May
24
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por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo y la Vida ~ Comments (0)
GENÉTICA
El estudio incluye un análisis del ADN de 78.308 personas
Identifican 40 genes humanos relacionados con la inteligencia
Imagen computerizada de una cadena de ADN EPA
El hallazgo aporta nuevos datos para entender las diferencias en el coeficiente intelectual
Supercomputación para transformar el análisis genómico
Desde que la publicación del Proyecto Genoma Humano desvelara en 2001 la secuencia completa de nuestro ADN, muchos han sido los estudios que han tratado de averiguar qué genes forman parte de dicha secuencia. Conocer su significado y por tanto su función resulta clave para identificar todos los genes del ser humano y con ello entender su biología o las enfermedades que le afectan.
Se trata de una tarea difícil, pues un trabajo de este tipo requiere de la colaboración de muchos equipos de investigación que analicen un gran volumen de datos que permitan construir un modelo general aplicable a toda nuestra especie.
La revista Nature Genomics publica este lunes los resultados de un gran equipo de investigadores de varias instituciones holandesas e inglesas que, tras analizar el ADN de 78.308 personas, aporta la descripción de nuevos genes humanos, 40 de ellos relacionados con la inteligencia. El estudio podría ayudar a entender la función cerebral, la cognición, y definir el componente genético del coeficiente intelectual.
“Hemos llevado a cabo un estudio de todo el genoma relacionado con la Inteligencia para la muestra más grande analizada hasta la fecha (más de 78.000 personas) y por primera vez hemos sido capaces de detectar una cantidad sustancial de efectos genéticos en el coeficiente intelectual“, ha afirmado a EL MUNDO Danielle Posthuma, investigadora de la Universidad de Amsterdam que dirige la investigación.
Los científicos encontraron 52 genes, 12 de ellos ya conocidos y 40 de nueva descripción. La mayoría de estos genes tienen una función en el cerebro y están implicados en la regulación del desarrollo de la célula, proporcionando “una visión de los fundamentos biológicos de la inteligencia”, según explica Posthuma. “También mostramos una relación genética entre la inteligencia y otros rasgos, como la enfermedad de Alzheimer, la esquizofrenia y la neurosis, que tienen una correlación genética negativa con la inteligencia. Nuestros hallazgos ayudan, por tanto, a la comprensión de los fundamentos genéticos de estos trastornos”, ha añadido.
Por otro lado, los investigadores han llevado a cabo un análisis estadístico relacionando la presencia de estos nuevos genes con ciertos rasgos de la población como el volumen intracraneal, la medida de la circunferencia de la cabeza durante la infancia, o el éxito educacional, todos ellos relacionados hasta la fecha indirectamente con valores de inteligencia.
“El éxito educacional y la inteligencia están correlacionados en la población general en un 40%. En términos genéticos esta correlación es aún mayor, alcanzando hasta un 70%. Esto significa que la variación de los genes que están asociados con un incremento de la inteligencia, también lo está con un mayor éxito educacional”, ha apuntado Danielle Posthuma.
En las casi 80.000 personas estudiadas, Posthuma y su equipo han incluido tres grupos de interés especial, como son los individuos de edad avanzada, el análisis de los estudiantes que presentan un alto coeficiente intelectual (CI), o el estudio de gemelos idénticos.
“Hemos querido comprobar si los efectos genéticos sobre la inteligencia eran diferentes con la edad: no lo eran. También probamos si nuestros actuales hallazgos genéticos podían pronosticar de alguna manera si una persona tenía un CI extremadamente alto o no. Podríamos hacerlo, aunque nuestra predicción está aún lejos de ser perfecta”, ha aseverado Posthuma.
En cuanto a los resultados con gemelos idénticos, que suelen usarse para ver en estas personas cómo interactúan los mecanismos de la herencia genética y el medio ambiente, Posthuma ha concluido que aún se necesitan descubrir más genes que ayuden a comprender cómo se produce el legado de la inteligencia de una generación a otra.