domingo, 24 de noviembre del 2024 Fecha
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¿Hacia dónde vamos?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en I. A.    ~    Comentarios Comments (0)

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Roger Penrose, profesor de la Universidad de Oxford y autor de obras como La nueva mente del emperador o El camino de la realidad se enfrenta en Las sombras de la mente la ambiciosa tarea de llegar a una comprensión científica de la mente humana, que, en su opinión, no puede reducirse a los esquemas simplistas de quienes sostienen que la mentalidad consciente procede como un ordenador y puede explicarse en términos de modelos computacionales. Comienza por ello demostrando que la «com pre nsión» es al go que va mucho más allá de la mera computación, y trata de averiguar de qué modo la consciencia aparece «a partir de la materia, el espacio y el tiempo». Penrose sostiene que mientras las señales neuronales pueden comportarse como sucesos explicables en términos de la física clásica, las conexiones las neuronas están controladas a un nivel más profundo, donde debe existir una actividad en la frontera cuántico/clásico. El nivel neuronal que nos describen las representaciones habituales del cerebro es una mera sombra de una actividad más profunda donde debe buscarse la base física de la mente: el campo mecano-cuántico que los humanos experimentamos como consciencia y libre albedrío. Su propuesta, tan atrevida, le obliga a profundizar en aspectos complejos e innovadores de la ciencia, pero deja abierto un camino para que, a tra vés de u na selecci ón de las partes más accesibles del libro, cualquier lector pueda seguir con facilidad el argumento que expone. Como ha dicho Christopher Lehmann-Haupt, Penrose nos revela en este libro mundos insospechados, difíciles de ver, pero que, conducidos por él, «resulta emocionante imaginar».

Cuando se lee un buen libro, se saborean sus pasajes más interesantes y, al final, sientes un poco de pena porque aquello se termine tan pronto. Sientes que quieres más, te quedas algo insatisfecho de no haber podido llegar más lejos, de profundicar más en aquello que tánto llamó tu atención y despertó tu curiosidad. Saber sobre aquello que te preocupa es tan vital para la mente que, cuando no desarrollar ciertos pensamientos por falta de conocimientos, te sientes frustrado y, de alguna manera, sufres por no saber.

Habiendo finalizado la lectura de Las sombras de la mente, de Roger Penrose, en la que nos habla de la posibilidad de comprender de científica lo que la conciencia es y, extrapola dicha conciencia, hasta ese otro mundo de la I.A., en el que, si nada lo remedia, estamos inmersos hasta tal punto que, en el futuro más o menos lejano, será lo que predomine tanto aquí en la la Tierra, como en los mundos y lunas que nos acompañan en el Sistema solar, e, incluso, mucho más allá. Ellos serán, los Robots, los que surquen los cielos y el espacio interestelar en busca de las estrellas.

La computación y el Pensamiento consciente

En los últimos tiempos, mucho es lo que se habla de la I.A., y, algunos, nos preguntamos: ¿Será posible que en un futuro más o menos lejano, eso que llamamos Inteligencia Artificial, nos pueda superar?

Hay corrientes en ese sentido que nos llevan a pensar y, ¿por qué no? A preocuparnos profundamente. Si hacemos caso de esas afirmaciones (quizá algo extremas pero, con visos de verdad) de los que defienden a capa y espada el futuro de la I.A., diciendo que, con el tiempo, los ordenadores y los robots superarán a los humanos en inteligencia al llegar a tener todas y cada una de las capacidades humanas y otras que, los humanos nunca podrán tener. Entonces, estos ingenios serían capaces de hacer muchísimo más que ayudar simplemente a nuestras tareas inteligentes.

De hecho, tendrían sus propias y enormes inteligencias. Podríamos entonces dirigirnos a estas inteligencias superiores en busca de consejo y autoridad en todas las cuestiones complejas y de interés que, por nosotros mismos, no pudiéramos solucionar; ¡y finalmente podrían resolver los problemas del mundo que fueron generados por la Humanidad!

Pesa 150 kilogramos, tiene aspecto humanoide y se llama Robonaut-2 (R-2 los amigos). Este androide será lanzando al espacio y pronto será el compañero de los tripulantes de la Estación Espacial Internacional. Por algo se comienza y, nunca se sabe como todo terminará.

Pero, si todo eso fuera así (que podría llegar a serlo), podríamos extraer otras consecuencias lógicas de estos desarrollos potenciales de la I.A. que muy bien podría generar una cierta alarma muy justificada ante una situación tan atípica, en la que, unos “organismos” artificiales creados por nosotros mismos, nos superen y puedan llegar más lejos de lo que nosotros, podríamos ser capaces de llegar nunca. ¿No harían estos ordenadores y Robots, a la larga, que los Humanos fueran superfluos ellos?

Si los Robots guiados por ordenadores insertados en sus cerebros positrónicos o espintrónicos, o, guiados por un enorme y potente Ordenador Central, resultaran ser muy superiores a nosotros en todos los aspectos, entonces, ¿no descubrirían que pueden dirigir el mundo sin necesidad alguna de nosotros? La propia Humanidad se habría quedado obsoleta. Quizá, si tenemos suerte, ellos podrían conservarnos como animales de compañía (como alguien dijo en cierta ocasión); o, si somos inteligentes, podríamos ser capaces de transferir las “estructuras de información” que somos “nosotros mismos” a una de robot (como han pensado algunos otros), o quizá no tengamos esa suerte y no lleguemos a ser tan inteligentes…

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Imagen que podría ser cotidiana en el futuro. En el presente el espacio y otros mundos y lunas están ya poblados por robots que hacen diversas funciones científísicas que, de momento los humanos no podemos realizar. Sin embargo, se espera que en ese campo, se avance mucho más y se puedan instalar colonias de robots inteligentes en esos mundos para que sean los que prepararen nuestra llegada posterior

Colonizar el espacio con robots es un antiguo argumento de obras de ciencia-ficción, algo que podrían hacer realidad en Japón en no demasiado tiempo. La imagen de arriba, a no tardar mucho, podría ser una realidad. De momento hemos enviado sondas y naves espaciales de todo y rovers-laboratorios andarines pero, en el futuro cercano, la cosa irá en aumento de cantidad y calidad.

Por otra , quiero pensar que, lo que hace y es capaz de realizar nuestro cerebro creador de pensamientos, nunca será del dominio de la I.A. que, nunca podrán describir o realizar funciones que de manera natural realizan nuestras mentes. ¿Llegarán a tener mentes de verdad los Robots del futuro? ¿Será posible que lleguen a tener sentimientos, a sentir miedo, a poder llorar? ¿Tiene algún sentido que hablemos de semejantes cosas en términos científicos? También podríamos pensar que, la Ciencia, no está capacitada para abordar ciertas cuestiones relacionadas con la complejidad de la Conciencia Humana.

Claro que, por otra parte, no podemos dejar de pensar en el hecho cierto de que, la propia materia parece tener una existencia meramente transitoria puesto que puede transformarse de una en otra, de una cosa en otra, e, incluso, puede llegar esa transformación ser tan compleja como para cambiar desde la materia “inerte” hasta el ser consciente.

                                Escena futura cotidiana

Incluso la masa de un cuerpo material, que proporciona una medida física precisa de la cantidad de materia que contiene el cuerpo, transformarse en circunstancias apropiadas en pura energía (E = mc2) de modo que, incluso la sustancia material parece ser capaz de transformarse en algo con una actualidad meramente matemática y teórica. Dejemos en este caso, la cuántica y otras teorías a un lado centrarnos en el tema que tratamos de la I.A. y sus posibles consecuencias.

¿Permite la Física actual la posibilidad de una acción que, en principio, sea imposible de simular en un ordenador? Hoy esa respuesta no está disponible y, cuando eso vaya a ser posible, tendríamos que estar en posesión de una nueva Física mucho más avanzada que la actual.

No debemos apartarnos de un hecho cierto: Nuestra Mente, aunque está apoyada por un ente físico que llamamos cerebro y recibe la información del exterior a través de los sentidos, también es verdad que, de alguna manera, sale de nosotros, está fuera de nuestros cuerpos y, viaja en el tiempo y en el espacio, aprende y conoce nuevos lugares, nuevas gente, nuevos conocimientos de su entorno y de entornos lejanos y, a todos ellos, sin excepción, se puede trasladar de manera incorpórea con un simple pensamiento que, de manera instantánea, nos sitúa en este o aquel lugar, sin importar las distancias que nos puedan separar.

Así La física y la parte mental, aunque juntas, están separadas de una manera muy real y, desde luego, existe una clara divisoria entre lo físico y lo mental que ocupan distintos dominios de alcance también distintos y, hasta donde pueda llegar el dominio mental ¡No se conoce!

El futuro es incierto

Como no hay que descartar nunca nada. ahí está la posibilidad de que, con el tiempo, construyamos robots humanoides que decidan por sí mismos, que tengan la manera de repentizar soluciones a problemas inesperados, que incluso (como han didho alguna vez), tengan sentimientos, y, si eso es así, que nada lo impide… ¡podríamos convertirnos en esclavos de nuestra obras!

Quisiera pensar que, el humano, siempre prevalecerá sobre el “Ser Artificial”, sin embargo, tal optimismo, si pensamos en hacerlo real, nunca podrá estar a nuestro alcance. La evolución de la Ciencia, las necesidades de nuestra especie, las exigencias de una Sociedad creciente que llena el planeta hasta límites insoportables…Todo eso, nos llevará a seguir procurando ayuda de ese “universo artificial” que, al fin y a la postre, es la única salida que tenemos poder llegar a otros mundos en los que poder alojarnos para que, el planeta Tierra, no se vea literalmente asfixiado por la superpoblación. Así que, siendo las cosas así (que lo son), estamos irremisiblemente abocados a ese futuro dominado por la I.A. que, si tenemos suerte, nos dejará convivir con ella y, si no la tenemos…

Así que, el día que los Robots sean equiparables a los Humanos, ese día, habrá comenzado el principio del fin de la especie que, tan tonta fue, que creó a su propio destructor.

¿Os acordáis? Replicantes inteligentes que no querían morir y luchaban por defender sus derechos.

Claro que, que todo esto llegue a pasar, podrían transcurrir siglos. No parece que sea muy factible que una simulación realizada por un Robot avanzado pueda ser semejante a lo que un Humano puede hacer hoy. Sin embargo, cuando los ordenadores y Robots hayan alcanzando la inteligencia de pensamiento y discurrir del cerebro Humano, ese día, amigos míos, no creo que sea un día para celebrar.

Claro que, la idea de poner unir nuestras mentes a esos “Seres”, podría ser una salida, una solución híbrida paliar nuestras carencias de salir al espacio exterior por nosotros mismos y dentro de la frágil coraza humana que contiene a nuestras Mentes pensantes que, dentro de tan ligera y débil estructura, no tienen la seguridad suficiente para realizar ciertas tareas.

No quiero ser pesimista ni llevar a vuestro ánimo ideas intranquilizadoras. Sin embargo, si la cosa sigue adelante por el camino emprendido, el futuro que nos espera será ese: Convivir con los Robots, emitir leyes su control, tratar de que hagan sólo aquellos trabajos y tareas encomendadas pero, ¿cómo podremos evitar que, algún día, más evolucionados al exigirle cada vez más complejidad en las ayudas que nos tendrán que prestar, comiencen a pensar por sí mismos?

 

Pensar en el hecho de que algún día, podamos fabricar robots humanoides que nos superen en todo… ¡No resulta tan descabellado! Sólo hay que pensar en cómo somos y hasta dónde, nuestra inconsciencia nos puede llevar. Mirémos la Historia. Por otra parte, la Naturaleza nos ha dotado de cierta inteligencia a partir de la materia evolucionada en las estrellas que han cobrado animación. ¿Qué impide que nosotros ahora, podamos repetir la historia fabricando a esa nueva especie?

Así que, como estamos dando a esos Robots el “Conocimiento”, la “comprensión”, la “consciencia” y, la “inteligencia”, lo estamos haciendo partícipes y están tomando posesión, de los bienes más valiosos que podemos poseer y, tal dislate…¡Podríamos pagarlo muy caro!

  • “Un Robot no puede hacer daño a un ser humano o, mediante la inacción que un ser humano sufra daños”
  • “Un Robot debe de obedecer las ordenes dadas por los seres humanos, salvo que esto provoque un conflicto con la primera ley”
  • “Un Robot debe proteger su propia existencia, a no ser que provoque un conflicto con las dos primeras”

Estas leyes fueros enunciadas por Isaac Asimos con el objetivo de intentar que la finalidad inicial para la que se originó la robótica no fuera modificada y eso ocasionara problemas a la humanidad. Sin embargo…

El Tiempo nos lo dirá.

emilio silvera

 


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