viernes, 08 de noviembre del 2024 Fecha
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La libertad es una ficción cerebral

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en La realidad humana ¿es realidad?    ~    Comentarios Comments (0)

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Todo, en nuestro Universo, está determinado por unas fuerzas y unas constantes de cuyos números depende todo lo que aquí sucede, sin excluir el comportamiento y evolución de nuestras mentes que, al igual que el propio universo, no deja de expandirse y crecer para que, algún día, muy lejos en el fiuturo, se pueda fundir con la matería expresada en su más alto grado: ¡La Luz! Todo en el Universo es energía y, nosotros, también.

Todo en nuestro Universo se comporta como determinan dos fuerzas contrapuestas, en el átomo están presentes la carga electrica positiva del núcleo que está equilibrada por la negativa de los electrones que lo orbitan. Las estrellas de la secuencia principal, llevan a cabo la fusión nuclear que hace que la estrella se expanda, y, sólo puede ser retenida por esa otra fuerza, la de Gravedad que, hace que la masa de la estrella tienda a contraerse sobre sí misma, bajo el peso de su propia masa, así queda equilibrada. Miles de ejemplos más se podrían poner.

Nada en nuestro Universo está disfrutando de una verdadera libertad y todo está supeditado a algo. Tampoco nosotros, aunque tengamos esa sensación, somos libre de hacer lo que nos venga en ganas y, estamos limitados como todas las demás cosas.

Estamos determinados, como el resto del Universo, por las leyes naturales

La libertad es una ficción cerebral, según confirman las últimas investigaciones sobre neurociencias. Estas investigaciones han determinado que la actividad cerebral previa a un movimiento, realizado por el sujeto en un tiempo por él elegido, es muy anterior ( 10 segundos) a la impresión subjetiva del propio sujeto de que va a realizar ese movimiento. Y aunque la falta de libertad es algo contraintuitivo, los experimentos indican que estamos determinados por las leyes de la Naturaleza. Por eso en Alemania algunos especialistas están reclamando la revisión del código penal para adecuarlo a los resultados de la neurociencia. Y aunque sigamos encarcelando a los que violen las leyes, ¿cambiará la imagen que tenemos tanto de esos criminales como de nosotros mismos?

 

       No siempre podemos dominar los impulsos de la mente

No pocas veces, nuestras mentes se ven abocadas a tener que retener, ese primer impulso, esa iniciativa de libertad, o, de libre albedrío. La complejidad en la que estamos inmersos nos prohibe, en la mayor parte de las ocasiones, poder desarrollar y poner en práctica ese “ de libertad” que ¿nos fue dado? pero que, en realidad, podría ser una ficción de la mente. Decidir lo que se dice decidir…, como todo en el universo, es algo limitado.

Contornos de machos y hembras de overlaping en condiciones de servidumbre por la llama de la vela  Foto de archivo - 7483891

Claro que pretender que la llama de una vela ilumine nuestra ignorancia…, no será posible y necesitaremos algo más. La evolución de nuestra especie (llevamos cientos de miles de años evolucionando), es lenta y  alcanzar el estadio de “visión” perfecta del mundo, nos queda un largo camino por recorrer.

Resultado de imagen de cerrar los ojos ante la inmensa ignorancia que llevamos a cuesta

…  cerrar los ojos ante la inmensa ignorancia que tenemos que soportar en relación a muchos secretos del Universo a los que no podemos dar explicación…

Sabemos (casi) de que está hecha la materia que podemos ver y detectar, suponemos y sospechamos que otra materia (más abundante) pulula por todo el Universo sin que podamos encontrarla, sospechamos de otras dimensiones, de otros universos y,  luego, de otra Física. Sí, es verdad, todas son sospechas y, las sospechas en Física…tienen que ser demostradas, ya que, en caso contrario, se quedan en nada, en pensamientos vacíos.

Sospecho que, nuestros conocimientos de la mente…son muy limitados y que, todo esto, nos viene grande. Mientras sigamos preguntándo: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿ dónde vamos? ¿Estamos sólos en el Universo? Estamos dejando al descubierto nuestra gran ignorancia pero, el simple hecho de preguntar y de querer saber…nos pone en el camino correcto.

emilio silvera

Alguien dijo hace mucho tiempo: “Todo es número”

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en todo es número    ~    Comentarios Comments (5)

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Foto del perfil de Ricard Jiménez

Ricard Jiménez

 

 

“YO SOY EGIPTO”

¿Conocieron los antiguos constructores los secretos del Universo?

¿Conocían los antiguos egipcios hace miles de años la que hoy día se conoce como la fórmula más bella del Universo? Si esto fuera cierto representaría que los antiguos constructores debieron entender el Universo de forma geométrica, como (de hecho) apuntan todas las evidencias. Y es que la fórmula de Euler es pura geometría, y, como tal, representa el lenguaje más perfecto en que puede expresarse el Universo: el lenguaje numérico.

Déjame explicarte la ecuación de Euler en términos coloquiales para que entiendas como convergen todos los conceptos, como podemos conciliar el antiguo conocimiento con nuestra forma, radicalmente opuesta, de pensar. Para ello utilizaré un razonamiento previo que considero irrefutable, ya que se basa en la más pura lógica. Y después haremos arqueología matemática.

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Una conjetura no es más que una afirmación que aún no hemos podido refutar, que no sabemos si es o no cierta. En su versión opuesta una conjetura también es una afirmación, para la que tampoco nunca hemos podido demostrar que no sea cierta. De hecho todas las evidencias en las más importantes conjeturas matemáticas, después de millones o billones de intentos o experimentos, nos hacen pensar que éstas son ciertas, pero que aún no hemos encontrado la manera de demostrarlo inequívocamente.

Todas las conjeturas que tenemos hoy día, al menos en el campo que denominamos “Teoría de Números” indican que los números siguen en su composición algún tipo de patrón organizado, que…, de alguna manera, parecen comunicarse entre ellos. La más famosa de todas, la Conjetura de Riemann establece, por ejemplo, que los números primos siguen un criterio de densidad en su comportamiento. Si esto fuera cierto denotaría que los números tendrían de forma subyacente un criterio inteligente que dictaminaría su distribución. Si todas ellas fueran correctas implicaría que los números, de forma independiente, tienen un criterio subyacente que es totalmente independiente de la manera en que nos refiramos a él. En otras palabras, dicho patrón sería incluso independiente de las matemáticas, una especie de código fuente que es intemporal o, en otras palabras, que siempre ha sido y será.

Resultado de imagen de Los números y el universo

Aunque suene antiguo decirlo, si todas esas conjeturas fueran ciertas, querría decir como pensaron los antiguos que los números son el Universo, pues siempre y en todo momento siguen un patrón organizado de comportamiento que es independiente incluso del espacio y del tiempo. Un patrón intemporal que siempre ha sido y será, y que siempre se cumplirá incluso en los extremos de nuestro Universo.

Por lo tanto si los números son intemporales e independientes de las matemáticas, podemos incluso prescindir de ellas y admirar la belleza conceptual (y visual) de la más pura identidad. Esta es la idea subyacente en este razonamiento.

Resultado de imagen de La ecuación de eulerResultado de imagen de La ecuación de euler

La ecuación de Euler se considera (con permiso de Pitágoras) como la ecuación más bella de las matemáticas, sin ninguna duda. Keith Devlin se refirió a ella en los siguientes términos: “ Como un soneto de Shakespeare que capta la esencia del amor o un cuadro que saca a relucir la belleza de la forma, que es mucho más profundo que solo la piel, la ecuación de Euler llega a lo más profundo de la existencia”.

La ecuación de Euler “vive” en muchos mundos, es “algo” que trasciende al lenguaje matemático. Vamos a tratar de entender la ecuación de Euler desde su perspectiva más trascendente, desde una perspectiva más humana, para llegar a comprobar finalmente que la ecuación de Euler es capaz de conectar incluso nuestras conciencias, dando sentido a la existencia de un patrón espacio-temporal que nos dirá claramente que nunca podremos determinar lo que es o no real. Y es que este patrón es incluso capaz de determinar nuestra forma de pensar. Realmente se trata de una especie de “código fuente” universal.

Lo primero que hay que decir al respecto es que la ecuación de Euler no es una ecuación normal. En contra de las creencias no se trata de una fórmula ni de un teorema matemático. Todas estas ideas hacen referencia a la existencia de un criterio humano y racional, es decir algo que es consecuencia de nuestra forma de pensar. La ecuación de Euler va más allá, porque es independiente de todos nuestros criterios. Dicha ecuación es una identidad numérica que podemos calificar de universal e intemporal. Tan sólo necesitamos números (aunque sean irracionales) para describirla, no utiliza ninguna variable, ninguna x arbitraría, tan sólo utiliza números universales.

Resultado de imagen de la divina proporcion

En cualquier unidad siempre podremos inscribir, por ejemplo, la divina proporción, pues este valor es totalmente independiente de cualquier unidad de medida, el gran hándicap de la física. Toda distancia unitaria puede ser siempre dividida entre la media y la extrema razón. La divina proporción hace referencia a un tipo de equilibrio matemático, pero que también podemos observar en el mundo real, en la propia naturaleza. A esta relación hicieron referencia los antiguos egipcios con el símbolo de la balanza, o… inscribiendo sus medidas en las pirámides de Egipto. Bajo este punto de vista unificado también podemos comparar a esta ecuación, incluso, con nuestra propia evolución. Es decir… ¿Conoció otra civilización anterior este patrón? Esta es la idea subyacente, establecer que la identidad de Euler se puede entender de muchas formas diferentes, porque es independiente incluso del lenguaje.

Las matemáticas reflejan conceptos, ideas mentales, ideas abstractas que tienen lugar en un espacio mental e imaginario. En este contexto el simbolismo es necesario, para mecanizar de forma más eficiente el lenguaje que empleamos. La geometría también puede ser vista como un lenguaje conceptual e imaginario. La geometría es la parte más sensitiva, la más directa de todas las ramas matemáticas y, como tal, constituye un efectivo lenguaje visual.

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Los símbolos matemáticos, como sabemos, son creaciones humanas, sin embargo en algunos casos incluso su simbolismo es independiente de las matemáticas, constituyen un lenguaje por sí mismo. Se trata del lenguaje áureo, un lenguaje propio que tienen estos valores sagrados e irracionales que aparecen en la identidad de Euler.

Keith Devlin nos decía que la ecuación de Euler es como un soneto de Shakespeare. Y debe de ser correcto, sobre todo si hacemos referencia al más famoso de todos ellos: “Ser o no ser, esa es la cuestión”. A lo que añadiríamos que, en efecto, esto es correcto, sólo que incompleto, porque ser o no ser también puede ser la solución. De esta forma podríamos compatibilizar la causa con el efecto o, en otros términos, comprobar cómo el “Todo” siempre está contenido en la parte. En términos totalmente opuestos, sería algo así como admitir que los últimos serán los primeros.

Ser o no ser expresa la existencia de dos formas diferentes de entender la realidad, en esencia expresa la dualidad, la necesaria presencia de dos conceptos opuestos entre ellos. Es como si nos dijera que la existencia del mundo físico y real que podemos observar necesitara de la existencia de un mundo opuesto, un mundo material que podemos simbolizar matemáticamente y, por lo tanto, que es meramente conceptual. En otras palabras, que las ideas matemáticas pueblan el mundo del alma, como decía Platón.

La ecuación de Euler puede ser vista desde diferentes simbolismos, por lo que también es independiente incluso del simbolismo propiamente matemático. Así pues, libera tu mente, observa la Identidad de Euler de forma diferente. No la veas de forma lineal, como si de un simple teorema se tratará, vamos a ver cómo la ecuación de Euler es una ecuación multi-dimensional, la llave que abre la puerta a dimensiones diferentes, el patrón que impone un orden al ritmo de lo infinito y lo irracional. Una eterna verdad que nos dice claramente que todo está conectado como si fuera una unidad, nos dice cómo se conecta el mundo irracional y arbitrario con nuestra idea de un mundo determinado.

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La esencia del problema de conectar dimensiones diferentes la Ecuación de Euler lo resuelve de una forma elegante e impecable y, a su vez, imposible de modificar, pues tan sólo se basa en la probabilidad. La ecuación de Euler nos dice que hay que apelar siempre a la regla universal: la dualidad que los opuestos representan. Piensa, por ejemplo, que un cuadro, como al que hacía referencia Devlin y la realidad sólo son dos concepciones diferentes de una misma existencia, que el cuadro no es más que el reflejo en el mundo inmaterial de las ideas, una especie de holograma, un reflejo de lo que vemos en el mundo “real”.

Los únicos valores en el infinito matemático que cumplen siempre la regla de la dualidad son los valores áureos o sagrados. Son los únicos que tienen la capacidad de moverse entre dos planos diferentes de la realidad: el plano real y el plano irracional o imaginario. Podemos decir nuevamente que sus formas siempre han sido y serán. Pongamos un ejemplo para cada uno de ellos para entenderlo mejor.

La divina proporción es el único valor matemático, cuyo valor (precisamente) coincide con el valor que representa su inversa. Realmente toda una incoherencia. Las matemáticas ocultan esta coincidencia, no le dan relevancia y relegan a una de las soluciones al plano de lo inexistente. Tan sólo la divina proporción, por tanto, es capaz de situarse a medio camino, realmente de forma equilibrada, entre el plano de lo que es real matemáticamente hablando y el plano opuesto, o el plano del (aparentemente) inexistente mundo imaginario. La divina proporción representa con exquisita perfección el concepto subyacente al número i, o número imaginario, la posibilidad de ser capaz de situarse en dos planos diferentes de la realidad.

Con pi pasa exactamente lo mismo. Pi es el único valor en el infinito matemático que puede dar lugar a la esfera tridimensional, una construcción matemática que situamos en una cuarta dimensión imaginaria.

Ricard Jiménez

Los secretos del Universo

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo misterioso    ~    Comentarios Comments (0)

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Los científicos, desconcertados ante la misteriosa señal del Cúmulo de Perseo

 

                «Lo que encontramos no podía ser explicado por la Física conocida», dicen los investigadores

Imagen del cúmulo de Perseo y de la misteriosa línea espectral que no corresponde a ningún tipo de materia conocida

Imagen del cúmulo de Perseo y de la misteriosa línea espectral que no corresponde a ningún tipo de materia conocida – APOD/NASA

Reportaje: JOSÉ MANUEL NIEVES- ABC -Ciencia

 

“No podía creer en lo que estaba viendo”, afirmaba Esra Bulbul, del Harvard Center for Astrophysics, tras comprobar una y cien veces sus instrumentos. Era el mes de Julio de 2014 y, según sus palabras, “lo que encontramos, a primera vista, no podía ser explicado por la Física conocida”. En el momento de su hallazgo, la investigadora se encontraba trabajando junto a media docena de colegas. Manejaba el telescopio espacial de rayos X Chandra y exploraba el cúmulo de Perseo, un gigantesco enjambre de galaxias a 250 millones de años luz de la Tierra. Imaginemos una nube de gas en la que cada átomo fuera una galaxia completa. Eso nos dará una idea del aspecto que tiene el cúmulo de Perseo, uno de los objetos más masivos del Universo conocido. Todo el cúmulo, además, está rodeado por una enorme “atmósfera” de plasma supercaliente. Y es ahí, en ese plasma, donde se originó el misterio.

Doble cúmulo de Perseo

A unos 250 millones de años luz de distancia, este par de cúmulos esatelares abiertos es un fácil objetivo para los prismáticos, un maravilloso campo de estrellas en la constelación septentrional de Perseo.  También visible a simple vista desde zonas con cielos oscuros, fue catalogado en el año 130 a. C. por el astrónomo griego  Hiparco. Ahora se los conoce como h y chi Perseo, o NGC860  (arriba a la derecha) y NGC 884.

NGC869NGC884.jpg

                                                                    La misma vista desde más distancia

La “atmósfera” del cúmulo está llena de iones de diversas sustancias y metales, cada uno de los cuales produce un “pico” o línea característica en el espectro de los rayos X. Esas líneas pueden ser observadas y estudiadas con el telescopio espacial Chandra, y dado que cada una de ellas corresponde a un elemento, el método se utiliza para averiguar de qué están hechos los objetos que los astrónomos observan en el espacio. “Todas las líneas -explica Bulbul-, se producen a niveles bien conocidos de energías de rayos X”.

Sin embargo, en 2012, cuando Bulbul recopilaba los datos recogidos por Chandra durante una observación de 17 días, en el espectro surgió una línea que, sencillamente, no debería existir. “Apareció una línea en el rango de los 3,56 Kev (kiloelectronvoltios) -recuerda la investigadora- que no se correspondía con ninguna transición atómica conocida. Fue una enorme sorpresa”.

Al principio, ni siquiera la propia Bulbul podía creerlo. “Me llevó mucho tempo convencerme de que esa línea no era un artefacto del propio detector -afirma-, ni tampoco una línea atómica ya conocida. Llevé a cabo análisis detallados, analicé y volví a analizar los datos, los dividí entre diferentes grupos de investigadores, y los comparé con los de otros cuatro detectores a bordo de otros dos observatorios diferentes. Pero ninguno de esos esfuerzos hicieron que las líneas desaparecieran”.

En pocas palabras, la nueva y misteriosa línea era algo muy real. Y su autenticidad volvió a ser confirmada cuando el equipo de Bulbul encontró una firma espectral idéntica en las emisiones de rayos X de otros 73 cúmulos de galaxias diferentes. Esos datos, además, fueron recogidos por el telescopio espacial europeo XMM Newton, un instrumento completamente independiente de Chandra.

Para colmo, y apenas una semana después de que Bulbul y su equipo publicaran sus resultados, otro grupo de investigadores dirigidos por Alexey Boyarsky, de la Universidad holandesa de Leiden, reportaba el mismo tipo de líneas espectrales, halladas con el telescopio XMM Newton y, esta vez, en la vecina galaxia de Andrómeda.

«Bulbulon»

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Si esas líneas no corresponden a ningún tipo concido de materia, ¿De dónde proceden entonces? Las sospechas, llegados a este punto, se centran sobre otra clase de materia, por ahora desconocida: la materia oscura. “Tras publicar el artículo -recuerda Bulbul- los físicos teóricos empezaron a especular con hasta 60 tipos diferentes de materia oscura que pudieran explicar esa firma en el espectro. Algunos de ellos llegaron incluso a bromear sobre el tema, llamando ´bulbulon´a la partícula desconocida”.

Entre la gran variedad de candidatos de materia oscura capaces de producir una línea espectral como la observada se encuentran los axiones, los neutrinos estériles o los hipotéticos “módulos de materia oscura” que podrían surgir del “rizado” de dimensiones extra en el marco de la teoría de cuerdas.

Pero lo cierto es que el misterio continúa, y que para resolverlo habrá que esperar, probablemente, a disponer de nuevos instrumentos de observación. Los investigadores esperan que el telescopio avanzado de rayos X Astro H, lanzado hace unos meses por la agencia espacial japonesa, pueda ayudar a esclarecer la cuestión. En efecto, el instrumento cuenta con una nueva clase de detector, desarrollado por la NASA y la Universidad de Wisconsin, que podría ser capaz de medir la misteriosa línea con mucha más precisión de lo que ha sido posible hasta ahora.