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¿Por qué es difícil viajar a Marte? II (Desde la NASA)

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Marte    ~    Comentarios Comments (4)

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Fotograma de la película ‘Marte’ (‘The Martian’). EM

¿Por qué es difícil ir a Marte? (II)

 

 

En la pasada entrada contextualizamos el problema de una misión humana a Marte para apreciar la dimensión del desafío que supone. Como vimos, la principal razón que la hace difícil es la enorme distancia que nos separa de ese planeta, lo que implica que la misión tendría una duración total de aproximadamente 2 años y medio. En esta entrada vamos a concretar cómo se plantea hoy en día esta misión, tomando como ejemplo la oportunidad para el año 2037.

Según está propuesto en la actualidad, para completar una misión humana a Marte serán necesarias 3 naves: dos de carga y una para la tripulación. Una de las naves de carga transportará a Marte el hábitat que albergará a la tripulación durante su estancia de 539 días en la superficie marciana. Este hábitat se denomina SHAB (Surface Habitat), y es ahí donde Mark Watney, el protagonista de ‘Marte’ The Martian, trata de sobrevivir en solitario.

La otra nave de carga es el denominado ‘vehículo de descenso y ascenso’, o DAV (Descent and Ascent Vehicle). El DAV es la nave a bordo de la que la tripulación, una vez acabada su estancia en Marte, abandonará este planeta, y es, por tanto, la nave que utiliza la tripulación al principio de la película para abortar su estancia en la superficie marciana en medio de una feroz tormenta de arena.

La nave con la tripulación es conocida como ‘vehículo de transferencia para Marte’, o MTV (Mars Transfer Vehicle), y es la que se encargará de transportar a la tripulación en sus dos trayectos interplanetarios: el de ida a Marte y el de regreso a la Tierra (las naves de carga solo tienen tiques de ida).

 

Concepto de vehículo de transferencia de tripulación para Marte. Fuente: NASA.

Estas tres naves habrán de ensamblarse en una órbita baja alrededor de la Tierra antes de ser enviadas por separado a Marte, pero estos ensamblajes y envíos se harán en tiempos distintos. Las naves de carga (SHAB y DAV) serán las primeras en ser ensambladas, y serán lanzadas al planeta rojo dos años antes que el MTV con la tripulación. ¿Por qué dos años? Porque es aproximadamente cada dos años que se da la posición relativa precisa entre Marte y la Tierra que permite que entre ambos planetas se pueda volar una trayectoria por la que se minimiza la cantidad de combustible a utilizar. Esto es de gran importancia porque son muchas las toneladas de combustible que se necesitan para hacer posible una misión así, como veremos luego.

 

Concepto de nave de carga para Marte. Fuente: NASA.

Una vez ensamblada cualquiera de estas tres naves en órbita alrededor de la Tierra, cada una de ellas es lanzada desde ahí hacia Marte a través del encendido de sus motores durante un corto espacio de tiempo. La nave es así acelerada hasta adquirir la velocidad necesaria para abandonar la influencia gravitatoria terrestre y dirigirse hacia Marte a lo largo de una trayectoria interplanetaria que es, en realidad, una órbita elíptica alrededor del Sol y cuyo punto más lejano intersectará con el paso de Marte por ese punto en el momento preciso. Cuando la velocidad deseada ha sido alcanzada, los motores se apagan y permanecen así durante toda la travesía (se encenderán en algún momento para hacer alguna corrección en la trayectoria). A pesar de encender los motores durante un corto espacio de tiempo, del orden de pocos minutos o decenas de minutos, la cantidad de combustible que se utiliza es enorme (decenas de toneladas).

Este lanzamiento hacia Marte desde una órbita baja alrededor de la Tierra se denomina ‘inyección transmarciana’, y nos referimos a él como TMI (Trans-Mars Injection). Nótese que al regreso de la tripulación desde Marte, el mismo proceso ocurrirá desde allí en sentido inverso: desde una órbita alrededor de Marte, la nave encenderá sus motores por un corto espacio de tiempo en lo que se denomina ‘inyección transterrestre’, o TEI (Trans-Earth Injection).

Una vez llegada una nave a las proximidades de Marte, esta debe frenarse para quedar capturada en una órbita alrededor de ese planeta desde donde acometer las siguientes operaciones. Esta maniobra de frenado se denomina ‘inserción en órbita marciana’, o MOI (Mars Orbit Insertion). El MOI puede hacerse de forma propulsada, encendiendo los motores otro corto espacio de tiempo, o de forma aeroasistida, utilizando la atmósfera marciana para frenar la nave en una maniobra llamada ‘aerocaptura’. Esta última opción se ha propuesto solo para las naves de carga de forma que sería mucho el combustible que se ahorraría en la misión. El problema es que nunca se ha volado una aerocaptura hasta la fecha, con lo que esta capacidad habría de ser demostrada antes. El SHAB (la nave portando el hábitat) permanecerá en órbita alrededor de Marte a la espera de la tripulación, pero el DAV (vehículo de descenso y ascenso) descenderá a la superficie marciana de forma autónoma.

El DAV será la nave de ascenso que utilizará la tripulación en su día para despegar de la superficie al acabar su estancia en el planeta rojo. Con objeto de ahorrar el combustible necesario para ese lanzamiento, se propone que el DAV no porte el combustible con él, sino que lo produzca en Marte, in situ. Y es que sería prohibitiva la masa de una nave que descendiera a la superficie de Marte con el combustible para el lanzamiento posterior de 6 personas al finalizar su estancia allí. De hecho, se propone que el DAV no solo produzca in situ el combustible, siendo el metano/oxígeno la opción preferida, sino que también produzca el oxígeno, nitrógeno y el agua necesarios para la tripulación. Esta es otra área que precisa investigación y desarrollo tecnológico.

Dos años después de haber enviado las dos naves de carga, y después de comprobar que los consumibles (combustible, aire, agua) hayan sido producidos en Marte y de que todo allí funcione correctamente, la tripulación será lanzada finalmente al planeta rojo desde la Tierra. Una vez en órbita alrededor de Marte, el MTV (la nave en la que viaja la tripulación) se encontrará con el SHAB, que lo espera en órbita alrededor de Marte. Los astronautas pasarán al SHAB y procederán a bordo de esta nave al descenso a la superficie, donde aterrizarán a una corta distancia del DAV.

Ejemplo de misión a Marte propuesta para la oportunidad de 2037. Fuente: NASA.

El descenso a Marte de naves de tanta masa es a día de hoy un problema no resuelto. Hasta la fecha se han enviado a Marte vehículos exploradores y aterrizadores de muy poca masa. El principal problema reside en que la atmósfera marciana es muy tenue y no consigue frenar una nave de reentrada lo suficiente sin necesidad de emplear retropropulsión supersónica o enormes superficies de frenado si la nave es lo suficientemente masiva. La tecnología a día de hoy permite como máximo aterrizar en Marte masas de alrededor de una tonelada, un valor muy lejano de las naves de varias decenas de toneladas que habrá que poder aterrizar en una misión humana, por lo que nuevas técnicas y tecnologías deberán también ser desarrolladas para este propósito, un área de investigación en el que personalmente trabajo parcialmente en la actualidad.

Después de los 539 días de estancia en Marte, la tripulación será lanzada en la etapa de ascenso del DAV al encuentro del MTV, que habrá permanecido en órbita alrededor de Marte todo ese tiempo. Una estancia tan larga en Marte sería necesaria a la espera de que la posición relativa entre este planeta y la Tierra fuera óptima para el regreso con un mínimo gasto de combustible, lo que ahorra el envío de ingentes cantidades de combustible. Una vez transferidos al MTV, se procederá a la inyección transterrestre por la que los astronautas regresarán a casa unos 200 días después, para acabar haciendo una reentrada en la atmósfera de la Tierra a bordo de una cápsula Orion, la cual está siendo desarrollada en la actualidad.

Muchas personas me preguntan si sería posible reducir la estancia en Marte. Efectivamente, la estancia podría reducirse a tiempos de entre 30 y 90 días; pero, en ese caso, los tránsitos interplanetarios habrían de ser muy largos, de mas de 200 días de ida y de unos 400 días de vuelta; requiriendo, además, maniobras de asistencia gravitatoria en el camino; de otra manera, el coste sería prohibitivo. Se favorece la opción de viajes cortos y estancias largas para reducir la exposición de la tripulación a la radiación. Estando en Marte, el mismo planeta bloquea el 50% de la radiación a la que estarían expuestos los astronautas, ademas de que ciertas medidas de protección serian mas fáciles de implantar.

Como se ha dicho constantemente, las masas involucradas en una misión humana a Marte son enormes. Un elemento que contribuye significativamente a esto es el combustible, y es por esta razón que se ha propuesto la opción de utilizar propulsión nuclear-térmica en lugar de propulsión química, tal y como ha sido el caso en todas las misiones tripuladas hasta la fecha. Esta no es una decisión baladí ya que el ahorro en combustible entre una opción y otra es de unas 400 toneladas; esto es, aproximadamente la masa de una Estación Espacial Internacional (ISS). Para poner esto en perspectiva, apuntemos que se precisaron 10 años para ensamblar la ISS y algo más de una treintena de lanzamientos (aunque de menor capacidad que el Saturno V).

Según se estima en la actualidad, para llevar a cabo una única misión a Marte habrá que lanzar al espacio desde la Tierra un total de 850 toneladas en caso de que se utilice propulsión nuclear-térmica, o 1.250 toneladas en caso de utilizar propulsión química. Esto son 2 o 3 Estaciones Espaciales Internacionales. Asumiendo que un cohete lanzador de prestaciones similares al Saturno V de las misiones lunares puede emplazar 120 toneladas en una órbita baja alrededor de la Tierra, el número de lanzamientos requeridos en una sola misión humana a Marte sería aproximadamente de 7 u 11, dependiendo del tipo de combustible, y asumiendo que todos los elementos necesarios puedan ponerse en órbita con un lanzador así. El envió de la tripulación precisaría de un lanzamiento especifico a bordo de un cohete de menor capacidad, por ejemplo, y es posible que ciertas tareas de ensamblaje puedan requerir asistencia humana también.

Existen muchas variaciones en las arquitecturas propuestas para misiones tripuladas a Marte pero lo expuesto aquí refleja lo que viene a ser la arquitectura de referencia que se considera hoy en día. En cualquier caso, la envergadura de una misión humana a Marte es sobrecogedora. Espero que estas dos ultimas entradas hayan ayudado a entender un poco mejor la magnitud de una empresa tan ambiciosa y compleja. Las dificultades técnicas, operativas y tecnológicas que encierra no son para nada triviales, y resulta imposible siquiera mencionarlas todas en una entrada de un blog. Se requiere aún el desarrollo de tecnologías inexistentes en la actualidad para llevar a cabo una misión así, y muchas de las cuestiones planteadas no están aún resueltas. Aún estamos lejos de poder enviar seres humanos a Marte, pero también hace un siglo se estuvo muy lejos de alcanzar el espacio y la Luna. Estoy seguro de que el ser humano llegará a Marte algún día si así lo desea, pero creo, y esta es una opinión estrictamente personal, que ese día está más lejos de lo que muchos puedan pensar.

Fuente: NASA

 

  1. 1
    Emilio Silvera
    el 5 de diciembre del 2015 a las 5:44

     

    Los 10 mayores inconvenientes para una misión tripulada a Marte

     

     

    misionamarte1.jpg

    La NASA y otras agencias espaciales llevan años planeando (aunque no concretando) una misión tripulada a Marte. Muchos, entre los que se encuentran sabios eminentes como Stephen Hawking, sostienen que a medida que las condiciones en la Tierra se van deteriorando, convendría ir pensando en otras localizaciones en el espacio exterior, susceptibles de ser colonizadas por humanos, si es que deseamos sobrevivir como especie. El ser humano se ha sentido fascinado desde siempre por Marte, cada vez que se se habla de colonizar otros mundos, Marte surge como opción principal. Pero lo cierto es que para emprender un viaje tripulado al planeta rojo, aún tenemos que solventar muchos inconvenientes técnicos, una tarea que dista mucho de ser sencilla.

    A continuación muesto una lista con los 10 riesgos principales que la humanidad deberá correr, si pretende poner el pie sobre otro mundo distinto al que nos vio surgir como especie.

     

    1) Excesiva dependencia de la tecnología actual:

    Un viaje a Marte no es tan sencillo como una misión a la órbita terrestre. Necesitaremos lo último en tecnología, y habrá que confiar en que los propios tripulantes puedan arreglar los desperfectos que puedan aparecer. Aquí no hay forma de recibir ayuda exterior, como cuando se estropea el Hubble. Por desgracia la experiencia nos dice que a mayor complejidad tecnológica, mayor probabilidad de fallo. En esencia eso significa que cualquier daño severo pondría en peligro de muerte a los tripulantes. Además, para ahorrar espacio y peso, habría que evitar transportar el combustible para el viaje de vuelta, de modo que los astronautas deberían poder fabricarlo en Marte (la mejor opción es extraer hidrógeno a partir de hielo marciano).

    2) Gran distancia:

    La distancia entre la Tierra y Marte, cuando ambos están en período de acercamiento, es de 54,5 millones de km. Esto significa que para alcanzar Marte, con los medios actuales, se tardarán seis meses. El viaje de vuelta podría ser aún más largo puesto que las posiciones relativas de los planetas en sus órbitas habrán variado. Un viaje de esta duración pondría al límite a la tecnología de la que disponemos y supondría todo un reto físico y síquico para los astronautas.

    3) Radiación:

    Sin la protección de la magnetosfera terrestre, los astronautas no contarían con un escudo protector contra la radiación solar. Además, están los rayos gamma que provienen de los agujeros negros recién nacidos y los rayos cósmicos procedentes de explosiones estelares, todas los cuales suponen un riesgo para la integridad del ADN. Sin la adecuada protección, la salud de los astronautas se vería alterada y el riesgo de contraer cáncer multiplicado (especialmente en el caso de las mujeres). Los sistemas de filtros suelen ser voluminosos, así que este es un reto tecnológico que aún se debe solventar.

    4) Imposibilidad de comunicaciones en tiempo real con el control de mando:

    Considerando la distancia entre Marte y la Tierra, una señal tarda 20 minutos en viajar entre ambos mundos. Los astronautas tendrán que esperar 40 minutos para recibir una respuesta del centro de operaciones. Lo cual implica que los viajeros de la nave tendrán que ser autónomos en cuanto a las reacciones a los daños o problemas graves que puedan surgir en cualquier instante. La preparación de los astronautas deberá ser aún más dura que la actual, sobre todo teniendo en cuenta los innumerables peligros y averías que pueden darse durante un viaje de esa duración.

    5) Temor a una colisión con un asteroide:

    Más allá de la órbita de Marte y antes de alcanzar la de Júpiter se encuentra una región de 550 millones de kilómetros repleta de asteroides. En la Tierra, aún no se han podido calcular la órbita de todos los pequeños asteroides que podrían impactar contra nuestro planeta, así que hacer algo parecido con las rocas que la nave podría encontrarse en su camino al planeta rojo es algo poco más o menos parecido a la ciencia ficción. Una colisión con una roca tan pequeña como una pelota de golf podría dar al traste con la misión en un solo instante.

    6) Efectos de la baja gravedad:

    Los astronautas tendrán que permanecer en un ambiente de gravedad cero hasta que alcancen Marte, y una vez que lo hagan se verán sujetos a una gravedad menor a la terrestre. La baja gravedad es todo un reto para el cuerpo humano ya que está comprobado que, durante períodos de tiempo prolongados, provoca daños a la musculatura terrestre, a los tejidos óseos y al sistema inmune. Una vez que regresaran, los astronautas tendrían que vérselas con la gravedad de la Tierra, que podría resultarles toda una “carga” fatal, por lo que necesitarían largos procesos de rehabilitación y adaptación. El ejercicio físico durante el viaje evitaría solo parcialmente estos problemas.

    7) Efectos de la permanencia a bajas temperaturas continuas:

    La temperatura en Marte varía entre unos -129º C y los 0º C. Vivir a temperaturas tan bajas podría tener efectos desastrosos en la circulación sanguínea e incluso podría provocar hipotermia a los astronautas. Una vez en el planeta rojo, los pioneros tendrían que producir su propia calefacción, probablemente desplegando una mini granja de paneles solares. Para ello, la misión debería alcanzar (y abandonar) el planeta rojo durante el verano marciano. El inconveniente es que durante esta estación el hielo se evapora, y la presencia de este elemeno es fundamental tanto para el suministro de agua potable, como para la fabricación de combustible. Por ello, elegir una localización correcta para el aterrizaje en Marte (soleada, pero cerca de cráteres helados y en semipenumbra) debería de ser una de las elecciones más importante. También convendría que la ubicación de la base se encontrase cerca del ecuador, para que el despegue fuera más sencillo al aprovechar la velocidad de rotación del planeta cuando se inicie el viaje de vuelta.

    8) Riesgos por el polvo marciano:

    Al contrario que el polvo terrestre, el regolito Marciano es más grande y áspero, similar al de la luna. Si los astronautas efectúan el largo viaje a Marte, deberán permanecer allí durante algunos meses. Esto haría que este polvo, potencialmente peligroso, se fuese acumulando en el equipo, causando problemas en los sistemas de cierre en los sistemas de ventilación, por lo que incluso se podría infiltrar en los pulmones de los tripulantes, con el consiguiente riesgo para su salud. Para empeorar el asunto, el polvo en Marte no se queda quieto sobre el suelo, como sucede en la luna, sino que es barrido por los furiosos vientos de las grandes tormentas de polvo.

    9) Efectos sicológicos sobre los humanos:

    Los humanos pueden padecer efectos mentales adversos a causa de la larga duración del viaje y de la permanencia en Marte. La soledad, las naturales tensiones con los compañeros y la batalla diaria para mantenerse en forma podrían jugarle malas pasadas a las mentes de los astronautas. No podemos basarnos en la experiencia en las misiones a la luna, a causa de su corta duración. Tampoco sirve de mucho la experiencia en las estaciones espaciales, como la MIR o la ISS, ya que los astronautas tenían comunicación directa (en tiempo real) con sus familias, y sabían que en caso de problemas serios, la Tierra y los sistemas de rescate, estaban al alcance de la mano. Los experimentos de aislamiento con sistemas cerrados en la Tierra (como el experimento Biosfera) demostraron que los problemas sicológicos derivados de la convivencia son una traba grave a tener en cuenta.

    10) Coste económico:

    Se cree que una misión a Marte podría costar alrededor de 100.000 millones de dólares USA. Un coste de este tipo ya ha sido descrito como “de locura” por algunos consejeros de la Casa Blanca, que creen que esa estimación podría quedarse corta en un 30%. Más aún, con este dinero se podrían financiar unas cuantas misiones no tripuladas consideradas más urgentes que el viaje a Marte, como la construcción de telescopios espaciales capaces de divisar exoplanetas. Una misión tripulada interplanetaria, probablemente se podría organizar con un gran esfuerzo internacional, pero buena parte de la opinión pública en varios países (especialmente en las democracias) no estaría de acuerdo con un “derroche” semejante. Por ello es probable que la solución pasase por confiar en iniciativas privadas, a cambio de derechos de explotación. Las riquezas naturales de Marte, de momento, no parecen darle mucho atractivo como objetivo comercial. La luna sin embargo, es rica en Helio-3, y por cercanía y dificultad técnica, es sin duda el campo de pruebas perfecto para un futuro viaje hacia el planeta rojo, así que es ahí donde todo debería empezar.

    Basado en Top 10 Risks in Manned Mission to Mars y ampliado con datos recopilados por Maikelnai.

    Responder
  2. 2
    Emilio Silvera
    el 5 de diciembre del 2015 a las 6:10

    Aunque no nos guste, las cosas son de esa manera. El hablar de planificar un vciaje a Marte en estos momentos… ¡Es algo Imposible! Ni la técnica, ni los conocimientos necesarios para paliar tántos inconvenientes como nos encontraremos, lo hacen posible. No dudo que en el futuro próximo se conseguirá realizar ese soñado viaje y, entonces, se podrá realizar una misión con todas las garantías que hoy por hoy no podemos poner encima de la mesa de tal proyecto.


    Sería una auténtica locura planificar una misión de alto coste (sobre todo en vidas), ya que, esa misión no estaría, de ninguna manera garantizada para los humanos que en ella tomaran parte. Y, desde luego, para comenzar un viaje de irás y no volverás, lo mejor es tener paciencia y esperar el momento adecuado en el futuro próximo.

    ¿Ir a Marte? ¡De momento NO Gracias!

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  3. 3
    emilio silvera
    el 5 de diciembre del 2015 a las 9:07

    La NASA Busca Exploradores Para Futuras Misiones Espaciales

    04.11.15.- A la espera de poder volver a ver lanzamientos de vuelos espaciales humanos en suelo americano, y como preparativo para el futuro viaje de la agencia a Marte, la NASA anunció que pronto comenzará a aceptar solicitudes para la próxima clase de candidatos a astronautas. Hoy en día, con más naves espaciales para volar humanos en desarrollo en los Estados Unidos que en cualquier otro momento de la historia, los futuros astronautas serán lanzados una vez más desde la Costa Espacial de Florida en naves espaciales comerciales de fabricación estadounidense, y llevarán a cabo misiones de exploración del espacio profundo que avanzarán un futura misión humana a Marte.
    La agencia aceptará solicitudes desde el 14 de Diciembre hasta mediados de Febrero de 2016, y espera anunciar los candidatos seleccionados a mediados de 2017. Las solicitudes para ser un astronauta de la NASA serán aceptadas en:
    http://www.usajobs.gov
    La siguiente clase de astronautas podría volar en cualquiera de las cuatro naves espaciales estadounidenses diferentes durante su carrera: la Estación Espacial Internacional, dos naves espaciales comerciales tripuladas, que actualmente se están desarrollando por empresas de Estados Unidos, y Orión, el vehículo que está desarrollando la NASA para viajes de exploración al espacio profundo.
    Desde pilotos a ingenieros, científicos y médicos, la NASA seleccionará a los candidatos a astronautas cualificados de un grupo diverso de ciudadanos de Estados Unidos con una amplia variedad de orígenes.
    “Este próximo grupo de exploradores espaciales estadounidenses inspirará a la generación de Marte para llegar a nuevos retos, y nos ayudará a alcanzar el objetivo de poner huellas de botas en el Planeta Rojo”, dijo el administrador de la NASA Charles Bolden. “Los seleccionados para este servicio volarán en naves espaciales hechas en Estados Unidos desde suelo estadounidense, realizando avances en la ciencia fundamentales y la investigación a bordo de la Estación Espacial Internacional, y ayudarán a empujar los límites de la tecnología en el campo de pruebas del espacio profundo.”

    ¿Quieres ser astronauta? La NASA Busca Exploradores Para Futuras Misiones Espaciales. Image Credit: NASA

     
    La agencia espacial está guiando una transición sin precedentes a naves espaciales comerciales para el transporte de tripulación y carga a la Estación Espacial. Vuelos en el CST-100 Starliner de Boeing y la cápsula tripulada Dragón de SpaceX facilitarán la adición de un miembro para conseguir siete tripulantes en cada misión a la Estación, duplicando la cantidad de tiempo que un astronauta será capaz de dedicar a la investigación en el espacio.
    Los futuros miembros de la tripulación de la Estación continuarán el trabajo vital avanzado durante los últimos 15 años de presencia humana continua a bordo del laboratorio orbital, ampliando los conocimientos científicos y probando nuevas tecnologías. Este trabajo incluirá la construcción de misiones regulares de seis meses y la misión de un año, actualmente en marcha a bordo de la estación, que se está esforzando por alcanzar avances en investigación no posibles en la Tierra que permitan la exploración humana y robótica de larga duración en el espacio profundo.
    Además, el Sistema de Lanzamiento Espacial, SLS, de la NASA y la nave espacial Orión, actualmente en desarrollo, pondrán en marcha a los astronautas en misiones al campo de pruebas de la órbita lunar, donde la NASA aprenderá a realizar operaciones complejas en un entorno de espacio profundo antes de pasar a misiones de mayor duración en su viaje a Marte.
    “Este es un momento emocionante para ser parte del programa de vuelos espaciales tripulados de Estados Unidos”, dijo Brian Kelly, director de operaciones de vuelo en el Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston. “La NASA ha dado el siguiente paso en la evolución del programa de vuelos espaciales tripulados de nuestra nación – y nuestros astronautas estadounidenses estarán a la vanguardia de estas nuevas y desafiantes misiones de vuelo espacial. Animamos a todos los solicitantes cualificados a aprender más acerca de las oportunidades de ser astronauta de la NASA y que envíen una solicitud para unirse a nuestro equipo de operaciones de vuelo “.
    Hasta la fecha, la NASA ha seleccionado más de 300 astronautas para volar en sus misiones cada vez más desafiantes para explorar el espacio y beneficiar la vida en la Tierra. Hay 47 astronautas en el cuerpo de astronautas activos y serán necesarios más para las tripulaciones de futuras misiones a la Estación Espacial y destinos en el espacio profundo.
    Los candidatos a astronautas deben haber obtenido una licenciatura en una institución acreditada en ingeniería, ciencias biológicas, ciencias físicas o matemáticas. Se recomienda un título avanzado. Los candidatos también deben tener al menos tres años de experiencia profesional relacionada, con responsabilidades crecientes, o por lo menos 1.000 horas vuelo como piloto al mando en aviones a reacción.
    Para obtener más información acerca de una carrera como astronauta de la NASA, y los requisitos, visite:
    http://www.nasa.gov/astronauts

    Responder
  4. 4
    emilio silvera
    el 5 de diciembre del 2015 a las 9:10

    La Colaboración Entre NASA y Microsoft Permitirá a Científicos ‘Trabajar en Marte’
     
    23.01.15.- NASA y Microsoft se han inodo para desarrollar un software llamado OnSight, una nueva tecnología que permitirá a los científicos trabajar virtualmente en Marte empleando una tecnología llamada Microsoft HoloLens.
    Desarrollada por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, OnSight proporcionará a los científicos un modo de planificar y, junto con el rover de Marte Curiosity, realizar operaciones científicas en el Planeta Rojo.
    “OnSight proporciona a nuestros científicos del rover la habilidad de caminar y explorar Marte desde sus despachos,” dijo Dave Lavery, ejecutivo del Programa MSL de la NASA. “Cambia fundamentalmente nuestra percepción de Marte, y cómo comprendemos el ambiente de Marte en que se encuentra el rover”.
    OnSight utilizará datos reales de rover y ampliará las herramientas de planificación de la misión de Curiosity creando una simulación 3D del ambiente marciano donde pueden encontrarse científicos de todo el mundo. Los investigadores podrán examinar el lugar de trabajo del rover en primera persona, planear nuevas actividades y previsualizar los resultados de su trabajo.

    OnSight emplea datos reales del rover para crear una simulación en 3D del ambiente marciano donde los científicos de la misión pueden reunirse y discutir sobre las operaciones del rover. Image Credit: NASA

     
    “Creemos que OnSight mejorará las formas en que exploramos Marte y compartimos ese viaje de exploración con el mundo”, dijo Jeff Norris, director del proyecto OnSight en JPL.
    Hasta ahora las operaciones de los rover requerían que los científicos examinasen imágenes de Marte en una pantalla de ordenador, y realizaran conjeturas sobre lo que estaban viendo. Pero las imágenes, incluso las imágenes 3D estéreo, carecen del sentido natural de profundidad que la visión humana emplea para comprender relaciones espaciales.
    El sistema Onsight utiliza la computación holográfica mediante la superposición de la información de los datos visuales del rover en el campo de visión del usuario. La informática holográfica mezcla una visión del mundo físico con imágenes generadas por ordenador para crear un híbrido de lo real y virtual.
    Para ver este reino holográfico, los miembros del equipo de la misión Curiosity contarán con un dispositivo HoloLens de Microsoft, lo que les rodea con imágenes del emplazamiento del rover en Marte. A continuación, pueden pasear por la superficie rocosa o agáchese para examinar los afloramientos rocosos desde diferentes ángulos. La herramienta proporciona acceso a los científicos e ingenieros que buscan interactuar con Marte en una forma más natural y humana.
    “Anteriormente, nuestros exploradores de Marte se han pegado en un lado de una pantalla de ordenador. Esta herramienta les da la capacidad para explorar los alrededores del rover tal y como lo haría un geólogo en la Tierra”, dijo Norris.

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