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Historias que gusta conocer (la espectroscopia)
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Química estelar y Vida ~ Comments (1)
El enigma que representaba en la antigüedad de qué estaban hechas las estrellas y otros objetos celestes, se pudo resolver finalmente no mediante el telescopio o la cámara solamente, sino combinando ambos con el espectroscopio, que revelaría de qué están hechas las estrellas y las nebulosas, algo que el filósofo Auguste Comte, todavía en 1844, citaba como ejemplo de un conocimiento que nunca llegaría a tener la mente humana.
Augusto Comte, pensador francé que decía que la Humanidad nunca llegaróa a conocer de qué estaban hechas las estrellas. Lo mismo que a él, le ocurrió, muchos años antes y en otro ámbito, al Presidente de la Real Society de Londres, cuando ante una gran audiencia dijo: “Nunca nada más pesado que el aire podrá volar” y, el hombre se llenó de gloria cuando, poco tiempo después, remontó el vuelo el primer avión de los hermanos wright.
La prudencia, a la vista de las muchas anécdotas que como las anteriores podemos contar, nos aconseja no negar nada y dar la posibilidad, por increíble que nos parezca, a cualquier acontecimiento futuro que ahora nos parezca imposible y que, con los avances de la Ciencia, mañana podría ser posible.
Pero sigamos con la historia de cómo se desarrolló la espestroscopia y cuando comenzó esa aventura allá por el año 1666, cuando Newton observó que la luz blanca del Sol, al pasar un prisma, produce un arcoiris de colores. En 1802, el físico inglés William Wollaston descubrió que si colocaba una fina ranura frente al prisma, aparecían en el espectro una seríe de rayas oscuras paralelas, como las grietas entre las teclas del piano.
La figura de arriba representa el espectro de la luz solar (ahí están presentes elementos como el potasio, sodio, rubidio… etc. Pero Wollaston dejó su experimento de lado, y la elevación de la espectroscopia al rango de ciencia exacta quedó para un pobre adolescente enjuto con una tos persistente, que, cuando Wollaston hizo su descubrimiento, estaba en un hospital recuperándose de heridas sufridas en el derrumbe de un taller de óptica donde trabajaba en los suburbios de Munich. Su nombre era Joseph Frunhoufer, y su suerte estaba por mejorar.
En aquellos tiempos, la óptica comenzaba su andadura gloriosa hacia niveles de alta estima en campos como el de los telescopios y microscópios, las gafas, lupas y otros objetos de vidrio que cambiaron el mundo de alguna manera. Fraunhoufer nació en el seno del sector más pobre de esta floreciente profesión. Fue el undécimo hijo de un undigente maestro vidriero que había quedado huerfano a los 11 años y se hizo aprendiz del taller de un tal Philipp Weichselberger, un vidriero de pocas luces de Munich, quien le hacía trabajar en exceso, le pagaba miserablemente, le subalimentaba y no le educaba. El 21 de julio de 1801, el deteriorado edificio que contenía la casa y el taller, se desplomó, y Frunhofer, el único superviviente, finalmente fue sacado de aquellos restos y escombros.
Su rescate fue noticia y tuvo una gran difusión y, su difícil situación llamó la atención de Maximiliano José, elector de Baviera, quien visitó al muchacho herido en el hospital y quedó impresionado por su inteligencia y su carácter alegre. El elector le regaló a Frunhofer 18 ducados, suma suficiente para comprar una máquina que trabajase el vidrio y algunos libros, así como eludir lo que faltaba de su aprendizaje. Una vez libre, Fraunhofer nunca dejó de prosperar.
Telescopio de Fraunhofer
Fraunhofer tenía instinto para lo esencial, y sus intensas investigaciones sobre las características básicas de diversos tipos de vidrios pronto le hicieron ganarse la fama de ser el primer fabricante de lentes para los mejores telescopios del mundo.
“Vi con el telescopio -escribió- un número casi incontables de rayas verticales fuertes y débiles, más oscuras que el resto de la imagen de color. Algunas parecían totalmente negras.” Detectó centenares de tales rayas en el espectro del Sol, y halló regularidades idénticas en los espectros de la Luna y los planetas, como era de esperar, pues estos cuerpos brillan por la luz solar que reflejan. Pero cuando dirigía su telescopio a otras estrellas, sus lineas espectrales parecían muy diferentes. La significación de esa diferencia era un misterio.
Fraunhoufer llegó a ser un personaje muy conocido y reconocido pero, su delicada salud acabó con su vida el día 7 de junio de 1826, a los treinta y nueve años, de tuberculosis, dejando como legado las misteriosas lineas de Fraunhofer. En 1849, León Foucault en Paris y W. A. Miller en Londres hallaron lineas brillantes que coincidían con las lineas oscuras de Fraunhofer. Hoy unas y otras son conocidas, respectivamente como lineas de emisión y lineas de absorción, y tienen en la espectroscopia un papel tan importante como la de los fósiles en la geología, pues dan información sobre la temperatura, la composición y los movimientos de las nebulosas gaseosas y las estrellas que, a pesar de sus inmensas lejanías, nos pueden contar de qué están conformadas gracias a las líneas de Fraunhofer,
emilio silvera
el 11 de julio del 2013 a las 10:09
Cuando leemos artículos como éste, nos damos cuenta de que, de ninguna manera podemos negar nada: Con el paso del Tiempo, todo parece ser posible. Lo que hoy nos parece difícil de alcanzar… ¡mañana podrá estar a nuestro alcance! Nada, por muy extraño que nos pueda parecer, podrá llegar, más tarde o más temprano, a ser objeto de nuestros dominios, de los dominios de la Ciencia, del saber Humano.
¿Nadie nunca podrá saber de qué están hechas las estrellas!
¡Pobre hombre! De pensamientos limitados no confió en la Mente humana para dilucidar los más complejos problemas.
¡Nada más pesado que el aire podrá nunca volar!
¡Pobre hombre! (otra vez) y, a lo largo de la historia, han sido muchos los que así se han expresado en relación a múltiples cuestiones “imposibles” que, más tarde, serían de lo más cotidiano. Si miramos la Historia de los acontecimientos pasados, al menos nos debe servir para aprender una cosa: Decir que algo es imposible… Tendremos que añador ¡de momento! Con el Tiempo (creo), todo lo podremos lograr.