martes, 05 de noviembre del 2024 Fecha
Ir a la página principal Ir al blog

IMPRESIÓN NO PERMITIDA - TEXTO SUJETO A DERECHOS DE AUTOR




¿Podría ser el valor de G decreciente?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Las constantes de la Naturaleza    ~    Comentarios Comments (13)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

Cuando, en este contexto se menciona G, nos estamos refiriendo a la constante universal de la gravitación y, al menos para mí, es inconcebible que dicha constante pueda variar con el tiempo. La Gravedad es una fuerza de la Naturaleza que hace posible que nuestro universo sea tal como lo podemos observar. Las galaxias, los cúmulos y supercúmulos, pequeñas y grandes estructuras que están afectadas por la gravedad que, de alguna manera, es la responsable de la geometría del universo, es la que conforma el ser del espacio y, en algunos cqasos extremos, también del tiempo.

La fuerza gravitatoria que se produce en presencia de masas… ¡No parece variar!


Nadie ha sabido responder a la pregunta de si las constantes de la naturaleza son realmente constantes o llegará un momento en que comience su transformación. Hay que tener en que para nosotros, la escala del tiempo que podríamos considerar muy grande, en la escala de tiempo del universo podría ser ínfima. El universo, por lo que sabemos, tiene 13.700 millones de años. Antes que nosotros, el reinado sobre el planeta correspondía a los dinosaurios, amos y señores durante 150 millones de años, hace ahora de ello 65 millones de años.  Mucho después, hace apenas 2 millones de años, aparecieron nuestros antepasados directos que, después de una serie de cambios evolutivos desembocó en lo que somos hoy.

 

Mucho tiempo ha pasado que esta imagen era el presente, y, sin embargo, para el Universo supone una ínfima fracción marcada por el Tic Tac cósmico de las estrellas y galaxias que conforman la materia de la que provenimos. Es un gran misterio para nosotros que sean las estrellas las que fabrican los materiales que, más tarde, llegan a conformar a seres vivos que, en algunos caso, tienen consciencia.

 

“La ciencia no puede resolver el misterio final de la Naturaleza.  Y esto se debe a que, en el último análisis, nosotros somos del misterio que estamos tratando de resolver”.

Max Planck

De acuerdo con su perspectiva universal, en 1.899 Planck propuso que se construyeran unidades naturales de masa, longitud y tiempo a partir de las constantes más fundamentales de la naturaleza: la constante de gravitación G, la velocidad de la luz c y la constante de acción h, que ahora lleva el de Planck. La constante de Planck determina la mínima unidad de cambio posible en que pueda alterarse la energía, y que llamó “cuanto”. Las unidades de Planck son las únicas combinaciones de dichas constantes que pueden formarse en dimensiones de masa, longitud, tiempo y temperatura. Se conocen las Unidades de Planck.

Planck con sus unidades nos llevo al extremo de lo pequeño

Mp = (hc/G)½ = 5’56 × 10-5 gramos
Lp = (Gh/c3) ½ = 4’13 × 10-33 centímetros
Tp = (Gh/c5) ½ = 1’38 × 10-43 segundos
Temp.p = K-1 (hc5/G) ½ = 3’5 × 1032      ºKelvin

Estas formulaciones con la masa, la longitud, el tiempo y la temperatura de Planck incorporan la G (constante de gravitación), la h (la constante de Planck) y la c, la velocidad de la luz. La de la temperatura incorpora además, la K de los grados Kelvin.

“Estas cantidades conservarán su significado natural mientras la Ley de Gravitación y la de Propagación de la luz en el vacío y los dos principios de la termodinámica sigan siendo válidos; por lo tanto, siempre deben encontrarse iguales sean medidas por las inteligencias más diversas con los métodos más diversos.”

 

 

 

Planck, en sus palabras finales alude a la idea de observadores en otro lugar del universo que definen y entienden estas cantidades de la misma manera que nosotros, ya que, al ser números naturales que no inventaron los hombres, todos los seres inteligentes del Universo  tendrían que hallar el mismo resultado. No importa en qué planeta pudieran habitar, si son seres inteligentes, empleando los grafos más extraños que a nosotros nada nos pudiera decir, lo cierto es que hay un lenguaje universal: ¡Las matemáticas! que, independientemente de los guarismos empleados, al final de todo 2 x 5 = 10 y 2 + 2 + 2 + 2 + = 10. Empleen las ecuaciones o fórmulas que puedan con los números que puedan utilizar, no podrán variar los resultados de los números puros y adimensionales creados por la Naturaleza: Esas constantes que persisten en el tiempo y nunca cambian y que hacen de nuestro universo el que podemos observar, además de posible la vida. A esos extraterrestres, también, la constante de estructura fina le daría 1/137.

“La creciente distancia entre la imagen del mundo físico y el mundo de los sentidos no significa otra cosa que una aproximación progresiva al mundo real.” Nos decía Planck. Su intuición le llevaba a comprender que, con el paso del tiempo, nosotros estaríamos adquiriendo por medio de pequeñas mutaciones, más amplitud en nuestros sentidos, de manera tal que, sin que nos diéramos nos estábamos acercando más y más al mundo real.

 

En 1970 los físicos D. Buraham y D. Weinberg se encontraron con un fenómeno curioso proyectaban la luz de un láser sobre un cristal de borato de calcio o de bario. Observaron que al aumentar la intensidad del láser, además del potente haz que atravesaba el cristal que se veía al otro lado, aparecía un tenue halo de luz con los colores del arco iris alrededor del haz transmitido. Habían descubierto la “subconversión paramétrica”.
El cristal convierte, de vez en , un fotón ultravioleta del láser en dos fotones de menor energía, uno polarizado verticalmente (sobre el cono rojo) y otro horizontalmente (sobre el cono azul). Si consideramos las intersecciones (puntos de color verde) no estarán polarizados ni verticalmente ni horizontalmente, sino que tendrán una “polarización indefinida” y habremos obtenido un estado que sólo tiene explicación en física cuántica. Se dice que dichos fotones están “entrelazados”.
Visto frontalmente sería así.
                Entrelazamiento cuántico

Una de las paradojas de nuestro estudio del universo circundante es que a medida que las descripciones de su funcionamiento se hacen más precisas y acertadas, también se alejan vez más de toda la experiencia humana.Nuestros sentidos nos traicionan y nos hacen ver, a través de nuestras mentes, un mundo distinto al real, es decir, nosotros configuramos nuestra propia “realidad” de esa otra realidad verdadera que está presente en la Naturaleza y que no siempre podemos contemplar y, cuando llegamos a contemplarla, no llegamos a comprenderla… del todo.

No debemos descartar la posibilidad de que seamos capaces de utilizar las unidades de Planck-Stoney para clasificar todo el abanico de estructuras que vemos en el universo, el mundo de las partículas elementales hasta las más grandes estructuras astronómicas.  Este fenómeno se puede representar en un gráfico que recree la escala logarítmica de tamaño desde el átomo a las galaxias. Todas las estructuras del universo existen porque son el equilibrio de fuerzas dispares y competidoras que se detienen o compensan las unas a las otras; la atracción y la repulsión. Ese es el equilibrio de las estrellas donde la repulsión termonuclear tiende a expandirla y la atracción (contracción) de su propia masa tiende a comprimirla; así, el resultado es la estabilidad de la estrella. En el caso del planeta Tierra, hay un equilibrio entre la fuerza atractiva de la gravedad y la repulsión atómica que aparece cuando los átomos se comprimen demasiado juntos. Todos estos equilibrios pueden expresarse aproximadamente en términos de dos números puros creados a partir de las constantes e, h, c, G y mprotón.

                                                                                                      Grandes cúmulos de galaxias

La identificación de constantes adimensionales de la naturaleza  α (alfa) y aG, junto con los números que desempeñan el mismo papel definitorio para las fuerzas débil y fuerte de la naturaleza, nos anima a pensar por un momento en mundos diferentes del nuestro. Estos otros mundos pueden estar definidos por leyes de la naturaleza iguales a las que gobiernan el universo tal como lo conocemos, pero estarán caracterizados por diferentes valores de constantes adimensionales. Estos cambios numéricos alterarán toda la fábrica de los mundos imaginarios. Los átomos pueden tener propiedades diferentes. La gravedad tener un papel en el mundo a pequeña escala.  La naturaleza cuántica de la realidad puede intervenir en lugares insospechados.

Todos los físicos del mundo, sin excepción, deberían tener en el lugar más prominente de sus casas, un letrero con un número: 137. Así les recorfdaría lo que no sabemos. Dentro de ese número puro adimensional están escondidos los secretos del electromagnetismo (e), del cuanto de acción de Planck (h), es decir, la mecánica cuántica, y, también, la misteriosa y fantástica relatividad (c), la velocidad de la luz. Para los científicos de un mundo remoto, perdido en una galaxia en los confines del universo, sin importar qué signos pudieran emplear para hallar la respuesta, al final de sus estudios, tambhién a ellos, les surgiría el número 137, la constante de estrucutra fina que tantos secretos esconde.

Lo único que en la definición del mundo son los valores de las constantes adimensionales de la naturaleza (así lo creían Einstein y Planck).  Si se duplica el valor de todas las masas no se llegar a saber, porque todos los números puros definidos por las razones de cualquier par de masas son invariables.

                                             Extraños mundos que pudieran ser

Después llegó Dirac (el que predijo la existencia del positrón) y, por una serie de números y teorías propuestas  Eddintong en aquellos tiempos, decidió abandonar la constancia de la constante de gravitación de Newton, G. Sugirió que estaba decreciendo en proporción directa a la edad del universo en escalas de tiempo cósmicas. Es decir, la Gravedad en el pasado era mucho más potente y se debilitaba con el paso del tiempo.

Así pues, en el pasado G era mayor y en el futuro será menor que lo que mide hoy. veremos que  la enorme magnitud de los tres grandes números (1040, 1080 y 10120) es una consecuencia de la gran edad del universo: todas aumentan con el paso del tiempo.

La propuesta de Dirac provocó un revuelo entre un grupo de científicos vociferantes que inundaron las páginas de las revistas especializadas de cartas y artículos a y en contra. Dirac, mientras tanto, mantenía su calma y sus tranquilas costumbres, pero escribió sobre su creencia en los grandes números cuya importancia encerraba la comprensión del universo con palabras que podrían haber sido de Eddington, pues reflejan muy estrechamente la filosofía de la fracasada “teoría fundamental”.

 

“¿No cabría la posibilidad de que todos los grandes sucesos presentes correspondan a propiedades de este Gran [1040] y, generalizando aún más, que la historia entera del universo corresponda a propiedades de la serie entera de los números naturales…? Hay así una posibilidad de que el viejo sueño de los filósofos de conectar la naturaleza con las propiedades de los números enteros se realice algún día”.

 

La propuesta de Dirac levantó controversias entre los físicos, y Edward Teller en 1.948, demostró que si en el pasado la gravedad hubiera sido como dice Dirac, la emisión de la energía del Sol habría cambiado y la Tierra habría mucho más caliente en el pasado de lo que se suponía normalmente, los océanos habrían estado hirviendo en la era precámbrica, hace doscientos o trescientos millones de años, y la vida tal como la conocemos no habría sobrevivido, pese a que la evidencia geológica entonces disponible demostraba que la vida había existido hace al menos quinientos millones de años.

                              George Gamow

Edward Teller

                               Edward Teller

El eufórico George Gamow era buen amigo de Teller y respondió al problema del océano hirviente sugiriendo que podía paliarse si se suponía que las coincidencias propuestas por Dirac eran debidas a una variación temporal en e, la carga del electrón, con e2 aumentando con el tiempo requiere la ecuación.

Por desgracia, la propuesta de Gamow de una e variable tenía todo de consecuencias inaceptables para la vida sobre la Tierra. Pronto se advirtió que la sugerencia de Gamow hubiera dado como resultado que el Sol habría agotado hace tiempo todo su combustible nuclear, no estaría brillando hoy si e2 crece en proporción a la edad del universo. Su valor en el pasado demasiado pequeño habría impedido que se formaran estrellas como el Sol. Las consecuencias de haber comprimido antes su combustible nuclear, el hidrógeno, hubiera sido la de convertirse primero en gigante roja y después en enana blanca y, por el camino, en el proceso, los mares y océanos de la Tierra se habrían evaporado y la vida habría desaparecido de la faz del planeta.

Gamow tuvo varias discusiones con Dirac sobre estas variantes de su hipótesis de G variable. Dirac dio una interesante respuesta a Gamow con respecto a su idea de la carga del electrón, y con ello la constante de estructura fina, pudiera estar variando.

Recordando sin duda la creencia inicial de Eddington en que la constante de estructura fina era un racional, escribe a Gamow en 1.961 hablándole de las consecuencias cosmológicas de su variación con el logaritmo de la edad del universo.

“Es difícil formular cualquier teoría firme sobre las etapas primitivas del universo porque no sabemos si hc/e2 es constante o varía proporcionalmente a log(t). Si hc/e2 fuera un entero tendría que ser una constante, pero los experimentadores dicen que no es un entero, de modo que bien podría estar variando. Si realmente varía, la química de las etapas primitivas sería completamente diferente, y la radiactividad también estaría afectada. Cuando empecé a trabajar sobre la gravedad esperaba encontrar alguna conexión ella y los neutrinos, pero esto ha fracasado.”

File:Orbital s1.png

 

 

En mecánica cuántica, el comportamiento de un electrón en un átomo se describe por un orbital, que es una distribución de probabilidad más que una órbita. En la figura, el sombreado indica la probabilidad relativa de «encontrar» el electrón en punto cuando se tiene la energía correspondiente a los números cuánticos dados. Pensemos que si la carga del electrón variara, aunque sólo fuese una diezmillonésima , los átomos no se podrían constituir, las moléculas consecuentemente tampoco y, por ende, ni la materia… ¡Tampoco nosotros estaríamos aquí! ¡Es tan importante el electrón!

Dirac no iba a suscribir una e variable fácilmente, como solución al problema de los grandes números. Precisamente, su científico más importante había hecho comprensible la estructura de los átomos y el comportamiento del electrón, y dijo que existía el positrón. Todo ello basado en la hipótesis, compartida por casi todos, de que e era una verdadera constante, la misma en todo tiempo y todo lugar en el universo, un electrón y su carga negativa eran exactas en la Tierra y en el más  alejado planeta de la más alejada estrella de la galaxia Andrómeda. Así que Gamow pronto abandonó la teoría de la e variable y concluyo que:

“El valor de e se mantiene en pie el Peñón de Gibraltar durante los últimos 6×109 años.”

 

 

 

                         El Peñón de Gibraltar, tan familiar e inamovible decía Dirac

Pero lo que está claro es que, ocurre siempre en ciencia, la propuesta de Dirac levantó una gran controversia que llevó a cientos de físicos a realizar pruebas y buscar más a fondo en el problema, lo que dio lugar a nuevos detalles importantes sobre el tema.

Alain Turing, pionero de la criptografía, estaba fascinado por la idea de la gravedad variable de Dirac, y especuló sobre la posibilidad de probar la idea a partir de la evidencia fósil, preguntando si “un paleontólogo podría decir, a partir de la huella de un animal extinto, si su peso era el que se suponía”.

El gran biólogo J.B.S. Haldane se sintió también atraído por las posibles consecuencias biológicas de las teorías cosmológicas en que las “constantes” tradicionales cambian con el paso del tiempo o donde los procesos gravitatorios se despliegan de acuerdo con un reloj cósmico diferente del de los procesos atómicos (¿será precisamente por eso que la relatividad general – el cosmos –, no se lleva con la mecánica cuántica – el átomo –?).

Tales universos de dos tiempos habían sido propuestos por Milne y fueron las primeras sugerencias de que G podría no ser constante. Unos procesos, la desintegración radiactiva o los ritmos de interacción molecular, podrían ser constantes sobre una escala de tiempo pero significativamente variables con respecto a la otra. Esto daba lugar a un escenario en el que la bioquímica que sustentaba la vida sólo se hacía posible después de una particular época cósmica, Haldane sugiere que:

“Hubo, de hecho, un momento en el que se hizo posible por primera vez vida de cualquier tipo, y las formas superiores de vida sólo pueden haberse hecho posibles en una posterior.  Análogamente, un cambio en las propiedades de la materia puede explicar algunas de las peculiaridades de la geología precámbrica.”

Este imaginativo escenario no es diferente del que se conoce como “equilibrio interrumpido”, en el que la evolución ocurre en una sucesión discontinua de brotes acelerados entre los que se intercalan largos periodos de cambio lento. Sin embargo, Haldane ofrece una explicación para los cambios.

Lo que tienen en común todas estas respuestas a las ideas de Eddington y Dirac es una apreciación creciente de que las constantes de la naturaleza desempeñan un papel cosmológico vital:

Existe un lazo entre la estructura del universo en conjunto y las locales internas que se necesitan para que la vida se desarrolle y persista. Si las constantes tradicionales varían, entonces las teorías astronómicas tienen grandes consecuencias para la biología, la geología y la propia vida.

No podemos descartar la idea ni abandonar la posibilidad de que algunas “constantes” tradicionales de la naturaleza pudieran estar variando muy lentamente el transcurso de los miles de millones de años de la historia del universo. Es comprensible por tanto el interés por los grandes números que incluyen las constantes de la naturaleza. Recordemos que Newton nos trajo su teoría de la Gravedad Universal, que más tarde mejora Einstein y que, no sería extraño, en el futuro mejorará algún otro con una nueva teoría más completa y ambiciosa que explique lo grande (el cosmos) y lo pequeño (el átomo), las partículas (la materia) y la energía por interacción de las cuatro fuerzas fundamentales.

¿Será la teoría de Supercuerdas ese futuro?

emilio silvera

 

  1. 1
    Ramon Marquès Sala
    el 19 de abril del 2014 a las 18:50

    Hola Emilio:
    Si el efecto frenado es la gravedad como creo y parece, este efecto frenado tiene que variar según la gravedad circundante del espacio y según la distancia. Lo que podría simular la materia oscura.
    Un fuerte abrazo y feliz fiesta de Pascua. Ramon Marquès

    Responder
    • 1.1
      emilio silvera
      el 20 de abril del 2014 a las 7:42

      Lo que es la Gravedad, desde la relatividad general, está bastante claro. Einstein vino a rellenar algunos espacios que Newton había dejado “vacíos” de una eplicación autosuficiente y clara. Todos conocemos de la fuerza de atracción que actúa entre todos los cuerpos y de que la intensidad de la atracción depende de la masa de dichos cuerpos y de las distancias entre ellos; es una fuerza que disminuye con el cuadrado de la distancia distancia de acuerdo a la Ley de la inversa del cuadrado.
      Newton formuló las leyes de la atracción gravitacional y mostró que un cuerpo se comporta gravitacionalmente como si toda su masa estuviera concentrada en su centro de gravedad. Así pues, la fuerza gravitacional actúa a lo largo de la linea imaginaria que une los centros de gravedad de las masas de dichos cuerpos.
      En la Teoría de la Relatividad general, la gravitación se interpreta como una distorsión del espacio en presencia de las diferentes masas que puedan tener los objetos del Universo, tales como mundos, estrellas, galaxias, cúmulos…, etc., a los que mantiene unidos. A escala atómica, la fuerza gravitacional es insignificante.
      De todas las maneras, no creo en la existencia de la “materia oscura” y presiento que algo se nos escapa, o, por otra parte, podría muy bien deberse a que, en estos momentos carecemos de los aparatos tecnológicos suficientemente eficaces para decirnos lo que tenemos cerca de nuestro universo y que, con la fuerza gravitacional que genera, atrae hacia sí las galaxias de este universo nuestro.
      En fin, amigo Ramón, que es mucho lo que nos queda por saber.
      Un cordial saludo.

      Responder
  2. 2
    Ramon Marquès Sala
    el 21 de abril del 2014 a las 18:53

    Hola Emilio:
    Según la Teoría de la Relatividad la gravedad es la deformación del espacio, ya Riemann postulaba esta deformación. Pero ¿cual es la causa de esta deformación?… Yo entiendo que es el efecto frenado. Con las investigaciones sobre el campo de Higgs espero que esto quede claro.
    Un fuerte abrazo. Ramon Marquès 

    Responder
  3. 3
    Fandila
    el 22 de abril del 2014 a las 1:48

    Deformación escalonada desde las dimensiones, o materias más actuales sobre las subyacentes hacia atrás en el tiempo, debido a la expansión.
    Desde el inicio, las masas van siendo cada vez más complejas, y mayores. La energia (De movimiento) para la materia disminuye con la expansión, mientras que la energía másica se mantiene debido a sus fuerzas internas, tambien provocadas por los movimientos expansivos.Si todo se expande menos las masas, que no lo hacen o muy poco, el efecto de la gravedad sería el de tender a unirlas, pues el grado de expansión cuanto más hacia abajo en las dimensiones, “vacío”, materia oscura, en sus distintas gradaciones, tiene el efecto de presionarlas (Frenarlas) con el resultado de una fuerza de atracción.
    Se parte de un punto más o menos gordo y cohesionado, si admitimos el Big Bang, que se multiplica en muchos otros muchos puntos, los cuales y en relación a sus masas, se mantedrán en el estatus expansivo que les corresponda, “acocotados” por la más grande presión expansiva de los medios o campos más energéticos en que quedan sumergidos, que los superan en número y energía.
    Saludos , Ramón y Emilio.
     

    Responder
  4. 4
    emilio silvera
    el 22 de abril del 2014 a las 5:31

    ¡Hola, amigo Ramón y Fandila!
    Como siempre, es un placer teneros por aquí y poder leeer “vuestros pensamientios” sobre los temas tratados que, en el presente caso, es la Gravedad, esa fuerza que nos trae de cabeza a muchos al no llegar a comprenderla en toda su dimensión. Creo que la Gravedad es mucho más de lo que deja ver.
    Un abrazo.

    Responder
  5. 5
    Fandila
    el 22 de abril del 2014 a las 18:42

    Si G es decreciente y también la masa de los elementos del “vacío”, es lógico que la fuerza de gravedad decrecería en él conforme lo hagan sus dimensiones materiales. Así, puede encontrarse que la expansión sería mayor, más energética cuanto más cerca del “inicio” del Universo. lo contrario que las sucesivas masas, de G progresivamente mayor. El “gas primigenio” tendría mayor poder expansivo. Pero el “vacío” sigue subsistiendo porque su poder energético no puede decaer, según se descubre como de energía infinta.
    No es de extrañar que el adimensional 137 se mantega pese a que sus facores varien proporcionales entre sí, como el resutado real de esa energía inacabable que así se manifiesta y cuantifica en el espacio tiempo. Como una cuestión de geometría expansiva “casi esférica” que con el paso del tiempo se desvirtua en sus formas.

    Responder
    • 5.1
      emilio silvera
      el 23 de abril del 2014 a las 7:49

      En termino medio, la G siempre está en su lugar de destino, es decir, haciendo su trabajo en función de la masa que esté presente y, siendo así, tenemos que pensar en una G invariable por mucho que sea el tienmpo pasado y el que queda por pasar, es decir, la G, como símbolo de la gravitación universal es una constante que actúa conforme determina la presencia de grandes bloques de materia en el espacio que hace más patente su presencia y, cuando esa masa o materia es pequeña, pasa de puntillas, desapercibida, como si no estuviera allí… ¡aunque siempre esté!
      Por lo demás, todo el Universo es energía y, el día que ésta se quede dormida (o congelada), será el de la muerte térmica de todo el inmenso cosmos y sus contenidos vivos o no. El amigo Fandila nos habla del 137, ese misterioso número Puro y Adimensional que esconde los secretos del electromagnetismo (e), de la mecánica cuántioca (h) y de la relatividad (c). Es la constante de estructura fina que, si variara tan solo una diesmillonésima, la vida tal como la conocemos, estaría ausente en la Tierra.
      Son muchas las cosas que no sabemos y, precisamente por eso no cejamos en el empeño de buscar respuestas, de indagar en lo más profundo de la Naturaleza y, para ello, nos valemos de microscopios, grandes telecopios y aceleradores de partículas que nos digan, lo que no sabemos.
      Un abrazo amigo mío.

      Responder
  6. 6
    Fandila
    el 23 de abril del 2014 a las 9:50

    Realmente G no depende del valor de la masa, sino de la masa minima que representa. Es decir se trata de la fuerza mínima detectada sobre masa mínima detectable y que se cuantificó respecto al átomo. Cuando se descubre que el átomo no es indivisible ni la unidad más pequeña de masa, sus componentes pasan a ser las unidades minimas, con su nueva G, y así sucesivamente irá ocurriendo con la subdivisión progresiva de los componentes materiales.
    La G propia de un electrón ha de ser mas pequeña, que la del átomo en su conjunto, y la de los componentes del electrón por ejemplo, sean fotones o componentes fotónicos. Ello no quiere decir que cualquier partícula grande o pequeña no puede ser cuantificada respecto a la fuerza gravitoria con la fuerza elemental G en uso. Lo que está por ver sería su dicha cuantificación también es válida para la dimensión en que las partículas subcuánticas están y se definen. Así, habrá que ditinguir la gravedad de unas dimensiones respecto a otras o la gravedad llamada cuantica, o de las infimas partículas entre sí. G tendría el mismo significado para cualquier dimensión cuántica, pero su valor es relativo a la dicha dimensión. Y si las masas disminuyen, ambas: G y F gravitacional varían manteniendo la relación.
    Que el adimensional 137 sea el que es, tampoco implica que no hubiese variado con anterioridad, ligeramente como más probable. Sería en su pequeña variación o no, a traves de los tiempos, la combinación propicia para que la materia se desarrollara como lo ha hecho, pues las consideraciones para el 137 se descubren y aplican “ahora” pero no sabemos a ciencia cierta las condiciones antecedentes para este “ahora”
    La cosa, en su sencillez, parece más complicada de lo que aparenta.
    Saludos, Emilio y demás contertulios.

    Responder
    • 6.1
      emilio silvera
      el 24 de abril del 2014 a las 6:46

      Lo cierto amigo Fandila es que cada cual, según discurre su mente, se formula su propia teoría sobre la Gravedad basándose en los datos que ya descubrieron otros pero, lo cierto es que, la realidad nos lleva ante el problema de que necesitamos una teoría de la gravedad cuántica para sanber, de una vez por toda contestar a preguntas que están sin respuesta.
      Hasta que no tengamos esa teoría, no podremos comprender lo que ocurrió en el universo temprano. Ahora, sólo nos acercamos a los límites de nuestras conjeturas actuales en el paso sexagésimo, cuando la edad del universo era solo de 10-43 de segundo. Allí nos encontramos con una puerta cerrada. Del otro lado está la época de Planck, un tiempo en que la atracción gravitatoria ejercida por cada partícula era comparable en intensidad a la fuerza nuclear fuerte. La clave teórica que podría abrir esa puerta sería una teoría unificada que incluya la gravitación.
      Si alguna vez, alguien llega a esa teoría, habrá podido llegar a la mayor profundidad en la contemplanción del alba del Tiempo. ¿Qué es lo que verá? Una posibilidad, desde luego, es que se encuentre con más puertas cerradas tras la que se encuentran nuevos misterios que resolver. Me temo, amigo Fandila, que siempre estaremos ante esa perspectiva de tener que encontrar un conocimiento más del que tenemos, es decir, siempre habrá secretos que desvelar.
      Un abrazo amigo.

      Responder
  7. 7
    Fandila
    el 25 de abril del 2014 a las 1:22

    Ciertamente Emilio, jamás llegaremos a abrir todas las puertas, como dices. Pero si podremos alguna vez, cuando la tecnología lo permita (¿?) establecer un margen o intervalo de posibles partículas, o entes, pues no estan definidos, en que se descubra si nuestras elucubrantes lógicas tienen algo de razón. Sobre la gravedad como fuerza primera, que en nuestro “mundo macro” paradójicamentese se  nos presenta como la más débill
    Yo opino que un descubrimiento de esa índole permitiría el dominio mayor de una energía inimaginable.
    Demasiado seguramente, que para qué tanto.
    Mejor que las cosas discurran asentadas y a su tiempo, pues el dominio de algo tan desmesurado como esas fuerzas que intuimos, sería de una peligrosidad incalculable. El descubrimiento del átomo y la energía atómica, sería nada practicamente, en comparación. Pero doctores tiene la ciencia, y esperemos que también quien la controle.
    De todas formas como digo la gravedad no siempre sería la misma, lo que querría decir que no habría una fórmula mágica para la universalización de la gravedad, que solo podría establecerse para ciertos intervalos dimensionales quedando en oscuro los inaccesibles hacia atrás en el tiempo. Seguramente sería imposible obtener todos los parámetros que aplicar para profundizar siguiendo hacia adelante, si efectivamente la gravedad varía según cuantos de energía-masa
     
    Esa fuerza gravitoria comparable a la fuerza fuerte, tal como ahora la concebimos, y tan difícil de romper, sería demasiado. Bastante es que nos conformáramos con algo más próximo y más manejable en la práctica.
    Como siempre lo escrito solo son sueños o querencias de descubrir, sin un apoyo experimental, lo que individualmente no podemos
    Un abrazo.

    Responder
  8. 8
    Fandila
    el 25 de abril del 2014 a las 1:52

    Un detalle que no he aclarado en mi parecer sobre la teoría cuántica se refiere a la paradoja de que bajando masa y G sin embargo la gravedad aumentaría. Ésto supone la relatividad de que no se debe comparar  Gcuantica con con la macrogravedad. La energía de las partículas cuánticas es mayor que las de las macro pero de una forma relativa.
    La energía de las dimensiones inferiores es mayor y su masa más concentrada, habría que “vivir” en esa dimensión para apreciar que la masa pese a ser pequeña respecto a lo macro, en la tal dimensión es mayor, para que la energia con factores de masa y velocidad pudieran dar un valor mucho más grande que el de materia macro. En esto juegan entre entre sí los valores de velocidad y masa. El plantemiento de los valores de la velocidad no se debe pasar por alto. Pero mejor no entrar en eso, pues respecto a la velocidad y el “trauma” de la velocidad de la luz maxima, son concepciones demasiado controvertidas.
     
    Un abrazo

    Responder
  9. 9
    emilio silvera
    el 25 de abril del 2014 a las 5:22

    Algunas veces, amigo Fandila, no tenemos más remedio que asombrarnos de nuestra gran intuición y, ahora mismo, en tus palabras, van escondidos mensajes del futuro que suscribo totalmente, cuando dices:

     
    “Mejor que las cosas discurran asentadas y a su tiempo, pues el dominio de algo tan desmesurado como esas fuerzas que intuimos, sería de una peligrosidad incalculable. El descubrimiento del átomo y la energía atómica, sería nada practicamente, en comparación. Pero doctores tiene la ciencia, y esperemos que también quien la controle.”

    El día llegará en el que sepamos, en profundidad, sobre la verdadera naturaleza de la materia, de las fuerzas que rigen el universo entero y, ese día, amigo Fandila, ya no seremos los mimos, habrá llegado el momento que tanta hemos soñado, nos habremos convertido en Selores del Espacio y… ¡Seguramente del Tiempo también!
    Manejaremos energías impensables ahora, y, para entonces, la energía de Planck no será inalcanzable. Pero, para que todo eso llegue, necesitamos “su tiempo”, es decir, el tiempo que la Naturaleza tiene fijado para que tal maravilla pueda ocurrir, toda vez que, como bien dices: ¿Qué serían esas fuerzas en manos de mentes no preparadas para manejarlas? Cada cosa ocurre cuando debe ocurrir, todo tiene su tiempo fijado y, un embarazo humano dura nueve meses y las estrellas tienen que vivir miles de millones de años, así son las cosas y, para que la Humanidad -si es que llega a ese momento lejano en el futuro-, disponga de ciertos conocimientos, aún falta mucho, mucho, muchñisimo tiempo.
    El límite de nuestros conocimientos están plasmados en las unidades de Planck, más allá de ellas, no somos capaces de llegar y, en aquellos lugares tan lejanos… ¡están las respuestas que buscamos!
    Un abrazo amigo mío.

    Responder
  10. 10
    emilio silvera
    el 25 de abril del 2014 a las 5:30

    Sobre la verdadera naturaleza de la luz… ¡Mejor lo dejamos! ¡Cuánto misterio! ¿Cuántos sin sentidos están ahí habitando? Y, en realidad ¿Qué es la luz y el por qué de sus comportamientos? ¿Es un fotón solo energía, o, por el contrario hay algo más? Ese cuanto de luz encierra muchas de las respuestas que incansables buscamos.
    ¡Hay tántos secretos en la Naturaleza!
    Menos mal que es así, nuestras mentes tienen mucho trabajo por delante y, desde luego, la curiosidad estará más que satisfecha al tener que desvelarlos y, en cada nuevo descubrimiento, encontraremos otros nuevos enigmas, otras nuevas preguntas que plantear y… ¡así seguiremos para siempre!
    ¡Nunca lo podremos saber todo de todo! Como decía Einstein: “Todos somos ignorantes, lo que ocurre es que vcada uno ignora cosas diferentes”.
    Un cordial saludo.

    Responder

Deja un comentario



Comentario:

XHTML

Subscribe without commenting