Ene
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Razones de peso para que las galaxias no pudieran existir
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Lo que no sabemos ~ Comments (0)
Dicen que permea todo el universo pero nadie la vio, no sabe de qué está hecha, su origen es desconocido, no emite radiación pero sí Gravedad… ¡Qué raro resulta todo! Pero su existencia cuadran las cuentas.
En los temas que estos días hemos tratado, ha sido la protagonista la “hipotética” materia oscura que, según algunos modelos supone el 90% de la materia que compone el universo. El tema ha dado pie a opiniones y algún debate que principalmente han llevado adelante Kike, Fandila, Nelson y otros contertulios que, con sus indudables conocimientos y formas de aplicar la lógica, nos llevan de la mano, con alguna metáfora incluida, a que podamos comprender mejor como son las cosas que, no siempre, coinciden con la realidad que algunos nos dibujan. Y, nuestra obligación, aunque el dibujo sea hermoso, armonioso y hasta placentero, debemos desconfiar, y, tomarlo, tan sólo como algo posible, algo que podría ser pero que de momento no es. Acordaos de aquel sabio que nos dijo: Todas las cosas son”. Con aquella simple frase, elevó a las “cosas” a la categoría de ser. Claro que las cosas a las que se refería estaban allí y podíamos contemplarlas. Por el contrario, la “materia oscura” nadie la vio nunca, es algo imaginario y supuesto que, al parecer, nos señalan algunos indicios observados, por lo demás, nada podemos concretar de ella.
Nuestro Universo es tan complejo que, seguramente, todo lo que hemos podido saber de él, es sólo una pequeñísima parte de lo que es. Quizá el inmenso trabajo y esfuerzo, el ingenio de muchos, la intuición de algunos, la genialidad de unos pocos, el avance, costoso avance en el campo de las matemáticas, todo ello unido como un todo, nos ha traído hasta aquí, un momento en el que, se podría decir sin temor a equivocarnos que estamos en la línea de partida para comenzar el camino hacia más grandes logros. Creerse más que eso, sería engañarnos a nosotros mismos, dado que, la cruda realidad es que sabemos menos de lo que creemos y decimos que sabemos.
Arriba contemplamos la conocida y familiar imagen de una Galaxia y, si alguien nos preguntara como pudieron formarse las galaxias, la verdad sería que, no tendríamos contestación para esa pregunta. ¿Cómo es posible eso a estas alturas? Pués porque lo que podemos resumir de la moderno visión del universo se podría limitar a dos breves afirmaciones: Primera; el universo ha estado expandiéndose desde que se formó, y en el proceso ha evolucionado desde las estructuras simples a las complejas. Segunda: la materia visible en el universo está organizada jerárquicamente: las estrellas agrupadas en galaxias, las galaxias en cúmulos y los cúmulos en supercúmulos. El problema al que nos enfrentamos por tanto, es comprender como un universo cuya evolución está dominada por la primera afirmación, puede llegar a tener la estructura descrita en la segunda afirmación.
El problema de es explicar la existencia de la galaxias ha resultado ser uno de los más espinosos de la cosmología. Con todo derecho no deberían estar ahí y, sin embargo, ahí están. Es difícil comunicarl el abismo de frustración que este simple hecho produce entre los científicos. Una y otra vez han surgido nuevas revelaciones y ha parecido que el problema estaba resuelto. Cada vez la solución se debilitaba, aparecían nuevas dificultades que nos transportaban al punto de partida.
Cada pocos años, la American Physical Society, la Asociación Profesional de físicos, tienen una sesión en una de sus reuniones en la que los Astrofísicos hablan de los más nuevos métodos de afrontar el problema de las galaxias. Si te molestar en asistir a varias de esas reuniones, dos son las sensaciones contradictorias que te embargan: Por una parte sientes un gran respeto por la ingenuidad de algunas propuestas que son hechas “de corazón” y, desde luego, la otra sensación es la de un profundo excepticismo hacia las ideas que proponían, al escuchar alguna explicación de cómo las turbulencias de los agujeros negros, las explosiones durante la formación de galaxias, los neutrinos pesados y la materia oscura fría resolvía todos aquellos problemas.
Lo cierto es que, a pesar de lo que se pueda leer en la prensa en comunicados oficiales, todavía no tenemos ese “bálsamo milagroso” que nos permita responder a una pregunta simple: ¿Por qué está el cielo lleno de galaxias?
Es cierto, el cielo está lleno de cúmulos de galaxias y nosotros, tratándo de saber de su presencia allí, hemos llegado a conseguir eliminar muchas de las respuestas equivocadas. Podemos estar ahora mucho más cerca de la verdad de lo que lo estábamos antes. Pero, de ninguna manera sería bueno que nos dejémos adormecer por la credulidad de los postulados modernos que parecen “sacados de la manga” del jugador cosmológico, para que la partida salga redonda. Claro que, una cierta dosis de excepticismo no implica que no podamos aceptar como probables y ciertas, algunas de las ideas generales implícitas en las soluciones propuestas que podrían, al final de todo el camino, ser parte de la solución que buscamos.
Formalmente podríamos exponer aquí al menos cinco razones para tratar de justificar el por qué, las galaxias, no deberían estar ahí presentes.
1º) Las Galaxias no pueden haberse formado antes que los átomos. No es un asunto trivial. Durante muchisimos años se estuvo tratando de entender este proceso, comezando con ideas magicas, hasta que a principios del siglo 19 se empezo a a comprender como funcionan las estrellas y el Universo.
Es un proceso algo complicado, por eso se tardo tanto en reconocerlo. En este momento la mejor teoria que explica el Universo es que comenzo con el Big-Bang, la explosion inicial que dio origen a todo. En la explosion, de origen todavia incierto, habia pura energia, y al expandirse se fue enfriando, como lo haria cualquier gas. Al llegar a un nivel de energia un poco mas bajo del inicial, se pudieron condensar de la energia las primeras particulas elementales (protones, neutrones, etc). Esto ocurrio en los primeros minutos. La famosa ecuacion de Einstein E = mc al cuadrado, implica que se puede transformar materia en energia, como en un reactor nuclear, y tambien la energia puede condensarse en materia, como en este caso. A los 300 mil años, el nivel de energia fue lo suficientemente bajo como para permitir la formacion de los primeros atomos.
La existencia protones, electrones y neutrones dispersos, que cuando se juntaron fue para formar los elementos quimicos mas elementales: Hidrogeno, Helio y algo de litio. Nada mas se formo, en la proporcion de 75% de hidrogeno, casi 25% de helio, y trazas de los otros elementos.
Aquella primera “sopa de plasma primordial” posibilitó que se juntaran protones y neutrones para formar el elemento más simple del Universo: El Hidrógeno,
Así, podemos partir de la base cierta de que, hasta donde sabemos, podemos pensar en el Universo durante aquellas primeras etapas de la expansión de Hubble estaba formado por dos únicos constituyentes: materia y radiación. La materia sufrió una serie de congelaciones al construir gradualmente estructuras más y más complejas. A medida que tienen lugar estos cambios en la formación de la materia, la manera en que interaccionan, materia y radiación cambian radicalmente. Esto, a su vez, desempeña un papel fundamental en la formación de galaxias.
La luz y otros tipos de radiación interaccionan fuertemente con partículas libres eléctricamente cargadas, del tipo de las que existían en el plasma que constituía el universo antes de que los átomos se formara. A causa de esta interacción, cuando la radiación se mueve por este plasma, colisiona con partículas, rebotando y ejerciendo una presión del mismo modo que las moléculas de aire, al rebotar sobre las paredes de un neumático, mantienen el neumático inflado. Si se diese el caso de que una conglomeración de materia del tamaño de una galaxia tratase de formarse antes de la congelación de los átomos, la radiación que traspasaría el material habría destruído el conglomerado, y, la radiación tendería a quedar atrapada dentro de la materia. Si tratase de salir, sufriría colisiones y rebotaría.
2º) Las galaxias no tuvieron tiempo de formarse. La Gravedad es la gran fuerza desestabilizadora del Universo, Nunca lo abandona del todo; siempre está actuando tratando de unir trazos de materia, En cierto sentido, la historia entera del Universo se puede pensar como un último y futil intento de superar la Gravedad.
Sería asombroso, dada la naturaleza universal de la fuerza gravitatoria, que no hubiera desempeñado un papel importante en la formación de las galaxias. Escribir sobre este apartado nos llevaría a tener que explicar muchas implicaciones que están presentes en la dinámica del universo en relación a la materia. De todas las maneras que la queramos mirar, la sensación que percibimnos es la de que, en aquellos primeros momentos, podía existir “algo” (no sabemos qué) que generaba también, como la materia bariónica normal, fuerza gravitatoria.
Inmensas turbulencias que generaban fuerzas eléctricas y moldeaba la materia y todo el entorno
3º) La turbulencia tampoco nos vale. El Impulso a travgés de la turbulencia es una idea simple, cuyas primeras versiones fueron aireadas alrededor de 1950. El postulado es: cualquier proceso tan violento y caótico como las primeras etapas del Big Bang no será como un río profundo y plácido, sino como una corriente de montaña, llena de espuma y turbulencias. En este flujo caótico podemos esperar encontrar remolinos y vórtices de gas. Lo cierto es que, en este maremagnun, era de todo punto imposible que las galaxias se pudieran formar.
4º) Las Galaxias no han tenido tiempo para formar cúmulos. Quizá estamos encontrando dificultades porque consideramos el problema de las galaxias desde un punto de vista muy estrecho. Quizá lo que deberíamos hacer es ver las cosas en una escala más grande y esperar que si entendemos como se forman los cúmulos de galaxias, la génesis de las galaxias individuales, se resolverá por sí misma. La idea nos conduce naturalmente a la cuestión de cómo se pueden haber formado concentraciones muy grandes de masa al comienzo de la vida del universo. Una de las ideas más sencillas sobre como puede haber sido el universo cuando los átomos se estaban formando es que no importa lo que estuviese pasando, la temperatura era la misma en todas partes. Este se llama modelo isotérmico.
Explicar aquí las implicaciones matemáticas a que nos llevaría explicar el modelo isotérmico, estaría bien pero, no parece imprescindible para finalizar este trabajo que, de manera sencilla, sólo trata de explicar que, las galaxias no se pudieron formar conforme a lo que hemos observado y sabemos del Universo, algo nos falta por saber y, alguna fuerza “oculta” debería haber estado allí presente para evitar que, la materia se dispersara con la expansión de Hubble y las galaxias se pudieran formar.
5º) Si la radiación marcha junto con la materia y la materia con las galaxias, la radiación de microondas cósmicas sería contradictoria. Si la radiación no se hubiera dispersado uniformemente, con independencia de la materia del universo, ¿dónde hubiera estado? siguiendo el procedimiento normal de la física teórica, consideraremos a continuación la tesis opuesta.
Supongamos que en el comienzo del universo materia y radiación estaban unidas. Si era así, allí donde se encontrara una concentración de masa, también habría una concentración de radiación. En la jerga de la Física se dice que esta situación es “adiabática”. Aparece siempre que tienen lugar en las distribuciones del gas cambios tan rápidos que la energía no puede transferirse fácilmente de un punto al siguiente.
Sabemos que, para hacer galaxias, la materia del universo tuvo que estar muy bien distribuída en agregados cuando se formaron los átomos. Pero, todo este resultado choca con uno de los hechos más notables del universo que conocemos. Si consideramos la radiación de microondas, que llega hasta nosotros desde la dirección del Polo Norte de la Tierra, y luego nos volvemos y miramos la radiación que viene del Polo Sur, encontramos que son casi completamente idénticas. De esta notable uniformidad se deduce que cuando la radiación se despareja de la materia deberá de estar muy uniformemente distribuida por todo el universo.
El resultado final es este: lo que el proceso de formación de galaxias requiere del entorno de microondas y lo que observamos de su uniformidad son cosas diametralmente opuestas. Lo primero requiere radiación para ser reunida con la materia; así, si la materia estuviera agrupada cuando los átomos se formaron, habría trazas de esa agrupación en el fondo cósmico de microondas de hoy.
Por otra parte, la uniformidad observada en el entorno de microondas implica que la radiación nunca podría haber estado tan agrupada; si lo hubiera estado, hoy no sería uniforme. Cuando se hacen detallados cálculos núméricos, los astrofísicos encuentran que es imposible conciliar estas dos exigencias en conflicto. La radiación de microondas no puede ser uniforme y no uniforme al mismo tiempo.
Todos los razonamientos anteriores nos llevan a pensar y demuestran muy claramente que, no podemos dar por supuesto un universo lleno de galaxias y, si de hecho lo está, debemos buscar la causa real que lo hizo posible. Explicar ese universo ha sido mucho más difícil de lo que muchos llegaron a pensar y, como se dice en el título de este trabajo, no tenemos una explicación, ni las razones de peso que justifiquen la presencia de las galaxias.
¿Qué había y estaba presente en el comienzo del Universo, que nosotros desconocemos pero que, hizo posible que las galaxias se pudieran formar?
Yo no lo se.
Estamos de nuevo en el punto de siempre: Nuestros conocimientos son limitados. Nuestra ignorancia…
Infinita!
emilio silvera
Ene
26
¡Universo! ¡Universos!.. ¿Y, nosotros?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo y... ¿nosotros? ~ Comments (0)
Muchos son aún los secretos que esconden los Agujeros negros. Nadie sabe de qué clase de materia está hecha la singularidad y, tampoco a dónde ha ido y va a parar toda esa materia que atrae hacia sí y que ni el principio de exclusión de Pauli puede evitar que caiga en ese “pozo negro” que, según algunos, la transporta hacia otros universos mediante la expulsión por lo que se llaman agujero blanco.
Hay quien ha llegado a exponer una teoría en la que, de cada agujero negro que se forma y de toda la materia que atrae, en otro lugar, vuelve a surgir como por arte de magia, un nuevo universo que da comienzo a algo nuevo, a nuevas leyes fundamentales y a nuevas constantes de la Naturaleza y, en algunos, incluso sería posible que también, pudiera surgir la vida.
“Universos a la deriva como burbujas en la espuma del río del Tiempo”
Ideas como esa de arriba de Arthur Clarke, nos brotan de la mente al imaginar fantásticos sucesos que podrían pasar desapercibidos a nuestras limitadas condiciones físicas de percepción del “mundo” y a la -todavía- insuficiente tecnología que nos permita ir más allá de las teorías actuales que nos tienen anclados en las ideas de finales del siglo XIX y principios del XX. No podemos desarrollar esas teorías que, como la de supercuerdas, necesitan de las energías de Planck (1019 GeV) para poder verificarlas y, tales energías, no están disponible para nosotros.
Túneles espacio-temporales
Hasta nuestra época actual nos hemos contentado con crear conjuntos de otros universos y otros mundos a partir del nuestro propio, es decir, hemos obervado nuestro Universo y nuestro mundo y hemos imaginado lo que podría ser si… Y, a partir de ese si con puntos suspensivos, surge un rico abanico de variantes que, en múltiples e infinitos estados de las cosas y en presencia de fuerzas, constantes y energías que podrían ser, le damos existencia en nuestras mentes a esos universos y esos mundos que, en otros lugares aparte de nuestro lugar, podrían estar esperando a que, nuestro propio mundo evolucione para poder llegar a ellos y entonces, poder ver, que como en las galaxias las estrellas, también los universos proliferan dentro de un multiespacio mayor que acoge a infinidad de universos que pueden tener muy distinta, parecida, o, en su caso, la misma condición del nuestro.
No me parece extraña la idea de que nuestro Universo tenga una propiedad reproductora y de él, puedan surgir nuevos universos. Con las estrellas pasa precisamente eso: Tienen un ciclo que se cumple en el tiempo y, llegado su momento, riegan el espacio del material necesario para que aparezcan nuevas y más vigor0sas estrellas con mundos nuevos a su alrededor.
“Los pilares de la Creación”
Hablamos de ciclos o rebotes que se producen cada cierto tiempo y del que, un universo llega a su fin para que pueda surgir otro nuevo. Jhon Wheeler llegó a sugerir que cada vez que eso se producía, los valores de las constantes de la Naturaleza se volvían a barajar y, de ser así, eso crearía una secuencia inacabable de universos en expansión y contracción en los que las constantes son diferentes. Sólo podríamos existir en aquellos ciclos en los que el “acuerdo” de las constantes da una permutación que permite la presencia de la vida.
Claro que, según lo que ahora sabemos, cuando tratamos con las propiedades del Universo como un todo, hay un factor grande que desempeña un papel dominante. Si las constantes cambian en una de esas hipotéticas permutaciones que no permite que el universo colapse de nuevo en un Big Crunch, el suceso de los ciclos terminará y el universo quedará atascado con un puñado de constantes que nunca volverían a negociar una situación nueva. Evidentemente y hasta donde podemos saber, este es, el escenario más probable con el que se podrá encontrar nuestro universo en el futuro, toda vez que parece que el devenir nos lleva a la muerte térmica de un universo siempre en expansión en el que, la entropía ganará la última batalla.
En nuestro Universeo todo es dinámico, nada está quieto ni permanece para siempre
No sabemos si algún día podremos encontrar el camino pero, si nuestro universo como parece tiene el final que todos los datos nos hacen presentir, entonces, si es que para entonces la vida sigue presente en el Cosmos, tendrá que buscar ese camino que le permita, situarse en otros universos que, como ahora el nuestro, tenga la posibilidad de albergar la vida en sus múltiples formas conocidas y aquellas que están y no cocemos también.
“Siempre nos imaginamos el espacio como un lugar completamente vacío, sin embargo, a la luz de las últimas observaciones, la ciencia considera que en el cosmos es una gran masa de partículas que pueden surgir de repente tomando para ello energía del universo. Igualmente pueden desaparecer sin más ni más. “
Hiperespacio, agujeros de gusano y otras ocurrencias que germinaron en nuestras mentes, ¿por qué no?, se podrían hacer realidad cuando llegado el momento, tengamos esos conocimientos que para nuestra salvación se requieren y, una condición será, la existencia del multiverso. Es decir, muchos universos dentro de un conjunto mayor en el que, la Naturaleza tenga diseñado el espacio necesario y con las condiciones exigidas para que la vida sea posible y siga generando ideas y pensamientos, a la vez que, la evolución en el Tiempo nos lleve a comprender que formamos parte de ese todo infinito que finalmente es la luz, el estado más evolucionado de la materia con la que, finalmente, nos tendremos que fundir algún día.
¿Qué se esconde en el borde del Universo observable? En realidad… ¿Tiene un borde el Universo, o, por el contrario en ese final presentido, está unido a otro universo? ¿Cómo todo está tan lejos de nosotros que nos parece físicamente inalcanzable y nos tenemos que valer de los telescopios que, al captar las luz de las galaxias lejanas, nos hablan de lo que ahí fuera existe?¿Será ésta la única manera que tendremos de mirar hacia atrás en el tiempo para ver lo que fue el pasado del Universo. Lo cierto es que, son tan grandes las distancias que, al menos de momento, la única forma de “ver” lo que existió lejos de nosotros, es captar la luz que nos envió desde el pasado. No podemos contemplar esas galaxias como son hoy si es que aún siguen siendo.
Algunos tuvieron un sueño que les llevó a pensar en la energía libre
Lo cierto es que, ideas son muchas y preguntas muchas más pero, son aún más las respuestas que no se dieron y el resultado final es siempre dejar al Universo atrapado en un océano de interrogantes que no sabemos despejar. Un fino equilibrio lo mantiene todo al borde del Caos y, sin embargo, el Universo perdura a pesar de todo dentro de ese fino equilibrio de las constantes de la Naturaleza y de las Fuerzas fundamentales que lo rigen y que hacen posible, que la materia dentro del espacio y del tiempo, evolucione hasta alcanzar su cota más interesante de producir la conciencia que nos permite (a nosotros y seguramente a otros muchos seres en nuestro universo), pensar en todas estas cuestiones que han golpeado la mente del ser humano desde tiempos muy lejanos, incluso aquel tiempo en el que no se sabía que el mundo era un simple mundo entre infinidad de ellos en las miríadas de estrellas que, cada noche, podían contemplar el cielo.
“Hasta la revolución científica del siglo XVII, el significado fluía desde nosotros hacia el mundo; después de ella, el significado fluía desde el mundo hacia nosotros”
Con estas palabras Chet Raymo se quería referir a que, nuestra ignorancia nos llevó a pensar que éramos nosotros lo importante pero, a medida que nuestros conocimientos avanzaron, nos fuímos dando cuenta de que, lo importante, estaba en la Naturaleza a la que comenzamos observando de manera trivial hasta que nos pudimos dar cuenta de que, en ella, residían todas las respuestas que necesitábamos para saber, no ya del mundo y del Universo, sino de nosotros mismos.
Hasta que llegó Einstein y nos habló de cosas extrañas que podían existir en nuestro Universo
De la misma manera que llegamos a poder explicar los fenómenos que se podían observar en la Naturaleza, también pudimos descubrir patrones sobrehumanos y universales que marcaban el ritmo de un Universo mayor y menos localista que el de los clásicos griegos que tenían la Tierra como el centro de todo, cuando en realidad, era simplemente un mundo más de una infinidad de mundos.
Nuestro descubrimiento de las pautas con las que funciona la Naturaleza y las reglas por las que cambia nos llevó hasta los misteriosos números que definen la fábrica de todo lo que existe. Las Constantes de la Naturaleza dan a nuestro Universo su sensación y su existencia. Sin ellas, las fuerzas de la Naturaleza no tendrían intensidades; las partículas elementales de materia no tendrían masa; el Universo no tendría tamaño. Así que, las Constantes de la Naturaleza son el último valuarte contra un relativismo desenfrenado.
Si entráramos en contacto con otras inteligencias presentes en el Universo, miraríamos primero hacia las constantes de la Naturaleza para buscar un punto de unión, una base común mediante la cual llegar a un entendimiento inteligente que nos uniera y, hablaríamos primero sobre esas cosas que las constantes de la naturaleza definen. Las sondas que hemos enviado hacia los confines del Sistema solar y más allá en el espacio profundo, llevan información sobre nosotros y sobre nuestro lugar en el Universo, así como también las longitudes de onda que definen el átomo de Hidrógeno para decir dónde estamos y también, lo que sabemos.
Hemos observado esos parámetros naturales que llamamos constantes de la Naturaleza y que define nuestro Universo. Si fuesen distintas, nuestro UNiverso no podría existir tal como lo conocemos, y, la vida… ¡tampoco!
Las constantes de la Naturaleza son, seguramente, la mayor experiencia física que pueden compartir seres inteligentes sin importar de qué parte del Universo puedan ser, toda vez que, los seres conscientes de inteligencias evolucionadas, al igual que nosotros aquí, habrán hallado esos misteriosos números que definen un Universo para todos en el que, lo primero que hay que comprender es que, no hay supremacía de nadie sobre nadie, la inteligencia es igual en todas partes y todos, sin excepción, tendremos que compartir la misma Naturaleza.
emilio silvera
Ene
24
¿Podremos pertubar el Universo?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo y... ¿nosotros? ~ Comments (4)
Hasta el momento no se había descubierto un cúmulo de galaxias tan grande como este de arriba
Observamos la Naturaleza y no siempre la podemos comprender. Existen varias coincidencias aparentemente inusuales entre constantes de la Naturaleza no relacionadas en un nivel superficial que parecen ser cruciales para nuestra propia existencia o la de cualquier otra forma de vida concebible. Los inusuales niveles resonantes del Carbono y el Oxígeno que Hoyle nos señaló son buenos ejemplos. Hay muchos otros. Cambios pequeñas en las intensidades de las diferentes fuerzas de la Naturaleza y en las masas de las diferentes partículas destruyen muchos de los equilibrios delicados que hacen posible la vida.
La región central de la nebulosa de la Tarántula en la Gran Nube de Magallanes. El cúmulo de estrellas R136 joven y denso se puede ver en la parte inferior derecha de la imagen – NASA, ESA, P Crowther (University of Sheffield)
Ni podemos imaginar cuantos mundos habitables podrían estar ahí presentes y, si alguno de ellos da cobijo a muchas especies de criaturas, inteligentes o no que tienen ahí sus habitats.
Los distintos valores de las constantes de la Naturaleza están “escogidos” de forma bastante fortuita cuando se trata de permitir que la vida evolucione y persista. Echemos una mirada a otros ejemplos: La estructura de los átomos y las moléculas están controlada casi por completo por dos números de los que ya hemos hablado aquí alguna vez: la razón entre las masas del electrón y el protón, β, que es aproximadamente igual a 1/1.836, y la constante de estructura fina α, que es aproximadamente igual a 1/137. Supongamos que permitimos que estas dos constantes cambian su valor de forma independiente y supongamos también (para hacerlo más sencillo) que ninguna otra constante de la Naturaleza cambie. ¿Qué sucede al mundo si las leyes de la Naturaleza siguen siendo las mismas?
Si estudiamos un átomo veremos, en tan diminuto objeto, una de las maravillas del Universo, y, sobre todo, su asombroso núcleo con todo lo que allí está presente en objetos y energía.
Si deducimos las consecuencias pronto encontramos que no existe mucho espacio para maniobrar.
Las constantes de la Naturaleza hacen posible la existencia de la Vida en el Universo
Si deducimos las consecuencias pronto encontramos que no existe mucho espacio para maniobrar. Incrementemos β demasiado y no puede haber estructuras moleculares es el pequeño valor de β el que asegura que los electrones ocupen posiciones bien definidas alrededor del núcleo atómico como en la imagen de arriba podeis contemplar y, desde luego, dichas posiciones no son porque sí, todas ellas están bien ubicadas para que todo transcurra como debe transcurrir sin que surjan anomálías que podrían impedir esa estabilidad que vemos en el átomo que forma moléculas. Si esto no fuera así, fallarían también procesos muy bien ajustados como, por ejemplo, la replicación del ADN.
El β también desempeña un papel en los procesos de generación de energía que alimentan las estrellas. Aquí se une con α para hacer los centros de las estrellas suficientemente caliente como para inicier reacciones nucleares. Si β fuera mayor que aproximadamente 0,005 α2entonces no habría estrellas. Si las modernas teorías gauge (cualquiera de las teorías cuánticas de campo creadas para explicar las interacciones fundamentales) de gran unificación están en la vía correcta, entonces α debe estar en el estrecho intervalo entre aproximadamente 1/180 y 1/85; de lo contrario los protones se desintegrarían mucho antes de que las estrellas pudieran formarse.
Pero… las estrellas se formaron
He recordado en este punto que tengo algún escrito por ahí con un gráfico que nos explica esto que tratamos. Su línea describe mundos en donde las estrellas tienen regiones extremas convectivas que parecen ser necesarias para formar algunos sistemas de planetas. Las regiones α y β que están permitidas y prohibidas se muestran emn el gráfico que os decía y que pongo más abajo con las notas manuscritas originales.
Si en lugar de α versus β, jugamos a cambiar la intensidad de la fuerza nuclear fuerte αF, junto con la de α, entonces a menos que αF > 0,3 α1/2, los elementos biológicamente vitales como el Carbono no existirían y no habría químicos orgánicos. No podrían mantenerse unidos. Sim aumentamos αF en sólo un 4 por 100, aparece un desastre potencial porque ahora puede exiostir un nuevo núcleo, el helio-2, hecho de dos protones y ningún neutrón, que permite reacciones nucleares directas y muy rápidas de protón + protón → helio-2.
Una estrella enana roja, nuestro Sol y la Gigante Azul R136a1
R136a1 es una estrella hipermasiva gigante azul, conocida actualmente como la estrella más masiva, con una cifra estimada de 265 masas solares. La estrella también es la más luminosa (aunque, según el modelo alto, LBV 1806-20 es más brillante), con una luminosidad de 8 700 000 veces la del Sol. La estrella es miembro de R136, un cúmulo estelar en el centro del complejo “30 Doradus” (también conocido como la Nebulosa de la Tarántula, en la Gran Nube de Magallanes.
Las estrellas masivas agotarían rápidamente su combustible y se hundirían en estados degenerados o en agujeros negros. Por el contrario, si αF decreciera en aproximadamente un 10 por 100, el núcleo de Deuterio dejaría de estar ligado y se bloquearían los caminos astrofísicos nucleares hacia los elementos bioquímicos. Una vez más encontramos una región bastante pequeña en el espacio de parámetros en los que puedan existir los ladrillos básicos de la complejidad química.
Cuantas más variaciones simultáneas de otras constantes se incluyan en estas consideraciones, más restringida es la región donde la vida, tal como la conocemos. Puede existir. Es muy probable que si pueden hacerse variaciones, no todas sean independientes. Más bien, hacer un pequeño cambio en una constante podría alterar también una o más de las otras. esto tendería a hacer que las restricciones sobre la mayoría de las variaciones sean aún más rígidamente limitadas.
Y, nuestras Mentes evolucionadas… Conocieron el Universo
Llegar hasta este punto, no ha sido nada fácil y, ha sido posible gracias a que unas constantes del universo han proporcionado las condiciones bioquímicas necesarias para ello. Si las constantes fueran ligeramente diferentes, como decimos arriba, no estaríamos aquí.
Ahora sabemos que el universo tiene que tener miles de millones de años para que haya transcurrido el tiempo necesario par que los ladrillos de la vida sean fabricados en las estrellas y la gravitación nos dice que la edad del universo está directamente ligada con otras propiedades como la densidad, temperatura, y el brillo del cielo.
Puesto que el universo debe expandirse durante miles de millones de años, debe llegar a tener una extensión visible de miles de millones de años luz. Puesto que su temperatura y densidad disminuyen a medida que se expande, necesariamente se hace frío y disperso. Como hemos visto, la densidad del universo es hoy de poco más que 1 átomo por m3 de espacio. Traducida en una medida de las distancias medias entre estrellas o galaxias, esta densidad tan baja muestra por qué no es sorprendente que otros sistemas estelares estén tan alejados y sea difícil el con extraterrestres. Si existen en el universo otras formas de vía avanzada, entonces, como nosotros,habrán evolucionado sin ser perturbadas por otros seres de otros mundos hasta alcanzar una fase tecnológica avanzada.
Es el espacio el que se expande y arrastra a las galaxias que se alejan las unas de las otras
La expansión del universo es precisamente la que ha hecho posible que el alejamiento entre estrellas, con sus enormes fuentes de radiación, no incidieran en las células orgánicas que más tarde evolucionarían hasta llegar a nosotros. Diez mil millones de años de alejamiento continuado y el enfriamiento que acompaña a dicha expansión permitieron que, con la temperatura ideal y una radiación baja, los seres vivos continuaran su andadura en este planeta minúsculo, situado en la periferia de la galaxia que comparado al conjunto de esta, es sólo una mota de polvo donde unos insignificantes seres laboriosos, curiosos y osados, son conscientes de estar allí y están pretendiendo determinar las leyes, no ya de su mundo o de su galaxia, sino que su osadía ilimitada les lleva a pretender conocer el destino de todo el universo.
Cuando a solas, pienso en todo esto, la verdad es que no me siento nada insignificante y nada humilde ante la inmensidad de los cielos. Las estrellas pueden ser enormes y juntas, formar inmensas galaxias… pero no pueden pensar ni amar; no tienen curiosidad, ni en ellas está el poder de ahondar en el porqué de las cosas. Nosotros sí podemos… hacer todo eso. y mucho más.
El Universo se expande pero, nuestras consciencias también, somos una parte integrante del todo, y como todo lo demás, evolucionamos al ritmo que el Universo nos impone, de tal manera que cada vez comprendemos con menor dificultad los mecanismos que llevan a todas las cosas a cambiar, a convertirse en otras diferentes de lo que originalmente eran, y, con el paso inexorable del Tiempo, nuestras mentes quedarán unidas, de manera inexorable, a ese todo. Entonces, y sólo entonces, podríamos decir que: ¡Tenemos el mundo en las manos!
Como somos una pequeña parte de él, el Universo está en nuestras Mentes
Está claro que, con alguna dificultad y no con la rapidéz que pudiéramos desear, vamos desvelando secretos de la Naturaleza que nos llevan a comprender la inmensidad en la que estamos inmersos y de la que formamos parte. Sabemos de qué no sabemos, y, precisamente ese conocimiento de nuestras carencias, harán posible que avancemos para vencerlas y hacer posible nuestros sueños de un mundo mejor y de un futuro en el que, la muerte del Sol, no sea un impedimento para nuestra especie que, para entonces, estará viajando entre las estrellas y habitará en otros mundos que, como la Tierra, nos ofrezca una Naturaleza de inmensa belleza que, ahora sí, sabremos respetar.
emilio silvera
Ene
23
Siguen insistiendo con las Ondas Gravitacionales
por Emilio Silvera ~ Clasificado en ¿Ondas gravitacionales? ~ Comments (0)
El pasado 16 de octubre la colaboración LIGO/VIRGO anunció el descubrimiento de GW170817: un nuevo tipo de onda gravitacional generado en la colisión de una pareja de estrellas de neutrones. Al contrario que en las colisiones de agujeros negros detectadas hasta la fecha, la fusión de estrellas de neutrones desprende cantidades ingentes de radiación electromagnética. La radiación asociada al evento ha podido observarse en todas las frecuencias, desde los rayos gamma hasta las ondas de radio, por más de 80 observatorios de todo el mundo.
Una de las consecuencias de este primer evento multi-mensajero es que permite determinar por primera vez de manera precisa que las ondas gravitacionales se propagan a la velocidad de la luz. La diferencia de velocidades, de existir, es tan pequeña que ambas señales han llegado casi simultáneamente después de un viaje de 140 millones de años. La igualdad entre las velocidades de la luz y las ondas gravitacionales es una predicción firme de la teoría de Einstein. Sin embargo, existen otras teorías gravitatorias en las que la velocidad es diferente y puede variar en el tiempo. Algunas de estas teorías han surgido como modelos de energía oscura, la misteriosa componente cósmica que actúa en contra de la gravedad para acelerar la expansión del universo.
Por lo menos eso es, lo que nos cuentan.
Ene
22
Seguimos buscando energías limpias e inagotables
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
FÏSICA
Miembros del CNA cuantifican por primera vez las pérdidas de iones rápidos en el tokamak ASDEX
Los socios de proyecto internacional de fusión nuclear, ITER, son la Unión Europea, Japón, Estados Unidos, Corea del Sur, India, Rusia y China, de modo que en el año 2006, firmaron un acuerdo internacional para el lanzamiento de un reactor de fusión, modelo Tokamak, que se construiría en Cadarache, en el Sudeste de Francia.
Los reactores del tipo Tokamak (acrónimo ruso de Cámara Toroidal con Bobinas Magnéticas) son los reactores para fusión nuclear más extendidos. De hecho, ITER, el reactor de fusión experimental definitivo que debe demostrar la viabilidad científica y tecnológica de la Fusión Nuclear, está basado en el modelo Tokamak.
Un tokamak es un sistema con geometría toriodal, tal y como se observa en la imagen superior, que busca el confinamiento de un plasma, a través del uso de campos magnéticos. El uso de estos campos se debe a que las temperaturas necesarias para generar el plasma son del orden de cientos de millones de grados centígrados, y no existe ningún material en la Tierra capaz de soportar tales temperaturas.
Este trabajo, llevado a cabo durante los últimos 4 años, ha culminado en el presente estudio, pionero en la calibración absoluta de los detectores de pérdidas de iones rápidos basados en materiales centelleadores (FILD) que se encuentran instalados en la mayoría de los reactores experimentales de fusión nuclear de todo el mundo.
El estudio desarrollado en el CNA (España) ha permitido observar directamente las pérdidas de partículas energéticas, conocidas como iones rápidos, inducidas por diferentes mecanismos, lo cual puede llevar a una disminución de la eficiencia de calentamiento y calidad del plasma del reactor e incluso dañar la integridad física de las paredes del dispositivo.
En particular, la cuantificación del número absoluto de iones que se escapan no se había obtenido nunca debido a la complejidad de la respuesta luminiscente de los materiales centelleadores en el entorno de irradiación y temperaturas en el que se encuentran trabajando el detector en el reactor.
(Foto: CNA)
Los resultados obtenidos son una prueba experimental fundamental para la validación y testeo de los distintos códigos de simulación de trayectorias y transporte de partículas (ASCOT, SPIRAL, etc), lo cual permitirá mejorar la capacidad para realizar predicciones en los futuros reactores como ITER y DEMO.
En esta investigación internacional han colaborado científicos del Centro Nacional de Aceleradores, la Universidad de Sevilla y el Max-Planck-Institut für Plasmaphysik de Munich.
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