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Consiguen Luz líquida a temperatura ambiente

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en La Luz esconde muchos secretos    ~    Comentarios Comments (1)

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La circulación de polaritones encuentra un obstáculo en un régimen supersónico (arriba) y superfluido (abajo). Polytechnique Montréal.

Por primera vez, un equipo de físicos ha conseguido crear “luz líquida” a temperatura ambiente. La luz se comporta generalmente como una onda y a veces como una partícula, que siempre viaja en línea recta. Sin embargo, en ciertas condiciones extremas, la luz puede actuar igualmente como un líquido que se cuela entre los objetos.

Anteriores investigaciones habían conseguido este efecto en el pasado, pero sólo a temperaturas próximas al cero absoluto, no a temperatura ambiente, como ha logrado esta investigación utilizando una mezcla de luz y de materia.

Esta mezcla de luz y de materia se ha conseguido con la ayuda de polaritones, que son unas  “casi partículas” surgidas del acoplamiento entre una onda luminosa y una onda de polarización eléctrica. Aunque los polaritones no son partículas elementales propiamente dichas, como los fotones o los electrones, se comportan como ellas debido a las reglas de la teoría cuántica.


La circulación de polaritones encuentra un obstáculo en un régimen supersónico (arriba) y superfluido (abajo). Polytechnique Montréal.
Resultado de imagen de luz liquida a temperatura ambiente... controlada
Esto ha tenido como consecuencia forzar a la luz a comportarse como un líquido cuántico superfluido alrededor de un obstáculo, en vez de difundirse como una onda clásica.Esta forma extraña de la luz es a la vez un superfluido, sin ninguna viscosidad, y una especie de condensado de Bose-Einstein, descrito a veces como el quinto estado de la materia. Esta materia extraña permite a la luz circular libremente alrededor de los objetos.

En física, el condensado de Bose-Einstein es el estado de la materia que se da en ciertos materiales a temperaturas cercanas al cero absoluto. En este estado, las partículas se desplazan a una velocidad increíblemente lenta y siguen los principios de la mecánica cuántica, más que de la física clásica, ya que empiezan a comportarse como ondas, en vez de partículas, y ocupan una posición en el espacio que no puede ser determinada con precisión.

A temperatura ambiente

Estas ondas se forman a temperaturas próximas al cero absoluto y no existen sino durante unas fracciones de segundo.

Este asunto es  tanto un superfluo, que tiene cero fricción y viscosidad, y una especie de  Bose-Einstein condensado  –  a veces descrito como el quinto estado de la materia – y permite que la luz fluya en realidad alrededor de los objetos y las esquinas.
Regular de la luz se comporta como una onda, y en ocasiones como una partícula , siempre viaja en línea recta. Es por eso que sus ojos no pueden ver alrededor de las esquinas u objetos. Sin embargo,  en condiciones extremas, la luz también puede actuar como un líquido, y de hecho fluir alrededor de los objetos.
“La observación extraordinaria de nuestro trabajo es que hemos demostrado que la superfluidez puede producirse igualmente a temperatura ambiente con la ayuda de polaritones”, asegura Daniele Sanvitto, del Instituto de Nanotecnología de CNR NANOTEC, en Italia, en un comunicado.Para crear polaritones, los investigadores han construido dispositivo óptico formado por dos espejos, uno enfrente del otro, y recubierto de una delgada película de moléculas orgánicas de sólo 100 nanómetros de espesor (el diámetro de un pelo tiene alrededor de 50.000 nanómetros).

Los científicos han bombardeado el dispositivo con impulsos láser de 35 femtosegundos (un femtosegundo equivale a la milbillonésima parte de un segundo) y de esta forma han obligado a la luz a comportarse como un líquido cuántico superfluido alrededor de un obstáculo, en vez de difundirse como una onda clásica.

De esta forma, hemos podido combinar las propiedades de los fotones (como su masa extremadamente pequeña y su elevada velocidad) con fuertes interacciones en razón de la presencia de electrones en el seno de las moléculas, explica otro miembro del equipo de investigación, Stéphane Kéna-Cohen.