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El Lenguaje…ese don que nos adorna
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo y la Química de la Vida ~ Comments (4)
No solo pintaban en las paredes rocosas de sus grutas, sino que también, de manera rústica emitían sonidos guturales que, más tarde dueron palabras que les llevó a entenderse entre ellos de manera natural para expresar sus pensamientos y hacer la convivencia más natural.
En tiempos, circuló una tesis por ahí que, en la actualidad es casi creacionista porque niega el proceso evolutivo. Dice que el lenguaje, en este caso concreto la palabra hablada, apareció de pronto entre los humanos hace entre 35.000 y 50.000 años, más o menos como un big bang de la especiación. según algunos, la capacidad de expresar la palabra y de utilizar sintaxis se implantó genéticamente en nuestros cerebros en fecha relativamente reciente, en una especie de órgano del lenguaje. Esta concepción del lenguaje está relacionada con la antigua idea de que el pensamiento lógico o racional depende en cierto modo de las palabras. La idea procede de Platón y estuco muy en boga en el siglo XIX entre algunos autores, como Jacob Grimm (“Los animales no hablan porque no piensan”) y Max Muller (“El lenguaje es nuestro Rubicón y ningún animal se atreveráa cruzarlo”) y “Sin lenguaje no hay razón y sin razón no hay lenguaje”).
NO, no fue ninguna especie de big bang de la especiación. El habla, amigos míos, nos llegó en algún momento de nuestra evolución, no de repente ni por arte de magia, sino que, tras un largo período de entrenamiento se fueron modulando las palabras que finalmente conformaría un lenguaje entendible que dio lugar a la necesaria comunicación entre los seres humanos. Ninguna luz luminosa nos llegó desde los cielos para dotarnos de ese preciado don que es el habla.
La idea creacionista del gran salto adelante en la calidad del pensamiento humano se refleja muy bien en una interpretación habitual del arte europeo del Paleolítico Superior…
Según este punto de vista, pinturas rupestres europeas y figurillas talladas con más de 30.000 años de antigüedad son barruntos del pensamiento simbólico y abstracto y también del lenguaje. Sin embargo, la madura perfección de las pinturas más antiguas de la cueva de Chauvet, en el sur de Francia, parece desmentior esta teoría. En cualuqier caso, esta interpretación eurocéntrica pasa por alto el hecho de que los australianos, en la otra punta del planeta, conocían la pintura rupestre en la misma época que los primeros europeos. Hay muchas pruebas y razones, para suponer, que un común antepasado africano dominaba ya las técnicas del habla, la pintura y la representación simbólica mucho antes de que salieran de África, hace 80.000 años.
Otro problema de la teoría creacionista, o del “big bang”, sobre la unicidad de las facultades humanas modernas es que hay indicios de que los neandertales tenían ya la misma anatomía vocal especializada que nosotros y, es más, según todos los datos y estudios, el antepasado común de los neandertales y nuestro, el Homo heidelbergensis, hablaba ya hace medio millón de años. Así lo revelan las configuraciones anatómicas en fósiles profundamente estudiados.
La especulación anatómica nos devuelve qa los primeros humanos y a la espectacular aceleración del crecimiento encefálico experimentada por los géneros Homo y Paranthropus. Si alguna vez existió un “big bang” en la especiación de los homínidos inteligentes se debió producir entonces.
Tim Crow, profesor de psiquiatría en Oxford, ha aducido que se pueden identificar dos importantes acontecimientos especiadores con dos mutaciones estrechamente relacionadas del cromosoma. , producidas después de separarnos de los chimpancés. Hay motivos para suponer que una de estas mutaciones, o las dos, están relacionadas con la asimetría cerebral y posiblemente con el lenguaje. Si es así, podríamos imaginar que la primera mutación se produjo en el antepasado común a Homo y a Paranthropus, y la segunda en Homo eructus, dado que éste acusa los primeros indicios de asimetría cerebral.
La investigación neurofisiológica moderna, sirviéndose de un abanico de técnicas de imágenes activas de la actividad cerebral, ha contribuido a erosionar la concepción biológica y determinista del pensamiento y de la evolución y adquisición del lenguaje. Sabemos ya que la sintasis de cada idioma se procesa en diferentes zonas cerebrales. La sintasis no se implanta: la infieren los niños, que en copmparación con los adultos que aprenden un nuevo idioma, tienen más capacidad y versatilidad para descodificar asociaciones simbólicas y adivinar la verdadera inferencia sintáctica.
Claro que, los humanos no somos los únicos que tenemos un período crítico en el desarrollo en el que se adquieren las técnicas lingüisticas. Se ha podido observar el mismo fenómeno en “cantores” no primates, como los pájaros y las ballenas. Las complejas canciones, a menudo únicas, que cantan estos animales cuando son adultos se han aprendido, modificado y grabado en una etapa temprana. Además, las investigaciones demuestran que el habla no está forzosamente limitada a una zona o zonas concretas del cerebro.
Mucho nos queda por aprender de algunas especies que conviven con nosotros aquí en la Tierra y de las que, no sabemios nada o muy poco. Nadie sabe traducir los significados de esos cantos y sonidos que, entre ellos, se entrecruzan y, desde luego…¿quién podría negar que en “sus idiomas” entablan conversaciones?
En resumen, podríamos decir que, entre todas las facultades mentales y prácticas que los filósofos han aducido para señalar las diferencias cualitativas entre los humanos modernos y y los chimpancés, la única que sigue en pie es el lenguaje humano. Es evidente, hay una gran diferencia cuantitativa en lo que se refiere a la capacidad intelectual, pero el intelecto humano no brotó de pronto hace 35.000 años, en el Paleolítico Superior europeo: Ya venía evolucionando desde hace cuatro millones de años. Durante los dos últimos millones los humanos han mejorado el modelo del simio andante sirviéndose del cerebro, pero es posible que en este empeño les ayudara la coevolución del tamaño encefálico, impulsada por el lenguaje.
No tomeis a pie juntillas esa imagen de arriba que es indicadora de un equívoco muy común, partimos del mono y llegamos por evolución mutativa a ser humanos. Nada más incierto: Ambos, el Chimpancé y el humano, tuvieron un antepasado común del que divergieron un día, y, ese antepasado, no era ni Homo ni Pan.
emilio silvera
Fuente: Los Senderos del Eden de Stephen Oppenheimer
el 3 de octubre del 2012 a las 3:26
¡Hola, Emilio!
Muy interesante este artículo que reproduces relativo al origen del habla humana.
A veces pienso si, en un principio, no habrá (el hombre primitivo) encontrado que podía referirse a los fenómenos y criaturas de la Naturaleza en forma onomatopéyica, imitando el tronar de las tormentas, el rugir de los leones, el piar de los pájaros, el silbido del viento, … , para luego reemplazar esos sonidos mediante equivalentes de combinaciones de sonido que actuaban como sinónimos y, con el transcurso del tiempo, agregando diversos aditamentos (artículos, adjetivos, etc.) para volver más fácil (antes, el tedio de) la comunicación.
Es verosímil que, así como en nuestros días, tenemos personas preocupadas por dilucidar los secretos de la biología, matemáticas, física, etc., en aquellos tiempos haya habido personas preocupadas por el problema de la comunicación y que hayan planteado los rudimentos de lo que hoy son nuestros evolucionados idiomas con sus reglas gramaticales y vocabularios en constante evolución.
Algo similar ocurrió en los orígenes de las ciencias, cuando a la forma literal (retórica) de las expresiones matemáticas le siguió (si no me equivoco) los estilos de notación que introdujo Leibniz.
Atentamente…
Adolfo
el 3 de octubre del 2012 a las 6:31
¡Hola, amigo Adolfo!
No, no te equivocas y la cosa tuvo que haber andado por esos caminos que bien señalas tal y como ocurrió con las otras áreas del saber humano. Siempre habría curiosos que eran los que se interesaban por las cosas y daban los primeros pasos para que la Humanidad avanzara penosa pero firmemente hacia el sendero del saber.
Verdaderamente es asombroso como hemos podido llegar a profundizar tanto en las distintas disciplinas que, como las matemáticas, son temas muy complejos que han sido desarrollados por nuestras mentes evolucionadas que han podido llegar a comprender temas de la física cuántica, el vasto mundo de la cosmología y no digamos de la química o la biología.
Podemos estar (a pesar de todo) bastante orgullosos de nosotros mismos… en lo que a esa parte se refiere. Sin embargo, tenenos otras “partes” que mejor no pensar que están cono nosotros aunque, en realidad, sí que son áreas del conjunto que somos en el que, en una simbiosis, también compleja, conviven lo mejor y lo peor.
Un abrazo amigo.
emilio silvera
el 3 de octubre del 2012 a las 23:46
No obstante, creo que todas las reglas impuestas por los sesudos miembros de las Academias de la Lengua no son en el fondo más que las piedras que se puedan poner al borde de un rio (Queda más bonito pero no cambia su curso).
Quiero decir que los idiomas son como seres vivos, que nacen, se desarrollan, adquieren edad adulta y a veces mueren; pero todo ello sin obedecer en absoluto una intención premeditada de nadie en concreto; el lenguaje forma parte del devenir del ser humano; no se forma de manera científica y calculada sino espontáneamente en el conjunto de una sociedad con multitud de cosas afines y conocimientos, pensamientos y sentimientos unánimes; es casi un ser vivo como otro cualquiera; y como ser vivo está sujeto a los vaivenes de la vida; a veces, conociendo su poder, intenta dominar a otras lenguas. Otras veces, celoso de lenguas con más exito, intenta encontrar la diferencia favorecedora; casi siempre se va transformando con la edad en un ser más completo, pero también con menos espontaneidad. Otras veces, olvidado por casi todos, se esconde en un rincón hasta que la muerte aparece….
Si, definitivamente creo que el lenguaje es un ser vivo; dejemos que puedan vivir esa infinidad de lenguas, y a ser posible que no existan más enfrentamientos, ya que la mayoría de las veces son fraticidas.
Además, no creo que exista ni una sola lengua superior a otra; todas tienen una gran importancia, pues sirven al mismo fin.
Saludos a todaeos.
el 4 de octubre del 2012 a las 5:10
¡Ay! Amigo mío. Tus palabras resuman sabiduría, sabes bien de qué estás hablando y entiendes las corrientes a las que se ven sometidas la Humanidad y sus voces, esos sonidos por medio de los cuáles nos entendemos y que, con el tiempo, hemos llegado a saber poner en grafos para ir transmitiendo nuestros pensamientos.
“…los idiomas son como seres vivos, que nacen, se desarrollan, adquieren edad adulta y a veces mueren; pero todo ello sin obedecer en absoluto una intención premeditada de nadie en concreto; el lenguaje forma parte del devenir del ser humano; no se forma de manera científica y calculada sino espontáneamente en el conjunto de una sociedad con multitud de cosas afines y conocimientos, pensamientos y sentimientos unánimes; es casi un ser vivo como otro cualquiera; y como ser vivo está sujeto a los vaivenes de la vida; a veces, conociendo su poder, intenta dominar a otras lenguas. Otras veces, celoso de lenguas con más exito, intenta encontrar la diferencia favorecedora; casi siempre se va transformando con la edad en un ser más completo, pero también con menos espontaneidad. Otras veces, olvidado por casi todos, se esconde en un rincón hasta que la muerte aparece….”
Sabias palabras las tuyas que reflejan, con toda exactitud, lo que las lenguas son. La intervención de las Academias y de los doctos lenguistas, simplemete se limitan a ir ordenando lo que la misma lengua exige con fuerza imparable en su propia evolución.
¿Quién sabe si dentro de unos años, por ejemplo, no estará de moda tu personal… “¡Saludos a todaeos!”
Un abrazo amigo.