jueves, 21 de noviembre del 2024 Fecha
Ir a la página principal Ir al blog

IMPRESIÓN NO PERMITIDA - TEXTO SUJETO A DERECHOS DE AUTOR




¡Los pensamientos! ¿Quién los sujeta?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en ¡Los pensamientos! ¿quién los sujeta?    ~    Comentarios Comments (0)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

Nuestra atmósfera tiene una composición en volumen de 78% de nitrógeno, un 21% de oxígeno y un 0’9% de argón, además de dióxido de carbono, hidrógeno y otros gases como vapor de agua. La distancia que nos separa del Sol, unos 150 millones de kilómetros (una Unidad Astronómica), hace que la distancia sea la ideal para que la temperatura permita la vida en el planeta. De la enorme importancia que el agua tiene para la vida casi no es necesario mencionarlo aquí, sin agua no estaríamos.

Pues muy bien, todo eso está previsto que se acabe en unos 4.500 millones de años. Cuando nuestro Sol, estrella mediana amarilla del tipo G2V, con un diámetro de 1.392.530 Km, con una masa de 1,989 x 1030 Kg, y, que consume 4.654.600 toneladas de hidrógeno cada segundo, de las que 4.650.000 las convierte en helio y 4.600 toneladas son expulsadas al espacio exterior en forma de luz y de calor, de lo que una pequeña parte llega a la Tierra y nos permite vivir, que las plantas produzan oxígeno y otros muchos fenómenos que hace de nuestro el que es.

La vida del Sol durará lo que dure su combustible nuclear, el hidrógeno, que la mantiene activa y brillando en la secuencia principal. Su horno nuclear sirve de contrapunto a la fuerza gravitatoria que genera su enorme masa. La fusión nuclear hace que la estrella tienda a expandirse y crea una fuerza que es suficiente para que, la gravedad, no convierta a nuestro Sol en una enana blanca… ¡antes de tiempo!

En la imagen podéis comparar la dimensión del Sol ahora con la que tendrá cuando se convierta en gigante roja. ¿Qué podrán hacer nuestros descendientes? ¿Cómo podrán escapar a situación tan terrible? Nuestro planeta, llegado ese momento final, será literalmente arrasado y los mares y océanos se evaporaran, toda la vida como la conocemos desaparecerá.

En tales circunstancias debemos poner nuestras esperanzas en que sobre todo, sabrémos aprovechar “el tiempo” para ir buscando soluciones que nos permitan (antes de que todo eso pueda llegar), trasladarnos a otros mundos. Si es posible, en otro sistema solar, ya que en el nuestro sin el Sol tendríamos algo de frío.

¡Qué poca gente piensa en éstos graves problemas que tiene planteados, a plazo fijo, nuestra humanidad! Y, por otra parte, la galaxia Andrómeda se nos viene viene encima a velocidad escalofriante, en unos 3.000 millones de años la tendremos aquí. ¿Que eso es mucho Tiempo? Bueno, es posible pero… ¡Más vale prevenir que curar! Como decía mi padre: “Más vale un por si acaso, que un yo creí”

La capacidad humana para aprender, inventar, buscar recursos, y sobre todo, adaptarse a las circunstancias es bastante grande. A lo largo de los últimos milenios ha demostrado que puede desarrollarse y constituir sociedades que apuntan maneras de querer hacer bien las cosas (al menos sobre el papel).

        Hemos podido llegar a “tocar” los átomos de la materia

El avance es irreversible, el conocimiento es insaciable, siempre quiere más y empujado continuamente por la curiosidad prosigue su camino incansable para abrir puertas cerradas que tienen las respuestas que necesitamos para seguir avanzando. Siempre estamos experimentando cosas nuevas para saber que pasaría si… Por ejemplo,  Si calentamos gases de oxígeno e hidrógeno por encima de 3.000° K hasta que se descomponen los átomos de hidrógeno y oxígeno, los electrones se separan de los núcleos y tenemos ahora un plasma (un gas ionizado a menudo llamado el cuarto estado de la materia -como se menciona en otro trabajo que se presenta hoy-, después de los gases, líquidos y sólidos). Aunque un plasma no forma parte de la experiencia común, podemos verlo cada vez que miramos al Sol. De hecho, el plasma es el estado más común de la materia en el universo.

Pero, sigamos ahora calentando el plasma hasta 1.000 millones de grados Kelvin, hasta que los núcleos de hidrógeno y oxígeno se descomponen, y tenemos un “gas” de neutrones y protones individuales, similar al interior de una estrella de neutrones.

Si calentamos aun más el gas de nucleones hasta 10.000 millones grados K, estas partículas subatómicas se convertirían irremisiblemente en quarks disociados. Ahora tenemos un gas de quarks y leptones (los electrones y neutrinos). Está claro que, si calentamos este gas de quarks y leptones, aún más, la fuerza electromagnética y electrodébil se unen. Aparecen simetrías antes ausentes y las fuerzas electrodébil y fuerte se unifican y, aparecen las simetrías superiores GUT [SU (5), O (10), o E (6)].

Finalmente, a la fabulosa temperatura de 1032 K, la gravedad se unifica con la fuerza GUT, y aparecen todas las simetrías de la supercuerda decadimensional. Hemos vuelto, con el proceso descrito, a la situación reinante en los primeros instantes del Big Bang, la simetría era total y existía una sola fuerza. Más tarde, el universo recién nacido y en expansión, comenzó a enfriarse, la simetría se rompió para crear las cuatro fuerzas de la naturaleza que hoy nos gobiernan y lo que al principio eran quarks sueltos que formaban un plasma opaco, se juntaron para formar protones y neutrones que unidos, crearon los núcleos que al ser rodeados por los electrones conformaron los átomos que más tarde creó la materia tal como ahora la conocemos, haciendo el universo transparente y apareciendo la luz.

Todo este relato anterior no es gratuito, lo expongo como una muestra de cómo pueden evolucionar las cosas de acuerdo a las condiciones reinantes y a los hechos y circunstancias que concurran. He contado lo que sucedería, por ejemplo,  a un poco de agua que se calienta de manera continua. Pasa por todos los procesos de su evolución hacia atrás hasta llegar a lo que fue en origen: quarks y leptones, y, posiblemente, cuerdas vibrantes.

De la misma manera, nuestra civilización, no puede dejar de avanzar en el conocimiento a medida que va pasando el tiempo. Nuestras necesidades (cada vez más exigentes) nos llevan a inventar nuevas tecnologías y a producir artículos de consumo más y más sofisticados que hacen más fácil y cómoda la vida, eliminan las distancias, acercan las conexiones y globaliza el mundo.

          Si pudiéramos ver una imagen de Marte dentro de 1.000 años… ¿Qué veríamos?

Ahora se habla de operaciones delicadas que se realizan sin ningún riesgo mediante láseres que están planificados por ordenador para intervenir con precisión milimétrica. Se avanza en lo que denominamos nanotecnología, una maravilla de artilugios microscópicos que permitirá (entre otras muchas cuestiones), colocar un fármaco en el lugar exacto de nuestro organismo, el dañado, evitando así (como ocurre ahora) que partes sanas de nuestro cuerpo soporte fármacos que ingerimos para curar partes dañadas pero que, no podemos evitar que incida de manera generalizada en todas partes. Podemos investigar en computación cuántica (teoría cuántica de la luz) que permitirá la revolución tecnológica de crear y transmitir información y crear ordenadores que permitirán cálculos a velocidades ahora imposibles en ordenadores de plasma (Juan Ignacio Cirac, físico español de 41 años, director del Departamento de teoría del Instituto Max Planck, es el autor y responsable de estos estudios). Se investiga en la energía de fusión que estará lista para cuando en los próximos cincuenta años, cuando sea difícil extraer gas y petróleo, se pueda suministrar la demanda mundial que está en aumento creciente.

                             ¡Si nuestros abuelos levantaran la cabeza!

El que tenga la fortuna de vivir a finales de este siglo XXI y a comienzos del XXII, podrá disfrutar de maravillas ahora impensables. A mediados del siglo XXII, por ejemplo, comenzará a ser utilizado otro medio de transporte que, poco a poco, desbancará al automóvil terrestre que ahora abarrotan las calles y carreteras.

Para desplazarnos por la ciudad, por las calles, tendremos aceras móviles que nos llevaran a cualquier parte. Traslados más rápidos serán cosa de vagones subterráneos o de naves voladores que suplirán a los coches y desterrarán, casi por completo, los accidentes de tráfico que nuestro sistema actual de transporte nos hace padecer.

1

Poco a poco, todo irá cambiando. También en los desplazamientos largos se verá un cambio radical.  Modernas naves súper rápidas nos llevarán de un continente a otro en la décima fracción de tiempo que emplean los actuales medios de transporte. La carrera espacial, en el 2.250, será un hecho tangible y modernas naves tripuladas cruzaran el espacio de nuestro sistema solar visitando las colonias terrestres de Marte, Europa, Titán, Ganímedes o en las minas de Azufre de Io.

Para entonces, modernas naves surcarán el espacio exterior camino de estrellas lejanas, ocupadas por sofisticados robots que irán enviando al planeta Tierra datos y fotografías del cosmos que permitirá confeccionar rutas y mapas para próximos viajes tripulados en aeronaves espaciales que utilizaran nuevas técnicas de desplazamiento basada en la curvatura del espaciotiempo que, permitirá por vez primera, vencer, o,  ¡mejor burlar! la barrera de la velocidad de la luz…,  ¡sin traspasarla! Algo que las leyes del Universo no permiten.

                          Tendremos colonias en otros planetas y lunas del Sistema solar

 

 

La escena de arriba (al menos por el momento),  es sólo un sueño. Poder ver humanos en el planeta Marte requiere de muchas cosas que no tenemos, de entre las cuales, la más importante son los conocimientos para plantear un viaje seguro y poder construir allí una verdadera colonia que garantice la seguridad física para los viajeros a aquel inhóspito mundo.

En el pasado existió una intensa actividad volcánica en Marte. Tharsis Montes es la mayor región volcánica, estando Olympus Mons situado en el Noroeste, y la vasta estructura colapsada Alba Patera, en el Norte. Juntas, estas áreas volcánicas constituyen casi el 10% de la superficie del planeta. Hoy no hay volcanes activos en Marte, aunque en el pasado produjeron llanuras de lava que se extendieron cientos de kilómetros. Por otra parte, dicha actividad volcánica del pasado, creó una gran red de galerias subterráneas por las que corría la lava y, en un hipotético viaje al planeta, algunas de ellas podrían ser aprovechadas como habitat más seguro.

Una colonia residente en la Luna o Marte podría obtener oxigeno a partir de la trituración de las rocas y, como las rocas disponen de grandes cantidades de oxígeno, hasta el punto de que significan -más o menos- la mitad de su peso  (de hecho, la mitad de la masa de todo el mundo es oxígeno). Claro que, el oxígeno existente en las rocas no se encuentra en condiciones de ser respirado porque se halla estrechamente encadenado a otros elementos que componen las rocas y, tendremos (cuando llegue el momento), que idear un sofisticado sistema para depurar el oxígeno allí presente y hacerlo viable para los seres humanos. No, las cosas no son tan fáciles como quisiéramos que fuesen.

 

 

Después de haber obtenido el oxígeno,  se puede haber transportado hidrógeno líquido desde la Tierra y combinarlos para obtener agua. La mayoría del peso del agua reside en los átomos de oxígeno que contiene. Por ejemplo, en un kilogramo de agua, los átomos de hidrógeno pesan únicamente doscientos cincuenta gramos. Transportar material desde la Tierra hasta la Luna resulta muy caro y, no digamos hasta Marte -alrededor de unos cien mil dolores el kilogramo de peso-, y teniendo in situ el oxígeno, el agua sería mucho más acequible hasta que, se pudiera extraer de la que hay en el mismo planeta que, por cierto, hay mucha en el subsuelo según todos los indicios.

Para cuando todo eso llegue, la misma Tierra será una desconocida si la comparamos con la “Tierra” de hoy. El futuro que nos espera será muy distinto al presente que ahora podemos vivir, y, la vida cotidiana en las Sociedades venidaderas, serán también distintas debidos a los cambios que se avecinan en campos de la Ciencia como la física y la tecnología, computación, materiales y, sobre todo, nuevas fuentes de energía que todo lo cambiaran.

Iter, el reactor de la fusión nuclear

Por primera vez se aspira a que un reactor de fusión produzca energía

Este proceso puede liberar enormes cantidades de energía sin dejar residuos nosivcs. Sin embargo el proceso no es tan simple, requiere de una enorme energía de activación a una temperatura del orden de los millones de grados. Conseguir esta energía nos presenta otra dificultad: la estructura material de un reactor puede fundirse a tan elevada temperatura. Sin embargo… ¡Todo llegará!

Dentro de unos cuarenta años estaremos en el camino correcto, la energía de fusión será una realidad que estará en plena expansión de un comenzar floreciente. Sin residuos peligrosos como las radiaciones de la fisión nuclear, la fusión, nos dará energía limpia y barata en base a una materia prima muy abundante en el planeta Tierra, el hidrógeno que contienen los mares y ocèanos del planeta.

El futuro será, seguramente, mucho más de lo que ahora podemos imaginar, toda vez que, a medida que vamos haciendo nuevos descubrimientos, nuestras mentes evolucionan y alcanzan nuevos niveles del saber que, al descubrir los secretos de la naturaleza y de cómo funciona el Universo, podemos, plasmar en realidad todo aquello que podamos imaginar y más. ¿El límite? ¡No, no hay límites!

   Mira que si algún día los robots pudieran pensar como nosotros

A mí, particularmente, me da mucho miedo un futuro en el que las máquinas sean imprescindibles. En este mismo momento ya casi lo son. ¿Qué haríamos sin ordenadores que mediante sus programas dirigen fábricas, llevan todo el movimiento de las Bolsas del mundo y de los bancos, dirigen los satélites del espacio, llevan a cabo complicadas operaciones quirúrgicas y montan y ensamblan elaborados mecanismos industriales? El mundo quedaría paralizado. Ese fenómeno que llamamos Internet, está presente en todas partes y nos ha creado una dependencia que… ¡Ya veremos!

Las máquinas del futuro nos pueden superar. Hemos comenzado a inventar robots que, cada vez son más sofisticados y tienen más prestaciones y, de seguir por ese camino, de no poner unas reglas claras, precisas u rígidas sobre el límite…las cosas podrían salir mal.

Una de las condiciones esenciales que debe tener una máquina-robot para ser considerada como tal es la posibilidad de ser programada para hacer tareas diversas según las necesidades y la acción que de ellos se requieran en cada situación. Y, si llegan a poseer la potestad de pensar por sí mismas, de repentizar soluciones no programadas, de sentir y ser conscientes…¡malo!

                             Los Androides del futuro. ¿Tendrán autonomía de pensamiento?

 

La ciencia robótica, basándose en avanzados principios de la electrónica y la mecánica, busca en la constitución y modo de funcionamiento del cuerpo y del cerebro humano los fundamentos con los que diseñar androides de posibilidades físicas e intelectivas semejantes a los del ser humano.

Nada de esto es ciencia ficción; es lo que hoy mismo ocurre en el campo de la robótica. Aún no podemos hablar de robots con cerebros positrónicos capaces de pensar por sí mismos y tomar decisiones que no le han sido implantados expresamente para responder a ciertas situaciones, pero todo llegará. Ya tienen velocidad, flexibilidad, precisión y número de grados de libertad. ¿Qué hasta donde llegarán? ¡Me da miedo pensar en ello!

Y, a todo esto, ¿no comencé hablando de la atmósfera de la Tierra? ¿Como pude llegar hasta aquí?

¡La Mente! ¡La Imaginación! ¡Las ideas! ¿Quien puede comprender todo eso?

emilio silvera

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¡Y conseguimos saber de qué estaban hechas las estrellas!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo    ~    Comentarios Comments (5)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

En alguna ocasión os he contado:

“El enigma que representaba en la antigüedad de qué estaban hechas las estrellas y otros objetos celestes, se pudo resolver finalmente no mediante el telescopio o la cámara solamente, sino combinando ambos con el espectroscopio, que revelaría de qué están hechas las estrellas y las nebulosas, algo que el filósofo Auguste Comte, todavía en 1844, citaba como ejemplo de un conocimiento que nunca llegaría a tener la mente humana.”

                                                 Imágen Messier 4 (NGC 6121)

Augusto Comte, pensador francé que decía:

“La Humanidad nunca llegará a conocer de qué estaban hechas las estrellas. Lo mismo que a él, le ocurrió, muchos años antes y en otro ámbito, al Presidente de la Real Society de Londres, cuando ante una gran audiencia dijo: “Nunca nada más pesado que el aire podrá volar” y, el hombre se llenó de gloria cuando, poco tiempo después, remontó el vuelo el primer avión de los hermanos  wright.”

La prudencia, a la vista de las muchas anécdotas que como las anteriores podríamos contar, nos aconseja no negar nada y dar la posibilidad, por increíble que nos parezca, a cualquier acontecimiento futuro que ahora nos parezca imposible y que, con los avances de la Ciencia, mañana podría ser posible.

La figura de arriba representa el espectro de la luz solar (ahí están presentes elementos como el potasio, sodio, rubidio… etc. Pero Wollaston dejó su experimento de lado, y la elevación de la espectroscopia al rango de ciencia exacta quedó para un pobre adolescente enjuto con una tos persistente, que, cuando Wollaston hizo su descubrimiento, estaba en un hospital recuperándose de heridas sufridas en el derrumbe de un taller de óptica donde trabajaba en los suburbios de Munich. Su nombre era Joseph Frunhoufer, y su suerte estaba por mejorar.

Sigamos con la historia de cómo se desarrolló la espestroscopia y cuando comenzó esa aventura allá por el año 1666, cuando Newton observó que la luz blanca del Sol, al pasar un prisma, produce un arcoíris de colores. En 1802, el físico inglés William Wollaston descubrió que si colocaba una fina ranura frente al prisma, aparecían en el espectro una seríe de rayas oscuras paralelas, como las grietas entre las teclas del piano. Sin embargo, pronto dejó de lado aquello y no profundizó en el fenómeno.

Ya os hablé aquí de aquel escuálido muchcho, Joseph von Frunhofer, pobre adolescente enjuto con una tos persistente, que, cuando Wollaston hizo su descubrimiento, estaba en un hospital recuperándose de heridas sufridas en el derrumbe de un taller de óptica donde trabajaba en los suburbios de Munich. El acontecimiento haría que su suerte comenzara a mejorar.

Joseph von Fraunhofer Biografie - Fraunhofer präsentiert 1814 das Spektroskop

Joseph creció al abrigo de un mentor que le apoyó en todo y se hizo mayor. Fraunhofer tenía instinto para lo esencial, y sus intensas investigaciones sobre las características básicas de diversos tipos de vidrios pronto le hicieron ganarse la fama de ser el primer fabricante de lentes para los mejores telescopios del mundo.

“Vi con el telescopio -escribió- un número casi incontables de rayas verticales fuertes y débiles, más oscuras que el resto de la imagen de color. Algunas parecían totalmente negras.”

Detectó centenares de tales rayas en el espectro del Sol, y halló regularidades idénticas en los espectros de la Luna y los planetas, como era de esperar, pues estos cuerpos brillan por la luz solar que reflejan. Pero cuando dirigía su telescopio a otras estrellas, sus lineas espectrales parecían  muy diferentes. La significación de esa diferencia era un misterio.

Esta historia ya os la conté  el pasado día 3 de este mismo mes de Octubre y, todos sabéis ya que Fraunhofer empezó usando las líneas espectrales como fuentes de luz monocromática para sus experimentos dirigidos a mejorar la corrección cromática de sus lentes, pero pronto se sintió fascinado por la lúneas mismas.

Como Tycho o Copérnico, Fraunhofer también tiene su cráter en la Luna. Fraunhoufer llegó a ser un personaje muy conocido y reconocido pero, su delicada salud acabó con su vida el día 7 de junio de 1826, a los treinta y nueve años, de tuberculosis, dejando como legado las misteriosas lineas de Fraunhofer. En 1849, León Foucault en Paris y W. A. Miller en Londres hallaron lineas brillantes que coincidían con las lineas oscuras de Fraunhofer. Hoy unas y otras son conocidas, respectivamente como lineas de emisión y lineas de absorción, y tienen en la espectroscopia un papel tan importante como la de los fósiles en la geología, pues dan información sobre la temperatura, la composición y los movimientos de las nebulosas gaseosas y las estrellas que, a pesar de sus inmensas lejanías, nos pueden contar de qué están conformadas gracias a las líneas de Fraunhofer.

                                  Gustav Kirchhoff                                                                      Robert Bunsen

En los años comprendidos entre 1855 y 1863, los dísicos Gustav Kirchhoff y Robert Bunsen (el inventor del mechero Bunsen) demostraron que los diversos elementos químicos producen las distintas series de líneas de Fraunhofer. Una noche vieron,  desde la ventana de su laboratorio en Heidelberg, un incendio que hacía estragos en la ciudad portuaria de Mannheim, a dieciseis cilómetros al oeste.

Usando su espestroscopio, detectaron las reveladoras líneas del bario y del estroncio en las llamas. Esto hizo preguntarse a Bunsen si podrían detectar elementos químicos en el espectro del Sol. “Pero -añadió- la gente pensaría que estamos locos en pensar tal cosa.” Sin embargo, Kirchhoff era lo bastante loco como para intentarlo, y en 1861 había identificado sodio, calcio, magnesio, hierro, cromo, niquel, bario, cobre y cinc en el Sol. Se había hallado un nexo entre la física de la Tierra y la de las estrellas, y se abrió un camino hacia las nuevas ciencias de la espectroscopia y la astrofísica.

                 Willian Huggins

En Londresm un rico astrónomo aficionado llamado William Huggins se enteró del hallazgo de Kirchhoff  y Bunsen de que las líneas de Frunhofer eran generadas por elementos químicos conocidos del Sol, y comprendió de inmediato que sus métodos podían ser aplicados a las estrellas y las Nebulosas.

“Esta noticia es para mí como el descubrimiento de un manantial en una tierra seca y agostada”

Eso escribió  Huggins t, de inmediato, adaptó un espectroscopio al telescopio Clark de su laboratorio privado, en Upper Tulse Hill, Londres. Estudiando cuidadosamente cada espectro hasta que pudo dar sentido a sus numerosas líneas superpuestas, logró identificar hierro, sodio, calcio, magnesio y bismuto en los espectros de las estrellas brillantes Aldebarán y Betelgeuse. Fue la primera prueba concluyente de quen otras estrellas están compuestas de las mismas sustancias que encontramos en todo el Sistema Solar.

File:Artist Concept Planetary System.jpg

Así, sabemos que los materiales y sustancias de las estrellas del cielo, son las mismas que conforman nuestro Sistema Solar que, al fin y al cabo, nació de una Nube estelar Nebulosa de la que también, nacieron las estrellas que nos rodean y,. siendo así, era lógico pensar que todo, estaba hecho de la misma cosa como se vino a confirmar.

Con creciente excitación, Huggins dirigió su telescopio hacia una Nebulosa. Su diario del año 1864 registra la sensación “de excitada incertidumbre, mezclada con algún temor, con que, después de unos momentos de vacilación, puese mis ojos en el espectroscopio. ¿No estaba por descubrir un lugar secreto de la Creación?. No se decepcionó:

Miré en el espestroscopio. ¡No había ningún espectro como el que yo esperaba! ¡Sólo una única línea brillante!… El enigma de las Nebulosas estaba resuelto. La respuesta, que no había llegado en la luz misma, decía: no hay una agrupación de estrellas, sino un gas luminoso. Las estrellas como nuestro nuestro Sol y como las estrellas más brillantes darían un espectro diferente; la luz de esa Nebulosa había sido emitida por un gas luminoso.

Puesto que esa primera Nebulosa que observó Huggins era gaeosa, llegó a la errónea conclusión de que todas las nebulosas, incluídas las elípticas y las espirales, eran gaseosas y nunguna estaba compuesta por estrellas.

Esta es una de las Nebulosas que más me gustan, en ella están represerntadas todas las cosas que en ellas están presentes. Polvo y Gas, estrellas nuevas que radiantes en el ultravioleta ionizan el material circunsdante y, las fuerzas que con todo eso interaccionan para que todo cambie y se transforme. Ahí ya están las moléculas de la vida.

Pero la vida pocas veces es simple, y las pruebas engañosas a favor de la hipótesis nebular  continuaron acumulándose. Se hizo el mapa de las posiciones de cientos de nebulosas espirales y se halló que eran más numerosas en las partes del cielo que están muy distantes de la Vía Láctea, que “evitaban” a la Vía Láctea, en la jerga astronómica. El efecto de evitación parecía indicar que las nebulosas espirales estaban asociadas a nuestra galaxia. (En realidad, la evitación resulta del hecho de que las nubes oscuras que hay en eplano de nuestra galaxia oscurecen nuestra visión de las otras galaxias, de modo que vemos generalmente las que están lejos del plano galáctico.) La hiopótesis nebular también se fortaleció en el campo teórico, cuando el astrofísico James Jeans demostró, con considerable rigor matemático, que una nube de gas que se contrae tiende a adptar la forma de un disco, muy similar al de la nebulosa espiral. Jeans hasta logró que su modelo generase brazos espirales como los que se ven en las astrofotografías.

                           Las galaxias lejanas que antes se tomaban por Nebulosas

En ese momento, la hipótesis nebular tenía tánto éxito que se apoderó de los astrónomos un síndrome de conformismo con la corriente de moda y, extrapolando todo aquello en el tiempo, ahora pasa lo mismo con la dichosa “materia oscura” que, veremos si no termina todo como aquella historia de las Nebulosas que, finalmente resultaron ser las galaxias.

http://espacioteca.files.wordpress.com/2008/07/materia.jpg

Han llegado a decir (sin fundamento alguno) que ahñi arriba, en la imagen, están juntas la materia bariónica y la llamada oscura y la muestran en distitntos colores. La realidad es que, estamos tan lejos de saber si en realidad existe algo como la materia oscura como de si podremos, dentro de algunos años, acceder a la energía de Pklanck para poder llegar hasta las cuerdas vibrantes.

¡Menos mal!, amigos míos, que la Ciencia tiene un mecanismo autocorrector, y a principios del siglo había comenzado a afirmarse. Las primeras grietas en la fachada de la hipótesis nebular aparecieron en el campo teórico, cuando se descubrió un efecto fatal en la teoría de Jeans de cómo se había condensado el sistema solar. De ser correctas la hipótesis, calcularon los matemáticos, el Sol debía haber conservado la mayor parte del momento angular del sistema solar y rotar muy rápidamente; en cambio, el “día” solar dura veintiseis lentos días en el ecuador del Sol, y los planetas tienen el 98 por 100 del momento angular del Sistema Solar. Los datos de observación también empezaron a volverse contra la hipótesis nebular. Huggins obtuvo un espectro de la Nebulosa de Andrómeda en 1888, pero la ahlló difícil de interpretar. Nueve años más tarde, Julius Schteiner publicó en Alemania un espectro de la Nebulosa de Andrómeda, y señaló que el espectro no era gaseoso sino estelar. indudablemente, al menos algunas nebuliosas espirales estaban constituidas por estrellas.

La galaxia Andrómeda | NASA

Aquello sería el principio del fin para que las galaxias se pudieran confundir con Nebulosas y, tal descubrimiento de enorme importancia, se lo debemos a Fraunhofer, aquel muchacho que un día, nos habló de las lineas espectrales que delatan las distancias sustancias y elementos del que están hechas las estrellas y los mundos. Espero que, de la misma manera, podamos seguir avanzando para poder rechazar algunas teorías actuales que nos llevan a una gran confusión hablñándonos de una clase de materia inexistente y de cuya existencia real nadie ha podido dar ni un sólo dato hasta el momento y, sin embargo, está ocupando una gran parte del tiempo de físicos y astronómos que, al no saber, continúan curiosos investigando sobre la certeza de ese exceso de materia que “dicen” tiene el Universo pero quen no podemos ver.

http://dopaminabienrepartida.files.wordpress.com/2012/03/istock_000008258171xsmall1.jpg

No, no trato de decir que para creer en la existencia de algo lo tengamos que tocar ineludiblemente pero, en Ciencia, amigos míos, para aseverar una cosa, para aseguar algo con rotundidad, no podemos apouarnos sólo en la intuición o en la teoría, la ciencia exige algo más: Lo que no está comprobado…¡No existe! Y, desde luego, así debe ser para evitar confusiones que nos atrasen decenas de años ene l camino del saber sobre los misterios de la Naturaleza.

emilio silvera

En el Centro de la Galaxia

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo    ~    Comentarios Comments (4)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

Descubren extrañas partículas que parecen emanadas desde el Centro Galáctico están bombardeando la Tierra. Desde el Departamento de Física de la Universidad de California se confirma que poderosos rayos Gamma están llegando  a nuestro planeta desde el mismo centro de la Galaxia.

Existen argumentos más que fundados para creer que, en el Centro de nuestra Galaxia, la Vía Láctea, habita un enorme Agujero Negro que según las observaciones y  medidicones efectuadas, puede tener 4 millones de veces la masa del Sol. Así lo avalan los 16 años de investigación y estudio de 28 estrellas allí situadas y, sobre todo, el comportamiento de la estrella designada con el nombre S2 de cuyo comportamiento al orbitar el Centro Galáctico, se han deducido estos números increibles. Se utilizaron telescopios y cámaras muy sofisticadas que hicieron el siguimiento de S2, y, cuando estaba a 1 dia-luz del Centro, pudieron comprobar de manera muy convincente los resultados de los efectos Gravitatorios que se produjeron en las cercanias de influencia del Agujero Negro Supermasivo que, aunque invisible para nuestros aparatos, no lo es en cuanto a la Gravedad que genera se refiere.

Es un verdadero triunfo técnico el poder conseguir, desde una distancia de 27 000 a.l., el poder conseguir comprobaciones como esta que nos dan las respuestas esperadas de ese lugar que hasta hace relativamente muy poco tiempo nos era totalmente misterioso.

En el centro de la Vía Láctea

                           Credit: ESO , Stefan Gillessen ( MPE ) En el Centro de la Galaxia


La Imagen nos muestra la acumulación de estrellas que existe en un radio de tres años-luz del centro de la Vía Láctea. Estamos contemplando una región altamente activa y donde están presentes enormes energías y ocurren sucesos que por nuestras latitudes no podemos contemplar como, por ejemplo,  fuertes emisiones de rayos X y Gamma como consecuencia del material que cae dentro del Agujero Negro y se produce la radiación Hawking.

En algunos lugares he podido leer que algo grande está pasando en aquel lugar, algo que los Astrónomos no alcanzan (aún) a explicar. El Fermi, el Telescopio Espacial de Rayos Gamma de la NASA que, pudo descubrir allí dos gigantes burbujas de energía en erupción con la fuente en el mismo Centro de la Galaxia. ¿Qué fuerzas se están generando allí? ¿Que vientos estelares no se producirán para que surjan esas burbujas?

El origen de las burbujas es,  de momento misterrioso, y el Jefe del equipo que estudia el fenómeno ha declarado que las burbujas se extienden a 25.000 años-luz hacia arriba y abajo de cada lado de la Galaxia y contiene energías equivalentes a 100.000 explosiones de supernovas.

 

 

 

Los efectos que pueden provocar las supernovas, no se limitan a su entorno cercano y, a muchos liles de millones de kilómetros del lugar de la explosión, se pueden llegar a sentir y sufrir sus efectos devastadores.

Se piensa que dichas burbujas energéticas han podido surgir como consecuencia de una ola de nacimientos de estrellas jovenes y masivas de intensa radiación ultravioleta. Otra opción que barajan los expertos es que pueden tener su origen en un erupto gigantesco del Agujero Negro super masivo ubicado en el mismo Centro Galáctico.

Está claro, como declaró algún miembro del equipo que estudio el acontecimiento que, el Universo, “nos tiene reservadas muchas sorpresas” que no podemos ni imaginar.

Como siempre suele ocurrir en estos casos, cuando no tenemos la certeza de dar una explicación coherente, algunos acuden a la materia oscura para tratar de explicar lo que, de momento, no tiene explicación. Nuestra Galaxia, la Vía Láctea, ha dado lugar a escritos que podrían llenar una gran Biblioteca y, desde los tiempos más remotos, sabios que gustaban de la contemplación de los cielos, dejaron sus impresiones escritas de una u otra manera. Mirando por ahí encuentro el párrafo siguiente:

“La Vía Láctea ha fascinado a muchos más. Se han tejido mitos y leyendas a su alrededor.  Los antiguos la conocieron por muchos nombres.  Anaxágoras y Aratos ( 500 a. de C. ) le llamaban To Gala : La Rueda Brillante  ¿Rueda?  ¿De dónde? A mí me pareció una sola franja.  Resulta que esa franja continuaba por debajo de mis pies (del otro lado de la Tierra) hasta cerrarse. Esa parte invisible para mí esa noche aparecería en las madrugadas de otoño.  ¡Vaya que los primeros astrónomos eran buenos observadores!  Y también tenían imaginación, una imaginación a veces predictiva: Demócrito, el padre del átomo, sugirió que La Vía Láctea estaba formada por una multitud de estrellas … ¡En el año 430 a. de C.! Eratóstenes, quien midió la circunferencia de la Tierra la llamó  “El círculo de la Galaxia” ó “ Círculo Galáctico “ ¡Wow! ¡Que avanzados! ¿Cómo sabían que la Vía Láctea era una Galaxia? No lo sabían.  Su interpretación del término “Galaxia”  era distinto a la actual.  Galaxia sólo había una y se refería a la lechosa luz que cruzaba  el cielo nocturno ( Nótese la similitud entre los términos Lácteo y Galaxia ) Hoy, cuando escuchamos la palabra “Galaxia” nos imaginamos un gran remolino de estrellas, nubes y polvo, con un centro brillante.  En aquel entonces “Galaxia” no era otra cosa que el nombre propio de nuestra Vía Láctea.  En al año 175 a. de C. Hiparco la llamó simplemente “La Galaxia”. Aún hoy, cuando vemos la palabra Galaxia -con mayúscula- sabemos que se refiere a la nuestra.

Via_Lactea.jpg

En la parte interios del Brazo de Orión (señalada con la línea) está el Sistema Solar, a 27.000 años-luz del Centro Galáctico en una región bastente tranquila que nos permite contemplar (con nuestros ingenios) lo que que ocurre en otras regiones lejanas y las fuerzas desatadas que azotan aquellos lugares.

Otros veían la Galaxia como un gran río. Le llamaban “El Río del Cielo”.  Los árabes la conocían simplemente como “El Río”, los hebreos “El Río de Luz” Job la llamaba “La Serpiente Tortuosa”. Los chinos y japoneses veían también un río.  Los chinos la llamaban le llamaron “Tien Ho” es decir “El Río Celestial o Plateado”, y tenían una creencia muy singular (A mí me parece simpática).  Ellos decían que cuando los peces del río (las estrellas) veían aproximarse el anzuelo (una delgada Luna creciente) se ocultaban para no ser atrapados.  Las estrellas y la Vía Láctea no son  compatibles con la Luna.  En realidad, sucede que la resplandeciente Luna supera y opaca la débil luz de nuestra Galaxia.

Los armenios y los sirios le llamaban “El gran Vendaje”.  Los romanos (Plinio), al estilo de Erastótenes, le llamaban el “Círculo Lácteo” además de “El Cinturón Celestial” “Vía Celeste Regia”  y Vía Láctea”, como hoy la conocemos.

        Y la leche de Juno formá la Vía Láctea

¿De dónde salió tanta leche? Cuenta una leyenda que cuando el pequeño Hércules era amamantado por su madre,  mordió uno de sus pechos con tanta fuerza que ella terminó por derramar su leche por el cielo.(¡Que productiva!) De ahí a que Vía Láctea signifique “Camino de Leche” ó “Milky Way”  en inglés.  Además de que el significado se conserva en inglés y español, sucede lo mismo en francés, portugués, italiano, danés, ruso, alemán, etc.

Los indios norteamericanos y algunos pueblos de Noruega decían que la Vía Láctea era “El camino de los Fantasmas” por donde ascendían los espíritus de héroes y guerreros.  Los espíritus se detenían a descansar de vez en cuando y encendían fogatas, que son las estrellas más brillantes.

Los esquimales y algunos pueblos africanos veían en ella “El camino de las cenizas” que se elevaba sobre una gran pira.

En México nuestros abuelos o en los pueblitos la conocen  como “El Camino de San Lorenzo” o “El Camino de Santiago”.

Muchas son las Rutas que nos pueden llevar a Santiago, allí los peregrinos ven algo que les llena de paz. Todos los que han ido dicen que la experiencia es única y, así, llegan de todas partes del mundo. Pero vamos a lo que nos traemos entre manos.

Lo cierto es que, desde siempre, nos fascinó la inmensidad del cielo y de los objetos que lo pueblan. Pero, el enigma que más nos apasiona y la pregunta más frecuente que nos solemos hacer es, ¿estaremos sólos en tan vasto Universo? Para contestar a eso, mejor nos remitimos a lo que ya está más que estudiado:

“En 1961 el radioastrónomo Frank Drake, presidente del SETI (Instituto para la Búsqueda de Inteligencia Extra-Terrestre), concibió una fórmula para calcular la cantidad de civilizaciones extraterrestres en nuestra galaxia.

Bueno, la Galaxia es grande, el Universo mucho más, y, si en nuestra pequeña Tierra está presente la vida Inteligente, ¿qué puede impedir que en otros mundos similares también lo esté?

La fórmula era la siguiente: N = R * fp * ne * fl * fi * fc * L

Donde

  • R es el número de estrellas similares al Sol que se generan al año en la Vía Láctea
  • fp es la fracción de estas estrellas que tienen planetas en su órbita.
  • ne es la fracción de planetas a la distancia adecuada del Sol
  • fl es la fracción de esos planetas en los que se ha desarrollado la vida
  • fi es la fracción de esos planetas en los que se ha desarrollado la inteligencia
  • fc es la fracción de ellos que ha desarrollado una tecnología e intenta comunicarse
  • L es el número de años que puede existir una civilización inteligente.

La fórmula en sí es una fabulosa demostración de ingenio por parte de Frank Drake, por desgracia algunas de estas variables eran desconocidas en su época, lo siguen siendo y seguramente lo serán durante algún tiempo más.

En Astronomía todavía se trabaja mucho por aproximación, y se dice, por ejemplo: “… está situada entre unos 2. y 5 años-luz de nosotros…” Como si unos pocos años luz más o menos no tuvieran importancia. Con esto quiero decir que no todos nuestros aparatos nos dicen lo que queremos saber, necesitamos nuevas tecnologías más precisas, más fiables.

Por ejemplo, sabemos más o menos cuantas estrellas hay en la Vía Láctea, y sabemos más o menos cuantos años hace que se formó. Hemos hecho estadísticas sobre las edades de las estrellas y sabemos, más o menos a qué ritmo se han ido formando.

Pero la mayoría de los demás datos solo podemos suponerlos, y para ello solo disponemos de un único ejemplo: nuestro propio planeta.

Suponer que conocemos las reglas y las probabilidades de un hecho que solo ha podido ser observado una única vez es algo pretencioso y con toda seguridad equivocado. El método científico exige que podamos observar un fenómeno numerosas veces y en distintas condiciones antes de intentar imaginar una ley que lo explique, por lo que mientras no conozcamos más que un único planeta con vida inteligente en todo el universo no podremos aplicar el método científico, solo podremos hacer suposiciones y elucubraciones que intenten apelar a la lógica de lo que sabemos para poder suponer unas conclusiones que, por fuerza, serán casi imposibles de verificar en mucho tiempo.

20091110193514-planetasextrasolares.elmundo.jpg

Cuando se forma una estrella deja a su alrededor unas nubes de polvo y gas que luego formarán los planetas al azar. Es como una ruleta, según su suerte sale uno u otro. Esta es la probabilidad de que se forme un planeta con vida.

No obstante podemos abordar este problema desde dos puntos de vista diferentes y ver a qué conclusiones nos lleva cada uno de estos puntos de partida.”

Bueno, una cosa está más que clara, la vida en cualquier planeta que orbita una estrella, sea o no parecida al Sol, tendrá que contar con ciertos requisitos que, iguales o parecidos a los que se dan aquí en la Tierra, posibiliten la presencia de seres vivos y, para ello, la distancia del planeta a su estrella, una atmósfera adecuada, la existencia de agua corriente, y otros elementos que, como en la Tierra, faciliten la química biológica para el surgir de la vida.

“Pero ya que estamos hablando de enigmáticos objetos galácticos con emisiones gamma, el telescopio espacial de rayos gamma INTEGRAL de la ESA, descubrió en el 2003 lo que parece ser una nueva clase de objeto astronómico. Se trata de un grueso capullo de frío gas que aloja en su interior a un sistema binario que, probablemente, incluya a u agujero negro o a una estrella de neutrones. Hasta ahora, el objeto ha seguido siendo invisible para el resto de los telescopios.

El INTEGRAL detectó al extraño objeto, el 29 de enero de 2003, y se le denominó como IGRJ16318-4848. Aunque los astrónomos no sabían su distancia, estaban seguros que se hallaba en nuestra galaxia. También, y después de estudiar y analizar las evidencias que había recogido el satélite, los investigadores concluyeron que el nuevo objeto podría ser un sistema binario que abarcaba un objeto compacto, tal como una estrella de neutrones o un agujero negro, acompañado orbitalmente por una muy masiva estrella como compañero.”

                                    Nuestro Centro Galáctico, ¡ese lugar misterioso!

Al sintonizar hacia el centro de la Vía Láctea, los radioastrónomos exploran un lugar complejo y misterioso donde está SgrA que…¡Esconde un Agujero Negro descomunal! Las observaciones astronómicas utilizando la técnica de Interferometría de muy larga base, a longitudes de onda milimétricas proporcionan una resolución angular única en Astronomía. De este modo, observando a 86 GHz se consigue una resolución angular del orden de 40 microsegundos de arco, lo que supone una resolución lineal de 1 año-luz para una fuente con un corrimiento al rojo z = 1, de 10 días-luz para una fuente con un corrimiento al rojo de z = 0,01 y de 10 minutos-luz (1 Unidad Astronómica) para una fuente situada a una distancia de 8 Kpc (1 parcec = 3,26 años-luz), la distancia de nuestro centro galáctico. Debemos resaltar que con la técnica de mm-VLBI disfrutamos de una doble ventaja: por un lado alcanzamos una resolución de decenas de microsegundos de arco, proporcionando imágenes muy detalladas de las regiones emisoras y, por otro, podemos estudiar aquellas regiones que son parcialmente opacas a longitudes de onda más larga.

Y, a todo esto, yo me pregunto: Si esas emisiones de rayos Gamma que llegan a la Tierra provienen del Centro de la Galaxia, habrá que deducir que, salieron de allí hace ahora unos 30.000 años. ¡Qué Locura!

emilio silver

La Física de partículas y la Cosmología

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Física    ~    Comentarios Comments (2)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

Leibniz nos decía:

“Todo estado presente de una sustancia simple es naturalmente, una consecuencia de su estado anterior, de modo que se presente está cargado de su futuro”.

Y, Marco Aurelio:

“Quien ha visto las cosas presentes ha visto todo, todo lo ocurrido desde la eternidad y todo lo que ocurrirá en el tiempo sin fin; pues todas las cosas son de la misma clase y de la misma forma.”

El primero nos señalaba el camino recorrido por la evolución hasta nuestros días y, señalaba los cambios que el ritmo del universo produciría en todo lo presente que es producto del pasado, lo mismo que el futuro, lo será del presente, es decir, todo es debido a la causalidad. El segundo, más profundo, nos daba a entender que todo está hecho de la misma cosa. Desde una flor hasta una galaxia, todos son Quarks y Leptones.

 

 

 

Los finales del siglo XX quizá sean recordados en la historia de la ciencia como la época en que la física de partículas, el estudio de las estructuras más pequeñas de la naturaleza, unió sus fuerzas a la cosmología, el estudio del universo como un todo. Juntas, estas dos disciplinas esbozarían el esquema de la historia cósmica, investigando el pasado de las estructuras naturales en un ámbito de escala enorme, desde los núcleos de los átomos hasta los cúmulos de las galaxias.

Fue un matrimonio apresurado de dos disciplinas muy diferentes. Los cosmólogos tienden a ser solitarios, con la mirada fija en los horizontes lejanos del espacio “infinito” y del tiempo “sin fin”, y acumulan fascinados sus datos que son, en realidad, los hilos de la antigua luz que llegaron de las estrellas lejanas situadas en los confines de ese universo presentido y lejano. Los físicos de partículas, en contraste con ellos, son relativamente gragarios -tienen que serlo, pues ni siquiera un Einstein sabe suficiente física como para hacerlo todo él solo- y físicos: son por tradición transmitida estudiosos del aquí y ahora, inclinados a curvar cosas, volar cosas y desmontar cosas. Los físicos trabajan dura y rápidamente, obsesionados por la leyenda de que es probable que tengan muchas ideas nuevas útiles después de los cuarenta, mientras que los comólogos son más a menudo jugadores de finales, adeptos a las visiones de vasto alcance, de quiénes cabe esperar que realicen investigaciones productivas cuando ya les blanquea el cabello. Si los físicos son los zorros de los que Arquíloco decía que saben muchas cosas, los cosmólogos son más afines a las centenarias tortugas que saben una sola gran cosa.

Sin embnargo, a finales de los años setenta, los físicos de partículas se aventuraron a acudir a los seminarios de cosmología a estudiar las galaxias y los quasars, mientras que los cosmólogos alquilaron máquinas del CERN y el Fermilab para trabajar en la física de altas energías en las instalaciones subterráneas desde donde no se veían las estrellas. En 1985 Murray Gell-Mann declaró que “la física de partículas elementales y el estudio del universo primitivo, las dos ramas fundamentales de la ciencia de la naturaleza, se habían fundido esencialmente.”

Su terreno de encuentro fue el big bang. Los físicos identificaron simetrías en la naturaleza que hoy están rotas pero que estuvieron intactas en un entorno de altas energías. Los cosmólogos informaron que el universo estuvo antaño en tal estado de alta energía, en las etapas iniciales del big bang. Unidas ambas cosas, aparece el cuadro de un universo perfectamente simétrico cuyas simetrías se quebraron a medida que se expandió y se enfrió, creando partículas de materia y energías que encontramos hoy a nuestro alrededor y estampándoles las pruebas de su genealogía. Steven Winberg, un adalid de aquella alianza, describió la teoría electrodébil unificada en términos de su relación con el universo primitivo:

Lo que es tan especial en la teoría electrodébil es que las partículas [portasdoras de fuerza] forman una familia estrechamente unida, con cuatro miembros: la W+, la W de carga opuesta, la Z neutra y el cuarto miembro es nuestro viejo amigo el fotón, portador del electromagnetismo. Son todas hermanas, estrechamente relacionadqas por el principio de simetría que dice que son todas la misma cosa, pero que la simetría se ha roto. La simetría está allí, en las ecuaciones subyacentes de la teoría, pero no es evidente en las partículas mismas. Por eso las W y la Z son mucho más pesadas que el fotón.

bild LHC Cern

 

 

Estas partículas – las mismas cuya aparición en el acelerador del CERN verificó la teoría electrodébil – son las mediadoras intercambiables en las interacciones de fuerzas electromagnéticas y débiles, lo que las hace indistinguibles.  En ese tiempo, el Universo está gobernando sólo por tres fuerzas: la gravedad, la interacción nuclear fuerte y la electrodébil.

Precisamente eso nos da la pista para creer que hubo un tiempo,  en el pasado, en el universdo muy temprano, en que la temperatura estaba muy por encima de algunos cientos de veces de la masa del protón, cuando la simetría aún no se había roto, y la fuerza débil y la electromagnética no sólo eran la misma matemáticamente, sino realmente la misma. Un físico que hubiera vivido por aquel entonces, lo que es difícil imaginar, no habría visto ninguna diferencia real entre las fuerzas producidas por el intercambio de estas cuatro partículas:

Las W, la Z y el fotón.

Más atrás de ese tiempo nos quedamos en el misterio y envueltos en una gran nebulosa de ignorancia.  Cada uno se despacha a su gusto para lanzar conjeturas y teorizar sobre lo que pudo haber sido.   Seguramente, en el futuro, será la teoría M (de supercuerdas) la que contestará esas preguntas sin respuestas ahora, si por fín, llegamos a ser capaces de verificarla y, si no es así, vendrá alguna otra teoría avanzada que lo hará.

En los 10-35 de segundo desde el comienzo del tiempo, entramos en un ámbito en el que las condiciones cósmicas son aún menos conocidas.  Si las grandes teorías unificadas son correctas, se produjo una ruptura de la simetría por la que la fuerza electronuclear unificada se escindió en las fuerzas electrodébil y las fuertes.  Si es correcta la teoría de la supersimetría, la transición puede haberse producido antes, había involucrado a la gravitación.

Elaborar una teoría totalmente unificada es tratar de comprender lo que ocurrió en ese tiempo remoto que, según los últimos estudios está situado entre 15.000 y 18.000 millones de años, cuando la perfecta simetría que, se pensaba, caracterizó el Universo, se hizo añicos para dar lugar a los simetrías rotas que hallamos a nuestro alrededor y que nos trajo las fuerzas y constantes Universales que, paradójicamente, hicieron posible nuestra aparición para que ahora, sea posible que, alguien como yo esté contando lo que pasó.

Pero hasta que no tengamos tal teoría no podemos esperar comprender lo que realmente ocurrió en ese Universo primitivo.  Los límites de nuestras conjeturas actuales cuando la edad del Universo sólo es de 10-43 de segundo, nos da la única respuesta de encontrarnos ante una puerta cerrada.

Del otro lado de esa puerta está la época de Plank, un tiempo en que la atracción gravitatoria ejercida por cada partícula era comparable en intensidad a la fuerza nuclear fuerte. Así que, llegados a este punto podemos decir que la clave teórica que podría abrir esa puerta sería una teoría unificada que incluyese la gravitación. La persona que llegue a esa teoría llegará a la mayor profundidad en la contemplación del alba del tiempo.

 

¿Qué es lo que verá?

Pero, eso sí, mientras tanto seguimos produciendo imágenes de todo tipo mediante las cuáles se nos quiere hacer ver que, la materia oscura  está ahí presente, sin embargo, nada de lo que estamos viendo es “materia oscura”  son filamentos de plasma, polvo y gas interestelar, y otros objetos y sustancias que en el Universo se producen mediante la química de la energía de las estrellas presente en esos lugares pero, “materia oscura” me parece que no. Claro que, una cosa no se puede discutir, alguna clase de “materia” o de “fuerza” desconocida (o lo quen sea) estaba allí presente para hacer posible que surgieran las primeras estrellas y galaxias.

Por supuesto, en aquel tiempo primero, no hay moléculas, ni átomos, ni núcleos atómicos, y, a 10-6 (0.000001) de segundo después del comienzo del tiempo, tampoco hay neutrones ni protones.  El Universo es un océano de Quarks  libres y otras partículas elementales.

 Si nos tomamos el trabajo de contarlos, hallaremos que por cada mil millones de antiquarks existen mil millones y un quark.  Esta asimetría es importante.  Los pocos quarks en exceso destinados a sobrevivir a la aniquilación general quark-antiquark formaran todos los átomos de materia del Universo del último día.  Se desconoce el origen de la desigualdad; presumiblemente obedezca a la ruptura de una simetría materia antimateria en alguna etapa anterior.

Nuestra indicutible ignorancia siempre nos llevó ante muchas puertas cerradas que, de alguna manera misteriosa, pudimos abrir para asombrarnos ante las maravillas que detrás de ellas existen. Hombres y mujeres de nuestra especie han sido capaces de encontrar esas llaves perdidas que posibilitaron abrir aquellas puertas, descorriendo el velo que tapaba y escondía los misterios de la naturaleza.

Creo, en mi enorme ignorancia, que se verán más puertas cerradas. En las que, en lo anto de sus dinteles habrá carteles que digan: Materia Oscura, Singularidad, Agujeros Negros, Multiversos, Fluctuaciones de vacío, Energía de punto cero, teoría luz-luz…y muchas más puertas que nos exigen encontrar las llaves que la puedan abrir para mirar dentro de sus recintos para saber….y, al entrar, ver y comprender sobre todo aquello, con sorpresa veremos que, al fondo y en penumbra, otras puertas con otros letreros nuevos…están esperando allí, para que comencemos de nuevo a buscar las llaves que las abran para mostrarnos sus secretos…Esos puertas cerradas, amigos miós, siempre estarán ahí esperándonos. O, lo que es lo mismo, siempre detrás de un nuevo conocimiento, encontraremos otras nuevas preguntas, otras puertas cerradas que esconderan más saber de cosas que ignoramos.

emilio silvera