciones del mundo entero (1555), él intentó hacer con las lenguas lo que estaba haciendo con los animales y las plantas. Tomando como base su tradducción del padrenuestro. Gesner describió y comparó “la totalidad de las cientos treinta lenguas del mundo”. Por primera vez, se incluyó un vocabulario del lenguje Gitano.
Fotografo: James King. Ilustrador: Conrad Gester. Derechos © Australian Museum Research Library
Conrad Gesner (26/03/1516 – 13/12/1565), naturalista suizo, filólogo y bibliógrafo. Desde 1537 profesor de Lausana en 1541 un médico en Zurich, donde murió de la peste. El autor de Historias de animales (es decir, 1-5, 1551 a 1587) – la primera enciclopedia de zoología en el tiempo. Con base principalmente de la clasificación de Aristóteles, Gesner describió los animales en este orden: los animales de cuatro vivípara y ovípara, aves, peces y acuáticos, las serpientes y los insectos. Cada volumen de la materia se organiza en orden alfabético de los nombres de los animales y algunas formas conexas se agrupan en torno a un modelo único de un animal. Gessner trabajo desempeñado un papel importante en la difusión y sistematización de los conocimientos zoológicos. Durante más de 100 años, ha reimpreso varias veces y traducida. Gessner también ha recogido y estudiado las plantas. Ha publicado obras sobre filología. El autor de la primera colección de Trabajo bibliográfico universal Universal (1545-1555). Por ultimo, como arriba mencionamos, hizo un meritorio trabajo sobre las lenguas que se hablaban en el mundo.
No es de extrañar que en el libro se note la influencia heterogénea de quienes trabajaron en el. Los pasajes eruditos de Gesner, la posible ordenación básica de Wotton, las líricas…
La obra de Gesner se asocia con la de Aldrovandi, que también realizó una enciclopedia sobre animales. En cierto sentido, Aldrovandi es un Gesner llevado hasta el límite, pero hay un cambio de escenario, el Barroco italiano. Ulises Aldrovandi (1552-1605), nacido en Bolonia de una noble familia, viajó a través de Francia y España. estudiando en Padua y Bolonia, y en esta última fue nombrado profesor de medicina. Su cátedra y su posición como director del jardín botánico le sirvieron para enseñar sobre historia natural. El museo de curiosidades de Aldrovandi fue uno de los mayores de la época, con miles de pinturas, grabados, especímenes, un herbario y minerales. El pretendía realizar un teatro di natura, una representación de todo el mundo natural en un pequeño gabinete que reprodujera el macrocosmos y el microcosmos. Su teatro de la naturaleza contenía ocho mil ilustraciones, once mil animales, frutas y minerales, sy iete mil plantas disecadas. Tres de sus obras sobre animales fueron escritas por él, los tres volúmenes de Ornithologia (Bolonia, 1599, 1600, 1603), De animalibus insectis (1602), y, probablemente, De reliquis animalibus exanguis (editada póstumamente en 1606). El resto de su obra fue editada por su discípulo Cornelius Uterverius, y, tras su muerte, por Bartolomeo Ambrosino. Al igual que en Gesner, los relatos aldrovandinos de animales son un tesoro de resúmenes, anotaciones y paráfrasis procedentes de todo el ámbito del conocimiento. La masa de estos materiales está ordenada en varias categorías, muchas de las cuales fueron usadas por Gesner. La historia natural de Alrovandi ha sido definida como emblemática, y como resultado cada animal se convierte en el centro de múltiples asociaciones textuales y visuales.
Lástima que muchas de estas obras llegaran a nosotros muy deterioradas, o, no llegaron
El Monte Pilatus es una montaña que se encuentra en el macizo de los Alpes suizos, cerca de la ciudad de Lucerna, en Suiza. El punto más alto culmina a 2.137 msnm. En él, Gesner pudo experimentar la maravillosa sensación y experiencia de haber ascendido a una montaña y, en ella, poder descubrir las mil maravillas que allí están y que, desde ella, podemos admirar.
“Si deseais ampliar vuestro campo de visión, sirigid la mirada a vuestro alrededor y contemplad todas las cosas que hay a lo largo y a lo ancho. No faltan atalayas y riscor, desde donde os parecerá que tenéis la cabeza en las nubes. Si, por otra parte, preferís reducir la visión, podeis mirar los prados y los verdes bosques, o adentraros en ellos; y si quereis reducir más, podeis observar los oscuros valles, las sombrías rocas y grandes bocas de las negras cavernas… En verdad, en ningún otro lugar se encuentra tal variedad en tan reducido espacio como en las montañas, en las cuales… en un solo día se puede contemplar y sentir las cuatro estaciones del año, verano, otoño, primavera e invierno. Además, desde los picos más altos de las montañas, la cúpula entera de nuestro cielo se tenderá audazmente abierta ante nuestra mirada, y podreis presenciar la salida y la puesta de las constelaciones sin ningún estorbo, y comprobaréis que el Sol se pone mucho después y sale mucho antes.”
Descripción: La hoja helada de Orión
Credit & Copyright: Masahiro Miyasaka
NASA: Algunas veces, se puede decir el cielo nocturno es arte. Tomada sobre Japón a principios de mes, una vista del cielo fue fotografiada detrás de una hoja helada. El reflejo de los cristales de hielo en la fría hoja imita el brillo de las estrellas de fondo.
El particular cielo de fondo en esta exposición de 78 segundos realizada con un gran ángulo, sin embargo, puede parecer un tanto interesante y familiar.
En la izquierda, sin dificultad de encontrar , aparece el rastro de un meteoro. Por debajo y a la derecha del meteoro aparece un gran y largo rastro dejado por un aeroplano. La brillantes estrellas de la izquierda es Sirius, la más brillante estrella en el cielo nocturno. A la derecha de Sirius aparece la constelación de Orión, incluyendo las tres estrellas alineadas del Cinturón, con la roja gigante Betelgeuse.
El brillante camino de luz de la derecha es el grupo abierto de estrellas Pléyades. En similares vistas la constelación de Orión puede ser encontrada en el hemisferio norte al menos en los siguientes meses,.sin embargo podrías tendrás que probar con tu propia hoja.
Descripción: Orión desde el Spitzer
Credit: NASA, JPL-Caltech, J. Stauffer (SSC/Caltech)
NASA. Pocas vistas cósmicas excitan la imaginación como la Nebulosa de Orión, una inmensa matrona de 1.500 años luz. Extendiéndose 40 años luz sobre la región, esta nueva imagen en infrarrojos desde el Telescopio Espacial Spitzer se construyó con datos destinados a monitorizar el brillo de las jóvenes estrellas de la nebulosa, muchas de las cuales están formadas por polvo que componen discos de formación de planetas.
Las jóvenes estrellas de Orión son sólo tienen un millón de años de antigüedad, pocos comparados con los 4.6 billones (americanos) de años de nuestro Sol.
Verdaderamente, tener una visión del cielo desde una atalaya que nos permita observaciones tan maravillosas como las que arriba podemos ver, es una maravilla que, nos funde de manera más profunda con el Universo del que formamos parte, y, el amigo Gesner, así presintió que sería.
Claro que, la Humanidad, aún no ha podido vencer aquellos temores primitivos, en la mayoría de las personas (salvo excepciones), quedan las reminiscencias de aquel temor ancestral a lo desconocido, al peligro que esconde, a… ¿qué nos podremos encontrar allí?
En realidad, el objetivo perseguido con toda esta historia es simple: Hacer ver a quien esto lea que, cualquier empresa que nos podamos proponer, cualquier logro que nos propongamos alcanzar, siempre nos exigirá esa parte nuestra que no todos están disopuestos a dar: Sacrificio y, no en pocas ocasiones, tener que vencer ese miedo que todos tenemos.
emilio silvera