Abr
2
¡Esto no marcha! ¡Tenemos que saber!
por Emilio Silvera ~
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La Universida de Huelva es enorme, tiene una gran cantidad de Pabellones dedicados a la Enseñanza de las distintas disciplinas que allí se imparten y, en Huelva, tiene dos Sedes y otra en la Rábida, lugar que también acoge a la Universidad Iberoaméricana.
Independientemente de la calidad de la Enseñanza que allí se pueda ofrecer, hace unos días, me propuse hacer una prueba sondear las y comnocimientos que, sobre diversos temas de la Ciencia, tenían los universitarios.
Esperan para acceder a las Aulas y realizar unas pruebas sin saber el mundo futuro que les espera
Esperé sentado un banco debajo de una gran pañmera a que se produjera la salida de los Alumnos de los distintos Pabellones para pararlos al azar y preguntarles:
– ¿Cómo nace, vive y muere una estrella?
– ¿Que es una estrella de Neutrones?
– ¿De que clase de materia estamos hechos?
Fueron unos 60 encuestados, y, ninguno de ellos pudo dar una respuesta satisfactoria de todas las preguntas. Sólo 4 dieron respuestas parciales de tres de ellas, 2 las dieron de todas de manera incompleta y, en algunos extremos equivocadas, y, sólo 1 pudo contestar, una sola pregunta de manera correcta y admisible.
Circula un libro por ahí (arriba la portada) en el que dice que todos los niños pueden ser Einstein pero…
Que todos no podemos ser Einstein es algo que se asume por lógica. Sin embargo, no podemos admitir el analfabetismo integral en los campos de la Ciencia que tienen, por lo general, nuestros jóvenes universitarios. Sentí auténtico sonrojo de algunas de las respuestas que algunos me dieron.
Está claro que algo tiene que cambiar en el “Sistema Educativo”, siendo cierto que no todos deben saber de Ciencia, sí tenemos que exigirles, al menos, una noción básica de las cosas que en la Ciencia están presentes y, una preparación básica y general…nos vendría muy bien para que, en ciertas situaciones, nadie tenga que estar calladito al no comprender de qué se está hablando.
Un grupo de Alumnos de Ingeniería Química
Lo ocurrido en la mini encuesta, es desalentador. El resultado denota la total ausencia de pasión, no ya por la lectura en sí, sino que, está ausente la curiosidad por saber. Y, si en alguien no está presente la curiosidad…¡mal irán las cosas! ¿Cómo es posible que alguien no sienta la necesidad de saber qué ocurre en el mundo en el que vive, el por qué ocurren las cosas?
¿Qué sociedad estamos creando? Se llegar a comprender que si preguntamos a unos pocos ¿cuánto deben sus conocimientos a los libros que han leido? las respuestas sean diversas y, algunas hasta variopintas. Te pueden contestar “Todo, mucho, o, nada” Dependiendo del ambiente en el que cada cual haya podido nacer y crecer, en función de como le pueda “hervir” la sangre en sus venas, el laberinto en el que esté inmerso por así haberlo querido su destino…Sin embargo, una vez que llegó a la Universidad, la cosa es diferente. Un graduado superior no puede ser un analfabeto integral en el campo de la Ciencia.
Debemos construir una especie de “canon científico” (una especie de reglamento mínimo del saber de la Ciencia) para que todos, sin excepción, lom tenga que aprender la más tierna infancia, como una asignatura más de las que son impartidas desde la Escuela Primaria (en las que,por cierto, se dan algunas que…).
José Manuel Sánchez Ron. Foto: Jesús Morón
El libro de Sánches Ron, que precisamente titula El Canon Científico, nos dice en su resumen:
“Sinopsis : ¿Existe un “canon científico”, una lista de los libros y personajes básicos, esenciales, en la historia de la ciencia , de obras y autores que mantienen su vigencia a pesar del paso del tiempo y que todos deberíamos conocer si pretendemos considerarnos “educados”? El profesor José Manuel Sánchez Ron, distinguido historiador de la ciencia y académico, responde a cuestión proponiéndonos, por primera vez, una “canon científico” de textos con los que todos ?jóvenes y adultos, profesionales de la ciencia y de la tecnología o legos en estas materias- deberíamos estar familiarizados. En este volumen, que abre la colección CLÁSICOS DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA, los lectores encontrarán ese canon, pero también podrán acceder a la esencia de la historia de la ciencia; esto es, del desarrollo científico que ha hecho posible que seamos lo que somos y vivamos como vivimos.”
No es el mejor ejemplo a seguir. ¿Dónde está la cordura?
Simplemente con aplicar un poco de lógica, una vez que hemos llegado a la edad de poder entender y discernir sobre lo que nos puede convenir y lo que no, sería más que suficiente para que, sin dificultad, se pudiera elegir el camino más adecuado de la sensatez, el sentido común, y, aplicar aquellas ideas que sabemos que nos llevarán a terreno firme, hacie un futuro mejor en el que, nuestras capacidades nos permitan que nuestras vidas transcurran en un estado de estabilidad que nos dará la paz de espíritu que todos necesitamos y, eso, amigos míos, sólo se puede conseguir con el esfuerzo y el sacrificio que hay que estar dispuesto a por una buena preparación. Saber donde radican los valores y tratar de adquirir, dentro de lo posible, una vasta cultura.
Tener el sentimiento de que hacer una cosa a escondidas sin que nadie nos vea, será suficiente por lograr algo que deseamos. Sin embargo, eso no es así, ya que, nosotros Sí sabemos lo que hicimos y, ese sentimiento propio, nos tendría que impedir hacerlo. No todo vale y seguir las reglas de la moral, la ética y la honradez, es una buena guía. Lo que siempre hemos oido: ” No hagas a nadie lo que no quieres que te hagan”. Consigue las cosas de manera correcta y, tu satisfacción será grande, estarás orgulloso de ello.
Uno de los encuestados, llegó a decirme: ¿”Hombre, como pregunta usted por casas que no existen, como las estrellas que solo son una visión virtual creada por fenómenos atmosféricos”? Y, del susto, se me cayó la libreta de las manos que, recogí marcharme de aquel lugar en el que esperaba encontrar algo del saber del mundo (La Universidad -al menos debería serlo- es la Moderna Casa de la Sabiduría), y, sin embargo, para mi sorpresa, me encontré con todo lo contrario (independientemente de que, como en todo, también allí, están presentes algunas excepciones).
La próxima vez me iré a preguntar a la Universidad en la que se impartan enseñanzas de Física y Astronomía, al -espero- no tendré tan gran disgusto por los resultados obtenidos.
¡Qué Humanidad! ¿Cuándo aprenderemos?
emilio silvera
Abr
1
¡El Universo y la Vida! La materia evolucionada
por Emilio Silvera ~
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Observarndo la Naturaleza podremos llegar a comprender el por qué de sus comportamientos
Es caer en la tentación de mirarnos el ombligo y no hacerlo al entorno que nos rodea. Muchas más cosas habríamos evitado y habríamos descubierto si por una sola vez hubiésemos dejado el ego a un lado y, en lugar de estar pendientes de nosotros mismos, lo hubiéramos hecho con respecto a la naturaleza que, en definitiva, es la que nos enseña el camino a seguir.
La edad del universo visible ≈ 1060 tiempos de Planck
Tamaño del Universo visible ≈ 1060 longitudes de Planck
La masa del Universo visible ≈ 1060 masas de Planck
Vemos así que la bajísima densidad de materia en el universo es un reflejo del hecho de que:
Densidad actual del universo visible ≈10-120 de la densidad de Planck
Y la temperatura del espacio, a 3 grados sobre el cero absoluto es, por tanto
Temperatura actual del Universo visible ≈ 10-30 de la T. de Planck
Siempre hemos querido “ver” lo que la Naturaleza esconde
Estos números extraordinariamente grandes y estas fracciones extraordinariamente pequeñas nos muestran inmediatamente que el universo está estructurado en una escala sobrehumana de proporciones asombrosas cuando la sopesamos en los balances de su propia construcción.
Con respecto a sus propios patrones, el universo es viejo. El tiempo de vida natural de un mundo gobernado por la gravedad, la relatividad y la mecánica cuántica es el fugaz breve tiempo de Planck. Parece que es mucho más viejo de lo que debería ser.
Pero, pese a la enorme edad del universo en “tics” de Tiempo de Planck, hemos aprendido que casi todo este tiempo es necesario para producir estrellas y los elementos químicos que traen la vida.
¿Por qué nuestro universo no es mucho más viejo de lo que parece ser? Es fácil entender por qué el universo no es mucho más joven. Las estrellas tardan mucho tiempo en formarse y producir elementos más pesados que son las que requiere la complejidad biológica. Pero los universos viejos también tienen sus problemas. Conforme para el tiempo en el universo el proceso de de estrellas se frena. Todo el gas y el polvo cósmico que constituyen las materias primas de las estrellas habrían sido procesados por las estrellas y lanzados al espacio intergaláctico donde no pueden enfriarse y fundirse en nuevas estrellas.
Pocas estrellas hacen que, a su vez, también sean pocos los sistemas solares y los planetas. Los planetas que se forman son menos activos que los que se formaron antes, la entropía va debilitando la energía del sistema para realizar trabajo. La producción de elementos radiactivos en las estrellas disminuirá, y los que se formen tendrán semividas más largas. Los nuevos planetas serán menos activos geológicamente y carecerán de muchos de los movimientos internos que impulsan el vulcanismo, la deriva continental y la elevación de las montañas en el planeta. Si esto también hace menos probable la presencia de un campo magnético en un planeta, entonces será muy poco probable que la vida evolucione hasta formas complejas.
Las estrellas típicas como el Sol, emiten desde su superficie un viento de partículas cargadas eléctricamente que barre las atmósferas de los planetas en órbitas a su alrededor y, a menos que el viento pueda ser desviado por un magnético, los posibles habitantes de ese planeta lo podrían tener complicado soportando tal lluvia de radiactividad. En nuestro solar el campo magnético de la Tierra ha protegido su atmósfera del viento solar, pero Marte, que no está protegido por ningún campo magnético, perdió su atmósfera hace tiempo haciendo imposible la vida en su superficie. Aquí, algunas partículas llegan al planeta y causan hermosas auroras y también, fastidian los satélites que en órbitan nos dan información.
Probablemente no es fácil mantener una larga vida en un planeta del solar. Poco a poco hemos llegado a apreciar cuán precaria es. Dejando a un lado los intentos que siguen realizando los seres vivos de extinguirse a sí mismos, agotar los recursos naturales, propagar infecciones letales y venenos mortales y emponzoñar la atmósfera, también existen serias amenazas exteriores.
Los movimientos de cometas y asteroides, a pesar de tener la defensa de Júpiter, son una seria y cierta amenaza para el desarrollo y persistencia de vida inteligente en las primeras etapas. Los impactos no han sido infrecuentes en el pasado lejano de la Tierra, habiendo tenido efectos catastróficos. Somos afortunados al tener la protección de la Luna y de la enorme masa de Júpiter que atrae hacia sí los cuerpos que llegan desde el exterior desviándolos de su probable trayectoria hacia nuestro planeta.
La caída en el planeta de uno de estos enormes pedruscos podría producir extinciones globales y retrasar en millones de años la evolución que tantos miles de millones de años le costó al Universo para poder plasmarla en una realidad que llamamos vida.
El secreto reside en el tiempo biológico necesario para desarrollar la vida y el tiempo necesario para desarrollar estrellas de segunda generación y siguientes que en novas y supernovas cristalicen los materiales complejos necesarios para la vida, tales como el hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, carbono, etc. Al final de toda esta larga historia, la evoluciòn de la materia desembocará siempre hacia la vida que, según creo, es el nivel más alto que puede alcanzar cuando, en algunos casos, adquiere la consciencia.
Parece que la similitud en los “tiempos” no es una simple coincidencia. El argumento, en su forma más simple, lo introdujo Brandon Carter y lo desarrolló John D. Barrow por un lado y por Frank Tipler por otro. Al menos, en el primer solar habitado observado, ¡el nuestro!, parece que sí hay alguna relación entre t(bio) y t(estrella) que son aproximadamente iguales; el t(bio) – tiempo biológico para la aparición de la vida – algo más extenso.
La evolución de una atmósfera planetaria que sustente la vida requiere una fase inicial durante la cual el oxígeno es liberado por la fotodisociación de vapor de agua. En la Tierra esto necesitó 2.400 millones de años y llevó el oxígeno atmosférico a aproximadamente una milésima de su valor . Cabría esperar que la longitud de esta fase fuera inversamente proporcional a la intensidad de la radiación en el intervalo de longitudes de onda del orden de 1000-2000 ángstroms, donde están los niveles moleculares clave para la absorción de agua.
Este simple modelo indica la ruta que vincula las escalas del tiempo bioquímico de evolución de la vida y la del tiempo astrofísico que determina el tiempo requerido para crear un ambiente sustentado por una estrella estable que consume hidrógeno en la secuencia principal y envía luz y calor a los planetas del Solar que ella misma forma como objeto principal.
A muchos les cuesta trabajo admitir la presencia de vida en el universo como algo natural y corriente, ellos abogan por la inevitabilidad de un universo grande y frío en el que es difícil la aparición de la vida, y en el supuesto de que ésta aparezca, será muy parecida a la nuestra.
Los biólogos, sin embargo, parecen admitir sin problemas la posibilidad de otras formas de vida, pero no están tan seguros de que sea probable que se desarrollen espontáneamente, sin un empujón de formas de vida basadas en el carbono. La mayoría de las estimaciones de la probabilidad de que haya inteligencias extraterrestres en el universo se centran en formas de vida similares a nosotros que habiten en planetas parecidos a la Tierra y que necesiten agua y oxígeno o similar con una atmósfera gaseosa y las demás de la distancia entre el planeta y su estrella, la radiación recibida, etc. En este punto, parece lógico recordar que antes de 1.957 se descubrió la coincidencia entre los valores de las constantes de la Naturaleza que tienen importantes consecuencias para la posible existencia de carbono y oxígeno, y con ello para la vida en el universo.
emilio silvera