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Nada muere… ¡Simplemente cambia y se transforma!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en nada permanece ~ Comments (1)
« La Flecha del Tiempo I
La casualidad quiso que la órbita de la Estación Espacial Internacional pasara por encima de la isla rusa de Matua, en el archipiélago de las Kuriles, instantes después de que el estratovolcán Sarychev entrara en erupción. Las imágenes que fueron tomando los astronautas desde 350 Km de altura son impresionantes:
El Cáos y la destrucción que nos puede dar la variedad de colores, olores y sabores que junto con la belleza destruida o construida cambiará el paisaje del lugar donde puedan ocurrir acontecimientos como este que observan los tripulantes de la Estación Espacial Internacional, como bien se dice, desde su privilegiada atalaya.
Los volcanes han existido desde los inicios de la Tierra hace 4.500 millones de años. Si bien las erupciones volcánicas pueden destruir la flora y la fauna en su entorno, la lava enriquece el suelo con variados minerales. La mayor parte de los volcanes están situados a lo largo de los límites activos de las placas continentales. Los volcanes submarinos se hallan en regiones donde tienen lugar nueva formación de corteza terrestre, como en la dorsal oceánica. Estos volcanes pueden formar islas.
Los volcanes terrestres se encuentran, por lo general, en zonas de subducción, que se hallan especialmente en el Océano Pacifico. Los volcanes situados en las regiones costeras están distribuidos como una “sarta de perlas” y constituyen el anillo de fuego del Pacífico., en el que se encuentran más del 80% de los volcanes actuales. Además, los “puntos calientes” donde la fusión interna de la corteza crea magma, producen volcanes que son independientes de las placas continentales y sus limites. Un ejemplo de de este grupo lo constituyen los volcanes de Hawai.
Los volcanes se alimentan de las cámaras magmáticas, una especie de bolsas de rocas fundidas, a más de 1 km bajo la corteza terrestre. Si la presión en la cámara sobrepasa un determinado nivel (que es que parece que ha ocurrido en el de la imagen), el magma asciende por fisuras y grietas y forma una chimenea volcánica.
En el interior de esas montañas están activos materiales en forma de gases, líquidos y sólidos, todo a altas temperatura y presión. Cuando se producen las explosiones las zonas circundantes son bombardeadas con materiales y enterradas bajo una gruesa capa de ceniza en poco tiempo. Es la erupción denominada piroclástica (como la ocurrida en el año 79 a.C. que sepultó la ciudad de Pompeya bajo una capa de cenizas de 25 cm. de espesor) y los materiales pueden llegar a formar una nube piroplástica de 1.000 Cº de temperatura que puede desplazarse a 1.000 Km/h.
Hay diferentes tipos de explosiones volcánicas y en cada una de ellas se producen diferentes acontecimientos pero, como sólo se trata de dejar una leve y sencilla reseña de lo que estamos viendo en la imagen, creo que con la explicación dada queda bien.
Hasta hace muy poco no podía predecir este tipo de fenómenos naturales y, la gente que vivía en poblaciones situadas cercas de las laderas volcánicas estaban en peligro auque raramente, se producían erupciones espontáneas sin avisos previos como los terremotos, los volcanes y sus actividades son controladas por sismógrafos.
Los cráteres volcánicos, como parece ser el caso, están frecuentemente llenos de agua de lluvia y freáticas, formando lagos. Suele ocurrir que, tras una erupción volcánica, sean destruidos miles de kilómetros cuadrados de terreno a su alrededor y cambien por completo la orografía de la zona. Parece imposible pensar que la Naturaleza pueda recuperarse tras un acontecimiento de este tipo, sin embargo, las primeras muestras de vida vegetal aparecen a unos escasos tres meses del acontecimiento en los campos cubiertos por las cenizas ricas en minerales. Poco tiempo después, vuelven los animales y la vida, se reanuda, como si allí, nada hubiese pasado.
Así es la Naturaleza, y, como tantas veces se dije aquí, algo viejo se destruye para que algo nuevo surja a la vida. ¿Esperanza después de la muerte?
emilio silvera
el 17 de junio del 2017 a las 10:27
Claro que, cuando hacemos esa afirmación, nos referimos a la materia inerte, ya que, la que está viva y evolucionó hasta el Ser, esa que puede tener pensamientos my hasta sentimientos, esa sí muere cuando le llega la hora y, el material que conforme el Ser, vuelve a sus orígenes, se mezcla con el planeta de donde hace millones de años surgió en forma de célula viva y replicante que evolucionó hasta el Ser.
La materia esconde todos los misterios, cualquier cosa que queramos descubrir está escondida en la materia que adopta mil disfraces diferentes para presentarse ante nosotros: Una Nebulosa, estrella de neutrones o púlsar, una galaxia, los mundos, la sustancia cósmica, y, todos los seres vivos que pueblan el Universo, sin excepción son materia y, todas esas cosas, con el paso del Tiempo cambiarán para convertirse en otras diferentes de las que fueron.
Es cierto que la NADA no existe, siempre hay aunque no lo podamos ver. Las dimensiones del Universo no son Humanas, y podemos hablar de 10-13 cm del núcleo atómico, o, de años luz de extensión de las grandes Nebulosas y otros objetos del Universo.
Una cosa tenemos que comprender: Tanto el Universo, como los mundos, y, hasta nosotros los seres vivos, nos reciclamos (cada cosa dentro de su medida) para evolucionar camino del final que a cada cosa espera. La Eternidad o lo infinito, tampoco existe, todo tiene un principio y tendrá un final, no importa lo que pueda tardar en llegar pero… ¡Llegará!