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¿En qué nos convertiremos? ¿Tiene la Naturaleza un destino reservado...
por Emilio Silvera ~ Clasificado en La Mente - Filosofía ~ Comments (11)
Sí, todo el universo infinito está dentro de nuestras mentes, allí debemos buscar llegar a comprender. Arriba, en esa Nebulosa inmensa y maravillosa (como en otras muchas de la nuestra y otras galaxias) se forjan las nuevas estrellas y los mundos nuevos, y, en ellos, surgen formas de vida que, algunas veces, son portadoras de mentes privilegiadas que llegan a tener Concienca de SER.
Claro que, para poder llegar a enteder lo que la Conciencia es, sería preciso que entendiéramos primero como funcionan nuestros cerebros: su arquitectura, su desarrollo y sus múltiples funciones dinámicas que son posible gracias a sus características más impotantes, tales como, su organización anatómica y la notable dinámica que genera y, aunque insuficiente, pincelada, esta imagen, este conocimiento es necesario para poder llegar a comprender de qué manera llega a surgir la Conciencia.
Nuestro Cerebro Contiene cerca de 100 mil millones de Neuronas y 100 trillones (es decir 100 millones de millones) de conexiones ellas, Esto destaca la posibilidad de que Podemos reconfigurar Nuestros Pensamientos Y Emociones Para Ser Co-Creadores de Nuestra Propia Vida Usando el Inmenso Poder de La Mente
¡Cien mil millones de Neuronas! Tantas estrella tiene la Vía Láctea. Conexiones a cientos de miles que procesan la información. La actividad eléctrica del cerebro es objeto de muchos estudios e investigaciones que, por ejemplo, intentan interpretar las ondas cerebrales para saber de los mecanismos de nuestras mentes que, están clasificados entre los secretos más complejos del Universo.
Nuestro cerebro se encuentra entre los objetos más complicados del unierso y es sin duda una de las estucturas más notables que haya producido la evolución. Hace tiempo ya que llegamos a comprender que el cerebro era necesario para para la percepción, los sentimientos y los pensamientos. Lo que es obvio es que la conciencia se encuentre causalmente asociada a ciertos procesos cerebrales pero no a otros.
En tanto que objeto y sistema, el cerebro humano es especial: su cocnetividad y su dinámica, su de funcionamiento, su relación con el cuerpo y con el mundo que le rodea, no se parece a nada que la ciencia conozca. Su caácter único hace que el ofecer una imagen del cerebro se convierta en una empresa extraordinaria y en un reto difícil de vencer y, aunque todavía estamos lejos de ofrecer una imagen completa (una imagen parcial siempre será mejor que nada), sí podemos dar una cierta información como para poder llegar a generar una teoría satisfactoria de la Conciencia..
discurrir sobre el surgimiento de la conciencia y concluir si lo clasificamos como un proceso de aparición de una propiedad emergente o si consideramos que podemos explicarlo estudiando las potencialidades de las neuronas aisladamente, es necesario conocer lo mejor posible qué entendemos por “Conciencia” y, qué procesos ha tenido que recorrer para que tenga las propiedades que en ella podemos observar. Es dinámica y en evolución y, que sepamos, sigue los mismos pasos que el Universo que la creó. Habrá que observar más detenidamente la naturaleza de la Conciencia que, con su inmensa complejidad, no nos deja llegar hasta una visión diáfana de lo que en realidad es. El Cosmos, aliado con el TIEMPO, y, el “OJO” del Universo que nos mira, siguen los progresos de esa CONCIENCIA nuestra que no podemos comprender…completamente.
¿Será su “realidad” nuestra realidad? Probablemente no. El que compartamos el mismo planeta no hace que todos tengamos las mismas percepciones, sensaciones, emociones, aspiraciones, alegrías, miedos, tristezas, penas, sentimientos, fuerza, personalidad, voluntad de , fuerza para luchar, y, el caso de las conciencias está, no pocas veces condicionado por factores que el individuo no pudo elegir. Claro que, muchas veces una simple mirada, nos puede transportar a otro mundo. Pero soñar…, podemos todos, otra cosa será poder realizar los sueños.
El cerebro humano adulto, con poco más de un kilo de peso, contiene unos cien mil millones de células nerviosas o neuronas. La capa ondulada más exterio o corteza cerebral, que es la parte del cerebro de eolución más reciente, contiene alrededor de 30 mil millones de neuronas y hasta un billón de conexiones. Si contáramos una sinagsis cada segundo, tardardaríamos 32 millones de años en acabar el recuento. Si consideramos el posible de circuitos neuronales, tenemos que habérnoslas con cifras hiperastronómicas: 10 seguido de un millón de ceros. (En comparación con el número de partículas del universo conocido que asciende sólo a 10 seguido de 79 ceros).
¿Que decir de la facultad del pensamiento? El pensamiento, el discurso interior y la formación consciente de imágenes nos recuerdan poderosamente que se puede construir una escena consciente incluso en ausencia de impresiones externas. Los sueños constituyen la demostración más palmaria de hecho. Pese a ciertas peculiaridades, como la credulidad, la resolución y la pérdida de auto reflexión del que sueña, la ensoñación y la conciencia despierta son notablemente parecidas (“soñar despierto”). Los objetos visuales y las escenas “vividas” en el sueño, suelen ser reconocibles, el lenguaje es inteligible e incluso las historias que se desarrollan en los sueños pueden llegar a ser tan coherentes que, no en pocas ocasiones, muchas personas llegaron a tomarlas por reales.
Estar en otros mundos sin ausentarte de este
La Conciencia puede ser activa o pasiva y, según qué ocasión, le pedimos o no un esfuerzo extra. La mayor de las veces dejamos que las impresiones sensoriales tomen posesión libremente de nuestros estados sensoriales, sin prestar especial atención a esto o aquello, la conciencia es tan receptiva y amplia como natural y libre de esfuerzo cuando, por ejemplo, visitamos una ciudad y paseando disfrutamos de sus vistas. Por otra parte, cuando buscamos específicamente un punto concreto en el flujo constante de entradas sensoriales al que estamos expuestos, la percepción se convierte en una actividad orientada a la acción concreta de esa búsqueda.
Nuestros cerebros, como el universo mismo, está repleto de conexiones sin fin
Una característica clave de los patrones neuronales que se pueden observar al microscopio es su densidad y extensión. El cuerpo de una neurona mide 50 micones (milésimas de milímetro) de diámetro, si bien la longitud del axón puede variar entre unos micrones y más de un metro. Aunque es realmente cierto que hemos podido llegar a conocer mucho de lo que ahí se fragua, mucho más cierto es que, desconocemos la mayor de las maravillas que en el cerebro se llegan a producir y, sabiendo el resultado final, no podemos discernir po qué caminos se llegó a allí.
Claro que, el abanico y la variedad de la fenomenología consciente pueden llegar a abarcar tanto como la experiencia de cada cual y llegan tan lejos como la imaginación individual de cada persona: Allí está el teatro privado de cada uno. El dominio de la consciencia que, cuando llega a sobresalir de lo corriente, entra en ese campo que llamamos filosofía y que, algunos, al ser referida al SER, llaman metafísica.
Si, la veo girar a la izquierda y también, a la derecha
La Bailarina estudia los pasos y, dentro de “su mundo”, tiene unas sensaciones que su conciencia archiva como experiencias personales. Cada cual, a creando su popia consciencia de “su mundo” particular en función de las experiencias que tenga la oportunidad de vivir conforme se produzcan en función de su modo de vida, y otras circunstancias que la diversidad de una vida nos pueda presentar.
Claro que, la experiencia consciente varía en intensidad; el nivel global de alerta puede variar desde la casi nula vigilancia del sopor hasta el hipervigilante de un piloto de guerra en acción, y la percepción sensorial puede ser más o menos vívida. También tenemos esa conocida habilidad llamada atención, que nos permite seleccionar o amplificar diferencialmente ciertas experiencias conscientes en detrimento de otras experiencias coetáneas..
La conciencia y la memoria conforma un inmenso entramado de conexiones que se desarrolla durante nuestras vidas
Además, la conciencia se halla conectada y vinculada a ciertos aspectos de la memoria. De hecho, a menudo se equipara la memoria inmediata, que dura apenas una fracción de segundo, a la propia conciencia. Claramente, la memoria de trabajo -la habilidad de “tener presente” y manejar los contenidos conscientes, como los números de teléfonos, las frases y las posiciones en el espacio, durante unos segundos-, está estrechamente realcionada con la Conciencia.
Está claro que, en cada uno de nosotros y según en qué situaciones que representan nuestro teatro privado de cada día nos encontremos, podemos estar situados en escenarios cambiantes que, bien o para mal, lo podríamos denominar “comedia”, “farsa” o “tragedia”, con una dramatis , el “yo” como protagonista. Y, así será hasta que caiga la cortina al final de la obra de la vida. Y, mientras la obra transcurre, cada uno de nosotros vive su “historia” de vivencias intranferibles que, en definitiva, serán las que conformen su mundo particular.
Aunque vivamos aquí, no es cierto que aquí esté “todo” nuestro “mundo” que, en realidad, escapa de este que arriba vemos y llega hasta los confines de nuestra imaginación que, dicho sea de paso, sobrepasa los confines del Universo mismo. La Imaginación es un arma muy poderosa, y, si nada la , si la Naturaleza permite su transcurrir evolutivo…¿En qué se podrá transformar? Ella sabe de otros universos y de maravillas sin fin, ahora a nosotros, ¡sólo nos queda encontrarlos!
Han pasado algunos miles de años desde que los seres humanos vislumbraron que, además de la parte física, también estaba con nosotros, formando un todo, otra más trascendental que era la que generaba los pensamientos y nos permitía viajar más allá y con más rapidez de lo que podía hacerlo la parte material. Es cierto que el proceso ha sido lento y los avances, aunque a veces imperceptibles, han ahí siempre en una continuada evolución que, en cada época ha tenido un marcado signo.
Aunque puede que no sepamos que es la mente, sabemos algunas cosas sobre el cerebro. Está formado por una red, una increíble maraña de “cables” eléctricos que serpentean a través de una gran cantidad de “sustancias” neuroquímicas. Existen quizás cien mil millones de neuronas en el cerebro humano, tantas como estrellas hay en la Vía Láctea, y, cada una de ellas recibe datos eléctricos de alrededor de mil neuronas, además de estar en y en comunicación con unas cien mil neuronas más. Y, como sigue evolucionando al ritmo que el universo le impone… Suponer, hasta qué punto podrá llegar es, impredecible.
Nadie sabe que podremos ser mañana, cuando la evolución alcance ese grado impensable de sabiduría y seámos simples entes de luz que podrá adaptar formas y colores de inimagibale belleza, que estarán conformados por pensamientos y sentimientos en una amalgama de materia elevada al grado máximo de la evolución, es decir: energía pura. sería como volver a los orígenes. De la energía venimos y a ella regresamos pero, para entonces, estará evolucionada y será la del Universo que le dará sentido a todo lo material e inmaterial, entonces no habrá preguntas y se conocerán todas las respuestas.
¡Soñar cuesta tan poco!
emilio silvera
el 13 de julio del 2016 a las 23:07
Don Emilio; según el Universo, que nos tiene reservado un destino, y que el cerebro contiene miles de millones
de conexiones, y que la Física nos ha sacado del Oscurantismo, ¿ se podría decir que el Alma no existe,
como nos dicen, y que sólo fuese un producto de nuestro cerebro, por la enorme cantidad de conexiones,
y que todo sea producto de nuestra Mente?
De ante mano, quiero mostrarle, mi más sincero Respeto.
Muchísimas gracias,Don Emilio
el 14 de julio del 2016 a las 5:06
¡Hola, Roky!
En relación al Alma, en uno de mis trabaos me refería a ella de esta manera:
Amigo Roky, eso y mucho más es lo que pienso del Alma que, de existir, habría que situarla en el cerebro, ese lugar donde se forjan los pensamientos y se crean los sentimientos de cada cual.
Un saludo cordial amigo.
el 14 de julio del 2016 a las 9:26
Nadie se recuerda así mismo como si en tiempos pasados fuera otro.
Se dice del alma de una empresa, por ejemplo, como aquello perdurable en ella que es su razón de ser, lo que aunque se transforme no pierde su hilo conductor.
El alma como el hilo conductor o continuidad que no puede interrumpirse en el ser, o estructura u organismo, pues el ser dejaría de ser el que es. Es algo subjetivo y real al mismo tiempo, en el sentido que sea como la personalidad que puede modificarse pero no interrumpirse. “Nada es todo cambia” dependería de que se entiende por ser. No es posible concebir que un hombre se convierta en un caballo o en un pez, pero sí que pasa de un embrión a un niño, a un hombre, a un anciano…
Constatamos que somos los mismos desde que nacemos hasta que morimos. Ninguna persona se va transmutando radicalmente sino como en lo más íntimo, que desborda, como resultado de “saltos cuánticos”, pues así funciona la materia. Pero que ese alma etérea provenga de otro lugar, es difícil de concebir.
Cualquier algo o cualquier “existente” poseería esa “alma” ese hilo conductor por mucho que se transforme se diluya o se integre. Siempre sería posible seguir su pista.
Sin embargo nuestra complejidad se establece como autónoma y persistente, como un pequeño cosmos, lo que nos eleva sobre la común materia. ¿Nuestro hilo conductor se corta con nuestra muerte? ¿Nuestro ser se transmuta radicalmente o deja de ser? (¿?)
Un cordial saludo.
el 14 de julio del 2016 a las 18:16
Hola muchachada.
Encontré esta cita de un divulgador científico:
“…Los átomos son, en suma, muy abundantes.
Son también fantásticamente duraderos. Y como tienen una vida tan larga, viajan muchísimo. Cada uno de los átomos que tú posees es casi seguro que ha pasado por varias estrellas y ha formado parte de millones de organismos en el camino que ha recorrido hasta llegar a ser tú. Somos atómicamente tan numerosos y nos reciclamos con tal vigor al morir que, un número significativo de nuestros átomos (más de mil millones de cada uno de nosotros, según se ha postulado), probablemente pertenecieron alguna vez a Shakespeare. Mil millones más proceden de Buda, de Gengis Kan, de Beethoven y de cualquier otro personaje histórico en el que puedas pensar (los personajes tienen que ser, al parecer, históricos, ya que los átomos tardan unos decenios en redistribuirse del todo; sin embargo, por mucho que lo desees, aún no puedes tener nada en común con Elvis Presley). Así que todos somos reencarnaciones, aunque efímeras. Cuando muramos, nuestros átomos se separarán v se irán a buscar nuevos destinos en otros lugares (como parte de una hoja, de otro ser humano o de una gota de rocío). …….”
Bill Bryson, ” Breve historia de casi todo”
Saludos cordiales para tod@s.
el 15 de julio del 2016 a las 1:39
Lo fastidioso de morir es la creencia de que nuestro yo ya no sería, sin más transcendencia que una oscura nada. Sin embargo en esa cita anterior de Nelson más parece que se abra un portillo.
El que nuestro organismo, o el de un ser vivo en general, se fragmenta con su aniquilacción en una inmensa cantidad de átomos con sus subpartículas de todo tipo.
Se dice no obstante, que nuestra consciencia no se ubica en un lugar determinado sino en todo el cerebro, lo que querría indicar tal vez que la consciencia lo sea para cada partícula y subelemento.
Por otro lado, también se dice que las partículas poseen libre albedrío, y que éste constituye la base para el resultado del nuestro. Sería así porque la evolución para cualquier elemento es indeterminada (Ninguna partícula en su evolución con el paso del tiempo, que puede ser un instate, se repite exactamente a sí misma…). Si a ello se añade que cada elemento o partícula constituye en sí mismo todo un universo, menuda la genética aportada a cualquier ser vivo.
Si fuese de esa forma, no habría inconveniente en admitir que tras la muerte nuestro yo consciente quedaría multiplicado e iría a formar parte de otros seres animados con nuestra alma o hilo conductor equivalente. No el resto de funciones que los organismos elaboran y que seguramente para la simplicidad de tales elementos no las necesiten o solo en grado ínfimo.
Nadie puede dilucidar propiamente tal cosa, porque nadie ha vuelto de esas encrucijadas para comunicárnoslo. Quien sabe si nuestra vida no se reparta por el ancho mundo y el cosmos, con las características propias de la nuestra. A lo mejor esa vida extensa y resumida, o no tanto, sería equivalente a la del organismo organizado pero más sencilla y fácil de vivir.
Pudiera ser, aunque del dicho al hecho va un trecho.
Saludos amigos.
el 14 de julio del 2016 a las 22:32
¡Hola Don Emilio!
Referente al trabajo, que expone sobre el Alma, me hace pensar, que la Humanidad, con ayuda de la Ciencia,
y en un futuro muy, pero que muy lejano, y con las más sofisticadas Tecnologias (muy lejanas), la Humanidad,
¿podría llegar a convertirse en el Dueño absoluto de éste Universo?.
Muchas gracias, Don Emilio.
Un saludo cordial
el 15 de julio del 2016 a las 4:10
Amigo Roky:
No puede cabernos la más mínima duda de eso que dice, ya que, lo único que tenemos en contra es el Tiempo y los sucesos que puedan estar por venir. Si la Naturaleza nos respeta, si el Azar no nos juega una mala pasada. Dentro de algunos Eones podríamos ser los “Señores del Espacio”, es decir, podríamos estar viajando, no ya entre mundos y estrellas, sino que incluso las galaxias mñás lejanas podrían estar a nuestro alcance.
Claro que, eso, hoy por hoy sólo es un sueño
Un cordial saludo
el 15 de julio del 2016 a las 4:20
Los amigos Nelson y Fandila elucubran sobre lo que podría ser de nuestros átomos cuando, más allá de la muerte, pasen a formar parte de otros seres y quién sabe de también, de alguna nueva estrella que en el futuro pudiera nacer. Lo cierto es que nuestra materia, la que ahora nos conforma, simplemente cambiará de estado y pasará de animada y consciente a esa otra forma que llamamos “inerte” y que, de alguna manera, podría pasar a formar parte de cualquier otro objeto o Ser… ¡Quién puede saber eso!
Me quedo con esa otra parte más cercana y conocida que nos hace saber que algo de nosotros estará en nuestra descendencia, ellos serán portadores de nuestros átomos y, de alguna manera, seguiremos viviendo en ellos, y, de paso, habremos contribuido a generar Entropía negativa, es decir, hemos puesto nuestro granito de arena para que todo, no sea destrucción.
¡Son tántas las cosas que no sabemos!
el 15 de julio del 2016 a las 17:00
No se olvide que los atomos y partículas del ser vivo poseerán su personalidad propia, como de haber cumplido con una organización viva disitinta concreta, y así devendrán entrelazos cada cual con sus homólogas porr mucho que se alejen.
Los atributos de tales elementos serán particulares y únicos y según las circunstancias organizativas como su forma de ser. Quizá pareciese pobre, pero todo un universo en miniarura habría de ser necesaria y potencialmente muy variado y rico, aunque de otra manera. Su manifestación dependería de adonde vayan a parar y cual pueda ser su huesped. O algo así.
Nadie que “filosofa” puede aseverar sus propios pensamientos.
Mi solidaridad con nuestros vecinos franceses en su dolor tras el cobarde atentado de Niza, tan sinrazón ni justificación.
el 15 de julio del 2016 a las 22:23
Y ahora golpe de estado en Turquía; esto se pone feo por momentos….
el 16 de julio del 2016 a las 20:45
Como en aquella película de Spencer Tracy: El Mundo está Loco, Loco, Loco.