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La Evolución, la Mente, la Consciencia.

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El hombre en el Universo, La Mente - Filosofía    ~    Comentarios Comments (15)

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En los trabajos anteriores hemos hablado del “universo de lo muy pequeño y del “universo” de lo muy grande. ¿De qué podemos hablar ahora? Partículas elementales y  galaxias, tanto las unas como las otras tienen sus propias reglas que se cumplen como ordenan las fuerzas fundamentales de la naturaleza pero, ¿qué pasa con nosotros? ¿qué pintamos en todo esto? Aunque lo que sigue ha pasado ya por aquí, creo adecuado ponerlo de nuevo, su interés es indudable y, es un magnifico contrapunto para los dos trabajos referidos.

Una Galaxia es simplemente una parte pequeña del Universo, nuestro planeta es, una mínima fracción infinitesimal de esa Galaxia, y, nosotros mismos, podríamos ser comparados (en relación a la inmensidad del cosmos) con una colonia de bacterias pensantes e inteligentes. Sin embargo, toda forma parte de lo mismo y, aunque pueda dar la sensación engañosa de una cierta autonomía, en realidad todo está interconectado y el funcionamiento de una cosa incide directamente en las otras. Hace unos días pasó por las cercanías de la Tierra un gran objeto cosmológico que, de caer sobre nosotros, habría cambiado nuestro futuro. Así que, estamos supeditados a fuerzas superiores y, nuestro devenir, depende de ellas, de lo que pueda pasar en cada momento y según determine la dinámica del Universo al que pertenecemos.

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                Menos mal que no se quedó con nosotros y pasó de largo pero, ¿Y dentro de cien años?

Pocas dudas pueden caber a estas alturas del hecho de que poder estar hablando de estas cuestiones, es un milagro en sí mismo. Después de millones y millones de años de evolución, se formaron las conciencias primarias que surgieron en los animales con ciertas estructuras cerebrales de alta complejidad que, podían ser capaces de construir una escena mental, pero con capacidad semántica o simbólica muy limitada y careciendo de un verdadero lenguaje.

La conciencia de orden superior (que floreció en los humanos y presupone la coexistencia de una conciencia primaria) viene acompañada de un sentido de la propia identidad y de la capacidad explícita de construir en los estados de vigilia escenas pasadas y futuras. Como mínimo, requiere una capacidad semántica y, en su forma más desarrollada, una capacidad lingüística.

Los procesos neuronales que subyacen en nuestro cerebro son en realidad desconocidos y, aunque son muchos los estudios y experimentos que se están realizando, su complejidad es tal que, de momento, los avances son muy limitados. Estamos tratando de conocer la máquina más compleja y perfecta que existe en el Universo.

Si eso es así, resultará que después de todo, no somos tan insignificantes como en un principio podría parecer, y solo se trata de tiempo. En su momento y evolucionadas, nuestras mentes tendrán un nivel de conciencia que estará más allá de las percepciones físicas tan limitadas. Para entonces, sí estaremos totalmente integrados y formando parte, como un todo, del Universo que ahora presentimos.

El carácter especial de la conciencia me hace adoptar una posición que me lleva a decidir que no es un objeto, sino un proceso y que, desde este punto de vista, puede considerarse un ente digno del estudio científico perfectamente legítimo.

La conciencia plantea un problema especial que no se encuentra en otros dominios de la ciencia. En la Física y en la Química se suele explicar unas entidades determinadas en función de otras entidades y leyes. Podemos describir el agua con el lenguaje ordinario, pero podemos igualmente describir el agua, al menos en principio, en términos de átomos y de leyes de la mecánica cuántica.

Lo que hacemos es conectar dos niveles de descripción de la misma entidad externa (uno común y otro científico de extraordinario poder explicativo y predictivo. Ambos niveles de descripción) el agua líquida, o una disposición particular de átomos que se comportan de acuerdo con las leyes de la mecánica cuántica (se refiere a una entidad que está fuera de nosotros y que supuestamente existe independientemente de la existencia de un observador consciente).

                                          ¿Qué procesos y que energías iluminan nuestras mentes?

En el caso de la conciencia, sin embargo, nos encontramos con una simetría. Lo que intentamos no es simplemente comprender de qué manera se puede explicar las conductas o las operaciones cognitivas de otro ser humano en términos del funcionamiento de su cerebro, por difícil que esto parezca. No queremos simplemente conectar una descripción de algo externo a nosotros con una descripción científica más sofisticada. Lo que realmente queremos hacer es conectar una descripción de algo externo a nosotros (el cerebro), con algo de nuestro interior: una experiencia, nuestra propia experiencia individual, que nos acontece en tanto que observadores conscientes. Intentamos meternos en el interior o, en la atinada ocurrencia del filósofo Tomas Negel, saber qué se siente al ser un murciélago. Ya sabemos qué se siente al ser nosotros mismos, qué significa ser nosotros mismos, pero queremos explicar por qué somos conscientes, saber qué es ese “algo” que nos hace ser como somos, explicar, en fin, cómo se generan las cualidades subjetivas experienciales. En suma, deseamos explicar ese “Pienso, luego existo” que Descartes postuló como evidencia primera e indiscutible sobre la cual edificar toda la filosofía.

                                          ¿Cómo podríamos explicar esta belleza a quien no puede ver?

 

Ninguna descripción, por prolija que sea, logrará nunca explicar cabalmente la experiencia subjetiva. Muchos filósofos han utilizado el ejemplo del color para explicar este punto. Ninguna explicación científica de los mecanismos neuronales de la discriminación del color, aunque sea enteramente satisfactorio, bastaría para comprender cómo se siente el proceso de percepción de un color. Ninguna descripción, ninguna teoría, científica o de otro tipo, bastará nunca para que una persona daltónica consiga experimentar un color.

En un experimento mental filosófico, Mary, una neurocientífica del futuro daltónica, lo sabe todo acerca del sistema visual y el cerebro, y en particular, la fisiología de la discriminación del color. Sin embargo, cuando por fin logra recuperar la visión del color, todo aquel conocimiento se revela totalmente insuficiente comparado con la auténtica experiencia del color, comparado con la sensación de percibir el color. John Locke vio claramente este problema hace mucho tiempo.

Pensemos por un momento que tenemos un amigo ciego al que contamos lo que estamos viendo un día soleado del mes de abril: El cielo despejado, limpio y celeste, el Sol allí arriba esplendoroso y cegador que nos envía su luz y su calor, los árboles y los arbustos llenos de flores de mil colores que son asediados por las abejas, el aroma y el rumor del río, cuyas aguas cantarinas no cesan de correr transparentes, los pajarillos de distintos plumajes que lanzan alegres trinos en sus vuelos por el ramaje que se mece movido por una brisa suave, todo esto lo contamos a nuestro amigo ciego que, si de pronto pudiera ver, comprobaría que la experiencia directa de sus sentidos ante tales maravillas, nada tiene que ver con la pobreza de aquello que le contamos, por muy hermosas palabras que para hacer la descripción empleáramos.

La mente humana es tan compleja que, no todos ante la misma cosa, vemos lo mismo. Nos enseñan figuras y dibujos y nos piden que digamos (sin pensarlo) la primera cosa que nos sugiere. De entre diez personas solo coinciden tres, los otro siete divergen en la apreciación de lo que el dibujo o la figura les sugiere.

Esto nos viene a demostrar la individualidad de pensamiento, el libre albedrío para decidir. Sin embargo, la misma prueba, realizada en grupos de conocimientos científicos similares y específicos: Físicos, matemáticos, químicos, etc., hace que el número de coincidencias sea más elevada, más personas ven la misma respuesta al problema planteado. Esto nos sugiere que, la mente está en un estado virgen que cuenta con todos los elementos necesarios para dar respuestas pero que necesita experiencias y aprendizaje para desarrollarse.

¿Debemos concluir entonces que una explicación científica satisfactoria de la conciencia queda para siempre fuera de nuestro alcance?

A veces, nuestros sentidos nos envían mensajes engañosos y, nos llevan a creer que sabemos, que tenemos el mundo en nuestras manos. En esos momentos, nos sentimos poderosos y, no somos conscientes de la fragilidad en la que estamos inmersos. Si la inmensa Tierra (al menos para nosotros), es simplemete una mota de polvo en el contexto del Universo, ¿qué representamos nosotros? El tener conciencia, nos diferencia de la materia “inerte” de la que procedemos al haber evolucionado pero, ¿nos hace eso tan “grandes” como para desafiar las fuerzas que ni hemos llegado a conocer? ¿O es de alguna manera posible, romper esa barrera, tanto teórica como experimental, para resolver las paradojas de la conciencia?

La respuesta a estas y otras preguntas, en mi opinión, radica en reconocer nuestras limitaciones actuales en este campo del conocimiento complejo de la mente, y, como en la Física cuántica, existe un principio de incertidumbre que, al menos de momento (y creo que en muchos cientos de años), nos impide saberlo todo sobre los mecanismos de la conciencia y, aunque podremos ir contestando a preguntas parciales, alcanzar la plenitud del conocimiento total de la mente no será nada sencillo, entre otras razones está el serio inconveniente que suponemos nosotros mismos, ya que, con nuestro quehacer podemos, en cualquier momento, provocar la propia destrucción.

Una cosa si está clara: ninguna explicación científica de la mente podrá nunca sustituir al fenómeno real de lo que la propia mente pueda sentir. La “realidad” casi siempre supera a lo imaginado, hay realidades que no llegamos a vislumbrar y que suelen pertener a un ámito futuro que nosotros mismos podremos construir lleno de peligros que, aún habiéndolos imaginados, los construiremos.

Bueno, todo eso está bien. Es bueno que no perdamos de vista lo que pasó y lo que pueda pasar. Sin embargo, como humanos que somos, no podemos dejar de lado el continuo presente en el que vivímos y, nos sustentamos  tanto de lo material como de lo inmaterial. Ambos campos son de vital importancia en nuestras vidas y, ¿Cómo se podríamos comparar la experienciade un gran amor: sentirlo, vivirlo física y sensorialmente hablando, con otro imaginado? Cada cosa tiene su lugar y su momento. Hay momento para pensar y otros para actuar. De otra manera, ninguno de nosotros estaríamos aquí. El Universo es dinámico, todo en él se mueve y, el Amor, no podía ser una excepción.

Hay cosas que no pueden ser sustituidas, por mucho que la vida evolucione y las costumbres cambien, lo auténtico siempre será único. Si acaso, lo que más se puede aproximar es el Amor que cada uno pueda sentir y que, de manera perfecta nos cuenta el poeta. Nunca será lo mismo lo que nos han contado que lo que hemos vivido. Bien es verdad que existen parcelas del conocimiento que son puramente teóricas y se aprenden sin necesidad de práctica alguna.

Estoy totalmente convencido de que, de alguna manera, nuestras mentes, están conectadas con el cosmos del que formamos parte. Estamos aquí y nos parece de lo más natural, nunca nos paramos a pensar en cómo fue eso posible, en cómo surgió el milagro. A partir de la materia “inerte” evolucionada surgen entes pensantes y vivos, ¿cómo es posible tal maravilla? Hay que pensar (lo he referido en muchas ocasiones) que, el material del que estamos hecho (Nitrógeno, Carbono, etc.), se fabricó en las estrellas a partir del elemento más simple, el Hidrógeno que, evolucionado a materiales más complejos llegaron hasta nuestro Sistema Solar primitivo en formación para constituirse en parte del Planeta Tierra en el que, bajo ciertas condiciones atmosféricas, presencia de agua y de radiación cósmica, dio lugar al nacimiento de aquella primera célula capaz de reproducirse que evolucionó hasta nosotros.

Desde entonces, nuestros sentidos están conectados a la Naturaleza

Estamos hecho de energía pura fabricada en las estrellas y nuestras mentes evolucionan formando parte de un Universo en constante expansión del que, sin que nos demos cuenta, recibimos continuos mensajes que nos mantiene conectados a esa fuerza invisible que nos hace pensar para descubrir su fuente.

En algún momento breve, he tenido la sensación de tener en mi mente la solución a un pensamiento continuado sobre un problema científico que me preocupa y quisiera conocer. La sensación de ese saber, de tener esa respuesta deseada, es fugaz, pasa con la misma rapidez que llegó. Me deja inquieto y decepcionado, estaba a mi alcance y no se dejó atrapar. Me ocurre con cierta frecuencia con distintos temas que me rondan por la cabeza. Sin embargo, esa luz fugaz del saber aparece y se va sin dejar rastro en mi mente que me permita, a partir de una simple huella, llegar al fondo de la cuestión origen del fenómeno.

La mente humana es una maravilla. Esas sensaciones que antes he mencionado, y, que en mí, llegan y se van sin dejar huellas, son las mismas que sintieron Galileo, Kepler, Newton, Planck o Einstein, lo único diferente es que en ellos, la sensación no fue tan fugaz, se quedó el tiempo suficiente en sus mentes como para que pudieran digerir el mensaje y comunicar al mundo lo que les había transmitido. Así, a fogonazos de luz del saber, avanza la Humanidad.

Nadie ha podido explicar nunca como llegan esos fogonazos de luz del conocimiento a unas pocas mentes elegidas.

El cerebro se cuenta entre los objetos más complicados del Universo y es sin duda una de las estructuras más notables que haya producido la evolución. Hace mucho tiempo, cuando aún no se conocía la neurociencia, se sabía ya que el cerebro es necesario para la percepción, los sentimientos y los pensamientos.

En tanto que objeto y sistema, el cerebro humano es muy especial: su conectividad, su dinámica, su forma de funcionamiento, su relación con el cuerpo y con el mundo, no se parece a nada que la conciencia conozca. Su carácter único hace que el ofrecer una imagen del cerebro se convierta en un reto extraordinario. Aunque todavía estamos lejos de ofrecer una imagen completa del cerebro, si podemos ofrecer retazos y datos parciales de algunos de sus complicados mecanismos. Sin embargo, carecemos de información para generar una teoría satisfactoria de la conciencia.

Nuestras mentes que vagan por el Universo en el vehículo de la imaginación, esperando evolución. ¿Hasta dónde llegarán? Dejaremos nsootros que cumplan su ciclo, dejará el Universo que lleguemos hasta el horizonte soñado? ¿Será el Azar el que determine nuestro devenir? ¿Podremos alcanzar ese grado de conocimiento que nos permite decidir nuestro destino? ¡Qué enorme incertidumbre! ¡Qué frustración e impotencia!

Hace 30 años, todo esto era un sueño, nadie se atrevía a pensar siquiera con que este logro sería posible algún día ¡secuenciar 3000 millones de grafos de ADN! Sin embargo, aquí viene la contradicción o paradoja, el cerebro que aún no conocemos, lo ha hecho posible. La genómica es una auténtica promesa para nuestra salud, pero necesitaremos algunos saltos cuánticos en la velocidad y la eficacia de la secuenciación del ADN.

Está claro sin embargo que, dadas todas las dimensiones del ser humano, que incluyen aspectos tanto materiales como espirituales, será necesario mucho, mucho, mucho tiempo, para llegar a conocer por completo todos los aspectos complejos encerrados en nuestro interior.

El adelanto que se producirá en las próximas décadas estará y será más visible en el aspecto biológico y la curación de enfermedades como el cáncer y otras nefastas como el Sida que asolan nuestro mundo. El conocimiento de la Psique, de nuestra propia conciencia, será mucho más lento.

Nadie puede saber cuánto guarda el interior de nuestras mentes, y, lo mismo que esa burbuja de arriba, podría esconder el más maravilloso secreto que nunca podríamos imaginar, nuestras mentes resultan ser el cofre en el que, el Universo ha depositado todas las respuestas que debemos buscar. ¿Sabremos? Hilbert nos decía que sí y así lo dejó escrito en su tumbra de Gotinga (Alemania) “Tenemos que saber, sabremos”.

Como dido dentro de nuestro ser están todas las respuestas y solo necesitamos tiempo para encontrarlas. Nuestra mente, es la energía del Universo, aún no sabemos utilizarla y pasarán, posiblemente, millones de años hasta que estemos preparados para saber lo que en realidad, es la conciencia.

Creo que, finalmente, evolucionaremos hacia seres de pura luz.

Mientras eso llega, algunos curiosos como yo, con más voluntad que conocimientos, tratan de especular con ideas y conceptos que nos puedan dar alguna iluminación sobre tan complicado problema. Nuestra mente es una maravilla de la Naturaleza, algo tan grande que, a pesar de los muchos avances y conocimientos alcanzados, no podemos explicar… Aún. Unhombre sabio decía:

“El problema de conocer el Universo es, que nosotros somos parte de él”.

¡Cuánta razón tenía!

emilio silvera

 

  1. 1
    eduardo ruiz romero
    el 20 de julio del 2011 a las 13:22

    mi querido emilio creo que el ser humano en si es un gran misterio y el cerebro en si es como el motor para un automovil

    Responder
  2. 2
    Guillermo Cano
    el 20 de julio del 2011 a las 16:42

    Hola amigo Eduardo,
    Antes que nada, quiero pedirles disculpas a Emilio y a los lectores de su blog, por lo que les narraré a continuación. Mi intención no es otra que dejar sobre el tapete la experiencia más dramática que he vivido, en aras de mostrar una cara diferente de la moneda del “estado especial” que hace referencia Eduardo.
    Previamente me gustaría dejar en claro que soy 100% ateo, pero, respetuoso de las religiones a pesar de que me he empapado un poco de algunas de ellas desde el punto de vista histórico y desde mi niñez hasta mi juventud en sentido practico en una en particular.
    Un punto de inflexión de esta historia, se da en Marzo de 1982, cuando nace mi hijo Valentín. Fué planeado y esperado como producto del inmenso amor de dos seres humanos. Su educación se enfocó desde el inicio de su existencia, en procurar desarrollar la capacidad intelectual y cognitiva lo mejor posible, aportando al máximo los conocimientos universitarios de su madre, quien estudiaba psicología. A diferencia de lo que se presenta con las persona religiosas, nuestro objetivo fue inculcar en este ser la inquietud por el humanismo y escepticismo desde un punto de vista analítico, sin hacer énfasis en nuestra posición NO religiosa. Estábamos convencidos que las palabras y los argumentos podían ayudar a sortear cualquier situación que se le presentase.
    En 1999, cuando Valen cursaba el segundo semestre de arquitectura, manifestó su deseo de estudiar medicina, argumentando que había concluido, que su meta principal era la de salvar vidas. Todos los de su entorno respaldamos la decisión de presentarse al examen de admisión en la facultad de medicina en una universidad publica, pionera en Latinoamerica en trasplantes de riñones, teniendo en cuenta que contaba con 17 años recién cumplidos.
    Recuerdo que le llamé para preguntarle, cómo le había ido en su examen y me comentó que fué el último en ingresar y el primero en salir y que de 100 preguntas respondió una al azar.
    Tres días después alrededor de las 9 de la noche, caminaba bajo las luces de la deficiente iluminación del alumbrado público, los cuatro kilómetros faltantes rumbo a su casa, con la expectativa de tomar un taxi que pasara y fuera pagado por su madre al llegar a casa, ya que producto de un paro cívico, el transporte a su residencia escaseaba y fué necesario trasladarse en un bus hasta la parte más cercana de su hogar. Tenía muy presente que debido a las dificultades económicas por la que pasábamos debía ahorrar para su trasporte diario.
    Abruptamente sus pensamientos fueron interrumpidos al doblar una esquina por una sombra que surge repentinamente, y con un revolver en la mano izquierda lo intimida colocándoselo en la garganta. Con palabras soeces lo increpa a que le entregue todas sus pertenencias, bajo la amenaza de muerte si no lo hacía. Tembloroso mi hijo le mostró que no tenia dinero al voltear todos sus bolsillos, le argumentó que lo único de valor que poseía eran las botas que calzaban sus pies y estaba dispuesto a entregárselas. El delincuente con improperios, le dice que siga su camino, y que si mira hacia atrás lo mata. Con el corazón sumamente agitado empieza a caminar introduciendo sus manos en los bolsillos delanteros de su saco, buscando algo de calor en ellas para que dejasen de temblar. Luego de una curva, con su caminar ascendente por la zona montañosa, se adentra en un paraje desolado, iluminado por la luna llena de esa noche. Ve como los arboles se mueven impulsados por el viento, reflejando sus sombras sobre el asfalto de la carretera. Pensaba que era el peor susto vivido en su vida. Trascurridos unos ciento cincuenta metros del lugar donde había sido interceptado, de nuevo sus pensamientos fueron cortados, por un ruido “metálico” que se le aproximaba. Con el rabillo del ojo izquierdo ve la figura de un metro con ochenta del sujeto de tez morena, que se aproximaba en una bicicleta. Valentín gira su cabeza para enfocarlo mejor y percibe la agresividad del sujeto al arrojar la bicicleta al suelo y enviar la mano izquierda al bolsillo de su chaqueta negra de cuero, e insultándolo dice que lo va a matar. Valen extrae sus manos de los bolsillos y coloca a la altura de sus ojos la mano derecha con sus dedos en proceso de desempuñarse. Alcanza a exclamar: ¡Ah, no hombre! Escucha una detonación que sale del bolsillo de la chaqueta del individuo e inmediatamente siente un dolor inmenso en el dedo anular derecho. Es como si alguien tomara una maza y le golpeara su dedo contra un yunque. Le queda grabada la imagen de su dedo colgando, desarticulado. La bala atraviesa la articulación entre la falange proximal y la falange intermedia del dedo, destrozándola íntegramente. Ve que el agresor saca el revolver del bolsillo y le apunta a la cabeza, desde una distancia de tres metros. Piensa: este tipo me va a matar. Gira su cabeza hacia adelante con la intensión de correr. Escucha nuevamente una detonación.
    El proyectil impacta su sien izquierda, quedando alojado en la parte osea del extremo de su ceja derecha. Su cabeza se mueve bruscamente hacia la derecha. Es el dolor más intenso experimentado en su vida. Por su mente pasa: este tipo me mató. Mientras caía lentamente se coloca sus manos sobre la cabeza y considera que debe evitar que le impacten mas proyectiles en ella. En la medida que se acerca al suelo, mueve su cuerpo de un lado al otro, al notar que el criminal se aproximaba para rematarlo. Escucha cuatro detonaciones seguidas. Sonidos ensordecedores en medio de la basta soledad. Uno de los proyectiles pasa rozando la parte exterior de la clavícula izquierda, otro impacta sobre el hombro izquierdo, atravesando tejido blando, otro más pasa a través del tejido blando del brazo derecho, y otro proyectil impacta la parte frontal de la cabeza, quedando alojado después de su trayectoria al lado del impactado anteriormente en su cráneo. Al tocar el pavimento, recuerda que, en un programa de divulgación científica pasado en televisión, mostraban cuando un cazador se hacia el muerto ante el ataque de un oso, logrando salvarse de esta forma. Optó por la misma estrategia. Espera unos cuantos minutos tirado en el piso. Al considerar prudente el tiempo de espera, se incorpora con la firme decisión de llegar a su casa. Dá unos cuantos pasos y cae nuevamente. La primera bala impactada en su cráneo ha dañado todos sus nervios ópticos. Esta completamente ciego. Intenta erguirse de nuevo y cae pesadamente por una vez más. Con firme decisión se pone de pies por última ocasión, pero termina con la cabeza clavada en una cuneta de desagüe revestida de concreto al lado de la calzada, con las manos tendidas sobre su espalda.
    Ya no tiene más fuerzas. Nota que su vida se escapa. Siente una inmensa tristeza y angustia al darse cuenta que no regresaría jamás a su casa. La mayor angustia que se puede vivir. Desea llorar pero sus lagrimas no afloran. Los conductos lagrimales están repletos de sangre. Su sangre le ahoga su garganta. Solo logra toser. El calor de la sangre que corre sobre su rostro, le produce una sensación de tranquilidad, de abrigo. Es una extraña paz. Ve un intenso resplandor blanco que se acerca. Es el último recuerdo de esta experiencia.
    Las luces de un taxi, iluminan su cuerpo después de una curva. El conductor se detiene, y efectuá una llamada a la policía. Al cabo de un tiempo, una patrulla acude para dar inicio al proceso del levantamiento del cadáver. Un patrullero se acerca para buscar una identificación, y nota que aún se encuentra con vida. Es recogido y llevado a un hospital. Luego de realizarle un TAC se concluye que presenta un derrame cerebral. También presenta una fístula cefalorraquiedea. Entra en estado de coma. Su pronostico es reservado. Los médicos aseguran que de vivir quedaría para siempre ciego.
    Al día siguiente, su hermana de diez años, aguarda en la sala de espera la posibilidad de ver a uno de los seres que tanto quiere. No olvido que al llegar a la habitación donde estaba, le habla con una ternura conmovedora acariciando el rostro deformado por la inflamación. Cuando la acompaño a la sala de espera, luego de sentarnos en unas sillas, se recuesta sobre mi hombro y estalla en llanto. No puedo más y lloro intensamente con ella mientras la abrazo. La pongo al tanto de todo lo que los galenos han dicho de su hermano. Me sorprende sobremanera su respuesta: Pa, si Valentín queda ciego, no importa, pero si queda con alguna tara mental, es mejor que se muera, por que deja de ser Valen.
    Es la mayor lección de madurez que me dan. Luego de cinco días de tratamiento, escucho una leve exclamación de él. Le hablo mientras lo acaricio, le pido que luche por su vida. Me responde que lo hará. Comienza una sorprendente recuperación, en opinión de los especialistas. Unos días después me dirijo a la universidad, para indagar por los resultados de su examen de admisión. Ocupó el puesto 38 entre 3850 candidatos que se presentaron; pasaban 115. Durante su proceso de recuperación, y con un estado de ánimo admirable, le pusimos al tanto del diagnostico de los oftalmólogos de que quedaría completamente ciego. Su respuesta fue simple, luego de pensar un poco, nos dijo: Sí, al caer de una bicicleta, al recibir un balonazo en la cabeza quedo ciego, en verdad sería muy duro. Pero quedar ciego, luego de dispararme en cinco ocasiones a la cabeza, es una inmensa alegría. Otra enseñanza más para mi.
    Conversando posteriormente sobre “el estado especial” me pide que busquemos una explicación científica a esto, que indaguemos por que se da, ya que siempre ha mantenido su posición atea en todo momento. En un principio creía que era el misticismo el que conllevaba a una experiencia de este tipo. Le recordé que tanto su madre como yo le habíamos hablado en varias ocasiones de que cuando él era bebé, vi muy claramente a una persona mayor ingresando a nuestra casa, al que consideré un ladrón, y salí a atacar, desapareciendo en una fracción de tiempo, mientras buscaba algo con que defenderme. Le expliqué en esta oportunidad que durante varias noches, nuestro sueño no había sido muy reparador debido a que él lloraba muy intensamente, sumado a que estaba desempleado, y debíamos estudiar para exámenes finales de semestre en la universidad. Todas nuestra imágenes son producto de nuestro cerebro. Posteriormente logré averiguar que una clínica de Europa, realizó una investigación de las personas que aseguraban ver sus cuerpos en el quirófano, con muchos detalles, desde una posición superior. Se instaló una pantalla en un lugar donde a los pacientes que ingresaran les fuera desde sus posiciones imposible notarla. Por la pantalla pasaban números aleatorios, cada determinado periodo de tiempo. En más de diez años, absolutamente ningún paciente a hecho mención de este detalle, a pesar de que, ocasionalmente, algunos viven las experiencias antes mencionadas llegando a la conclusión, que posiblemente la evolución, nos propicia, este tipo de estados para hacernos menos dolorosa nuestra muerte.
    Con la lectura del libro del Doctor Llinás (que tan insistentemente he recomendado en este blog) se puede ver con una mayor claridad y con un fundamento científico, las posibles respuestas a dicho estado.
    Algunos personas de fé, han argumentado que lo anterior ha sido un castigo divino, por mi férrea posición atea. La respuesta que les doy es que, por el contrario, el aprendizaje ha sido gigantesco, he comprendido que los niños y los jóvenes, también tienen mucho que enseñarnos. La recompensa como padre ha sido mucha. Valentín, se dedicó, a estudiar guitarra, con énfasis en la guitarra eléctrica, es un buen guitarrista en la actualidad. Alejandra la persona que mostró tal madurez a sus diez años, se graduá en el próximo mes de Diciembre en una universidad en Seúl, Korea, luego de otorgársele una beca por méritos en sus calificaciones. Felipe de 14 años, es el mejor estudiante de su curso y sueña con ser astrofísico y Leonardo, quien tiene 11 años, ha sido becado para su segundo semestre en la facultad de música en una universidad de la ciudad donde vivimos. Quien sienta curiosidad puede ver el preparativo de su examen final en :
    http://www.youtube.com/watch?v=DVzsdLKsh0k&feature=related

    Para finalizar, a aquellas personas que les incomode esta nota, les pido que la miren como un ejemplo de vida y de lucha ante la adversidad.
     
    Un abrazo para ti Emilio y todas las personas que pasan por tu blog.

    Responder
    • 2.1
      emilio silvera
      el 20 de julio del 2011 a las 18:13

      Estimado amigo:
      He leido con atención todo tu relato y me dejas muy triste. No sabes cuanto siento todo lo ocurrido y pienso en lo mucho que todo aquello os hizo sufrir. Hay cosas por las que unos padres no tendrían que pasar nunca pero, la vida es dura, muy dura, no se nos da para gozarla, la tenemos que pagar y, a veces, a un alto precio.
      El contrapunto, lo habeis encontrado en que Valen nunca estará ausente de vosotros, de vuestras mentes, y, en cuanto a los otros chicos, la alegría que os han podido transmitir compensan en parte tanto dolor.
      Me he tenido que sonreir con Leonardo, me recordó a mi hija María cuando se examinó en el Conservatorio de Música para Piano. ¡Qué tiempos!
      Parece mentira que nosotros, todos los padres, vivamos tan intensamente cualquier suceso, por simple que este pueda ser, de nuestros hijos.
      No sabes como siento todo lo que aquí cuentas del suceso a tu hijo Valentin.
      Por lo demás, os felicito porque, aparte de todo, habeis conseguido construir algo muy valioso transmitiendo a vuestros hijos esa responsabilidad de querer ser persona, de no conformarse, de luchar y estar dispuestos a pagar el precio para conseguir los objetivos propuestos.
      Delicidades por todo eso. En cuanto a la parte menos agradable, pienso como Valentin, a pesar de todo, hay que dar las gracias, ya que, conseguir salir de un trance tan grave…es para felicitarse.
      Un abrazo amigo.

      Responder
    • 2.2
      nelson
      el 20 de julio del 2011 a las 19:29

      Un fuerte abrazo, Guillermo, y gracias de corazón.

      Responder
  3. 3
    nelson
    el 20 de julio del 2011 a las 22:47

    Hoy es el día del Amigo, al menos en Uruguay, así que (más vale tarde que nunca) un fuerte abrazo a tod@s l@s amig@s de esta página.
    Felicidades!!!

    Responder
  4. 4
    nelson
    el 20 de julio del 2011 a las 23:15

    Disculpen muchach@s, pero ¿cómo se vuelve a los comentarios que ya no entran en los 10 “últimos comentarios”?
    Sobre todo si la entrada no es reciente y tampoco entra en los 10 de “Escrito recientemente”.
    Por ejemplo, ayer escribió “Multiversos” un comentario que me pareció interesante, y me gustaría ver las respuestas; yo escribí una reflexión genérica, pero no era una respuesta. Ahora no l@s encuentro.
    Desde ya, muchas gracias.

    Responder
  5. 5
    kike
    el 21 de julio del 2011 a las 0:41

    He estado escribiendo un comentario dirigido a Guillermo Cano, que, por su interés (El de Guillermo), ha sido bastante largo,tanto que me ha costado más de media hora, y al mandarlo veo que no aparece; la verdad es que a estas horas ya no tengo ganas de repetirlo (porque además no saldría igual); no se que ha podido pasar (Serán los malditos duendes de internet).

     No obstante, mi solidaridad y apoyo a Guillermo y a toda su familia, en especial a Valentín.

    Responder
  6. 6
    emilio silvera
    el 21 de julio del 2011 a las 6:44

    Amigos, no se lo que pueda pasar con los comentarios que mandais y decís que no aparecen, alguna razón habrá para ello que no alcanzo a comprender, también a mí me ha pasado. Sin ir más lejos ayer mismo pasé más de 2 horas elaborando una de las entradas: Curvatura del Espacio-Tiempo y buscando Imágenes que la acompañaran, la envié y no salió la puñetera después de lo bien que me había salido.
    Estoy casi seguro de que algo hice mal, sin embargo, en lo de ustedes es más raro, ya que, estais más duchos en estas lides del ordenador para el que soy una negación.
    Le preguntaré a Shalafi a ver que dice de todo esto.
    Por lo demás y aunque sea con retraso, le envío un gran abrazo a todos los amigos de Uruguay, y, de paso, a todos los demás que tienen la deferencia de visitarnos.
    Un abrazo a todos, en especial (en esta ocasión) para Valen, que demostró una gran templanza y valor en momentos muy delicados de su vida.
    Suerte amigo.

    Responder
  7. 7
    leon garzon ruiperez
    el 22 de julio del 2011 a las 0:25

    Un saludo para todos y una rápida presentación, después tendremos tiempo de hablar del mundo. Soy un enamorado  del gran juguete al que he llamado mundo y me vais a permitir incluya a modo de introito un trabajo que publique en ASUS
    Unamuno ayer y hoy
    Por León Garzón Ruipérez
    Profesor Emérito Honorífico y Físico Europeo
     
    Aunque Unamuno declaró su posición como hombre de letras con aquellas famosas palabras, que inventen ellos, en este artículo me propongo de-mostrar que, paradójicamente, el polifacético D Miguel se adelantó, algo más de un siglo, a la corriente actual del pensamiento que, como es conoci-do, preconiza la desaparición de las fronteras entre los diferentes saberes a favor de un solo saber, llamado conocimiento, concepto ya utilizado por Beltrand Russel cuando considera que civilización es conocimiento y pre-visión. No se trata de haber suprimido de golpe las ideas de Snow (Las Dos Culturas) con un cambio radical y gratuito, sino que es una consecuencia de la estructura del Uuniverso y en particular de la parte del mismo que más nos concierne.
    El pensamiento, o, como se suele indebidamente decir, la filosofía subya-cente al nuevo estilo, sería la de Ortega, si bien las circunstancias de las que nos habla el pensador deben aplicarse a every thing, que es la defini-ción del Universo de Narlikar, un astrofísico de la escuela de Hoyle. Al es-tar constituidos por átomos (y moléculas), cualquier cuerpo se puede redu-cir a su estructura y a su función. La Biología, la Física y las Matemáticas serían los pilares del  conocimiento.
     
    En algunos escritos de D. Miguel se advierte su interés por  la Astronomía, pues conoce estrellas y constelaciones y se sabe que disponía de un teles-copio. El único escrito sobre las cuestiones mencionadas es el poema AL-DEBARAN, al que seguidamente dedicamos unas líneas.
     
    Este poema no consiste en una serie de metáforas, como suele ser el caso de otros más conocidos  por los astrónomos, sino una cosmología, donde el lector se ve sumergido en el espíritu trágico que transciende del mismo. Como ejemplo ilustrativo de otros poemas, citaremos el de W. Blake “Au-gurios  de inocencia”, una de cuyas estrofas más celebradas es: “Ver el uni-verso en un grano de arena/y el firmamento en una flor silvestre/coge el infinito en la palma de la mano/y la eternidad en una hora”.
     
    Con objeto de describir adecuada y coherentemente el alcance y significado del poema “unamuniano” es obligado referirse a los objetos astronómicos que son sus protagonistas. Todos ellos están relacionados con una de las más bellas constelaciones del firmamento: la de ORION (el gigante), cuyo cinturón está jalonado por  las TRES MARIAS. Trazando una recta a su través, a la izquierda aparece la estrella más brillante del firmamento, SI-RIO, y del otro lado ALDEBARAN,  no muy lejos del cual, hacia arriba aparece un cúmulo abierto: LAS PLEYADES. A ojo, se distinguen 7 estre-llas, y con unos prismáticos de campo, muchas más (se llaman las 7 herma-nas,o las siete cabrillas).
     
    D Miguel estaba al corriente de la astronomía de su tiempo, y, como filó-sofo sentía una gran veneración por la Cosmología.
    En su época, la Astronomía se reducía a lo que llamamos el sistema solar, con el Sol como  centro del Universo y,  un cortejo de planetas girando a su alrededor, ignorando que este sistema formaba parte de una unidad mucho mayor, (nuestra galaxia, la Vía láctea). El concepto de galaxia y el hecho de la expansión del espacio no habían sido aún introducidos.
     
    Déjenme que les cuente unas consideraciones del autor de estas líneas, que surgieron en un viaje desde Oviedo a Barcelona, hace unos 20 años. Al consultar en el tren un plano de la ciudad para localizar el lugar de la reu-nión, me llamó la atención que la llamada Avd. del Paralelo, lo era en efecto, pues existía su perpendicular,  la Avd. Meridiana.
    Esto me traía a  la memoria la figura de D.Carlos Nogareda Domenech, de gratísimo recuerdo, que me había hablado del carácter aritmético de la sar-dana y cosas parecidas, sin olvidar a Ramon Llull, el Dr Iluminado. Ma-llorquín de nacimiento, su perfil curiosamente es muy parecido al de D. Miguel, ¡aunque entre ambos medien 20 siglos!
    Con estas ideas pensé que la  Avd. Diagonal debería serlo geométrica-mente con respecto a los ejes anteriormente citados, y me encontré que la verdadera diagonal correspondía a la Avd. de las Corts catalanes, tras de lo cual pensé escribir al entonces alcalde de Barcelona, Sr Pascual Mara-gall, proponiéndole el cambio de nombres, con objeto de mantener la cohe-rencia local geométrica. Por aquel entonces, yo era concejal  independiente del Ayuntamiento de Oviedo y propuse, con el debido respeto al camino de Santiago, que la Avenida de Galicia ovetense se llamase Avenida de la Vía láctea ya que en efecto, la vía láctea, es la imagen que vista desde la Tierra,  proporciona la numerosa colectividad de estrellas contenidas en el disco (abultado en su centro) de nuestra galaxia. Se trataba de situarse por encima de los catalanes, al pasar de la Geodesia, en la que éstos habían demostrado ser maestros, a la Geodesia del espacio. Naturalmente mis ideas no progresaron debido a que mi grupo estaba en la oposición. Corres-ponde a Cerdá y a Comas Solá respectivamente el mérito de haber sido las personas que dieron a Cataluña una magnífica posición intelectual y tec-nológica dentro de los países más avanzados de la Tierra.
    Hoy en día se acepta que  existen unos 50000 millones de galaxias, cada una de las cuales es un conjunto dinámico de estrellas desparramadas casi uniformemente, cuya cantidad es parecida a la de neuronas que forman el cerebro del ser humano, unos 10000 millones.
    Considerando todo el conjunto de galaxias el número de estrellas es una cantidad igual a la unidad seguida de unos 20 ceros. Pero no se asusten, pues en una porción de cualquier sustancia existe un número de átomos o de moléculas algo mayor, ocurriendo que la contemplación del firmamento es sobrecogedora y la de la materia ordinaria nos es mucho más familiar. La literatura científica al uso suele mencionar que Blas Pascal se sentía so-brecogido ante la visión del cielo estrellado, visión que desde la meseta castellana, en la soledad del campo abierto y lejos de focos de luz, era todo un espectáculo, cada vez más difícil de  contemplar.
     
    Pero ocurre, según mi opinión, que la real existencia de las galaxias plantea un problema epistemológico, debido a que no nos son asequibles. Entre dos estrellas de una galaxia la distancia media es de unos pocos años-luz, mientras que entre dos galaxias próximas, en el seno del espacio, es millo-nes de veces superior. Desde la Tierra, Alfacentauri dista unos 2 años luz y Andrómeda, que dejando a un lado las Nubes de Magallanes, es la galaxia más próxima, dista un millón de veces más. Dicho de otra manera, la Tierra puede ser influida por acontecimientos que ocurran en una estrella próxima, como sucedió de hecho con la extinción de los dinosaurios, hace 65 millo-nes de años, y cuyos acontecimientos fueron descubiertos por los Álvarez (científicos de Salas, Asturias). Betelgeuse, por otra parte, es una supergi-gante roja cuya distancia a la Tierra es de unos cuantos centenares de años-luz, de tal manera que si explotara, su influencia sería despreciable. Traigo aquí a colación este tema porque hace pocos días hubo una cuasi histeria colectiva en cierta clase de personas acerca de la posible explosión de la gigante roja Betelgeuse.
     
    Por consiguiente, lo que ocurra en una galaxia distinta de la nuestra, no nos afectará en absoluto. Y, al menos a efectos prácticos, es como si no existie-ran.
     
    Las estrellas difieren en su color, el SOL es amarillo, SIRIO es blanco, las PLEYADES azules y ALDEBARAN es rubí.
     
    Nuestro filosofo y poeta dice: Rubí encendido en la divina frente y se pre-gunta ¿cuántos días de Dios viste a la Tierra…rodar y…¿viste brotar al sol recién nacido?
    ¿le viste acaso, cual diamante en fuego,/soltarse del anillo/que fue este nuestro coro de planetas/que hoy rondan en su torno,/como a la vista de su madre juegan,/pendientes de sus ojos ,/confiados los hijos?
     
    Permítanme que indique que los versos anteriores son el reflejo de las teo-rías más consensuadas de la época, adecuadamente adornadas con la idea del diamante de fuego (carbono puro, blanco brillante en ausencia de oxi-geno, reminiscencia del alquimista Arnaldo deVilanova).
     
    Otra de las preguntas que Unamuno pone en boca de Alderaban es: ¿qué es lo que hay del otro lado del espacio?/Allende el infinito,/di, Aldebaran, ¿qué resta? ¿Dónde acaban los mundos?/Todos van en silencio, solita-rios,/sin una vez juntarse;/todos se miran a través del cielo/y siguen, si-guen.
     
    Continuar parafraseando el poema sería largo y enojoso, por lo que voy a resumir las características más importantes del mismo.
     
    Unamuno insiste en el misterio de la luz emitida por las estrellas, que para el caso del naciente Sol compara acertadamente con un diamante encendi-do, que evoca el régulo de los alquimistas. Cuando en la reducción de los óxidos o silicatos, por el carbono, una vez separada la escoria, se produce el resplandor propio de las superficies metálicas, plagadas de electrones.
    Admite la existencia de un ciclo estelar y se pregunta dónde irán a parar los restos cuando mueran y dado que la luz de las estrellas es muy duradera, el hombre cavernario al cerrar sus ojos pudo que viera todavía a Aldebaran.
     
    Se atormentaba al comprobar que no había hermandad entre los objetos celestes, siendo esta cuestión extraña, pues implica que no conocía ni a los astrónomos observacionales tales como Tycho Brahe, Copérnico, Kepler ni a los teóricos como Newton; pues la hermandad entre los grandes objetos es la atracción universal entre ellos. O bien se puede pensar que conocía a todos, desde Ptolomeo hasta Einstein, pero pertenecían a los que in-ventaban? Y con su poema les demostraba que podía ir más allá que ellos en la búsqueda de la comprensión del misterioso Cosmos?
     
    Los antecedentes observacionales que respondían a la pregunta de D. Mi-guel acerca de la hermandad vinieron de la mano de dos astrónomos, que demostraron que entre las características más genuinas de las estrellas existían ciertas relaciones. Me refiero al diagrama de Herzsprung-Russell, en el que se relacionan la temperatura (color) con la luminosidad con res-pecto a la del Sol.
     
    D. Miguel abandona su querida Salamanca en una época turbulenta para la civilización en la que ellos seguían trabajando y encontrando quizás, por fin, el verdadero lazo de hermandad: la estructura atómica de la materia y su comportamiento en los distintos ambientes del Universo.
     
    Mi posición es que el Universo se reduce a nuestra galaxia y quizás tam-bién, a las Nubes de Magallanes y Andrómeda. Todo lo demás puede que sea debido a efectos aún desconocidos. Salamanca, febrero 2011. León Garzón Ruipérez
    Gracias y hasta pronto

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  8. 8
    emilio silvera
    el 22 de julio del 2011 a las 5:06

    Señor Garzón Ruipérez:
    He leído atentamente su escrito que contiene algunos pasajes entretenidos pero, lo que más me ha llamado la atención ha sido su último párrafo, donde afirma: “Mi posición es que el Universo se reduce a nuestra galaxia…Todo lo demás puede que sea debido a efectos aún desconocidos.”
    Como usted mismo se titula Físico Europeo, doy por descontado que sabe de qué habla. Sin embargo, para mí, persona ignorante y deseosa de saber, sería deseable que pudiera ampliar la información sobre tal afirmación, ya que, a estas alturas, la Astronomía está muy adelantada y sabemos de del espacio interestelar y sus contenidos de manera muy precisa, con lo cual (el Hubble es el mejor testigo), se conoce sobre cúmulos de galaxias y otros muchos objetos que pueblan un Universo de cuyo ritmo, todos conocemos por la dinámica actividad en las estrellas lejanas, la existencia de muchos mundos, y, desde luego, de objetos tan extraños como los AN y las estrellas de Neutrones que, por otra parte, son el resultado final de la existencia de estrellas masivas.
    Se ha quedado algo corto al enumerar las galaxias que se vreen existen en el Universo, parece que son bastantes más numerosas. De la misma manera, parece que lo son las neuronas del cerebro.
    Por lo demás, está bien que cada cual exprese lo que en ese momento siente, en un momento dado, y, su escrito, que como le digo, contiene pasajes curiosos, ha sido puesto aquí para satisfacer un deseo de comunicarse a través de él con todos nosotros. Al menos yo, le agradezco su aportación, siempre aprendemos alguna cosa.
    Un saludo cordial.

    Responder
  9. 9
    leon garzon ruiperez
    el 24 de julio del 2011 a las 13:59

    Buenos días Sr Silvera: Gracias por su atenta lectura de mi presentación. La exponer de sus pensamientos no me ha gustado, pues pone en tela de juicio que yo sea profesor emérito y físico europeo, ambas cosas se las puedo acreditar con sus certificados. Sr Silvera, las formas hay que mantenerlas. Respecto al número de galaxias, da lo mismo 50000 que 100000, lo importante es el orden de magnitud.Dicho ésto, me voy a referir muy brevemente a lo  más importante para personas que como Vd parecen motivadas por las cuestiones mas esenciales del mundo.
    En primer lugar me permito hablarle del ensayo “Cómo le salieron las manchas al universo” y recomendarle su atenta lectura. Su autora, bien conocida en los círculos de cosmólogos etc , es profesora de Matemáticas y Física Teórica de la Universidad de Cambridge (UK).
    Le ampliaré un poco mi posición al respecto. El Universo se reduciría al grupo local, que como Vd bien conoce, está constituido por unas 20 galaxias, siendo Andrómeda, la que lleva la batuta. El resto del Universo puede que sea una ilusión. Entienda que se trata de una hipótesis, que obviamente hay que justificar.
    Mi penamiento es que el comportamiento de todo cuanto existe debe mantener una coherencia, los cambios obedeciendo a unos principios de eficiencia. Los humanos han encontrado las herramientas para tratar de entender su mundo. Darwin y la mecánica cuántica serían nuestras principales herramientas. Es muy importante analizar las pautas de comportamiento, sinplemente como dirían Liñan y Church looking around. Un saludo afectuoso Leon Garzon

    Responder
    • 9.1
      kike
      el 25 de julio del 2011 a las 13:50

      Una de las buenas definiciones del conocimiento puede ser que “amplía la consciencia humana”, ya que gracias a nuevas maneras de comprender las cosas, nuestra mente, nuestro raciocinio, en definitiva, nuestra consciencia, alcanza más profundamente y más lejos los diferentes misterios que nos rodean.

       Pues resulta que gracias a los modernos telescopios terrestres y espaciales que poseemos, el conocimiento del espacio ha dado un gran salto en poco tiempo; ese salto en el conocimiento nos debe servir igualmente para que nuestra mente amplíe sus percepciones; y de hecho así lo hace, ya que es ordinariamente reconocido en el mundo científico la existencia de cientos de miles de galaxias repartidas por todo el universo observable; y eso gracias a que con esa moderna tecnología hemos podido ver mucho más lejos.

        Por lo tanto, a mi modesto juicio, deberíamos dejar atrás unas percepciones del cosmos que hasta hace poco podrían ser válidas, pero que han quedado obsoletas tras las contínuas muestras de la existencia de materia mucho más lejos de lo que nos podíamos imaginar.

       Lo contrario es tan respetable como toda teoría, pero no puede estar libre de crítica; si tal como dice es licenciado en física (cosa que nadie duda), comprenderá que toda teoría puede y debe estar sujeta a revisiones y críticas, lo que de ninguna manera se debe catalogar negativamente, ya que esas revisiones son la base y la garantía de la seriedad de la ciencia.

       No obstante, pienso que esa percepción suya del cosmos es más filosófica que real, pues efectivamente no nos sirve de mucho en la actualidad que el universo mida 13.700 millones de años luz, ya que hoy por hoy esa distancia es como si no existiera por la imposibilidad de conocerla físicamente; con nuestros conocimientos actuales nos bastaría y nos sobraría con que únicamente existiera la Vía Láctea (Nunca mejor puesto un sobrenombre como el de Universo/isla), ya que muy posiblemente tardaremos miles de años en poder visitarla, y todo lo demás se encuentra muy lejos de nuestro alcance, pese a que con ciertos aparatos nos hagamos “ilusiones” de estar cerca.

       –Pero de haberlas, hailas……;D

       Saludos cordiales.

      Responder
      • 9.1.1
        emilio silvera
        el 26 de julio del 2011 a las 6:52

        Amigo Kike, hilas fino, y, efectivamente el horizonte del buen físico debe estar en la búsqueda de los fallos de sus teorías, descubrirlo para mejorarla. Ese es, el único camino para seguir avanzando.
        En cuanto a lo que contestas al Sr. Garzón Ruipérez, creo que es así, él debe ser pragmático y pensará que, “nuestro universo” está en la Galaxia Vía Láctae que, como bien explicas, es un punto de vista no falto de alguna razón dadas las distancias a las que se hallan los demás componentes, ni en muchas generaciones seremos capaces de viajar por nuestra propia Galaxia, así que las demás, aún sabiendo que están ahí…
        Claro que, nuestros modernos artilugios tecnológicos nos permiten ver y estudiar los objetos del Cosmos que, aunque muy distantes, no pueden escapar al “ojo telescópico” que, para cazarlos, han inventado los hombres. Al menos, de esa manera, podemos visitar ese Universo tan lejano y fuera de nuestro alcance material.
        Me quedo con la postura de entender un Universo de 13.700 millones de años-luz que, por otra parte, es nuestro Universo real, y, sabemos de él, lo observamos y estudiamos los fenómenos que por ahí lejos ocurren y, de todo ello, también aprendemos, con lo cual, no es ninguna ilusión sino que, su realidad, nos lleva a una realidad distinta de aquella que en el pasado tenían nuestros ancestros del Universo, ya que, como muy bien apuntas, el saber es lo que nos trae la consciencia y, a más saber más cerca estaremos de ese universo “infinito” que tanto nos fascina y que está lleno de misterios que debemos desvelar.
        Un abrazo amigo mío

        Responder
  10. 10
    emilio silvera
    el 25 de julio del 2011 a las 5:41

    Señor León, le ruego que disculpe si le he podido molestar pero, le asegurio que no era esa mi intención, nada más lejos de mi ánimo. Simplemente se trataba de puntuializar algunas cuestiones y, en cuanto a sus títulos, en ningún momento he dudado de ellos, simplemente ers que, me llamó la atención su mención.
    De nuevo tengo que puntualizar en dos cosas:
    1. El Grupo Local de Galaxias es de más de 31 (alguna anda por ahí desperdigada), uno de estos días dejé una relación de todas ellas, en el trabajo ¡Galaxias!
    2. De ninguna manera podemos aceptar que el resto del Universo, por muy lejos que se encuentre, sea una ilusión, toda vez que es bien sabido de los cúmulos de galaxias lejanas que el Hubble nos ha podido enseñar.
    Cuando hace esos comentarios creo que los debe realizar en un contexto que no llego a comprender, ya que, circunscribir el Universo a nuestro Grupo Local de Galaxias me parece muy provinciano o localista (sin ganas de molestar, por favor).
    Muchos son los objetos y regiones que, situados a miles de millones de años luz de nosotros, han sido captados por nuestros ingenios y, desde luego, no podemos llamar a eso ilusión, es una realidad muy cierta.
    Del trabajo al que se refiere, creo que es de: Janna Levin es profesora en el Departamento de Matemáticas Aplicadas y Física Teórica de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). Nació en 1968 en los Estados Unidos y ha vivido en Chicago y Nueva York. Se licenció en Física y Astronomía en la Universidad de Columbia, se doctoró en el MIT (Massachusetts Institute of Technology) y trabajó sucesivamente en el Instituto Canadiense de Astrofísica Teórica y en el Centro de Astrofísica de Partículas de la Universidad de California, Berkeley, antes de trasladarse a Inglaterra.

    «Somos la progenie del cosmos, y nuestra capacidad para entenderlo es un legado». Partiendo de ahí, Janna Levin ha escrito Cómo le salieron las manchas al universo en forma de cartas a Sandy Levin («mi madre, mi amiga»), en las que ofrece un nítido y muy asequible mapa del cosmos, concebido como un todo finito, frente al universo infinito que describen otras hipótesis más convencionales. Pero estas cartas nos muestran también la intimidad de la autora, y se convierten así en el diario conmovedor de una joven científica obligada por su carrera a cambiar constantemente de universidad y a poner en riesgo su estabilidad emocional.
    «Voy a empezar respondiendo a una pregunta que me hiciste en una ocasión y que no llegué a contestar: ¿Qué es un universo? […] Cuando me hiciste aquella pregunta, creía que conocía la respuesta: el universo lo es todo. Sólo ahora comienzo a darme cuenta del significado de la respuesta […]. Todos estamos intrínsecamente hechos de la misma sustancia. El tejido del universo no es más que una tela coherente, tejida con los mismos hilos con los que están hechos nuestros cuerpos, lo que hace aún más absurdo pensar que el universo el espacio y el tiempo pueda ser infinito, siendo nosotros finitos […]. Podría decirse que esto es una historia de la topología del universo […]. Intentaré explicarte mis motivos para pensar que el universo es finito, aunque no sean bien acogidos en algunos círculos científicos, y por qué algunos estamos reñidos con el resto de nuestros colegas».
    La reseña parece interesante y buscaré y leeré el trabjo.
    Gracias amigo.

    Responder
  11. 11
    eduardo ruiz romero
    el 25 de julio del 2011 a las 12:17

    amigo guillermo ty relato me ha dejado sin palabras y la superacion de tu hijo sobrenatural os deseo lo mejor para los dos y el resto de la famila un saludo y otro para ti emilio y para el resto de hermanos lobos .

    Responder

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