Dic
13
Estamos en el Cambio Climático
por Emilio Silvera ~ Clasificado en La contaminaciñon del planeta ~ Comments (0)
Ños Gobiernos de muchos paises, los más adelantados del mundo, están en Francia para tratar de llegar a un acuerdo (ya se ha logrado) en la emisión de gases nosivos para el clima. Los políticos, siempre han utilizado las Centrales nucleares como arma arrojadiza y han amenazado (lo siguen haciendo) con cerrarlas, y, no diré que la energía nuclear es lo mejor que podríamos tener pero, mientras no logremos la energía de fusión nuclear, esta clase de energía es más que necesaria y, teniendo los máximos cuidados para que no ocurran catastrófes similares a la de hace unos años en Japón, hay que seguir manteniénmdolas.
Las energías producidas por la quema del carbón sí que es mala
Los cientificos opinan:
“Veo las objeciones a la energía nuclear como no científicas o incluso anti-científicas”, dice Caldeira. “Todos oímos hablar de accidentes de avión pero muy poco sobre accidentes de coche, pese a que menos de 1.000 personas al año mueren en accidentes de avión y más de un millón en carretera”, y añade: “La situación con la nuclear es similar: los aerosoles emitidos en la combustión de carbón matan a millones de personas cada año, de una manera anónima, mientras que los muertos causados por la energía nuclear, siendo muy pesimistas, apenas llegan a los centenares de personas”.
El índice de contaminación lo producen aquellos combustibles que más se están utilizando en el mundo.
Para Caldeira, muchas de las objeciones a la energía nuclear “son resultado de un analfabetismo numérico, es fácil asustarte con cosas que no comprendes y estar en contra de la energía nuclear es una moda para gente que no piensa”. También reconoce que “es socialmente más fácil estar contra la nuclear”.
“La gente que mira los números con cuidado y se deja llevar por los datos en lugar de por una emoción irracional suele acabar reconociendo a la nuclear como una de las pocas fuentes de energía relativamente segura y abundante con potencial para resolver el problema del clima”, concluye.
Al final, todo es una cuestión de prioridades. Y si el cambio climático se sitúa como el principal problema al que enfrentarnos, la oposición a la energía nuclear de mucha gente empieza a palidecer y bajar puestos en la lista de preocupaciones. Como resume Caldeira: “Puedes verlo como si en la Edad de Piedra no usáramos una tecnología sostenible porque en un momento dado nos quedaríamos sin piedras. Al final bastó con que las piedras fueran abundantes y duraran el tiempo suficiente para llegar hasta la Edad de Bronce”.
La Humanidad ha ido avanzando a medida que el transcurso del Tiempo les permitía obervar la Naturaleza y aprender. Se construyeron las primeras ciudades en Sumeria y comenzaron a crearse otro tipo de vinculaciones entre los humanos, desaparecieron las tribus y crecieron las Sociedades en las que, cada vez, eran más avanzados los medios empleados para que los seres que las constituían pudieran desarrollar sus vidas con la mayor comodidad posible en el trabajo, para obtener alimentos, en las casas…
Pero vayamos a lo que es cierto y no política de grupos que sólo tratan de adquirir beneficios de todo este tinglado de las energías, y, de entre todos, los políticos y grupos de ecologístas son los más peligrosos para la propia sociedad. Si miramos el cuadro que arriba nos dice la realidad de la contaminación según qué combustible se esté utilizando, la cosa queda muy clara.
Cuatro científicos dieron una conferencia en la Cumbre del Cambio Climático de París. Podría pasar por otro de los muchos eventos que rodean a las negociaciones por un nuevo acuerdo, pero es mucho más. Es un alegato para dejar de demonizar la energía nuclear sin la cual, sostienen estos investigadores, al planeta no le salen las cuentas.
Podría pensarse que estos ponentes están financiados de alguna manera por la industria pero los datos lo desmienten. El principal orador es James Hansen, de 74 años. Es el mismo que en los años 60 descubrió que los aerosoles afectaban al clima en Venus y trasladó esos modelos a la Tierra, el que en 1988 testificó ante el Congreso de los Estados Unidos alertando del peligro del calentamiento global y el que en 2009 fue arrestado en Virginia Occidental por protestar contra la extracción de carbón mediante el método de remoción de la cima de una montaña, todo ello mientras era director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA. Levanta, digámoslo así, pocas sospechas.
Los estudios publicados por estos cuatro nombres -James Hansen, Ken Caldeira, Tom Wigley y Kerry Emanuel– han sido citados 128.578 veces por otros científicos. Actualmente investigan o dan clase en las universidades de Columbia, Stanford, el Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR) estadounidense y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), respectivamente.
Caldeira en la Universidad de Stanford
“Todos oímos hablar de accidentes de avión pero muy poco sobre accidentes de coche, pese a que menos de 1.000 personas al año mueren en accidentes de avión y más de un millón en carretera”, y añade: “La situación con la nuclear es similar: los aerosoles emitidos en la combustión de carbón matan a millones de personas cada año, de una manera anónima, mientras que los muertos causados por la energía nuclear, siendo muy pesimistas, apenas llegan a los centenares de personas”.