domingo, 24 de noviembre del 2024 Fecha
Ir a la página principal Ir al blog

IMPRESIÓN NO PERMITIDA - TEXTO SUJETO A DERECHOS DE AUTOR




El peligro nos acecha

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Catástrofes Naturales    ~    Comentarios Comments (0)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

 Reportaje en el País -Ciencia
 Las tripas de un meteorito desvelan cómo evitar un impacto con la Tierra

                             ¿Por qué no fue detectado el meteorito que cayó en Rusia?

 

Científicos españoles estudian por primera vez las propiedades mecánicas de la roca espacial que causó cientos de heridos en Rusia.

Punto del impacto del meteorito de Cheliabinsk, en Rusia.

                                        Punto del impacto del meteorito de Cheliabinsk, en Rusia. Getty

Era 14 de febrero de 2013 y los astrónomos de medio mundo esperaban observar al 2012 DA14, un meteorito descubierto por científicos españoles, pasar junto a la Tierra a una segura distancia de 27.680 kilómetros. Esa misma noche, otro cuerpo de unos 20 metros se acercaba a la Tierra sin que nadie lo hubiese detectado. En unas horas se convirtió en una espectacular bola de fuego sobre el cielo de Rusia. La onda expansiva causó cientos de heridos y fue una advertencia de lo vulnerable que es el planeta ante el impacto de cuerpos de este tipo.

Resultado de imagen de 2012 DA14

Ahora, un equipo de científicos europeos liderado por investigadores españoles ha sido el primero en analizar las propiedades mecánicas de uno de los miles de fragmentos de aquel meteorito que quedaron esparcidas por las llanuras heladas de Chelyabinsk, cerca de los Urales.

Los investigadores han realizado punciones milimétricas en el mineral para determinar su dureza, elasticidad y resistencia a la fractura. Los resultados, aceptados para publicación en Astrophysical Journal, pueden ser determinantes para diseñar una futura misión espacial que desvíe un meteorito más peligroso y evite su choque con la Tierra, según han explicado hoy dos de los responsables del estudio en una rueda de prensa.

Josep Maria Trigo sostiene el fragmeno de meteorito analizado. EFE

 

 

Los meteoritos de entre 30 o 50 metros, como el que arrasó una extensión de varios kilómetros cuadrados de bosque en Rusia a principios del siglo pasado suceden “en una escala de siglos o miles de años, pero en cambio en cualquier momento podemos sufrir un impacto como el de Chelyabinsk y no sabemos cuándo”, ha explicado Josep Maria Trigo, investigador del Instituto de Ciencias del Espacio (IEEE-CSIC) y coautor del estudio.

Trigo ha reconocido que si el asteroide llega desapercibido, como en el caso de Rusia, o se conoce solo unas horas o días antes, los humanos podemos hacer poco más que mirar. Pero si el cuerpo se detecta con un margen de meses o años, sí podría desviarse lanzando contra él una sonda. Para que el tiro sea certero es necesario conocer lo mejor posible la composición del cuerpo y saber en qué punto del mismo hay que atinar. Los meteoritos como el de Chelyabinsk se originan de asteroides que llevan mucho tiempo viajando por el Sistema Solar y han sufrido un número de colisiones que han transformado su consistencia y composición. Estudios como el realizado por los investigadores españoles podrían servir “para identificar cuáles son las zonas menos impactadas y conseguir que [tras el impacto] el meteorito salga despedido en la dirección contraria”, ha señalado Trigo.

Resultado de imagen de 2012 DA14

El proyecto AIM, con el que la Agencia Espacial Europea iba a colaborar con la NASA en una primera misión espacial de este tipo, no ha recibido el apoyo económico necesario y, por ahora, ha quedado en dique seco. La NASA tiene previsto continuar con su parte del proyecto, que lanzará una sonda de impacto contra un asteroide. Trigo es uno de los líderes de PALS, un proyecto para incluir varios satélites de pequeño tamaño que estaba siendo evaluado por la ESA junto a otros candidatos para volar en AIM. Trigo ha dicho hoy que el futuro de la misión “no está cerrado” y que “hay varios países europeos que quieren que AIM vuele”, aunque no ha identificado cuáles. “Tenemos que aprender a desviar asteroides antes de que no haya remedio”, ha señalado.

Un Microbio de Huelva que hace maravillas

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Ciencias de la Tierra    ~    Comentarios Comments (0)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

Imagen relacionada

 

Una levadura capaz de transformar los residuos de cultivos como los tomates o el maíz en aceites permite convertir desechos en productos con valor económico

 

Daniel Mediavilla, su reportaje.


 

Río Tinto, en Huelva, fue el lugar donde se econtró la levadura que sirve para convertir los residuos agrícolas en aceites

 

 

 
 

 

 

Río Tinto, en Huelva, fue el lugar donde se econtró la levadura que sirve para convertir los residuos agrícolas en aceites LUIS CUESTA

 

La capacidad humana para transformar el mundo ha tenido resultados fascinantes, pero también se ha convertido en un problema con la generación de todo tipo de residuos. En los ecosistemas naturales, con seres menos ambiciosos y con menos inventiva que las personas, parece que todos los componentes encajan en un conjunto y entre todos aprovechan los ciclos de los materiales. Lo que para unos son residuos, para otros son valiosos recursos. Con esa referencia, los biotecnólogos trabajan para acercar a los humanos a ese ejemplo de economía circular.

Resultado de imagen de la compañía Neol BioResultado de imagen de la compañía Neol Bio

Un ejemplo es el trabajo de la compañía Neol Bio, con sede en Granada (España). Conscientes de las grandes cantidades de residuos que produce la actividad agrícola, en forma de paja o de frutas y hortalizas no aptas para el mercado, se lanzaron a la búsqueda de microorganismos capaces de transformar esos desechos en algo con valor. José Luis Adrio, director científico de la empresa, cuenta que el microbio elegido fue una levadura que encontraron en Riotinto (Huelva). “Es un organismo que, igual que hacemos los humanos, cuando se alimenta, acumula el material de reserva en forma de grasas”, apunta. El 60% del peso de las células de esta levadura pueden ser aceites, algo muy interesante desde el punto de vista de la industria que los puede convertir en todo tipo de productos, desde lubricantes hasta cosméticos.

Resultado de imagen de Los microbios de Riotinto

El motivo para buscar el organismo en Riotinto se debe a que hay un precursor común para la síntesis de aceites y carotenos, unos antioxidantes naturales. ”Pensamos que si íbamos a un sitio con condiciones de oxidación altas como RioTinto, era probable que pudiésemos aislar organismos que produjesen carotenos y que también fuesen capaces de acumular lípidos”, explica Adrio.

Imagen relacionada

Solo en Almería la agricultura produce dos millones de toneladas de residuos vegetales que se pueden reutilizar con métodos biotecnológicos

 

 

 

La levadura es capaz de aprovechar los azúcares que se encuentran en la paja del trigo o el centeno o en hortalizas como los pepinos o los tomates que tienen algún defecto y no se pueden vender. Según estimaciones que ofrece la propia compañía, el valor de los componentes básicos de los residuos de invernadero de Almería está en torno a los 30 millones de euros anuales. Es lo que se podría obtener de aprovechar los dos millones de toneladas de residuos vegetales que genera la agricultura en esa provincia.

Resultado de imagen de Una vez seleccionado el microbio adecuado para este sistema de reciclaje, los científicos de Neol lo modificaron mediante la clonación de un gen para hacer que pudiese producir alcoholes grasos por fermentación

Una vez seleccionado el microbio adecuado para este sistema de reciclaje, los científicos de Neol lo modificaron mediante la clonación de un gen para hacer que pudiese producir alcoholes grasos por fermentación. Estos compuestos químicos son más interesantes desde el punto de vista industrial. Una muestra de las posibilidades de esa levadura es la utilización de los alcohóles grasos que genera como aditivos para plásticos con los que obtener biopoliésteres. Con ellos, se elaborarían mallas para envasar los productos hortofrutícolas, un ejemplo de economía circular.

Tras la publicación del estudio en el que publicaban las posibilidades de su levadura, en Neol recibieron la llamada del Laboratorio Nacional de Energías Renovables (NREL) del Departamento de Energía de los Estados Unidos (DOE) en Golden, Colorado. Su interés se debía a la gran cantidad de hojas y tallos de la planta de maíz que quedan como restos inutilizables de este tipo de cultivos.

Hay  otras empresas que trabajan en este ámbito, así que Neol están centrando en optimizar el rendimiento y la productividad de la levadura, mejorando las cepas y las condiciones de cultivo. Dadas las grandes cantidades y el bajo precio que se necesitaría para utilizarlo como combustible, la posibilidad de utilizar este proceso para producir combustibles parece lejana. De momento, el escalado industrial podría llegar para productos que se pueden vender más caros y no requieren cantidades tan importantes como biolubricantes o incluso algunos productos con aplicación farmacéutica.