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La Pseudociencia
por Emilio Silvera ~ Clasificado en ¡La Humanidad! ~ Comments (6)
Entendemos como pseudociencia cualquier conjunto de conocimientos, métodos, creencias o practicas que, alegando ser científicas, en realidad no se rigen por el método científico y usualmente se encuentran en conflicto con el consenso tradicional de la Ciencia. La mayoría de las “teorías” pseudocientificas no están basadas en absoluto en el experimento; en su regla más esencial, el destinatario es aleccionado con algunos conceptos descritos en forma supuestamente científica, usando términos aparentemente científicos, pero que nada tienen que ver con la realidad ni con los hechos experimentales.
Usualmente la física y la química ocupan un lugar en estos alegatos. Es posible separar la ciencia de la pseudociencia esta última utiliza libremente la terminología científica, pero de ninguna manera posee el espíritu de la primera.
¿Por qué la pseudociencia debe ser denunciada y rechazada?
Se podría mencionar la falta de ética, engaño y la perdida inútil de tiempo y esfuerzo. Pero quizás la razón mas sea la siguiente: En el caso de los pseudodiagnosticos y pseudoterapias, ¿Qué que sucede si el paciente empeora a causa del falso diagnostico o del tratamiento incorrecto? ¿Dónde están los ensayos clínicos previos? ¿Y las contraindicaciones y efectos secundarios? Aun mas, aunque el tratamiento en si no sea dañino, podría suceder que la condición del paciente empeore, sencillamente por no recibir el tratamiento adecuado, ya que su atención ha distraída por el falso diagnostico o terapia.
¿Quién protege al paciente? ¿Tenemos leyes que regulen los procedimientos pseudocientificos? ¿Tienen estos pacientes derechos a pedir una indemnización por daños y perjuicios? ¿De quien es la responsabilidad?
Salvando las distancias… Las similitudes las tenemos delante de nuestras propias narices. Utilizar palabras misteriosas, generalmente de la jerga cuántica y, a vender el producto a un precio desorbitado que, los oyentes no saben ni lo que significan los hipotéticos beneficios que aquí les anunciamos.
Si lo que decimos antes es cierto (que lo es), resulta que eso es lo que podemos ver y oir si visitamos algunos de los numerosos pseudocientificos que hay en la Web. En estos sitios se promueven procedimientos “científicos” que en realidad no lo son, supuestamente capaces de resolver un sin fin de problemas y padecimientos.
Sus principales características son: el de afirmaciones vagas, exageradas o indemostrables, la autoconfidencia en vez del criticismo y la ausencia de algún progreso en el desarrollo de la teoría. Estas prácticas abarcan desde la arcaica Astrología hasta las recientes homeopatía, magnetoterapia y cromoterapia entre otras.
A veces se intenta dar explicación a las fantasías pseudocientificas introduciendo alguna “energía” inexistente, tal como la energía piramidal. Energías similares también aparecen en la radiestesia y en la bioenergética. ¡Que locura! Sabéis que una “terapia” de bioenergética es una especie de “sanador” , capaz de curar muchas enfermedades del cuerpo y la mente.
Podríamos analizar brevemente esta ultima “terapia”, como una forma de ilustrar los modos de pseudociencia pero, estamos en un debate y todos tenemos que opinar y, el tema es grande (tanto como queramos) para poder hablar de este que, en realidad, es una lacra de la humanidad, prolifera por todas partes y, sobre todo, es un abuso dirigido hacia las clases menos favorecidas que, por su poca preparación, son los clientes idóneos para este tipo de engaños a cuyo frente casi siempre aparecen personas sin conciencia que, al ponerse una bata blanca, ya adquirieron el “titulo” necesario para hablar de lo que no entienden y prometer aquello para lo que no están preparados.
Cosas como estas las podemos ver por cualquier sitio.
“En el interior de nuestras duchas circulares o en caracol se beneficia del vertido revitalizante y agradablemente refrescante del agua aromatizada y enriquecida con efectos cromoterapéuticos. Lluvia, niebla, aromas, colores y sonidos. Un pequeño placer como el de una ducha se convierte en un gran contenedor de emociones. Aumentar la sensación de bienestar y añadimos a nuestras realizaciones un tramo terapéutico de luz caliente o fría que se combina con la temperatura del agua y la esencia elegida para el aromatizante. La estructura portante puede embellecerse con los chorros laterales, y con el cubo la ducha escocesa, recreando un efecto igual a una fría cascada de montaña.”
No pocos anuncios de la TV están encaminados en ese sentido del engaño y, sobre todo, en aquellos de cremas milagrosas y dietas que hacen el milagro de evpoparar los kilos y dar a los músculos, una agilidad que sólo está presente en los 20 ,años. Sin embargo, ¡son tántas las mujeres que suspiran por un cuerpo ideal! Debería existir un código ético que impidiera a esos medios pregonar sobre estos productos engañosos. Sin embargo, el maldito dinero hace que las conciencias se ausenten y la moral esté dormida.
emilio silvera
el 6 de julio del 2015 a las 7:41
Si hablamos del métofdo científico lo estamos haciendo de un proceso elegido por la Humanidad, como el más fiable y auténtico que, determinan y establecen relaciones entre los hechos para llegar a poder enunciar leyes que nos expliquen los fenómenos físicos que ocurren en la Naturaleza, en nuestro mundo, y, en el Universo entero. De manera tal que, esos conocimientos adquiridos mediante la comprobación repetida y mediante métodos distintos y distintos científicos y lugares, nos llevan al saber de la Humanidad que, de esa manera, adquiere cierta seguridad de cómo funciona las cosas para poder aplicarlas en su beneficio.
Así, el método científico, se emplea por los especialistas en las distintas ramas del saber humano, de manera planificada y sus logros se van acumulando, de manera tal que., en una cuestión compleja, se desglosan los conocimientos por partes hasta llegar a conocer todos y cada unos de los procesos presentes en una estructura, y, al final, juntando todas las partes, se saber cómo funciona el todo. Observación, experimento, invento de utensilios artificiales de investigación… Todo un conjunto de ideas, formas, y métodos de trabajo que, unidos a las matemáticas, finalmente nos llevan a encontrar esa verdad que buscamos para saber cómo es wl mundo.
A lo largo de nuestra Historia, todos los hitos mculturales y los avances de las Civilizaciones, ha ido de la mano de los descubrimientos científicos que nos dijeron como funcionaba la Naturaleza, por qué el planeta Tierra funcionaba de la manera que podíamos observar, el por qué el Sol era el sostén de la Tierra para conservar la Vida del planeta, cuando nos enviaba su luz y su calor, y, también, llegamos aprtofundizar, en el mundo de lo muy pequeño (el átomo) para poder saber de lo grande (Las galaxias).
Podríamos decir, sin temor a equivocarnos que nuestra especie, llegó, desde la copa de los árboles, hasta las naves que le llevaron al Espacio, y, tan inmenso salto, sólo se puede adjudicar a que, nuestras mentes humanas, se expandieron al mismo tiempo que la hace el Universo del que formamos parte y al que, hicimos muchas preguntas que pudimos, finalmente, contestar, otras, han quedado pendientes para el futuro, y, debe ser que, la Naturaleza, no nos considera lo suficientemente maduros para manejar ciertas fuerzas que, seguramnete, nos destruirían.
El Método Cinetífico es la Herramienta más adecuada para conseguir nuestros logros, y, unido al hecho cierto de que todos llevamos dentro ese ingrediente que llamamos “curiosidad”, podemos estar tranquilos en el sentido de que, pocas cosas quedarán libres de nuestra perspicacia y ganas de saber el por qué, “aquello funciona de esta o de aquella otra manera”. Lo queremos saber todo sobre todo y, para ello, nos valemos de muchas cosas como el LHC, el Hubble, el telescopio microscópico, y muchísimas más que, nuestro ingenio, inventó para poder acceder allí, donde nuestros ojos y nuestros cuerpos no pueden llegar.
Máquinas robotizadas van en nuestro lugar a planetas y lunas del Sistema Solar, y, dentro de algunas décadas, también viajarán a lugares más alejados para poder saber, de nuestro entorno y de nuestras posibilidades futuras en este Universo Universo nuestro, ya que, como sabemos, nada es Eterno y, el Tiempo, nunca dejará de transcurrir.
emilio silvera
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Toda investigación científica se somete siempre a una “prueba de la verdad” que consiste en que sus descubrimientos pueden ser comprobados, mediante experimentación, por cualquier persona y en cualquier lugar, y en que sus hipótesis son revisadas y cambiadas si no se cumplen.
En este tema usaremos como ejemplos los supuestos pasos de Galileo en la investigación del péndulo y unos ejemplos-actividad de las etapas del M.C. para estudiar un movimiento.
el 6 de julio del 2015 a las 13:53
Hola Emilio,
No he podido evitar al ver este artículo un fuerte silbido en los oídos.
Pensar que un método que ha funcionado hasta el momento debe de ser “eterno” es un salto demasiado arriesgado. Prueba de ello es que utilizando dicho método llevamos más de 100 años intentando comprender el Universo sin resultados claros.
Separar, trazando una linea imaginaria, lo que es o no cierto únicamente responde a un criterio de pensamiento, a una opinión mayoritaria; Pero no debemos olvidar que todo criterio humano en el fondo no es más que un criterio arbitrario. No hay que olvidar que a lo largo de la Historia todas nuestras presunciones mayoritarias o consensuadas acerca de las reglas que rigen el Universo han sido siempre derrumbadas. Quizás el ejemplo más claro sea la propia teoría de la relatividad, una verdadera “bofetada” a todos aquellos que pensaban que ya teníamos un conocimiento completo del Universo.
Te dejo la siguiente publicación, que desmonta los mitos del método científico y explica porqué dicho método es totalmente inconsistente para comprender la esencia del Universo. Hay muchos argumentos, pero pienso que todos ellos se pueden reducir a la siguiente premisa: Método y ciencia son términos incompatibles entre ellos.
Espero que te guste. Un saludo,
https://es.scribd.com/doc/270218100/EL-UNIVERSO-Y-LOS-DIEZ-MANDAMIENTOS
el 7 de julio del 2015 a las 5:55
Estimado amigo Ricard:
Has logrado hacerme reir a primeras horas del día, y, desde luego, comenzar así la jornada no está nada mal.
Aquí mismo (no pocas veces) he hablado de la necesidad que tenemos de teorías más avanzadas y de la necesidad de seguir caminos distintos a los que creemos que debemos tomar para llegar a las metas propuestas que, en no pocos casos, vamos cargados de ideas y prejuicios predeterminados que, por sí mismos, son los que impiden que alcancemos el horizonte propuesto. Nuestros “logros”, están llenos de arbitrariedades y, el mejor ejemplo, lo tenemos en el Modelo estándar que, abarrotado de parámetros arbitrarios, es la mejor herramiento que tenemos para describir un mundo imperfecto que es a la único que hemos podido llegar.
Te afradezco el enlace que me aportas al que dedicaré un rato para disfrutar del mensaje que contiene que, de seguro, me gustará.
Un cordial saludo.
el 6 de julio del 2015 a las 15:39
La comprobación constante de una teoría científica no es un método, es una condición necesaria para asegurar la verdad; la ciencia utiliza mil un un métodos para sus descubrimientos; desde percepciones obtenidas en sueños hasta ideas sugeridas por drogas (por decir de las más extrañas), y todas ellas son válidas para conseguir cualquier teoría, con la “condición” de que no puedan ser refutadas ni una sola vez.
No obstante es cierto que hay que tener cuidado con los nuevos “religiosos” de la ciencia, que a veces pueden llegar a unos fanatismos nada “científicos”.
Saludos.
el 6 de julio del 2015 a las 17:14
Eso que dices, simplemente, no es cierto; ni siquiera se trata de una verdad lógica, las condiciones necesarias (más allá de la “metodología” empleada) no son más que una creencia generalizada. Planteate lo siguiente.
Una condición necesaria (según la ciencia o hasta donde nos ha conduce la validez del método científico, si quieres verlo así) es que una ley física ha de poder sintetizarse en la forma de un teorema. El razonamiento es el siguiente: si siempre ha sido así con todas las leyes físicas, a cualquier nueva teoría le hemos de aplicar la misma normal. Tan sólo seguimos, por lo tanto, la tradición. Es cierto que las leyes físicas que hemos descubierto hasta ahora todas ellas pueden expresarse de forma matemática, pero no hay que olvidar que estamos hablando de leyes universales, pero parciales. Una teoría unificada global no tendría porque basarse en el mismo concepto y te pondré varios ejemplos:
Si el universo fuera eterno, algo que nunca podremos experimentar directamente, esto implicaría que tiene un patrón de funcionamiento que, matemáticamente, podemos describir como un algoritmo (sea en la forma que sea) que no se detiene en ningún momento. No podría sintetizarse, por tanto, en la forma de una teorema, del que siempre queremos que tenga una respuesta determinada. Esto sucede porque un teorema matemático, por definición es estático. Es difícil pensar, por lo tanto en un teorema matemático capaz de describir el eterno movimiento. De hecho, si así fuera, dejaría de ser un teorema.
Que el Universo pueda ser o no eterno no deja de ser, no obstante, una conjetura; Pero lo que si es cierto, lo que si que sabemos es que el Universo es capaz de computar instantáneamente, llámalo “entrelazamiento” o de la forma que prefieras. Cuesta pensar que un programa de ordenador, lo que ahora conocemos como “inteligencia artificial” en algún momento sea capaz de hacer esto. Si así fuera dicho ordenador (o su programa) sería capaz no sólo de superar las limitaciones físicas de los elementos de que se compone, sino que además podría procesar infinita información de forma instantánea. De hecho ¿No es esto lo que queremos? Una inteligencia capaz de reproducir lo mismo que hace el Universo.
Matemáticamente a esta característica también podemos referirnos como una imposibilidad lógica. Computar de forma instantánea implica que no podemos distinguir el resultado de los sumandos. Tambien podemos definir a este resultado como una “referencia circular”
La teoría de la relatividad establece que todo depende del punto de vista, excluyendo también la posibilidad de tener una única respuesta determinada. Un universo relativo tampoco puede condensarse en la forma de un Teorema.
¿Método científico? ¿Comprobación constante como condición necesaria? Dime… ¿en qué momento hacemos esto? ¿Alguna vez nos paramos a comprobar las “herramientas” que utilizamos para llegar al conocimiento o, simplemente damos por supuesto su buen funcionamiento?
Basarse en la medición y el experimento siempre nos dará un resultado limitado, pero nunca podrá proporcionar una respuesta global, ya que el Universo es independiente de cualquier sistema físico de medida, y esto es lo que implica que siempre se base en un criterio matemático.
Si el Universo fuera una ecuación matemática, o un holograma, como implica la teoría de cuerdas, sería sinónimo de un universo infinito, dado que podríamos introducir infinitas variables en la ecuación obteniendo siempre un resultado. El problema precisamente consiste en cómo queremos determinar el resultado. Si somos nosotros los que introducimos las variables en la ecuación, significa que introducimos un criterio arbitrario para su deducción.
Este es el error de pensamiento, queremos buscar una solución determinada porque eso es lo que se adecua a nuestro criterio de lógica, a lo que siempre hemos hecho. ¿Y si la solución correcta de la teoría de cuerdas no consistiera en encontrar una respuesta, sino simplemente en entender cómo se relacionan las 10 dimensiones entre ellas?
Si fuéramos capaces de eliminar de nuestras cabezas, la necesidad de que el Universo se tenga que basar en alguna de nuestras creencias, podríamos intentar apreciarlo de la forma más objetiva posible. Pero claro, eso supone volver al problema de la inexistencia de medida y, en consecuencia, aceptar la absurdidad del método experimental.
Si consideras que la comprobación constante de una teoría es un método de la verdad, únicamente estaría de acuerdo, si aceptamos la posibilidad de que incluso dicho método, pueda ser en sí mismo incorrecto.
No hay que tener cuidado con los religiosos de la ciencia, a los que hay que tenerles miedo es a los que intentan imponernos su lógica de pensamiento.
el 6 de julio del 2015 a las 22:36
De acuerdo en términos generales. Pero para progresar debemos de dotarnos de herramientas y el método científico, o bajo mi punto de vista la condición (falsabilidad), es una de las pocas herramientas de las que disponemos para poder hacer algo, porque de otra manera, no creo que hubiéramos llegado a donde estamos.
Las teorías se convierten en leyes con el tiempo, tras innumerables comprobaciones, y aunque pueda ser verdad que en la investigación se puede comenzar a veces con falsas ideas, que por haber sido aceptadas las damos como buenas, en otras ocasiones está demostrado que valen; vamos en la mayoría de las ocasiones. Lo que nos ha hecho fallar más no ha sido el método en sí, sino nuestro recalcitrante homocentrismo; pero en la actualidad pocos científicos poseen esa lacra.
De todas formas no creo que tengamos más opciones, porque sería imposible la investigación científica si siempre tuviéramos que comenzar de cero; que para hacer una casa tuviéramos primero que inventar la geometría, el cemento, la pala, etc..
Además ese pensamiento tan exquisito suena más a filosofía que a ciencia (a ojos de un ignorante como yo claro).
De todas formas cada vez existen más científicos que creen lo del universo holográfico, pues parece que asoman más indicios de que esa aparente barbaridad pueda ser real.
El universo y sus fuerzas es demasiado complicado para intentar comprenderlo de golpe; quizás con el tiempo, mucho, se llegue a algo parecido, o a comprender que no es nada de lo que nos creíamos.
Puede que el secreto último se encuentre en nuestra mente (la de unos pocos), que son capaces de intuir cosas extraordinarias, como el caso del joven estadounidense que es capaz de multiplicar grandes cifras instantáneamente y sin operación aritmética alguna, simplemente se le aparece en la mente la solución, como una nube de una forma y color determinado.