Jun
18
Nada es eterno ni infinito
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Astronomía y Astrofísica ~ Comments (104)
Lo cierto es que, nadie sabe el destino final del Universo. Sin embargo, especular…especulan todos.
“Sabiendo” que el destino irremediable de nuestro mundo, el planeta Tierra, es el de ser calcinado por una estrella gigante roja en la que se convertirá el Sol cuando agote la fusión de su combustible de hidrógeno, helio, carbono, etc, para que sus capas exteriores de materia exploten y salgan disparadas al espacio exterior formando una nebulosa planetaria, mientras que el resto de su masa se contraerá hacia su núcleo bajo su propio peso, a merced de la gravedad, convirtiéndose en una estrella enana blanca de enorme densidad y de reducido diámetro que solo sera frenada por la degeneracion de los electrones al ponerse en marcha en Principio de excluson de Pauli. Sabiendo eso, el hombre debe poner los medios para que antes de que llegue ese momento (dentro de algunos miles de millones de años), la Humanidad pueda escapar y dar el salto hacia otros mundos lejanos que, como la Tierra ahora, reúna las condiciones físicas y químicas, tenga agua corriente por estar situados en la zona habitable y tengan la atmósfera y las temperaturas adecuadas para acogerla.
Lo de saber el destino final de nuestro mundo es un decir, si antes no ocurren cosas que cambien ese destino, otros acontecimientos ahora desconocidos por nosotros y que, siendo el Universo dinámico como lo es, entra dentro de lo posible que ese futuro que vislumbramos, pudiera ser diferente. En realidad, no podemos aseguar nada cuando nos referimos al mañana.
Pero el problema no es sólo de nosotros, y se extenderá a la totalidad del universo que, aunque mucho más tarde, también está abocado a la muerte térmica, el frío absoluto si se expande para siempre como un universo abierto y eterno, o el más horroroso de los infiernos, si estamos en un universo cerrado y finito en el que un día, la fuerza de gravedad, detendrá la expansión de las galaxias que comenzarán a moverse de nuevo en sentido contrario, acercándose las unas a las otras de manera tal que el universo comenzará, con el paso del tiempo, a calentarse, hasta que finalmente se junte toda la materia-energía del universo en una enorme bola de fuego de millones de grados de temperatura, el Big Crunch. Según los datos con los que contamos, la Densidad Crítica del Universo puede ser la ideal para que se expanda para siempre.
Las regiones del Universo, como nuestro Sistema Solar, están todas ellas regidas por las mismas leyes y fuerzas de la Naturaleza. El irreversible final está entre los dos modelos que, de todas las formas que lo miremos, es negativo para la Humanidad (si es que para entonces aún existe). En tal situación, algunos ya están buscando la manera de escapar.
Stephen Hawking ha llegado a la conclusión de que estamos inmersos en un metaverso, esto es, que existen infinidad de universos conectados los unos a los otros. Unos tienen constantes de la naturaleza que permiten la vida igual o parecida a la nuestra, otros posibilitan formas de vida muy distintas y otros muchos no permiten ninguna clase de vida.
Este sistema de inflación-contracción auto-reproductora nos viene a decir que cuando el universo se expande (se infla) a su vez, esa burbuja crea otras burbujas que se inflan y a su vez continúan creando otras nuevas más allá de nuestro horizonte visible. Cada burbuja será un nuevo universo, o mini-universo en los que reinarán escenarios diferentes o diferentes constantes y fuerzas.
Jun
18
El mundo del mañana, los sueños
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Imaginación ~ Comments (0)
Las ciudades del futuro las podemos imaginar de mil maneras, cambiando los formatos de los edificios que, para entonces serán inteligentes y nos facilitarán una vida cómoda y sin el menor esfuerzo lo tendremos todo a mano. Habrán desaparecido los enchufes eléctricos y las fontanerias que, ocultas, se mostrarán cuando las necesitemos y, de la misma manera los muebles de todo tipo y, también, estarán esos modernos habitáculos provistos de cocinas automáticas que te facilitarán cualquier clase de guiso o exquisitez que le podamos pedir.
Nos podemos olvidar de ver vehículos circulando por calles más o menos estrechas, y, ningún transporte causarán contaminación atmosférica. Un sistema de teletransportanción nos llevará de un lado a otro de las ciudades o entre ciudades. Podemos tener que dar una conferencia en Australia a las 12 horas y partiremos de Madrid a las 11,30 h., con tiempo más que suficiente para tomar un café antes de comenzar la charla. Podremos ver modernos bólidos que se desplazan por el cielo limpio y transparente.
Casi nada será como lo conocemos hoy, y, la gente no se tendrá que desplazar a los trabajos que, por lo general y salvo excepciones, harán desde casa. Laboratorios modernos en la Tierra y en el Espacio habrán erradicado las enfermedades que hoy son una lacra, y, la Vida media estará en 200 años.
Nuestros científicos habrán podido, al fin, construir naves espaciales que, de manera cotidiana, visitarán otros mundos con los que hemos entablado relaciones comerciales y, el intercambio de turistas es lo usual, ya nadie se extraña de ver por los centros de cultura a gente extraña como…
Estos habitantes de Isatel-2. Un mundo alumbrado por la estrella Acilia, que en lugar de ser amarilla como el Sol es Azul. Son de inteligencia extrema y, en su mundo, han logrado cosas que, cuando se hicieron públicas alborotaron a todos los terrícolas, hasta comprender que, precisamente, por ser tan inteligentes eran de lo más pacífico, sólo querían saber y aprender cosas nuevas, y, la Tierra, les encantaba.
Otros mundos, con tres veces la masa de nuestro Sol, tenían habitantes rechonchos y bajitos, ya que, la gravedad extrema los hacía diferentes a nosotros. Sin embargo, ellos también pudieron desarrollar conocimientos que les hicieron conocer los secretos del Universo.
Desvelado el secreto de viajaqr por el Tiempo, en menos de 3.000 años, la Tierra (sus habitantes) se hizo “amiga” de los habitantes de otros mundos. El intercambio de tecnología y también de costumnbres, fue igualando, poco a poco, las formas de vivir de los mundos habitados.
Llegamos a tomar “tierra” en mundos cuyos habitantes, de morfologías imposibles, eran gente amable y siempre dispuestas a colaborar, de inteligencia extrema, comprendían lo que necesitábamos sin tener que mediar palabras, ya que, su lenguaje era un conglomerado de sonidos ininteligibles que costaría mucho tiempo entender.
Está claro que en esos largos viajes que harán nuestras naves futuras nos encontraremos con toda clase de Seres y, no todos, serán amistosos. Sin embargo, la cuestión es irreversible, nada podrá impedir que cuando los terrícolas alcancen ese nivel tecnológico de poder visitar otros mundos… ¡Allí estarán!
Esperemos que para cuando eso llegue, nuestras mentes hayan evolucionado hacia una consciencia muy superior y sepamos respetar todo aquello que, siendo diferente a nosotros, tengan también, unos derechos que no debemos pisotear.
Realmente, no sabemos lo que nos podremos encontrar por esos mundos perdidos y situados a cientos o miles de años luz de nosotros. Si lo pensamos detenidamente, no será nada fácil hacerse entender con algunas de esas especies, tan diferentes a nosotros en muchos aspectos y costumbres.
Cómo me gustaría estar por aquí en los próximos miles de años para ser testigo de tantas maravillas como les esperan a nuestros descendientes que, podrán llegar hasta esos niveles gracias al trabajo que hicieron los que antes que ellos, estuvieron aquí.
Las naves espaciales del futuro serán tan grandes como ciudades, y, en ellas, habrá de todo, desde laboratorios y escuelas hasta teatros y playas, sin olvidarnos de jardines hidrophónicos que cultivaran legumbres y verduras frescas para los cientos de miles de pasajeros que, viajaran, en varias generaciones, para llegar a destinos muy alejados de nuestro mundo.
Gravedad artificial simulando la de la Tierra, clima y mantenimiento de vida con varios resortes de seguridad que, durante cualquier inesperado acontecimiento, se regenera de manera automática, material de construcción de la Nave que es inteligente, y, en caso de que un micro-meteorito la perfore, se regenera al instante sin intervención humana. Modernos hospitales con los últimos adelantos y Robots de última generación para realizar los trabajos de mantenimiento fuera de la nave y las reparaciones… También son ellos, los robots, los que visitarán los mundos por los que podamos pasar en el viaje para hacer informes y calibrar la posibilidad de habitarlo, si tiene seres vivos inteligentes, etc. También, esas modernas navez, impiden la entrada de radiación exterior.
¡Decidido! Me quedo a vivir en cualquiera de esos mundos, siempre que en ellos tengan libros donde poder buscar sobre los temas que me interesan y que desconozco, si allí también puedo aprender un poco… ¡A qué esperáis! LLEVADME.
emilio silvera
Jun
18
¿Por qué, si está más lejos, calienta más el Sol en verano?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Cosas curiosas ~ Comments (0)
Aunque en un principio pueda sonar contradictorio, la Tierra se encuentra más lejos del Sol en verano que en invierno. Hablamos, eso sí, del verano y del invierno en el hemisferio norte. Ahora bien, ¿cómo es esto posible si el Sol es la gran fuente de calor del planeta azul? Pues por una sencilla razón: no importa tanto la distancia entre la gran estrella y nuestro planeta como la inclinación de éste último.
El eje imaginario sobre el cual gira la Tierra está desviado unos 23 grados -si bien es cierto que varía entre los 22 y los 24 en un proceso que dura miles de años. Esa inclinación lateral del planeta cambia radicalmente la forma en que los rayos solares, que son los que irradian calor sobre la Tierra, impactan sobre la atmósfera y la superficie terrestre. De ese modo, se desechan teorías como que en verano hace más calor porque el cielo está más despejado o porque hay más horas de luz, que intentan explicar la diferencia de temperatura. (Ésta última es cierta, si bien es verdad que no bastaría que hubiese un cambio de temperatura tan drástico).
Sí, este verano el Sol nos fastidiará un poco más de cuenta
Cuando en el hemisferio norte es verano, el eje terrestre hace que sea esa mitad superior del globo la que esté más cerca al sol y, por tanto, que los rayos solares incidan sobre la Tierra más perpendicularmente, es decir, de manera menos oblicua. Por eso, en julio o agosto da la sensación de que el Sol llega más arriba en el cielo. Lo que ocurre es que se alinea con el hemisferio norte. La radiación solar, en verano, se concentra en un menor espacio que en inviero, haciendo que la temperatura sea mayor.
Si no tenemos cuidado… Tomar el Sol nos puede causar serios problemas
El momento en que el sol está más lejano a la Tierra -unos 152 millones de kilómetros- se llama afelio. Por su parte, el nombre que recibe el punto de la órbita terrestre más cercano al astro rey es perihelio y mide unos 147 millones de kilómetros. La diferencia entre ambas cantidades puede asustar si se mira en cuano a valor absoluto, pero si tenemos en cuenta que apenas es un tres por ciento de la distancia media, vemos que es un dato insignificante.
Así, la distancia entre Tierra y Sol no es lo que determina las estaciones del año, sino la inclinación del eje de nuestro planeta, razón por la cual cuando en el norte es verano, en el sur es invierno y viceversa. Si el eje fuera perpendicular al ecuador y a los rayos del sol, no existirían las estaciones y los días durarían exactamente lo mismo siempre en todos los lugares del mundo. Por eso, en regiones próximas a la línea que divide nuestro planeta en dos mitades los días son casi siempre iguales y la hora de amanecer y de anochecer apenas varía unos minutos.