Marte, en los últimos años, se convirtió en la gran obsesión espacial. Científicos especializados en la materia estudian las formas por las que se podría llegar, luego vivir y, por último, las letales secuelas que dejaría la experiencia. El último proyecto de la NASA para volver habitable el planeta rojo llamó la atención por su ambición y osadía.
Hace alrededor de 4.200 millones de años, el campo magnético que protegía la atmósfera de Marte desapareció en forma repentina, lo que tiempo después provocó que su ambiente dejara de ser cálido y húmedo para convertirse en un desierto inhabitable, frío y árido, que dificulta las futuras misiones espaciales, pensadas para a partir de 2030.
Sin embargo, la NASA aparenta tener la solución. La agencia pretende lanzar un gigantesco escudo magnético al espacio para proteger a Marte de los vientos solares. De esa forma, aseguran que podrían restaurar su atmósfera y convertir el ambiente marciano para que el agua líquida fluya sobre la superficie otra vez.
Jim Green, director de la División de Ciencias Planetarias de la NASA, sostuvo que lanzar una “magnetosfera artificial” en el espacio entre Marte y el Sol podría, llegado el caso, proteger al planeta rojo.
En un documento que acompañó la presentación del proyecto, los investigadores escribieron: “Esta solución elimina muchos de los procesos de erosión del viento solar que ocurren con la ionosfera y la atmósfera superior del planeta, permitiendo que la atmósfera marciana crezca en presión y temperatura a lo largo del tiempo“.
Si bien el equipo reconoce que el concepto puede sonar “fantasioso”, apuntan a que estudios recientes ofrecen un aval científico al proyecto. Puntualmente, resaltaron la investigación existente sobre la magnetosfera en miniatura que se lleva a cabo para proteger astronautas y naves espaciales de la radiación cósmica. Intuyen que la misma tecnología, en una escala mayor, podría ser utilizada para salvaguardar Marte.
El punto estratégico de colocación del escudo sería Lagrange L1, un sitio espacial ubicado entre el planeta y el sol en el que el objeto podría quedar estacionado. Allí, formaría una gran magnetosfera artificial encargada de protegerlo de la potente radiación y el viento solar.
El equipo de la NASA a cargo del proyecto es optimista. Cree que se puede lograr reestablecer al menos una séptima parte de los océanos que, millones de años atrás, cubrieron el planeta rojo. “Si esto se puede lograr, la colonización humana de Marte no estaría muy lejos”, resaltaron.