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¡La complejidad! Si la miramos por parte…desaparece

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Caos y Complejidad    ~    Comentarios Comments (26)

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Todos hemos oído hablar, con más o menos frecuencia, de “Sistemas Complejos”, aquí mismo en estas páginas, la palabra sale a relucir con cierta frecuencia y, no me extraña que “la palabreja” cree una barrera, dado que, para muchas personas, “complejo” significa “complicado” y suponen automáticamente que, si un sistema es complicado, será difícil de comprender. La naturaleza posee una fuerte tendencia a estructurarse en forma de entes discretos excitables que interactúan y que se organizan en niveles jerárquicos de creciente complejidad, por ello, los sistemas complejos no son de ninguna manera casos raros ni curiosidades sino que dominan la estructura y función del universo.

Claro que, no siempre ese temor a lo difícil y complicado, está justificado y, tal suposición no es, necesariamente correcta. En realidad, un sistema complejo es tan solo un sistema que está formado por varios componentes más sencillos que ejercen entre sí una interacción mutua que, naturalmente, tiene sus consecuencias. Si miramos la imagen de arriba, vemos una inmensa y hermosa Nebulosa que está formada por una serie de “cosas” sencillas como lo son el gas hidrógeno y el polvo interestelar entre otros y, en presencia de energías, la gravedad y otros parámetros, ahí ocurren cosas tales como, el nacimiento de estrellas y la aparición de mundos…entre otras.

Los grandes triunfos de la Ciencia se han logrado, en gran medida, descomponiendo los sistemas complejos en sus componentes simples, es decir, estudiar por partes lo que allí está presente (en caso necesario, como primera aproximación, dando el paso suplementario de pretender que todos los componentes son más sencillos de lo que son en realidad) para llegar a comprender el todo.

En el ejemplo clásico del éxito que ha logrado este planteamiento para conocer el mundo que nos rodea, buena parte de la química puede entenderse mediante un modelo en el que los componentes simples son átomos, y para eso importa poco de qué están formados los núcleos. Ascendiendo un nivel, las leyes que describen el comportamiento del dióxido de Carbono encerrado en una caja pueden entenderse pensando en unas moléculas más o menos esféricas que rebotan unas contra otras y contra las paredes de su contenerdor, y poco importa que cada una de estas moléculas esté formada por un átomo de Carbono y dos de Oxígeno unidos entre sí. Ambos sistemas son complejos, en sentido científico, pero fáciles de entender.

Fijémonos, por ejemplo, en el Campo Magnético Terrestre. En esencia, los planetas generan un campo magnético por efecto dinámo. Para ello se requiere que el planeta rote; debe contener una región con un fluido conductor de la electricidad y debe existir convección en dicho fluido. No se puede asegurar pero parece ser que si en la Tierra no hubiese tectónica de placas el transporte convectivo hacia la superficie podría no tener lugar, la dinamo no funcionaría y el campo magnético terrestre sería prácticamente nulo o, al menos, mucho menor que el actual. Sin la protección que nos brinda el campo magnético, la atmósfera podría desaparecer a causa del continuo bombardeo de las partículas de alta energía procedentes del viento solar. Todos estos componentes son estudiados por separado y, más tarde, los juntamos en un todo que nos lleva a la comprensión de este Sistema Complejo.

Claro que la clave para poder llegar al conocimiento del “sistema complejo” consiste en saber elegir los componentes adecuados sencillos que conforman el todo para poder realizar el análisis necesario que nos lleve hasta las respuestas que buscamos. En muchas ocasiones hemos explicado aquí, lo que hay en  las  Nebulosas como la de arriba y lo que ocurre en ellas para que, finalmente, nazcan estrellas nuevas.

            Hermann Minkowski

Hay cuestiones, a un nivel más abstracto del que hemos oído hablar también con cierta frecuencia. Acordaos de que, poco después de que Einstein publicara sus trabajos sobre relatividad especial, el matemático alemán que arriba podeis ver se dio cuenta de que, en cierto modo, el tiempo debía ser considerado como la cuarta coordenada complementaria de las tres coordenadas del espacio. En su discurso de inauguración de la 80 reunión de la Asamblea general alemana de científicos naturales y físicos el 21 de septiembre de 1908 pronunció una célebre frase:

“Las ideas sobre el espacio y el tiempo que deseo mostrarles hoy descansan en el suelo firme de la física experimental, en la cual yace su fuerza. Son ideas radicales. Por lo tanto, el espacio y el tiempo por separado están destinados a desvanecerse entre las sombras y tan sólo una unión de ambos puede representar la realidad”.

Desde entonces el espacio-tiempo cuatridimensional pasó a llamarse espacio de Minkowski. Si empleamos x,y y z para las tres coordenadas del espacio, tomaremos ct para la cuarta coordenada de tiempo, siendo c la velocidad de la luz. Sin embargo debemos multiplicar ct por otro factor que, sin destrozar la armonía del sistema tetradimensional de las coordenadas haga a la coordenada de tiempo físicamente diferente de las tres coordenadas espaciales. La matemática nos suministra precisamente este factor conocido como una “unidad imaginaria” que se designa con el símbolo i (i= raíz cuadrada de -1).

Cono de luz en el espacio-tiempo de <a href=Minkowski

      “Es un hecho notorio que los procesos que ocurren en el universo observable son irreversibles, mientras que las ecuaciones que expresan las leyes fundamentales de la física son invariantes bajo inversión temporal. La emergencia de la irreversibilidad a partir de la física fundamental ha sido un tema que ha preocupado a físicos, astrónomos y filósofos desde que Boltzmann formulara su famoso teorema “H”.

            ¿Es un sistema complejo un fotón? La propiedad del fotón, de la luz, es que es algo que oscila tan rápidamente que en realidad es como si estuviera en dos sitios a la vez, o sea algo que está pero que no está?

      Cómo se entiende algo así


              “¿Tengo que reconocer que está ha sido la incógnita que más me ha costado despejar, todo un desafío a la lógica, a la matemática. Aunque en realidad era sencillo, porque lo cierto es que lo tenía en las narices. ¡Claro! esa es la esencia de nuestra mágica ecuación, e =m.c2, ¡”

          masa en movimiento

                  !,es decir, más de lo mismo. Digamos que la mecánica cuántica en realidad no es más que la Vida llevada a su mínima expresión.

              Los números complejos, con una parte real y otra imaginaria, también juegan un papel esencial en los formulismos de la mecánica cuántica. La propia probabilidad de los sucesos cuánticos llega a expresarse en función de números complejos llamados amplitudes de probabilidad. La probabilidad real se halla a partir de estos números, sumando el cuadrado de su parte real y el cuadrado de su parte imaginaria.

              Esto nos da una idea de la importancia de los estos números, tanto en la teoria de la relatividad como en la mecánica cuántica y nos ayuda a introducirnos en la teoría de Hartle-Hawking sobre los comienzos del universo, que supone un universo sin límites y con un tiempo imaginario, como se entiende la parte no real de un número complejo.

              En cierta forma los ceros y los infinitos que aparecen en la física clásica son suavizados por la mecánica cuántica: La energía más baja en el vacío no es nunca cero, como tampoco es nunca cero la extensión de un punto físico . La existencia del cuanto de acción impide una energía cero del vacío, como impide la medida exacta, a la vez, de una variación de energía y del tiempo asociado a dicha variación.El punto físico menor sería la llamada longitud de Planck, del orden de 10-35 metros, lo que también elimina el infinito que resultaría de considerar las partículas subatómicas como puntuales: su densidad sería infinita y resultarían microscópicos agujeros negros.

              Según alguna teoría que circula por ahí, si comenzamos en el momento presente y vamos hacia atrás en el tiempo, lo que aparentemente sería el punto origen de la descripción del tiempo real convencional, la naturaleza del tiempo cambia: la componente imaginaria del tiempo se hace más y más prominente hasta que, en último término, lo que debería ser la singularidad de la teoría clásica se desvanece. El Universo existiría porque es una estructura matemática autoconsistente. Puede imaginarse el tiempo real como una línea que va del principio al final del Universo. Pero también puede considerarse otra dirección del tiempo en ángulo recto al tiempo real. Esta última se denomina la dirección imaginaria del tiempo. En el tiempo imaginario, no habría ninguna singularidad en la que dejaran de regir las leyes de la Ciencia, ni ninguna frontera del Universo tras la cual tuviera que apelarse a Dios. El Universo no sería creado ni destruído. Simplemente existiría. Quizás el tiempo imaginario sea el auténtico tiempo real y lo que llamamos tiempo real sea sólo un producto de nuestra imaginación. En el tiempo real, el Universo tiene un principio y un fin. En el tiempo imaginario no hay singularidades ni límites.

              Hartle: “Tiempo imaginario no se refiere a la imaginación: hace referencia a los números complejos. Como demostraron Einstein y Minkowsky, el espacio-tiempo constituye una geometría cuatridimensional. Es posible ir aún más lejos de estos conceptos. Si se miden las direcciones del tiempo utilizando números complejos, se obtiene una simetría total entre espacio y tiempo, que es, matemáticamente, un concepto muy bello y natural”. Don N. Page: ” En la formulación de la ausencia de límites de Hartle-Hawking, el tiempo es imaginario, y en vez de tener un borde es como si se tratara de la superficie del planeta Tierra. Suponiendo tiempo imaginario, el Universo no tuvo comienzo, no tiene límite, es una totalidad en sí mismo”.

              He tenido la oportunidad de leer el Libro de Roger Penrose (uno de los físicos actuales más brillantes), titulado,  El camino a la realidad, y él nos comenta:  “… los números complejos componen una notable unidad con la naturaleza. Es como si la propia naturaleza estuviera tan impresionada por el alcance y consistencia del sistema de los números complejos como lo estamos nosotros, y hubiera confiado a estos números las operaciones detalladas de su mundo en sus escalas más minúsculas”. Se refiere a la mecánica cuántica, pero realmente su importancia se refleja en toda la naturaleza, porque la cosmología, en los primeros instantes del universo se confunde con el mundo microscópico de las partículas elementales.

              Claro que, los “Sistemas Complejos” están por todas partes y, tanto ers así que, nosotros mismos somos un buen ejemplo y llevamos con nosotros, el “sistema” más complejo de todos: Nuestro cerebro es, sin dudarlo y hasta donde puede llegar nuestros conocimientos actuales, el más complejo de los sistemas.

              Claro que, si hablamos de complejidad de sistemas, el universo sería el mejor de los ejemplos. Con respecto a sus propios patrones, el universo es viejo. El tiempo de vida natural de un mundo gobernado por la gravedad, la relatividad y la mecánica cuántica es el fugaz breve tiempo de Planck.  Parece que es mucho más viejo de lo que debería ser.

              Pero, pese a la enorme edad del universo en “tics” de Tiempo de Planck,  hemos aprendido que casi todo este tiempo es necesario para producir estrellas y los elementos químicos que traen la vida.

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                      La vida que surgió en el planeta Tierra a partir del polvo de estrellas

              ¿Por qué nuestro universo no es mucho más viejo de lo que parece ser? Es fácil entender por qué el universo no es mucho más joven. Las estrellas tardan mucho tiempo en formarse y producir elementos más pesados que son las que requiere la complejidad biológica. Pero los universos viejos también tienen sus problemas. Conforme para el tiempo en el universo el proceso de formación de estrellas se frena. Todo el gas y el polvo cósmico que constituyen las materias primas de las estrellas habrían sido procesados por las estrellas y lanzados al espacio intergaláctico donde no pueden enfriarse y fundirse en nuevas estrellas. Pocas estrellas hacen que, a su vez, también sean pocos los sistemas solares y los planetas. Los planetas que se forman son menos activos que los que se formaron antes, la entropía va debilitando la energía del sistema para realizar trabajo. La producción de elementos radiactivos en las estrellas disminuirá, y los que se formen tendrán semividas más largas. Los nuevos planetas serán menos activos geológicamente y carecerán de muchos de los movimientos internos que impulsan el vulcanismo, la deriva continental y la elevación de las montañas en el planeta. Si esto también hace menos probable la presencia de un campo magnético en un planeta, entonces será muy poco probable que la vida evolucione hasta formas complejas.

                           En lugares como este se forman los elementos de la vida

              Las estrellas típicas como el Sol, emiten desde su superficie un viento de partículas cargadas eléctricamente que barre las atmósferas de los planetas en órbitas a su alrededor y, a menos que el viento pueda ser desviado por un campo magnético, los posibles habitantes de ese planeta lo podrían tener complicado soportando tal lluvia de radiactividad. En nuestro sistema solar el campo magnético de la Tierra ha protegido su atmósfera del viento solar, pero Marte, que no está protegido por ningún campo magnético, perdió su atmósfera hace tiempo.

              Probablemente no es fácil mantener una larga vida en un planeta del Sistema solar. Poco a poco hemos llegado a apreciar cuán precaria es. Dejando a un lado los intentos que siguen realizando los seres vivos de extinguirse a sí mismos, agotar los recursos naturales, propagar infecciones letales y venenos mortales y emponzoñar la atmósfera, también existen serias amenazas exteriores.

              ¿No es inmensamente complejo todo esto?

              En realidad, los sistemas complejos constituyen y se manifiestan en la inmensa mayoría de los fenómenos observables. Sin embargo, y aquí radica una de sus propiedades más interesantes, la abundancia y diversidad de los sistemas complejos (sean de tipo físicos, químicos, biológicos, sociales, etc.) no implica una innumerable e inclasificable diversidad de conductas dinámicas diferentes. Todo lo contrario, los sistemas complejos poseen propiedades genéricas, independientemente de los detalles específicos de cada sistema o de la base material del mismo. De esta manera, por ejemplo, una computadora construida con bulbos, otra con transistores y una más con relevadores electromagnéticos; serían capaces de realizar, en principio, las mismas tareas de procesamiento de datos. Podríamos incluso ir mas lejos con este ejemplo y agregar que el sistema nervioso humano posee propiedades tales como memoria difusa y reconocimiento de patrones que funcionan de la misma manera en como funciona una computadora de bulbos o de transistores. Lo que comparten, son una estructura interconectada y formada por elementos individuales (neuronas o circuitos electrónicos) que interactúan para intercambiar información y modificar sus estados internos. Ello hace posible la emergencia de fenómenos globales y colectivos semejantes, sin que los detalles materiales del sistema sean del todo relevantes. De esta manera, es posible identificar propiedades dinámicas similares entre una computadora, el sistema nervioso, el sistema inmunológico, la tectónica de placas, una sociedad de insectos, el crecimiento urbano, las economías de mercado, el tráfico vehicular, etc. a pesar de la aparente disparidad entre estos sistemas.

              La aportación fundamental de la ciencia de los sistemas complejos en la tarea de conocer y transformar nuestra realidad, es identificar los principios y fundamentos generales de la operación de dichos sistemas sin importar los detalles particulares de su realización material. Así por ejemplo, podemos imaginar un biólogo del futuro que estudiaría el fenómenos llamado “vida” desde una perspectiva de principios (tal vez leyes?) generales. Tal biólogo tendría conciencia de que el fenómeno “vida” tal y como existe en la Tierra es tan sólo un caso particular de como “la vida” se ha manifestado bajo las condiciones particulares de la Tierra, expresándose bajo la forma de una realización material muy específica (una bioquímica de carbono dominantemente levógira). Sin embargo, este biólogo estaría preparado para identificar el fenómeno “vida” si acaso fuera detectado en otro planeta o parte del universo bajo otras realizaciones materiales especificas, de la misma manera que un físico hoy en día sabe que la ley de gravitación lo mismo es valida para la superficie de la Tierra que para la superficie de Marte o cualquier otra parte del universo. El ejemplo puede ir aún más lejos. Podemos imaginar un sociólogo del futuro que será capaz de identificar los principios generales del fenómeno “social” independientemente de que este ocurra en grupos humanos, animales, microbios, plantas, robots o incluso, si su colega biólogo tiene suerte, en grupos sociales fuera de nuestro planeta.

              ¿Estaremos capacitados alguna vez determinar las partes “sencillas” de los “Sistemas Complejos” para llegar a saber?

              emilio silvera

               

              1. 1
                Fandila
                el 4 de noviembre del 2012 a las 3:58

                El tiempo nos atrae como un enigma. El tiempo es la dimensión menos intuitiva, y como siempre nos empeñamos en buscarle los tres pies al gato. Nunca mejor dicho, vemos las tres dimensiones y no la cuarta. Pero para nuestra mente es algo tan cotidiano como los demás conceptos. Solo que no nos es “palpable” sino “sufrible”. 
                 
                El tiempo puede expresarse como una cuantización de la acción. En definitiva, y de forma general, la cuantización del movimiento consecuente a la cuantización del espacio…
                El espacio no es continuo, como nada de lo que existe. Los eventos no son continuos. Todo se mueve e interactúa a saltos.  Pequeñísimos saltos en lo cuántico. Si el espacio (Cualquier espacio) fuera continuo, lo serían los elementos que lo llenan. No habría lugar al tiempo pues todo ocurriría simultaneamente, ya que no existiría distinción alguna y ni siquiera sería posible el ser tal como lo concebimos.
                 
                Identificar el espacio por tres dimensiones solo tiene un valor matemático, la forma más elemental de matematizarlo con el mínimo número de coordenadas. El espacio es volumétrico y discontinuo en sus unidades componentes.
                 
                El tiempo, como todas las variables, es relativo a todas ellas. Matemáticamente, Minkoswski asoció el tiempo al espacio como una dimensión anexa, pero en relidad habríamos de asociarlo con el resto de las variables físicas. Todas le influyen, y puede ser y estar “oculto” en cualquier sitio.
                Todo lo que ocurre, y hasta las ondas, son en un volumen (Mas definido para las masas). La acción por tanto siempre ocurre en tres dimensiones, y la acción, cualquiera que sea, más ocurre según direcciones casi aleatorias, y hasta radiales. No puede decirse, por ejemplo, que los organismos vivos evolucionen en una sola dirección, o que todos sus órganos, siguiendo esa pausa, envejezcan y se deterioren a la vez. El tiempo para correr sobre la superficie de la Tierra no es el mismo que para que un cohete escape de ella. La luz no avanza lo mismo hacia el vacío y por el vacío que en cualquier dirección de la atmósfera…
                 
                El tiempo verdadero es volumétrico como  medida de los “eventos volumétricos” intrínsecamente discontinuos.
                No sabemos si el tiempo de Planck será realmente el minimo, o hay cuantos más pequeños. De todas formas la continuidad material nunca podría darse, ni el no tiempo, ante el absurdo de la inexistencia de relaciones físicas y por tanto de fuerzas. Paradojas que por ahora son insolubles.
                Cordiales saludos.

                Responder
                • 1.1
                  emilio silvera
                  el 4 de noviembre del 2012 a las 6:05

                  ¡Hola, amigo!
                  Lo cierto es que…no sabemos bien lo que el Tiempo es. Nadie nos ha podido explicar “todavía” y de manera autoconsistente científicamente hablando, lo que es el Tiempo y, todos, sin excepción, como acabas de hacer tu mismo ahora, elucubran y conjeturan con más o menos acierto sobre el tiempo que desde la relatividad especial de Einstein, quedó unido al espacio como la cuarta dimensión temporal.
                  De todas las maneras, sería difícil rebatir tus argumentos que están basados en la pura lógica y son también acordes a lo que sabemos de las cosas, de nuestro mundo, del universo.
                  Un saludo amigo mío.

                  Responder
              2. 2
                Zephyros
                el 5 de noviembre del 2012 a las 3:36

                Hola Emilio y Cía. El tiempo. Como dije en otras ocasiones: “no se lo que es pero siempre me falta”.

                Fandila, ¿podrías aclarar cómo llegas a la conclusión que tanto el espacio como el tiempo están cuantizados?  lo afirmas rotundamente y me interesa el tema, aunque llevo tiempo sin poder dedicarle tiempo al tiempo.

                “El tiempo verdadero es volumétrico”, vaya! es la primera vez que me encuentro con esta variante…

                Saludos amigos 😉 

                Responder
                • 2.1
                  emilio silvera
                  el 5 de noviembre del 2012 a las 6:39

                  ¡Hola, Zephyros!
                  Es bueno saber de tí…aunque te falte el tiempo.
                  Un abrazo amigo.
                   
                   

                  Responder
                • 2.2
                  Fandila
                  el 5 de noviembre del 2012 a las 13:07

                  Qué tal, Zephyros:
                   
                  Si no podemos definir propiamente el tiempo, solo podemos asociarlo con el espacio, o en general con cualquier otra de las variables, porque varían con él, como una forma de definición conjunta, su relatividad. El espacio no es continuo, es consecuencia de sus elementos, que al cabo son energía, y ésta es cuantizada. El espacio teórico es una relación de distancias entre las unidades que lo integran, pero sin unidades no existiría. Todo lo que en el espacio ocurre es a causa de sus elementos y los que lo invaden, de manera que son como sus eslabones Por ejemplo los electrones en el protón o en el neutrón no pasan de un nivel a otro de la forma continua que nos sería intuitivo sino a saltos, es decir entre dos niveles parece ser que existe una “instantaneidad” que realmente más sería una “velocidad” de paso no uniforme, un tirón brusco. Así suele explicarse.  En realidad el electrón se extendería como una probabilidad de presencia en cada nivel que con el intercambio de energía se rehace en el otro nivel. Si en lugar de lo macro del electrón nos refiriésemos a estructuras propias del “vacío” ocurriría tres cuartos de lo mismo, suponiéndolo.
                  Es este el sentido de decir que el tiempo está ccuantizado, como el resto de las variables. Seguramente cualquier presente se componga de sucesivos instantes infinitesimales, pues nada es continuo.
                   
                  El tiempo es volúmetrico. No puede tomarse al pie de la letra pues no se trata de ningún volumen. Más me refiero a que la flecha del tiempo es en cualquier dirección aleatoria en que ocurren las transformacioes de cualquier tipo, y que excepcionalmente pueden ser casi lineales. Una reacción química no ocurre de una forma lineal sino que lo hace según unas masas que reaccionan en todo su conjunto de manera “aleatoria” en el espacio que ocupan y modifican, incrementándolo o reduciéndolo. La velocidad de reacción nunca es la misma en todas direcciones. Más que hablar de tiempo volumétrico se hablaría de tiempo no isótropo, de que su valor es distinto, porque el continuo no existe, o el universo sería una aburrida extensión de forma equivalente en todas direcciones. Pero es cierto, el tiempo no posee en si mismo una entidad física, ni puede considerarse un absoluto, solo es un concepto relativo a la expansión material como origen, lo que daría para hablar bastante.
                  A lo mejor no se entiende bien Yo no lo veo de otra manera.
                  Muy agradecido por tu comentario, Zephyros.

                  Responder
              3. 3
                Zephyros
                el 6 de noviembre del 2012 a las 3:53

                Hola Fandila, lamento no poder seguirte. Casi cada frase que escribes es una afirmación sobre algo no demostrado, supongo que tratas de transmitir cómo entiendes la realidad física, lo cual no significa que las cosas sean así. Aunque tampoco lo contrario pero no encuentro base firme que sustente dichas afirmaciones. Simplemente falta en tu exposición algo convincente, algo argumental que nos haga entender, no cómo crees que son las cosas, sino lo que son. Evidentemente basado en datos o estudios de cierto nivel no refutados todavía.

                Cuando dices que el espacio no es continuo porque es consecuencia de sus elementos que a su vez son energía y la energía está cuantizada y por tanto el espacio está cuantizado parece una cadena de relaciones con cierta lógica pero implica aceptar una verdad profunda: el espacio es energía. Ese es el punto importante, perdona que te diga que lo que añades sobre electrones y tal en mi opinión es relleno.

                Sabemos que el espacio no es el vacío, sabemos que el vacío contiene la energía llamada: energía del vacío por la que aparecen y desaparecen constantemente partículas virtuales sin romper el equilibrio universal ni cargarse el Ppio de Conservación de la Energía. Si pudiéramos conseguir un espacio totalmente vacío, fuera de la influencia de campos y de contenido alguno, aún así la cuántica nos dice que habría energía del vacío, pero, ¿esa energía es el propio vacío como componente básico del espacio? Creo que estamos confundiendo continente con contenido.

                El tiempo a su vez es relativo, tan relativo que cada “elemento” del universo por pequeño que sea podría considerarse que lleva implícito su propio reloj, su marcapasos que según donde se encuentre dicho elemento, según su circunstancia, irá a un ritmo u otro.
                Colocado en un campo gravitatorio intenso irá a un ritmo más lento que alejado del mismo, moviéndose a una velocidad relativa a un sistema de referencia dado, hará parecer que va más lento que el reloj del propio sistema, cosas de la Relatividad. La culpa la tiene c=cte en cualquier sistema de referencia inercial en el que realicemos la medida.

                Pero el tiempo en sí, estoy de acuerdo que no tiene entidad física, o no parece tenerla. Aunque algún día alguien nos sorprenderá con alguna partícula cuántica del tiempo. ¿Conocéis la Loop Quantum Gravity?
                El caso es que a nivel cuántico el tiempo es otra cosa, o al menos deja de ser lo que nos parece que es. Lo cual significa que ni siquiera sabemos si el tiempo es algo macroscópico suma promediada de múltiples efectos microscópicos al puro estilo de las distribuciones de partículas en física estadística que acaban definiendo conceptos macroscópicos como Temperatura, Entropía, Energía Interna… etc usados en Termodinámica y que a través de la Mecánica Estadística tienen su unión con el mundo de lo más pequeño y que, en definitiva, son conceptos que surgen de una explicación estadística del mundo microscópico o incluso cuántico. Podría, por tanto el tiempo tener su propia definición estadística al estilo de la ecuación de Boltzmann?? (maravillosa por cierto como seguramente bien sabes Fandila) eso podría explicar que tengamos un “concepto” de tiempo macroscópico que no acabamos de explicar bien pero que se nos escurre aún más cuando pasamos al mundo microscópico donde incluso la causalidad pierde su halo de intocable.

                El problema es que el tiempo es un parámetro fundamental para explicar otras propiedades, pero carecemos de variables o parámetros adicionales para explicar al propio tiempo.

                Bien imaginemos pues, aceptemos barco como animal acuático, aceptemos como hipótesis que el tiempo y el espacio son discretos. No nos quedemos ahí. Si fuera así, ¿qué consecuencias tiene esto Fandila? 

                Hasta otro momento cuántico, ya me conocéis, a veces me disfrazo de Guadiana.
                Saludos! 

                Responder
                • 3.1
                  emilio silvera
                  el 6 de noviembre del 2012 a las 5:57

                  Hola, Zephyros:
                  Aparte de hacerme sonreir a las 5,36 de la mañana, y reconociendo que has estado inspirado, se te olvidó decir (aparte de todo eso que explicas y muy bien por cierto) que, el tiempo es el único testigo de todo lo que pasa, el único que prevalece y puede dar testimonio de los acontecimientos ocurridos en el Universo desde que el comienzo…¡del tiempo!
                  En cuanto a que está cuantizado, yo diría que sí pero… por nosotros, ya que, el tiempo en sí mismo y aunque sea relativo según la ocasión y circunstancias es algo lineal y (creo que) continuo. El tiempo nunca (al menos que sepamos) se ha pasaro como cuando pulsamos el botón de pausa en el video que estamos viendo, él nunca se para y, además, lleva consigo a una compalera inseparable y destructora que tiene mucho que ver con esa ecuación de Boltzmann que mencionas.
                  Nada de lo que exista en el universo será nunca ajeno al tiempo, dado que, siempre estará inmerso en él y, desde luego, independientemente del ritmo que éste pueda llevar, lo cierto es que será afectado por las consecuencias de su transcurrir. ¡El Tiempo! ese algo que no sabemos si es una abstracción o una realidad (yo estimo que es lo segundo) pero que, no llegamos a comprender en todas sus magnitudes y consecuencias y, menos mal que gracias a Einstein hemos podido llegar a saber que era relativo.
                  La única verdad es que, de ninguna manera nos podremos independizar de lo que creemos que el tiempo es y, lo cierto es que juega y tiene un importante papel en nuestras vidas y en todo lo que esté presente, la tuvo en todo lo que existió antes de que nosotros llegáramos aquí y, lo tendrá también, en el devenir del mundo, del universo, ya que el Tiempo amigos míos, esté o no cuantizado, lo cierto es que tiene un papel principal en el reparto de la obra que se representa aquí, en nuestro universo pero, sin embargo, y a pesar de que nos acompaña desde que nacemos, no hemos llegado a conocerlo bien y el problema, no reside en nosotros que sí tratamos de saber lo que es el Tiempo, el problema radica precisamente en el hecho de que no hemos tenido “Tiempo” suficiente, para que nuestro intelecto evolucione y lo pueda comprender.
                  Y, como siempre pasa cuando nos topamos con el Tiempo, damos vueltas y más vueltas y, por mucho “Tiempo” que hablemos del “Tiempo”, nunca llegaremos a explicarlo, se nos escurrre de entre los dedos de la mente como si de aceite se tratara.
                  Un abrazo amigo.

                  Responder
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                Fandila
                el 6 de noviembre del 2012 a las 10:21

                Tú mismo te explicas Zephyros:
                Poner un ejemplo de discontinuidad absoluta del tiempo es relativo. Los “saltos” repentinos ya expresan una discontinuidad. Sin acción no hay tiempo, y viceversa.
                La discontinuidad absoluta será una tendencia infinita en lo discontinuo, como bien pudiera ocurrir a la energía. Pero los relojes, aun el más exacto, funciona a base de frecuencias, que básicamente oscilan entre cero y un valor máximo (Discontinuidad).
                Desde luego que en nuestra mente todo nos parece continuo, dependiendo de la sensibilidad y la medida que le echemos.
                Matemáticamente solo hay que despejar el tiempo en la velocidad, C para el fotón por ejemplo en la igualdad mc^2=hf para darnos cuenta que depende de h, un número f de haches (Cuanto de energía)
                La Teoria de Cuerdas llega a considerar el espacio tiempo cuantizado, y aunque en relidad a casi nadie intesa tal cuantización, en internet sin ir más lejos se ecuentran opiniones para todos los gustos. Pero ¿quién puede demostrar la discontinuidad absoluta del tiempo?
                Ahora en broma; si en los puntos singulares fuese verdad que no existe el espacio tiempo, menuda discontinuidad para el espacio y el tiempo al existir singularidades por doquier.
                Por otra parte, el vacío absoluto, ausencia de todo, no existe. Sí seguramente el vacío fragmentario. Nada puede circular por el vacío, pues no posee sustancia alguna por la que hacerlo, solo podría darse el “salto” de un elemento a otro. Pero ese salto ¿significa un tiempo o una pausa en el tiempo?
                Planck se extrañó de que el espectro del cuerpo negro fuese discontinuo, pero si seguía el metodo habitual de la integración se daba cuenta que el resultado radiactivo de las partículas  siempre era infinito. Optó entonces por sumar cantidades discretas (Sin el continuo de la integración matemática) y pudo obtener resultados finitos.
                El tiempo es tan misterioso como el movimiento o la sustancia mísma, lo mismo que el espacio, nuestra mente solo ve a base de conceptos, la realidad nos engaña.
                Zephyros, no te hagas discontinuo por el foro. Un abrazo.

                Responder
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                Fandila
                el 6 de noviembre del 2012 a las 10:49

                Hola amigo Emilio:
                Pones el ejemplo del video, que solo se para cuando pulsamos la pausa. El video es algo más sofisticado que el cinematógrafo porque posee más bytes para una misma imagen. Sin embargo tanto en uno como en otro, para que una peícula, por ejemplo, pueda verse de modo continuo, ha de darse una pequeña “pausa” entre imágenes de forma que el pequeño instante de permanencia de cada una pueda engañar a nuestra visión  como que ve un movimiento continuo.
                ¿Quién falla, nuestra memoria visual o las imágenes? Más bien las imágenes, porque pese a nuestra retentiva, individualmente no poseen movimiento. ¿Realmente cualquier movimiento real es continuo?
                Que el tiempo no sea continuo no ha de significar que el tiempo universal se pare y arranque cada dos por tres. La discontinuidad sería aleatoria globalmente, de tal manera que siempre hay un tiempo resultante, unos elementos se apoyan en otros de tal forma que la ación temporal en su conjunto nunca se detiene.
                Desde luego si el tiempo cumple con la relatividad y ésta con la cuantificación, no se ve que sea una variable privilegiada.
                Un abrazo.

                Responder
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                Fandila
                el 6 de noviembre del 2012 a las 11:43

                Vuelvo sobre un inciso de Zephyros, que en principio me pasó desapercibido: “Bien imaginemos pues, aceptemos barco como animal acuático, aceptemos como hipótesis que el tiempo y el espacio son discretos. No nos quedemos ahí. Si fuera así, ¿qué consecuencias tiene esto Fandila?”
                ¿Qué consecuencias? ¿Te parecería poco el dominio del tiempo? ¿Una “hibernación” fundamental, o un refugio sin tiempo, donde repostar?. No se trataria de superar las distancia intergalacticas sino la de disponer de todo el tiempo que fuese posible sin problemas para los vijeros. Entrar en una “eternidad” y volver si nos fuera preciso.
                Ahora en serio, tal vez fuese posible ralentizar la acción material hacia lo estático sin que la materia perdiera su significado, mediante un equilibrio de las fuerzas fundamentales. Vete a saber.
                En el hipotético caso, que no se trata de confundir animales y barcos, como tu dices, ocurriría, por ejemplo, como la luz que ahora deriva al laser o el multilaser, el dominio electrónico o el de las recciones nucleares.
                A más no llego, dejemos a otros lo que siga, que ya sobra.
                Un abrazo.

                Responder
              7. 7
                Guillermo Cano
                el 6 de noviembre del 2012 a las 13:34

                Con respecto al concepto del tiempo, recordemos lo que nos dice Einstein en su libro “La física, aventura del pensamiento” el cual se hace objetivo, por el uso del reloj:

                “¿Que es un reloj?La sensación subjetiva primaria del fluir del tiempo nos permite ordenar nuestras impresiones y afirmar que tal suceso tiene lugar antes y aquel otro después. Pero para demostrar que el intervalo de tiempo entre dos suceso es 10 segundos, necesitamos un reloj. Por el uso del reloj, el concepto del tiempo se hace objetivo. Todo fenómeno físico puede ser usado como un reloj, con tal que pueda ser repetido exactamente tantas veces como se desee. Tomando el intervalo entre el principio y el fin de tal suceso como una unidad de tiempo, se puede medir con un intervalo de tiempo arbitrario, por la repetición del fenómeno. Todos los relojes, desde el simple reloj de arena a los instrumentos más perfeccionados, están basados en esta idea. En el reloj de arena la unidad de tiempo es el intervalo que la arena emplea en pasar de uno a otro recipiente. El mismo proceso físico se puede repetir invirtiendo la posición de los recipientes.”

                En la actualidad, la división del tiempo, en determinados intervalos menores, es lograda por medio del reloj atómico (CsF2). Siendo hasta el día de hoy el reloj más preciso y el cual está basado en la frecuencia de radiación emitida por átomos de cesio, al pasar por dos estados particulares de energía, en dicha radiación. Significa ésto que ocurren 9.192.631.770 oscilaciones o pequeños intervalos en un segundo.

                Por otro lado, como nos muestra el Doctor Rodolfo Llinás R; nuestro cerebro, genera la unificación temporal, con señales eléctricas intrínsecas a un ritmo de 40 Hz de oscilación de las neuronas, o sea 40 oscilaciones o ciclos repetitivos en un segundo. Esto quiere decir, (como lo ha manifestado frecuentemente el Doctor Llinás) que de presentarse eventos superiores a dicha frecuencia, nuestro cerebro lo toma como un solo evento.

                Cordial saludo

                 

                Responder
              8. 8
                Fandila
                el 6 de noviembre del 2012 a las 14:47

                Muy buena explicación.
                Sin duda que se llegará a relojes más precisos aún, en lo cuántico, y así sucesivamente, pero nunca al reloj perfecto.
                Eso nos indica la relatividad del tiempo, pero también su no continuidad absoluta y aún menos la relativa.
                 
                Cordiales saludos

                Responder
              9. 9
                Zephyros
                el 6 de noviembre del 2012 a las 23:32

                Loa relojes no son más que un patrón de medida de la dimensión tiempo al igual que una cinta métrica de la dimensión espacial. Su funcionamiento, variedad y limitaciones físicas son asociadas al instrumento no a la propiedad que miden o sobre la que se aplica.

                Una vez aclarado esto, se agradece la información sobre el último grito en relojes atómicos, es un reto humano el conseguir “maquinarias” cada vez más precisas. Porque lo que se busca del mejor reloj, no es la frecuencia de trabajo que a alguno puede dar a entender que implica discontinuidad en el tiempo, lo que se busca es precisión y durabilidad de dicha precisión.

                Efectivamente el cerebro distingue frecuencias de muy bajo valor, es lento y la percepción del tiempo depende del individuo. Pero es eso, percepción. Estamos acostumbrados a hablar de frecuencias muy altas como la frecuencia a la que trabajan los procesadores de los ordenadores por ejemplo. ¿existe una frecuencia máxima?. Supongo que se podría considerar como Frecuencia Máxima Física aquella dada por la ecuación de Planck donde el término de Energía sea la Energía de todo el universo. La Energía del BigBang nos daría la mayor frecuencia, la frecuencia que tendría la función de onda del propio Big Bang, esa sería la frecuencia más alta físicamente dada. Pero sería este un límite infranqueable? es decir, un universo más energético tendría otra frecuencia mayor y por tanto otra posibilidad física de periodo de tiempo menor (o cuanto de tiempo menor) con lo cual no parece claro lo de la cuantización del tiempo.

                Por cierto, el tránsito o salto de electrones cambiando de nivel NO es instantáneo. Nada supera la velocidad de la luz y esto tampoco, así que por favor, no confundamos con estas cosas.

                Saludos!

                Responder
              10. 10
                Fandila
                el 7 de noviembre del 2012 a las 3:56

                Tú mismo vuelves a contestarte, Zephyros.
                Nadie puede decir que el reloj sea el tiempo, pero si que funciona en el tiempo.
                En el fondo el reloj atómico, pongamos por caso, está contando partículas radiactivas individuales o en pequeños grupos. Su tiempo que es medida de referencia está contando cuantos o multiplos de cuantos masa-energía. Para cada segundo existirá un cuantificado que resulta no ser coincidente porque los cuantos en si mísmos tampoco son exactos para los sistemas métricos de relación común. El reloj, en un segundo no podría contar X partículas y medio porque como todo solo puede detectar cuantos completos.
                Aunque así lo expresan para el electrón o la influencia cuantica entre partículas, el entrelazado cuántico, tampoco yo creo en la instantaneidad absoluta como no fuese en la fragmentación infinita, en que se diera, que tampo lo creo, una velocidad infinita, práctica o de información, sino una tendencia al infinito que no es lo mismo. Los electrones saltarían a una velocidad muy alta, lo que como ya dije significa un salto repentino, pero mejor dejarlo, que el fondo no es ese.
                Yo repito lo que siempre dije, y no soy el único: el tiempo no es algo etereo que pulula en el existir, como algo fuera y por encima de todo. El tiempo es lo que nos indica que un evento es antes que otro o después que otro, pero el universo se compone de una infinitud de elementos y cada evento se compone de un número finito de acciones entre elementos, pero cada acción es individual, es un decir, y la masa energía está cuantizada, cada acción individual es, aislada del resto y su concatenación constituye el suceso. De otra manera, como ya sugería en el anterior, cada partícula o elemento constituye un pequeño espacio tiempo lo que significa que como tales son independientes unos de los otros, para ello prescindimos ahora del espacio tiempo global cósmico. Dichos espacio tiempos no son continuos. Pues como dijimos el tiempo no es único sino según para qué se mida.
                El tiempo en sí mismo no puede ser cuantificable, pues es insustancial, sino con relación a la cuantificacion común de la materia. En la practica en todas las relaciones físicas figura el tiempo.
                No creo en la cuantificación absoluta del tiempo, porque el tiempo absoluto no existe (Tampoco creo en un big bang como principio de todo y del tiempo por tanto)
                De todas formas el tema es peliagudo, y lo que es peor, depende de lo que entendamos por tiempo, su significado. Si lo pudieramos recoger en un globo como hacemos con el aire… o “verlo” como el espacio…
                El transcurrir de las cosas es tan variable como la variedad de ellas
                Digamos como Galileo, salvando las distancias, que  Dios nos libre: el tiempo no está cuantizado, sin embargo se cuantiza.
                En estos insolubles solo cabe un sentido lúdico, ningún pensador puede tomarse en serio lo que piensa.
                Un abrazo.

                Responder
              11. 11
                Zephyros
                el 7 de noviembre del 2012 a las 12:52

                Fandila dixit:

                “El tiempo en si mismo no puede ser cuantificable…”

                “No creo en la cuantificación absoluta del tiempo… ”

                Me ha parecido interesante remarcar estas dos frases de tu comentario, si no te importa.

                Saludos! 

                Responder
                • 11.1
                  Fandila
                  el 7 de noviembre del 2012 a las 18:08

                  Claro que sí, amigo Zephyros, siempre que no se saquen de contexto.

                  Responder
              12. 12
                Guillermo Cano
                el 7 de noviembre del 2012 a las 15:49

                No olvidemos que por el uso del reloj el concepto del tiempo se hace subjetivo. Eintein en el parrafo al que hago mención NO define el tiempo  como tal.
                Ahora bien, gracias a la tecnología y al análisis concluyente de los experimentos; las mediciones del reloj atómico del National Physical Laboratory (NPL) de Inglaterra, clarifica, que la división del tiempo es factible en intervalos inmensamente menores al segundo, aunque desconozcamos al momento cual sería, la división mínima factible, teniendo claro que el intervalo del tiempo, no puede subdividirse hasta el infinito.
                Se puede decir que la división por infinito nos da como resultado el cero; lo que nos lleva a pensar, en que, su sumatoria, se convierte en sumatoria infinitesimal del intervalo del tiempo, siendo cero el resultado de dicha sumatoria. Como conclusión directa, se nota una evidente paradoja del tiempo, ya que NO habría futuro, sino un presente constante. Un infinito (o eterno) presente, un refugio para escapar al envejecimiento.
                Siendo el tiempo una magnitud, tiene que darse la propiedad de medirse, y cero es la carencia de medición y por tanto de magnitud. Ante la definición misma de lo que es magnitud, por reducción al absurdo, se puede concluir; que para obtener la mínima unidad de tiempo o intervalo menor, no puede llegar a dividirse hasta el infinito, y debe existir un limite de división progresiva por dos, o división máxima que conlleve a una medida mínima de éste y sirva como una posible constate fundamental en la física. La imposibilidad de esta división por infinito, es una verdad empírica y universal, con solo ver que envejecemos. Ponderar entonces, que es viable dicha división, se cae por su propio peso ante este axioma. 
                 

                Responder
              13. 13
                kike
                el 7 de noviembre del 2012 a las 15:51

                 Si la materia y el espacio/tiempo se crearon con el B.B. y por otra parte la nada no parece ser posible, podría existir un fuerte antagonismo entre ambas afirmaciones.

                 Lo   que parece claro es que el tiempo va unido indisolublemente al espacio y a la materia; sin ellos no parece existir; pero como la nada tampoco puede ser una realidad, antes del B.B., al no ser posible la nada se supone que habría algo; ergo si había algo también podría existir ya el tiempo; quizás existiría un tiempo inmedible, pues para detectarlo hace falta una mente pensante, así que entonces podriamos afirmar que el tiempo existe exclusivamente como una necesidad de los seres vivos; hay otro tiempo que no necesita ser medido, pero ese tiempo no cuenta (Una estrella por ejemplo está sujeta al tiempo en sus diferentes fases, pero no creo que sea consciente de ello ni sirva para nada a no ser que sea vista por un telescopio; así pudiera ser que, como en la cuántica, el hecho de observar un cuerpo determine su entrada en “reino de los tiempos”).

                 Que el tiempo esté cuantizado creo que da lo  mismo; no creo que lleguemos en mucho “tiempo” a poder comprobarlo; además, si el tiempo pudiera diseccionarse ya habría sacado su unidad el Sr. Planck…..;D 

                 ‘Que es el tiempo?; estamos como siempre….N.P.I. 

                 Saludos a Maese y a los formidables contertulios Fandila y   Zephyros.

                Responder
              14. 14
                Zephyros
                el 7 de noviembre del 2012 a las 16:28

                Hola Kike, me alegro de coincidir contigo como en tantas otras ocasiones (me refiero a lo de formidables contertulios claro jajaja) es broma.

                Bien, en la línea de kike lanzo una pregunta: ¿existe el tiempo sin sucesos? parece obvio que la respuesta es No. Por tanto podemos deducir sin mucho esfuerzo que hay tiempo si hay una cadena de sucesos, unas fases o estados por los que pasa… eso mismo que comenta Kike: la materia/energía.

                Un espacio vacío sin sucesos no tendría sentido hablar de tiempo en él. Pero donde hay materia y por tanto donde se producen cambios aparece el tiempo. La palabra clave parece ser entonces: cambio, suceso. Donde no hay cambio no hay tiempo.

                Podríamos entonces pensar que el tiempo no tiene entidad para existir, es un parámetro que usamos porque nos viene bien, comparamos los sucesos del paso de un reloj con el periodo que deseamos medir temporalmente, indicando que este periodo duró tantos periodos pequeños iguales unitarios que nos marca el tic-tac patrón del reloj de turno, atómico o suizo.

                Lo que me lleva a otra reflexión ¿Sin tiempo hay existencia? algo puede existir sin sucesos?

                Podemos cambiar la famosa frase o reflexión de Descartes por “Cambio luego existo” no tengo porqué pensar para existir. Descartes llegó a esta conclusión tras dudar de todo, pero no dudaba de que dudaba. Creo que el mero hecho de pensar implica incontables sucesos en nuestro cerebro, así que más básica es esta afirmación que se me ocurre.

                Volviendo al tiempo aunque en este sentido sean los cambios y no el tiempo en sí lo que marca el ritmo de cada cosa en el universo, sí es verdad que algo hace que esos cambios sean de cierto modo ordenados. Por un lado no se dan todos a la vez, por otro llevan un sentido, no avanzan y retroceden, llevan el sentido que marca la llamada flecha del tiempo, siempre “palante” como la entropía, siempre a estropearlo todo 😀

                Seguiremos… 

                Responder
                • 14.1
                  Fandila
                  el 7 de noviembre del 2012 a las 18:45

                  Lo peor es eso, ni siquiera podemos saber si la flecha del tiempo ocurre por igual. Seguir el efecto expansivo del universo, su evolución, no significa que exporadicamente, o en buena parte, no exista la involuvión. Si la tendencia del tiempo es la de que el ser , los elementos “salgan” de si mismos y se expandan o combinen ganando espacio, también ocurre al revés en que se fragmentan y ocupan menos volumen, o sea se comportan “hacía atras” en vez de “hacia adelante” (Por no hablar de agujeros negros y fenómenos por el estilo). Matemáticamente se habla de un tiempo negativo. Hay muchos sucesos de ese tipo. Claro que todo ocurre pero no “desocurre” no importa la dirección en que lo haga.
                  Se conviene en que el tiempo es siempre positivo, pues se quiera o no, que sepamos, todo es arrastrado por el fluir del universo con arreglo a la famosa flecha, que más que flecha es un sentido hacia el  futuro y no hacia pasado.
                  Saludos en general y buenos augurios.

                  Responder
              15. 15
                Zephyros
                el 7 de noviembre del 2012 a las 16:40

                Guillermo, no me olvido de ti, gracias por tus comentarios. Sobre lo que dices, alguna vuelta he dado. No en el sentido del límite en la divisibilidad del propio tiempo sino en la posibilidad de origen y final del tiempo. Para mi el tiempo no puede ser infinito porque un periodo cualquiera acotado sería infinitamente pequeño, es decir cero. Tampoco puede ser infinito hacia el pasado por un razonamiento parecido a la inversa, necesitaríamos infinito tiempo para llegar hasta nuestra época, así que desde hace mucho tiempo considero que el tiempo no es infinito, y tiene más una explicación como lo comentado en la entrada anterior.

                Pero sobre lo que dices que es parecido pero no es igual, no estoy del todo de acuerdo. Me explico, una suma de elementos infinitesimales SI puede dar un valor o cantidad exacta. Para ello las matemáticas evolucionaron y se creó desde la resolución de series numéricas hasta el cálculo diferencial e integral.

                Como ejemplo está la paradoja de Zenón que paralizó durante casi dos mil años el avance de las matemáticas porque estas no podían dar explicación a dicha paradoja. Se resuelve porque una suma de infinitos términos infinitamente pequeños da como resultado una suma finita.

                Con el tiempo pasa igual si es que tiene sentido aplicarlo, porque como he comentado mi postura es que el tiempo en sí no parece existir sino que son los cambios en el universo lo que provoca nuestra sensación de tiempo.

                Saludos! 

                Responder
                • 15.1
                  Fandila
                  el 7 de noviembre del 2012 a las 17:53

                  Es interesante esa apreciación que haces sobre la tortuga de Zenón. Considerado en el presente que poseemos la matématica diferencial pensaríamos que la integración nos resolvería el problema y no pocas veces llegamos a la paradoja del “infinito de lo concreto”. Sin embargo y según nos interese la aplicamos o no. No tenemos inconveniente en considerar la energía infinita del “vacio” o la densidad energética infinita de un punto singular.
                   
                  ¿Falla la matemática o la realidad?.
                  Hace ya, yo ponía un ejemplo a propósito de la gravedad y el vacio, en que consideraba un volumen lleno de balones de futbol, el mismo volumen lleno de pelotas de tenis, el mismo lleno de pelotas de pinpon y así sucesivamente. LLegaba a la conclusión de que cualquier volumen puede rellenarse cuanto se quiera siempre que la materia pudiera fragmentarse cada vez más. Y eso sería lógico en un sistema aislado al que no obstante se pudiesen aplicar fuerzas ajenas infinitas, puesto que las propias habrían de reducirse a cero.
                   
                  ¿La realidad es como nuestra mente la conforma, o es al contrario: que nuestra mente es conformada por la realidad?
                  ¿Nuestra mente puede permitirse un mundo onírico aparte de la realidad? Puede, pero antes o después ha de avenirse con ella o pereceríamos presa de un mundo irreal, o el universo seríamos nosotros.
                  La teoría de la fragmentación ilimitada tendrá su razon de ser en la existencia de un todo ilimitado (Infinito). Solo en este supuesto podría existir la concentración o fragmentación infinita de lo concreto (Tendente a infinito, pues el infinito no tiene término), sojuzgada por el todo . Pero para que esta fragmentación ocurra ha de existir un potencial  fragmentario dentro de cada elemento, lo que es como decir que la materia se compone de infinitos elementos (Tendencia a infinito)  cada vez más reducidos, y del otro extremo cada vez más agrupados (Como tendencia).
                  Difíciles de  aprehender estas paradojas, porque no nos es posible abarcar el infinito ni siquiera matemáticamente, solo somos parte.
                  En cuanto a la Eternidad volvamos a quitarnos el sombrero que significaria el continuo o no, tal como sea el ser de la infinitud masa-energía.
                  Saludos, Zephyros y demás contertulios.

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